Queridos hijos, gracias por haber respondido a Mi llamado en sus corazones. Veo a muchos de ustedes que están preocupados por los tiempos venideros, pero estoy aquí para consolarlos; consideren que todo mal será derrotado y que ustedes, mis soldados en combate, tendrán gracias y misericordia. Verás con tus ojos, tocarás con tus manos todas las gracias que descenderán. Queridos hijos, orad mucho y así, junto a Mí, seréis testigos de la victoria de Mi Inmaculado Corazón. Oren por la Iglesia, oren por Japón y China para que los dolores que causarán puedan ser aliviados. Hijos Míos, miren al cielo, allí verán los signos de los tiempos. Ahora los dejo con mi bendición maternal en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo: por Mandato Divino, como Príncipe de las legiones celestiales comparto con ustedes que la humanidad debe estar atenta en este momento. Al no vivir en la Verdad (Jn 14,6), los seres humanos se levantan unos contra otros… La humanidad es asediada, oprimida, perturbada y reprimida para que la inconstancia y la inseguridad penetren en su pensamiento, y por lo tanto se está rindiendo a las condiciones que la llevarán a aclamar al Anticristo. El ego engreído de los seres humanos los lleva a sentir que solo ellos poseen la razón. Capturados por demonios, los seres humanos se imponen y pisotean a sus hermanos y hermanas sin compasión. La humanidad se está acercando a la perdición hasta el punto de empañarse, con personas que son indistinguibles entre sí. Contrariamente a lo esperado, la gran obligación llegará y la tímida humanidad se inclinará y se someterá.
Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo: sigan adelante en obediencia, sin desperdiciar este momento. Conviértete, ora, ofrece sacrificios y ayuna, si tu condición te lo permite. Hacer reparación por adelantado; la Iglesia de nuestro Rey está siendo invadida por las fuerzas del mal con el fin de socavarla, haciendo que el Cuerpo Místico caiga en la incredulidad. Entre el Pueblo de nuestro Rey la caridad ha dejado de existir. La progresión de la imposición por la fuerza y el control de los poderosos sobre el Pueblo de Dios son cada vez más fuertes, negando su libertad. «El que tiene oídos para oír, déjelo oír». [1]. Manténgase en alerta constante. La marca del mal será desenmascarada; la humanidad será convocada para que sea «sellada». No perdáis la vida eterna, hijos de Dios, no la perdáis.
Pueblo de nuestro Rey y Señor Jesucristo, debes nutrir la fe para resistir espiritualmente frente al imperio del mal. El poder del Diablo se cierne sobre la humanidad para que se rinda en sus manos. Fortalece tu fe con amor fraterno por encima de todo. Sed personas pacíficas: así se reconoce a los cristianos, en el amor fraterno [2].
Oren, Pueblo de Dios, oren: el oso está causando dolor, gran dolor.
Oren, Pueblo de Dios: el dragón se mueve sigilosamente para despertar con poder ante los ojos de la humanidad.
Oren, Pueblo de Dios, oren: la tierra está en peligro y la humanidad incrédula desprecia lo que es Sagrado.
El hombre de Dios permanece vigilante. La tierra temblará, la luna rojiza anuncia la proximidad del dolor y del Aviso. En medio de la incredulidad, mis legiones buscan criaturas de fe firme que permanezcan en oración por la humanidad, almas de reparación por las ofensas contra los Sagrados Corazones.
Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo: con mi espada te defiendo del peligro. Sed fieles a la Santísima Trinidad. Ama a Nuestra Reina y Madre del Fin de los Tiempos, cuando el Aviso se acerca rápidamente. Adelante– Yo te defiendo del mal y mis legiones te mantienen alejado del peligro. Sé verdadero. No tengas miedo: somos tus defensores y compañeros en el camino.
Ave María más pura, concebida sin pecado Ave María más pura, concebida sin pecado Ave María más pura, concebida sin pecado
Comentario de Luz de María
Hermanos y hermanas: San Miguel Arcángel nos trae esta bendición frente a la vivificación de los acontecimientos que estamos viviendo como humanidad. El Diablo no está simplemente al acecho, sino tomando posesión de lo que es de Dios, y la humanidad se está abriendo muy rápidamente a nuevos desarrollos. No ve al Diablo, aunque la raza humana ha sido advertida. Por lo tanto, el sello del Anticristo será aceptado sin discernimiento en cuanto a lo que hay detrás de él.
En la Sagrada Escritura se nos advierte en Apocalipsis 13:11:
«Entonces vi a otra bestia saliendo de la tierra. Tenía dos cuernos como un cordero, pero hablaba como un dragón».
Esto es lo que san Miguel Arcángel nos está advirtiendo, hermanos y hermanas, junto con todo lo que podemos leer entre líneas, por lo que debemos ser prudentes.
Prestemos atención a los conflictos armados: no es el momento de negar lo que está sucediendo. Como humanidad estamos amenazados por la guerra, así como por la continua actividad sísmica que explotará de un momento a otro. Reflexionemos y caminemos hacia la conversión para la salvación del alma. Tengamos en cuenta que las legiones celestiales están vigilantes por nuestro bien y para ayudarnos. Nunca seremos abandonados por la Mano misericordiosa de Nuestro Señor Jesucristo.