El bebé «misionero»

Giacomo tenía una gran misión que cumplir en este mundo.
Miriam Esteban, colaboradora de Aleteia, cuenta el impactante testimonio de Silvia Fasana, su marido y su bebé «misionero»

Conocí a Silvia en mayo de 2014. Fui en coche desde Muscat (Omán) a Dubai, donde ella vivía, pero no como turista, sino para participar en unos ejercicios espirituales. Ella y su marido Roberto eran los anfitriones: me sentí acogida desde el primer momento.

Lo que no me podía imaginar era que, un año después, fuera diagnosticada una anencefalia a su cuarto hijo, Giacomo. Al niño que esperaba, el primer varón después de tres niñas, le faltaban los huesos del cráneo y no podría sobrevivir fuera del vientre materno.

Silvia, desde ese momento, empezó a escribir un diario para no pasar por alto ni un instante de lo que estaba viviendo.

Más tarde, lo publicó en italiano (Giacomo, il mio piccolo missionario) y en inglés (Eight hours of eternity) añadiendo una breve introducción y algunas cartas de amigos. Es un libro de tal belleza que hay que leerlo.

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Portada del libro donde Silvia Fasana cuenta la historia de su cuarto hijo.

Silvia Fasana.

Antes de dedicarse a su mejor empresa, la familia, era matrona y entendió el diagnóstico de su hijo a la perfección.

Fue muy duro recibir la noticia. En Dubai solo está permitido abortar cuando el niño tiene anencefalia y así se lo aconsejaron: «No tenía sentido seguir». Roberto estaba de viaje en Italia y ella no quería darle la noticia estando lejos. Las niñas empezaban las clases el día siguiente y tenían la emoción del primer día de colegio. Silvia no pudo dormir esa noche.

«Jesús, ¿por qué me pides esto estando sola?»

«Jesús, ¿por qué me pides esto? ¿Por qué me lo pides estando aquí sola?»

Sin embargo, Silvia no tardó mucho en darse cuenta de que no estaba sola: Dios la estaba acompañando a través de muchas personas en distintas partes del mundo.

En primer lugar las más cercanas: su marido Roberto que regresó el día siguiente y una misionera comboniana italiana que vivía en Dubai, la hermana Rachele. Y además, la doctora Elvira Parravicini neonatóloga en New York y Enrico Petrillo, el marido de la Sierva de Dios Chiara Corbella, cuya primera hija tuvo anencefalia.

Pero el mismo Giacomo fue el primer acompañante: su vida tenía sentido. Tenía mucho sentido.

Giacomo, el bebé misionero

Como dijo la hermana Rachele, ¡Giacomo era un pequeño misionero!

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Las camisetas llevan el mensaje de Silvia: la vida de su hijo tiene un sentido pleno.

Silvia Fasana.

«Quiero agradecerte de corazón por estos meses. Con tu presencia nos has enseñado que nuestros deseos, aunque sean buenos, no están en nuestras manos. Tener un hijo, y que sea sano, no es un derecho sino un regalo de Dios. Nos has enseñado que solo por existir y ser amados (aun tan imperfectos), podemos ser testigos del amor de Dios y de Su grandeza». Esto es lo que Silvia escribió unos días antes del nacimiento de Giacomo, mientras Roberto estaba preparando el traslado a Italia y el entierro de su hijo que todavía no había nacido.

Bautizado de urgencia por su padre

Giacomo nació el 28 de febrero de 2016. Su padre lo bautizó cuando todavía estaba en los brazos de la enfermera. La situación fue de extrema gravedad desde el primer instante de su nacimiento. Un sacerdote lo confirmó y, después de presentar el bebé a las hermanas y los abuelos, Silvia y Roberto se quedaron a solas con Giacomo, que murió a las 8 horas de haber nacido. «Has cambiado nuestras vidas», escribió Silvia en su diario.

El 3 de marzo fue el momento del funeral del pequeño en Dubai. Durante la homilía el sacerdote recordó a todos los presentes que Giacomo ya estaba en el Paraíso. ¡Qué paz! ¡Era el momento de celebrar el nacimiento a la vida eterna de Giacomo! Y así lo hicieron sus padres junto con la familia y los amigos, en el mismo hotel donde habían celebrado el bautismo de una de sus hijas.

Así termina el diario de Silvia:

«Querido Giacomo, ¿cómo se vuelve a vivir después de algo así? ¿cómo se puede enfrentarse al vacío que has dejado? […] ¿Cómo se puede estar frente a los neonatos y a las embarazadas, o frente a quien se queja por los cólicos de los hijos? […] Contesto ofreciendo mi dolor al Señor. Rezando y pidiendo, hijo mío, que estás en el Paraíso, que puedas interceder por mi, sostenerme. […] Sin Jesús la vida sería una desesperación. […] Solo con la certeza que Jesús ha vencido la muerte y que con la muerte no se acaba todo, se puede vivir. Se puede vivir también después de haber enterrado tu propio hijo […]. Un día estaremos los seis juntos. Para siempre. […]»

Giacomo es verdaderamente un misionero. Su breve vida tuvo un gran valor y cambió los corazones de muchas personas. No se puede leer el diario de Silvia sin que algo cambie también en el corazón del lector. Es Dios que actúa a través de su misionero, Giacomo.

Una enfermera adopta a una niña de 14 años que dio a luz trillizos

Imágenes de los trillizos prematuros.

Una enfermera de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) de 45 años dio a una madre adolescente la oportunidad de tener un nuevo comienzo en la vida

Amenudo nos dicen que no nos llevemos el trabajo a casa, pero una enfermera de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) se sintió obligada a ayudar a una madre joven que lo necesitaba .

Como parte de su trabajo como enfermera neonatal en la Unidad de Cuidados Intensivos del Community Hospital North en Indianápolis, Katrina Mullen ha ayudado a consolar y dar ánimos a muchos padres mientras cuidan a sus pequeños recién nacidos. 

Madre sola

Pero cuando conoció a Shariya Small, de 14 años, notó que la joven madre de trillizos estaba totalmente sola mientras observaba a sus bebés muy prematuros luchar por sus vidas.

Small dio a luz a sus tres hijos, Serenitee, Samari y Sarayah, cuando contaba solo 26 semanas de embarazo. Cada niño pesaba menos de dos libras (900 gramos), y los bebés solo pudieron salir del hospital después de cinco meses.

Durante su tratamiento prolongado, Mullen notó que la madre de octavo grado no recibía apoyo de otros miembros de la familia. 

La enfermera le ofreció su ayuda a Small, pero esta en principio se mostró reacia. Pero cuando le explicó a Small que ella también había sido una madre adolescente y que en realidad dio a su hijo en adopción, hubo un cambio en su relación.

Mullen le dio a Small su número de teléfono celular y después de que los trillizos fueron dados de alta, ambas comenzaron a conversar por teléfono. Sin embargo, aunque los niños ya no estaban bajo su cuidado, Mullen no pudo evitar sentirse preocupada por la joven familia.

Condujo una hora hasta Kokomo, Indiana, donde Small se alojaba con un pariente, para ver cómo estaba. Y como compartió con Today, las condiciones eran alarmantes: «No era un lugar para que ella pudiera criar a los bebés».

De hecho, uno de los trillizos, Samari, que había nacido con problemas digestivos, había sido diagnosticado con «retraso en el crecimiento», lo que significa que su crecimiento físico se había estancado.

«A ella le gustaría venir a vivir contigo…»

El Departamento de Servicios Sociales se involucró y contactó con Mullen, quien explicó: «El trabajador social dijo que Shariya y sus bebés iban a salir de esa casa y luego dijo: ‘Shariya dijo que le gustaría vivir contigo. ¿Estarías dispuesta?’».

A pesar de que todavía tiene tres hijos en casa: SeQuayvion, 16, ShaKovon, 14 y JJ, siete, y Sevonté, 23, y Shai, 22, que son independientes, Mullen abrió sus puertas con mucho gusto a la joven familia.

Después de acoger a todos los niños durante 668 días, Mullen adoptó oficialmente a Small en febrero.

Gracias a la extraordinaria generosidad y compasión de esta enfermera, la joven madre espera convertirse en trabajadora social y ayudar a otros en el futuro.

Se reencuentran 50 años después y encuentran a su bebé

La de Karen Lehmann y Dennis Vinarj es una historia única sobre el poder del amor que floreció en la juventud y fue inmortalizado 50 años después de la manera más hermosa posible

Un futbolista popular y una música comedida

La pareja se conoció en 1958 en el pasillo de la escuela. Dennis, de 15 años, había tenido varias novias antes, pero de todas ellas, Karen, de 13 años, era excepcional. A primera vista, eran completamente opuestos, pero al mismo tiempo, no podían prescindir el uno del otro. Mientras que Dennis era un futbolista popular, Karen era una música tranquila y reservada. «Todas las tardes la recogía de la escuela, lo que me hacía faltar a la práctica de fútbol, ​​pero no me importaba tanto el fútbol», recuerda Dennis.

A pesar de las objeciones de sus padres, los adolescentes Karen y Dennis continuaron reuniéndose, pero ya en secreto. A la edad de 14 años, Karen quedó embarazada. Fue la primera vez que Dennis le propuso matrimonio, pero sus padres se negaron a que se casaran.

Dieron a su hija en adopción

Según la voluntad de sus padres, Karen pasó la mayor parte de su embarazo en un hogar para embarazadas fuera del matrimonio. Después del nacimiento de su hija en agosto de 1961, Karen y Dennis se vieron obligados a darla en adopción. Dennis dice que se alegró de que al menos entonces tuvo la oportunidad de tomar a su hija en sus brazos y completar su certificado de nacimiento.

Luego, Karen fue a la Universidad y Dennis se unió al ejército, desde donde le enviaba cartas con regularidad. Pero estas nunca llegaron a Karen. Después de siete años, Dennis volvió a comprometerse con Karen, pero esta vez los padres no estaban de acuerdo con su relación. Con el paso del tiempo, los amantes perdieron todo contacto. Dennis admite que nunca dejó de pensar en Karen.

Con el tiempo, ambos se casaron con otras personas. Karen tiene una licenciatura en Diseño de Interiores y Dennis ha estudiado Inglés y Literatura.

La pareja y su bebé

La historia continúa después de 50 años

Pasaron cinco décadas antes de que se volvieran a encontrar. En 2014, un amigo animó a Dennis, recién divorciado, a crear un perfil en LinkedIn.

Todos estos años, Karen había estado convencida de que Dennis la había olvidado. Pero, de hecho, ella fue la primera persona en la que Dennis pensó cuando hizo su perfil. Buscó a Karen y rápidamente se puso en contacto con ella.

La historia del matrimonio de Karen tampoco tuvo un final feliz. Quedó viuda. Tuvo una cita con Dennis un lunes por la noche. Ella cayó en sus brazos en el aeropuerto, y tres días después sellaron su enamoramiento adolescente, que no se enfriaba desde hacía 50 años, con una boda.  

Decidieron encontrar a su hija

Pero el matrimonio no es el último toque de final feliz a la historia de amor de los exadolescentes. Juntos de nuevo, Dennis y Karen deciden buscar a su hija, a la que tuvieron que dar en adopción hace más de cincuenta años. » Te encontré, pero mi vida estaría completa si encontráramos a nuestra hija «, le dijo un día Dennis a su esposa.

Posteriormente reveló a los medios que habían encontrado a su hija, Jean Voxland, quien a primera vista se parecía mucho a él, con la ayuda de Dios y el apoyo de una agencia de adopción.

Al fin juntos, el matrimonio con su hija Jean a la que dieron en adopción y hoy está casada.

“Imagínate a los 55 años que te enteras de que tus padres están juntos buscándote”, recuerda Jean el susto inicial. «Mi corazón latía con fuerza cuando entraron por la puerta». Karen describe su primer encuentro como «el encuentro más conmovedor que jamás haya tenido «.

Los tres están inmensamente agradecidos de que finalmente se reúnan después de tantos años. Dennis y Karen tienen ahora un total de cinco hijos, nueve nietos y cinco bisnietos.

Embarazo con sorpresa

Les propusieron abortar, pero el miedo no pudo atenazar a esta familia

“Finalmente estamos embarazados y…¡Sorpresa, gemelos! Nos dicen que tenemos que consultar a un especialista y ella nos dice que nunca ha visto en toda su carrera este tipo de gemelos, es raro. La especialista nos dice de que se trata y explica el por qué. Es difícil no tener miedo. Todo lo que podemos hacer es empezar a hacer un plan para dar a nuestros hijos lo mejor”.

Así muestra Lisa Hansen la historia de sus dos hijas: River y Piper. Acaban de recibir una noticia bastante inesperada: sus gemelos eran monocoriales monoamnióticos. Es decir, comparten tanto la placenta como el saco amniótico. No sólo se alimentan de la misma placenta sino que cohabitan en la misma bolsa sin ningún tipo de separación. Es un caso infrecuente, que sólo se da en 1 de cada 50.000 embarazos.Les dieron la oportunidad de abortarlos. No lo hicieron: “porque los amamos y los queríamos antes de verlos”.

Un gran riesgo porque el cordón umbilical podría haberlas ahogado. Un riesgo también para la madre que desde los 5 meses de embarazo tuvo que se hospitalizada. En el vídeo nos cuentan toda su historia. La familia supo gestionar el miedo y River y Piper han llenado de amor el hogar.

 

Gracias por el sacrificio escondido de tantas madres

Acaso por necesidad o tal vez por gratitud la palabra ‘mamá’ es de las primeras que aprendemos a decir

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“‘Padre, ¿me bendice la panza?’: Muchas veces me piden la oración de una manera que me suena como una dulce exigencia. Cierro los ojos y vuelven a mi recuerdo tantas escenas semejantes. Las dos manos de la mamá, derecha e izquierda, con las palmas hacia adentro, casi como midiendo el largo del bebé, que por lo general ya tiene nombre”, memoró con afecto el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.

“Esa vida que crece y palpita con su propio corazón durante 9 meses en tu vientre. Una vida que siente y goza, o sufre. Esos meses de gestación son más que intercambios de alimentos. Hay sentimientos, música, cariño, voces que se van reconociendo familiares”, subrayó en su columna semanal.

El prelado destacó que también “es un tiempo de oración y de comunicación de la fe. Cuando la mujer embarazada reza, su niño también se acerca a Dios. Con cada bendición se va disponiendo al momento del parto y del bautismo que lo hará hijo de Dios” y valoró que en “muchas comunidades se fue extendiendo la hermosa propuesta de bendición de embarazadas el 25 de cada mes (impulsado por Grávida) o el día 15 (promovido por la Liga de Madres). Un rito que acompaña desde la oración comunitaria el crecimiento de la vida”.

“De estos 9 meses de comunicación surge también un conocimiento profundo. La mamá que dio a luz entiende mejor que nadie el lenguaje no verbal del llanto, la mirada, la sonrisa”, aseguró y agregó: “Y como este intercambio no es solamente químico, se van tendiendo lazos de otro orden: afectivos y espirituales. Por eso en la adopción se complementa con cariño lo que no se dio orgánicamente. Ser mamá del corazón es una vocación con todas las letras”.

En este sentido, consideró que “acaso por necesidad o tal vez por gratitud la palabra ‘mamá’ es de las primeras que aprendemos a decir”.

“El contacto piel a piel, alimentarse del pecho, es experiencia de cobijo, cuidado, ternura. Ese aporte de femineidad en los primeros tiempos de vida son fundamentales para el desarrollo sano psicológico y afectivo. De estas experiencias abreva la Biblia para enseñarnos acerca de Dios”, indicó.

Monseñor Lozano sugirió, además, mirar a María ayudados por las palabras del Papa Francisco en la exhortación “La Alegría del Evangelio”: María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura’ (…) ‘Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno.”

“Bendigamos a todas las mamás y demos gracias a Dios por tanto sacrificio escondido”, concluyó.

Artículo originalmente publicado por AICA