El acertado consejo de Denzel Washington a Will Smith en los Oscar

En la gala de los Oscar de esta noche, el actor galardonado por su papel protagonista en “El método Williams”, propinó una sonora bofetada al cómico Chris Rock cuando éste ha bromeado sobre un problema de salud de la mujer del actor

El escenario del Dolby Theatre de Los Angeles ha sido esta noche un lugar donde han ocurrido muchas cosas. La 94ª edición de los Premios Oscar ha sido una noche de grandes alegrías, donde ha brillado la risa, la música y el arte, pero también ha sido una noche para olvidar. 

El actor Will Smith, que estaba nominado como mejor actor por su papel en “El método Williams”, donde encarna el papel de padre de las tenistas Venus y Serena Wiliams, ha recibido el Oscar, pero ha sido protagonista de la gala por otro motivo bien distinto. 

Vamos a explicar los hechos y luego ya sacaremos conclusiones…

Un chiste desafortunado

El caso es que unos 10 minutos antes de recibir el premio, Smith le ha pegado una bofetada al cómico Chris Rock cuando éste ha hecho referencia, a modo de chiste, a la mujer del actor, Jada Pinkett Smith, que sufre de alopecia desde hace un tiempo. 

El cómico, conocido por su humor punzante, ha comentado que la veía participando en la secuela de “La teniente O’Neill”, película de 1997 en la que Demi Moore interpretaba a una soldado y se rapa el pelo. 

En un primer momento, al oír el chiste, Smith se ha reído pero su esposa, sentada a su lado, ponía una mueca de disgusto. Y no es para menos. No tiene gracia que se rían de ti ante miles de espectadores. 

Reacción violenta

Después de las risas, y ante la cara atónita de Chris Rock, que seguía sonriendo sobre el escenario, ha llegado la reacción violenta de Will Smith. Con paso decidido ha subido las escaleras y sin mediar palabra, le ha propinado una sonora bofetada al presentador. 

Parecía que todo era un montaje preparado entre los dos “cómicos” y el público seguía riendo. Incluso Chis Rock lo hacía, aún habiendo sido agredido. ¿Qué iba a hacer? 

Sin embargo, el actor Will Smith ha regresado de nuevo a su butaca y desde allí ha gritado en dos ocasiones la misma frase (perdonen el insulto): “Mantén el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca” (en inglés, “Keep my wife’s name out of your fucking mouth”).

En fin, en ese momento han saltado todas las alarmas: Se confirmaba que la broma, la bofetada y la airada respuesta del actor nominado habían sido en serio. 

La gala ha continuado, pero todos los logros artísticos de la noche han sido dinamitados por este incidente. Incluso el premio obtenido más tarde por Will Smith ha sido cuestionado. 

Consejo de Denzel Washington

Inmediatamente después del desafortunado episodio, durante la siguiente pausa para los anuncios, la relaciones públicas de Will Smith se ha acercado para hablar con él y calmarle. 

También lo ha hecho el actor Denzel Washington, quien además le ha dado un consejo: “Ten cuidado en tus mejores momentos. Es cuando el diablo viene por ti”. Así lo ha explicado el mismo Will Smith al subir minutos después de nuevo al escenario para recoger el Oscar. 

Palabras de justificación

En su discurso de agradecimiento el actor premiado ha declarado: “Richard Williams – papel que representa en la película, padre de las tenistas Venus y Serena Williams-, fue un acérrimo defensor de su familia. En este momento de mi vida, estoy abrumado por lo que Dios me pide que haga y sea”. 

Después, Smith ha proseguido: “Quiero ser embajador del amor. Quiero pedir disculpas a la Academia, y al resto de los nominados. Es un momento precioso; mis lágrimas no son por ganar el Oscar, sino por arrojar luz a todo el reparto de El método Williams. El arte imita a la vida, y yo he parecido el padre zumbado. El amor te hace hacer cosas increíbles”. 

Algunas conclusiones

A estas alturas del artículo queda claro que este incidente ha emborronado una preciosa gala de entrega de premios. Premios muy deseados por muchos actores y conseguidos por unos pocos. Will Smith será ya uno de ellos. Ya puede decir que después de 3 nominaciones, por fin ha conseguido su Oscar.  

Pero ¿qué podemos aprender sobre este episodio?

  • No podemos ir por ahí riéndonos de los problemas de los demás. El sentido del humor es muy sano y necesario, pero no a toda costa. No a costa de nada ni de nadie. La mujer de Will Smith tiene un problema de salud. Ayudémosla. 
  • Ante un insulto o una ofensa, no responder en caliente. Y menos responder de manera desproporcionada. 
  • Un actor de éxito tiene miles de personas que le siguen, le valoran, le imitan. Debe ser una persona ejemplar. Siempre. Y más cuando está en un acto público que siguen millones de personas en directo.
  • Un acto de violencia nunca es justificable
  • Y no puede justificarlo diciendo que “El amor te hace hacer cosas increíbles”. 
  • Siempre hay que perdonar. Will Smith se ha disculpado a la Academia y a sus compañeros actores, pero no ha pedido perdón a Chris Rock.
  • Bien por la reacción de Denzel Washington. Un hombre centrado que quiere el bien de un compañero que ha metido la pata. 

Will Smith ha ganado un Oscar por un gran papel interpretado en una película. Pero debería revisar el papel que interpreta en su vida. Ha decepcionado a mucha gente. Y en su discurso ha dicho que “espero que me volváis a invitar”. 

Pero costará que vuelva a entrar en nuestras vidas. Deberá enmendar su falta. 

El mensaje cristiano en “Rogue One: A Star Wars Story”

La película nos recuerda los peligros de la ceguera espiritual y la necesidad de una fe de niño que desafíe nuestro propio escepticismo

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Porque me has visto, has creído; dichosos los que no han visto y sin embargo creen” (Juan 20:29).

Rogue One: Una historia de Star Wars continúa profundizando en la oscuridad y la tragedia de la guerra y la rebelión, pero lo hace con una perspectiva más oscura que las anteriores películas de Star Wars. Aun así, en medio de semejante negrura, la película nos presenta a un personaje que consigue ver a través de las tinieblas del mundo con la visión de la fe, y su aparente discapacidad destaca un tema central que encontramos en los Evangelios.

El personaje, conocido como Chirrut Îmwe, es un monje guerrero que vive en la luna desierta de Jedha, un lugar históricamente vinculado a la Orden Jedi. Aunque Chirrut no es un Jedi plenamente desarrollado, sí es un firme creyente en la Fuerza, en una época en la que la mayoría de la gente ha perdido la esperanza en una religión que parece haber sido erradicada de la galaxia por el Imperio.

Lo que hace especial a este personaje es su ceguera natural, algo que sin duda no le entorpece en su capacidad para luchar. Este atributo es algo que pidió el actor que lo interpreta, Donnie Yen, para el desarrollo del personaje con el director Gareth Edwards.

La elección de hacer ciego a Chirrut impactó profundamente en la interpretación de Yen, forzado a llevar lentes de contacto que le hacían virtualmente imposible poder ver. Aunque dificultaba la realización de algunas escenas, permitió a Yen entrar en su personaje de una forma más auténtica.

El simbolismo de la ceguera física de Chirrut destaca, de forma intencionada o no, un tema común en los Evangelios. Recuerda a los muchos ciegos que sanó Jesús, hombres que no podían ver con los ojos, pero que sabían con los ojos de la fe que Jesús era el Mesías.

En el Evangelio de Mateo, Jesús atraviesa una ciudad donde dos ciegos le gritan “¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!”. Jesús entra en su hogar y les pregunta “¿Creen que puedo sanarlos?”, a lo que responden “Sí, Señor”. Entonces tocó sus ojos y dijo: “’Se hará con ustedes conforme a su fe’. Y recobraron la vista” (Mateo 9:27-30).

Estos ciegos nunca habían sido testigos de los numerosos milagros de Jesús y aceptaron lo que habían escuchado de Él con la fe pura de un niño. Su ceguera no entorpeció su fe en el Hijo de Dios, más bien les ayudó a creer que Jesús podía curar su discapacidad. Su carencia física era compensada por su espiritualidad.

La inquebrantable fe de los ciegos se contrasta frecuentemente en los Evangelios con la de muchos escépticos que, a pesar de ver con sus propios ojos las obras de Jesús, todavía se negaban a creer. De hecho, Jesús condenaba a menudo a los fariseos y a los escribas y los llamaba “ciegos”, debido a su falta de fe.

Es irónico que en los Evangelios los ciegos puedan ver la belleza de las buenas obras de Jesús mientras que los videntes no pueden ver el poder espiritual que hay detrás de todo.

Este tema de la ceguera espiritual surge varias veces en Rogue One. Aunque muchos desprecian el comportamiento “supersticioso” de Chirrut, sus palabras llenas de verdad a menudo atraviesan las fachadas que otros personajes tratan de construir en torno a sí mismos.

Por ejemplo, en la película, Chirrut ve a través de las acciones del soldado rebelde Cassian Andor y se da cuenta de cuando el capitán trata de esconder sus motivos del resto del grupo. Chirrut incluso desafía a Cassian a escapar de la “prisión” que ha hecho en su interior, percibiendo las luchas interiores que sufre Cassian.

Más adelante en la película, en uno de los momentos más críticos del esfuerzo rebelde por robar los planos de la Estrella de la Muerte, la fe y las acciones de Chirrut consiguen salvar la situación. Él es capaz de hacer lo que aquellos que ven no pueden, y sus fuertes convicciones terminan sirviendo de inspiración a los demás.

En definitiva, Rogue One nos recuerda que con frecuencia estamos ciegos a las cosas que de verdad importan en este mundo. La ceguera espiritual es un efecto del escepticismo y su antídoto es la adopción de la fe inocente de un niño.

Muere Carrie Fisher, ¡que la verdadera fuerza la acompañe!

Tras cuatro días de lucha, el corazón de quien interpretó a la Princesa Leia ha dejado de latir

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Infarto mortal en el cielo. Propio de quien fue princesa de las galaxias. Así nos dejó Carrie Fisher, la sempiterna princesa Leia Organa.

Es diciembre y a una semana del estreno de Rogue One, el mundo sigue debatiendo los pros y contras de la última historia de Star Wars. Mientras, la actriz promociona en Londres su último libro, The Princess Diarist. Como en la mayoría de sus obras, hay autobiografía por un tubo. En este caso habla de su papel como princesa y los líos de ese periodo vital.

Fisher regresa a casa. Es Navidad. Viaja con su hija, la también actriz de Star Wars Billie Lourd. Vuelo 935 de United Airlines, Londres-Los Ángeles. 23 de diciembre. Queda un cuarto de hora para el aterrizaje y la artista sufre un infarto múltiple. 10 minutos sin respirar. Masaje de reanimación en pleno vuelo e ingreso con situación grave en el UCLA Medical Center.

“El estado de Carrie es estable”, afirma su madre, la famosa Debbie Reynolds (Cantando bajo la lluvia). En el mundo de los tuits se disparan las frases de ánimo y las etiquetas. #CarrieChristmas, escribe Mark Hamill, el famoso Luke Skywalker. El mundo está en vilo. “Que la Fuerza esté con Carrie”. Cuatro días después, y sin haber vuelto a la conciencia, la actriz muere. Son las 8:55 de la mañana.

La muerte de Fisher amplia la fatídica lista de artistas famosos fallecidos en 2016. En el universo Star Wars, lo han hecho también Kenny Baker, el famoso R2-D2, o Erik Bauersfeld, el Almirante Ackbar. “Lo que quedará de mí tras el viaje hacia la estrella de la muerte es una hija devota, unos pocos libros y una foto de una chica con un bikini brillante descansando sobre un calamar gigante”, escribió Fisher en Shockaholic, sus memorias. La actriz sabía de qué iba Hollywood.

Hija de una familia principesca en el universo cinematográfico, su última aparición fílmica se produjo en 2015 con el estreno de Star Wars: El despertar de la Fuerza. Su aspecto físico fue criticado por los fans. Se acordaban de esa princesa ágil, pícara y atractiva. El mito erótico de las galaxias se derrumbaba. Los años no perdonan.

“Estaba buena y ahora parece Elton John”, decían los críticos. ¿Dónde ha estado todo este tiempo? Pues, “a donde van todas las mujeres gordas y con papada: a la nevera y a los restaurantes”, respondía con sarcasmo la propia actriz. La verdad es que Fisher no había dejado de hacer cameos cinematográficos, a veces invisibles: Granujas a todo ritmo (1980), Hannah y sus hermanas (1986), Cuando Harry encontró a Sally (1989), o apariciones en Sexo en Nueva York, Big Bang, etc.

Sin embargo, donde Carrie se encontraba a gusto era tras las cámaras escribiendo. Fue guionista en Hook, Sister Act, Roseanne, en proyectos de Star Wars, en galas de los Oscar, etc.

Uno de sus libros más conocidos, Postcards from the edge, sobre la relación con su madre, fue llevado al cine con Meryl Streep y Shirley MacLaine. Últimamente escribía en The Guardian, donde aconsejaba a personas que padecían como ella de bipolaridad. La heroína de las galaxias se convertía así en heroína emocional, como le gustaba citarse.

Divertida, mordaz, sincera, auténtica, Carrie no tenía problemas a la hora de reírse de sí misma o de exponer su vida truculenta. Drogas, alcohol, promiscuidad sexual fueron ingredientes de su vida. Amante de Harrison Ford durante el rodaje de Star Wars, y esposa efímera de Paul Simon, el mismísimo Johan Belushi, famoso por su adicción a la droga, tuvo que advertirla de su problema.

“¿Conocéis ese dicho que sostiene que la religión es el opio de las masas? Bueno, pues yo tomé masas de opio religiosamente”, se reía la actriz. Todo era ocasión para ayudar a otras personas.

Empezó a actuar con su madre. Primero en el musical Irene (1973), después en pantalla con Shampoo (1975). Sin embargo, Fisher será recordada por su papel de Leia, personaje que arrebató a Jodie Foster y a Amy Irving. Fisher interpretó a un personaje icónico que abriría un universo nuevo.

Mito erótico con su nuevo peinado en flor de calabaza, quedará siempre esa imagen como prisionera en ropa interior “de un testículo gigante y babeante”, como bromeaba la actriz. Leia Organa era un nuevo tipo de princesa. Nada de palacios ni de trajes. Una joven Fisher daba al personaje un tono socarrón necesario y se enamoraba del canalla, Han Solo.

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Eran tiempos nuevos en el cine, en el sci-fi, y en la cultura. La primera princesa de la ciencia ficción era un personaje inteligente, enérgico, independiente. Activista política, senadora, dama Jedi, Leia encarnó a la antiprincesa que era princesa del universo por excelencia.

En Hollywood, “te pueden pedir que rejuvenezcas”, decía. Y así fue. En la recién estrenada Rogue One aparece de joven en un mínimo cameo. Todo cuestión de técnica y de nuestro mundo distópico. Fisher participó en vida en cuatro de las siete películas de la famosa franquicia Star Wars.

Su papel póstumo aparecerá a un año de su muerte, en el Episodio VIII, que acababa de grabar. En un spoiler, quizá calculado, anunció este verano que allí la veríamos en el funeral de Han Solo. Cosas de la vida, antes de que esto ocurra, Harrison Ford, Han Solo, vivirá el funeral de Carrie Fisher, Leia Organa.

“La muerte una parte natural de la vida es”, decía el maestro Yoda. Princesa Leia, siempre estarás con nosotros.

Cuando Carrie Fisher fue monja

La actriz que interpretó a la princesa Leia Organa en «La guerra de las galaxias» defendía la libertad religiosa

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Mientras el mundo llora la pérdida de la actriz que creó uno de los personajes más icónicos de su generación, algunos de nosotros recordamos aquel momento de su carrera en el que la joven Carrie Fisher interpretó el papel de una monja en Broadway.

La obra, de John Pielmeier, era Agnes of God, sobre el misterio de la trinidad, y Fisher asumió el papel de una joven monja de clausura que había dado a luz inexplicablemente, un papel creado originalmente para Amanda Plummer (interesante coincidencia, Fisher y Plummer fueron ambas hijas de Hollywood).

No obstante, cabe destacar que también hizo de monja en un par de películas, en particular en Jay y Bob el Silencioso contraatacan y en Los Ángeles de Charlie: Al Límite.

Y para rizar el rizo, su propia madre, Debbie Reynolds, también desempeñó su famoso papel de la monja cantora en The Singing Nun, a mediados de los años 60.

Aunque las inclinaciones religiosas de Fisher no eran de dominio público, el periódico Religion News Service señala: Recordemos que Fisher estuvo brevemente casada con el cantante y compositor Paul Simon. Simon canta sobre su relación en el tema Hearts and Bones : “Un judío y una medio judía errantes, libres para vagar por donde quieran…”.

Fisher era esa “medio judía errante”.

El padre de Fisher era judío; su madre no. En teoría, Fisher podría haber sido considerada judía según las corrientes judías reconstruccionista y reformista en los Estados Unidos… de haber sido criada y educada en el judaísmo.

De hecho, Fisher fue criada a la luz del protestantismo por su madre, pero después se identificó como judía. Ella y su hija habían asistido a cenas de sabbat en hogares de amigos judíos ortodoxos, y a veces asistían a los servicios de la sinagoga.

Sin embargo, el año pasado sí hablo sobre religión, en cierto modo:

La actriz de Star Wars Carrie Fisher  ha cargado contra los cines de Reino Unido por negarse a mostrar un anuncio de la Iglesia de Inglaterra que incluía el Padrenuestro, aludiendo a temores de que pudiera ofender a los espectadores.

El anuncio de 60 segundos estaba previsto que apareciera antes del nuevo episodio de la saga Star Wars: El despertar de la fuerza. No obstante, fue rechazado por [la agencia de publicidad] Digital Cinema Media (DCM), que representa a las cadenas principales Odeon, Cineworld y Vue, a pesar de haber sido aprobado por la [asociación profesional de publicidad en el cine de Reino Unido] Cinema Advertising Authority (CAA) y el Consejo Británico de Clasificación de Películas (BBFC).

Fisher, que repite en su papel de la princesa Leia Organa (ahora conocida como General Organa) en el nuevo episodio El despertar de la fuerza, declaró para The Mail on Sunday que no podía concebir de qué manera esa corta emisión podría ser ofensiva para los espectadores.

“No tengo la menor idea de por qué harían algo así”, decía. “¿Ofendidos? No. La gente debería buscarse una vida. No creo que sea ofensivo ver una nuncio sobre el ‘poder de la oración’ antes de Star Wars”.

Fisher, de 59 años, comparó el anuncio a la presencia de una copia de la Biblia en una habitación de hotel.

“Nunca he visto un anuncio como este, pero si consideramos el cine como una habitación de hotel, entonces tienen todo el derecho a poner un anuncio sobre el poder de la oración”, explicaba. “Es publicidad, así que han de ser los publicistas los que se opongan”.

Descanse en paz, hermana.

Diario Vaticano aprueba última película de Harry Potter

Diario Vaticano presenta visión positiva de última película de Harry Potter

ROMA, 12 Jul. 11 / 02:35 pm (ACI/EWTN Noticias)

Entrando levemente en las controversias morales referidas al polémico mensaje de los siete tomos de la novela fantástica de Joanne K. Rowling, el diario vaticano L’Osservatore Romano presentó en su edición del 13 de julio una evaluación positiva de la última película final de la secuela de Harry Potter que se estrena esta semana a nivel mundial.

Gaetano Vallini escribe en LOR que «el final es épico, con una batalla digna de una saga del inigualable éxito planetario. El encuentro definitivo entre las fuerzas del bien y del mal es verdaderamente de sangre, en una atmósfera bastante oscura».

«Los apasionados por la saga ya lo saben todo: para ellos el tema de la cinta está en entender cuán fiel es esta última película al libro. Hasta ahora no se han lamentado y creemos que no tendrán motivo para hacerlo tampoco ahora».

El autor advierte sin embargo que «la atmósfera, que en los últimos episodios era cada vez más inquietante y tenebrosa, aquí llega al punto máximo con una Hogwarts reducida a un cúmulo de ruinas humeantes. Esto podrá no gustarle a todos, como sucedió sobre todo con el film anterior, creando malestar en los espectadores más pequeños. La muerte, que antes era un acontecimiento extraño, casi un accidente en el camino, aquí es protagonista».

«En el encuentro final se ve mucha sangre y mueren muchos: magos más o menos grandes, profesores más o menos expertos. Y también este aspecto cada vez más violento reúne los motivos para que no sea agradable o adaptable a todos».

Vallini sostiene sin embargo que «en la saga el mal no es nunca fascinante y tampoco al final de cuentas el maligno aparece más atractivo. Se confirma en vez de eso los valores de la amistad y el sacrificio, en una singular y larga novela de formación que –a través de etapas también dolorosas ante la muerte y la experiencia de la pérdida– ve al héroe y sus compañeros pasar de la alegre despreocupación de la infancia a la realidad compleja de la edad adulta».

Finalmente Vallini señala que «así se cierra entonces. Y para algunos, sobre todo para quienes nunca gustaron de la saga, será una especie de liberación».

Fervientemente católico

El actor Mark Wahlberg se declara fervientemente católico en la revista ‘Time’

“Me paso una gran parte de mi día dando gracias a Dios por todas las bendiciones que me ha concedido” responde a una de las preguntas de los lectores y afirma que “todo lo bueno que ha sucedido en mi vida ha sido a causa de mi fe”

La revista Time dedicó al actor Mark Wahlberg la sección ’10 preguntas’ el pasado 16 Agosto -que fueron remitidas por los lectores de la publicación- y de las que destacamos dos.

Preguntado por su vida disipada durante su adolescencia y su paso por la cárcel el actor reconoce que cometió un montón de errores debido a un exceso de tiempo libre mientras que sus padres trabajaban muchas horas al día “para llevar comida a nuestra mesa”.

Desde su recorrido vital se le pide: “¿qué consejo le da a su hijos para que no cometan los mismos errores?”. A lo que responde: “ahora, antes de aceptar un papel, quiero asegurarme de que me queda tiempo para mis hijos y puedo estar comprometido con cada aspecto de su vida. Mi mujer y yo tratamos de inculcarles los valores más importantes, y la fe es el más importante”.

Otro lector le pregunta hasta qué punto el hecho de ser católico practicante le ayuda en su carrera. Mark responde sin ambages que “todo lo bueno que ha sucedido en mi vida ha sido a causa de mi fe” a lo que añade “mucha gente sufre una crisis, va a la cárcel y encuentra a Dios, y en cuanto ya no Le necesitan, se olvidan de Él”. En contraposición afirma que “sin embargo, yo me paso una gran parte de mi día dando gracias a DiosSi todo se acabara hoy para mí, estaría feliz. Porque en mi vida he tenido un itinerario maravilloso”. por todas las bendiciones que me ha concedido.

Profunda transformación

Estas respuestas no serían noticia si no vinieran de un star system hablando con total libertad sin importarle lo más mínimo el ‘qué dirán’ y por la profunda transformación que ha sufrido la vida del artista de 39 años. Nacido en una familia irlandesa y educado en la fe católica, Wahlberg -el pequeño de nueve hermanos- creció sin demasiado control por parte de sus padres, que se separaron cuando él tenía 11 años. Abandonó pronto la costumbre de ir a clase y dedicó su tiempo a vender drogas y cometer pequeños robos hasta que, durante un atraco, hirió a un hombre y fue condenado a pasar 45 días en la cárcel.

De su paso por la prisión el actor sacó en claro que su vida tenía que cambiar, y mucho. Redescubrió a Dios y se acercó de nuevo a la fe católica. Al salir de la cárcel, se centró en el trabajo y comenzó una brillante carrera que le llevaría por escenarios musicales, por los carteles publicitarios como modelo y, por fin, el cine.

Pero fue a principios de 2000 cuando verdaderamente la vida de Mark cambió. Después de numerosas relaciones amorosas con estrellas de Hollywood, conoció a la modelo Rhea Durham. Se acercó a ella atraído por su aspecto físico –“fue sexo a primera vista, no porque lo tuviéramos, sino porque era lo que yo quería”, bromea el propio Wahlberg- y se encontró a una mujer con las ideas claras.

Aunque convivieron juntos -se casaron (por la Iglesia) cuando ya tenían tres hijos-, desde que empezó a salir con la que ahora es su mujer Mark se niega a posar ligero de ropa y rechaza las escenas subidas de tono.
Ahora asegura que su fe es “consuelo, sentido, todo” y que por ella se ha arrepentido del mal que ha hecho a muchos a lo largo de su vida, a los que dice haber pedido “perdón frecuentemente”.

Consciente de la necesaria presencia de los padres en casa durante la infancia -quizá porque él no la disfrutó-, se esfuerza por implicarse en todos los aspectos de la educación de sus hijos.

Y, además, dedica tiempo y dinero a su fundación, creada con la intención de evitar que otros jóvenes cometan los mismos errores que él cometió durante su adolescencia.

In God I trust
En referencia a la publicación de sus declaraciones en la revista ‘Time’, llama la atención el hecho de que, así que como en la edición impresa aparece su imagen con la firma del actor junto a las palabras -de su puño y letra- ‘In God I trust’ (en Dios confío), mientras que en la versión digital omiten esta frase y sólo aparece la imagen.

Para muchos, el actor está en el mejor momento de su carrera y ha revelado que este éxito “va de la mano con mi reencuentro con Dios a través de la Eucaristía”. Wahlberg sostiene que por propia determinación asiste a la Misa dominical y “si es necesario interrumpo la filmación, pero no dejo de ir a Misa. Es mucho más importante que el trabajo”.

Su última película –Los otros dos– ha sido éxito de taquilla este agosto en Estados Unidos y se estrenará el 15 de octubre en España. Un nuevo triunfo laboral de Wahlberg, quien, a pesar de todo, sigue convencido de que su mejor papel es el de padre de familia.

Mi querido Frankie

Pequeña gran película. De elaborada sencillez. Con pocos elementos, suministrados en las dosis precisas, se construye un arranque intrigante que engancha al espectador. ¿Por qué esa mujer joven, con su hijo sordomudo de 10 años Frankie y su madre, huye de pueblo en pueblo? ¿Para qué esas visitas a la oficina de correos? ¿Qué busca la abuela en los anuncios por palabras del periódico?

Pero no, no es éste un film de suspense, sino más bien un drama doméstico con toques de comedia, en la línea de Billy Elliott o Los chicos del coro, que llega directo al corazón. Pronto sabemos de la ausencia del padre de familia, marino mercante, a quien Frankie escribe cartas con frecuencia. Y en torno a ese alejamiento, al que supuestamente obliga el trabajo, una madre sobreprotectora ha construido un escenario de falsedades que está a punto de venirse abajo. Pues Frankie ha sabido que el barco de su padre atracará dentro de pocos días justo en el pueblo al que acaban de mudarse. Con un esquema de simulación parecido al de la reciente Good Bye, Lenin!, la ‘bola de nieve’ del fingimiento engorda, y vemos que las buenas intenciones no compensan el alejamiento de la realidad. Ya se sabe, sólo la verdad nos hace libres.

Con una puesta en escena sin complicaciones, la desconocida Shona Auerbach lleva a buen puerto la película. Las cartas de Frankie dan voz a su sordomudez, su presencia en off no cansa. Y sus silencios son más elocuentes que cualquier parrafada, nos recuerdan que hubo un tiempo en que el cine carecía de voz. Los personajes están mimados, la directora se toma su tiempo para que conozcamos sus inseguridades y temores (la madre, la abuela), su buen corazón (la amiga del bar, el desconocido marino) e incluso su crueldad (el compañero de clase). Poner el acento en las notas disonantes (la figura del padre, el desenlace que multiplica por dos el juego de las simulaciones) se me antoja injusto en un inspirado film, que rebosa humanidad por todos sus poros. J.M.A.

Directora: Shona Auerbach. Intérpretes: Emily Mortimer (Lizzie), Jack McElhone (Frankie), Gerard Butler (Padre ficticio), Mary Riggans (Nell), Sharon Small (Marie), Sean Brown (Ricky Monroe). País: Reino Unido. Año: 2004. Producción: Caroline Wood, para Pathé, Scorpio, Sigma, Scottish Screen y UK Film Council. Guión: Andrea Gibb. Música: Alex Heffes. Fotografía: Shona Auerbach. Dirección artística: JenniferKernke. Montaje: Oral Norrie Ottey. Estreno en Madrid: 15-IV-05. Distribuidora cine y vídeo: Buena Vista. Duración: 105 minutos. Género: Drama. Público adecuado: Jóvenes. Contenidos especiales: —.

La aventura más internacional del camino de Santiago

TODO LISTO PARA EL ESTRENO EN TORONTO

Mel Gibson se une a Martin Sheen en la aventura más internacional del camino de Santiago

Emilio Estévez, hijo del protagonista de «El Ala Oeste de la Casa Blanca», desvela el empeño de su padre, católico y medio gallego.

Actualizado 4 septiembre 2010

L.L./ReL

El próximo viernes, 10 de septiembre, es la fecha: El Camino [The Way], que se empezó a rodar en octubre del año pasado, se estrenará en el Festival Internacional de Cine de Toronto (Canadá). Y para su distribución internacional contará con una empresa bien comprometida: Icon Productions, la productora de Mel Gibson, que de esta forma respalda el empeño personal de Martin Sheen en hacer una película sobre el Camino de Santiago.

De hecho, según acaba de revelar su hijo y director del film, Emilio Estévez, al semanario católico The Catholic Register, fue la insistencia de su padre la que acabó por convencerle de que se embarcara en el proyecto: «No le puedes decir que no a tu padre», alegó.

El verdadero nombre de Martin Sheen es Ramón Estévez. Nació en 1940 en Dayton (Ohio), hijo del inmigrante gallego Francisco Estévez, y cambió su nombre artístico en homenaje al célebre obispo norteamericano Fulton J. Sheen (1895-1979), toda una referencia en los brillantes lustros del catolicismo estadounidense de los cincuenta y primeros sesenta del siglo XX.

Todo comenzó hace siete años. Martin Sheen aprovechó una reunión familiar

Padre e hijo durante el rodaje.

en Irlanda para desplazarse a España y hacer parte del camino de Santiago. La experiencia y el conocimiento de otros peregrinos le cautivaron. Desde entonces no paró de explicar a su hijo Emilio, actor y director nacido en 1962 y hermano de Charlie Sheen, la importancia de rodar una película sobre la principal peregrinación histórica de la Cristiandad.

Y por fin eso es una realidad. El Camino cuenta la historia de cuatro personas que coinciden como peregrinos en la ruta a Compostela. Sheen interpreta a un médico de 70 años que acude a España para completar el Camino que inició su hijo, muerto en su transcurso antes de llegar ante la tumba del Apóstol. Le acompañarán un irlandés enemistado con la Iglesia, una mujer canadiense de carácter cínico que en el recorrido busca una suerte de vaga redención y un holandés que parece perdido.

Metáfora de la vida

Las relaciones entre ellos cuatro durante el recorrido centran la trama de la película, que se transforma en una metáfora de la vida: «Ninguno de los personajes es perfecto en modo alguno. Más bien están algo trastornados, rotos, carecen de un atractivo particular. Es difícil convivir con ellos… para todos ellos. Pero descubren que el Camino forma una comunidad, y que no podemos hacerlo solos. No podemos circular por esta vida por nosotros mismos. Necesitamos la comunidad. Necesitamos la fe. Nos necesitamos unos a otros», explica Estévez, antes de añadir que en El Camino, una historia de «almas rotas», está también muy presente el  humor.

Así, y aunque sin duda el gran acontecimiento del Año Santo será la visita a Santiago de Benedicto XVI el 7 de noviembre, a su renombre internacional contribuirá también la figura del popular Jed Bartlet, presidente de Estados Unidos en la premiada El Ala Oeste de la Casa Blanca, serie que en breve comenzará a reponer Intereconomía TV.

Asegura haber redescubierto a Cristo

EL FAMOSO ACTOR HACE UNA CONFESIÓN

Stallone (Rambo) asegura haber redescubierto a Cristo: «Dejo que Dios me guíe y me siento liberado»

Sylvester Stallone asegura haber redescubierto a Dios, y que su película «Rocky Balboa», «una gran carga espiritual». «Cuanto más voy a la iglesia, más me libero de mis presiones», añade.

Actualizado 27 agosto 2010

Álex Navajas/ReL

«No importa el pasado. Si miras a Dios, puedes renacer». Si estas palabras chocan, chocará aún más saber que han salido de los labios de Sylvester Stallone. El mítico y tosco actor ha aprovechado el lanzamiento de la película, «Rocky Balboa», para hacer gala de la fe cristiana que perdió de joven.

Algo sincero…
¿Mera campaña de márketing o conversión sincera? El caso es que Stallone asegura que la sexta y última entrega de la saga «Rocky» «tiene una gran carga espiritual». «Para mí, este film ha sido guiado por la mano de Dios», afirmó rotundo durante una videoconferencia que impartió a los principales líderes cristianos de los Estados Unidos.

Rocky se ha convertido al cristianismo
La película arranca veinte años después del último combate del boxeador más famoso del mundo. Rocky se ha convertido al cristianismo. «Unos segundos antes de volver a saltar a un cuadrilátero, Balboa escucha unas palabras de la Sagrada Escritura. Eso es lo que le da fortaleza», añade el actor.

Sobre la redención
«Rocky perdona. No es amargo. Siempre pone la otra mejilla. Es como si toda su vida la pusiera al servicio de los demás», prosigue. Y llega, incluso, más allá: «La película va sobre la redención; la redención no sólo de Balboa, sino del propio Stallone», afirmó el actor en su habitual tono rudo.

De hecho, la última entrega de la saga es, según el actor, un retorno a las raíces. «En la primera película de Rocky salía una escena en el vestuario en la que pronunciaba una oración. En las siguientes, esta dimensión se pierde. En el último filme, la espiritualidad es mucho más clara», apostilla el protagonista de «Rambo».

El gimnasio del alma

Pero, ¿por qué este giro en su vida? «La mayoría de mis anteriores películas eran sangrientas; se trataban de los frutos creativos de mi juventud, cuando mi matrimonio no iba bien y yo mismo me sentí seducido por todas las tentaciones de Hollywood», respondía el actor en un artículo publicado en el «San Francisco Chronicle».

Ahora, Stallone dice disfrutar de un matrimonio estable y de una relación con Jesucristo completamente distinta. «Cuanto más voy a la iglesia y más profundizo en mi creencia en Jesús y escucho su Palabra, a la vez que dejo que su mano me guíe, siento cómo me libero de mis presiones», confesaba. Y, haciendo una curiosa definición, añadió que «la iglesia es el gimnasio del alma».

El cristianismo, de moda

Los líderes cristianos estadounidenses han recibido de buen grado la noticia de la conversión tanto del actor como del personaje. «No es una película cristiana, pero hay algunos elementos alucinantes que puedes relacionar con la fe y los valores», señalaba uno de ellos recientemente. Y, para difundirlos, Stallone ha contado incluso con los servicios de «Motive Entertainment», la misma agencia de márketing que promocionó películas como «La Pasión», del Mel Gibson, o «Las crónicas de Narnia», dos filmes claramente cristianos.

La primera medida de la agencia ha sido lanzar www.rockyresources.com, una página web con recursos para que los líderes cristianos puedan promover los valores relacionados con la película.

Formación católica
Stallone creció en un hogar católico y fue a colegios católicos. «Después di algunos giros equivocados cuando salí a la «vida real»», confesó en la videoconferencia. «He necesitado pasar mis pruebas y mis tribulaciones antes de que pudiera ser lo suficientemente hombre para interpretar una película como ésta», concluyó.

Devoto católico en Hollywood

Actualizado 23 agosto 2010

De chico malo de Hollywood a devoto católico en Hollywood

Se suele decir aquello de “arrepentidos los quiere el Señor” y es cierto. Arrepentidos nos quiere Dios a los que somos pecadores, que somos la mayoría de los mortales, incluidos los católicos. Casos e jemplares de fieles que hayan conservado hasta la muerte la inocencia bautismal los ha habido en la historia y algunos los conocemos: Ese fue el caso de San Luis Gonzaga, del cual en el proceso de Canonización se vino a probar -por cuanto se puede probar algo así en un proceso- que nunca había pecado mortalmente, lo cual tiene su mérito por la familia tan poco ejemplar de la que procedía. También se habla de la inocencia bautismal de San Felipe Neri, al cual, a pesar de haber muerto muy anciano, se le representa en los cuadros con el lirio de la pureza. Y de otros santos se cuenta lo mismo.

Pero a la mayoría de los mortales se nos puede aplicar lo que dice la oración colecta de la Misa de la fiesta del citado San Luis Gonzaga, en la que se pide que los que no le hemos imitado en su inocencia por lo menos le imitemos en su penitencia. Por cierto, que penitencia hizo mucha el buen san Luis, empezando por aguantar a los compañeros de noviciado. No en vano, a otro virtuoso novicio jesuita, San Juan Berchmans, se le atribuye la frase de “mi máxima penitencia es la vida en común”…

Dejando a los novicios jesuitas y volviendo al arrepentimiento, no sé si habrá hecho mucha o poca penitencia el actor al que se refiere este artículo, pero lo cierto es que ha cambiado de vida y mucho. Se trata de Mark Wahlberg, actor de moda, que se encuentra en Australia promocionando su última película. Le han preguntado los periodistas sobre su vida cotidiana y ha explicado que, entre otras cosas, cada día va a Misa o por lo menos visita la iglesia para rezar. Precisamente esa pregunta se la hicieron cuando salía de rezar con su mujer en la Catedral de Santa María, en Sydney, y dijo: «Amo ir a la iglesia, lo hago cada día». Lo cual, para un actor de Hollywood no está mal, pero para Mark Walhberg es una cosa admirable.

Quién le ha visto y quién le ve (quien le quiera ver cómo era solo tiene que mirar en Google). Nacido en Boston en una familia católica, ha pasado por todo tipo de cosas: Drogadicto y asiduo en las comisarías, con gran disgusto de sus padres, después músico rapero y macarra, para pasar a ser actor erótico, modelo de ropa interior para Calvin Klein y por ello icono para el mundo gay americano, etc. Pero, lo dicho, arrepentidos los quiere el Señor, y a Mark Wahlberg le llegó la hora de cambiar, concretamente el pasar por la cárcel por haber herido a un compañero le ayudó a reflexionar, pero el momento definitivo fue el conocer a la despampanante top-model americana Rhea Durham.

Para que se vea cómo las apariencias engañan, Mark se acercó a ella atraído por su aspecto físico y con más ganas de sexo que otra cosa, como él mismo cuenta. Pero se encontró con una mujer con las ideas claras de los que quería en la vida y, encontrándola él encontró también el sentido común y, años después, la vuelta a la fe de su infancia. No tuvieron sexo a la primera de cambio, sigue contando él, ella supo hacerse valer aunque luego convivieron juntos, pero por lo menos la vida de él iba cambiendo. Acabaron casándose por la iglesia cuando ya tenían tres hijos, ahora tienen cuatro. Pero es interesante ver la progresón en el cambio de vida: Ddesde que empezó a salir con la que ahora es su mujer, Mark se negó a volver a posar en paños menores y ha rechazado todas las películas que le han ofrecido con escenas subidas de tono. Por último, ha sido recientemente cuando ha empezado a frecuentar asiduamente la Iglesia, como decíamos al principio.

Para el actor, ahora la fe es “consuelo, sentido, todo” y por ella reconoce que se ha arrepentido de haber herido a muchas personas en su vida, “a quienes he pedido frecuentemente me perdonen”. Asegura que quiere ayudar a los jóvenes “para que no recorran el camino que recorrí yo durante mi juventud”, a través de su fundación The Mark Wahlberg Youth Foundation.

La fortuna le ha sonreído a Mark Wahlberg, ya ha sido nominado para un oscar y los contratos le han llovido, realmente los niños le han venido con un pan debajo del brazo. Su matrimonio es uno de los más famosos de Hollywood y todos se hacen voces de la felicidad de esta joven pareja, que ojalá les dure. Lo más importante es que el actor, que antaño fue modelo por su apariencia externa, con el paso de los años y la ayuda de su mujer ahora se ha convertido en modelo por su vida familiar y su testimonio de creyente, convencido y serio, nada mojigato, en el mundo de la farándula hollywoodiense. No está mal.