Dios el Padre para Gisella Cardia el 10 de marzo de 2022
Yo, vuestro Padre, estoy aquí para recordaros que los amo a todos. No tengas miedo; mi Hijo fue la primera persona en ser atrapada y llamada hereje por los [ante]padres de la Iglesia. [1] Entonces, ¿qué es lo que temes? No tengas miedo. Él ha vencido a la muerte y yo estaré contigo siempre. ¿Por qué no entiendes? Porque la humanidad no entiende que los amo a todos, y como Padre, siento el deber de estar a su lado, protegiéndolos. Como tu Padre, te protegeré ante todos aquellos que te llamarán herejes. No te preocupes. Vea ahora cómo todo colapsará. Tu refugio estará listo para ese momento. Estoy arreglando todo para que cuando María Santísima te diga que es hora de ir, vayas a la Cruz Azul (la bendita colina de Trevignano Romano), y allí nunca serás tocado, porque yo personalmente he santificado ese lugar. No te preocupes; deja ir las cosas humanas y ten fe, todo se cumplirá de acuerdo con Mi plan. Los ángeles, en el lugar bendecido por Mí, los protegerán y los harán seguros; te harán invisible y no te dejaré sin nada. Soy un buen Padre, pero soy un Padre justo. Los amo, hijos Míos, los amo tanto: no tengan miedo, no teman, todo lo que tendrán será solo por Mi gracia. Os dejo ahora. Tu padre. Amén.
¿Por qué promete el Padre refugios para Su pueblo en esta tribulación presente y venidera? ¿Qué hace que este período de angustia sea diferente del pasado?
La respuesta es la naturaleza global de lo que está sucediendo. Con un estado de vigilancia de gran alcance, que a través de satélites, puede monitorear cada centímetro cuadrado de la tierra …[2] a la agenda globalista, que no es más que una nueva forma de comunismo que está acorralando a cada persona en el planeta,[3] toda la tierra está bajo la opresión de esta «bestia». Y de ello, San Juan escribió:
¿Quién puede compararse con la bestia o quién puede luchar contra ella? (Apocalipsis 13:4)
En las visiones de la noche vi una cuarta bestia, aterradora, horrible y de extraordinaria fuerza; tenía grandes dientes de hierro con los que devoraba y aplastaba, y pisoteaba con sus pies lo que quedaba. Se diferenciaba de las bestias que lo precedieron. Tenía diez cuernos. (Daniel 7:7)
En otras palabras, sin la providencia de Dios, la Iglesia desaparecería por completo. La idea de «refugios» o soledades también aparece en la Tradición, comenzando con las propias Escrituras:
El rey envió mensajeros … prohibir holocaustos, sacrificios y libaciones en el santuario… Muchas de las personas, las que abandonaron la ley, se unieron a ellos y cometieron el mal en la tierra. Israel fue llevado a la clandestinidad, dondequiera que se pudieran encontrar lugares de refugio. (1 Macc 1:44-53)
De hecho, el Padre lactancio de la Iglesia Primitiva previó refugios en un futuro tiempo de anarquía:
Ese será el tiempo en que la justicia será expulsada, y la inocencia será odiada; en el que los malvados se aprovecharán de los buenos como enemigos; ni la ley, ni el orden, ni la disciplina militar serán preservados… todas las cosas serán confundidas y mezcladas contra el derecho y contra las leyes de la naturaleza. Así, la tierra será arrasada, como por un robo común. Cuando estas cosas sucedan así, entonces los justos y los seguidores de la verdad se separarán de los impíos y huirán a las soledades. —Lactancio, Los Institutos Divinos, Libro VII, cap. 17
Por supuesto, algunos podrían argumentar que esconderse es diferente a la provisión de Dios de un refugio real. Sin embargo, San Francisco de Sales afirma que habrá lugares providenciales de protección durante las persecuciones del Anticristo:
La revuelta [revolución] y la separación deben venir… el Sacrificio cesará y… el Hijo del Hombre difícilmente encontrará fe en la tierra… Todos estos pasajes son entendidos de la aflicción que el Anticristo causará en la Iglesia… Pero la Iglesia… no fallará, y será alimentada y preservada en medio de los desiertos y soledades a los que se retirará, como dice la Escritura, (Apoc. Cap. 12). —San Francisco de Sales, La Misión de la Iglesia, cap. X, n.5
A la mujer se le dieron las dos alas del gran águila, para que pudiera volar a su lugar en el desierto, donde, lejos de la serpiente, fue atendida durante un año, dos años y medio año. (Apocalipsis 12:14)
El lugar preeminente de refugio, dado a nosotros por Dios, está en el Inmaculado Corazón de María.
Mi Inmaculado Corazón será vuestro refugio y el camino que os conducirá a Dios. —Nuestra Señora de Fátima, 13 de junio de 1917, La revelación de los dos corazones en los tiempos modernos, www.ewtn.com
Mi Madre es el Arca de Noé… —Jesús a Elizabeth Kindelmann, La llama del amor, p. 109; Imprimatur del Arzobispo Charles Chaput
Y Nuestra Señora es el icono y modelo de vivir en la Divina Voluntad a través de su propio fiat, y la encargada de conducirnos a este Reino de la Divina Voluntad. [4]
La justicia divina impone castigos, pero ni estos ni los enemigos [de Dios] se acercan a esas almas que viven en la Divina Voluntad… Sepan que tendré consideración por las almas que viven en Mi Voluntad, y por los lugares donde residen estas almas… Yo coloco a las almas que viven completamente en Mi Voluntad en la tierra, en la misma condición que los bienaventurados [en el Cielo]. Por lo tanto, vivan en Mi Voluntad y no teman nada. —Jesús a la Sierva de Dios Luisa Piccarreta, Volumen 11, 18 de mayo de 1915
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Moral y Luces 