
Nuestra Señora a Gisella Cardia el 6 de mayo de 2022
Querida hija, gracias por haberme acogido dentro de tu corazón. Vosotros [singulares] nunca tenéis que temer, porque cuando proclaméis la Santa Palabra, Yo estaré con vosotros. La Iglesia, hoy, ha levantado muros entre [ella], mi Hijo y la verdadera doctrina, y a pesar del sufrimiento que está causando al Beato y Sacratísimo Corazón de Jesús, Él está allí para protegerla. La Iglesia, en lugar de alimentar a mis hijos, con el cuerpo y la sangre de Jesús, los ha alejado de Su presencia y, sin embargo, a pesar de esto, Él siempre está listo para ofrecer Su ayuda. ¡Arrepentirse! Hija Mía, los masones y su fuerza extremadamente malvada han separado a los representantes de la Iglesia de la verdadera fe cristiana, insultando el cuerpo de Jesús, ofreciéndolo de la manera equivocada y obligando a mis hijos a no arrodillarse y recibirlo en sus manos, proclamando una gran mentira. Les pido que regresen a la verdadera fe y que me permitan ayudarlos en los momentos oscuros que vendrán. Os digo: la verdadera Iglesia renacerá y será más grande y vigorosa. Ahora les aconsejo que oren, porque el tiempo a su disposición está llegando a su fin. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
3 de mayo de 2022
Queridos hijos, gracias por haber respondido a Mi llamado en sus corazones. Amados hijos, cuánta ternura siente mi corazón materno cuando veo a mis hijos doblando las rodillas con gran fe. Hijos Míos, pronto serán testigos del Aviso, del encuentro con Mi Jesús que tanto los ama; espera este gesto de misericordia, pero no con miedo, sino con alegría. Amados hijos, confiesen para estar listos para cuando Él venga; estén siempre atentos, hijos míos. Te amo y quiero guiarte como una Madre; grande será el sufrimiento para aquellos que no quieren reconocer a Dios. Hijos Míos, oren por la Iglesia y especialmente por los obispos, cardenales y sacerdotes, para que abandonen todo orgullo y comiencen a proclamar la palabra de Dios, para que ya no se preocupen por la política, sino como Pedro, sean pescadores de almas. Ahora les doy mi bendición maternal en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.