Días 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33.
Preparación para la Consagración al Triunfo
del Inmaculado Corazón de María
Preparación para la Consagración al Triunfo del Inmaculado Corazón de María PDF
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Rosario de Las Virtudes
Nuestra Señora tenía en Su Mano izquierda un Rosario rosado y dorado, y rezaba con la mano derecha. Ella recitaba todas las Oraciones muy despacio y reverentemente, con mucho amor.
“Queridos Míos: Estas Oraciones son para obtener las Virtudes. Se empieza con el Credo, luego la Consagración a Mi Corazón Inmaculado, y después El Ángelus. Posteriormente se reza la Virtud, seguida por el Padre Nuestro, el Gloria al Padre y la Oración al Espíritu Santo. Después se recita la siguiente Virtud y así se completan las Siete Virtudes: Fe, Esperanza, Caridad, Humildad, Paciencia, Perseverancia y Obediencia.” Octubre 1º de 1992.
Esta pequeña Coronilla o Rosario tiene
7 Misterios y 3 cuentas en cada Misterio.
La Señal de la Cruz
† Por la Señal de la Santa Cruz,
† de nuestros enemigos,
† líbranos, Señor, Dios nuestro.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIONES INICIALES
El Credo
Creo en Dios, / Padre Todopoderoso, / Creador del Cielo y de la Tierra. / Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, / que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, / nació de Santa María Virgen, / padeció bajo el poder de Poncio Pilato, / fue crucificado, muerto y sepultado, / descendió a los infiernos / y al tercer día, resucitó de entre los muertos; / subió a los Cielos / y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. / Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. / Creo en el Espíritu Santo, / en la Santa Iglesia Católica, / en la Comunión de los Santos, / en el perdón de los peca-dos, / en la resurrección de la carne / y en la vida eterna. / Amén.
Totus Tuus [1]
San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)
¡Oh, Señora y Madre mía!
Yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
Te consagro en este día:
mis ojos, mis oídos,
mi boca, mi corazón;
en una palabra, todo mi ser.
Y ya que soy TODO (a) TUYO (a),
¡oh, Madre de Bondad!,
guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión Tuya.
Amén.
Ángelus
† El Ángel del Señor anunció a María, que el Hijo de Dios Padre se Encarnaría en Sus Entrañas, para la Redención del mundo. Y Ella Concibió por Obra y Gracia del Espíritu Santo.
María Santísima lo admitió diciendo: “He aquí la Esclava del Señor; hágase en Mí según Tu Palabra.”(Lc. 1, 38)
Y el Hijo de Dios se hizo Hombre y vive entre nosotros.
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Oración:
Te suplicamos, Señor, que infundas Tu Gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por el Anuncio del Ángel, el Misterio de la Encarnación de Tu Hijo, por los Méritos de Su Pasión y de Su Cruz, seamos conducidos a la Gloria de la Resurrección. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
1º
Pedimos la Virtud de la FE
En las TRES Cuentas Pequeñas:
V: Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
R: Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
V: Dios Te Salve, María, llena eres de Gracia. El Señor es Contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el Fruto de Tu Vientre: ¡Jesús!
R: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén. [2]
2º
Pedimos la Virtud de la ESPERANZA
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
3º
Pedimos la Virtud de la CARIDAD
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
4º
Pedimos la Virtud de la HUMILDAD
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
5º
Pedimos la Virtud de la PACIENCIA
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
6º
Pedimos la Virtud de la PERSEVERANCIA
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
7º
Pedimos la Virtud de la OBEDIENCIA
En las TRES Cuentas Pequeñas:
- Padre Nuestro…
- Dios Te Salve, María…
- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu….
Al final de cada Triduo se dice la Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi corazón para ver las cosas que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi mente para conocer las obras que son de Dios. Ven, Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezca solamente a Dios. Santifica todo lo que piense, diga y haga, a fin de que todo sea para la Gloria de Dios. Amén.
ORACIONES FINALES
¡Oh, María!
¡Oh, María! Transforma mi corazón como el Tuyo; colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtudes. Toma mi corazón, querida Madre, consagrado como Tuyo propio, preséntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mí para Ti. Ayúdame, ¡oh, María!, en hacer Tu Corazón más conocido cada día. Amén. [3]
Oración de Pentecostés
¡Espíritu de Cristo! Despiértame.
¡Espíritu de Cristo! Muéveme.
¡Espíritu de Cristo! Lléname.
¡Espíritu de Cristo! Séllame.
¡Oh, Padre Celestial!, conságrame a Tu Corazón y Voluntad; sé en mí una Fuente de Virtudes, sella mi alma como Tuya propia, para que Tu Reflejo en mí sea una Luz que todos vean. Amén. [4]
[1] 500 días de indulgencia.
[2] Mensaje del día 23 de Diciembre de 1991.
[3] Mensaje del día 19 de Marzo de 1993.
[4] Mensaje del día 7 de Junio de 1992.
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21º Día
«Ángel Mío, Yo te traigo el goce del Corazón de Mi Hijo. Regocijémonos por todo lo que hemos alcanzado en este tiempo, y pido que todos permanezcan fieles a esta Gracia Divina del Cielo. Si todos permanecemos como uno, el Plan de Dios no podrá ser destruido por la influencia del orgullo.
Vengo para traer la abundancia de los Bienes del Cielo. Dios Padre Me envía con la Gracia de estos Bienes preciosos para ser conferidos al alma. -El Halo de Pureza adornado de Virtudes-. Es Mi deseo colocar esta corona sobre cada uno de los corazones que se arrodillen ante Mi altar para entregarme su corazón.
Les pido a cada uno de ustedes convertirse en la señal de unidad para todo el mundo. Ésta es la señal sempiterna de Dios, Tres en Uno. De Mí todo es posible, pero sólo si Me dan su corazón.
Dios dará todo para llevar a cabo Su Plan. Debo decirles que estos tiempos son muy urgentes. Muy pronto el mundo espera una transformación de tal grado que no es posible imaginarse. Es la Hora de abrirse el Cielo sobre la Tierra y las puertas del infierno serán cerradas y removidas. Es la unión de los corazones; sus corazones hacia la unión de Nuestros Dos Corazones. Ruego que tú aceptes Mi Súplica de reconciliación, unión y paz; esto es lo que te espera en Mi Corazón.» Septiembre 1 de 1993.
Guía: Ésta es la era de la Gracia Divina. Está en medio de nosotros, para penetrarnos profundamente de la Bondad, de la Misericordia de Dios. Un Padre amoroso y extraordinario se ha dignado enviarnos una Madre porque Él conoce bien la ternura que hay en Sus Caricias. Con Su Infinita Sabiduría, Él ha escogido darnos este regalo. El Corazón de Jesús fue derretido muchas veces bajo la dulzura de la sonrisa de Su Madre. Él encontró confort y protección en Sus Brazos y Sabiduría en Sus Palabras.
Cuánto ha debido amarnos para que también nosotros experimentáramos esos mismos momentos. Su Dirección en los momentos de extravío, Su Sonrisa en los momentos de alegría o Sus Lágrimas que se mezclan con las nuestras en los momentos de pecado; el modo como enseña una Madre es un regalo de amor. Mantener cerca el corazón de una Madre nos nutrirá y ayudará a lo largo del camino. Ella nos llama de una manera suave y cariñosa hacia la Misión de Su Triunfo, y hacia lo profundo de Su Triunfante Corazón Inmaculado. Nuestra Consagración es nuestro ‘Sí’ puesto a este servicio.
Dirección: En la Consagración de nuestro corazón, nosotros nos afirmamos en una unidad eterna, y también aceptamos los sacrificios de esta Misión. Es la misión de la Luz, de la Verdad que es recibida con desdén y disgusto. Nosotros estamos llamados a ser esa luz brillante que todos buscan parta iluminar el camino de los que están en las tinieblas. Nosotros debemos denunciar todo lo que no sea la Verdad. También debemos reconocer que un esfuerzo a medias no sirve de mucho en esta Misión. Éste es un llamado a la convicción, una firme e inflexible creencia en el Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Debemos buscar cada día esta seguridad en nuestra alma.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Haz que yo pueda reposar en la grandeza de Tu Triunfo. Acepta mi plegaria de reconciliación, en unión con la paz de mi corazón y de mi mente, y lleva este deseo a Dios Padre. Ruego para que mi alma sea tan pura que su brillo ciegue la maldad y lleve la gracia a aquéllos de corazón similar. Abre mi corazón, querida Madre, cada día más, y no permitas que se cierre ni siquiera un momento. Despliega su profundidad, y descubre todos los rincones escondidos de mi corazón para que no quede ni una imperfección. Ruego para obtener la victoria dentro de mi propio corazón primero, para luego llevar esta Gracia a todo el mundo.
«Señor, Dios de Israel, dame las fuerzas en este momento» (Judith 13, 7)
- Concluye el Día 21 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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22º Día
«Ángel Mío, escucha como nunca antes y comprende. Hoy Dios desea cumplir lo que comenzó en Fátima. El mundo está al borde de recibir la Gracia del Poder del Cielo como nunca antes. Dios desea donar a cada alma las posibilidades de ganar la lluvia de Gracias que Él envía del Cielo. Mi Triunfo es la unión mística de corazones, una Gracia que no puede ser vista ni oída, sólo sentida en las profundidades del alma. Sé sincero en esta Misión Celestial. Necesito tu corazón ahora más que nunca; a través de ti vendrá un canal de Gracia sobre todos Mis hijos que esperan con corazones abiertos.
Esta ola de Gracias vendrá a inundar el alma. Todas las impurezas pueden ser lavadas solamente si uno lo desea sinceramente. Te doy la llave para recibir esta Gracia; ésta se encuentra en una sencilla palabra en medio de tu corazón. Decir «Sí» permite que tu alma florezca y que se le infunda la Virtud. Invito para que cada corazón responda de la manera más deseada por Dios Padre. -Ser Consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Porque esto no sólo abre sus corazones hacia Mí, sino que los abre hacia Él, que es lo más importante. Lucha con todas tus fuerzas para que todas las almas sean tocadas con este ruego del Cielo. El más ardiente Deseo de Dios Padre es que todas las multitudes sobre la Tierra se junten como un lazo sagrado de unidad. Únanse como nunca antes; junten corazón con corazón para que esta unión de millones resuene en una sola voz. Responde universal y ecuménicamente al llamado a ser Consagrado a Mi Inmaculado Corazón y a Mi Abrazo Maternal.» Septiembre 4 de 1993.
Guía: La Consagración es la verdadera unión mística de los corazones; es la unidad que transforma y convierte. Es una infusión de Gracia tan intensa que hace imposible que el alma pueda permanecer como antes de hacer esta Promesa. Una ola de Virtud caerá sobre el alma, inundándola de un ardiente deseo de agradar a Dios con este Acto de Consagración, y por la aceptación a los tiernos deseos de Su Madre. Como es sabido que Su Reino desciende del de Ella, nosotros trabajamos hacia la unión de Sus Corazones con nuestros corazones hasta el fondo de esta Divina Unión, por medio de la Consagración. De esta manera la unidad es creada por naturaleza Divina, y además de permanecer unidos a Su Corazón Inmaculado, también estamos unidos a todos los corazones consagrados a Ella. Entonces nosotros somos participantes de una unión universal de corazones por medio de Su Corazón Maternal.
Dirección: Nosotros debemos tomar muy seriamente esta Promesa. Para recibir tal abundancia de Gracias debemos ir con el corazón lleno de agradecimiento. Debemos renovar nuestra Consagración diariamente implorando el auxilio de Nuestra Señora para todo lo que el resto del día nos pueda traer. Debemos esforzarnos cada día para extender la Devoción de la Consagración al Inmaculado Corazón de María a todas las almas que esperan el Triunfo de Su Misión. Nosotros estamos obligados a corresponder globalmente a Su Llamada. Es así como nosotros debemos luchar para extender Su Deseo de que todos los corazones permanezcan unidos. Esto es también un llamado a toda la humanidad. El día de nuestra Consagración debe ser un día de triunfo y exaltación, con tal que el alma esté dedicada totalmente a Dios, a su propia santificación, y que sacrifique todo para traer a otra alma a la misma conciencia de estas alturas.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Concede a mi alma el Don de la Gracia para obtener un ardiente deseo de sinceridad, pureza y simplicidad. Es con estos dones que se encuentran en el alma, que me será posible retener la inocencia de mi Consagración. Ayúdame a luchar con todas mis fuerzas para preservar lo que ya poseo, la genuina respuesta a Tu Llamado. Que todos los que yo encuentre, reciban el verdadero regalo de Tu Corazón a través del mío. Que los favores que yo reciba por mi unión Contigo sean, querida Madre, como una ofrenda mía para todos. Apelo a Tu Corazón Inmaculado para que continúe dirigiendo mi alma en la búsqueda de la serenidad y tranquilidad.
«Porque de la manera que juzguen, serán juzgados
y con la medida con que midan, los medirán a ustedes.»
(Mateo 7, 2)
- Concluye el Día 22 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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23º Día
«Ángel Mío, vengo para asegurar tu corazón en la intención y dirección de Mi petición colocada sobre ti. Querida, el llamado que pido ser compartido, no es por Mi Título ni por área geográfica. Mi única Misión en estos días es traer la unión a todos los corazones y guiarlos a un abrazo con Mi Hijo a través de la Consagración a Mi Inmaculado Corazón, y su origen está en el Cielo. Yo les concederé a todos realizar este esfuerzo, pero necesito los corazones de ustedes.
Deseo que tú pongas ante Mis hijos, el llamado a ser uno bajo la bandera de Mi Inmaculado Corazón y de Su Triunfo. Vengan juntos ahora como Yo he pedido, porque tú no sabes el impacto global de Mi Corazón sobre el mundo en estos días. Por favor, acepten la Gracia que tanto deseo concederles. Estoy aquí para ser su Refugio, no tengan miedo de este Deseo. Septiembre 7 de 1993.
Guía: Nuestra Señora nos suplica que seamos Consagrados a Su Inmaculado Corazón, y a recibir y vivir un llamado que nunca antes fue hecho. Ella nos pide en este día abrir nuestros corazones y permitir que la Gracia del Cielo fluya como una corriente en cada uno de nuestros corazones. La grave naturaleza de Su Voz radica una vez más en la seriedad de todos los Deseos de Dios para hacerlos conocidos hoy. Este llamado es de tal magnitud que nosotros no podemos medirlo. Ella nos habla de la importancia de estos tiempos. Nosotros estamos a punto de recibir la Gracia de Dios como nunca antes, y sin embargo el tiempo de gracia en que estamos ya es de una dimensión extraordinaria. Ella pide que unamos nuestros corazones al de Ella sin vacilación, reservas o dispensas; que nos abandonemos a Ella totalmente. A pesar de todo lo que Ella le ha dado al mundo en el curso de los siglos, pero más especialmente en el curso de nuestra vida, nosotros continuamos creyendo firmemente que nuestros corazones están mejor cuidados por nosotros mismos.
Dirección: Tanto como nuestro pobre y frágil corazón sea capaz, estamos llamados a buscar los Deseos de Dios que serán realizados a través de nuestra Consagración. ¿A cuál altura está nuestra alma llamada a volar? Estamos invitados al Reino de una Coronación Celestial, y por lo tanto debemos prometer primero nuestros corazones a Su Sagrado Abrazo. Debemos abandonar nuestras almas para que sean adornadas, tanto con penas como con alegrías. Se nos pide que relevemos nuestros deseos y que resistamos a nuestra voluntad, para que podamos estar vacíos para después ser llenados con Su Mandato. En la diaria aplicación de nuestra Consagración debemos encontrar un crecimiento de Virtudes y Gracias. -La marca del alma virgen que le pertenece a Su Toque Majestuoso-.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Consume mi alma en Dios a través de Tu Abrazo Maternal. Concédeme a través de la meditación que la virtud pueda fomentar y guiarme a una imitación de su estado de gracia. Enciende mi corazón cada día para comprender más profundamente este Divino Plan de Dios. Cultiva en las profundidades de mi ser el anhelo de verdad y justicia. Levanta la consciencia de mi alma a las alturas que Dios ha juzgado para Su descanso. Anímame, querida Madre, a pertenecer al Cielo y permanecer con mis pies por encima del mundo sin tocarlo. Amén.
«Tu palabra es antorcha de mis pasos y luz en mi camino.»
(Salmo 119, 105)
- Concluye El Día 23 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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24º Día
«Queridos hijos, el regalo más grande que ustedes puedan ofrecerme es la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. Es a través de este regalo de ustedes, que Yo puedo ofrecerle este regalo a Él.
Decirle ‘Sí’ a Dios es la contestación de todos sus ruegos a Él, porque cuando ustedes digan esta palabra con toda sinceridad, se volverá contra sus naturalezas preguntar: -‘¿Por qué?, de Su Santa Voluntad’. La respuesta de ustedes debe ser: -‘¿Cómo?’. Y entonces Dios puede revelar la solución a cada problema.
Imitar Mi Inmaculado Corazón es seguir Su Sagrada Voluntad y desear cumplir cada deseo de Su Sagrado Corazón. Reflejar Mi Corazón es volverse lleno de Gracia, practicar la virtud, y mantenerse en estado de pureza.
Entréguenme sus corazones y Yo les prometo darles todas las Gracias que Dios Me ha otorgado a Mí. Además, esto significa dejar sus corazones a Mi cuidado eterno. El «Sí» que Dios desea es el «Sí» de la eternidad. Por tanto, hijos Míos, éste debe ser renovado cada día. Vayan ahora y díganle a todos de los regalos que Yo deseo invitarlos a recibir.» Septiembre 8 de 1993.
Guía: Debemos recordar dejar nuestros corazones al cuidado Maternal de Nuestra Madre. Nosotros no conocemos la magnitud de Su Victorioso Corazón Inmaculado. Estamos invitados a una celebración de increíbles proporciones; una conquista de corazones con una dimensión imposible de medir. Esta coalición formada entre el Inmaculado Corazón de María y nuestro corazón es una que trae a ambos regocijo y tribulación. Nuestra Señora pide mucho del alma que tiene la alianza con Ella. Por medio de nosotros lograremos el cumplimiento a las súplicas de Dios Padre. Debemos comenzar a preguntar «¿Cómo?» en todo lo que Él pida. En nuestra Consagración descartamos la necesidad de preguntar «¿Por qué?» a Él. Es la profundidad de nuestra sinceridad lo que nos permite abrir más nuestros corazones para comprender la Santa Voluntad de Dios. Debemos someternos con alegría de convertirnos en el reflejo de este Corazón Majestuoso.
Dirección: Consuélate en los sufrimientos de las pruebas de tu Consagración. Con la esperanza del Paraíso, aceptamos nuestras cruces con paciencia para que nuestros sufrimientos puedan ser meritorios. Para ganar el Cielo toda labor en la Tierra es pequeña. Sería poco sufrir todas las penas de la Tierra por el disfrute de un solo momento en el Cielo. Cuánto más debemos abrazar las cruces que Dios nos manda, sabiendo que los cortos sufrimientos aquí nos ganarán una felicidad eterna. No debemos sentir tristeza, sino consuelo de Espíritu, cuando Dios nos manda las pruebas aquí abajo. Los que pasan a la eternidad con los más grandes méritos, recibirán los más grandes premios. A cuenta de esto, Dios nos manda tribulación. Las virtudes, que son las fuentes del mérito, son practicadas solamente con hechos. Los que tienen más frecuentes ocasiones de pruebas hacen más actos de paciencia; los que son insultados tienen mayores oportunidades de practicar la humildad. Benditas las almas que sufren la aflicción con paz, pues ellas, por estos méritos, recibirán la corona de la gloria. Ellas son las almas que ganarán el cetro de Virtud y la corona de Pureza. El Triunfo del Inmaculado Corazón de María garantiza todos los méritos del Cielo, porque verdaderamente traerá las pruebas para así ganar la Gracia.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Ruego tener fuerzas para sobrellavar las aflicciones con las cuales Dios probará mi amor. Que los méritos del Cielo permanezcan imbuidos en mi mente y que la llama del Amor Sagrado permita a mi alma alcanzar la gloria eterna. Envía Tus Ángeles, Madre querida, para proteger y cosechar este corazón consagrado. Me abandono a Tu cuidado compasivo; sólo deseo ser Tu hijo (a). Guarda mi espíritu bajo Tu Manto de protección. Ayúdame, Virgen Santísima, a buscar auxilio y refugio en Ti.
«Es verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida presente
no se puede comparar con la gloria que ha de manifestarse
después en nosotros.» (Romanos 8, 18)
- Concluye el Día 24 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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25º Día
«Queridos hijos, vengo a llamarlos a la conversión en una forma muy especial. Los invito a consagraros a Mi Inmaculado Corazón en la Fiesta de Mi Anunciación, para que nosotros, los laicos, podamos glorificar a Mi Hijo en la forma más preciosa. Fue Él, el primero en escoger Mi Corazón para ser manifestado, y ahora Él los invita a ustedes a hacer lo mismo. Vengan a encontrarlo a Él, donde tocó por primera vez la carne de la humanidad. Aquí, donde la Sangre de Mi Corazón se convirtió en Su Presencia en Mi Vientre. Es en el centro de Mi Corazón donde Él los espera. Justo como en el momento antes de hacerse Carne.
Vengan a este Refugio para que Yo también pueda tomar a cada uno de ustedes en Mi Vientre para convertirme en tu Madre, y entonces tú serás Mi precioso hijo. Es aquí, dentro de Mi Inmaculado Corazón, a donde Yo te llamo.» Septiembre 9 de 1993.
Guía: Dios le ha confiado a Nuestra Señora el mantenimiento, administración y distribución de todas las Gracias del Cielo, para que así todas Sus gracias y regalos pasen a través de Sus Manos. Nuestra Señora regala a quien Ella desea, cuando Ella quiere, en la forma que Ella quiere, y tanto como quiere las Gracias de Dios, las Virtudes de Su Hijo y los Regalos del Espíritu Santo. Por naturaleza un niño debe tener un padre y una madre. Esto es también cierto en el ámbito de la naturaleza Divina. Un hijo de Dios lo recibe a Él como Padre, y le es dada la Santísima Virgen como Madre.
Como María le dio Carne a Jesús, el Rey de los elegidos, es también la respuesta de Ella a Dios formar a los miembros de estos elegidos. Quien desee ser uno con Dios también tiene que recibirla a Ella como Madre por medio de la Gracia, la cual Ella posee en su totalidad. Esto significa que Ella continúa pasando las Gracias de Dios a todos Sus hijos.
Como el Espíritu Santo es el Esposo de Nuestra Señora, Él trabaja en unión con Ella y para Ella. Su más Divino trabajo es el Verbo Encarnado, Jesucristo. El Espíritu Santo continúa formando los elegidos en Ella y por Ella en una forma divina y verdadera. Así como un hijo satisface todas sus necesidades de su madre, en la misma forma nosotros, Sus hijos, obtenemos todas las gracias de nuestra Sagrada Madre.
Dirección: Debemos buscar todo nuestro refugio dentro de Su Inmaculado Corazón, así entramos en Su Vientre y nacemos de Ella hacia la misma Luz de Cristo. Somos llevados por Su cuidado al centro de esta Luz para que nuestra senda a la santidad sea dirigida y guiada por Su tierna Protección Maternal. En nuestra Consagración le entregaremos a Ella nuestras inseguridades y debilidades, y depositamos nuestra confianza dentro de Su Inmaculado Corazón. Le debemos ofrecer a Ella nuestros corazones cada día, y así Ella puede darnos Su guía y alegría en cada obstáculo que encontremos.
Finalmente, debemos entregarnos a Ella en total abandono poniéndonos completamente a Su servicio. A cambio, Ella coloca todas nuestras obras a los pies de Su Hijo. Por lo tanto, debemos lograr todo por el Triunfo de Ella. Debemos defender Su Gloria y Sus Privilegios cuando sean atacados; acercar todas las almas a Su cuidado, y levantar la voz contra aquellos que abusan de Ella, sin esperar ninguna recompensa por nuestros pequeños servicios, excepto pertenecer al Corazón de Nuestra Madre.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Te ofrezco la disposición de mi pequeño corazón. Enséñale la virtud y construye dentro de él un alma de pureza, de simplicidad y un espíritu infantil. Dame la fortaleza, querida Madre, para convertirme en un (a) campeón (a) de Tu Triunfo; que no descanse ni un momento, ni ahorre un minuto de oración. Tómame en Tu Corazón, acaricia y anida esta alma infantil como la Tuya propia. Líbrame, Madre mía, de mí mismo (a).
«¡Llévame! Corramos tras de ti.»
(Cantar de los Cantares 1, 3)
- Concluye el Día 25 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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26º Día
«Queridos hijos, los he llamado aquí, a Mi Alcoba, para extenderles a ustedes esta agradable noticia de alegría. Les hago el llamado de los siglos. Los invito a convertirse en Mi Triunfo. Les pido solamente ir hacia adelante a compartir la Gracia que he concedido a cada uno de ustedes.
Deseo que ustedes extiendan la Devoción a Mi Inmaculado Corazón por medio de la Consagración de sus corazones. Deseo que ustedes enciendan todas las almas al regalo que ustedes mantienen. Recuerden esto: Los invito a reunirse aquí, en esta Alcoba, para crear una Unidad Celestial. -La unidad de Madre e hijo-.
Tráiganme sus corazones el Día de Mi Fiesta, el 25 de Marzo. Vengan juntos ecuménica, universal y globalmente. Eleven sus peticiones para el cumplimiento de Mi Triunfo como nunca antes. Yo estaré con ustedes. Vendré a recibirlos dentro de Mi Inmaculado Corazón. Concédanme Mi ardiente deseo, queridos hijos.» Septiembre 11 de 1993.
Guía: Nuestra Señora fue creada para Dios solamente y nunca ha conservado nada para Ella misma. Ella Le presenta y Le da todo a Dios uniéndose a Él, con mucha más perfección que el alma que está unida a Ella. Nuestra Señora es el Eco de Dios. A través de Su Corazón, nosotros seremos llevados a Su Hijo, y a través de Él a Dios Padre, y al final nosotros habremos encontrado la salvación eterna.
María le da vida al alma, así como Ella le dio la vida a Jesús. Ella es Mediadora con las almas puras de corazón e intenciones, y les da la razón de ser y fructificar en las Virtudes con que Ella misma fue adornada. Nuestra mente será iluminada por Su Fe pura; el corazón es profundizado por Su Humildad, inflamado por Su Caridad, hecho limpio por Su Pureza, y hecho noble y grandioso por Su constante Abrazo Maternal. Estos son los frutos de nuestra Consagración a Su Inmaculado Corazón.
Dirección: Debemos acercarnos a Nuestra Señora con un corazón lleno de agradecimiento por las intensas e inmensas gracias y regalos vertidos en nuestra alma por Su permanencia en nuestros corazones. La retribución más importante que recibimos de Nuestra Señora por nuestra Consagración, es que Ella nos ama con un amor inconmensurable para el criterio humano. Ella acoge y nutre el alma infantil, y conduce y dirige cada alma personalmente. La Santísima Virgen nos defiende y protege contra enemigos y contra nosotros mismos. Finalmente, Ella intercede ante Dios Padre en el Cielo, por cada alma puesta a Su cuidado. Ella las preserva, las cuida, las vigila, y retendrá en nuestro corazón la Gracia de Su Inmaculado Corazón. Nuestra Señora vive en el centro de nuestros corazones debido a la alianza de la Consagración.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Deseo presentarte mi inmutable esperanza para la conversión. Aumenta en mí el Fuego del Sagrado Amor. Envía Tus Santos Ángeles a avivar las Llamas de este Amor para que pueda embelesar mi corazón y hacer fructífera mi Consagración. Ayúdame a orar en todos los momentos, Madre querida, para que yo pueda permanecer siempre en la Presencia de Tu Santísimo Hijo. Une mi alma con el Espíritu Santo para que pueda ganar la Gracia de la evangelización e intercesión.
«Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo.»
(Lucas 1, 28)
- Concluye El Día 26 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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27º Día
«Ángel Mío, Mi Hijo le dijo a las mujeres del mundo que no derramaran sus lágrimas por Él, sino por sus hijos que vendrían. Eran ustedes, Mis hijos de esta generación, a quienes Él se refería con tanta compasión. -Hijos tan profundamente hundidos en la oscuridad, con la luz de Mi Jesús tan escondida de vuestros ojos y especialmente de vuestros corazones-.
Es a esta generación a la que llamo especialmente, para que Me represente en el mundo. No pido aumentar su devoción, sino pertenecer a Mi Inmaculado Corazón. Deseen la santidad, de tal manera que sus corazones se quemen con este ardiente deseo. Rueguen por su santificación; pidan que Mi Corazón los favorezca con las Virtudes y que dote sus almas con pureza. Cada uno de estos regalos pueden ser otorgados por vuestro deseo y aumentados con la práctica y aplicación.
Estoy dispuesta a otorgarles todo esto y a fundarlos en una preciosa Gracia, la Gracia dada por Mi Inmaculado Corazón y avivada por el Poder del Espíritu Santo. Esta Gracia es consumada en vuestra Consagración; y que ustedes puedan comprender ahora los regalos infundidos por medio de este acto.
Con vuestra Consagración a Mi Inmaculado Corazón, están respondiendo a Mi Llamado por Mi Triunfo en la forma más Divina y completa. Desde este momento en adelante, no hay nada que no podamos lograr. -Pues estamos realmente ligados por el corazón por toda la eternidad-.»Septiembre 15 de 1993.
Guía: El Espíritu Santo espera dentro del alma por la llegada de Su Esposa. Cuando Él encuentra que Su Esposa ha llegado a tomar posesión dentro de un alma, entonces Él entra en totalidad. Él se comunica con el alma tan plenamente que llega hasta el punto de encerrar a Su Esposa dentro del alma. Entonces ellos vivirán allí en armonía con todos los regalos y gracias celestiales. Ésta es la mayor contribución de la unión de Sus Corazones dentro de los nuestros por medio de la Consagración. Cuando Nuestra Señora ha plantado Sus raíces dentro del alma, Ella produce allí las maravillas de la Gracia que sólo Ella trae. Por lo tanto, cuando no existen maravillas dentro del alma, es porque el Espíritu Santo ha entrado en nosotros y no ha encontrado suficientemente unión entre nuestro corazón y el de Su Esposa.
Dirección: Por medio del deseo de santidad, Nuestra Señora puede darle a tu alma Su propia Fe, que es la mayor que puede existir en la Tierra. Ella te da confianza, porque tú no te acercarás a Dios solo (a), sino siempre con Ella. Este regalo te es dado porque tú le has dado a Ella tus méritos, gracias y necesidades e incluso tus debilidades; en cambio, Ella te dará Sus Virtudes y te rodeará de Sus propios Méritos. En esta forma tú estarás listo (a) para pedir que la Voluntad de Dios esté contigo también. Pero la razón por la que tú prosperarás en gracia y confianza es que tú ya no confiarás más en ti mismo (a). El Espíritu de Ella ocupará el lugar del tuyo, para que te regocijes en Dios. ¡Qué transformación ocurrirá al momento de nuestra Consagración, en los humildes lugares donde la Presencia del Espíritu Santo descansará!
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Ruego por mi causa a Tu Corazón Maternal. Forma en mí un corazón de invencible Fe, profunda Humildad, Oración ardiente, firme Esperanza, y Caridad viva para que esta mi Consagración, pueda ser fructífera. Reina de los Corazones, ven a reclamar mi corazón; trae Contigo a Tu Esposo, el Espíritu Santo, para que Ustedes puedan morar juntos para siempre en sus profundidades.
«Celebra todo mi ser la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva.»
(Lucas 1, 46)
- Concluye el Día 27 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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28º Día
«Ángel Mío, ten conocimiento que Yo tengo grandes expectativas de estos días. Ten la seguridad de que Yo permanezco contigo. Te pido que traigas a la luz la importancia de los Deseos de Dios por la Consagración. Espero traer la Luz de las Gracias sobre Mis hijos de esta forma. Por medio de un corazón abierto, puede el mundo convertirse en un paraíso interior y exteriormente.
Yo vengo a traerle al mundo regocijo, consuelo y una advertencia, con cariño. Quédate Conmigo, Mi querido ángel, permite que Mi Corazón brille en el mundo en ti, y a través de ti. Que la Paz de Mi Hijo esté contigo.» Septiembre 18 de 1993.
Guía: Fue por medio de Nuestra Señora como la Salvación del mundo comenzó, y es a través de Ella que será consumada. La Santísima Virgen nos ha sido revelada y dada a conocer por el Espíritu Santo, a fin de que a través de Ella, Jesús pueda ser conocido y amado. Ahora, en estos últimos tiempos, Dios desea que conozcan a Su Hija, la Obra Maestra de Su Creación. Él desea ser glorificado y alabado en Ella, y a través de Ella, por todos. Jesús vino a nosotros por el Portal del Cielo dentro de Su Vientre, y Ella debe ser reconocida a fin de que Jesús también lo sea. De modo que es por Ella que todas las almas que han de brillar, especialmente en Santidad, han de encontrar a Nuestro Señor dentro de Su Inmaculado Corazón. Nadie puede encontrar a María si no La busca. Nadie puede desearla sin conocerla. Es entonces necesario, para la mayor gloria de Dios, que cumplamos con Su profundo Deseo de honrar a Su Madre.
Dirección: Debemos buscar la Faz de Nuestra Señora cada mañana, tal como un niño busca la cara de su madre cuando se despierta; y si no la ve, comienza a llorar hasta que ella se acerca. También así debemos tratar a Nuestra Madre, María. No debemos temer llamarla a Ella cuando no estamos seguros de su paradero. Si nos sentimos solos, no debemos dudar en llamarla inmediatamente. Debemos escudriñar en busca de Su Mano, asirnos a Ella, y no soltarla jamás. Es por medio de nuestra Consagración que estaremos aptos para encontrar Su Mano en medio de la oscuridad.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Tú tienes el Poder de cambiar corazones, transforma el mío. Hazme un (a) hijo (a) digno (a) de tenerte a Ti por Madre. Fijo mi mirada de esperanza en Ti. Que pueda encontrar Tu bello Rostro cada mañana. Permíteme que por medio de mi Consagración a Ti pueda tomar Tu Mano para siempre.
«María, por su parte, observaba cuidadosamente todos
estos acontecimientos y los guardaba en su corazón.»
(Lucas 2, 19)
- Concluye el Día 28 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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29º Día
«Ángel Mío, cada alma que es consagrada a Mi Corazón Maternal, está dotada con todos los méritos de Mi Gracia Celestial; ésta te es dada sin ninguna restricción, pues te has convertido en el cumplimiento de Mi Triunfo. Tú eres Mi donativo de salvación. Tú eres, al final, el testigo del Sagrado Corazón de Mi Hijo y la manifestación de Su Amor y Misericordia, por tu participación y aplicación en tu Consagración a Mi Triunfante Corazón Inmaculado. Esto es lo que Yo deseo que tú viertas sobre tu corazón, que permitas que la Luz de Mi Hijo sea más conocida, y Yo más amada. Éste es Su más caro Deseo que Yo anhelo ver cumplido.» Septiembre 19 de 1993.
Guía: En estos últimos tiempos, Nuestra Señora resplandecerá, como nunca antes, en Misericordia, Poder y Gracia. En Misericordia, para traer de regreso y amorosamente recibir a los pobres pecadores, y para traer conversión, consagración y renovación a la Santa Iglesia. En Poder, Ella viene a traer un ejército potente contra la guerra levantada por Satanás, quien alzará una rebelión contra Dios. En Gracia, Ella resplandecerá en Gracia, para sostener a Sus valientes soldados que combaten por Su Triunfo.
Más que todo, Nuestra Señora viene a hacer la guerra contra el demonio, porque él levantará una cruel persecución y pondrá terribles trampas en la senda a la santidad. Está escrito que en la gloria final del Triunfo, «Haré que haya enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la Suya.» (Génesis 3, 15). Ella aplastará la cabeza del demonio con Su Talón; esta enemistad es entre María y Satanás. Es en esta batalla final que nos uniremos para proclamarla a Ella nuestra Reina «El Triunfo de Su Inmaculado Corazón». Este triunfo comienza dentro de nuestros corazones donde, por tanto tiempo, han estado dormidos.
Dirección: Nuestra Señora es manifestada al mundo por medio de nuestra Consagración. Es así como estamos aptos para reflejar Su Gracia a toda la gente. Estamos llamados a ser los faros de Verdad en la batalla por Su Triunfo. Ésta es una guerra hecha contra los hijos de María. Lo que Satanás ha perdido por su orgullo, María lo ha ganado por Su Humildad. Lo que ha sido perdido por desobediencia, Nuestra Señora lo ha ganado por Su completa Sumisión y Abandono a la Voluntad de Dios.
Con el pecado original el Paraíso que Dios creó fue perdido, pero María, siendo una Sierva fiel, ha venido a salvar a Sus hijos. Estos hijos, que son también siervos junto con Ella, han consagrado todos los corazones ganados por Ella para el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Así es como esta batalla es establecida entre los hijos de la Luz y ésos de la oscuridad. Es ésta la persecución que nosotros sentiremos más que nunca. Debemos recordar que el espíritu humilde siempre vencerá sobre el orgullo.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Manifiesta en mí la gloria de Tu Triunfo. Fortaléceme en la batalla, porque verdaderamente es ésta la más fiera conocida por la humanidad. Consígueme total abandono en mi Consagración. Vísteme con la orden de batalla de la Virtud, y con la espada de la Verdad como bandera de Tu Triunfo.
Anímame, por medio de la convicción, a sostener los valores y la moral enseñados en los mensajes del Evangelio. Fortifícame en mi plaza fuerte con la oración, para que pueda encontrar una invencible unidad Contigo y Tu Esposo. Realza mi alma con la Gracia para soportar la persecución y las pruebas que vendrán, para que pueda regocijarme en la gloria de Tu Victoria Triunfante.
«En adelante todos los hombres dirán que soy feliz.
En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas
para mí.» (Lucas 1, 48-49)
- Concluye el Día 29 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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30º Día
«Ángel Mío, mira las oportunidades que se te han concedido en el mundo para propagar el Llamado a la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. No permitas que ninguno se te escape. Muchos esperan hoy recibir y crecer en este Llamado. Te digo que éste es el llamado a la Santidad en estos días; es la Gracia de renovación y transformación, en formas igualmente personal y universal.
Mi Triunfo será sentido en ambas formas: Interna y externamente en la Iglesia. La restauración de la Verdad del Mensaje de Salvación de Mi Hijo está en camino y ningún rincón del globo quedará sin ser tocado por Su Gracia y Justicia.
Trata de recordar e iluminar a todos los que actualmente pertenecen a esta Misión, la importancia y urgencia que Yo pongo en su cumplimiento. No tengan un momento de duda de cómo todo va a ocurrir, sino solamente escuchen cuidadosamente y respondan inmediatamente a todo lo que se les pida ahora. Te aseguro que la Tierra temblará ante la Fuerza que el Cielo lanzará sobre ella.
Muy pronto el encuentro de la batalla será visto en las calles y en el Cielo. Ningún corazón permanecerá solo. -Serán tomados por Mi Inmaculado Corazón o asidos por Satanás-. Aquí están las dos verdaderas selecciones: El alma será protegida por la Gracia o arrebatada por el demonio. Consideren esto seriamente, todos los que oigan Mi Corazón.» Septiembre 22 de 1993.
Guía: Dios desea que Su Madre pueda ser más conocida y amada. Todos Sus hijos conocerán Su Grandeza y consagrarán sus corazones a Ella. Ellos experimentarán Su bondadoso y maternal Abrazo; Su Misericordia, de la cual Ella está llena, y la necesidad que tienen de Su ayuda. Ellos vendrán a pedirle recurso a Ella en todo. Su Cohorte serán los apóstoles de los tiempos modernos. Ellos serán ministros para el Triunfo, quienes, como fuego ardiente, encenderán el Fuego del Divino Amor en todas partes.
Nuestra Señora penetrará los corazones de los enemigos con el fuego de estos corazones consagrados, Ellos serán los truenos que llenan los Cielos. Estos corazones se separarán de todo, y al no ser distraídos por nada, regarán sobre el mundo la lluvia de la Verdad y del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
Estamos llamados a convertirnos en soldados de Su poderoso Ejército del Triunfo. Nuestra Consagración nos unirá para enfrentar esta guerra final, de proporciones que no podemos comprender.
Dirección: Seremos los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos; es decir, el ejército al cual el Señor le dará Su Espada de la Verdad, y que traerá las maravillas de la Consagración a todos los que esperan con corazones anhelantes. Ellos no tendrán dinero, ni posesiones, pero también tendrán cuidados.
Se encontrarán en medio de los Sacerdotes escogidos para dirigir esta Fuerza del Espíritu Santo. Tendrán las alas de la Pureza y la llama para la salvación de las almas e irán a donde el Espíritu Santo los llame. No predicarán más que el oro de la Caridad, y traerán el Amor de Dios y la Ternura de la Santísima Virgen a todos los que lo deseen.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Guíame en la batalla. Hazme un (a) verdadero (a) apóstol de Tu Triunfo. Pon mi corazón en la fila de Tu escogida Cohorte, al servicio de Tu Hijo en forma especial. Mándame hacia el mundo para que pueda ganar para Ti, aunque sea un corazón para presentárselo a Dios Padre como Tu donación de salvación. Une mi consagrado corazón con aquellos que Tú has escogido para guiar esta fuerza de Verdad.
Ayúdame, Madre querida, a no vacilar un momento, sino a permanecer fuerte, convencido (a) y comprometido (a) con Tu Triunfo.
«Entonces se le apreció un Ángel del Cielo
que venía a animarlo.» (Lucas 22, 43)
- Concluye el Día 30 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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31º Día
«Ángel Mío, te he pedido traer reconocimiento de la Consagración a Mi Inmaculado Corazón en todas las formas. Deseo proteger y guiar a todos aquellos que trabajan diligente-mente para este Llamado. Son estas almas las que ganarán gran favor ante los Ojos de Dios.
Permíteme ayudarte a contemplar la magnitud de los Deseos de Dios Padre. Él desea tener todos los corazones unidos al de Él, por medio Mío. -Porque es en Mi Corazón por el cual Él vendrá a ellos-. Es Su Amor por Mí que crea esta Gracia para las almas. Él desea grandemente compartir la riqueza del Cielo con todas las almas, y es por este medio como Él desea compartir Mi Corazón con ellos también.
El tiempo se hace corto, Mi ángel, haz un llamado a todos para que estén preparados para el gran Don del Cielo por la Consagración a Mi Inmaculado Corazón. Vengan juntos para que Yo pueda enseñarles a todos su importancia, y otorgar Mi Gracia sobre los líderes que contendrán el regalo de Mi Corazón y el Poder del Espíritu Santo. Que por medio de estos regalos, ellos pueden evangelizar las multitudes, y que nosotros, todos juntos, podamos cumplir el más ardiente Deseo de Dios. Te digo, querido ángel, que solemnemente solicito que le des tu completa confianza y atención a este asunto.» Septiembre 23 de 1993.
Guía: En una palabra, sabemos que los apóstoles de estos tiempos serán verdaderos discípulos de Cristo. Ellos vienen a enseñar el mensaje del Evangelio en toda su verdad, sin compromisos. Les enseñaremos la vía angosta de la Verdad pura, según el Evangelio, y no la mala representación del mundo. Cargarán la Cruz en sus hombros y llevarán el Rosario en sus manos. Imbuidos en sus corazones está el Nombre de María y el Reflejo de Cristo en sus ojos. Éste es el gran ejército que Ella está cosechando, pero es Nuestra Señora quien, a petición de Dios Padre, los forjará para el propósito de crear la Unidad por la Gracia Divina, por medio de la Consagración a Su Inmaculado Corazón.
Dirección: Aquellos que han oído el Llamado a esta Misión, encontrarán que la llama arde tan brillante dentro de sus corazones que nada puede extinguirla y nada puede calmarla, excepto el calor y el abrazo del Corazón de Nuestra Señora.
Nosotros somos escogidos para estar a Su servicio para la batalla más importante de todos los tiempos. La batalla ha comenzado, las señales son evidentes dentro del mundo. Cada día, continuamos la pelea por Su Victoria. Por el Don de la Cruz, seremos fortalecidos y fortificados con su peso. Al final nosotros también estaremos llenos de regocijo en el momento de la resurrección. Al final de la carrera, cuando inclinemos la cabeza para recibir la corona de la victoria, encontraremos que la Luz que ha guiado nuestro camino, fue el Corazón de Nuestra Madre. Ella graciosamente dirigió nuestra alma por una senda que ningún hombre podía conocer; las trampas y lazos echados delante de nosotros, sólo Ella lo sabía y veía. Nuestra Consagración es nuestra garantía de Victoria al final.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Recógenos dentro de Tu Manto de Protección. -Dentro del Refugio de Tu Inmaculado Corazón-. Ayúdame a conocer mi lugar en el Plan Divino de Dios.
«Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la verdad.
Todo hombre que está de parte de la verdad,
escucha mi voz.» (Juan 18, 37)
- Concluye El Día 31 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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32º Día
«Ángel Mío, vengo en estos días a darte todo lo que será necesario para cumplir todos los requisitos de Dios. Por Mi intenso Amor, Mi Corazón le es dado al mundo. A través de Mi Inmaculado Corazón, esta segunda Gracia puede descender hoy sobre la humanidad. De la misma manera que Él vino de Mi Vientre como el Caballero de Salvación para el mundo, así Él desea traer Su Tierno y Amoroso Corazón una vez más a Sus hijos. Él ha decidido entregar Su Sagrado Corazón otra vez, por medio de Mi Inmaculado Corazón.
Por lo tanto, tú ves, ángel Mío, lo importante que es cada corazón consagrado a Mi Triunfo porque, a través de Mi Corazón, ellos encontrarán el de Él, de una manera muy profunda.
Pido que este Llamado sea dado a todos los corazones para que esta inmensa Gracia Celestial pueda derretirlos y moldearlos a la imitación de Mi Inmaculado Corazón. Así, en esta forma, y sólo en esta forma, podrán ellos ser traídos al Portal del Cielo y regresados otra vez donde Dios siempre ha deseado que ellos descansen en Su Luz.» Septiembre 29 de 1993.
Guía: De la Cohorte que le pertenece a Nuestra Señora, vendrán los santos y los ejemplos para el futuro. Ésos serán aquellos que han fundado el Triunfo de Su Inmaculado Corazón y han sido probados a fuego. Estas grandes almas serán aquellas llenas de celo y llenas de gracia. Éstas serán escogidas para competir contra los enemigos de Dios. Esta batalla se enfurecerá a su alrededor y ellos permanecerán singularmente concentrados en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
Ellos serán iluminados por Su Luz, fortalecidos por Su Mano, guiados por Su Espíritu, soportados por Su Brazo, y acogidos bajo Su Manto de Protección. Con sus palabras y ejemplos, ellos atraerán al mundo entero al Inmaculado Corazón de María. Ellos se harán de muchos enemigos, pero también traerán victorias y gloria a Dios. Éstos son los apóstoles del Triunfo unidos al Corazón de Nuestra Señora por la Consagración.
Dirección: La Devoción a Nuestra Señora es necesaria para todo el mundo, para conseguir su salvación; es aún más importante para aquellos que aceptan el llamado a la perfección. No es posible adquirir una íntima unión con Dios y con el Espíritu Santo sin una sincera unión con Nuestra Señora. Esta unión conlleva una gran dependencia a Su buena voluntad e instintos maternales. Es el Corazón de Nuestra Señora el que gana el acceso a la Puerta del estrecho camino al Cielo.
Nuestra Consagración nos llama al escondido mundo del Vientre de Nuestra Madre, María; que está lleno de todos los Misterios del Cielo, esperando ser dispensados a todos los humildes de corazón. Nosotros, llamados a ser elegidos, somos convocados a este Paraíso secreto dentro de la Santísima Virgen.
Es desde este Reino Místico donde nosotros seremos transformados y moldeados conforme la Imagen perfecta de Dios. Nos convertimos en ejemplo de unidad, conversión y santidad.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Dale a mi alma la perfección a la que he sido llamada. Concede a mi alma la habilidad que se requiere para permanecer en el llamado a la santidad. Escóndeme en Tu Vientre, querida Madre, consagrado (a) como Tuyo (a) propio (a). Tráeme iluminación para la tarea que estoy llamado (a) a realizar. Mándame a los campos a recoger la cosecha de Tu Triunfo: Todas las almas que anhelan Tu Abrazo.
«Apareció en el Cielo una señal grandiosa:
una mujer vestida de sol.» (Apocalipsis 12, 1)
- Concluye El Día 32 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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33º Día
«Ángel Mío, deseo pedirles a todos Mis hijos, antes de que comiencen el Acto de la Consagración, antes de la primera palabra de promesa de sus corazones, que deben examinar su motivo interior. La unión de nuestros corazones está hecha de puro obsequio de Amor. Si no encuentran que éste es el motivo, el alma debe detenerse, retroceder, y comenzar solamente cuando esté invadida de un irresistible amor por Mi Inmaculado Corazón.»
-Madre, ¿es nuestra Consagración un Acto de Amor solamente?
«Éste es un verdadero Acto de Consagración. Un intercambio de corazones es una total entrega a Mi Amor, y de Mi Amor hacia ti. El Amor es el único regalo del Padre; con el Amor viene todo lo demás. Tú no puedes florecer en este Acto sin la base del amor.»
-Comprendo, Madre.
«Ángel Mío, con esto grabado en el centro de tu corazón, estaré en condiciones de traer a cada corazón a la senda de Mi Hijo.»
-Madre, ¿por esta única razón es que Tú deseas que el alma se dirija a Ti?
«Sí, Mi ángel, Yo comienzo hoy a preparar la actitud de los corazones que van a ser consagrados.» Marzo 3 de 1993.
Guía: El propósito total de todo es traer cada alma a su estado original ante Dios, sin pecado, como Él las creó en un principio. Si el enfoque del Cielo es traer a las almas de regreso dentro de la perfección para la cual fue creada, la Consagración debe ser realizada como un Acto para el mismo propósito. El Plan inicial de Dios Padre, al enviar a Su Hijo sobre la Tierra, fue el de llevar a todas las almas a su estado original; entonces cada acto cualquiera que pidiera debía ser por la misma razón. La Consagración, por lo tanto, debía tener todas las cualidades redentoras que estarían presentes dentro de Nuestra Señora. Éste es el camino que le permite a Ella realizar Su Misión como Corredentora y, en unión con Jesús, trae las cualidades redentoras de Él, en el verdadero propósito de la Consagración.
Dirección: En todas nuestras acciones para complacer a Dios encontraremos estas señales por las que podemos conocer si realmente lo hemos hecho sólo por Dios:
Primero: Si cuando tu trabajo no ha tenido éxito, tú no estás molesto (a), sino que permaneces tan tranquilo (a) como si hubieras alcanzado tu meta.
Segundo: Te regocijas en las cosas buenas hechas por otros como si hubieran sido hechas por ti mismo (a). El alma que busca nada más que la Divina Voluntad de Dios no le importa si ha sido hecho por otro o por uno mismo.
Tercero: Si no deseas un trabajo más que otro, porque estás contento con el que te asignan.
Cuarto: Si realizas un buen trabajo, no deseas gracias o reconocimiento sino que permaneces con la misma tranquilidad de mente, aún cuando seas maltratado (a), satisfecho (a) porque le has dado alegría a Dios.
Quinto: Si tu trabajo es interrumpido en un momento dado, no te molestas. Es por medio de estas guías como podrás darle paz a tu alma y traer la mayor gloria a Dios.
Meditación: ¡Oh, Inmaculado Corazón de María! Concede a mi alma en esta Consagración a través de Ti, las Gracias para conservar la paz y la tranquilidad en todas mis acciones. No permitas que mis propios deseos nublen las riquezas de Tu cosecha. Ruego que nunca busque mis propios fines en mis tareas, sino conseguir el cumplimiento de Tu Triunfo.
Dale a mi alma la Gracia de aceptar mi trabajo y de completarlo por amor a Él. En mi «Sí» le doy a Él todo mi pasado, presente y futuro, alegrías y tristezas, oraciones y sacrificios, todo lo que soy, y todo lo que el Padre moldeará en mí.
«También sabemos que Dios dispone todas las cosas
para bien de los que lo aman.» (Romanos 8, 28)
- Concluye El Día 33 con el rezo del Rosario de Las Virtudes.
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