¿Dónde se les permite a los católicos comer carne en conserva en el Día de San Patricio esta Cuaresma?

Por el personal de CNA

Washington D.C., 3 de marzo de 2023 / 14:50 pm

Este año, el Día de San Patricio cae en viernes.

Para aquellos que no son católicos pero están interesados en observar el día de la fiesta con cerveza verde y la tradicional carne en conserva y repollo, esto es una coincidencia feliz y una excelente manera de terminar la semana laboral.

Para los católicos es problemático. Es Cuaresma, un tiempo penitencial en el que se supone que los católicos deben abstenerse de comer carne los viernes.

Como la suerte de los irlandeses lo tendría, hay una manera de salir de este dilema. Los obispos diocesanos pueden dar a los fieles una dispensa para permitirles comer carne el 17 de marzo. Matt McDonald, del National Catholic Register, encuestó a todos los obispos de los Estados Unidos para averiguar cuáles ofrecen un pase gratuito el Día de San Patricio.

Esto es lo que escuchó:

«Más de tres cuartas partes de los obispos diocesanos del país, 137, habían respondido a la pregunta antes de la fecha límite. De ellos, 105 están ofreciendo algún alivio para el Día de San Patricio: 80 han dicho sí a una dispensa; 25 están ofreciendo una «conmutación», que requiere que los católicos en su diócesis sustituyan alguna otra penitencia si planean comer carne el viernes 17 de marzo; y 32 han dicho que no».

Entonces, antes de salir a celebrar, aquí hay un mapa útil que muestra qué diócesis han dado luz verde (lo siento) para comer carne en el Día de San Patricio:

Para aprender sobre la historia de la celebración del Día de San Patricio por los católicos irlandeses en los Estados Unidos, lea este fascinante artículo de McDonald en el National Catholic Register.

¿Un católico puede comer carne este viernes, fiesta de la Anunciación?

Los católicos respetan la abstinencia de carne los viernes de Cuaresma, pero hay excepciones…

Una disciplina corporal potencia nuestra parte espiritual, está claro en todas las tradiciones espirituales. Para los cristianos, además, es bueno ofrecer juntos algún esfuerzo los días anteriores a la Semana Santa, recordando la entrega total de Cristo en la cruz. ¡Qué bonito sacrificarse para unirse más a Él!

Una tradición de la Iglesia católica en este sentido consiste en no comer carne los viernes anteriores al Viernes Santo, día en que se conmemora la muerte de Jesús.

El cuarto mandamiento de la Iglesia se refiere a ella: Ayunar y abstenerse de carne cuando lo manda la Iglesia.

Los católicos viven esta abstinencia junto a otras penitencias, cada uno las que considera más apropiadas: oraciones, ayunos, privaciones, limosnas, mortificaciones,…

Lo hacen durante cuarenta días, llamados Cuaresma. Sin embargo, este periodo de tiempo incluye algunas solemnidades, en las que prevalece el espíritu festivo sobre el penitencial.

Un bistec para celebrar la Anunciación

Por ejemplo, el día de la Anunciación, que cae este año 2022 en viernes, los católicos pueden comer carne.

El Código de Derecho Canónico lo explica así:

“La abstinencia de carne o de cualquier otro alimento, según lo determine la Conferencia Episcopal, debe observarse todos los viernes, a menos que una solemnidad caiga en viernes”.

Can. 1251

Lo mismo ocurre cuando cae en viernes la fiesta de san José: la solemnidad reemplaza la obligación de la abstinencia.

Y hay otras excepciones previstas para fiestas locales y otras situaciones especiales.

De todas maneras, cada persona debe descubrir la mejor manera de unirse a Cristo, ya sea en su camino a Jerusalén o en el momento en que fue concebido por la Virgen María.

Mírate como te ve Jesús

Imagina que pudieras verte como te ve Jesús. Incluso en medio de nuestros pecados, luchas y fracasos, Jesús nos mira con amor como Su Amado. Todo lo que nos pide es que nos encontremos con su mirada y nos enamoremos de Él a cambio.

Esta semana, nos volvemos hacia Jesús y nos dejamos ver plenamente por Él, no importa dónde nos encontremos en la vida. No tengas miedo de presentarte ante Jesús sin esconderte y permite que Dios te vea claramente y te ame completamente.

Dios quiere darte más. ¿Cómo vas a responder esta Cuaresma?

El P. Mark Toups, un experimentado director espiritual, guía a los lectores hacia el interior para invitar al Señor a sanar aquellas áreas donde más lo necesitan. Sigue el mismo formato que más de cien mil personas disfrutaron en Adviento con sus populares diarios ¡Alégrate! Los lectores recibirán una guía diaria, así como vídeos complementarios, para ayudar a entrar más profundamente en la Cuaresma y permanecer centrados durante toda la temporada.

El Compañero de Cuaresma de la Ascensión: Año C
Presentado por el Padre Mark Toups
Productora: Julia Bernetsky
Productor/Director: Matt Pirrall
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: Sean Boyd
Producción/Edición: Coronation Media

Los miércoles y viernes pueden ser días penitenciales, sobre todo en cuaresma

La Virgen pide ayuno, sacrificio y dar limosna. Esto también nos lo ha dicho la Iglesia. Atender a los que Dios nos pone al lado. El pueblo Estuvo 40 años en el desierto y Jesús ayunó 40 días en el desierto. Hay personas que hacen 40 días de ayuno, y nos puede parecer mucho, a pan y agua. No es imposible, también lo podemos hacer mitigado, haciendo una comida al día, tomar un refrigerio en la mañana y otra en la noche. El ayuno lleva sanación personal y familiar.

Estamos en un momento difícil. Vamos a pedir luz al Espíritu Santo para que nos diga qué es sacrificio para nosotros.

En la Santa Misa, el sacerdote viste de morado en esta época que es color de penitencia. El ser humano necesita hacer sacrificios para ayudar a Jesús a hacer la redención. Cuando se habla de esfuerzo, de ascesis, hay gente que no lo quiere oír por comodidad, cuando Jesús dijo que “hay demonios que sólo se pueden expulsar con la oración y el ayuno”. Hay que quitar las inclinaciones al mal con ayuno y penitencia. Así se abre un cauce a la luz. El Papa ha pedido ayuno para parar la guerra en Ucrania. Un mar de misericordia se abre con la muerte de Jesús en la Cruz.

¿Qué podemos hacer en Cuaresma? Dios quiere que nos convirtamos, que dejemos el pecado, que usemos el sentido común para prepararnos en estos tiempos. La conversión es hacer la voluntad de Dios en todo momento.

La Virgen María nos habla de tener humildad, amor de Dios y espíritu de penitencia. El ayuno y la oración son necesarios para todo cristiano. No podemos vivir como paganos. Los países en vías de desarrollo, con desnutrición, ya ayunan. Podemos compartir de lo que tengo o renunciar a un manjar para cederlo a quien lo necesita. Si tenemos más de lo necesario, lo donamos a quien lo necesita.

La Virgen sabe lo que Dios le permite. No debemos escudriñar el futuro y la providencia. El Señor provee, cuida a los suyos. Nos toca confiar en Dios.

Revisar nuestras actitudes, si hay rencor o falta de amor, tenemos que cambiarlas. Dios es amor, si no amamos a los demás, no estamos en consonancia con Dios, Él nos da su gracia para cambiar. ¿Por qué no fructifica ese amor en mí? Pensarlo. Hay personas que traen heridas de su infancia, tienen un bloqueo afectivo, y no saben qué hacer. Incluso pueden desarrollar una obsesión compulsiva. Hay que saber que sólo Jesús nos puede curar.

El enemigo es el demonio, y él sí que quiere hacernos daño, y nos ronda. No nos corresponde saberlo todo, si alguien nos daña hay que dejarlo a la misericordia de Dios y no juzgar. Dios ama a esa persona como te ama a ti. En toda persona humana hay una semilla de Dios, toda persona es bella. Si no amo a mis enemigos, no me he convertido. Si hago la voluntad de Dios Él me dará la fuerza. Si no te pones en camino y no pones esfuerzo, no vas a tener la fuerza para hacer el bien. El perdón a los enemigos lo tengo que trabajar.

El demonio empezó con fomentar la comodidad y el buen comer, haciendo ver que es bueno. Entra por una vía peligrosa porque nunca se conforma con un poco, quiere más. Luego viene la avaricia, tener y tener (autos, aparatos, etc). Y por último la soberbia. El hombre cree que no necesita de Dios y hace un Dios a su medida. Casos de estos se han dado en toda la historia, pero ahora se ha generalizado, y esto empezó en los hogares. El demonio ha metido en la familia a los tres enemigos del alma: demonio, mundo –lo mundano- y la carne. Si la familia no es fiel a su misión, los hijos se empiezan a corromper.

Si el demonio ve una familia fuerte, huye. ¡Qué miedo le provoca! Hay familias que frenan la concupiscencia y fomentar el amor y la solidaridad entre ellos.

El Señor fue perseguido, maltratado y llegó a la Cruz. Las persecuciones son un don de Dios (Cfr. Mc 10,28). Con ellas nos podemos parecer más al Señor. El mejor sacrificio es buscar la Voluntad de Dios y hacerla.

Ver Instrucciones para el Reino nuevo en https://vdcj.org  Décima instrucción.

COMENTARIO DE MARIJA PAVLOVIC

SOBRE EL MENSAJE DEL 25 DE FEBRERO DE 2022

Es un mensaje serio, pero también es un mensaje en el que la Virgen nos implica, nos dice que «recemos juntos». La Virgen está con nosotros, quiere ayudarnos, quiere guiarnos.

Nos acercamos al tiempo de la Cuaresma, un tiempo de renuncia. Debemos aprovechar este tiempo, que sea un tiempo de renovación espiritual para nosotros. Como hemos experimentado en los Balcanes [la guerra], con el ayuno se pueden evitar incluso las guerras, por lo que quiero decir que debemos aumentar nuestras oraciones por todos ellos, porque ahora lo necesitan. El poder del diablo es fuerte en este momento, pero también puede ocurrir en nuestras familias, donde no hay paz, ni serenidad en nuestros corazones, porque el diablo nos toma y utiliza fácilmente, ¡y no debemos permitirlo! Somos un solo cuerpo. La Virgen siempre nos ha llamado a rezar por los que están lejos, que no rezan, porque es una parte del cuerpo que sufre. Mi sufrimiento es también el sufrimiento de todo el mundo, no sólo de los ucranianos, sino también de los rusos, porque son el mismo pueblo. Me da una tristeza en el corazón, porque todos tenemos un solo Dios. Estamos en guerra entre nosotros y esa es la tragedia. El diablo está utilizando a los hombres y a las mujeres para esto. Repito, ¡roguemos para que no prevalezca el odio! Espero que el Señor les dé la Paz lo antes posible, rezo por ellos.

La Virgen dice que recemos juntos «ayúdame con la oración», la unión hace la fuerza, y en este momento debemos ser realmente uno con la Virgen y pedir esta gracia. Hoy lo vemos, cada día, más y más gente se aleja de Dios y de sus mandamientos. Jesús nos trajo la alegría, nos llama, nos invita una y otra vez a «amar al prójimo».

Así que debemos rezar no sólo por los que son atacados, sino también por los que atacan, porque desgraciadamente creo que son pocos los que quieren ir a la guerra. Casi nadie quiere la guerra, ¡la guerra sólo hace daño!

Los que ahora están bajo las bombas no tienen voz. Muchos de ellos me han enviado mensajes, quieren quedarse en casa. Desgraciadamente, en la guerra, nadie respeta a nadie, ya sea un niño, un anciano, un joven, un amigo, cuando caen las bombas no miran si hay niños allí, ¡desgraciadamente es así!

Cuántas personas creen que son como Dios, sobre todo las que no tienen problemas, ni enfermedades, etc. (a menudo la enfermedad nos acerca a Dios) y los que creen que nunca morirán.

Empecemos a pensar más en cómo lo hicieron los santos, debemos aprovechar esta vida para hacer el bien.

Las oraciones, el Vía Crucis, incluso ir a misa todos los días durante la Cuaresma se convertirán poco a poco en un hábito, en una parte de nuestra vida.

A medida que le damos más y más tiempo a Dios, Dios se entrega, lo sentimos más y se convierte en un Dios en medio de nosotros, no un Dios lejano, un Dios que no conocemos. Dios está con nosotros, camina con nosotros, y por eso creo que este momento es una oportunidad, un momento como dice la Virgen, para volver a Dios, «volver a los Mandamientos que Dios os ha dado». Empecemos, porque ahora hay desorden, hay caos, pero Dios vuelve a poner orden. Si empezamos a respetar los Mandamientos, empezamos a sentir alegría en nuestros corazones. La Virgen siempre nos dice que sin Dios no tenemos ni futuro ni vida eterna. Muchas personas que tienen odio en sus corazones no tienen futuro, pero las personas que tienen paz, que son constructores de paz que rezan, tienen un futuro, porque la Virgen dice que está con nosotros. Por eso agradecemos de todo corazón al buen Dios que nos ha enviado a la Virgen para que nos guíe en estos tiempos difíciles. Ella es nuestra Madre, nuestra guía, nuestra inspiradora, y llora por cada uno, no nos abandona, ni nos abandonará.

Nos necesita y nos sentimos honrados de poder decir «Somos sus hijos». Somos pecadores, pero somos tus hijos. En este momento también quiere invitarnos a todos a abrazar el mensaje y a ponernos de rodillas para rezar y rezar de verdad por la Paz, no sólo por la paz en Ucrania, sino por todas las partes del mundo donde hay guerra, ya sea pequeña o grande, visible o invisible.

Somos conscientes de que existe el mal y de que somos instrumentos de paz y con nuestra oración, nuestras acciones y nuestra vida podemos conseguir que el mal no prevalezca.

Fuente: Medjugorje Tutti i Giorni

Vivir la cuaresma con lo que traemos de esta pandemia

Consuelo Vélez Fe y Vida

Estamos comenzando el tiempo de cuaresma y este año podremos participar con más aforos presenciales en las celebraciones litúrgicas. Será ocasión, entonces, de avivar nuestra fe y recuperar el sentido comunitario de la experiencia eclesial. Pero no podemos volver a estas celebraciones de la misma manera que las dejamos hace dos años por la pandemia. Por el contrario, convendría que fuera un tiempo distinto, donde traigamos la experiencia vivida y proyectemos el futuro.

¿Qué podemos traer?Los miedos que nos provocó la pandemia, que fueron muchos: al contagio, a la enfermedad, a la muerte. El miedo al contagio, nos hizo alejarnos de los demás. Fue una experiencia fuerte, donde por muchos meses no pudimos estar cerca de los seres queridos. La enfermedad y la muerte trajeron preocupaciones, tristezas y dolor porque muchos parientes y amigos, aún hoy, resienten las consecuencias del covid y otras ya se fueron definitivamente dejando ese vacío profundo que nada ni nadie logra llenar y solo queda la aceptación y la confianza de que ellos ya gozan de la presencia de Dios.

Podemos traer también la incertidumbre que ha dejado toda esta situación. Aún ni sabemos si este virus ha sido derrotado, si conviviremos con él por mucho tiempo o si aparecerán otros semejantes. Lo que sabemos es que las consecuencias de todo este tiempo están ahí y hemos de asumirlas: mayor pobreza, deterioro en la salud mental de muchas personas, más violencia padecida por las mujeres, peor calidad en la educación, especialmente entre los más pobres, por la falta de conectividad y, así, muchas otras consecuencias, que cada quien podría nombrar.

Precisamente, la realidad de cada persona y la de nuestro mundo es lo que ha de estar presente en esta cuaresmaEste tiempo litúrgico, no es para “imaginar” o “recordar” la pasión del Señor sino para vivirla. De hecho, la pasión de Jesús sigue actual en todo aquello que no está acorde con el reino de Dios. Aún las cruces persisten, las que son fruto de la limitación humana y de nuestra naturaleza creatural pero, sobre todo, las que produce el egoísmo humano y la negatividad que albergan muchos corazonesEsas cruces son las que hemos de reconocer y buscar erradicar porque Dios no quiere la cruz, ni el sufrimiento, sino la vida plena para todos sus hijos e hijas.

La pasión de Jesús nos habla de su fidelidad a la buena noticia del reino. Jesús se va dando cuenta que despertaba contradictores y enemigos, incluso que se confabulan contra él para matarlo. Él habría podido huir o desistir de su misión, pero permaneció fiel porque echarse para atrás era impedir que el proyecto de Dios sobre la humanidad se hiciera posible. Por eso, a Jesús lo asesinaron los enemigos, pero “Dios lo resucitó y de eso somos testigos” (Hc 2, 32), afirmaron los discípulos los cuales, gracias a su testimonio, hicieron posible esa corriente de bien y de bondad, de triunfo de la vida sobre la muerte que ha llegado hasta nosotros, invitándonos a continuarla.

Es así como, reconociendo las cruces actuales, la cuaresma nos mueve a buscar cómo erradicarlas. Nada del sufrimiento humano nos es ajeno. Es tiempo de trabajar por la justicia social para que ni una pandemia, ni un desastre natural, ni la organización social, impidan la vida de la gente. En Colombia, en concreto, la cuaresma coincide con el tiempo de elecciones. Nuestro voto determinará hacía donde apostamos. Si escogemos políticas de muerte o de vida. Políticas que favorezcan a los más pobres o que mantengan los privilegios de algunos. Ojalá no olvidemos lo que el papa Francisco ha dicho con tanta claridad: “En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del ‘derrame’, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto los excluidos siguen esperando” (Evangelii Gaudium n. 54). Sin políticas sociales efectivas, no habrá mercado, ni libre competencia que transforme la injusticia social de nuestro mundo.

Pero también es urgente cuidar la “casa común”, porque tal y como estamos, no se augura un futuro prometedor para las próximas generaciones. Sabemos que muchos de los fenómenos naturales que nos afectan son fruto de la explotación irracional del planeta y del empeño de solo buscar ganancia en lugar de preservar el equilibrio ambiental. Una conversión “ecológica”, sería una manera muy concreta de vivir esta cuaresma.

Y por supuesto, nunca como ahora, es tarea la construcción de la paz pensando en las guerras que se desatan en nuestro mundo. Ahora bien, no podemos afrontarlas con el binomio “buenos y malos”, sino develando los intereses oscuros que se tejen de lado y lado para exigir que “de lado y lado” se den cambios sustanciales que hagan posible la paz.

Y cada cual podrá seguir definiendo, cómo y de qué manera, erradicar las cruces de nuestro mundo, cruces que necesitan ser transformadas para vivir el misterio pascual. Jesús que lo hizo posible con su propia vida, necesita de nosotros para que su resurrección dé los frutos esperados en el aquí y ahora de nuestro tiempo. De nuestra fidelidad al proyecto del reino dependerá que este año podamos celebrar el misterio pascual, no como un recuerdo de pasado sino como una realidad presente. En otras palabras, reconociendo tantas cruces que afectan a la humanidad, el tiempo de cuaresma se hace propicio para convertirnos a la justicia, a la bondad, a la solidaridad, al bien común, al cuidado de la creacióna la construcción de la paz, en otras palabras, a hacer creíble la resurrección de Jesús en la historia que nos ha tocado vivir.

(Foto tomada de: https://encuentra.com/el_calendario_liturgico/miercoles_de_ceniza_14001/)

Cuaresma, tiempo de conversión y misericordia.

CARTA PASTORAL AL INICIO DE LA CUARESMA

El día 2 de marzo es Miércoles de Ceniza. Aquí comienza la Cuaresma, el tiempo litúrgico que pretende la conversión, que nos arrepintamos de nuestros pecados y seamos mejores, viviendo más cerca de Cristo y del prójimo que nos necesita. Se trata de los 40 días de preparación para vivir los misterios centrales de la fe: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. El signo inicial de la imposición de las cenizas en nuestras cabezas es expresivo de algo que ha de morir en nosotros para poder renacer y cambiar de vida. En estas semanas donde se preparan los que van a ser bautizados en la fiesta de Pascua se nos recuerda la relación especial que hemos de tener con el Señor Resucitado, el compromiso con el evangelio que nos ha enseñado y una vida moral consecuente con quienes como cristianos aspiramos a la santidad. Es tiempo, por todo ello, de reflexión, de penitencia, de conversión y reconciliación, para un combate contra el pecado cuyas potentes armas son la oración, el ayuno y la limosna.

Este Miércoles de Ceniza el Papa nos pide hacer una jornada de oración y ayuno pidiendo por la paz en Ucrania. Una vez más la situación dolorosa del mundo en guerra nos angustia y llena de preocupación, y nos hace pensar en tantos males, desórdenes y pecados personales que influyen dramáticamente en la vida común. ¡Cuánto sufrimiento provoca nuestra violencia, avaricia o afán de poder! Pero también la búsqueda del bien nos llama a la solidaridad. Arrojemos de nuestros corazones el odio, la envidia, los celos y personalismos que se oponen a los hombres y a Dios.

Esta Cuaresma tiene que llegar al corazón o, de lo contrario, se quedará en lo superficial. Es tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Este año, sin las restricciones del covid-19 de la anterior, las parroquias –así como las hermandades y cofradías, los movimientos y asociaciones, etc.—, han de ayudar con todas sus fuerzas para que hagamos una auténtica renovación personal con la fuerza de la liturgia bien preparada y expresiva de nuestra relación con Dios, en la escucha y aceptación de la enseñanza del evangelio, con los actos de devoción, conferencias cuaresmales, retiros y celebraciones de la Palabra, Vía Crucis y rezo del rosario. El Señor nos enseña a vencer la tentación, con Él y con nuestra propia colaboración, y mueve nuestra transformación interior. Solo hay que dejarse encontrar por quien nos busca con tenacidad y solicitud incansable, a pesar de nuestra tibieza.

La conversión nos lleva siempre a la caridad, que expresa nuestro compromiso y el deseo que cambiar la realidad, de llegar más allá y de buscar a los alejados. El Papa nos recuerda: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo.  Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a). “La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la ‘gran esperanza` de la vida eterna e introduce ya el en tiempo presente la semilla de la salvación” (Benedicto XVI, Spe salvi, 3.;7). “No nos cansemos de orar ni de extirpar el mal de nuestra vida”. “No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Practiquemos la limosna, dando con alegría”.

La Cuaresma es tiempo de conversión y misericordia. Cáritas Diocesana invita a colaborar con la campaña de emergencia por Ucrania. Queremos ofrecer nuestro apoyo a la población víctima de los ataques y la emergencia humanitaria. Por esta razón, y en respuesta a la petición de Cáritas Ucrania a través de Cáritas Internacionalis, nos sumamos a la campaña «Cáritas con Ucrania» en solidaridad con estos hermanos en su labor con las personas más vulnerables que están siendo víctimas de esta nueva guerra en el este de Europa. Socorrer a los necesitados es un deber de justicia y de caridad que ordena en nosotros la seducción de las riquezas materiales y nos abre a la recompensa de la bendición de Dios y a la entrega de nosotros mismos.

Esforcémonos por recuperar el estilo de los hijos de Dios aceptando su amor. Pido al Señor nos conceda vivir este tiempo como tiempo de alegría y de esperanza –que es fruto de la confianza en el Señor de la renovación del espíritu y de la caridad— y llegar a la Pascua siendo mejores, más amigos de Cristo. La Virgen María nos acompaña siempre en la Iglesia en esta peregrinación interior a la fuente de la misericordia, animándonos a progresar en la oración y en el amor, y nos muestra el camino de la gracia que nos transforma y nos lleva a su Hijo, Nuestro Señor.

Os bendigo a todos con afecto

  + Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta

Ideas que debemos saber sobre la Cuaresma

La Cuaresma es un tiempo de purificación de nuestro corazón, pensamientos, deseos, intenciones, acciones y voluntad. ¡Hoy el P. Ed ofrece ideas sobre cómo hacer de esta Cuaresma y Pascua nuestra mejor Cuaresma y Pascua!


Y LA TEMPORADA DE PASCUA. VAMOS A APRENDERLOS!!! POR el P. Ed Broom, OMV

Jesús viene a nosotros y nos comunica Su Gracia y Presencia de muchas maneras maravillosas. Él dijo, antes de ascender al Cielo, que Él estaría con nosotros siempre hasta el fin de los tiempos. Entonces Jesús ascendió al Cielo donde se sienta a la diestra de Dios el Padre. ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo está Jesús con nosotros cuando realmente ascendió al Cielo? La respuesta: en Su Iglesia que es Su Cuerpo Místico. La Iglesia, en el ciclo litúrgico, revive la vida de Jesús cada año. Los dos mejores momentos (Temporadas Fuertes de Cristo) cada año son el Adviento que culmina en Navidad, luego la Cuaresma que culmina en la Semana Santa y el pináculo o punto culminante que es la celebración de la Pascua: la Resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Por lo tanto, nos corresponde a nosotros como seguidores de Jesús estudiar y aprender estos tiempos estelares, especialmente el tiempo de Cuaresma que culmina en la Semana Santa, y Jesús que vence a la muerte por Su Gloriosa Resurrección.

¡El siguiente es un artículo conciso sobre veinticinco ideas que todo católico debería saber sobre el tiempo de Cuaresma y la Pascua! Por favor, lea detenidamente, aprenda y memorice. Entonces, si realmente quieres crecer en tu fe, compártelo con tantas personas como puedas!!!

1. TIEMPO DE GRACIA PARA NUESTRA CONVERSIÓN. Cada año Dios a través de Su Iglesia, Su Cuerpo Místico, nos ofrece una temporada especial de gracia para la conversión. Nuestra conversión debe ser renunciar al pecado e imitar al Señor Jesucristo.

2. MIÉRCOLES DE CENIZA. Cada año la Cuaresma comienza con el MIÉRCOLES DE CENIZA. Las Cenizas simbolizan nuestra mortalidad, que un día moriremos y pasaremos de tiempo a eternidad y cumpliremos con nuestro Juicio. «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás». (Génesis 3:19)

3. AYUNO. Aquellos que han llegado a los 18 hasta los 59 años están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza, así como el Viernes Santo. Privamos a nuestros cuerpos de alimentos para que podamos elevar nuestras mentes y almas a Dios.

4. PRIMER DOMINGO DE CUARESMA: JESÚS EN EL DESIERTO. El primer domingo de Cuaresma contemplamos a Jesús en el desierto, donde oró y ayunó durante cuarenta días, y fue tentado por el diablo. Para que podamos conquistar al diablo, la carne y el mundo debemos imitar a Jesús. ¡Debemos ayunar y orar!

5. CUARENTA DÍAS. Nuestro viaje cuaresmal dura cuarenta días, sin incluir los domingos de Cuaresma. Cuarenta es un número bíblico clave. Los judíos pasaron 40 años en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida. Jonás predicó que Nínive sería destruida en cuarenta días si no había conversión. Jesús pasó cuarenta días en el desierto orando y ayunando.

6. CAMBIOS LITÚRGICOS. Hay algunos cambios litúrgicos durante el tiempo de Cuaresma: El Aleluya y la Gloria son suprimidos. Las flores son tomadas de la Iglesia. El sacerdote viste de púrpura, ¡un color penitencial!

7. CONVERSIÓN DEL CORAZÓN. Como se mencionó anteriormente, la Cuaresma es un tiempo serio de lucha por la conversión de nuestras vidas. Al imponer las cenizas, el ministro también puede decir las primeras palabras de Jesús en su ministerio de predicación: «Arrepentíos (convertíos) y creed en el Evangelio.» (Mc 1, 15) ¡Jesús nos ofrece tres maneras de llegar a esta conversión de la vida! Son los siguientes.

8. ORACIÓN. Al orar, subimos a Dios y Él desciende a nosotros, para ayudarnos a rechazar el pecado y practicar la virtud. Todas las conversiones verdaderas son, en última instancia, el fruto de la oración: la propia oración personal o la oración de los demás, ¡y generalmente ambas!

9. MISA Y ORACIÓN. Con mucho, la oración más grande en el universo es el Santo Sacrificio de la Misa. Si es posible, la Cuaresma es un momento muy propicio para asistir al Santo Sacrificio de la Misa con la frecuencia que nuestro tiempo y horario lo permitan.

10. PENITENCIA (AYUNO). Jesús declaró: «Algunos demonios son expulsados sólo por la oración y el ayuno«. (Mt. 17: 28) Todos debemos elegir alguna forma de ayuno con la ayuda de un buen Director Espiritual.

11. CONFESIÓN Y CONVERSIÓN. Uno de los medios más eficaces para alcanzar la verdadera conversión del corazón es preparando nuestros corazones, mentes y almas para hacer una buena Confesión Sacramental al sacerdote, y dejar que la Preciosa Sangre de Jesús nos lave limpios.

12. LIMOSNA. La práctica de la LIMOSNA no debe limitarse a simplemente darle a un mendigo algo de dinero, comida o ropa. Más bien, la limosna puede interpretarse de la manera en que tratamos a las personas en general. ¡Muy especialmente debemos expresar bondad, compasión, cortesía, paciencia y un espíritu genuino de sacrificio con aquellos en nuestro propio hogar! «¡La caridad comienza en casa!»

13. EL VÍA CRUCIS. Una práctica muy saludable para emprender en Cuaresma es hacer las Estaciones de la Cruz. Al contemplar estas catorce estaciones o escenas en la Vida de Jesús, el punto culminante de Su Pasión, reconocemos cuánto sufrió Jesús por nosotros y nos ama. ¡De hecho, cada uno de nosotros puede decir sinceramente que Jesús sufrió todo esto por mí!

14. CUARTO DOMINGO DE CUARESMA: EL COLOR ROSA. Dos veces en el calendario de la Iglesia, el sacerdote puede usar el color rosa en la celebración de la Misa: el tercer domingo de Adviento y el cuarto domingo de Cuaresma. ¿Por qué? Este color simboliza la ALEGRÍA. ¡El hecho de que Jesús nació para nosotros y que sufrió, murió y resucitó de entre los muertos por nosotros en una fuente de alegría infinita! Al permitir vestimentas rosas en el curso de estas dos estaciones penitenciales, ¡la Iglesia está anticipando esta Alegría!

15. ¡COMIENZA LA SEMANA SANTA! La Iglesia entra en la semana solemne y más importante del año con la Semana Santa. El Domingo de Ramos inicia la Semana Santa. Recordamos cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén montado en un burro, y la gente lo aclamó: «Hosanna, bendito es el que viene en el nombre del Señor». (Mt. 21: 9) En medio de estos gritos jubilosos de júbilo, agitaron sus ramas de palma.

16. LA LITURGIA DEL DOMINGO DE RAMOS. El sacerdote viste el color rojo, para la Preciosa Sangre de Jesús. La lectura del Evangelio es el relato de la Pasión de Jesús.

17. EL TRIDUO PASCUAL. El Triduo Pascual, el corazón mismo de la celebración de la Semana Santa, consta de tres días y culmina en Pascua. Estos tres días son los siguientes: Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo. ¡Estos días son de la mayor importancia!

18. JUEVES SANTO. En este día solemne, solo se celebra una Misa: la Misa de la Cena del Señor celebrada por la noche. Este día recuerda dos de los mayores dones que Jesús otorgó a la Iglesia: la Institución de la Santísima Eucaristía y la institución de las Sagradas Órdenes o el Sacerdocio. Este día debe llamarnos especialmente a renovar nuestra fe, devoción y amor por la Eucaristía y a orar por los sacerdotes y por vocaciones sacerdotales más santas.

19. VIERNES SANTO. En este día estamos debajo de la cruz con nuestra Madre Dolorosa, María Santísima, y con sus ojos llorosos y su Corazón traspasado contemplamos a Jesús, que sufre tres largas horas en la cruz, derramando cada gota de Su Preciosa Sangre para nuestra salvación eterna. Si fueras la única persona en el mundo, Jesús habría sufrido su agonía atroz por amor a ti y la salvación de tu alma inmortal. ¡Jesús colgado en la cruz es la contemplación más poderosa del Amor en el universo!

20. SÁBADO SANTO: EL SILENCIO Y LA CONTEMPLACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES. Este día Jesús está descansando en la tumba durante todo el día. El tema de este día es acompañar a Nuestra Señora de los Dolores en silencio. Unidos a María, revivimos la Dolorosa Pasión de Jesús. Toda su agonía todavía está fresca en la mente y la memoria, los ojos y el Corazón de María. Ella revive la Pasión de Jesús ese día. Estamos invitados a pasar el día al lado de María y consolarla, y ella también nos consuela en nuestro doloroso revivir los sufrimientos de su Hijo y de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

21. MISA DE LA VIGILIA PASCUAL: ¡JESÚS HA RESUCITADO VERDADERAMENTE DE ENTRE LOS MUERTOS! ¡Esta misma noche, con la Misa más gloriosa del año, la Misa de la Vigilia Pascual, la Iglesia y el mundo en general celebran el evento más glorioso de la historia humana! ¡Jesucristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos! ¡Aleluya! ¡Él ha regresado de entre los muertos en Su Cuerpo resucitado y nunca más morirá!

22. LA BELLEZA DE LA MISA DE VIGILIA. En esta Misa, los catecúmenos recibirán los tres Sacramentos de iniciación: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. El Aleluya irrumpe para alabar a Dios. La Gloria se canta en unión con los ángeles. Luego hay una larga serie de hermosas lecturas bíblicas que resumen la historia de la salvación. Siguiendo la Liturgia de la Palabra, entramos en la Liturgia de la Eucaristía. ¡Al recibir la Sagrada Comunión, nos elevamos con Cristo a una nueva vida!

23. DÍA DE PASCUA Y TEMPORADA DE PASCUA. La Pascua, siendo una solemnidad tan gloriosa, no se puede celebrar en un día, y de hecho se celebra durante ocho días. La resurrección de Jesús da sentido a toda la vida humana. Después de las pruebas, luchas, dolores y tristezas de esta vida, si perseveramos en la gracia hasta el final, participaremos en los frutos de la Pascua, nos levantaremos con el Señor resucitado y alcanzaremos el propósito de nuestra vida: ¡el Cielo!

24. DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. ¡Las gracias abundan! El domingo después de Pascua, la Iglesia celebra el DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. Aquellos que han sido confesados y participan en la Misa y reciben la Sagrada Comunión con amor ardiente en este día, reciben la Promesa de la Divina Misericordia: el perdón de nuestros pecados y la remisión total de nuestros pecados. Esto se puede comparar con un segundo bautismo; nuestra alma se vuelve tan blanca como la nieve. Si muriéramos en ese momento, ¡entrada inmediata al cielo!

25. TEMPORADA DE PASCUA. El tiempo de Pascua dura cincuenta días y concluye con la solemnidad de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo y el cumpleaños de la Iglesia Católica. ¡Durante todo este tiempo, los Hechos de los Apóstoles, también conocidos como el Evangelio del Espíritu Santo, se leen en la Santa Misa!

Levantemos nuestros ojos a María, que estaba debajo de la cruz uniendo sus sufrimientos con los sufrimientos de Jesús por la salvación del mundo. Alegrémonos también con María, y con un júbilo desbordante y exultante, porque el Señor Jesús crucificado ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, para no morir nunca más. «Reina del Cielo regocíjate, aleluya, porque el Señor ha resucitado verdaderamente de entre los muertos».

http://fatherbroom.com/es