
San Miguel Arcángel a Luz de María de Bonilla el 23 de diciembre de 2022
Amado pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo: Soy enviado por la Santísima Trinidad para llegar al corazón de toda la humanidad que, como pueblo de Dios, debe salvar sus almas. Al conmemorar el nacimiento de nuestro Rey y Señor Jesucristo, cada ser humano puede poner todo su ser físico y espiritual ante este Divino Niño, para que con el ferviente deseo de una persona, sea transformada por el amor, la verdad, la bondad, la caridad y todos los dones y virtudes con que el Niño Jesús adorna a Sus hijos.
Hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo, la humanidad sigue viviendo en un caos de violencia imparable que se extiende de una persona a otra, a veces consintiéndolo sin saber por qué, sino simplemente para imitar el comportamiento de sus hermanos. Esta es la intención de los poderosos: velar por que la raza humana se autodestruya en términos de moralidad, sociedad, espiritualidad, comida y economía, para que, debido a tal peso de actos inapropiados, los seres humanos renuncien a la Santísima Trinidad, Nuestra Reina y Madre, y desprecien todo lo que les recuerde lo divino, culpando a Dios por todo lo que sucede.
Al conmemorar la Natividad del Niño Jesús, el mal está atacando a la humanidad con más fuerza en este momento que en el pasado, en vista de la proximidad de lo que nuestra Reina y Madre les ha estado advirtiendo durante tanto tiempo. Son los seres humanos los que han dado rienda suelta a su voluntad humana, yendo por varios caminos equivocados que los han llevado a este momento.
Pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo: Al conmemorar la Natividad, los asuntos de los hombres no se detienen: los conflictos continúan, las persecuciones aumentan y lo inesperado ocurrirá debido a la guerra constante por parte del mal, que la humanidad está permitiendo que socave su vida.
Oren, oren por México: sufrirá debido a la naturaleza.
Orad, rezad, rezad por Brasil sin cesar: vuestros hermanos y hermanas necesitan vuestras oraciones.
Orad, rezad por fortaleza para toda la humanidad.
Orad, rezad por Europa: necesitáis rezar urgentemente por Europa, que sufrirá a causa de la naturaleza y del hombre mismo.
Tienes un camino rocoso por delante. . . Una sola religión se impondrá a la humanidad, que se rinde fácilmente a las innovaciones. Las criaturas humanas olvidan que la Cruz de Nuestro Rey y Señor Jesucristo está impregnada de la salvación de cada ser humano, y que es sólo en el camino de la verdad y el arrepentimiento que puedes encontrar la salvación.
Olvidáis que nuestra Reina y Madre ahuyenta al Diablo: él le teme, y nuestra Reina y Madre está atenta al pueblo de su Hijo.
Estáis en un camino lleno de toda tentación, de las trampas del mal, de las insinuaciones del mal, y el mal sabe que este es el momento para que tome su botín de almas. Debes ser fuerte y firme para no caer.
Hijos de Dios, permaneced atentos y no seáis descuidados, porque de un momento a otro, puede haber un conflicto, planificado de antemano. Sin exponerse en medio de la lucha, cada uno de ustedes debe mantener la calma y permanecer donde está hasta que encuentre una oportunidad segura para irse, si es que debe hacerlo. Mis legiones esperan atentamente sus llamados para venir apresuradamente, hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo.
Se acerca una gran señal desde lo alto. Cada uno de ustedes sabe que la protección divina está sobre la humanidad. La Divina Misericordia es infinita: pídele a nuestro Rey y Señor Jesucristo que penetre en ti y dale permiso para hacer de cada uno de vosotros una nueva criatura, para que logréis superar las muchas pruebas que la humanidad ha traído sobre sí misma. Adorad al Niño Jesús en el pesebre, en cada hogar, en cada lugar donde Él está correctamente representado. Mis legiones están cuidando de cada uno de ustedes. Te bendigo y te protejo con mi espada en alto.
Ave María purísima, concebida sin pecado
Ave María purísima, concebida sin pecado
Ave María purísima, concebida sin pecado
Comentario de Luz de María
Hermanos y hermanas: Por la Divina Misericordia hemos recibido este mensaje de San Miguel Arcángel, llamándonos a la transformación espiritual que nos llevará a la conversión para nuestro bien, ya que necesitaremos ser firmes en la fe y mantener nuestra fuerza espiritual para saber que no estamos solos y que no seremos abandonados por la Santísima Trinidad, ni por la Santísima Virgen. Esto es indispensable para que nos mantengamos firmes y resistamos los ataques del mal.
Nos guste o no, estamos inmersos en la violencia que ha logrado penetrar en las esferas de la sociedad en todos sus estratos: violencia no solo de armas, sino también en nuestro pensamiento, en el nivel de tranquilidad y amenazas por ciencia mal utilizada, amenazas en las esferas política y religiosa… La raza humana está siendo probada en todas las áreas. Debemos tener claro que no necesitamos una nueva Sagrada Escritura, ni necesitamos que se cambien los mandamientos, porque así como hubo una sola Cruz en la que Cristo nos redimió de los pecados, también hay una sola Sagrada Escritura que no puede aceptar innovaciones.
Ser firmes en la fe es una condición sin la cual no podemos llamarnos cristianos. Estamos invitados a doblar nuestras rodillas ante Jesús, el Divino Niño, para que, frente a Él, le pidamos que nos guíe a ser mejores y a ser firmes y fuertes para no tropezar ante el mal. Orar y reparar, trabajar y actuar prácticamente a semejanza de Cristo es como testificamos que, como los pastores de Belén, sin pensarlo, vamos delante de nuestro Divino Niño para darle lo que Él espera: el «ego» que nos impide entregarnos a Él.
Amén.