Leer con los hijos

Conocer y comentar la vida de los santos en familia

LA MAGIA DE LA LECTURA COMPARTIDA

Rebeca Reynaud

Para los niños no hay nada comparable a leer una historia o un cuento con papá o mamá. Las narraciones los relajan y los estimulan. La lectura compartida es beneficiosa para padres e hijos, y más si se trata de la vida de los santos, que invitan a amar a Dios y confiar en Él. Hay quienes gustan de leer la vida del Santo del día.

El beneficio más importante de leer con los hijos es el tiempo que padres e hijos pasan juntos. Sentado cerca a tu hijo, él tendrá una sensación de bienestar y seguridad, que permitirá afianzar los lazos de la sangre y conocerse todavía más. Ayuda también hacer descansos, pausas, para comentar sobre lo leído. Por ejemplo, si leen la vida de Carlo Acutis, se puede apreciar su devoción amorosa hacia la Misa.

Al leer una historia en voz alta, tus hijos aprenderán a seguir los relatos de principio a fin incorporando, al mismo tiempo, nuevo vocabulario. Leer vidas de santos despiertan en los niños el afán de ser mejores, de hacer oración, de sacrificarse por los demás, de saber que ellos también tienen una vocación a la santidad. Aprenden a que pueden volar alto si tratan a Jesús, como lo hicieron los Apóstoles y las santas mujeres.

Cuando yo era niña, se vendían historietas de Vidas Ejemplares, de la editorial Buena Prensa, en los kioskos de periódicos. Mi papá nos daba poco dinero en efectivo, los domingos, y con eso nos alcanzaba para comprar dos o tres historietas ilustradas de vidas de santos. ¡Cuánto disfrutábamos con su lectura! El encanto de estas vidas ha ejercido una influencia decisiva en el corazón de muchos niños y ha sembrado grandes ideales en su interior.

Bruno Le Maine, ministro de Finanzas de Francia, dice que la lectura es un placer inmenso que va a abrir nuestra imaginación, que nos va a permitir abrirnos a mundos radicalmente nuevos, que nos permitirá saber quiénes somos, que va a poner palabras a aquello que sentimos, y que ni siquiera sabemos sobre nosotros. Y una persona totalmente desconocida como es el escritor o el poeta, nos susurra al oído cosas que nunca habríamos comprendido sobre nosotros, si no lo hubiéramos leído en el silencio de la lectura.

Aprendemos más sobre el deseo de heroísmo leyendo la biografía de San Felipe de Jesús que leyendo historias de brujos. Con Fray Escoba se aprende más sobre la abnegación y los buenos sentimientos que con La isla del tesoro. Y las palabras de Martín de Porres nos van a alentar porque comprenderemos que muchos experimentan esos sentimientos, que somos parte de una comunidad que siente las mismas cosas, y que no estamos solos.

La lectura ayuda a niños y a jóvenes a alejarse de las pantallas. Las pantallas devoran, la lectura alimenta. Esa es la diferencia. Las pantallas vacían, los libros llenan. Está claro que es un combate, porque las pantallas son lo fácil, captan la atención. Saben dar estímulos cada 5 segundos, cada 10 segundos, que obligan a seguir pegados a la pantalla. Eso no ayuda a desarrollar la libertad. La lectura es un arma de libertad. Muchas veces las pantallas pueden convertirse en instrumento de sometimiento, no me refiero al cine. Las pantallas nos pueden someter en el consumo, en el comportamiento, en las prácticas, en los gestos para orientar nuestros pensamientos, para formatearnos. Las palabras nos dan libertad para construirnos y para ser quienes somos. La literatura y los libros nos permiten descubrir hasta qué punto somos únicos.

Algunas narraciones nos pueden hacer capaces de pequeños heroísmos, incluso de ser mártires si es el caso, de ese modo los niños y jóvenes adquieren experiencia de cómo distinguir el verdadero amor del falso.

Juan Diego y los pastorcitos de Fátima nos revelan como los humildes son los favoritos de Dios y de la Virgen María.

Se pueden encontrar vidas de santos breves, de alrededor de 25 páginas en Buena Prensa, y también en internet.

https://profesoradoreligion.blogspot.com/2017/10/vidas-de-santos-para-ninos.html

www.colorincolorado.org/es/families/

Un teatro navideño le llevó al martirio

El padre Alois Andritzki tenía solo 28 años cuando miró fijamente a la muerte por amor a Cristo en el campo de concentración de Dachau

Esta mañana fui a misa sin ningún riesgo. Para muchos católicos durante los 2000 años de nuestra Iglesia, este no ha sido el caso, ni lo es hoy.

Hace años, la Navidad de 1941, un joven de 28 años también montó un belén y murió por él. Era Alois Andritzki. 

Estuvo en el campo de concentración de Dachau en la Alemania nazi y fue ejecutado por un acto de libertad para celebrar el nacimiento de Jesús.

WEB3 BLESSED ALOIS ANDRITZKI DACHAU Public Domain

Una familia enamorada de Jesús

Alois Andritzki nació el 2 de julio de 1914. Sus padres, Johann y Magdalena, eran católicos devotos y una vez al mes, Johann llevaba a los seis niños a visitar los santuarios, mostrándoles la belleza y los misterios de su fe.

Alois, el cuarto hijo, sintió el llamado al sacerdocio desde muy temprano. Sus hermanos mayores también recibieron la ordenación sacerdotal. El hermano menor murió mientras servía en el ejército en la Segunda Guerra Mundial.

Sacerdote valiente

Cuando acababa de cumplir 25 años, el 30 de julio de 1939, Alois fue ordenado sacerdote

Ofreció su primera misa pública el 6 de agosto de 1939, sin saber que 18 meses después sería enemigo del estado. 

Obtuvo esta consideración porque en la época navideña de 1940 produjo una pequeña obra de Navidad en la ciudad de Dresden. 

Aparentemente también se le escuchó hacer «declaraciones hostiles» contra el partido nazi. El 21 de enero de 1941, el padre Alois fue detenido por la Gestapo.

Alegría en Dachau

El padre Alois fue puesto en la prisión de Dresden y unos meses más tarde trasladado a  Dachau

Más de 2.700 clérigos fueron encarcelados en ese campo de concentración y más de 2.500 de ellos eran clérigos católicos.

El Padre Alois era un músico y artista talentoso. También era acróbata. Y entretenía a sus compañeros de prisión caminando sobre sus manos.

En la temporada navideña de 1942, el padre Alois dibujó una representación de la Natividad en la pared del cuartel para crear una sencilla capilla navideña. Los nazis estaban furiosos.

Martirio en el campo de concentración

El Padre Alois, enfermo de fiebre tifoidea, preguntó si podía recibir la Sagrada Comunión

El alcaide nazi se burló de él diciendo: «Él quiere a Cristo. Le daremos una inyección en su lugar». 

El padre Alois Andritzki tenía solo 28 años cuando sus captores le administraron una dosis letal de ácido fénico. 

El Padre Alois fue declarado Siervo de Dios por el papa san Juan Pablo II el 27 de agosto de 1998.

En su ceremonia de beatificación el 10 de diciembre de 2010, el papa Benedicto XVI declaró que el beato Alois Andritzki había muerto in odium fidei (por odio a la fe). 

Alois Andritzki, un joven de 28 años, sacerdote, se puso de pie frente a la muerte y la miró fijamente por amor a Cristo.

Beato Alois Andritzki, ruega por nosotros.

Muerte de Álex y Diego: de la moto al Cielo

Son los dos mayores de cinco hermanos. El pasado martes sufrían un terrible accidente de moto en pleno centro de Madrid. Álex (23 años) fallecía instantes después. Diego (25), en estado crítico, ha pasado dos días luchando contra la muerte. Ha desatado una impactante cadena de oración promovida a través de las redes sociales. Finalmente ha fallecido. Ambos recibieron la absolución de un sacerdote antes de morir

El fatal accidente

Martes. Los dos hermanos circulaban juntos en una moto por el centro de Madrid. Eran las nueve de la noche. Entonces, impactaron con un VTC (Vehículo de Transporte con Conductor) de Uber, por causas que aún se investigan. Ocurría a la altura del número 5 del Paseo de la Castellana. Álex murió allí mismo como consecuencia del impacto.

Diego resultó muy grave. Fue trasladado al hospital Clínico San Carlos con traumatismo craneoencefálico severo. Mientras, un psicólogo del Samur-Protección Civil, junto con varios agentes de la Policía Municipal, se personaron en el domicilio de los hermanos para informar a los padres, Virginia y Marco.

Confesión y unción de enfermos

En el momento del accidente, el primero en llegar fue un sacerdote. Él mismo cuenta lo que pasó, en un WhatsApp que está circulando entre todos los grupos que rezan por ellos:

«Fui el primero en llegar, ocurrió delante de mí el accidente. Me acerqué a cada uno y les dije: ‘Soy sacerdote de Jesucristo, si quieres confesar, arrepiéntete y te doy la absolución’. Los dos respondieron… uno me apretó la mano antes de morir… y el otro contestó con un sí”.

También les dio la unción de enfermos.

Cadena de oración

Diego seguía con vida. La noticia corrió como la pólvora. No en vano, son una familia muy querida y conocida en el ámbito de varios grandes colegios. Los dos jóvenes estudiaron en Tajamar, que se acordaba de ellos en sus redes sociales.

También en el colegio Los Olmos, donde estudia su hermano pequeño. Y en los colegios donde estudiaron sus dos hermanas. En todos ellos comenzó una cadena de oración a través de WhatsApp. Se extendió por todo Madrid y otras regiones a una velocidad pasmosa.

La noticia era tan desgarradora, que la petición de oraciones de la familia prendió como una mecha. Miles de familias pendientes de noticias, de la evolución de Diego, rezando por el milagro. En los colegios se celebraban misas por ellos. Incluso monjas de clausura dedicaron sus oraciones a Diego y a su familia.

Confusión y bulos

Ávidos de noticias, miles de cristianos desconocidos rezando juntos y esperando el mensaje de Whatapp. En las primeras horas reinó la confusión. Las noticias que llegaban es que los médicos no eran optimistas, porque Diego tenía varios órganos afectados. Se llegó a difundir el miércoles por la mañana que había fallecido, pero horas después se corrigió el error. Había un pequeño hilo de esperanza. Fue operado varias veces. Más oraciones. Pero llegó la muerte cerebral, sólo se mantenía enchufado a una máquina. Finalmente falleció. Se confirmó la peor de las noticias este jueves.

«Dios sabe más»

«Se han puesto todos los medios humanos y mucha oración. Dios sabe más», se podía leer en uno de los mensajes de los ‘portavoces’ que se ha reenviado a miles de teléfonos. Las oraciones se enfocaban entonces a rezar por la familia, muy creyente, confiada en el Señor, pero que vive un momento durísimo.

Tanatorio

Mientras, en el tanatorio de Tres Cantos se despedía a Álex. Estaba a reventar, no cabía un alfiler. Miles de personas acompañaron a la familia, que mostró –según algunos asistentes- una entereza encomiable, aunque no podían contener las lágrimas. Ahora, despiden también a Diego. En una Navidad marcada por el dolor, donde sus padres y hermanos miran al Portal de Belén, pero sobre todo a la Cruz.

EL AMOR VIENE A LA TIERRA

En esta víspera, el Amor mismo desciende a la tierra. Todo el miedo y el frío se disipan, porque ¿Cómo podría uno tener miedo de un bebé? El mensaje perenne de la Navidad, repetido cada mañana a través de cada amanecer, es que eres amado.

Gracias a todos mis lectores, espectadores y benefactores por su amor y apoyo el año pasado. Enviándoles a todos un gran abrazo y oraciones para que experimenten el amor de Jesús de una manera nueva esta Navidad.

Moral y Luces

¿Cómo entender el libro del Apocalipsis?

¿Descripción anticipada de los acontecimientos del futuro? ¿Presentación de una misma realidad bajo varios símbolos diferentes?

El Apocalipsis fue escrito por el apóstol san Juan, al final de su vida, alrededor del año 100, bajo la forma de una carta a las iglesias de Asia Menor, que vivían tiempos difíciles a causa de la persecución romana.

Bastante enigmático y difícil de comprender, es un libro que puede generar muchos errores de interpretación – como ya sucedió muchas veces, a lo largo de la historia, al no observarse con cuidado el modo con el que la Iglesia lo interpreta.

El emperador romano Domiciano (81-96) realizó una fuerte persecución a los cristianos, habiendo deportado a san Juan, que era el obispo de Éfeso, a la isla de Patmos.

Al mismo tiempo, los cristianos eran hostilizados por los judíos y esperaban el regreso de Cristo, que no sucedía, para librarlos de todos los males.

Fue en ese contexto que el apóstol escribió el Apocalipsis: para consolar y animar a los cristianos de las ya innumerables comunidades de Asia Menor.

Apocalipsis, del griego, apokálypsis (revelación), era un género literario que se volvió común entre los judíos tras el exilio de Babilonia (587-535 a.C).

El Apocalipsis de san Juan describe el fin de los tiempos, cuando Dios juzgará a los hombres. Esa intervención de Dios sacude la naturaleza (fenómenos cósmicos), con mucha simbología y números.
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¿Predicción del futuro?

El Apocalipsis no pretende dar una descripción anticipada de los acontecimientos del futuro, sino presentar una misma realidad bajo varios símbolos diferentes. Y todo está hecho con un lenguaje intencionalmente figurado para despertar la atención del lector, acostumbrado al género apocalíptico usado por los judíos.

Algunos símbolos tienen un significado preciso: el cordero simboliza a Cristo. La mujer, a la Iglesia o a la Virgen María. El dragón, a las fuerzas hostiles al Reino de Dios. Las dos bestias (cap 13), al Imperio Romano y al culto imperial. La bestia (cap 17) simboliza a Nerón. Babilonia, a la Roma pagana. Los vestidos blancos, la victoria. El número tres y medio, cosa nefasta o caduca. Pero esos símbolos no son exclusivos; el Cristo está, a veces, representado como el «hijo del hombre» o el caballero.

El Apocalipsis es una revelación sobrenatural, velada, bajo símbolos, representando el pasado, el presente y el futuro de la Iglesia. Éste se refiere a un periodo indefinido que separa la Ascensión de Cristo de su regreso glorioso.

Victoria final

Deja clara la imposibilidad de escaparse a la lucha y al sufrimiento, a las persecuciones y al fracaso aparente en el plano terrenal. También afirma la realidad de la salvación y la victoria final, que es obra de Cristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte.
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El mensaje principal del libro es que Dios es el Señor de la historia de los hombres. Y que, al final, habrá la victoria de los justos, a pesar del sufrimiento y la muerte.

Muestra la vida de la Iglesia en la tierra como una continua lucha entre Cristo y Satanás, indicando que al final habrá el triunfo definitivo del Reino de Cristo, que implica la resurrección de los muertos y la renovación de la naturaleza material.

Las calamidades que son presentadas no deben ser interpretadas al pie de la letra. Dios sabe y sabrá conducir a la humanidad, a través de los sufrimientos, a la victoria del bien sobre el mal.