Carbonia 12-02-2022 – 16:40
La Santísima Trinidad contigo.
Quiero llenarlos de alegría, hijos míos, quiero bendecirlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y darles nueva vida en santidad y amor.
Tus ojos verán cosas nuevas, verás la Jerusalén Celestial bajando del Cielo y verás la grandeza de Dios el Padre, Su grandeza frente a esta Humanidad perversa, una Humanidad que ha abandonado completamente las reglas de Dios y se ha entregado al mundo, se ha entregado a las manos de Satanás, su alma ha sido robada; estos niños, pobres niños, serán enviados al infierno junto con aquel que los guió.
Ahora verán el último movimiento de Satanás, hijos míos, todo va de acuerdo con sus planes, pero la intervención de Dios será grande y será dictada con poder.
Verán colapsar las montañas, verán fluctuar los mares, verán, hijos míos, cómo los caminos se abren de repente y se tragan todo a su paso. Verás morir a muchos hermanos ante tus ojos y verás el engaño que el que es el príncipe de este mundo te ha hecho.
Ahora la Santísima Trinidad os bendice y os manda, os manda a manteneros firmes en la fe en Cristo Jesús y a seguir la santa doctrina de la Iglesia, a no meteros en situaciones que no son de Dios, situaciones sucias que pronto llegarán a los ojos de todos.
Verán, hijos míos, verán el fuego del cielo porque está a punto de ser enviado por Dios el Padre para purificar esta Tierra, esta Tierra amarga, llena de pecado, llena de la sangre de sus hermanos, ¡el horror de Satanás! El horror de Satanás se ha extendido por toda la Tierra, hijos míos, su castigo es sobre ustedes porque lo han aceptado, porque ustedes, en su libre albedrío, han querido seguirlo renunciando a Dios, alejándose de Él, prefiriendo las cosas más fáciles de esta Tierra. Pero fuiste enviado aquí en una misión. No perteneces a Satanás, has elegido pertenecer a él eligiendo sus caminos en lugar de los míos, eligiendo sus mandamientos en lugar de mis mandamientos. Oh, hijos míos, su desesperación será grande, pero esto es lo que han sembrado y lo que cosecharán.
Oh, hijos míos, oh ustedes, bendecidos por su Padre, se les dará infinita grandeza, verán la grandeza de Dios y verán las puertas de la nueva Jerusalén abiertas para ustedes.
Sed santos, hijos míos, no os comprometáis, seguid siempre, incluso con mucho dolor, los caminos de Dios y no los de Satanás. Abrazad la cruz que habéis elegido, que cada uno de vosotros ha elegido, y abrazad la cruz de Jesús para uniros a Él.
Sed bendecidos, sed fructíferos, traedme muchas buenas obras. Sed caritativos con vuestros hermanos y afectuosos con todos, sonríe en absoluto y llevad al mundo la luz de Cristo resucitado. Que tus rostros estén radiantes y que una sonrisa esté siempre en tus labios.
Vamos, que todo está listo, el Señor y la Santísima Trinidad te bendicen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.