2-21-22
Hija Mía, yo les digo a Mis hijos que su tiempo en la tierra no debe ser desperdiciado. Cada día, cada hora, estás aquí para edificar el reino de los cielos. Deja que tu tiempo en esta tierra sea fructífero. Deja que tu trabajo se haga en Mi Nombre. Vive, vive tu vocación. Cuando estén casados, honren a su cónyuge siendo fructíferos en su matrimonio, siempre esforzándose en oración y santidad para traerse el uno al otro al cielo. Sus hijos son tesoros de Mi Reino. También son amados, nutridos y atendidos como lo hace un agricultor con su cultivo. Ustedes son llamados como madre y padre a hablar a sus hijos con paciencia y amor, porque cada uno es una obra maestra tejida de Mi Padre celestial. Enseñe a sus hijos y formen como jóvenes discípulos a salir al mundo como testigo y ejemplo del Mensaje del Evangelio.
Les digo a Mis Sacerdotes, Mis Hijos Escogidos, que están llamados a unir a Mis Hijos en la Misa. Es el tiempo en que el cielo y la tierra están unidos. Cada vez que consagran el pan y el vino en Mi Cuerpo y Sangre, están trayendo a través de sus manos a todos los que están reunidos en la esfera del cielo. Cada misa que se dice, cada vez que Mis Hijos vienen ante Mí en Adoración, entran en la esfera del cielo. Es hora de convocar a sus hijos y unirlos con la verdad, porque Yo Soy Jesús.
Mis Hijos Escogidos, están entrando en un tiempo en el que sus vocaciones serán probadas, cuando parecerá que todo está perdido en Mi Iglesia. Estad cerca de Mi Madre y seréis guiados siempre como su hijo a su gran triunfo. Cuando parezca que no hay mañana, no perdáis vuestra fe porque viene una gran victoria. Este es su calvario, Hijos Míos. Aquellos con verdaderas manos consagradas deben llevar la cruz porque ustedes son Mis Manos y Pies en esta tierra.
Ahora salgan, hijos Míos, porque este mundo está cambiando en un abrir y cerrar de ojos y es a través de ustedes que muchas almas serán salvadas. Ahora salgan, porque Yo Soy Jesús y estén en paz, porque Mi Misericordia y Justicia prevalecerán.