
Nuestra Señora a Gisella Cardia el 24 de marzo de 2022
Querida hija, gracias por haber escuchado mi llamado en tu corazón. Los hombres todavía no entienden la razón de mi venida: quiero salvar a esta humanidad, a quien le digo: dejen de leer mis mensajes para despertar su curiosidad, pero vívanlos. Veo a mis hijos perderse y quiero mostrarles el camino. Vengo como una Madre amorosa para mostrar luz en medio de la oscuridad. Con vuestras oraciones y vuestra verdadera fe podéis evitar la tercera guerra mundial, pero todavía estáis encerrados en vuestras conchas y no veis más allá; se avecinan catástrofes, pero no abandonéis los sacramentos. A pesar de mis lágrimas, vuestros corazones son duros y no permitís que entre la luz. Les pido que su fe sea no sólo de palabras, sino de hechos. Tienes el arma más poderosa, la oración del Santo Rosario: rezar. A medida que pase el tiempo, la fe cristiana ya no se profesará y te verás obligado a esconderte: prepárate también para esto. El comunismo está avanzando rápidamente. Todo esto tendrá lugar y será castigo por las herejías, maldiciones y blasfemias que se han perpetrado hasta ahora. Ahora, hija mía, te dejo con mi bendición maternal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.