Nuestra Señora a Luz de María de Bonilla el 24 de febrero de 2022

Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón: Los guardo dentro de mi vientre materno, arca de salvación. Mis amados: Ustedes están protegidos por el amor misericordioso de mi Hijo. En este momento los corazones de Mis hijos están latiendo apresuradamente, sabiendo que el sonido de los tambores de guerra se ha detenido, y en su lugar, están escuchando el rugido de las explosiones de armas.
Nosotros, mi Hijo y esta Madre, estamos de luto por el sufrimiento de aquellos que están experimentando lo que se extenderá al resto del mundo. Pueblo de mi Hijo, no os retiréis; ofrece todo lo que está a tu alcance para toda la humanidad. Las garras del diablo están acelerando el sufrimiento del mundo y la llegada del Anticristo (Cf. I Jn 2, 18-22). [1] Lo que están experimentando es la estrategia del mal para dividir a la humanidad. Ofrecer la Sagrada Eucaristía por la humanidad. Como Pueblo de mi Hijo, no dejéis de orar, de ofrecer, de amar la Divina Voluntad, de seguir el verdadero Magisterio de la Iglesia de mi Hijo y de ser criaturas del bien. Hijos amados: Prepárense y ofrézcanse de inmediato… Vayan a la Celebración Eucarística, ofrezcan su recepción la Sagrada Eucaristía en estado de gracia para aquellos que están sufriendo la embestida de los intereses egoístas de dos poderes, a los que se unirán más naciones con un deseo de poder, que es lo que prevalece en este momento. Estás viviendo tiempos muy difíciles en los que el poder de la oración te mantendrá de pie. Es imperativo que aumentes tu amor por la Santísima Trinidad para que la fe permanezca firme dentro de ti. El egoísmo ha superado todos los límites. La lujuria por el poder ha salido a la luz y se ha dado a conocer lo que los poderes contendientes estaban ocultando.
La advertencia [2] se acerca y debéis ser criaturas del bien, del amor y de la fraternidad, arrepintiéndoos de vuestros errores y comenzando una nueva vida. Nunca es demasiado tarde: no estás solo, mi Hijo te protege. Permaneced unidos, amad a mi Divino Hijo y sed fieles discípulos de mi Hijo.
Te mantengo dentro de mi vientre. Pueblo de mi Hijo, pueblo amado, los bendigo.
Ave María más pura, concebida sin pecado
Ave María más pura, concebida sin pecado
Ave María más pura, concebida sin pecado