Los tiempos difíciles ya están aquí

Nuestro Señor Jesús para Eduardo Ferreira el 12 de marzo de 2022 en Sao José dos Pinhais, Brasil:

Mis amados, vean cuán lamentable es el estado de miseria en el que se encuentran muchos de Mis hijos. Están persiguiendo cosas que no los llevarán a ninguna parte. Buscan la felicidad en el desorden, pero solo encuentran tristeza. Mi amado, date cuenta de que es sólo en Mí que puedes encontrar el verdadero gozo. Sólo yo puedo darte paz. No dejes que el materialismo se apodere de ti. Agrego que ustedes están necesitados incluso si lo tienen todo, y es porque no Me buscan que no Me reconocen. Yo soy Jesús.

Nuestra Señora Rosa Mística, Reina de la Paz el 12 de marzo de 2022

Paz. Amados hijos, Yo soy la Rosa Mística, Reina de la Paz. En este día vengo a darles el siguiente mensaje. Es necesario que multipliques tus oraciones. Hijos Míos, los tiempos difíciles ya están aquí. Debes aferrarte al Santo Rosario. Orar. Orar. Nuestro adversario está furioso. Es con la oración, el ayuno y el perdón que puedes tener éxito en alejarlo. Hoy les vuelvo a recordar la importancia de la oración. Si oras, será más fácil para mí ayudarte. Hijos Míos, miren este mundo. Muchos están lejos del amor de Dios y tienen corazones endurecidos. Con amor, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

San José el 12 de marzo de 2022

Mi amado, yo José, he venido a estar entre ustedes. Presta atención y ora para discernir lo que es correcto de lo que está mal. Verás señales que no son enviadas por Dios. Ten cuidado de no caer en las trampas de Satanás. Presta atención: habrá muchos caminos que te llevarán a la perdición. Amados, el tiempo es corto. Sálvate a ti mismo y salva a tus hermanos y hermanas, porque es la Voluntad de Dios que ningún niño se pierda. Vive tu fe. Perdona y vive en armonía con la naturaleza y con todos. Buscad vuestras fuerzas en la Eucaristía y en la oración. Grande será la Advertencia. Estad atentos. Soy José el carpintero.

Estar en medio de la gente

Nuestra Señora Reina de la Paz a Pedro Regis el 22 de marzo de 2022

Queridos hijos, amad y defended la verdad. El Señor te quiere en el desierto como el profeta, [1] en medio de la gente, guiando, amando y sufriendo con ellas. Noble es la misión que el Señor os ha confiado. No lo olvides: tu recompensa será grande en el Cielo si permaneces fiel hasta el final. Mis pobres hijos caminan como los ciegos guiando a los ciegos; necesitan verdaderos pastores para mantenerlos alejados de los lobos. Doblad vuestras rodillas en oración, porque sólo así podéis entender los Planes de Dios para vuestras vidas. Te diriges hacia un futuro de gran confusión en la Casa de Dios. Sufro por lo que viene para ti. Al igual que los grandes profetas, proclamad la verdad aunque seáis rechazados y expulsados. Siempre estarás en el Corazón de Dios. Pase lo que pase, quédate con la verdad. Este es el mensaje que les doy hoy en el nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reunirlos aquí una vez más. Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Estén en paz.

Notas

↑1Eg. Moisés

Ya no puedo retener la mano del padre

«María, la que será victoriosa» a Valeria Copponi el 23 de marzo de 2022

Hijos Míos, gracias por venir siempre puntualmente a nuestras citas. Siempre te espero con mucho amor; en estos tiempos difíciles para ti, estaré aún más cerca para que no pierdas la esperanza.

Ora más, también a nivel personal. Mi Hijo nunca te abandona, pero si le suplicas, Él estará aún más cerca de ti. Vean cómo las guerras surgen de repente, y en esos momentos, mis hijos olvidan lo que significa el amor fraterno. Sean conscientes de que todo esto no viene de Dios porque merecen ser castigados por su desobediencia, pero todo lo que trae negatividad y maldad es del Diablo que surge después de que se han puesto a su completa disposición. Arrepentíos, mis queridos hijos; haz penitencia y pide perdón a tu Padre que ha estado esperando durante mucho tiempo que regreses a Él. Si no se arrepienten y piden perdón, las guerras continuarán haciendo una cosecha de Mis hijos inocentes. [1] Ora por aquellos que te gobiernan para que se arrepientan de toda la carnicería que están obteniendo para Satanás y sus seguidores todos los días. Estoy sufriendo mucho: ustedes madres me entienden, así que oren, y hagan que otros oren para que la vida una vez más supere verdaderamente las muertes obtenidas por el maligno. Hijitos, los amo y [sin embargo] ya no puedo retener la mano de su Padre; Por lo tanto, les pido oraciones que vengan de lo más profundo de sus corazones como dones de reparación que llegarán al Padre.

Notas

↑1Nb. El arrepentimiento es necesario, no sólo la «Consagración de Rusia», etc. Este es precisamente el mandato bíblico que comenzó el ministerio de Jesús: «Este es el tiempo de cumplimiento. El reino de Dios está cerca. Arrepentíos y creed en el Evangelio». (Marcos 1:15)

DIOS NO SERÁ BURLADO… SOBRE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN

por Fr. Alexis Bugnolo

Muchos me han pedido que comente sobre el acto que Bergoglio perpetrará el 25 de marzo, ya que la Oficina de Prensa del Vaticano había anunciado que consagrará «Rusia y Ucrania» al Inmaculado Corazón de María, mientras pide el fin del derramamiento de sangre sin sentido de esta guerra.

Posteriormente, el secretario de Estado del Vaticano hizo saber que invitaba a todos los obispos a participar, «si pueden» en este acto.

Ahora, se anuncia, que no sólo Rusia y Ucrania, sino toda la Humanidad será consagrada.

Bueno, estoy a favor de promover la consagración al Inmaculado Corazón de María, ya que ese es el voto fundamental de mi vida religiosa y me he esforzado durante 40 años para vivir esto, desde mi juventud.

Pero un acto de consagración no es un juego y como acto religioso de piedad tiene ciertos requisitos.

Primero, nadie puede consagrar lo que no está bajo su poder de dominio. Usted puede consagrarse a sí mismo, pero no a otra persona, a menos que esa otra persona sea su hijo o alguien bajo su custodia legal.

En segundo lugar, tienes que usar las palabras correctas. Si omites la palabra consagrar, no es una consagración. A Juan Pablo II le gustaba usar la palabra «confiar», que no es lo mismo. Confiar algo, es pedirle a otro que lo cuide. Pero consagrar algo es dedicarlo únicamente al servicio del otro al que está consagrado.

Obviamente, en el sentido más estricto, sólo podemos consagrar legítimamente algo al Único y Verdadero Dios Viviente. Pero puesto que todos los santos en el Cielo viven solo para Él y están unidos a Él en la Visión Beatífica, las personas y las cosas también pueden ser consagradas a ellos, ya que virtualmente hablando, tal consagración es una consagración a Dios también.

Así se puede consagrar a nuestra Señora, que es la Madre de Dios, es decir, la Madre del Hijo de Dios, Jesucristo. Y esto se ha hecho durante siglos. También puedes consagrarte a San Miguel Arcángel, ya que es el comandante en jefe de los ejércitos de Dios.

Pero no puedes consagrar nada a nadie si, como dije, no tienes autoridad sobre ello.

Por lo tanto, un sacerdote no puede consagrar su casa, si usted, el propietario, no está de acuerdo con ella explícitamente. Y ningún sacerdote puede consagrar una parroquia, sin ser el Párroco de la Parroquia y tener la aprobación del Obispo. Del mismo modo, ningún obispo puede consagrar una diócesis que no sea aquella en la que tiene jurisdicción. Y el emérito no puede consagrar la diócesis, a menos que sea delegado por el actual obispo ordinario que gobierna.

Y ni siquiera el Papa puede consagrar a ninguna nación, sin el consentimiento de esa nación, a través de su monarca o gobierno, o por alguna concesión especial o delegación de Dios.

Ahora en Fátima, Nuestra Señora dijo que había sido enviada por la Santísima Trinidad para dar a conocer, que Dios ha querido la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón, y exigió que esto fuera hecho por el Romano Pontífice en comunión con todos los Obispos como cumplimiento de esta petición.

Por lo tanto, hay una delegación especial y un acto especial solicitado a los así delegados.

El acto debe ser la consagración de Rusia. No se puede incluir ninguna otra intención, porque eso no está autorizado por la delegación.

El acto debe ser realizado por el Santo Padre, el Sucesor de San Pedro. Y no el presunto, sino el real.

El acto debe contener las palabras explícitas: «Consagro Rusia al Inmaculado Corazón de María» y dejar en claro que esto se hace para cumplir con la petición de Dios Todopoderoso verificada a través del milagro del sol en Fátima, o al menos referirse contextualmente a eso.

El acto debe hacerse en concierto con todos los Obispos que tienen la misma intención y hacen el mismo acto. Es de suponer que todos deberían hacerlo en el mismo momento, porque es un acto de piedad, no una conmemoración de Mardi Gras.

Así que si un antipapa lo hace en comunión con todos los obispos, algunos de los cuales saben que es un antipapa y otros que saben que es un hereje y otros que están muy confundidos, tal acto no puede tener ningún efecto, porque Dios no será burlado por conceder gracia por un acto que Él no ha pedido o de una manera que viola Su voluntad.

Tampoco puede hacerlo un antipapa, ya que no tiene jurisdicción sobre nada, a los ojos de Dios. Tampoco será un acto válido, si a los ojos de los hombres se considera válido, porque los hombres deben obedecer a Dios, no a los hombres de Dios.

Pero, ¿qué pasa si el Papa Benedicto XVI consagra Rusia al mismo tiempo en su capilla privada?

Eso no es lo que se pide. Los obispos del mundo, al consagrar algo en comunión, deben como hombres saber quién es el Papa y unirse conscientemente a su acto. De lo contrario, no tienen la intención formal de participar en el acto del Papa Benedicto XVI, sino más bien en el acto de Bergoglio.

Aquellos que quisieran que la situación fuera de otra manera simplemente están tratando de forzar sus deseos y juicios personales sobre la Santísima Trinidad y hacer de Dios un instrumento de satisfacción de sus propias voluntades. Y eso es un augusto sacrilegio. Vas al infierno por tal presunción.

Y vas al infierno por decir que es un pecado, para llamar a esa presunción.

ACTUALIZACIÓN: Aquí está la oración oficial de «encomienda y consagración», que como puede ver, no cumple ninguna de las condiciones:

Preparación para la Consagración al Triunfo del Inmaculado Corazón de María dada en Medjugorje

Días 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33.

Preparación para la Consagración al Triunfo
del Inmaculado Corazón de María

Preparación para la Consagración al Triunfo del Inmaculado Corazón de María PDF

***

Rosario de Las Virtudes

Nuestra Señora tenía en Su Mano izquierda un Rosario rosado y dorado, y rezaba con la mano derecha. Ella recitaba todas las Oraciones muy despacio y reverentemente, con mucho amor.

Queridos Míos: Estas Oraciones son para obtener las Virtudes. Se empieza con el Credo, luego la Consagración a Mi Corazón Inmaculado, y después El Ángelus. Posteriormente se reza la Virtud, seguida por el Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la Oración al Espíritu Santo. Después se recita la siguiente Virtud y así se completan las Siete Virtudes: Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia, Perseverancia y Obediencia.” Octubre 1º de 1992.


Esta pequeña Coronilla o Rosario tiene
7 Misterios y 3 cuentas en cada Misterio.

La Señal de la Cruz 

†  Por la Señal de la Santa Cruz,
   de nuestros enemigos,
†  líbranos, Señor, Dios nuestro.          

†  En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIONES INICIALES

El Credo

Creo en Dios, / Padre Todopoderoso, / Creador del Cielo y de la Tierra. / Creo en Jesucristo,  Su único Hijo, nuestro Señor, / que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, / nació de Santa María Virgen, / padeció bajo el poder de Poncio Pilato, / fue crucificado, muerto y sepultado, / descendió a los infiernos / y al tercer día, resucitó de entre los muertos; / subió a los Cielos / y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. / Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. / Creo en el Espíritu Santo, / en la Santa Iglesia Católica, / en la Comunión de los Santos, / en el perdón de los peca-dos, / en la resurrección de la carne / y en la vida eterna. / Amén.

Totus Tuus [1]

San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)

¡Oh, Señora y Madre mía!
Yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
Te consagro en este día:
mis ojos, mis oídos,
mi boca, mi corazón;
en una palabra, todo mi ser.

Y ya que soy TODO (a) TUYO (a),
¡oh, Madre de Bondad!,
guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión Tuya.
Amén.

Ángelus

 El Ángel del Señor anunció a María, que el Hijo de Dios Padre se Encarnaría en Sus Entrañas, para la Redención del mundo. Y Ella Concibió por Obra y Gracia del Espíritu Santo.

  • Dios Te Salve, María…

María Santísima lo admitió diciendo: “He aquí la Esclava del Señor; hágase en Mí según Tu Palabra.”(Lc. 1, 38)

  • Dios Te Salve, María…

Y el Hijo de Dios se hizo Hombre y vive entre nosotros.

  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Oración:

Te suplicamos, Señor, que infundas Tu Gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por el Anuncio del Ángel, el Misterio de la Encarnación de Tu Hijo, por los Méritos de Su Pasión y de Su Cruz, seamos conducidos a la Gloria de la Resurrección. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Pedimos la Virtud
 de la FE

En las TRES Cuentas Pequeñas:

V:  Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
R:  Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

V:  Dios Te Salve, María, llena eres de Gracia. El Señor es Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de Tu Vientre: ¡Jesús!
R: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. 

V:  Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R:  Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén. [2]


Pedimos la Virtud
 de la ESPERANZA

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.


Pedimos la Virtud de la CARIDAD 

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.


Pedimos la Virtud de la HUMILDAD

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.


Pedimos la Virtud de la PACIENCIA

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.


Pedimos la Virtud de la PERSEVERANCIA

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.


Pedimos la Virtud de la OBEDIENCIA

En las TRES Cuentas Pequeñas:

  • Padre Nuestro…
  • Dios Te Salve, María…
  • Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….

Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.

ORACIONES FINALES

¡Oh, María!

¡Oh, María! Transforma mi corazón como el Tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtudes. Toma mi corazón, querida Madre, consagrado como Tuyo propio, preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para Ti. Ayúdame, ¡oh, María!, en hacer Tu Corazón más conocido cada día. Amén. [3] 

Oración de Pentecostés

¡Espíritu de Cristo! Despiértame.
¡Espíritu de Cristo! Muéveme.
¡Espíritu de Cristo! Lléname.
¡Espíritu de Cristo! Séllame.

¡Oh, Padre Celestial!, conságrame a Tu Corazón y Voluntad; sé en mí una Fuente de Virtudes, sella mi alma como Tuya propia, para que Tu Reflejo en mí sea una Luz que todos vean. Amén. [4]


[1] 500 días de indulgencia.
[2] Mensaje del día 23 de Diciembre de 1991.
[3] Mensaje del día 19 de Marzo de 1993.
[4] Mensaje del día 7 de Junio de 1992.


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21º Día

«Ángel Mío, Yo te traigo el goce del Corazón de Mi Hijo. Regocijémonos por todo lo que hemos alcanzado en este tiempo, y pido que todos permanezcan fieles a esta Gracia Divina del Cielo. Si todos permanecemos como uno, el Plan de Dios no podrá ser destruido por la influencia del orgullo.

Vengo para traer la abundancia de los Bienes del Cielo. Dios Padre Me envía con la Gracia de estos Bienes preciosos para ser conferidos al alma. -El Halo de Pureza adornado de Virtudes-. Es Mi deseo colocar esta corona sobre cada uno de los corazones que se arrodillen ante Mi altar para entregarme su corazón.

Les pido a cada uno de ustedes convertirse en la señal de unidad para todo el mundo. Ésta es la señal sempiterna de Dios, Tres en Uno. De Mí todo es posible, pero sólo si Me dan su corazón.

Dios dará todo para llevar a cabo Su Plan. Debo decirles que estos tiempos son muy urgentes. Muy pronto el mundo espera una transformación de tal grado que no es posible imaginarse. Es la Hora de abrirse el Cielo sobre la Tierra y las puertas del infierno serán cerradas y removidas. Es la unión de los corazones; sus corazones hacia la unión de Nuestros Dos Corazones. Ruego que tú aceptes Mi Súplica de reconciliación, unión y paz; esto es lo que te espera en Mi Corazón.» Septiembre 1 de 1993.

Guía: Ésta es la era de la Gracia Divina. Está en medio de nosotros, para penetrarnos profundamente de la Bondad, de la Misericordia de Dios. Un Padre amoroso y extraordinario se ha dignado enviarnos una Madre porque Él conoce bien la ternura que hay en Sus Caricias. Con Su Infinita Sabiduría, Él ha escogido darnos este regalo. El Corazón de Jesús fue derretido muchas veces bajo la dulzura de la sonrisa de Su Madre. Él encontró confort y protección en Sus Brazos y Sabiduría en Sus Palabras.

Cuánto ha debido amarnos para que también nosotros experimentáramos esos mismos momentos. Su Dirección en los momentos de extravío, Su Sonrisa en los momentos de alegría o Sus Lágrimas que se mezclan con las nuestras en los momentos de pecado; el modo como enseña una Madre es un regalo de amor. Mantener cerca el corazón de una Madre nos nutrirá y ayudará a lo largo del camino. Ella nos llama de una manera suave y cariñosa hacia la Misión de Su Triunfo, y hacia lo profundo de Su Triunfante Corazón Inmaculado. Nuestra Consagración es nuestro ‘Sí’ puesto a este servicio.

Dirección: En la Consagración de nuestro corazón, nosotros nos afirmamos en una unidad eterna, y también aceptamos los sacrificios de esta Misión. Es la misión de la Luz, de la Verdad que es recibida con desdén y disgusto. Nosotros estamos llamados a ser esa luz brillante que todos buscan parta iluminar el camino de los que están en las tinieblas. Nosotros debemos denunciar todo lo que no sea la Verdad. También debemos reconocer que un esfuerzo a medias no sirve de mucho en esta Misión. Éste es un llamado a la convicción, una firme e inflexible creencia en el Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Debemos buscar cada día esta seguridad en nuestra alma.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Haz que yo pueda reposar en la grandeza de Tu Triunfo. Acepta mi plegaria de reconciliación, en unión con la paz de mi corazón y de mi mente, y lleva este deseo a Dios Padre. Ruego para que mi alma sea tan pura que su brillo ciegue la maldad y lleve la gracia a aquéllos de corazón similar. Abre mi corazón, querida Madre, cada día más, y no permitas que se cierre ni siquiera un momento. Despliega su profundidad, y descubre todos los rincones escondidos de mi corazón para que no quede ni una imperfección. Ruego para obtener la victoria dentro de mi propio corazón primero, para luego llevar esta Gracia a todo el mundo.

«Señor, Dios de Israel, dame las fuerzas en este momento» (Judith 13, 7)

  • Concluye el Día 21 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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22º Día

«Ángel Mío, escucha como nunca antes y comprende. Hoy Dios desea cumplir lo que comenzó en Fátima. El mundo está al borde de recibir la Gracia del Poder del Cielo como nunca antes. Dios desea donar a cada alma las posibilidades de ganar la lluvia de Gracias que Él envía del Cielo. Mi Triunfo es la unión mística de corazones, una Gracia que no puede ser vista ni oída, sólo sentida en las profundidades del alma. Sé sincero en esta Misión Celestial. Necesito tu corazón ahora más que nunca; a través de ti vendrá un canal de Gracia sobre todos Mis hijos que esperan con corazones abiertos.

Esta ola de Gracias vendrá a inundar el alma. Todas las impurezas pueden ser lavadas solamente si uno lo desea sinceramente. Te doy la llave para recibir esta Gracia; ésta se encuentra en una sencilla palabra en medio de tu corazón. Decir «Sí» permite que tu alma florezca y que se le infunda la Virtud. Invito para que cada corazón responda de la manera más deseada por Dios Padre. -Ser Consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Porque esto no sólo abre sus corazones hacia Mí, sino que los abre hacia Él, que es lo más importante. Lucha con todas tus fuerzas para que todas las almas sean tocadas con este ruego del Cielo. El más ardiente Deseo de Dios Padre es que todas las multitudes sobre la Tierra se junten como un lazo sagrado de unidad. Únanse como nunca antes; junten corazón con corazón para que esta unión de millones resuene en una sola voz. Responde universal y ecuménicamente al llamado a ser Consagrado a Mi Inmaculado Corazón y a Mi Abrazo Maternal.» Septiembre 4 de 1993.

Guía: La Consagración es la verdadera unión mística de los corazones; es la unidad que transforma y convierte. Es una infusión de Gracia tan intensa que hace imposible que el alma pueda permanecer como antes de hacer esta Promesa. Una ola de Virtud caerá sobre el alma, inundándola de un ardiente deseo de agradar a Dios con este Acto de Consagración, y por la aceptación a los tiernos deseos de Su Madre. Como es sabido que Su Reino desciende del de Ella, nosotros trabajamos hacia la unión de Sus Corazones con nuestros corazones hasta el fondo de esta Divina Unión, por medio de la Consagración. De esta manera la unidad es creada por naturaleza Divina, y además de permanecer unidos a Su Corazón Inmaculado, también estamos unidos a todos los corazones consagrados a Ella. Entonces nosotros somos participantes de una unión universal de corazones por medio de Su Corazón Maternal.

Dirección: Nosotros debemos tomar muy seriamente esta Promesa. Para recibir tal abundancia de Gracias debemos ir con el corazón lleno de agradecimiento. Debemos renovar nuestra Consagración diariamente implorando el auxilio de Nuestra Señora para todo lo que el resto del día nos pueda traer. Debemos esforzarnos cada día para extender la Devoción de la Consagración al Inmaculado Corazón de María a todas las almas que esperan el Triunfo de Su Misión. Nosotros estamos obligados a corresponder globalmente a Su Llamada. Es así como nosotros debemos luchar para extender Su Deseo de que todos los corazones permanezcan unidos. Esto es también un llamado a toda la humanidad. El día de nuestra Consagración debe ser un día de triunfo y exaltación, con tal que el alma esté dedicada totalmente a Dios, a su propia santificación, y que sacrifique todo para traer a otra alma a la misma conciencia de estas alturas.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Concede a mi alma el Don de la Gracia para obtener un ardiente deseo de sinceridad, pureza y simplicidad. Es con estos dones que se encuentran en el alma, que me será posible retener la inocencia de mi Consagración. Ayúdame a luchar con todas mis fuerzas para preservar lo que ya poseo, la genuina respuesta a Tu Llamado. Que todos los que yo encuentre, reciban el verdadero regalo de Tu Corazón a través del mío. Que los favores que yo reciba por mi unión Contigo sean, querida Madre, como una ofrenda mía para todos. Apelo a Tu Corazón Inmaculado para que continúe dirigiendo mi alma en la búsqueda de la serenidad y tranquilidad.

«Porque de la manera que juzguen, serán juzgados
y con la medida con que midan, los medirán a ustedes.»
(Mateo 7, 2)

  • Concluye el Día 22 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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23º Día

«Ángel Mío, vengo para asegurar tu corazón en la intención y dirección de Mi petición colocada sobre ti. Querida, el llamado que pido ser compartido, no es por Mi Título ni por área geográfica. Mi única Misión en estos días es traer la unión a todos los corazones y guiarlos a un abrazo con Mi Hijo a través de la Consagración a Mi Inmaculado Corazón, y su origen está en el Cielo. Yo les concederé a todos realizar este esfuerzo, pero necesito los corazones de ustedes.

Deseo que tú pongas ante Mis hijos, el llamado a ser uno bajo la bandera de Mi Inmaculado Corazón y de Su Triunfo. Vengan juntos ahora como Yo he pedido, porque tú no sabes el impacto global de Mi Corazón sobre el mundo en estos días. Por favor, acepten la Gracia que tanto deseo concederles. Estoy aquí para ser su Refugio, no tengan miedo de este Deseo. Septiembre 7 de 1993.

Guía: Nuestra Señora nos suplica que seamos Consagrados a Su Inmaculado Corazón, y a recibir y vivir un llamado que nunca antes fue hecho. Ella nos pide en este día abrir nuestros corazones y permitir que la Gracia del Cielo fluya como una corriente en cada uno de nuestros corazones. La grave naturaleza de Su Voz radica una vez más en la seriedad de todos los Deseos de Dios para hacerlos conocidos hoy. Este llamado es de tal magnitud que nosotros no podemos medirlo. Ella nos habla de la importancia de estos tiempos. Nosotros estamos a punto de recibir la Gracia de Dios como nunca antes, y sin embargo el tiempo de gracia en que estamos ya es de una dimensión extraordinaria. Ella pide que unamos nuestros corazones al de Ella sin vacilación, reservas o dispensas; que nos abandonemos a Ella totalmente. A pesar de todo lo que Ella le ha dado al mundo en el curso de los siglos, pero más especialmente en el curso de nuestra vida, nosotros continuamos creyendo firmemente que nuestros corazones están mejor cuidados por nosotros mismos.

Dirección: Tanto como nuestro pobre y frágil corazón sea capaz, estamos llamados a buscar los Deseos de Dios que serán realizados a través de nuestra Consagración. ¿A cuál altura está nuestra alma llamada a volar? Estamos invitados al Reino de una Coronación Celestial, y por lo tanto debemos prometer primero nuestros corazones a Su Sagrado Abrazo. Debemos abandonar nuestras almas para que sean adornadas, tanto con penas como con alegrías. Se nos pide que relevemos nuestros deseos y que resistamos a nuestra voluntad, para que podamos estar vacíos para después ser llenados con Su Mandato. En la diaria aplicación de nuestra Consagración debemos encontrar un crecimiento de Virtudes y Gracias. -La marca del alma virgen que le pertenece a Su Toque Majestuoso-.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Consume mi alma en Dios a través de Tu Abrazo Maternal. Concédeme a través de la meditación que la virtud pueda fomentar y guiarme a una imitación de su estado de gracia. Enciende mi corazón cada día para comprender más profundamente este Divino Plan de Dios. Cultiva en las profundidades de mi ser el anhelo de verdad y justicia. Levanta la consciencia de mi alma a las alturas que Dios ha juzgado para Su descanso. Anímame, querida Madre, a pertenecer al Cielo y permanecer con mis pies por encima del mundo sin tocarlo. Amén.

«Tu palabra es antorcha de mis pasos y luz en mi camino.»
(Salmo 119, 105)

  • Concluye El Día 23 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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24º Día

«Queridos hijos, el regalo más grande que ustedes puedan ofrecerme es la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. Es a través de este regalo de ustedes, que Yo puedo ofrecerle este regalo a Él.

Decirle ‘Sí’ a Dios es la contestación de todos sus ruegos a Él, porque cuando ustedes digan esta palabra con toda sinceridad, se volverá contra sus naturalezas preguntar: -‘¿Por qué?, de Su Santa Voluntad’. La respuesta de ustedes debe ser:      -‘¿Cómo?’. Y entonces Dios puede revelar la solución a cada problema.

Imitar Mi Inmaculado Corazón es seguir Su Sagrada Voluntad y desear cumplir cada deseo de Su Sagrado Corazón. Reflejar Mi Corazón es volverse lleno de Gracia, practicar la virtud, y mantenerse en estado de pureza.

Entréguenme sus corazones y Yo les prometo darles todas las Gracias que Dios Me ha otorgado a Mí. Además, esto significa dejar sus corazones a Mi cuidado eterno. El «Sí» que Dios desea es el «Sí» de la eternidad. Por tanto, hijos Míos, éste debe ser renovado cada día. Vayan ahora y díganle a todos de los regalos que Yo deseo invitarlos a recibir.» Septiembre 8 de 1993.

Guía: Debemos recordar dejar nuestros corazones al cuidado Maternal de Nuestra Madre. Nosotros no conocemos la magnitud de Su Victorioso Corazón Inmaculado. Estamos invitados a una celebración de increíbles proporciones; una conquista de corazones con una dimensión imposible de medir. Esta coalición formada entre el Inmaculado Corazón de María y nuestro corazón es una que trae a ambos regocijo y tribulación. Nuestra Señora pide mucho del alma que tiene la alianza con Ella. Por medio de nosotros lograremos el cumplimiento a las súplicas de Dios Padre. Debemos comenzar a preguntar «¿Cómo?» en todo lo que Él pida. En nuestra Consagración descartamos la necesidad de preguntar «¿Por qué?» a Él. Es la profundidad de nuestra sinceridad lo que nos permite abrir más nuestros corazones para comprender la Santa Voluntad de Dios. Debemos someternos con alegría de convertirnos en el reflejo de este Corazón Majestuoso.

Dirección: Consuélate en los sufrimientos de las pruebas de tu Consagración. Con la esperanza del Paraíso, aceptamos nuestras cruces con paciencia para que nuestros sufrimientos puedan ser meritorios. Para ganar el Cielo toda labor en la Tierra es pequeña. Sería poco sufrir todas las penas de la Tierra por el disfrute de un solo momento en el Cielo. Cuánto más debemos abrazar las cruces que Dios nos manda, sabiendo que los cortos sufrimientos aquí nos ganarán una felicidad eterna. No debemos sentir tristeza, sino consuelo de Espíritu, cuando Dios nos manda las pruebas aquí abajo. Los que pasan a la eternidad con los más grandes méritos, recibirán los más grandes premios. A cuenta de esto, Dios nos manda tribulación. Las virtudes, que son las fuentes del mérito, son practicadas solamente con hechos. Los que tienen más frecuentes ocasiones de pruebas hacen más actos de paciencia; los que son insultados tienen mayores oportunidades de practicar la humildad. Benditas las almas que sufren la aflicción con paz, pues ellas, por estos méritos, recibirán la corona de la gloria. Ellas son las almas que ganarán el cetro de Virtud y la corona de Pureza. El Triunfo del Inmaculado Corazón de María garantiza todos los méritos del Cielo, porque verdaderamente traerá las pruebas para así ganar la Gracia.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Ruego tener fuerzas para sobrellavar las aflicciones con las cuales Dios probará mi amor. Que los méritos del Cielo permanezcan imbuidos en mi mente y que la llama del Amor Sagrado permita a mi alma alcanzar la gloria eterna. Envía Tus Ángeles, Madre querida, para proteger y cosechar este corazón consagrado. Me abandono a Tu cuidado compasivo; sólo deseo ser Tu hijo (a). Guarda mi espíritu bajo Tu Manto de protección. Ayúdame, Virgen Santísima, a buscar auxilio y refugio en Ti.

«Es verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida presente
no se puede comparar 
con la gloria que ha de manifestarse
después en nosotros.» 
(Romanos 8, 18)

  • Concluye el Día 24 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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25º Día

«Queridos hijos, vengo a llamarlos a la conversión en una forma muy especial. Los invito a consagraros a Mi Inmaculado Corazón en la Fiesta de Mi Anunciación, para que nosotros, los laicos, podamos glorificar a Mi Hijo en la forma más preciosa. Fue Él, el primero en escoger Mi Corazón para ser manifestado, y ahora Él los invita a ustedes  a hacer lo mismo. Vengan a encontrarlo a Él, donde tocó por primera vez la carne de la humanidad. Aquí, donde la Sangre de Mi Corazón se convirtió en Su Presencia en Mi Vientre. Es en el centro de Mi Corazón donde Él los espera. Justo como en el momento antes de hacerse Carne.

Vengan a este Refugio para que Yo también pueda tomar a cada uno de ustedes en Mi Vientre para convertirme en tu Madre, y entonces tú serás Mi precioso hijo. Es aquí, dentro de Mi Inmaculado Corazón, a donde Yo te llamo.» Septiembre 9 de 1993.

Guía: Dios le ha confiado a Nuestra Señora el mantenimiento, administración y distribución de todas las Gracias del Cielo, para que así todas Sus gracias y regalos pasen a través de Sus Manos. Nuestra Señora regala a quien Ella desea, cuando Ella quiere, en la forma que Ella quiere, y tanto como quiere las Gracias de Dios, las Virtudes de Su Hijo y los Regalos del Espíritu Santo. Por naturaleza un niño debe tener un padre y una madre. Esto es también cierto en el ámbito de la naturaleza Divina. Un hijo de Dios lo recibe a Él como Padre, y le es dada la Santísima Virgen como Madre.

Como María le dio Carne a Jesús, el Rey de los elegidos, es también la respuesta de Ella a Dios formar a los miembros de estos elegidos. Quien desee ser uno con Dios también tiene que recibirla a Ella como Madre por medio de la Gracia, la cual Ella posee en su totalidad. Esto significa que Ella continúa pasando las Gracias de Dios a todos Sus hijos.

Como el Espíritu Santo es el Esposo de Nuestra Señora, Él trabaja en unión con Ella y para Ella. Su más Divino trabajo es el Verbo Encarnado, Jesucristo. El Espíritu Santo continúa formando los elegidos en Ella y por Ella en una forma divina y verdadera. Así como un hijo satisface todas sus necesidades de su madre, en la misma forma nosotros, Sus hijos, obtenemos todas las gracias de nuestra Sagrada Madre.

Dirección: Debemos buscar todo nuestro refugio dentro de Su Inmaculado Corazón, así entramos en Su Vientre y nacemos de Ella hacia la misma Luz de Cristo. Somos llevados por Su cuidado al centro de esta Luz para que nuestra senda a la santidad sea dirigida y guiada por Su tierna Protección Maternal. En nuestra Consagración le entregaremos a Ella nuestras inseguridades y debilidades, y depositamos nuestra confianza dentro de Su Inmaculado Corazón. Le debemos ofrecer a Ella nuestros corazones cada día, y así Ella puede darnos Su guía y alegría en cada obstáculo que encontremos.

Finalmente, debemos entregarnos a Ella en total abandono poniéndonos completamente a Su servicio. A cambio, Ella coloca todas nuestras obras a los pies de Su Hijo. Por lo tanto, debemos lograr todo por el Triunfo de Ella. Debemos defender Su Gloria y Sus Privilegios cuando sean atacados; acercar todas las almas a Su cuidado, y levantar la voz contra aquellos que abusan de Ella, sin esperar ninguna recompensa por nuestros pequeños servicios, excepto pertenecer al Corazón de Nuestra Madre.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Te ofrezco la disposición de mi pequeño corazón. Enséñale la virtud y construye dentro de él un alma de pureza, de simplicidad y un espíritu infantil. Dame la fortaleza, querida Madre, para convertirme en un (a) campeón (a) de Tu Triunfo; que no descanse ni un momento, ni ahorre un minuto de oración. Tómame en Tu Corazón, acaricia y anida esta alma infantil como la Tuya propia. Líbrame, Madre mía, de mí mismo (a).

«¡Llévame! Corramos tras de ti.»
(Cantar de los Cantares 1, 3)

  • Concluye el Día 25 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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26º Día

«Queridos hijos, los he llamado aquí, a Mi Alcoba, para extenderles a ustedes esta agradable noticia de alegría. Les hago el llamado de los siglos. Los invito a convertirse en Mi Triunfo. Les pido solamente ir hacia adelante a compartir la Gracia que he concedido a cada uno de ustedes.

Deseo que ustedes extiendan la Devoción a Mi Inmaculado Corazón por medio de la Consagración de sus corazones. Deseo que ustedes enciendan todas las almas al regalo que ustedes mantienen. Recuerden esto: Los invito a reunirse aquí, en esta Alcoba, para crear una Unidad Celestial. -La unidad de Madre e hijo-.

Tráiganme sus corazones el Día de Mi Fiesta, el 25 de Marzo. Vengan juntos ecuménica, universal y globalmente. Eleven sus peticiones para el cumplimiento de Mi Triunfo como nunca antes. Yo estaré con ustedes. Vendré a recibirlos dentro de Mi Inmaculado Corazón. Concédanme Mi ardiente deseo, queridos hijos.» Septiembre 11 de 1993.

Guía: Nuestra Señora fue creada para Dios solamente y nunca ha conservado nada para Ella misma. Ella Le presenta y Le da todo a Dios uniéndose a Él, con mucha más perfección que el alma que está unida a Ella. Nuestra Señora es el Eco de Dios. A través de Su Corazón, nosotros seremos llevados a Su Hijo, y a través de Él a Dios Padre, y al final nosotros habremos encontrado la salvación eterna.

María le da vida al alma, así como Ella le dio la vida a Jesús. Ella es Mediadora con las almas puras de corazón e intenciones, y les da la razón de ser y fructificar en las Virtudes con que Ella misma fue adornada. Nuestra mente será iluminada por Su Fe pura; el corazón es profundizado por Su Humildad, inflamado por Su Caridad, hecho limpio por Su Pureza, y hecho noble y grandioso por Su constante Abrazo Maternal. Estos son los frutos de nuestra Consagración a Su Inmaculado Corazón.

Dirección: Debemos acercarnos a Nuestra Señora con un corazón lleno de agradecimiento por las intensas e inmensas gracias y regalos vertidos en nuestra alma por Su permanencia en nuestros corazones. La retribución más importante que recibimos de Nuestra Señora por nuestra Consagración, es que Ella nos ama con un amor inconmensurable para el criterio humano. Ella acoge y nutre el alma infantil, y conduce y dirige cada alma personalmente. La Santísima Virgen nos defiende y protege contra enemigos y contra nosotros mismos. Finalmente, Ella intercede ante Dios Padre en el Cielo, por cada alma puesta a Su cuidado. Ella las preserva, las cuida, las vigila, y retendrá en nuestro corazón la Gracia de Su Inmaculado Corazón. Nuestra Señora vive en el centro de nuestros corazones debido a la alianza de la Consagración.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Deseo presentarte mi inmutable esperanza para la conversión. Aumenta en mí el Fuego del Sagrado Amor. Envía Tus Santos Ángeles a avivar las Llamas de este Amor para que pueda embelesar mi corazón y hacer fructífera mi Consagración. Ayúdame a orar en todos los momentos, Madre querida, para que yo pueda permanecer siempre en la Presencia de Tu Santísimo Hijo. Une mi alma con el Espíritu Santo para que pueda ganar la Gracia de la evangelización e intercesión.

«Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo.»
(Lucas 1, 28)

  • Concluye El Día 26 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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27º Día

«Ángel Mío, Mi Hijo le dijo a las mujeres del mundo que no derramaran sus lágrimas por Él, sino por sus hijos que vendrían. Eran ustedes, Mis hijos de esta generación, a quienes Él se refería con tanta compasión. -Hijos tan profundamente hundidos en la oscuridad, con la luz de Mi Jesús tan escondida de vuestros ojos y especialmente de vuestros corazones-.

Es a esta generación a la que llamo especialmente, para que Me represente en el mundo. No pido aumentar su devoción, sino pertenecer a Mi Inmaculado Corazón. Deseen la santidad, de tal manera que sus corazones se quemen con este ardiente deseo. Rueguen por su santificación; pidan que Mi Corazón los favorezca con las Virtudes y que dote sus almas con pureza. Cada uno de estos regalos pueden ser otorgados por vuestro deseo y aumentados con la práctica y aplicación.

Estoy dispuesta a otorgarles todo esto y a fundarlos en una preciosa Gracia, la Gracia dada por Mi Inmaculado Corazón y avivada por el Poder del Espíritu Santo. Esta Gracia es consumada en vuestra Consagración; y que ustedes puedan comprender ahora los regalos infundidos por medio de este acto.

Con vuestra Consagración a Mi Inmaculado Corazón, están respondiendo a Mi Llamado por Mi Triunfo en la forma más Divina y completa. Desde este momento en adelante, no hay nada que no podamos lograr. -Pues estamos realmente ligados por el corazón por toda la eternidad-.»Septiembre 15 de 1993.

Guía: El Espíritu Santo espera dentro del alma por la llegada de Su Esposa. Cuando Él encuentra que Su Esposa ha llegado a tomar posesión dentro de un alma, entonces Él entra en totalidad. Él se comunica con el alma tan plenamente que llega hasta el punto de encerrar a Su Esposa dentro del alma. Entonces ellos vivirán allí en armonía con todos los regalos y gracias celestiales. Ésta es la mayor contribución de la unión de Sus Corazones dentro de los nuestros por medio de la Consagración. Cuando Nuestra Señora ha plantado Sus raíces dentro del alma, Ella produce allí las maravillas de la Gracia que sólo Ella trae. Por lo tanto, cuando no existen maravillas dentro del alma, es porque el Espíritu Santo ha entrado en nosotros y no ha encontrado suficientemente unión entre nuestro corazón y el de Su Esposa.

Dirección: Por medio del deseo de santidad, Nuestra Señora puede darle a tu alma Su propia Fe, que es la mayor que puede existir en la Tierra. Ella te da confianza, porque tú no te acercarás a Dios solo (a), sino siempre con Ella. Este regalo te es dado porque tú le has dado a Ella tus méritos, gracias y necesidades e incluso tus debilidades; en cambio, Ella te dará Sus Virtudes y te rodeará de Sus propios Méritos. En esta forma tú estarás listo (a) para pedir que la Voluntad de Dios esté contigo también. Pero la razón por la que tú prosperarás en gracia y confianza es que tú ya no confiarás más en ti mismo (a). El Espíritu de Ella ocupará el lugar del tuyo, para que te regocijes en Dios. ¡Qué transformación ocurrirá al momento de nuestra Consagración, en los humildes lugares donde la Presencia del Espíritu Santo descansará!

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Ruego por mi causa a Tu Corazón Maternal. Forma en mí un corazón de invencible Fe, profunda Humildad, Oración ardiente, firme Esperanza, y Caridad viva para que esta mi Consagración, pueda ser fructífera. Reina de los Corazones, ven a reclamar mi corazón; trae Contigo a Tu Esposo, el Espíritu Santo, para que Ustedes puedan morar juntos para siempre en sus profundidades.

«Celebra todo mi ser la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva.»
(Lucas 1, 46)

  • Concluye el Día 27 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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28º Día

«Ángel Mío, ten conocimiento que Yo tengo grandes expectativas de estos días. Ten la seguridad de que Yo permanezco contigo. Te pido que traigas a la luz la importancia de los Deseos de Dios por la Consagración. Espero traer la Luz de las Gracias sobre Mis hijos de esta forma. Por medio de un corazón abierto, puede el mundo convertirse en un paraíso interior y exteriormente.

Yo vengo a traerle al mundo regocijo, consuelo y una advertencia, con cariño. Quédate Conmigo, Mi querido ángel, permite que Mi Corazón brille en el mundo en ti, y a través de ti. Que la Paz de Mi Hijo esté contigo.» Septiembre 18 de 1993.

Guía: Fue por medio de Nuestra Señora como la Salvación del mundo comenzó, y es a través de Ella que será consumada. La Santísima Virgen nos ha sido revelada y dada a conocer por el Espíritu Santo, a fin de que a través de Ella, Jesús pueda ser conocido y amado. Ahora, en estos últimos tiempos, Dios desea que conozcan a Su Hija, la Obra Maestra de Su Creación. Él desea ser glorificado y alabado en Ella, y a través de Ella, por todos. Jesús vino a nosotros por el Portal del Cielo dentro de Su Vientre, y Ella debe ser reconocida a fin de que Jesús también lo sea. De modo que es por Ella que todas las almas que han de brillar, especialmente en Santidad, han de encontrar a Nuestro Señor dentro de Su Inmaculado Corazón. Nadie puede encontrar a María si no La busca. Nadie puede desearla sin conocerla. Es entonces necesario, para la mayor gloria de Dios, que cumplamos con Su profundo Deseo de honrar a Su Madre.

Dirección: Debemos buscar la Faz de Nuestra Señora cada mañana, tal como un niño busca la cara de su madre cuando se despierta; y si no la ve, comienza a llorar hasta que ella se acerca. También así debemos tratar a Nuestra Madre, María. No debemos temer llamarla a Ella cuando no estamos seguros de su paradero. Si nos sentimos solos, no debemos dudar en llamarla inmediatamente. Debemos escudriñar en busca de Su Mano, asirnos a Ella, y no soltarla jamás. Es por medio de nuestra Consagración que estaremos aptos para encontrar Su Mano en medio de la oscuridad.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Tú tienes el Poder de cambiar corazones, transforma el mío. Hazme un (a) hijo (a) digno (a) de tenerte a Ti por Madre. Fijo mi mirada de esperanza en Ti. Que pueda encontrar Tu bello Rostro cada mañana. Permíteme que por medio de mi Consagración a Ti pueda tomar Tu Mano para siempre.

«María, por su parte, observaba cuidadosamente todos
estos acontecimientos y los guardaba en su corazón.»
(Lucas 2, 19)

  • Concluye el Día 28 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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29º Día

«Ángel Mío, cada alma que es consagrada a Mi Corazón Maternal, está dotada con todos los méritos de Mi Gracia Celestial; ésta te es dada sin ninguna restricción, pues te has convertido en el cumplimiento de Mi Triunfo. Tú eres Mi donativo de salvación. Tú eres, al final, el testigo del Sagrado Corazón de Mi Hijo y la manifestación de Su Amor y Misericordia, por tu participación y aplicación en tu Consagración a Mi Triunfante Corazón Inmaculado. Esto es lo que Yo deseo que tú viertas sobre tu corazón, que permitas que la Luz de Mi Hijo sea más conocida, y Yo más amada. Éste es Su más caro Deseo que Yo anhelo ver cumplido.» Septiembre 19 de 1993.

Guía: En estos últimos tiempos, Nuestra Señora resplandecerá, como nunca antes, en Misericordia, Poder y Gracia. En Misericordia, para traer de regreso y amorosamente recibir a los pobres pecadores, y para traer conversión, consagración y renovación a la Santa Iglesia. En Poder, Ella viene a traer un ejército potente contra la guerra levantada por Satanás, quien alzará una rebelión contra Dios. En Gracia, Ella resplandecerá en Gracia, para sostener a Sus valientes soldados que combaten por Su Triunfo.

Más que todo, Nuestra Señora viene a hacer la guerra contra el demonio, porque él levantará una cruel persecución y pondrá terribles trampas en la senda a la santidad. Está escrito que en la gloria final del Triunfo, «Haré que haya enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la Suya.» (Génesis 3, 15).  Ella aplastará la cabeza del demonio con Su Talón; esta enemistad es entre María y Satanás. Es en esta batalla final que nos uniremos para proclamarla a Ella nuestra Reina «El Triunfo de Su Inmaculado Corazón». Este triunfo comienza dentro de nuestros corazones donde, por tanto tiempo, han estado dormidos.

Dirección: Nuestra Señora es manifestada al mundo por medio de nuestra Consagración. Es así como estamos aptos para reflejar Su Gracia a toda la gente. Estamos llamados a ser los faros de Verdad en la batalla por Su Triunfo. Ésta es una guerra hecha contra los hijos de María. Lo que Satanás ha perdido por su orgullo, María lo ha ganado por Su Humildad. Lo que ha sido perdido por desobediencia, Nuestra Señora lo ha ganado por Su completa Sumisión y Abandono a la Voluntad de Dios.

Con el pecado original el Paraíso que Dios creó fue perdido, pero María, siendo una Sierva fiel, ha venido a salvar a Sus hijos. Estos hijos, que son también siervos junto con Ella, han consagrado todos los corazones ganados por Ella para el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Así es como esta batalla es establecida entre los hijos de la Luz y ésos de la oscuridad. Es ésta la persecución que nosotros sentiremos más que nunca. Debemos recordar que el espíritu humilde siempre vencerá sobre el orgullo.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Manifiesta en mí la gloria de Tu Triunfo. Fortaléceme en la batalla, porque verdaderamente es ésta la más fiera conocida por la humanidad. Consígueme total abandono en mi Consagración. Vísteme con la orden de batalla de la Virtud, y con la espada de la Verdad como bandera de Tu Triunfo.

Anímame, por medio de la convicción, a sostener los valores y la moral enseñados en los mensajes del Evangelio. Fortifícame en mi plaza fuerte con la oración, para que pueda encontrar una invencible unidad Contigo y Tu Esposo. Realza mi alma con la Gracia para soportar la persecución y las pruebas que vendrán, para que pueda regocijarme en la gloria de Tu Victoria Triunfante.

«En adelante todos los hombres dirán  que soy feliz.
En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas
 para mí.» (Lucas 1, 48-49)

  • Concluye el Día 29 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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30º Día

«Ángel Mío, mira las oportunidades que se te han concedido en el mundo para propagar el Llamado a la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. No permitas que ninguno se te escape. Muchos esperan hoy recibir y crecer en este Llamado. Te digo que éste es el llamado a la Santidad en estos días; es la Gracia de renovación y transformación, en formas igualmente personal y universal.

Mi Triunfo será sentido en ambas formas: Interna y externamente en la Iglesia. La restauración de la Verdad del Mensaje de Salvación de Mi Hijo está en camino y ningún rincón del globo quedará sin ser tocado por Su Gracia y Justicia.

Trata de recordar e iluminar a todos los que actualmente pertenecen a esta Misión, la importancia y urgencia que Yo pongo en su cumplimiento. No tengan un momento de duda de cómo todo va a ocurrir, sino solamente escuchen cuidadosamente y respondan inmediatamente a todo lo que se les pida ahora. Te aseguro que la Tierra temblará ante la Fuerza que el Cielo lanzará sobre ella.

Muy pronto el encuentro de la batalla será visto en las calles y en el Cielo. Ningún corazón permanecerá solo. -Serán tomados por Mi Inmaculado Corazón o asidos por Satanás-. Aquí están las dos verdaderas selecciones: El alma será protegida por la Gracia o arrebatada por el demonio. Consideren esto seriamente, todos los que oigan Mi Corazón.» Septiembre 22 de 1993.

Guía: Dios desea que Su Madre pueda ser más conocida y amada. Todos Sus hijos conocerán Su Grandeza y consagrarán sus corazones a Ella. Ellos experimentarán Su bondadoso y maternal Abrazo; Su Misericordia, de la cual Ella está llena, y la necesidad que tienen de Su ayuda. Ellos vendrán a pedirle recurso a Ella en todo. Su Cohorte serán los apóstoles de los tiempos modernos. Ellos serán ministros para el Triunfo, quienes, como fuego ardiente, encenderán el Fuego del Divino Amor en todas partes.

Nuestra Señora penetrará los corazones de los enemigos con el fuego de estos corazones consagrados, Ellos serán los truenos que llenan los Cielos. Estos corazones se separarán de todo, y al no ser distraídos por nada, regarán sobre el mundo la lluvia de la Verdad y del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

Estamos llamados a convertirnos en soldados de Su poderoso Ejército del Triunfo. Nuestra Consagración nos unirá para enfrentar esta guerra final, de proporciones que no podemos comprender.

Dirección: Seremos los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos; es decir, el ejército al cual el Señor le dará Su Espada de la Verdad, y que traerá las maravillas de la Consagración a todos los que esperan con corazones anhelantes. Ellos no tendrán dinero, ni posesiones, pero también tendrán cuidados.

Se encontrarán en medio de los Sacerdotes escogidos para dirigir esta Fuerza del Espíritu Santo. Tendrán las alas de la Pureza y la llama para la salvación de las almas e irán a donde el Espíritu Santo los llame. No predicarán más que el oro de la Caridad, y traerán el Amor de Dios y la Ternura de la Santísima Virgen a todos los que lo deseen.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Guíame en la batalla. Hazme un (a) verdadero (a) apóstol de Tu Triunfo. Pon mi corazón en la fila de Tu escogida Cohorte, al servicio de Tu Hijo en forma especial. Mándame hacia el mundo para que pueda ganar para Ti, aunque sea un corazón para presentárselo a Dios Padre como Tu donación de salvación. Une mi consagrado corazón con aquellos que Tú has escogido para guiar esta fuerza de Verdad.

Ayúdame, Madre querida, a no vacilar un momento, sino a permanecer fuerte, convencido (a) y comprometido (a) con Tu Triunfo.

«Entonces se le apreció un Ángel del Cielo
que venía a animarlo.» (Lucas 22, 43)

  • Concluye el Día 30 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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31º Día

«Ángel Mío, te he pedido traer reconocimiento de la Consagración a Mi Inmaculado Corazón en todas las formas. Deseo proteger y guiar a todos aquellos que trabajan diligente-mente para este Llamado. Son estas almas las que ganarán gran favor ante los Ojos de Dios.

Permíteme ayudarte a contemplar la magnitud de los Deseos de Dios Padre. Él desea tener todos los corazones unidos al de Él, por medio Mío. -Porque es en Mi Corazón por el cual Él vendrá a ellos-. Es Su Amor por Mí que crea esta Gracia para las almas. Él desea grandemente compartir la riqueza del Cielo con todas las almas, y es por este medio como Él desea compartir Mi Corazón con ellos también.

El tiempo se hace corto, Mi ángel, haz un llamado a todos para que estén preparados para el gran Don del Cielo por la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. Vengan juntos para que Yo pueda enseñarles a todos su importancia, y otorgar Mi Gracia sobre los líderes que contendrán el regalo de Mi Corazón y el Poder del Espíritu Santo. Que por medio de estos regalos, ellos pueden evangelizar las multitudes, y que nosotros, todos juntos, podamos cumplir el más ardiente Deseo de Dios. Te digo, querido ángel, que solemnemente solicito que le des tu completa confianza y atención a este asunto.» Septiembre 23 de 1993.

Guía: En una palabra, sabemos que los apóstoles de estos tiempos serán verdaderos discípulos de Cristo. Ellos vienen a enseñar el mensaje del Evangelio en toda su verdad, sin compromisos. Les enseñaremos la vía angosta de la Verdad pura, según el Evangelio, y no la mala representación del mundo. Cargarán la Cruz en sus hombros y llevarán el Rosario en sus manos. Imbuidos en sus corazones está el Nombre de María y el Reflejo de Cristo en sus ojos. Éste es el gran ejército que Ella está cosechando, pero es Nuestra Señora quien, a petición de Dios Padre, los forjará para el propósito de crear la Unidad por la Gracia Divina, por medio de la Consagración a Su Inmaculado Corazón.

Dirección: Aquellos que han oído el Llamado a esta Misión, encontrarán que la llama arde tan brillante dentro de sus corazones que nada puede extinguirla y nada puede calmarla, excepto el calor y el abrazo del Corazón de Nuestra Señora.

Nosotros somos escogidos para estar a Su servicio para la batalla más importante de todos los tiempos. La batalla ha comenzado, las señales son evidentes dentro del mundo. Cada día, continuamos la pelea por Su Victoria. Por el Don de la Cruz, seremos fortalecidos y fortificados con su peso. Al final nosotros también estaremos llenos de regocijo en el momento de la resurrección. Al final de la carrera, cuando inclinemos la cabeza para recibir la corona de la victoria, encontraremos que la Luz que ha guiado nuestro camino, fue el Corazón de Nuestra Madre. Ella graciosamente dirigió nuestra alma por una senda que ningún hombre podía conocer; las trampas y lazos echados delante de nosotros, sólo Ella lo sabía y veía. Nuestra Consagración es nuestra garantía de Victoria al final.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Recógenos dentro de Tu Manto de Protección. -Dentro del Refugio de Tu Inmaculado Corazón-. Ayúdame a conocer mi lugar en el Plan Divino de Dios.

«Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad.
Todo hombre que está de parte de la verdad,
escucha mi voz.»  (Juan 18, 37)

  • Concluye El Día 31 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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32º Día

«Ángel Mío, vengo en estos días a darte todo lo que será necesario para cumplir todos los requisitos de Dios. Por Mi intenso Amor, Mi Corazón le es dado al mundo. A través de Mi Inmaculado Corazón, esta segunda Gracia puede descender hoy sobre la humanidad. De la misma manera que Él vino de Mi Vientre como el Caballero de Salvación para el mundo, así Él desea traer Su Tierno y Amoroso Corazón una vez más a Sus hijos. Él ha decidido entregar Su Sagrado Corazón otra vez, por medio de Mi Inmaculado Corazón.

Por lo tanto, tú ves, ángel Mío, lo importante que es cada corazón consagrado a Mi Triunfo porque, a través de Mi Corazón, ellos encontrarán el de Él, de una manera muy profunda.

Pido que este Llamado sea dado a todos los corazones para que esta inmensa Gracia Celestial pueda derretirlos y moldearlos a la imitación de Mi Inmaculado Corazón. Así, en esta forma, y sólo en esta forma, podrán ellos ser traídos al Portal del Cielo y regresados otra vez donde Dios siempre ha deseado que ellos descansen en Su Luz.» Septiembre 29 de 1993.

Guía: De la Cohorte que le pertenece a Nuestra Señora, vendrán los santos y los ejemplos para el futuro. Ésos serán aquellos que han fundado el Triunfo de Su Inmaculado Corazón y han sido probados a fuego. Estas grandes almas serán aquellas llenas de celo y llenas de gracia. Éstas serán escogidas para competir contra los enemigos de Dios. Esta batalla se enfurecerá a su alrededor y ellos permanecerán singularmente concentrados en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

Ellos serán iluminados por Su Luz, fortalecidos por Su Mano, guiados por Su Espíritu, soportados por Su Brazo, y acogidos bajo Su Manto de Protección. Con sus palabras y ejemplos, ellos atraerán al mundo entero al Inmaculado Corazón de María. Ellos se harán de muchos enemigos, pero también traerán victorias y gloria a Dios. Éstos son los apóstoles del Triunfo unidos al Corazón de Nuestra Señora por la Consagración.

Dirección: La Devoción a Nuestra Señora es necesaria para todo el mundo, para conseguir su salvación; es aún más importante para aquellos que aceptan el llamado a la perfección. No es posible adquirir una íntima unión con Dios y con el Espíritu Santo sin una sincera unión con Nuestra Señora. Esta unión conlleva una gran dependencia a Su buena voluntad e instintos maternales. Es el Corazón de Nuestra Señora el que gana el acceso a la Puerta del estrecho camino al Cielo.

Nuestra Consagración nos llama al escondido mundo del Vientre de Nuestra Madre, María; que está lleno de todos los Misterios del Cielo, esperando ser dispensados a todos los humildes de corazón. Nosotros, llamados a ser elegidos, somos convocados a este Paraíso secreto dentro de la Santísima Virgen.

Es desde este Reino Místico donde nosotros seremos transformados y moldeados conforme la Imagen perfecta de Dios. Nos convertimos en ejemplo de unidad, conversión y santidad.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Dale a mi alma la perfección a la que he sido llamada. Concede a mi alma la habilidad que se requiere para permanecer en el llamado a la santidad. Escóndeme en Tu Vientre, querida Madre, consagrado (a) como Tuyo (a) propio (a). Tráeme iluminación para la tarea que estoy llamado (a) a realizar. Mándame a los campos a recoger la cosecha de Tu Triunfo: Todas las almas que anhelan Tu Abrazo.

«Apareció en el Cielo una señal grandiosa:
una mujer vestida de sol.» (Apocalipsis 12, 1)

  • Concluye El Día 32 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

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33º Día

«Ángel Mío, deseo pedirles a todos Mis hijos, antes de que comiencen el Acto de la Consagración, antes de la primera palabra de promesa de sus corazones, que deben examinar su motivo interior. La unión de nuestros corazones está hecha de puro obsequio de Amor. Si no encuentran que éste es el motivo, el alma debe detenerse, retroceder, y comenzar solamente cuando esté invadida de un irresistible amor por Mi Inmaculado Corazón.»

-Madre, ¿es nuestra Consagración un Acto de Amor solamente?

«Éste es un verdadero Acto de Consagración. Un intercambio de corazones es una total entrega a Mi Amor, y de Mi Amor hacia ti. El Amor es el único regalo del Padre; con el Amor viene todo lo demás. Tú no puedes florecer en este Acto sin la base del amor.»

-Comprendo, Madre.

«Ángel Mío, con esto grabado en el centro de tu corazón, estaré en condiciones de traer a cada corazón a la senda de Mi Hijo.»

-Madre, ¿por esta única razón es que Tú deseas que el alma se dirija a Ti?

«Sí, Mi ángel, Yo comienzo hoy a preparar la actitud de los corazones que van a ser consagrados.» Marzo 3 de 1993.

Guía: El propósito total de todo es traer cada alma a su estado original ante Dios, sin pecado, como Él las creó en un principio. Si el enfoque del Cielo es traer a las almas de regreso dentro de la perfección para la cual fue creada, la Consagración debe ser realizada como un Acto para el mismo propósito. El Plan inicial de Dios Padre, al enviar a Su Hijo sobre la Tierra, fue el de llevar a todas las almas a su estado original; entonces cada acto cualquiera que pidiera debía ser por la misma razón. La Consagración, por lo tanto, debía tener todas las cualidades redentoras que estarían presentes dentro de Nuestra Señora. Éste es el camino que le permite a Ella realizar Su Misión como Corredentora y, en unión con Jesús, trae las cualidades redentoras de Él, en el verdadero propósito de la Consagración.

Dirección: En todas nuestras acciones para complacer a Dios encontraremos estas señales por las que podemos conocer si realmente lo hemos hecho sólo por Dios:

Primero: Si cuando tu trabajo no ha tenido éxito, tú no estás molesto (a), sino que permaneces tan tranquilo (a) como si hubieras alcanzado tu meta.

Segundo: Te regocijas en las cosas buenas hechas por otros como si hubieran sido hechas por ti mismo (a). El alma que busca nada más que la Divina Voluntad de Dios no le importa si ha sido hecho por otro o por uno mismo.

Tercero: Si no deseas un trabajo más que otro, porque estás contento con el que te asignan.

Cuarto: Si realizas un buen trabajo, no deseas gracias o reconocimiento sino que permaneces con la misma tranquilidad de mente, aún cuando seas maltratado (a), satisfecho (a) porque le has dado alegría a Dios.

Quinto: Si tu trabajo es interrumpido en un momento dado, no te molestas. Es por medio de estas guías como podrás darle paz a tu alma y traer la mayor gloria a Dios.

Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Concede a mi alma en esta Consagración a través de Ti, las Gracias para conservar la paz y la tranquilidad en todas mis acciones. No permitas que mis propios deseos nublen las riquezas de Tu cosecha. Ruego que nunca busque mis propios fines en mis tareas, sino conseguir el cumplimiento de Tu Triunfo.

Dale a mi alma la Gracia de aceptar mi trabajo y de completarlo por amor a Él. En mi «Sí» le doy a Él todo mi pasado, presente y futuro, alegrías y tristezas, oraciones y sacrificios, todo lo que soy, y todo lo que el Padre moldeará en mí.

«También sabemos que Dios dispone todas  las cosas
para bien de los que lo aman.» (Romanos 8, 28)

  • Concluye El Día 33 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.

***

¿Qué es esencial para la consagración de Rusia?

Es comprensible para el obispo Athanasius Schneider que Francisco mencione a Rusia y Ucrania en la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón (OnePeterFive.com 22 de marzo).

Explica que en julio de 1917, cuando Nuestra Señora de Fátima pidió la consagración de Rusia, la mayor parte de la actual Ucrania pertenecía al Imperio ruso y se llamaba «Pequeña Rusia» o «Rusia del Sur«.

Si Francisco mencionara sólo a Rusia, este territorio que Nuestra Señora tenía ante sus ojos en julio de 1917, quedaría excluido de la consagración.

Schneider menciona los elementos esenciales de la consagración:

• una referencia explícita al Inmaculado Corazón de María;

• una mención explícita de Rusia, mientras que una mención adicional de otras naciones no invalida la consagración;

• un vínculo con todos los obispos que no necesariamente se extiende al 100% de los obispos, sino a todo el episcopado en un sentido moral.

A continuación se muestra la redacción de la consagración de Francisco el 25 de marzo en inglés

Monjas rechazan vacuna y su convento es cerrado

El monasterio benedictino de Santa Caterina en Perugia está siendo cerrado. En febrero recibieron una inesperada visita apostólica, que ahora ha sido seguida por el traslado de 5 monjas. ¿El motivo? «El visitante encontró todos los aspectos de nuestro monasterio en orden, con la excepción del hecho de que no hemos sido vacunados», declaró la Madre Superiora, Madre Caterina al Daily Compass, mientras confirmaba la verdad detrás de las indiscreciones que circulaban en el éter. «Fui informado de la visita improvisada del obispo Bassetti, quien, sin embargo, no era consciente de las motivaciones detrás de un interés tan repentino. El decreto subraya lo que se afirma como mi comportamiento inapropiado: ¿debería haber obligado a mis hermanas a realizar un acto en contra de su voluntad, arriesgándome a la denuncia?»

El convento benedictino de Santa Caterina en Perugia pronto será cerrado por la fuerza. Lo que llama la atención del público es el hecho de que, a pesar del enrevesado lenguaje clerical -entre las palabras expresadas y otras que no se dicen- es el hecho de que las Hermanas no están vacunadas la causa principal del cierre.

Después de días de indiscreciones circulantes en la ciudad de Umbría, junto con artículos en los sitios de varias fuentes de noticias que afirman que el traslado de las 5 monjas se debe al hecho de que han rechazado la inoculación «sagrada», el Daily Compass ha recibido la confirmación de que la explicación exclusiva dada a la Madre Superiora del Monasterio Benedictino, presente en Corso Giuseppe Garibaldi 179 desde el año 1500, es este: su único pecado es su obstinada voluntad, expresada a través de su rechazo unánime de la vacuna, que la Madre Superiora no quiso imponerles. De lo contrario, el decreto reconoce que el convento está en perfecto orden espiritual, económico y litúrgico.

Fue la misma Madre Superiora quien confirmó la noticia al Daily Compass en esta inquietante entrevista.

«Es cierto, puedo confirmar que esta es la única explicación que me dieron al final de la visita apostólica», dijo la Madre Caterina al Daily Compass.

¿Por qué se llevó a cabo una visita apostólica?

Justo después de mediados de febrero recibimos la visita apostólica. Inmediatamente después se envió la revisión, y ahora estamos esperando una respuesta de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.

Pero, ¿quién solicitó la visita?

No me lo dijeron. Me enteré por el cardenal Bassetti, que es arzobispo de Perugia.

¿Cuándo sucedió eso?

Me dirigí a él para firmar un documento, pero me dijo que no se me permitía firmarlo, porque el proceso de una visita apostólica se había puesto en marcha.

¿Y cómo respondiste?

Me quedé en shock. «¿Qué hicimos?» Le pregunté.

¿Cuál fue su respuesta a eso?

Me dijo que no lo sabía, pero que solo había sido informado de la visita.

¿Quién realizó la visita?

Una Hermana de la Orden de las Clarisas, de Orvieto, llamada Madre Cristiana.

¿Qué hay en el decreto que podría motivar el cierre del convento?

El decreto establece que mi comportamiento fue inadecuado.

¿Qué significa eso exactamente?

Hice un examen de conciencia, pero sinceramente no pude encontrar una justificación. Incluso la visitante dijo que no encontró nada malo, ni con la liturgia ni con nuestra formación espiritual, y reconoció que somos económicamente autosuficientes. Absolutamente nada, ni siquiera en lo que respecta al mantenimiento del convento.

¿Llegaste a una conclusión?

La única explicación que me dieron fue el hecho de que las monjas no habían sido vacunadas.

¿Quién te dijo eso?

El visitante. (El Daily Compass ha intentado comunicarse con la Hermana, pero el convento de clausura tiene una sola línea telefónica).

¿Cuántas hermanas hay en el convento?

Somos cinco, con una sexta que se suponía que llegaría de Brasil, pero ha tenido dificultades para obtener su visa debido a las restricciones de covid. En la actualidad, una de nuestras hermanas se encuentra en recuperación postoperatoria en ALessandria. Pero de todos modos, hay cinco en total en la actualidad.

¿Es posible que como el número es tan bajo que podría ser la razón de la decisión de cerrar el convento, como se afirma en el Cor Orans (la aplicación de la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere, con respecto a la vida contemplativa femenina)?

No, no lo creo, porque sería más apropiado solicitar algún tipo de afiliación antes de llegar a una decisión tan drástica.

¿Posee una propiedad?

Sólo el monasterio, comprado entre 1860 y 1940 en tres tramos, por el sudor de nuestras cejas. Tenemos un negocio de encuadernación que sigue activo.

De acuerdo con el decreto, ¿qué aspectos de su comportamiento se consideran inapropiados?

No se me explicó tal cosa, pero tal vez, según ellos, ¿debería haber obligado a mis Hermanas a vacunarse?

¿Se ha vacunado?

No.

¿Eso te convierte en un llamado «vacilante de vacunas»?

No, soy una mujer de ciencia. Antes de tomar mis votos trabajé en el campo de la investigación científica.

Entonces, ¿deberías haber obligado a tus Hermanas a vacunarse?

Nunca podría obligar a nadie a hacer algo que no desea hacer. Me arriesgaría a una investigación criminal.

¿Está de acuerdo con su decisión de rechazar la vacuna?

Sí. En mayo, cuando surgió la cuestión de la vacuna, todos declararon inmediatamente que no deseaban vacunarse. Decidimos esperar nuestro tiempo, y en octubre la pregunta problemática se presentó una vez más. El médico del convento se puso en contacto conmigo, y de nuevo nos negamos.

¿Son todos ancianos?

No, no todos somos ancianos.

¿Has tenido covid en los últimos dos años?

No, todos gozamos de excelente salud.

Como monasterio de clausura, tienes muy poco contacto con el público, ¿es correcto?

Exactamente, ese es el caso desde el cierre del albergue. El único contacto posible sería en la iglesia, que abrimos a la congregación para la misa, pero en esos momentos nos quedamos detrás de la reja en nuestra área de clausura.

¿Cuál es la situación actual?

Dos monjas han sido trasladadas, o mejor dicho, una está en el hospital y será dada de alta la próxima semana, mientras que la otra está en Roma en Villa della Meditazione para recuperarse de un problema ocular. Sin embargo, ya sé que no volverán aquí.

Entonces, solo hay dos de ustedes. ¿Qué harás?

Solicitamos ir a las Hermanitas de la Divina Providencia en Alessandria.

¿Crees que el convento estará cerrado?

Pedí a los miembros de la parroquia que oraran, por la intención de mantener este edificio como un lugar de oración. Puedo ir, pero es importante que el convento permanezca.

¿Planea vacunarse ahora?

Después de lo que ha sucedido, realmente creo que en este punto, nunca elegiré vacunarme.

http://lanuovabq.it/it/monache-rifiutano-il-vaccino-il-convento-viene-chiuso

El Acto de Consagración de Oración

El Vaticano ha enviado a los obispos de todo el mundo el texto de la oración que el Papa Francisco dirigirá el 25 de marzo de 2022 por la consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María. Las palabras clave que muchos en la Iglesia han estado anticipando escuchar desde que Nuestra Señora de Fátima solicitó esto en 1917 son la consagración explícita de Rusia por su nombre. Estas palabras aparecen en el texto oficial: «Por lo tanto, Madre de Dios y Madre nuestra, a tu Inmaculado Corazón confiamos y consagramos solemnemente a nosotros mismos, a la Iglesia y a toda la humanidad, especialmente a Rusia y Ucrania». [1]

Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María
Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano, Italia
25 de marzo de 2022

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, en este tiempo de prueba nos dirigimos a ti. Como nuestra Madre, nos amas y nos conoces: ninguna preocupación de nuestros corazones se te oculta. Madre de misericordia, ¡cuántas veces hemos experimentado tu cuidado vigilante y tu presencia pacífica! Nunca dejas de guiarnos a Jesús, el Príncipe de Paz.

Sin embargo, nos hemos desviado de ese camino de paz. Hemos olvidado la lección aprendida de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de los millones que cayeron en dos guerras mundiales. Hemos hecho caso omiso de los compromisos que asumimos como comunidad de naciones. Hemos traicionado los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos enfermamos de codicia, pensamos solo en nuestras propias naciones y sus intereses, nos volvimos indiferentes y atrapados en nuestras necesidades y preocupaciones egoístas. Elegimos ignorar a Dios, estar satisfechos con nuestras ilusiones, volvernos arrogantes y agresivos, suprimir vidas inocentes y almacenar armas. Dejamos de ser los guardianes y administradores de nuestra casa común. Hemos devastado el jardín de la tierra con la guerra y por nuestros pecados hemos roto el corazón de nuestro Padre celestial, quien desea que seamos hermanos y hermanas. Nos volvimos indiferentes a todos y a todo excepto a nosotros mismos. Ahora con vergüenza clamamos: ¡Perdónanos, Señor!

Santa Madre, en medio de la miseria de nuestra pecaminosidad, en medio de nuestras luchas y debilidades, en medio del misterio de la iniquidad que es el mal y la guerra, nos recuerdas que Dios nunca nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, siempre dispuesto a perdonarnos y elevarnos a una nueva vida. Él te ha dado a nosotros y ha hecho de tu Inmaculado Corazón un refugio para la Iglesia y para toda la humanidad. Por la voluntad misericordiosa de Dios, siempre estás con nosotros; incluso en los momentos más turbulentos de nuestra historia, estás allí para guiarnos con tierno amor.

Ahora nos dirigimos a ti y llamamos a la puerta de tu corazón. Somos sus amados hijos. En cada época te das a conocer a nosotros, llamándonos a la conversión. En esta hora oscura, ayúdanos y concédenos tu consuelo. Dinos una vez más: «¿No estoy aquí, yo que soy tu Madre?» Eres capaz de desatar los nudos de nuestros corazones y de nuestros tiempos. En ti depositamos nuestra confianza. Estamos seguros de que, especialmente en los momentos de prueba, no serán sordos a nuestra súplica y acudirán en nuestra ayuda.

Eso es lo que hiciste en Caná en Galilea, cuando intercediste ante Jesús y él obró la primera de sus señales. Para preservar la alegría de la fiesta de bodas, le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2, 3). Ahora, oh Madre, repite esas palabras y esa oración, porque en nuestros días nos hemos quedado sin el vino de la esperanza, la alegría ha huido, la fraternidad se ha desvanecido. Hemos olvidado nuestra humanidad y desperdiciado el don de la paz. Abrimos nuestros corazones a la violencia y la destructividad. ¡Cuánto necesitamos tu ayuda materna!

Por lo tanto, oh Madre, escucha nuestra oración.

Estrella del Mar, no nos dejes naufragar en la tempestad de la guerra. [2]

Arca de la Nueva Alianza, inspirar proyectos y caminos de reconciliación.

Reina del Cielo, restaura la paz de Dios en el mundo.

Elimina el odio y la sed de venganza, y enséñanos el perdón.

Libéranos de la guerra, protege a nuestro mundo de la amenaza de las armas nucleares.

Reina del Rosario, haznos darnos cuenta de nuestra necesidad de orar y amar.

Reina de la Familia Humana, mostrar a las personas el camino de la fraternidad.

Reina de la Paz, obtén la paz para nuestro mundo.

Oh Madre, que tu dolorosa súplica conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que derramaste por nosotros hagan que este valle reseco por nuestro odio florezca de nuevo. En medio del trueno de las armas, que tu oración dirija nuestros pensamientos a la paz. Que tu toque materno calme a los que sufren y huyen de la lluvia de bombas. Que tu abrazo maternal consuele a los que se ven obligados a abandonar sus hogares y su tierra natal. Que tu Corazón Doloroso nos mueva a la compasión y nos inspire a abrir nuestras puertas y a cuidar a nuestros hermanos y hermanas que están heridos y dejados de lado.

Santa Madre de Dios, mientras estabas debajo de la cruz, Jesús, viendo al discípulo a tu lado, dijo: «He aquí a tu hijo» (Jn 19:26). De esta manera te confió a cada uno de nosotros. Al discípulo, y a cada uno de nosotros, le dijo: «He aquí, tu Madre» (v. 27). Madre María, ahora deseamos darle la bienvenida a nuestras vidas y a nuestra historia. En esta hora, una humanidad cansada y angustiada está con ustedes debajo de la cruz, necesitando encomendarse a ustedes y, a través de ustedes, consagrarse a Cristo. Los pueblos de Ucrania y Rusia, que os veneran con gran amor, se dirigen ahora a vosotros, mientras vuestro corazón late con compasión por ellos y por todos aquellos pueblos diezmados por la guerra, el hambre, la injusticia y la pobreza.

Por eso, Madre de Dios y Madre nuestra, a tu Inmaculado Corazón nos encomendamos y consagramos solemnemente a nosotros mismos, a la Iglesia y a toda la humanidad, especialmente a Rusia y Ucrania. Acepta este acto que llevamos a cabo con confianza y amor. Concédenos que la guerra pueda terminar y la paz se extienda por todo el mundo. El «Fiat» que surgió de tu corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de paz. Confiamos en que, a través de su corazón, la paz amanecerá una vez más. A vosotros consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y expectativas de cada pueblo, las ansiedades y esperanzas del mundo.

Por tu intercesión, que la misericordia de Dios sea derramada sobre la tierra y el suave ritmo de paz vuelva a marcar nuestros días. Nuestra Señora del «Fiat», sobre quien descendió el Espíritu Santo, restaura entre nosotros la armonía que viene de Dios. Que tú, nuestra «fuente viva de esperanza», riegues la sequedad de nuestros corazones. En tu vientre Jesús se hizo carne; ayúdanos a fomentar el crecimiento de la comunión. Una vez pisaste las calles de nuestro mundo; guíanos ahora por los caminos de la paz. Amén.

Estrella del mar por Tianna (Mallett) Williams

Notas

↑1cf. catholicnewsagency.com
↑2cf. Gran Buque, Gran NaufragioUn naufragio de feEl Gran Buque se desviará del Puerto SeguroFrancisco y el gran naufragio

¿El «período de paz» ya sucedió?

Recientemente, hicimos la importante pregunta de si la consagración solicitada por Nuestra Señora de Fátima se hizo como se nos pidió (ver ¿Sucedió la Consagración de Rusia?). Porque parecía que el mismo «período de paz» y el futuro del mundo entero dependían del cumplimiento de sus peticiones. Como dijo Nuestra Señora:

[Rusia] extenderá sus errores por todo el mundo, causando guerras y persecuciones de la Iglesia. El bien será martirizado; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas … Para evitar esto, vendré a pedir la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón, y la Comunión de reparación los primeros sábados. Si mis peticiones son atendidas, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, extenderá sus errores por todo el mundo … Al final, Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, y ella se convertirá, y se concederá al mundo un período de paz. —la vidente Sor Lucía en una carta al Santo Padre, 12 de mayo de 1982; El mensaje de Fátimavatican.va

Según un informe reciente, la Sierva de Dios Sor Lucía de Jesús dos Santos de Fátima había concluido personalmente que «el colapso del comunismo en los territorios controlados por los soviéticos constituyó un «período de paz» predicho durante las apariciones si se cumplía la consagración. Ella dijo que esta paz se refería a las tensiones muy disminuidas entre la Unión Soviética (o ahora solo «Rusia») y el resto del mundo. Fue un «período» de tiempo que se había previsto, dijo, no una «era» (como muchos han interpretado el mensaje).[1]

¿Es este realmente el caso, y es la interpretación de Sor Lucía la última palabra?

La interpretación de la profecía

La «consagración» a la que se refería era la del Papa Juan Pablo II cuando «confió» el mundo entero a Nuestra Señora en 1984, pero sin mencionar a Rusia. Desde entonces, se ha producido un debate sobre si la consagración fue completa o fue una encomienda «imperfecta». Una vez más, según Sor Lucía, la consagración se cumplió, se cumplió el «período de paz» y, por lo tanto, también se sigue, el Triunfo del Inmaculado Corazón, aunque ella dijo que el Triunfo fue un «proceso continuo».[2]

Si bien las palabras de Sor Lucía son importantes a este respecto, la interpretación final de la profecía auténtica pertenece en su conjunto al Cuerpo de Cristo, en unión con el Magisterio.

Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sensus fidelium [sentido de los fieles] sabe discernir y acoger en estas revelaciones todo lo que constituye una auténtica llamada de Cristo o de sus santos a la Iglesia. —Catecismo de la Iglesia Católica, n. 67

En ese sentido, nos dirigimos especialmente a los papas, que son la autoridad visible de Cristo en la tierra.

Os exhortamos a escuchar con sencillez de corazón y sinceridad de mente las saludables advertencias de la Madre de Dios… Los Romanos Pontífices… Si se les instituye a los guardianes e intérpretes de la Revelación divina, contenida en la Sagrada Escritura y en la Tradición, también tienen como deber recomendar a la atención de los fieles —cuando, después de un examen responsable, lo juzgan por el bien común— las luces sobrenaturales que ha complacido a Dios dispensar libremente a ciertas almas privilegiadas, no para proponer nuevas doctrinas, sino para guiarnos en nuestra conducta. —PAPA SAN JUAN XXIII, Mensaje radiofónico papal, 18 de febrero de 1959; L’Osservatore Romano

En este sentido, no hay indicios de que el propio Papa Juan Pablo II viera el final de la Guerra Fría como el «período de paz» prometido en Fátima. Al contrario

[Juan Pablo II] ciertamente alberga una gran expectativa de que el milenio de divisiones será seguido por un milenio de unificaciones… que todas las catástrofes de nuestro siglo, todas sus lágrimas, como dice el Papa, serán atrapadas al final y convertidas en un nuevo comienzo. —Cardenal Joseph Ratzinger (PAPA BENEDICTO XVI), Sal de la Tierra, Una entrevista con Peter Seewald, p. 237

Solo una mirada superficial de los asuntos globales después del final de la Guerra Fría sugeriría cualquier cosa menos un «período de paz» y ciertamente sin fin a la trágica inundación de lágrimas. Desde 1989, ha habido al menos siete genocidios a partir de principios de la década de 1990.[3] e innumerables limpiezas microétnicas.[4] Los actos de terrorismo continuaron extendiéndose culminando en el «911» en 2001, lo que llevó a la Guerra del Golfo, matando a cientos de miles. La consiguiente desestabilización del Medio Oriente produjo las organizaciones terroristas Al Quaeda, ISIS, y la consiguiente propagación del terror global, las migraciones masivas y un virtual vaciamiento de cristianos del Medio Oriente. En China y Corea del Norte, nunca hubo una tregua en la persecución, lo que llevó al Papa Francisco a afirmar que sigue habiendo más mártires este siglo pasado que los primeros siglos diecinueve combinados. Y como ya se ha dicho, no ha habido paz en el vientre materno a medida que la Guerra Fría sobre los no nacidos ha continuado, solo para extenderse ahora a los enfermos, ancianos y enfermos mentales a través de la eutanasia.

¿Fue esa realmente la «paz» y el «triunfo» prometidos por Nuestra Señora?

Es legítimo conjeturar que, al reevaluar el acto de Juan Pablo II en 1984, Sor Lucía se dejó influenciar por la atmósfera de optimismo que se extendió en el mundo después del colapso del Imperio Soviético. Cabe señalar que Sor Lucía no gozó del carisma de la infalibilidad en la interpretación del elevado mensaje que recibió. Por lo tanto, corresponde a los historiadores, teólogos y pastores de la Iglesia analizar la coherencia de estas declaraciones, recogidas por el cardenal Bertone, con las declaraciones anteriores de la propia hermana Lucía. Sin embargo, una cosa está clara: los frutos de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, anunciada por Nuestra Señora, están lejos de haberse materializado. No hay paz en el mundo. —Padre David Francisquini, publicado en la revista brasileña Revista Catolicismo (Nº 836, Agosto/2020): «A consagração da Rússia foi efetivada como Nossa Senhora pediu?» [«¿Se llevó a cabo la consagración de Rusia como nuestra Señora lo pidió?»]; cf. onepeterfive.com

 El Magisterio: un cambio de época

En verdad, San Juan Pablo II esperaba de hecho un cambio de época en el mundo. Y esto lo equiparó a ser una verdadera «era» de paz, que confió a los jóvenes para anunciar:

Los jóvenes han demostrado ser para Roma y para la Iglesia un don especial del Espíritu de Dios… No dudé en pedirles que hicieran una elección radical de fe y vida y les presentara una tarea estupenda: convertirse en «vigilantes de la mañana» en los albores del nuevo milenio. —PAPA JUAN PABLO II, Novo Millennio Inuente, n.9

… vigilantes que proclaman al mundo un nuevo amanecer de esperanza, fraternidad y paz. —PAPA JUAN PABLO II, Discurso al Movimiento Juvenil Guanelli, 20 de abril de 2002, www.vatican.va

Una vez más, en una audiencia general el 10 de septiembre de 2003, dijo:

Después de la purificación a través de la prueba y el sufrimiento, el amanecer de una nueva era está a punto de romperse.  PAPA SAN JUAN PABLO II, Audiencia general, 10 de septiembre de 2003

El cardenal Mario Luigi Ciappi fue el teólogo papal de Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, así como de San Juan Pablo II. Nueve años después del colapso de la Unión Soviética, afirmaría que el «período de paz» prometido por Nuestra Señora de Fátima es todavía un evento futuro de proporciones cósmicas.

Sí, se prometió un milagro en Fátima, el milagro más grande en la historia del mundo, solo superado por la Resurrección. Y ese milagro será una era de paz que nunca antes se había concedido al mundo. —Catecismo Familiar, (9 de septiembre de 1993), p. 35

En el año 2000, San Juan Pablo II usaría esas mismas palabras:

Dios ama a todos los hombres y mujeres en la tierra y les da la esperanza de una nueva era, una era de paz. Su amor, plenamente revelado en el Hijo Encarnado, es el fundamento de la paz universal. Cuando se acoge en lo más profundo del corazón humano, este amor reconcilia a las personas con Dios y consigo mismas, renueva las relaciones humanas y despierta ese deseo de fraternidad capaz de desterrar la tentación de la violencia y la guerra. El gran jubileo está inseparablemente ligado a este mensaje de amor y reconciliación, mensaje que da voz a las aspiraciones más verdaderas de la humanidad de hoy. —PAPA JUAN PABLO II, Mensaje del Papa Juan Pablo II para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2000

Para el que seguía el hilo profético de los pontífices, esto no era nada nuevo. Cien años antes, el Papa León XIII proclamó que iba a llegar un período de paz que marcaría el final del conflicto:

Finalmente será posible que nuestras muchas heridas sean sanadas y toda justicia brote de nuevo con la esperanza de una autoridad restaurada; que los esplendores de la paz se renueven, y las espadas y los brazos caigan de la mano y cuando todos los hombres reconozcan el imperio de Cristo y obedezcan voluntariamente Su palabra, y cada lengua confesará que el Señor Jesús está en la Gloria del Padre. —PAPA LEÓN XIII, Annum SacrumSobre la consagración al Sagrado Corazón, 25 de mayo de 1899

El Papa Francisco se haría eco de esas palabras más de un siglo después:

… [la] peregrinación de todo el Pueblo de Dios; y por su luz, incluso los demás pueblos pueden caminar hacia el Reino de la justicia, hacia el Reino de la paz. ¡Qué gran día será, cuando las armas serán desmanteladas para ser transformadas en instrumentos de trabajo! ¡Y esto es posible! Apostamos a la esperanza, a la esperanza de la paz, y será posible. —PAPA FRANCISCO, Domingo Ángelus, 1 de diciembre de 2013; Agencia Católica de Noticias, 2 de diciembre de 2013

Francisco vinculó este «Reino de paz» precisamente a la misión de la Madre de Dios:

Imploramos la intercesión materna [de María] para que la Iglesia se convierta en un hogar para muchos pueblos, una madre para todos los pueblos, y que se abra el camino al nacimiento de un mundo nuevo. Es Cristo resucitado quien nos dice, con un poder que nos llena de confianza y de esperanza inquebrantable: «He aquí, yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21, 5). Con María avanzamos con confianza hacia el cumplimiento de esta promesa… —PAPA FRANCISCO, Evangelii Gaudium, n. 288

Su predecesor, el Papa Pío XI, también habló de un futuro cambio de era que se equipararía a la paz real, no solo al alivio cosmético en las tensiones políticas:

Cuando llegue, resultará ser una hora solemne, una grande con consecuencias no sólo para la restauración del Reino de Cristo, sino para la pacificación de… el mundo. Oramos fervientemente, y pedimos a otros que oren por esta tan deseada pacificación de la sociedad. —PAPA PÍO XI, Ubi Arcani dei Consilioi «Sobre la paz de Cristo en su Reino», 23 de diciembre de 1922

Se hacía eco de su predecesor, San Pío X, quien también predijo la «restauración de todas las cosas en Cristo» después del fin de la «apostasía» y el reinado del «Hijo de la Perdición». Claramente, nada de esto ha ocurrido todavía, ni mucho de lo que él imaginó: que la verdadera paz significaría que la Iglesia ya no tiene que «trabajar» dentro de los límites del tiempo y la historia de la salvación. Los Padres de la Iglesia Primitiva llamaron a esto un «descanso sabático» antes del fin del mundo. De hecho, San Pablo enseñó que «todavía queda un descanso sabático para el Pueblo de Dios».[5]

¡Oh! cuando en cada ciudad y pueblo se observe fielmente la ley del Señor, cuando se muestre respeto por las cosas sagradas, cuando se frecuenten los sacramentos y se cumplan las ordenanzas de la vida cristiana, ciertamente no habrá más necesidad de que trabajemos más para ver todas las cosas restauradas en Cristo … ¿Y entonces? Entonces, por fin, quedará claro para todos que la Iglesia, tal como fue instituida por Cristo, debe disfrutar de plena y completa libertad e independencia de todo dominio extranjero. «Romperá las cabezas de sus enemigos», para que todos sepan «que Dios es el rey de toda la tierra», «para que los gentiles se sepan hombres». Todo esto, Venerables Hermanos, Creemos y esperamos con fe inquebrantable. —PAPA PÍO X, E Supremi, Encíclica «Sobre la restauración de todas las cosas», n.14, 6-7

Luego, el Papa Benedicto XVI arrojó más luz sobre el mensaje de Fátima sugiriendo que nuestras oraciones por el Triunfo del Inmaculado Corazón no eran una mera pausa en las tensiones globales, sino por la venida del Reino de Cristo:

… [orar por el triunfo] es equivalente en significado a nuestra oración por la venida del Reino de Dios… —PAPA BENEDICTO XVI, Luz del Mundo, p. 166, Una conversación con Peter Seewald

Si bien admitió en esa entrevista que «puede ser demasiado racionalista … para expresar cualquier expectativa de mi parte de que va a haber un gran cambio y que la historia de repente tomará un curso totalmente diferente», su llamado profético en la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, Australia, dos años antes sugirió un optimismo profético en consonancia con sus predecesores:

Empoderados por el Espíritu, y basándose en la rica visión de la fe, una nueva generación de cristianos está siendo llamada a ayudar a construir un mundo en el que el don de la vida de Dios sea bienvenido, respetado y apreciado, no rechazado, temido como una amenaza y destruido. Una nueva era en la que el amor no es codicioso ni egoísta, sino puro, fiel y genuinamente libre, abierto a los demás, respetuoso de su dignidad, buscando su bien, irradiando alegría y belleza. Una nueva era en la que la esperanza nos libera de la superficialidad, la apatía y el ensimismamiento que amortiguan nuestras almas y envenenan nuestras relaciones. Queridos jóvenes amigos, el Señor os está pidiendo que seáis profetas de esta nueva era… —PAPA BENEDICTO XVI, Homilía, Jornada Mundial de la Juventud, Sídney, Australia, 20 de julio de 2008

El consenso: aún no

Como se señaló anteriormente, el consenso profético de otros videntes en el mundo sugiere que la interpretación de Sor Lucía del «período de paz» puede simplemente no ser correcta. El difunto P. Stefano Gobbi, cuyos escritos no han sido formalmente aprobados ni condenados,[6] pero que llevan el Imprimatur del Magisterio, fue un amigo cercano de Juan Pablo II. Menos de un año después del colapso de las estructuras del comunismo en el Este, Nuestra Señora supuestamente dio una visión diferente a la de Sor Lucía que refleja de cerca nuestra realidad actual y retrospectiva:

Rusia no ha sido consagrada a mí por el Papa junto con todos los obispos y, por lo tanto, no ha recibido la gracia de la conversión y ha extendido sus errores por todas partes del mundo, provocando guerras, violencia, revoluciones sangrientas y persecuciones de la Iglesia y del Santo Padre. —entregado al P. Stefano Gobbi en Fátima, Portugal, el 13 de mayo de 1990, en el aniversario de la Primera Aparición allí; con Imprimatur; cf. countdowntothekingdom.com

Otros videntes han recibido mensajes similares de que la consagración no se ha hecho correctamente, y por lo tanto, el «período de paz» no se ha realizado, incluyendo Luz de Maria de Bonilla, Gisella Cardia, Christiana Agbo y Verne Dagenais. Vea ¿Ocurrió la consagración de Rusia?

Lo que es cierto es que el consenso profético en todo el mundo, desde los profetas hasta los papas, es que aún no ha llegado una Era de Paz dentro del tiempo y antes de la eternidad.[7] Que esta Era es la misma extensión de tiempo que el «período de paz» prometido en Fátima es ciertamente todavía un tema de debate, aunque tal vez cada vez menos (ver Fátima y el Apocalipsis). El llamado a la penitencia, los primeros sábados, la consagración de Rusia, el Rosario, etc. no fueron simplemente un llamado renovado a la devoción, sino un camino hacia la paz global para poner fin virtualmente a la propagación de los errores de Rusia (encarnados en el comunismo) y cesar la «aniquilación» de las naciones.

Si el «período de paz» ha ido y venido en medio del flujo continuo de sangre y violencia, uno podría ser perdonado por haberlo perdido.

—Mark Mallett es el autor de The Final Confrontation The Now Word y es cofundador de Countdown to the Kingdom.

Notas

↑1Espíritu Diariofebrero 10th, 2021
↑2Ella dijo que el Triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora había comenzado, pero era (en palabras del intérprete, Carlos Evaristo) un «proceso continuo». cf. Spirit Daily10 de febrero de 2021
↑3wikipedia.org
↑4wikipedia.org
↑5Heb 4:9
↑6cf. «En defensa de la ortodoxia del Movimiento Sacerdotal Mariano», catholicculture.org
↑7cf. Repensar el fin de los tiempos y cómo se perdió la era

Ven y haz una reverencia ante Él

Nosotros, en Moral y Luces, amamos a la madre de Jesús,
pero es a Él SOLO a quien adoramos.
Él es nuestro Señor y Salvador,
y doblamos nuestra rodilla ante Jesús,
nuestro Rey y nuestro Dios.

La gran profecía de Isaías 45:23…

Por mí mismo he jurado,
de mi boca ha salido en justicia
una palabra que no volverá:
«A mí toda rodilla se doblará,
toda lengua jurará».

… en el nombre de Jesús
toda rodilla debe doblarse,
de los que están en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,
y toda lengua confiesa que
Jesucristo es el Señor,
para la gloria de Dios el Padre.
(Fil 2:10-11)