La vida en esta Tierra cambiará ahora, Dios lo quiere

Carbonia Febrero 12, 2022 – 4:25 p.m.

La vida en esta Tierra cambiará ahora, Dios lo quiere,

¡Dios quiere abrir las puertas de la Nueva Era!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Bendito eres! … Bienaventurados vosotros, hijos míos, bienaventurados los que habéis aceptado la Palabra del Señor y seguíis sus pasos, que, dóciles como corderos, escucháis su Palabra y obedecéis en cada situación.

Serás lleno del Espíritu Santo y serás grande en la obra que Jesús te ha confiado, la obra que Jesús te ha dado. ¡Tú! Ustedes que han pasado todo este tiempo aquí en fidelidad y amor a Su Ley.

Jesús ya conocía vuestros corazones, ya sabía de este resultado, de esta obediencia que vosotros le traeréis a Él.

Dios necesita hombres fieles, hombres justos, hombres que realmente escuchen Su Palabra y permanezcan en la Verdad.

Hijos Míos, firmes en su Palabra, irán a los confines de la tierra para proclamar su grandeza. Ahora has llegado a ese momento, en poco tiempo todo se precipitará, todo se transformará porque es la voluntad de Dios, porque Dios interviene en la historia, Él es el Maestro de todo,…. Él permite, … entonces Él convierte todo mal en bien.

Mis amadas criaturas, oh vosotros que aún hoy después de veinte años estáis aquí presentes para escucharme, toco vuestros corazones y los grabo con la señal de la cruz para deciros que ya pertenecéis al Señor Jesucristo, seréis grandes soldados,… guerreros de la Luz, … entrarás en la historia y contarás a los nuevos pueblos sobre tus hazañas y las de tus hermanos.

Hijos Míos, qué hermoso es tenerlos a todos míos, tenerlos dóciles como corderos, como Jesús fue un humilde Cordero llevado a la cruz, … Él se entregó en todo a la voluntad del Padre para completar la Obra de Salvación.

A ustedes, hoy, se les ha pedido que ofrezcan su vida para salvar a sus hermanos, han llegado a un buen punto, ahora están al final, las puertas de la Nueva Era están abiertas para ustedes. Un jardín lleno de fragancias y nuevas flores está listo para darte la bienvenida y hacerte probar las bellezas que Dios ha creado para sus hijos.

Mis queridos hijos, Yo soy vuestra Madre Celeste, yo soy la que ha estado a vuestro lado hasta hoy en espíritu, y que estará con vosotros en carne y hueso más adelante. Hemos llegado al final de un viejo tiempo, el nuevo está a punto de comenzar. La batalla se está volviendo cada vez más intensa, ¡Jesús está listo para su Manifestación en el cielo!

Dios el Padre me envía entre ustedes ahora, para mantenerlos en mí y guiarlos victoriosamente a la derrota final de Satanás. He aquí, mi talón aplastará su cabeza, la cabeza de la serpiente de antaño, … … todos ustedes me siguen, … mis talones, mis fieles, los que me han seguido con tanto amor porque han entendido, han percibido en sus corazones que son hijos de Dios.

Todo está listo, hijos míos, el tiempo continuará por algunos años más, continuará, pero los hijos de Dios tendrán la transfiguración en Dios, tendrán los dones del Espíritu Santo e irán a la batalla contra aquellos que han negado al Señor, haciéndolos entrar en razón y volviéndolos a Cristo el Señor para que puedan ser recuperados y removidos de las garras de Satanás.

Hijos Míos, la vida en esta Tierra va a cambiar ahora, Dios lo quiere, Dios quiere abrir las puertas de la Nueva Era, Quiere darnos el regalo de una nueva vida.

Dios quiere abrir las puertas de la Nueva Era, quiere dar paz y amor a Sus hijos, quiere agraciarlos consigo mismo.

Ábreme tu corazón, no te rindas, quédate a mi lado, …. ¡tus ojos ahora verán las maravillas de Dios!

Hemos llegado a ese momento, todo se está cumpliendo, las profecías de La Salette, las profecías de Fátima están aquí ante tus ojos, todo es como Dios había escrito. Amén.

Os doy la bienvenida a mi seno y os dirijo, hijos míos; Yo soy la Corredentora en la obra de salvación; ustedes son mis hijos y yo los conduciré a una victoria segura en Cristo Jesús, mi Hijo.

Te bendigo y te sigo, … ¡Nunca te dejaré solo!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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