La Revolución Sexual y la homosexualidad

Toda persona humana por el hecho de existir merece respeto y posee una dignidad humana.

En la Biblia se relata la destrucción de dos ciudades, Sodoma y Gomorra, porque sus habitantes eran homosexuales (Génesis capítulos 18 y 19). La Ley de Moisés castigaba este pecado con la muerte. El libro del Levítico dice:

“Si uno yace con varón como se yace con mujer, ambos cometen abominación; morirán sin remedio, caiga su sangre sobre ellos” (19,13).

San Pablo explica que Dios abandona a sus malos deseos a algunos hombres porque habiendo conocido a Dios no le dieron gracias sino que se envanecieron en sus razonamientos,

“por lo tanto, Dios los entregó a pasiones deshonrosas, pues sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contrario a la naturaleza, y del mismo modo los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos de unos por otros, cometiendo torpezas varones con varones y recibiendo en sí mismos el pago merecido por sus extravíos. Y como demostraron no tener un verdadero conocimiento de Dios, Dios los entregó a un perverso sentir que los lleva a realizar acciones indignas” (Romanos 1, 26-29).

El mismo San Pablo escribe a los corintios:

“No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los injuriosos, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios” (1 Corintios 6, 9-11).

Pero podemos ser lavados de esto a través de la Confesión y el arrepentimiento. Estamos hechos para gozar en el Cielo, el único fracaso real es no llegar a nuestra meta.

De modo que los actos homosexuales no pueden recibir aprobación en ningún caso. Si una persona es homosexual puede ser agradable a Dios si vive la castidad, la abstinencia.

Todos hemos de evitar todo signo de discriminación injusta. Estas personas –como todas-, están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí pueden educar su libertad interior, y a veces les ayuda mucho el apoyo de una amistad desinteresada.

La homosexualidad designa a las personas que experimentan una atracción sexual hacia personas del mismo sexo. Su origen psíquico permanece inexplicado.

La Sagrada Escritura dice que es una grave depravación porque sus actos son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual a la vida y no hay complementariedad afectiva y sexual.

El matrimonio ha existido siempre, antes de que existiera el Estado. Los romanos crean la institución jurídica del matrimonio, y Jesucristo lo hace sacramento grande, camino de santidad.

No existe un solo tratado internacional de derechos humanos que proclame el derecho al “matrimonio homosexual”.

La decisión de quitar la homosexualidad del catálogo de trastornos mentales no fue por estudios profundos, sino que fue por votación. El 58% de los psiquiatras presentes votaron para que se quitara del elenco, pero no hubo un estudio previo.

Si las leyes de un país aceptan el “matrimonio homosexual” eso implica que a los niños, desde el Jardín de Niños, se les va a enseñar que hay diferentes tipos de familias, y se les va a dar una educación sexual que les va a quitar la inocencia.

El entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio dijo en Argentina, en 2010: 

No seamos ingenuos, no se trata de una simple lucha política, hay una intención para destruir el plan de Dios. No es un mero proyecto político (es un mero instrumento), es un movimiento del padre de la mentira que desea confundir y engañar a los hijos de Dios.

Puede ocurrir que dos personas del mismo sexo sean amigos y convivan en una unión de convivencia civil. ¿Pero acaso la amistad se legisla? No. Y si tienen atracción hacia el mismo sexo, esa convivencia es ocasión próxima de pecado, y se debe luchar porque es un sentimiento contra natura. Ese desarreglo afectivo no es amor, son los afectos descontrolados. No se puede legalizar. Legislar es aprobar una tendencia contra natura. Se están destruyendo como personas.

Habla Dios Padre a Santa Catalina de Siena: Sobre la homosexualidad.

Desgraciados los que caen en impureza, es decir, están perdiendo lo mejor: la gracia. Dios Padre dice: La razón puede vencer esta tendencia. Todos pueden decir que no a las malas tendencias. El pecado contra naturaleza es maldito. Se ofusca la ley de su entendimiento. El pecado de impureza ciega el intelecto. ¿Y qué hace la cultura de hoy? Lo justifica. Hay hábitos que arruinan a la persona por eso Dios abomina esos hábitos. Ese pecado desagrada a los mismos demonios. Cuando el pecador llega al acto de ese pecado, el demonio se marcha, no lo soporta. Revelación dicha hace 700 años.

Los dos únicos pueblos que han resistido muchos milenios a la homosexualidad son el judaísmo y el cristianismo. ¿Dónde están los asirios hoy en día?, ¿dónde los babilonios? ¿Dónde Sodoma y Gomorra? Han desaparecido.

Además, la práctica homosexual es de alto riesgo por las diversas enfermedades corporales y mentales que se contraen, y porque la tasa de suicidios y depresiones es más alta en ellos que en la población general.

UN ENCUENTRO CON EL ESPÍRITU SANTO LE DEVOLVIÓ LA FE

HOY LUCHA CONTRA EL DEMONIO Y LA BRUJERÍA

Tras años deprimida y en la Nueva Era, la Virgen le hizo descubrir la paz en Medjugorje

Tras una tortuosa juventud y adolescencia alternando separaciones, depresiones y Nueva Era, Blanca Llantada regresó a la fe gracias a un misterioso encuentro con el Espíritu Santo y la Virgen María.

Que Blanca Llantada naciese en una familia católica y fuese educada en un colegio del Opus  Dei no impidió que tras una difícil adolescencia se apartase por completo de la fe. Testigo presencial del mundo de las drogas, su vida era «trabajar, salir de fiesta y surfear». Tras una separación, sola y con dos hijas, alternó varias depresiones que le llevaron a pensar cada día en el suicidio, pero el Espíritu Santo y la Virgen acudieron a su encuentro.

Los primeros años de juventud de Blanca Llantada le hicieron aprender que «el enemigo va haciendo que te pierdas poco a poco: primero te quita la misa, luego las oraciones e incluso las amistades que van a misa».

Ha contado al canal evangelizador El rosario de las 11pm que durante mucho tiempo solo quería salir de casa y evadirse hasta que se casó. «La iglesia me importaba un pepino, no recuerdo nada de ella, pero el banquete tenía que ser perfecto», recuerda del día de su boda. Su matrimonio «fue un desastre» y recuerda los primeros años como «la peor época» de su vida, que condujeron a su separación poco tiempo después.

Sola, con 2 hijas y 28 años, obtuvo la nulidad para no tener nada que le atase «en el cielo ni en la tierra» con su exmarido mientras trataba de superar una dura depresión que le hizo sopesar el suicidio continuamente. «Mis hijas fueron mi motor para seguir», relata.

Encadenando una depresión con otra, se acercó a las terapias cercanas a la Nueva Era «buscando la felicidad sin Dios» hasta que acabó «corroída por el poder, la soberbia y la vanidad: era incapaz de encontrar la felicidad y la paz».

Agotada y sin fuerzas, siguió el consejo de su padre y fue a rezar a la Virgen: «No te conozco mucho, pero cambia mi vida«, rogó.

Un «encuentro» con el Espíritu Santo

Sin saberlo, aquel suceso marcaría «un punto de inflexión» en su vida que llegó de la forma más inesperada. Cuando iba a encontrarse con una amiga que quería hablarle de la película Tierra de María y Medjugorje, una paloma comenzó a seguir su trayectoria sin separarse del capó del coche. «Empecé a chillarle, reduje la velocidad, cambié de carril… me quedé súper extrañada», afirmó.

Al llegar con su amiga,  esta le invitó a ir a una iglesia. «Cuando entré, lo primero que me vino fue un olor muy fuerte a rosas, y mi amiga no olía nada. Empezó la misa, y cuando el sacerdote pronunció el Evangelio me di cuenta de que era Pentecostés: la paloma que había visto esa misma mañana era el Espíritu Santo«.

Convencida de que «estaba ocurriendo algo que no era capaz de explicar o racionalizar» y que iba a cambiar su vida, fue a comulgar. «Me puse de rodillas y no me pude levantar, empecé a llorar y el Señor me mostró todo el dolor que había producido, los pecados que había cometido y el dolor que me había hecho a mí misma. Cuando el sacerdote dio la bendición seguía llorando y tardé mucho en poder levantarme», recuerda.

Después, las dos amigas vieron la película sobre Medjugorje y Blanca solo tenía una petición a la Virgen: «Necesito ir a ese lugar«.

Dedicada a María y a luchar contra el demonio

Desde ese día Blanca empezó a rezar todos los días el rosario y no puede explicar por qué sabía identificar a desconocidos que habían ido al pueblo de las apariciones en Bosnia.

«Le dije [a la Virgen] que le regalaba el dejar de fumar su ella me regalaba un viaje a Medjugorje», añade. Algo especialmente difícil al encontrarse sin empleo y al cargo de sus dos hijas, pero «la Virgen lo cuadró todo: me llamaron del colegio diciendo que había un dinero que se me cobró de más, 512 euros».  

Una vez allí, subiendo el monte de las apariciones, Blanca cayó desplomada durante 40 minutos y cuando despertó recordó la promesa que le había hecho a la Virgen. Convencida de que tenía que dejar de fumar, rezó: «Solo dame la gracia, porque yo no puedo«. «Al día siguiente, salimos a fumar y vi que no es que no me apeteciese, sino que ni si quiera olía el tabaco. Llevo 7 años desde entonces«, añade.

Tras su regreso a España, Blanca se dedicó por entero a la oración, el ayuno y los sacramentos y visitó una comunidad de sanación y liberación donde pudo recibir formación de sacerdotes y exorcistas.

«Ayudamos a personas a salir de sectas, a víctimas de brujería, también dentro de la Iglesia y me fui especializando en demonología y liberación», comenta. Tras más de 6 años en este apostolado, Blanca ha visto «de todo» y recuerda especialmente el caso de una chica a la que ayudaron a salir de una secta satánica: «Intentaba recibir el amor de Dios y el demonio no se lo permitía».

Un compañero para servir al Señor

Tras siete años «sirviendo al Señor», Llantada rezó a San José por encontrar «un compañero con el que servir al Señor», mientras observaba como «el Espíritu Santo va trabajando tu vida y cambiando lo que hay alrededor».

«Una señora me insistía muchísimo  en que necesitaba una virgen de Medjugorje porque se me había roto la mía. Me dijeron que un chico, Emilio Ferrando, podría traerme una. Sin siquiera haberle visto, Blanca  supo que aquel hombre sería su marido. 

El canal El Rosario de las 11 pm continúa la historia de Blanca Llantada y Emilio Ferrando, del que hemos hablado en Religión en Libertad, en este vídeo conjunto tras su matrimonio. 

Fuente: Religión en Libertad

Su vida cambió al estar «toda llena de Jesús»

Un policía nacional de Granada

Entró en una depresión, se pegó un tiro y su vida cambió al estar «toda llena de Jesús»

Después de estar sumergido en una profunda deprensión e intentar quitarse la vida, su vida cambió cuando el psiquiatra le dijo que tenía que rezar.

Actualizado 12 julio 2011

ReL

ReL se hace eco de la tremenda historia de un policía que al caer en una profunda depresión, intentó suicidarse, pero la fuerza del Señor le ayudó a salir adelante, y ahora forma parte del grupo de la Renovación Carismática.

La depresión le llevó al suicidio

«Yo era una persona que mi religiosidad se encontraba bajo mínimos, algunas veces me había preguntado ¿pero, en que creo yo ya?. Mis entradas en la Iglesia eran por mero cumplimiento.

Hace aproximadamente tres años sufrí una fuerte depresión e intenté quitarme la vida dándome un tiro en el corazón (soy policía nacional). La bala tuvo entrada por la parte superior izquierda del pecho y salida por la espalda pero con tal limpieza que no me dejó secuelas físicas ningunas, pero sí psíquicas. Mi mujer y mis hijos trataban de ayudarme pero yo no terminaba de estar bien. Visité varios psicólogos y psiquiatras, salía aparentemente bien de las consultas, pero la verdad es que no estaba bien.

«Sigue el tratamiento y reza»

»En una de mis visitas al psiquiatra me dijo: «El tratamiento que tienes puesto es correcto, sigue con el y reza». Yo salí muy confundido e incluso irritado de la consulta, pues había pagado una cosulta para que me dijera que rezara. Camino de casa le dije a mi mujer -si yo no me acuerdo de rezar, ya que había comprobado que cuando me ponía a rezar me pasaba de una oración a otra y las mezclaba.

Una estampita lo cambió todo

»Un tiempo después tuve que ir a mi trabajo a llevar unos informes y al pasar por la Basílica de la Virgen de las Angustias, entré, me postré pidiéndole que me sanara pues yo no estaba bien. Al salir del templo después de unos momentos de oración se dirigió a mi una señora y sin mediar palabra me dio una estampa con una oración que se titula «tengo sed». Me la dio solo a mi y aunque en otra ocasión se hubiera olvidado en mi bolsillo, esta vez la leí detenidamente y poco a poco me sentí reflejado en la lectura de tal forma que me fue envolviendo una alegría interior y me fue seduciendo. Al llegar a casa se lo comenté a mi mujer, se la leí y desde ese día me agarré a esa lectura que termina con la palabra ¡¡¡empieza!!!.

Empecé a ir a misa con mi mujer

»Comencé por acompañar a mi mujer a la Eucaristía, al principio casi con vergüenza y sin entender nada, las lecturas me sonaban a chino, pero yo tenía que darle su tiempo a esa «medicina» y sobre todo insistir y llevar bien el tratamiento, nada de dejar pasar tomas y llevar el tratamiento a mi manera. Empecé a pedirle a Jesús (y le pido todavía hoy) que quiero ser un cristiano auténtico, sin cumplimientos ni fingimientos. Nos fuimos acercando mi mujer y yo (aunque tengo que decir que ella nunco estuvo retirada de Dios) a grupos donde nos pudiéramos ir llenando de él. Me compré una Biblia que al principio tenía en casa un poco escondida y de «tapadillo», hoy está encima de la mesa disputando puesto con el mando de la tele.

»Me fui acercando cada vez más a la Palabra (siempre con mi mujer), la mayor parte de las veces sin entender nada pero insistiendo en todo lo que me podía llenar de Jesús. Hemos hecho dos cursos en la Escuela de Evangelización de Granada, el taller de Oración y Vida del Padre Ignacio Larrañaga y poco a poco lo que estaba viviendo me estaba atrapando de tal forma que donde me enteraba que «llovía Agua Viva» allí estabamos nosotros para empaparnos y que nos calara hasta los huesos. Así el Señor puso en nuestro camino a dos parejas que veíamos y que estaban muy llenas de Dios, un día les pregunté que dónde iban ellos a vivir la Fe y nos hablaron de la Renovación Carismática, del grupo «Kairós» donde ellos participan de la Oración.

La Renovación Carismática forma parte de su vida

»Desde hace dos años aproximadamente estoy en el grupo y cada tarde del lunes mi corazón y mi alma salen rebozantes de alegría, de una alegría nueva, que perdura, que llena, me ha cambiado la vida, veo que se cumple lo que en alguna ocasión hemos cantado «ha cambiado mi lamento en baile» . Cuando sugen los problemas los veo de otra manera, siento un gozo nuevo, desconocido. La alabanza surge en mi boca desde la mañana hasta la noche, ya todo trato de hacerlo desde la perspectiva de Jesús, pues se ha convertido en el Centro, en la Meta, en el Fin de mi vida.

»La oración (tanto comunitaria como personal) es un disfrute. En una palabra, mi vida está toda llena de Jesús desde la mañana a la noche y le pido que sea así hasta el fin de mis días».