6 min. “Si quieres tener una vida exitosa haz lo que quieras”, pensaba.
Categoría: Conversión
Niña mormona a la que se le apareció la Virgen: ¿será santa?

La Iglesia católica estudia la posibilidad de declarar santa a la Sierva de Dios Cora Evans, esposa y madre de California
Nacida en 1904 en Utah, Cora Evans comenzó su vida en un hogar mormón.
Cuando era pequeñita, a la edad de 3 años, Evans experimentó una visión mística de la Santísima Virgen María, aunque en ese momento no la entendió completamente.
Durante el resto de su infancia vivió de acuerdo con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y finalmente se casó con su esposo en el Templo de Utah.
Poco después de su boda, Evans empezó a tener dudas sobre la fe mormona y comenzó un largo camino de investigación.
Conversión (en familia)
En 1934, mientras yacía enferma en la cama, escuchó un programa de radio llamado La hora católica y después se puso en contacto con un sacerdote católico local.
Evans se reunió con el sacerdote muchas veces y pronto se convenció de que Dios la estaba llamando a ser católica.
Un año después, Evans, su esposo y sus dos hijas se convirtieron a la fe católica.
Esto la llevó a una relación más profunda con Cristo, y mantuvo un diario de sus muchas experiencias místicas.
Our Sunday Visitor explica que Evans «tenía los estigmas (heridas de Cristo), la bilocación y la fragancia de rosas asociadas con su presencia«.
Cora trató de ocultar estos dones espirituales a su familia, pero su hija fue testigo de los estigmas y se vio muy afectada por ellos.
Evans murió en 1957 y su escritura y ejemplo continúan inspirando a muchas personas en todo el mundo.
La Iglesia trabaja en declarar santa a Evans
El año pasado, en su asamblea plenaria de otoño en Baltimore, los obispos estadounidenses dieron su apoyo a la causa de canonización de Cora Evans.
Este apoyo permitió que la causa pasara a la siguiente etapa, que incluye la presentación de documentos a Roma, según informó OSV News:
«La diócesis celebró la sesión de clausura de la fase diocesana de la causa el 22 de enero después de la Misa en la catedral de San Carlos celebrada por el obispo Daniel E. García de Monterey.
Durante esa sesión, la documentación de la causa fue ceremoniosamente sellada con cera antes de su traslado al Vaticano.
Los funcionarios del Vaticano romperán el sello cuando comience oficialmente la fase romana de la causa».
Si el Vaticano revisa la causa de Evans y encuentra que su vida tiene evidencia de «virtud heroica», entonces puede ser declarada » venerable » y más adelante quizás santa.
Cómo no apegarse a la persona que nos ayudó en el proceso de conversión

María Álvarez de las Asturias, colaboradora de Aleteia, habla de un problema que puede afectar a las personas que descubren a Dios a través de alguien
Tú no eres creyente, pero un día vas a un retiro con unos amigos y recibes la gracia de encontrarte con Dios a través de esa experiencia.
Tú sí eres creyente, pero un día en unos ejercicios, retiro, charla, encuentro, adoración… recibes la gracia de escuchar a una persona y se te abre la puerta a una relación más cercana y profunda con el Señor.
Si has vivido esto, sabes que entras en un mundo nuevo: ese encuentro con Cristo o con el Espíritu Santo, te da nueva vida. Te llenas de una felicidad inmensa («¡Hemos encontrado al Mesías!», Jn 1, 41), te arde el corazón. Si te ha pasado, ¡da muchas gracias a Dios!
Generalmente, uno llega a este encuentro a través de mediaciones humanas: un sacerdote, un catequista, un profesor… Es normal sentir un agradecimiento enorme hacia la persona que te ha facilitado esta nueva relación con el Señor; y está bien ser agradecidos.
Corazón apegado
Al mismo tiempo, hay un cierto riesgo de que ese corazón encendido en el amor de Dios se quede también apegado a la persona que te llevó hasta Él; porque también es normal en nuestra psicología sentir un gran afecto hacia las personas que nos han hecho un bien grande, y llevarte a Dios es el más grande. De este modo, esa persona se convierte para ti en una figura de referencia muy importante.
Puede ser que algunos sacerdotes no sean conscientes de este efecto que causan en muchas personas. Si lo fueran, serían más prudentes ante algunos comportamientos que favorecen esos apegos y que, si no se cuidan, pueden derivar en enganches emocionales y también en abusos de conciencia.
En el Angelus del domingo 15 de enero de 2023, el Papa Francisco advierte de los peligros de estas situaciones. Y es que cuando el sacerdote, catequista, profesor… se ha convertido en esa persona de referencia, empieza a tener un gran poder de influir en el otro, que le admira y agradece lo que ha hecho por él y, de alguna manera, puede identificar su relación con el Señor con seguir todas las indicaciones del sacerdote; con vivir su fe dentro del grupo en el que encontró al Señor; con encerrarse en las relaciones y actividades de ese grupo.
Como Juan Bautista
El mejor ejemplo para hacer las cosas bien, como dice el Papa, es Juan Bautista que «abre la puerta y se va«. Y es que, poniendo como ejemplo al Bautista, el Papa nos indica que «una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús».
«Ha predicado al pueblo, ha reunido discípulos y los ha formado durante mucho tiempo. Y, sin embargo, no ata a nadie a sí. Esto es difícil, pero es el signo del verdadero educador: no atar a las personas a uno mismo.» Papa Francisco
Y esto se concreta en ayudarles a madurar humana y espiritualmente, y ayudarles a entender que uno ha podido ser instrumento de la Providencia en un momento dado, pero a quien hay que seguir es a Jesús.
Dejar libres a los demás
El Papa nos recuerda la importancia de dejar libres a los demás, de «no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud».
«Y aún más, siguiendo el ejemplo de Juan: ¿sabemos alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros?… Esto es dejar crecer a los demás.»
Puedes leer aquí el texto íntegro del Angelus.
De joven de vida disoluta al sacerdocio a través de Medjugorje

La historia de este sacerdote de 44 años es verdaderamente luminosa y conmovedora
Hoy compartimos una extraordinaria historia de muerte y renacimiento, la del joven disoluto que se convirtió en el padre David Costalunga.
«Parece imposible que el Señor me mirara, pensara en mí», le dijo a la reportera Mariella Gugole del diario italiano L’Arena. El sacerdote de 44 años, ordenado el pasado 8 de octubre en la familia Pasionista de Caravate (Varese, norte de Italia), experimentó un camino de 10 años.
Una juventud desperdiciada en vicios
Su juventud fue disoluta y entregada a los vicios: alcoholismo, desempleo frecuente, juergas nocturnas y relaciones turbulentas. Experimentó mucha soledad y sufrimiento, años de vacío y sinsentido, sintiéndose muerto por dentro. Como tantos jóvenes, estaba perdido y la cerveza se convirtió en su mejor amiga.
«Empecé a trabajar con 14 años y habiendo sido arrojado al mundo de los adultos, fui por el único camino que conocía: cerveza, discotecas, clubes nocturnos… y todo lo demás que me hizo morir por dentro», le dijo a Gugole. «No entendía que había perdido el sentido de mi vida, que estaba tirando toda mi existencia al viento», dijo al semanario italiano Verona Fedele.
El comienzo del renacimiento
Hay una persona, la madre de David, y una fecha, el 7 de febrero de 2012, que marcó el comienzo de su renacimiento.
«Habían pasado 20 años desde que había ido a la iglesia y mi mamá estaba muy enferma. No podía ni debía perderla. Ella era la única que me amaba. Solo ella derramó lágrimas por mí», le dijo al reportero.
Había tocado fondo y su hermana Bárbara lo convenció de ir en peregrinación a Medjugorje. Al principio solo pensaba en divertirse. «Estaba escéptico, vacilante. Ni siquiera entendía el motivo de este viaje», le dijo a Fedele. Pero entonces algo sucedió.
Al principio andaba bebiendo cerveza barata, pero luego le entraron ganas de confesarse y todo cambió.
«En esa confesión por primera vez me sentí amado, no me sentí juzgado, sino que descubrí que hay un Padre que me ama por lo que soy, con mis limitaciones y debilidades. Las lágrimas brotaron de mis ojos como ríos, una nueva vida comenzó ese día, nació un nuevo David».
En verdad, como dice el Papa Francisco , «son precisamente las lágrimas las que nos preparan para ver a Jesús».
Esa confesión en Medjugorje marcó el comienzo de su nueva vida.
David no se consideró digno de la mirada amorosa de Dios; había hecho demasiadas cosas, viviendo una vida disoluta sin un propósito. Pero experimentó a través del sacramento de la reconciliación que Dios es un Padre que nos espera con los brazos abiertos incluso antes de que le pidamos perdón.
Su existencia después de su encuentro con Cristo estuvo nuevamente llena de sabor, luz y esperanza, las mismas características que exuda hoy, como le dice al reportero Gugole.
Ahora disfruto todo lo que hago (…) También hay quien duda. Aquellos que no han captado la belleza y el esplendor de lo que estoy haciendo y piensan que es una broma. En cambio, desde que descubrí la fe, descubrí a Jesús que vino a sacarme de mi infierno. Estaba muerto por dentro.
Felicidad recién descubierta
El padre David está feliz de ser sacerdote porque ha puesto su vida en las manos de Dios para servir a la Iglesia. Pronto partirá a una misión misionera en la casa pasionista en Tanzania.
Le dijo a L’Arena:
Ahora, por la noche, no puedo esperar a dormirme para despertarme pensando en todas las cosas buenas que tengo que hacer, entregándome. Mi pasado me hace apreciar mucho la vida. Antes, cuando me despertaba me preguntaba: “¿Por qué vivir un día más?Quiero desaparecer, desaparecer.
«Mi pasado me hace apreciar mucho la vida.»
Siente que el Señor lo está llamando a ayudar a los jóvenes que están esclavizados por las adicciones, como lo había estado él.
«Hay jóvenes que están cansados y confundidos. Se encierran y cuando les pregunto: ‘¿Por qué fumas marihuana?’, dicen: ‘Porque estoy estresado’. No tienen objetivo. Su celular y su sofá son su horizonte. (…) Soy duro con los niños, trato de despertarlos, sacudirlos.»
Gratitud
El padre David tiene un profundo agradecimiento a todos aquellos que lo han apoyado y formado. Sin embargo, lo primero y más importante es su familia y especialmente su madre, quien dejó este mundo el mismo año en que su hijo comenzó su cambio.
«Una madre que va a la habitación de su hijo, le da un beso, le demuestra su cariño, su amor… que en definitiva no se rinde: aquí puede hacer un milagro.»
Le dijo a Gugole:
«Mi mamá era una roca. Ella nunca se rindió hasta el final. No puedo olvidar sus lágrimas, semejantes a las de tantas madres de jóvenes descarriados. Uno debe ser capaz de empujar a un joven al borde del abismo en la dirección opuesta. Una madre que va a la habitación de su hijo, le da un beso, le demuestra su cariño, su amor… que en definitiva no se rinde: aquí puede hacer un milagro.»
Y la historia de este hombre que una vez estuvo perdido y hoy es el padre Davide Costalunga es la prueba más auténtica de ello. Él dice: «Yo era un lobo y me convertí en pastor de las ovejas».
De traficante de drogas armado a profeta de Dios…

Conoce a uno de los evangelizadores e influencers católicos hispanos más influyentes: David Bisono y su Café con Cristo
David estaba inmerso en el mundo de las drogas, traficaba, violentaba, armado pasaba su vida divagando por las calles… Hasta que pudo cambiar su arma de fuego y las drogas, por las armas más poderosas del universo, las armas espirituales de Dios. David se convirtió en un profeta de esperanza, en un enviado de la Palabra de Dios, un líder de amor tatuado con una misión desde el cielo…
– David Bisono, cuéntanos dónde naciste.
Nací en Brooklyn, New York, tengo 49 años y actualmente vivo en Chicago.
– ¿Cuáles consideras que son los talentos y bendiciones que Dios te ha dado?
Una vez estaba dando un retiro en Nueva York y unos servidores me encerraron en un cuarto y me dijeron: “Tú nos vas a decir ahora mismo cómo es que pides los dones y carismas del Señor”. Yo pregunté: “¿Por qué?” Y ellos me dijeron que porque el Señor me había dado mucho.
No entendía muy bien, pero el único regalo, el único carisma que yo le he pedido al Señor, es el regalo y el don de amarle con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas.
Desde muy temprano entendí que si yo podía amar al Señor de esa manera, no había nada que Él no me fuera a conceder, porque Él sabía que lo que me concedía, yo lo iba a utilizar para el bien de las personas, para su gloria. Entonces, considero que Dios me ha dado y me sigue dando lo que necesito, cuando lo necesito, para el que lo necesite.

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– ¿Tienes un pasado oscuro?
Mi pasado es según la perspectiva de cada quien, pero no fue un pasado oscuro. Yo andaba en las calles vendiendo drogas, usando drogas, totalmente alejado del Señor; no tenía ni idea de quién era Dios. No crecí en una familia en donde nos obligaban a ir a la iglesia, así que mi encuentro con Dios fue un encuentro muy personal y totalmente inesperado.
Yo no estaba buscando al Señor, pero en ese momento entendí que el Señor tenía un propósito conmigo y, desde ese tiempo, me he dedicado a cumplir lo que Dios me ha encomendado.
– ¿Alguna vez portaste un arma?
Sí. Para mí era normal porque todos tenían una. Yo hacía lo que hacían los demás; la cultura dicta tu comportamiento, tus decisiones.
– ¿Cómo es ver al demonio en esa vida del pasado?
Cuando estás en la oscuridad, no entiendes qué es la oscuridad. Además, si todos los que te rodean están en la misma vida, tú no lo ves como algo anormal sino que es parte de tu día a día.

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Pero, cuando uno tiene la experiencia con Dios y estás en la luz, te das cuenta de que vives en la oscuridad. Con el tiempo uno va entendiendo. Dios nos va revelando las cosas poco a poco y eso es lo que me ha ayudado a permanecer en el camino, recordando de dónde Él me sacó.
Sigo creyendo de todo corazón que esas experiencias me han ayudado a ser empático y compasivo, porque también tuve momentos en donde me sentía sin salida. Así he podido caminar con el prójimo, entendiendo los procesos para poder acompañar a los demás, tener fe y esperanza.
– ¿Tu vida estuvo en peligro en algún momento?
Sí. Es parte de la calle, de la cultura que indica el comportamiento, las decisiones. Reconoces que no estás haciendo lo correcto y buscas protegerte de todos. Cuando vives de esa forma, todo se normaliza.
Vives el peligro del pecado y no te molesta, no crees que hay otra manera de vivir. Dios está en lo más oscuro de nuestras vidas, no hay lugar en el que Él no nos pueda alcanzar.
Hay momentos muy tiernos en los que Dios nos permite sentirlo, verlo y tenemos que aprovechar esos momentos de gracia. Debemos dejarnos abrazar dpor Dios y solamente su gracia nos permite esas experiencias.
– ¿Eres casado o soltero?
Estuve casado y hace como siete años estoy divorciado y con mi matrimonio anulado. Tengo dos hijos y una nieta. Con el tiempo el Señor ha ido sanando esa parte de mi vida, pero tengo una relación increíble con ella y con mis hijos.

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El señor me ha dado la oportunidad de conocer a otra persona y ahora estamos juntos. Todos estos momentos aportan y son parte de nuestro crecimiento y madurez en el Señor.
– ¿Cómo es ahora regresar a las calles, pero ya sin armas?
Ahora más que nunca estoy armado con mi rosario. Yo puedo estar en cualquier lugar, porque para mí el barrio es como mi casa. Me encanta porque siempre es una oportunidad para conectar con personas. Estoy enamorado de la vida, enamorado de Dios.
– ¿Tuviste problemas con la ley?
Sí. Si estás mucho tiempo cerca de una barbería, seguro te van a recortar.
– ¿Cuál es tu misión hoy en día?
Tengo una pasión por ayudar a las personas: quiero que conozcan a Dios, especialmente las que no ven a la Iglesia como un lugar para ellos, las que están cansadas de la Iglesia o las que están alejadas de la Iglesia.
Para mí el trabajo o el ministerio, es cómo poder comunicar la palabra de Dios, de tal manera que pueda usarla para comunicar en la cultura. Lo que más me agrada es poder comunicar la palabra a las personas, sin importar si tienen o no una experiencia con Dios.
– ¿Cuál ha sido para ti un momento importante de conversión?
Me encontré con una muchacha que me dice: «Oye, tú de mí no te acuerdas, pero hace tres años te mandé un WhatsApp desde Francia y me llamaste. Me dijiste que tú normalmente no hacías eso, pero que sentías en tu corazón que tenías que llamar. Hablamos y te dije que mi mamá tenía cáncer, y tú oraste por mi mamá, oraste por mí y fue algo increíble».
Cuatro años después ella está viviendo aquí en North Island, está casada y me dice: «No entiendo qué pasó ese día en mi casa. Mi mamá fue sanada del cáncer, mi vida se transformó y estoy casada; tú eres parte de esta historia».

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Otra señora me dijo: «David, tú no me conoces a mí, pero yo iba a tus conferencias cuando vivías en Brooklyn. Yo escucho Café con Cristo y no sabes cómo el Señor te ha usado para que yo en este día pueda estar de pie. Yo perdí todo, perdí mi casa, pero una vez escuchándote me diste una palabra y esa palabra me ha ayudado para sostenerme».
Para mí no hay momentos que son mejores ni mayores, yo creo que es un conjunto de eventos que suceden cuando vivimos en obediencia a Dios y, Él utiliza esos momentos para que esa persona pueda recibir la bendición. Aquí lo importante es descifrar lo que Dios ha hecho. Pero no hay un solo momento, los momentos siguen pasando.
– ¿De qué vives? ¿Tienes alguna profesión?
Sí. Por gracia de Dios soy el director del Ministerio Hispano de los Misioneros Claretianos, de la provincia de Estados Unidos y Canadá, y Dios me ha bendecido con un equipo de trabajo increíble. Es un trabajo que me permite hacer lo que amo, además de que he conocido más sobre los claretianos, pues no conocía esa orden religiosa.
Es increíble ver cómo Dios nos coloca donde nunca pensamos que íbamos a estar, para seguir llevando a cabo su ministerio.
– ¿Cuál es para ti la mejor arma espiritual?
Es un conjunto de armas cuando hablamos de nuestra fe: debemos ser personas sacramentales, personas de la palabra. Cuando empecé en el camino del Señor lo más importante fue la palabra de Dios, dormía con ella, despertaba con ella. Había momentos que me ponía de cabecera a la Biblia. Nuestros líderes deben ser líderes bíblicos y sacramentales, con una relación muy importante con el Espíritu Santo.
– Vienes a México, ¿qué mensaje traes?
Yo estoy totalmente sumergido en lo que es la Resurrección, es algo que no entendemos como debiéramos y es importante cuando hablamos de México y de América Latina, porque necesitamos una iglesia resucitada, comunidades resucitadas, familias, hombres, mujeres, jóvenes resucitados.

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Si la Resurrección tomara el lugar que refiere en nuestras vidas, sería todo diferente y, cuando eso suceda, habrá un derramamiento de amor increíble, veremos cosas que el ojo nunca ha visto ni el oído escuchado. Cuando abracemos esa vida, podremos ver qué significa la Resurrección, cómo aman los resucitados y todos podremos vivir y amar de esa manera.
– ¿Si tú pudieras hablar con un sicario qué le dirías?
Yo tengo algo muy claro en mi vida: nosotros no convencemos, nosotros no cambiamos, es el Espíritu Santo. No tengo la técnica para convencer a un sicario. Si el Señor quisiera que eso sucediera, será un encuentro del que ni yo ni el sicario podremos escapar. Y, si es así, Dios se encargará de poner en mi boca las palabras necesarias y abrirá su corazón para que él las reciba.
Para contactar con David y escuchar su podcast (disponible también por itunes, Google Play, SoundCloud, Youtube):
Toda la información que necesitas de David en la siguiente página web
Para verlo:
P. Donald Calloway – Historia completa de la conversión
Ver el Testimonio de este Sacerdote directamente en Youtube
Caí de rodillas» ante la cruz
una experiencia mística desde la New Age y el Corán a la Iglesia

Durante años, Violeta dedicó su vida a buscar la felicidad «en todos los derroteros que ofrece el mundo». Probó en la noche, el alcohol, el taoísmo y durante años profundizó en muchas de las ramas que ofrece la Nueva Era. Lo que tenía claro es que «nunca sería católica». Una experiencia mística ante una cruz le hizo darse cuenta, años después, de que estaba equivocada: «Dios siempre me había estado buscando«.
Pese a que nació en una familia católica, la falta de una práctica y educación religiosas le hicieron que Violeta pronto se alejase de la fe: «Recuerdo que de pequeña rezaba y hablaba con Dios todas las noches. En esa época veníamos de una España muy católica, pero al llegar la adolescencia mis padres me dejaron libre y me perdí por todos los derroteros que te ofrece el mundo«.
Perteneciente a una familia desestructurada, Violeta explica que en esa situación «te agarras a lo que tienes: amigos, salir, fumar, drogas, alcohol…«, pero ella siempre buscó el amor, especialmente en su primer novio, un joven católico que buscaba su vuelta a la fe.
«Era muy religioso, me hablaba de la confesión, de su director espiritual y de muchas cosas que me sonaban a chino», relata. Tras 4 años viéndose, saber que su novio tenía tendencias homosexuales provocó el fin de la relación y la entrada de Violeta en una profunda crisis: «Se me cayó todo y me pasé años dando tumbos. Supongo que siempre tuve ansias de Dios, pero la buscaba en muchos otros sitios y se me fue todo al garete».
Buscaba cualquier cosa menos la Iglesia
Aunque nunca culpó a Dios, la noticia le hizo terminar de alejarse por completo de la fe. «Durante años me volví muy crítica con la Iglesia, seguía creyendo en Dios pero dejé de creer en el matrimonio y la Iglesia. No sabía dónde practicar la espiritualidad y la busqué en el Corán y el taoísmo y empecé a practicar el budismo«.
Violeta, que se dedicaba profesionalmente al turismo, aprovechó sus viajes a varios países árabes o Tailandia para investigar la espiritualidad islámica y budista, lo que le llevó a practicar yoga, meditación y adentrarse en la Nueva Era.
«Siempre era una búsqueda y un vacío, todo era contradictorio, te lo vendían como algo para encontrar una paz que nunca alcanzabas. Te decían que era porque no lo hacías bien y siempre era una insatisfacción, pero yo creía que esa era la verdad, que en la Iglesia eran unos manipuladores y que [la fe] era el opio del pueblo«, relata.
Pero por su trabajo, entonces como guía turística, Violeta tenía que visitar con frecuencia iglesias y catedrales, a las que «veía como un museo y entraba con respeto, pero no como la casa de Dios».
«Caí de rodillas y perdí la noción del tiempo»
Aquella visión cambiaría por completo no solo su opinión, sino toda su vida, cuando entró a ver la catedral de Bilbao.
«En lugar de ir al altar mayor me llamó algo de una capilla lateral, muy sencilla, donde había un Cristo en la cruz, nada más», recuerda.
Años después, a día de hoy, admite no saber que le ocurrió en aquel momento: «Caí de rodillas, me empezaron a pasar todos mis pecados y perdí la noción del tiempo. Lo siguiente que recuerdo es que estaba en la sacristía con una monja, le conté mi experiencia y cuando salí sentí mucho dolor por mi vida. Los tres días siguientes los pasé sintiendo un amor que no entendía de donde venía«.

En pleno proceso de conversión, Violeta acostumbraba a ver testimonios de Cambio de Agujas sin saber que su caso acabaría formando parte del canal.
Viendo conversiones en «Cambio de Agujas»
Sin embargo, aquella sensación acabó desapareciendo y durante ocho años no fue capaz de encontrar el sentido a lo que sucedió en la catedral».
Yo no quería ser católica, no podía. Me había pasado la vida criticando a la Iglesia, pero Jesús te busca», menciona. Conversaciones esporádicas sobre la Virgen y Medjugorje, conocidos que le hablaban sobre la fe… el último suceso que le hizo plantearse la fe fue al recibir a unos testigos de Jehová que llamaron a su puerta.
«Ellos conocían la Biblia con 20 años y yo no. Me daba vergüenza decirlo, pero empecé a leer la Biblia y ver vídeos de conversiones en Mater Mundi y el Hogar de la Madre. Aunque cada una era diferente, todo el mundo describía el sentimiento del amor de Dios y entendí que es lo que me había ocurrido a mí pero no había sabido verlo: Me di cuenta de que tenía que volver a la Iglesia«, admite.
De vuelta a la fe
Sin embargo, hacerlo le pareció «un mundo» durante semanas hasta que en marzo de 2020, cinco días antes del confinamiento provocado por la pandemia, Violeta entró a la iglesia de la Santa Cruz en Madrid.
«Entré, vi al sacristán y le pedí confesar. Me vio llorar hablándome de mis pecados y me dijo: `sal fuera y reza tres avemarías´. Qué generosa es la Iglesia que con 35 años [sin confesar] te perdona con tres avemarías«, pensó.
Sin embargo, una penitencia mayor estaba por llegar: Violeta, ansiosa por confesar desde hacía semanas, se encontró encerrada en su casa durante meses al igual que millones de personas en todo el mundo a causa de la pandemia.
Pasó dos meses en casa haciendo comunión espiritual, veía la misa todas las tardes por internet y rezaba porque volviesen a abrir las iglesias hasta que «por fin», el 12 de mayo, pudo asistir presencialmente. «Estaba feliz de poder comulgar», confiesa.
Una conversión debida a María
Tras décadas enfrentada y alejada de la Iglesia, Violeta recuerda su primer año de regreso a la fe como un «enamoramiento absoluto», iba a misa todos los días y rezaba el rosario en cada momento. Sin embargo, también tuvo «pérdidas» como una grave enfermedad de su madre, el desempleo tras la pandemia o la amenaza de quedarse, como tantos otros entonces, sin hogar.
«El Padre me ha puesto esas pruebas para hacerme fuerte y cuantas más me pone, más me agarro a Él», sostiene.
Achaca su conversión, especialmente, a la Virgen María. «Tengo que darle tantas gracias. Al volver ala Iglesia, fue la Madre la que me trajo de vuelta, viendo testimonios, películas e historias de la Virgen de Garabandal, Medjugorje y Guadalupe. No sabía rezar el rosario, pero empecé a hacerlo mucho antes de confesarme. Fue ella la que me trajo», concluye.
UN ENCUENTRO CON EL ESPÍRITU SANTO LE DEVOLVIÓ LA FE
HOY LUCHA CONTRA EL DEMONIO Y LA BRUJERÍA
Tras años deprimida y en la Nueva Era, la Virgen le hizo descubrir la paz en Medjugorje

Que Blanca Llantada naciese en una familia católica y fuese educada en un colegio del Opus Dei no impidió que tras una difícil adolescencia se apartase por completo de la fe. Testigo presencial del mundo de las drogas, su vida era «trabajar, salir de fiesta y surfear». Tras una separación, sola y con dos hijas, alternó varias depresiones que le llevaron a pensar cada día en el suicidio, pero el Espíritu Santo y la Virgen acudieron a su encuentro.
Los primeros años de juventud de Blanca Llantada le hicieron aprender que «el enemigo va haciendo que te pierdas poco a poco: primero te quita la misa, luego las oraciones e incluso las amistades que van a misa».
Ha contado al canal evangelizador El rosario de las 11pm que durante mucho tiempo solo quería salir de casa y evadirse hasta que se casó. «La iglesia me importaba un pepino, no recuerdo nada de ella, pero el banquete tenía que ser perfecto», recuerda del día de su boda. Su matrimonio «fue un desastre» y recuerda los primeros años como «la peor época» de su vida, que condujeron a su separación poco tiempo después.
Sola, con 2 hijas y 28 años, obtuvo la nulidad para no tener nada que le atase «en el cielo ni en la tierra» con su exmarido mientras trataba de superar una dura depresión que le hizo sopesar el suicidio continuamente. «Mis hijas fueron mi motor para seguir», relata.
Encadenando una depresión con otra, se acercó a las terapias cercanas a la Nueva Era «buscando la felicidad sin Dios» hasta que acabó «corroída por el poder, la soberbia y la vanidad: era incapaz de encontrar la felicidad y la paz».
Agotada y sin fuerzas, siguió el consejo de su padre y fue a rezar a la Virgen: «No te conozco mucho, pero cambia mi vida«, rogó.
Un «encuentro» con el Espíritu Santo
Sin saberlo, aquel suceso marcaría «un punto de inflexión» en su vida que llegó de la forma más inesperada. Cuando iba a encontrarse con una amiga que quería hablarle de la película Tierra de María y Medjugorje, una paloma comenzó a seguir su trayectoria sin separarse del capó del coche. «Empecé a chillarle, reduje la velocidad, cambié de carril… me quedé súper extrañada», afirmó.
Al llegar con su amiga, esta le invitó a ir a una iglesia. «Cuando entré, lo primero que me vino fue un olor muy fuerte a rosas, y mi amiga no olía nada. Empezó la misa, y cuando el sacerdote pronunció el Evangelio me di cuenta de que era Pentecostés: la paloma que había visto esa misma mañana era el Espíritu Santo«.
Convencida de que «estaba ocurriendo algo que no era capaz de explicar o racionalizar» y que iba a cambiar su vida, fue a comulgar. «Me puse de rodillas y no me pude levantar, empecé a llorar y el Señor me mostró todo el dolor que había producido, los pecados que había cometido y el dolor que me había hecho a mí misma. Cuando el sacerdote dio la bendición seguía llorando y tardé mucho en poder levantarme», recuerda.
Después, las dos amigas vieron la película sobre Medjugorje y Blanca solo tenía una petición a la Virgen: «Necesito ir a ese lugar«.
Dedicada a María y a luchar contra el demonio
Desde ese día Blanca empezó a rezar todos los días el rosario y no puede explicar por qué sabía identificar a desconocidos que habían ido al pueblo de las apariciones en Bosnia.
«Le dije [a la Virgen] que le regalaba el dejar de fumar su ella me regalaba un viaje a Medjugorje», añade. Algo especialmente difícil al encontrarse sin empleo y al cargo de sus dos hijas, pero «la Virgen lo cuadró todo: me llamaron del colegio diciendo que había un dinero que se me cobró de más, 512 euros».
Una vez allí, subiendo el monte de las apariciones, Blanca cayó desplomada durante 40 minutos y cuando despertó recordó la promesa que le había hecho a la Virgen. Convencida de que tenía que dejar de fumar, rezó: «Solo dame la gracia, porque yo no puedo«. «Al día siguiente, salimos a fumar y vi que no es que no me apeteciese, sino que ni si quiera olía el tabaco. Llevo 7 años desde entonces«, añade.
Tras su regreso a España, Blanca se dedicó por entero a la oración, el ayuno y los sacramentos y visitó una comunidad de sanación y liberación donde pudo recibir formación de sacerdotes y exorcistas.
«Ayudamos a personas a salir de sectas, a víctimas de brujería, también dentro de la Iglesia y me fui especializando en demonología y liberación», comenta. Tras más de 6 años en este apostolado, Blanca ha visto «de todo» y recuerda especialmente el caso de una chica a la que ayudaron a salir de una secta satánica: «Intentaba recibir el amor de Dios y el demonio no se lo permitía».
Un compañero para servir al Señor
Tras siete años «sirviendo al Señor», Llantada rezó a San José por encontrar «un compañero con el que servir al Señor», mientras observaba como «el Espíritu Santo va trabajando tu vida y cambiando lo que hay alrededor».
«Una señora me insistía muchísimo en que necesitaba una virgen de Medjugorje porque se me había roto la mía. Me dijeron que un chico, Emilio Ferrando, podría traerme una. Sin siquiera haberle visto, Blanca supo que aquel hombre sería su marido.
El canal El Rosario de las 11 pm continúa la historia de Blanca Llantada y Emilio Ferrando, del que hemos hablado en Religión en Libertad, en este vídeo conjunto tras su matrimonio.
Fuente: Religión en Libertad
“Reza por mí”

El presente texto —publicado en el ABC Sevilla por Miguel Ángel Robles— se ha convertido en viral. No es común que un articulo de opinión tenga tal aceptación. Por falta de espacio selecciono algunas líneas, invitando a que lo busquen en Internet:
Rezar es una conversación con los que ya no están, el recuerdo de los que te antecedieron y la oración para seguir su ejemplo. Rezar es pedir por ellos. Y también pedirles a ellos por los que estamos aquí… Rezar es una fotografía en sepia, un regreso a la casa de tus abuelos y al tiempo sin tiempo de tu infancia. Es pasar por la Iglesia de San Pedro, de camino al colegio, y rezarle al Cristo de Burgos un Padre Nuestro para que te ayude en los exámenes. Es el refugio del frío, y el silencio acogedor. Rezar es tener memoria.
Rezar es lo que va antes del trabajo o después del trabajo, y lo que nunca lo suplanta, porque ya lo dice el refrán: a Dios rogando y con el mazo dando. Es lo único que puedes hacer cuando ya no puedes hacer más, y es la forma de comprometerse de quien no tiene otro medio de hacerlo, como cuando rezamos por un enfermo que se va a operar y ya está todo en manos del cirujano (y de Dios). Rezar no hace milagros, o sí los hace, eso nunca lo sabremos, pero ofrece consuelo al que reza y a aquel por quien se reza. Rezar nunca es inútil, porque siempre conforta.
Rezar es decir rezaré por ti y, también, reza por mí. Y es, por tanto, lo contrario a la vanidad. Rezar es la aceptación de tus limitaciones.
Rezar, y sobre todo que recen por ti, es la mayor aspiración que uno puede tener en la vida. Un privilegio inmenso. Es querer tanto a alguien como para rezar por él, y que alguien te quiera tanto como para rezar por ti. ¿Cabe mayor orgullo? ¿Existe mayor plenitud que la de saber que hay una madre, un hermano, un hijo o un amigo que quiere que Dios te proteja, y te dé salud, y te ilumine, y te ayude, y te acompañe, y esté siempre contigo?
Rezar es tener fe. Tener fe en la vida, en las personas, en tus amigos, en tus hijos, en tus padres, en Dios. Rezar es la maestría de niños y abuelos. Y es un súper poder que nos predispone al bien. Rezar es creer y ser practicante de un mundo mejor.
De: Alejandro Cortés <alejandrocortesgb@gmail.com>
Alejandro Cortés González-Báez
«En Medjugorje redescubrí la fe y el verdadero valor de los sacramentos»
Confiesa la escritora y bloguera Rita Sberna
Rita Sberna no tiene todavía 30 años pero en su vida ya ha publicado dos libros, ha presentado y participado en varios programas de televisión y radio de carácter nacional como Tele 5, la Rai o TV2000 en Italia. Es además una importante bloguera católica a través de su página personal y en Cristiani Today. Y toda eta actividad la ha conseguido gracias a su fe, y con la cual se ha convertido en una evangelizadora incansable.
Esta siciliana vivió una experiencia que le cambiaría para siempre su forma de afrontar la vida durante una peregrinación a Medjugorje.
“María es la que nos lleva a Jesús”
“Debo decir que cuando era niña no entendía mucho la figura de María. Empecé a enamorarme de la Madre de Dios, alrededor de los 15-16 años. Fue algo gradual: primero leí algunos libros sobre ella y en 2009 fui a Medjugorje. Desde entonces, establecí una relación verdaderamente filial con ella. Entendí que no podemos ser cristianos si no somos marianos: María es la que nos lleva a Jesús. María se ha convertido en una figura fundamental en mi vida: cuando tengo que elegir o hacer algo importante, siempre rezo a Nuestra Señora. Ya no renuncio a la oración del Rosario. Se ha convertido en mi guía y mi ejemplo de vida”, afirmaba en una entrevista en la agencia Zenit.
En 2013 publicó su primer libro Medjugorje, el amor de María, una autobiografía en la que describió su peregrinación a este lugar mariano y los cambios que produjo en su vida. Y este pasado 2017 ha publicado El valor de tener fe, una serie de entrevistas a personajes conocidos pero también a personas anónimas que “tienen en común el encuentro con la fe a través de experiencias como la droga, la cárcel, pero que también comparten el amor por María”.
“En Medjugorje, mi vida cambió”
En una reciente entrevista con La Fede Quotidiana explica la importancia que para su vida ha tenido Medjugorje, y por tanto la Virgen María. Explica que “en ese lugar redescubrí la fe y el verdadero valor de los sacramentos, como la confesión y la comunión. Allí me di cuenta de que cada uno de nosotros tiene una verdadera madre en el cielo que nos ama, que es la madre de Dios pero también es nuestra madre”.
Además, Rita Sberna añade que “en Medjugorje mi vida cambió, mi forma de relacionarme conmigo misma y con los demás ha experimentado cambios importantes. Allí , sentí el verdadero abrazo de María, que aún continúa acompañándome en mi vida diaria”.
La presencia de la Virgen en las conversiones
Todo su trabajo y su esfuerzo está ahora puesto en la evangelización y en este aspecto mostrar al mundo la conversión de otros es de gran ayuda. “Cuando hay una conversión, casi siempre está la mano de María. Ella es nuestra Madre, por lo tanto, lo que hace es llevar a sus hijos a Jesús”.
Rita cuenta que en estos testimonios suele escuchar “historias en las que Nuestra Señora siempre llamó a estas personas a la conversión, luego a la Iglesia y los sacramentos, en el camino hacia Jesús. Muchas historias están relacionadas con Medjugorje, Lourdes o Fátima, pero también he visto muchas historias de conversión que tuvieron lugar en otros lugares, donde Nuestra Señora se convirtió en la portavoz de este amor”.
Entre las personas a las que ha entrevistado asegura que le llamó mucho la atención la actriz de los años 70 Paola Senatore, que ha pasado en su vida por la droga o la cárcel y que estando en prisión tuvo un encuentro con Jesucristo, “transformando una vida de excesos en una vida de amor”.
Misa, oración y Rosario
Bloguera católica, escritora, presentadora… Para ella “es un “verdadero orgullo porque para muchos tal vez lo que hago es un trabajo” pero asegura que ella lo considera una “verdadera misión y vocación”. “Lo hago con mucho amor, me gusta escribir sobre Dios, me gusta ser un instrumento y un canal para dar voz a los que como yo, han conocido a Dios en su vida y quieren dar testimonio. Le agradezco a Dios por hacerme partícipe de ello”.
Rita asegura que sólo puede hacer lo que hace alimentando ella previamente su fe. “En mi vida diaria, la oración personal, el Santo Rosario y, sobre todo, la Santa Misa no deben faltar. Son estas cosas preciosas las que me nutren y me dan la fuerza para escribir la verdad”.
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