
San Miguel Arcángel a Luz de María de Bonilla el 3 de noviembre de 2022
Hijos de nuestro Rey y Señor Jesucristo:
Como enviado de la Santísima Trinidad os digo que la humanidad, inmersa en las cosas materiales, se hunde más profundamente en lo inmediato y finito.
Los seres humanos han hecho un dios de sí mismos, de sus cuerpos mortales, de su ego, de su posición en la sociedad, lo que significa que pueden perder sus almas si no toman inmediatamente la decisión de cambiar sus vidas por completo avanzando hacia la conversión.
Ustedes están manteniendo sus ojos en los dos países en guerra, siendo este el medio por el cual están siendo distraídos, minimizando la importancia de otros países en conflicto. Tenga en cuenta que habrá la muerte de un líder en los Balcanes, lo que conducirá inmediatamente a la guerra entre las naciones. Los hijos de nuestra Reina y Madre no están analizando lo que se esconde detrás de lo que está sucediendo en este momento: el escenario está listo para la Tercera Guerra Mundial. La flagelación repetida de la tierra a manos de la naturaleza se está ocultando bajo conceptos científicos, y lo que ha sido advertido por el cielo se llama «cambio climático». Lo que está sucediendo está llevando a la humanidad hacia el cumplimiento de lo que se ha anunciado. Grandes cambios acelerarán la aparición de eventos para la purificación de esta generación.
Otra señal está apareciendo ante ti: la luna vestida de rojo, (1) el color de la sangre, que conoces como la luna del castor. El castor hace provisiones para el invierno, pero es amenazado por aquellos que lo persiguen para cazarlo. La luna presagia el progreso de la humanidad hacia su purificación:
Es un presagio de la inminencia de grandes terremotos y erupciones volcánicas…
Es un presagio de dolor en las sociedades que protestan en la mayoría de los países…
Es un presagio de serios levantamientos armados destinados a derrocar gobiernos…
Es un presagio de la persecución de sus hermanos y hermanas por parte de una humanidad impía.
Pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo, un pueblo lleno de virtudes despreciadas por hombres sin Dios:
Este es un tiempo de dolor provocado por la inteligencia del hombre, que ha rechazado a la Santísima Trinidad y a Nuestra Reina y Madre. Sus facultades espirituales están en declive, impidiendo que la humanidad albergue fe y nobles sentimientos llenos de amor, como lo ordenaron Nuestro Rey y Señor Jesucristo.
Esta es la era del Espíritu Santo para aquellos que se mantienen firmes en la fe… (Joel 2:28-29) Será un tiempo de maravillas para aquellos que quieren convertirse; Este es el momento de hacerlo. No importa cuán intensos sean los tiempos, son óptimos para la conversión personal.
El manual para el camino es el amor.
La señal marcada para que no te extravíes es la obediencia.
El punto de encuentro es el amor fraterno.
Tienes una Madre que te ama y ella protege a todos sus hijos en su Inmaculado Corazón para que no sean desviados por el mal. Atento, obediente, fraterno y misericordioso, así es el pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo, un pueblo de amor, de caridad y de fe firme y fuerte, tan fuerte que los vientos no pueden doblarlo (I Cor 13, 1-13). Espera al Ángel de la Paz. (2) Lo recibirás a través de la fe firme con la que lo esperas.
Oren «a tiempo y fuera de tiempo». (Efesios 6:18)
Ora con tus obras y acciones, y ama a tu prójimo incluso cuando tu prójimo es tu propio torturador.
Ora por aquellos que no te aman.
Ora con tu corazón.
San Miguel Arcángel
Ave María purísima, concebida sin pecado
Ave María purísima, concebida sin pecado
Ave María purísima, concebida sin pecado
(1) Sobre las lunas de «sangre»…
(2) Revelaciones sobre el «Ángel de la Paz»…
Comentario de Luz de María
Hermanos y hermanas:
Este es un llamado muy fuerte de San Miguel Arcángel que nos pone frente a un espejo y nos describe parte de lo que vamos a experimentar. Estamos invitados a la conversión, es decir, a trascender el ego humano para que sea menos pesado.
Llevando consigo la miseria humana, los objetivos de la humanidad permanecen enfocados en sí misma, porque el ego humano lleva a una persona a poner primero lo que es finito, al cuerpo, a lo que conduce a un mayor reconocimiento. Esta es la cultura de una gran parte de la sociedad: la cultura del cuerpo, no la realización de ser un hijo de Dios.
San Miguel Arcángel disecciona los acontecimientos venideros para movernos a la conversión inmediata; Esta inmediatez es una orden que indica que el momento es urgente. La luna roja anticipa lo que está por venir; el cambio de la tierra y de la obra y conducta trastornadas de la humanidad, un momento de gran prueba y de gran oportunidad para que, con la ayuda del Espíritu Santo, aquellos que se arrepientan logren convertirse. Esta luna que se acerca no debe verse como un espectáculo, sino que debe ser meditada por lo que representa.
Hermanos y hermanas, este es un tiempo, frente a la temida guerra, para reflexionar sobre la vida interior para salvar el alma. Dios es Amor, el Amor es Dios. Debemos ser fraternos y testigos de amor a Cristo en medio de la agitación del momento.
Amén.