Es urgente que crezcas en la fe

San Miguel Arcángel a Luz de María de Bonilla el 13 de enero de 2023

Hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo,

Soy enviado por la Santísima Trinidad. Como príncipe de las legiones celestiales, comparto con ustedes la Palabra Divina. El amor divino por cada uno de sus hijos no disminuye: permanece activo. Cuanto más te alejas de nuestro Rey y Señor Jesucristo, más expuesto estás a caer en las garras del Diablo.

¿Qué logra el ser humano alejándose de la Voluntad Divina? Logra entrar en la oscuridad que sale del infierno para llevarte a cometer actos malvados y hacer obras malvadas. El reloj sigue sin dar marcha atrás; por el contrario, avanza hacia cada una de las profecías que nuestra Reina y Madre les ha comunicado como hijos de Dios. Algunas profecías han sido malinterpretadas, no por quienes las recibieron, sino por aquellos que, en su afán por interpretarlas, no han tenido en cuenta el aspecto espiritual de cada una de ellas, y es por eso que se asombran de cómo se han desarrollado algunas profecías. Hay una Palabra Divina, y así es como Sus verdaderos instrumentos la han recibido. En el pasado, se dio a conocer parcialmente una profecía para no alarmar a la humanidad y no adelantar eventos serios relacionados con la Iglesia de Nuestro Rey y Señor Jesucristo.

La Iglesia de nuestro Rey y Señor Jesucristo se balancea como un barco en medio de una gran tormenta. ¡Disciern, hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo! ¡Disciernan en este momento en el que se encuentran! Las profecías se están cumpliendo, y una genera el cumplimiento de la siguiente.

Es urgente que crezcas en la fe… Es urgente que vuestra fe sea fortalecida por la Sagrada Eucaristía y fortalecida por el rezo del Santo Rosario, arma del fin de los tiempos. La humanidad se sorprenderá con la noticia de un ataque de una nación contra otra. El Anticristo está en ascenso; Su deseo es dominar a todos … Como hijos de Dios, seguid siendo fieles a la Tradición del Magisterio de la Iglesia.

Recibe el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Rey y Señor Jesucristo en la Eucaristía, y reza el Santo Rosario desde el corazón. Orad, orad, siendo conscientes del poder de cada oración.

Orad, rezad: la humanidad seguirá siendo sorprendida por la naturaleza.

Orad, rezad: ocurrirán terremotos de gran magnitud.

Orar, orar: todo ser humano que cumple la Voluntad de Dios es un faro de luz para sus hermanos.

Hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo: El agua purificará a la humanidad. El hielo sacudirá al hombre, tomándolo por sorpresa. Los vientos vendrán con gran fuerza. La plaga vendrá rápidamente. Es necesario orar por los hermanos y hermanas que sufren. La oración es urgentemente necesaria. Es necesario orar por los que sufren y sufrirán en toda la tierra. Mira las señales y señales que la humanidad está recibiendo. Rezar el Santo Rosario y el Santo Trisagion* libera a los devotos.

Hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo: Permanezcan atentos y unidos a la Santísima Trinidad y tomen la mano de nuestra Reina y Madre. Postrándose, adoren al Dios Trino por los que sufren en toda la tierra. Sed almas de reparación. Te bendigo con mi espada en alto. ¡Adelante en la fe, adelante en la esperanza!

* Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Ave María purísima, concebida sin pecado

Comentario de Luz de María

Hermanos y hermanas: San Miguel Arcángel nos da una visión muy amplia del panorama que la humanidad está enfrentando con el regreso a la Casa del Padre de quien sostenía a la Iglesia con su oración y su silencio, nuestro amado Benedicto XVI, y rezamos a la Divina Voluntad para que continúe intercediendo por nosotros.

Ante esta partida, se abre el panorama de las revelaciones de Nuestra Santísima Madre que deben cumplirse en la Divina Voluntad. Esto nos lleva, hermanos y hermanas, a redoblar nuestra oración, a estar más cerca de Dios, a permanecer atentos, ya que el que estaba frenando la aparición del Anticristo ha regresado a la Casa del Padre.

Estos son tiempos serios que enfrentaremos, y es solo con el amor de Cristo y de nuestra Santísima Madre en nuestros corazones que podremos permanecer en fraternidad dentro de la Iglesia. Oremos, sin olvidar que la oración no es una rutina o algo que hemos memorizado, sino que oremos con nuestro corazón.