
En países occidentales es bastante común que la gente «crea» en Dios, a final de cuentas vivimos en una sociedad creyencera y supersticiosa, llena de tradiciones que mezclan lo terrenal con lo divino. Pero ¿qué significa “creer en Dios” según la Biblia?
Por lo general la mayoría de personas equipara el «creer» con el concepto de que «Dios existe«. Tal afirmación (aunque correcta) es apenas el comienzo y por ende claramente insuficiente para salvación, tal y como lo advierte duramente la Biblia:
«Tú crees que hay un solo Dios. ¡Qué bien! Pero también los demonios lo creen, y tiemblan.« (Santiago 2:19)
Quiere decir que si aún los demonios «creen» que Dios existe (y hasta tiemblan!), podemos concluir que el «creer» entonces no es suficiente para salvarse de la condena eterna. Entonces, ¿qué dice la Biblia al respecto? ¿Cuál es el enfoque correcto de «creer en Dios» como requisito de salvación?
Aunque suene raro, primero debemos definir ¿en qué “dios” creemos? ¿En el Dios eterno y verdadero revelado en las Escrituras, perfectamente santo y justo, Padre, Hijo y Espíritu Santo (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/21/la-trinidad/ ), o algún ídolo o dios falso o sustitutivo? (Mahoma, Buda, la virgen, algún ángel, algún «santo«, etc.).
Y en segundo lugar, ¿exactamente QUÉ creemos o esperamos acerca de ese “dios”? Al final de cuentas, todos los enredos doctrinales salen de alguno de estos puntos, y como veremos a continuación, al estudiar lo revelado en la Biblia se aclaran todas las dudas del correcto significado de “creer en Dios”.
«Pues aunque hay muchos a los que llaman dioses, en el cielo y en la tierra, y los hay, para nosotros sólo hay un Dios: el Padre, de quien vienen todas las cosas y quien nos hizo para él; y sólo hay un Señor: Jesucristo, quien lo creó todo y nos da vida.» (1 Corintios 8:5-6)
Entendamos que el título “dios” es genérico y no es exclusivo del cristianismo, es por eso que la Biblia va más allá y declara explícitamente que debemos creer en JESÚS, que por supuesto es una posición menos popular, y como diríamos en buen tico «aquí es donde la mula botó a Jenaro«.
Mucha gente dice creer en el “dios” genérico, de hecho la mayoría de las religiones utilizan el título “Dios”, pero nunca en el nombre de “Jesús” (así no se comprometen mucho). Por lo tanto, no basta con “creer en Dios” (aunque con buenas intenciones), sino que debemos creer en Jesucristo, el eterno Hijo de Dios como el ÚNICO SALVADOR (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/23/salvados-pero-de-que/ ).
«Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que cree en él no se pierda, sino tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en el Hijo único de Dios no será condenado, pero quien no cree en él ya está condenado.» (Juan 3:16-18)
¿Pero qué implica esto exactamente? ¿Debemos simplemente creer que Él existió como un personaje histórico? ¿Debemos creer que Él fue simplemente «un buen hombre«, o «un gran profeta de Dios«, o «un mártir más que murió por la verdad«? Nuevamente, ¡debemos ser más específicos en nuestro entendimiento, como base adecuada de nuestra Fe!
¡Sin la Fe de nuestro corazón descansando firmemente en la obra expiatoria de Jesucristo en la cruz según lo revelado en la Biblia, podríamos estar arriesgando nuestra salvación eterna (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/20/sean-agradecidos-pero-de-que/)!
«El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en el Hijo no sabrá lo que es esa vida, pues siempre estará bajo el castigo de Dios.» (Juan 3:36)
«Les aseguro que el que presta atención a lo que digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado, porque ha pasado de la muerte a la vida». (Juan 5:24)
«Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios.» (1 Juan 5:1)
Por otro lado, muchos quieren tener un dios «a la medida», algo así como el genio de la botella, al que le dan órdenes o le dicen como hacer mejor su trabajo. Cuánta ignorancia de quién es Dios!!! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/16/cual-es-el-caracter-de-dios-y-cuales-son-sus-atributos/ ). Si yo soy el que manda, yo soy el que sabe lo que es correcto y yo soy el que decide el mejor plan de acción, claramente estoy siendo mi propio «dios» y no estoy siguiendo al Dios de la Biblia, al Dios Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente revelado al hombre!
«Como han visto, no estoy tratando de ganármelos ni de quedar bien con ustedes. Al único que trato de agradar es a Dios. Si todavía buscara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.» (Gálatas 1:10)
«Por otra parte, nuestros padres humanos nos disciplinaban y los respetábamos. ¡Con cuánta mayor razón debemos someternos al Padre de los espíritus, para que tengamos vida! (Hebreos 12:9)
Lamentablemente llegamos a la conclusión que muchos quieren las ventajas de la salvación pero no las desventajas de la sumisión, en otras palabras quieren que Cristo sea Su Salvador pero NO Su Señor (=amo o dueño), y el paquete viene junto! El plan de Dios es «binario»: o se acepta todo o se rechaza todo, o se es hijo de Dios o hijo de Satanás, no hay término medio (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/21/el-plan-binario-de-dios-para-el-hombre/ ). Veamos un ejemplo bíblico que nos ilustra bien el concepto:
«Hacía tiempo había en la ciudad cierto hombre llamado Simón, que practicaba la magia y engañaba a la gente de Samaria, diciendo ser alguien grande. Todos estaban atentos a él, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: “¡Este sí que es el Poder de Dios, llamado Grande!”. Le prestaban atención, porque con sus artes mágicas les había asombrado por mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe mientras anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Aun Simón mismo creyó, y una vez bautizado él acompañaba a Felipe; y viendo las señales y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.
Los apóstoles que estaban en Jerusalén, al oír que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales descendieron y oraron por los samaritanos para que recibieran el Espíritu Santo. Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos el Espíritu Santo; solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. Cuando Simón vio que por medio de la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo:
Denme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: ¡Tu dinero perezca contigo, porque has pensado obtener por dinero el don de Dios! Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque veo que estás destinado a hiel de amargura y a cadenas de maldad.» (Hechos 9-23)
Leemos entonces que Simón en teoría “creyó” (y hasta se bautizó!), pero su corazón no era recto delante de Dios. Tenía un acuerdo mental pero su corazón estaba mal, él sólo quería los beneficios de la salvación que ofrecían los apóstoles, pero por motivos egoístas y de lucro personal, no por sumisión ni servicio a Dios. Muchos de los que hoy profesan Fe en Dios no hacen más que estar de acuerdo mentalmente; pero esa fe no ha «bajado» al corazón. Lo triste es que es tipo de fe NO SALVA, de nuevo, pretenden recibir a Jesucristo como su «Salvador«, pero NO su «Señor«, y con ello están tan condenados al infierno como aquellos que no creen en absoluto.
«Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y si crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación.» (Romanos 10:8b-10)
El corazón es el tema principal ante Dios, ¡no la cabeza! Es por eso que debemos asegurarnos de creer con todo nuestro ser y no sólo con la cabeza. Millones y millones perderán el Cielo debido a este mismo error, la justicia imputada viene por la fe en la obra salvadora de Cristo en la cruz (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/24/por-la-fe/ ).
Creer “en” Dios Todopoderoso y “en” Su Hijo el Señor Jesús conlleva absoluta confianza, debemos depender Su Misericordia y Gracia en lugar de confiar en nuestra «bondad«. Al entregarle nuestra vida a Cristo significa que ya no nos pertenece a nosotros, nos entregamos voluntariamente para que Él sea nuestro «Señor» y debemos confiar en TODO, Él es quien manda y nos sostiene. Ese es todo el tema del sacrifico expiatorio y sustitutivo en la cruz, de manera que sea por Su obra y no por la nuestra que seamos declarados justos ante el Dios de la Biblia!
«Dios hace justos a quienes creen en Jesucristo, sin favoritismo alguno. Es así porque todos hemos pecado y no tenemos derecho a gozar de la gloria de Dios. Pero Dios, por su gran amor, gratuitamente nos declara inocentes, porque Jesucristo pagó todas nuestras deudas. Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados. Cuando creemos esto, Dios nos perdona todos nuestros pecados pasados, pues nos tiene paciencia. De esa manera da a conocer su justicia y muestra que él es justo y que nos hace justos por tener fe en Cristo Jesús. ¿De qué podemos jactarnos entonces? Absolutamente de nada. ¿Por qué? Porque nuestra salvación no depende de la obediencia a la ley, sino de la fe.» (Romanos 3:22-28)
Ya TODO está hecho, lo único que nos toca es arrepentirnos y confiar exclusivamente en el sacrificio de Jesús como el pago total de la sentencia de muerte que existía sobre nosotros (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/22/por-que-tanta-terminologia-legal/ ). Gracias a Dios por semejante regalo inmerecido.
(Basado en parte de https://forwhatsaiththescriptures.org/2019/02/11/believe-in-god/)