
Nuestra Señora de Zaro di Ischia a Angela el 26 de mayo de 2022:
Esta tarde la Madre apareció toda vestida de blanco. El manto envuelto a su alrededor también era blanco, ancho y cubría su cabeza también. En su cabeza la Madre tenía una corona de doce estrellas brillantes. Sus manos estaban entrelazadas en oración; en sus manos había un largo rosario santo, blanco como de luz, que casi bajó a sus pies. Sus pies estaban desnudos y fueron colocados en el mundo [globo]. El mundo estaba como envuelto en una gran nube gris. Las escenas de guerras y violencia eran visibles en el mundo. La madre deslizó lentamente una parte del manto sobre el mundo, cubriéndolo. Alabado sea Jesucristo…
Queridos hijos, gracias por estar aquí en mi bendito bosque, gracias por haber respondido a este llamado mío. Hijos Míos, si estoy aquí es a través de la inmensa misericordia de Dios. Hijos Míos, los amo, los amo inmensamente. Amados hijos, hoy les pido de nuevo oración, oración por este mundo que está cada vez más en las garras de las fuerzas del mal. Hijos Míos, oren por la paz, oren por la paz en el mundo, por la paz en las familias, oren para que sus corazones tengan paz. Amados hijos, he estado entre ustedes durante mucho tiempo, pero nada ha cambiado. ¡Por favor, hijos, conviértanse! Por favor, regresen a Dios.
Hijos Míos, les pido una vez más que oren con sus corazones, no [sólo] oren con sus labios. Abrid vuestros corazones y déjame entrar, extiende vuestras manos y agarra las mías; Estoy aquí para escucharlos, estoy aquí para amarlos, estoy aquí para guiarlos a todos a mi hijo Jesús. Por favor, no se pierdan en las cosas de este mundo, no se pierdan en falsas bellezas, sino miren a Jesús, oren a Jesús, amen a Jesús, vivas y verdaderas en el Santísimo Sacramento del Altar. Dobla las rodillas y ora. Jesús sabe lo que necesitas.
Luego oré junto con la Madre por la Santa Iglesia y por todos aquellos que se habían encomendado a mis oraciones. Finalmente la Madre bendijo a todos:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.