Murió a los 15 años a causa de una leucemia, ya había cumplido su proyecto de vida
De los siete a los quince años –desde la Primera Comunión hasta su paso a la Casa del Padre— Carlo Acutis no dejó de ir a Misa cada día de la semana. Un caso extraordinario de fe temprana. Y, también, de muerte temprana.
Carlo murió de leucemia en plena adolescencia. A los quince años. Pero siempre vivió “con Jesús, para Jesús y en Jesús”. Y aunque a muchos parezca extraño, ya había cumplido su proyecto de vida: “Estar siempre unido a Jesús”.
El papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto, el 5 de julio pasado, que promueve la causa de Carlo Acutis y lo nombró Venerable.
Cuando todo habla de una gran “injusticia” (¿cómo un niño tan extraordinario se va tan pronto al cielo?), su muerte, ofreciendo sus dolores y su cruz por el Papa (en ese entonces, 2006, por el papa Benedicto XVI) y por la Iglesia católica, es una enseñanza esencial sobre la santidad: que ésta no tiene una edad en específico.
Aunque Carlo nació en Londres el 3 de mayo de 1991, la postulación de su causa ha corrido a cargo de la arquidiócesis de Milán, pues sus padres, italianos, pronto regresaron a sus raíces lombardas, a la ciudad de Monza.
La religiosa milanesa doña Francesca Consolini es, desde el 15 de febrero de 2013, la postuladora oficial, apoyada por los diez obispos de la Lombardía.
Comunión diaria, rezo del Rosario, adoración eucarística, confidencia con la Virgen María, ¿es posible en un alma que apenas se va abriendo al mundo? Lo es: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El infinito es nuestra patria. Desde siempre, el cielo nos espera”, dejó dicho.
Frases suyas dignas de un Bernanos. O de un papa Francisco: “Todos nacen como originales pero muchos mueren como fotocopias”. “Nuestra brújula tiene que ser siempre la Palabra de Dios”. “La Eucaristía es mi autopista hacia el Cielo”… Se confesaba cada semana.
Además, era un genio de la informática, la programación de ordenadores, pasando por el montaje de películas, la creación de sitios web, los periódicos de los que se ocupaba también de la redacción y la maquetación, al voluntariado con los más necesitados, los niños y los ancianos.
Antes de morir, el 12 de octubre de 2006, aclaró, para los que tuvieran dudas sobre la “injusticia” de Dios en su prematura partida: “Estoy feliz de morir porque he vivido mi vida sin desperdiciar ni un minuto haciendo cosas que no hubieran agradado a Dios«.
Michelangelo Tiribilli, entonces abad de la abadía territorial de Montel Oliveto Maggiore, escribió en el prólogo de una biografía de Carlo: «Al mirar a este adolescente como uno de ellos y como alguien que fue cautivado por el amor de Cristo, que le permitió experimentar la alegría pura, [los adolescentes de hoy] estarán en contacto con una experiencia de la vida que no quita nada de la riqueza de su adolescencia, pero que en realidad la hace más valiosa «.
Y terminaba diciendo el buen abad una verdad como un puño: “El testimonio evangélico de nuestro Carlo no es sólo un estímulo para los adolescentes de hoy, sino que provoca que los párrocos, los sacerdotes y los educadores se planteen la validez de la formación que les dan a los chicos de nuestras comunidades parroquiales y qué hacer para que esta formación sea incisiva y eficaz”.
En otras palabras: no consideren a las niñas y los niños, a los jóvenes de hoy, inclinados sobre la pantalla de sus ordenadores o de sus smartphones como incapaces de penetrar en los misterios de la fe.
Más aún –y el testimonio de Carlo Acutis lo corrobora—quizá sean los únicos todavía capaces de penetrar el Misterio.
El sitio oficial de la Asociación Carlo Acutis es:
Su beatificación se celebró este 10 de octubre en la Basílica papal de San Francisco de Asís
Carlo Acutis, Siervo de Dios, ha dado un paso más hacia la santidad y fue beatificado este 10 de octubre de 2020 (16:30 hora local) en Asís, en la Basílica Papal de San Francisco.
Una alegría que se esperaba desde hace mucho tiempo, según el obispo de la diócesis de Asís – Nocera Umbra – Gualdo Tadino, Domenico Sorrentino.
Carlo (1991-2006) fue un adolescente católico italiano declarado ‘venerable’ por la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano, que aprobó, en febrero de 2020, un milagro atribuido a su intercesión.
El joven Carlo se distinguió por su amor a la Eucaristía, a la que llamó su «camino al cielo». La noticia -añade el obispo Sorrentino- es un rayo de luz en este momento en que en Italia estamos saliendo laboriosamente de una pesada situación sanitaria, social y laboral.
En estos meses hemos afrontado la soledad y el distanciamiento experimentando el aspecto más positivo de Internet, una tecnología de comunicación para la que Carlos tenía un talento especial, hasta el punto de que el papa Francisco, en su carta CHRISTUS VIVIT dirigida a todos los jóvenes del mundo, lo presentó como un modelo de santidad juvenil en la era digital, explicó monseñor Sorrentino.
Comunicar valores y belleza
El Papa escribe de él:
“Él sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades que podemos comprar, obsesionados por el tiempo libre, encerrados en la negatividad. Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza” (n. 105).
El cuerpo del venerable se conserva en Asís en el Santuario del Despojamiento. Un signo fuerte, considerando que este lugar recuerda a San Francisco, que siendo joven se despojó de sus vestidos y de todas sus riquezas y pertenencias para seguir a Dios.
El obispo Domenico Sorrentino destacó que la beatificación de Carlo Acutis lo llevará aún más a la atención del mundo de la juventud y será un estímulo para todos.
Amor a Dios contra el consumo y el atontamiento
“La prueba que estamos viviendo no debe hacernos caer. El amor de Dios -continúa el obispo- puede hacer que una gran crisis se convierta en una gran gracia. Necesitamos de una nueva creatividad, generativa y responsable, para construir un mundo diferente, más hermoso y más solidario”.
Monseñor Sorrentino rememoró que Carlo «no cayó en la trampa” del tiempo en que vivió. Y citó las palabras del Papa: Él “veía que muchos jóvenes, aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos de consumo y atontamiento.
De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y únicas que Dios ha sembrado en cada uno.
Así, decía Carlos, ocurre que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso te ocurra” (no. 106).
El Infinito es nuestra Patria
Para la Iglesia católica, Carlo Acutis con solo 15 años de edad ha dejado un intenso testimonio de vida auténticamente cristiano.
Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años de edad nunca faltó a la cita cotidiana con la Santa Misa.
El joven permanecía largas horas delante del Sagrario porque consideraba que en el Santísimo Sacramento, allí, estaba realmente presente Dios.
Acutis decía a su párroco que la Virgen era su gran confidente y cada día rezaba el Santo Rosario.
Carlo -según los datos para su proceso- era un adolescente de “profunda vida eucarística y devoción mariana, que han contribuido a que llegase a ser un chico muy especial al que todos admiraban y amaban”.
Él amaba decir y animar a sus amigos y familiares: “Nuestra meta debe ser el infinito, no lo finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”.
En especial, Carlo, afirman los testimonios, situaba en el centro de su vida el Sacramento de la Eucaristía que llamaba “mi autopista hacia el Cielo”.
Pequeño mago de la informática al servicio de la Eucaristía
Cuentan que Carlo era un mago de la programación de computadores, además de un artista con la edición de vídeo, la creación de páginas web, hasta boletines para su comunidad parroquial. Además realizaba voluntariado con niños y ancianos.
Carlo, que falleció a causa de una leucemia fulminante, ofreció su sufrimiento por el Papa y por la Iglesia. “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”.
“Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios”, decía.
Carlo inspiró a tantas personas, incluida a su mamá que se convirtió gracias al ejemplo de su hijo que pedía que el evangelio fuera la guía de la propia vida y que cada uno fuera luz en el camino para los otros.
La exposición sobre los Milagros Eucarísticos, herencia del adolescente en camino a la beatificación y genio de la informática
El testimonio de vida de Carlo Acutis, adolescente que muere a los 15 años a causa de una Leucemia fulminante en 2006 y que el Papa Francisco ha declarado ‘venerable’ este año, está acercando a muchas personas a la fe. Inició con su propia madre, Antonia Salzano, que lo considera hoy un “pequeño salvador” que le enseñó el amor hacia la Eucaristía.
Ella está viajando por varios lugares para hablar de la historia de este pequeño genio de la informática que iba todos los días a misa y tuvo una vida plena, normal, pero extraordinaria en la manera como ocupaba su tiempo: estudio, familia, voluntariado en beneficio de otros niños y ancianos, testimoniaba una fe pura y concreta.
“Carlo desde pequeño era un alma muy devota. Él amaba ir a la iglesia, rezar, profundizar en la fe. Yo estaba alejada, crecí en una familia laica, pienso como millones de personas. Por lo tanto, tener este hijo que me hacía insistentes preguntas sobre la fe, que me obligaba a reflexionar. Esto ha sido un motivo para acercarme a la Iglesia” y a los “sacramentos”.
Carlo Acutis fallece a tan sólo 15 años de edad a causa de una leucemia fulminante, dejando en la memoria su amor por la Eucaristía: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”.
Una vida excepcional hasta el final cuando dijo que su dolor físico se lo ofrecía a Dios por el Papa y por la Iglesia. Mamá Salzano sostiene: “Para mí Carlo ha sido un pequeño salvador que me ha llevado a tomar un camino especial.
Un camino que prosigo, trato de difundir su herencia, especialmente esta exposición sobre los milagros eucarísticos que ha viajado por los cinco continentes y ha ayudado a tantas personas”. En efecto, la página www.miracolieucristici.org nace de la inspiración y el genio del joven adolescente.
“Hay testimonios de personas que se acercaron a Dios y han comenzado una vida de fe. Para mí este es el signo más grande. Porque a Carlo le importaba mucho la Eucaristía y decía: “muchos nacemos como originales, pero muchos viven como fotocopias”.
Carlo tenía una familia normal. La enfermedad y el valor infundido a su mamá ante su muerte prematura. “Mamá no temas porque con la encarnación de Jesús la muerte devino viva y no hay necesidad de escapar: con la vida eterna nos espera algo extraordinario”.
Mamá Salzano está de acuerdo con su hijo que también decía: “Todos nacen como originales pero muchos mueren como fotocopias”. Y ella asegura que “Jesús nos da los sacramentos para no morir como fotocopias y dona sí mismo a través de la Eucaristía”, pues ahí está “Dios en persona; su cuerpo, sangre, alma y divinidad”.
Citando las palabras de Carlo: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”. La mamá de Carlo está convencida de que “Jesús es amor, Dios es amor”. Por ende, cuando “recibimos la Eucaristía recibimos el amor”.
“Puesto que el fin de cada cristiano es ser santos; recibiendo a Dios, amando a Dios sobre todas las cosas, amar al prójimo como a ti mismo, recibiendo el amor a través de la Eucaristía, Jesús nos enseña también a donarnos a los demás y crecer por este amor por Dios”, añadió.
Carlo lo testimonió hasta el final:. Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años de edad nunca ha faltado a la cita cotidiana con la Santa Misa. “Él decía: ‘la Eucaristía es mi autopista para el cielo’. Por ende, deseaba que todos entendieran el don inmenso que Jesús nos hace a través de los sacramentos”.
La mamá de Carlo es la mejor embajadora de su exposición dedicada a los milagros eucarísticos. “Jesús ha prometido: ‘Yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos’. Lo ha prometido y lo ha cumplido. Y todavía hoy nos manifiesta estos signos extraordinarios que son los milagros eucarísticos ocurridos en 2006, 2008, 2013″.
«Milagros – agrega- como el sucedido en Lanciano (Italia) donde la hostia se convierte en carne y se descubre ser tejido miocardico. ¡Esto es algo extraordinario! Es un gran signo que seguramente ayudará a tantas personas que sinceramente quieran acercarse al Señor, que viendo estos signos, yo creo pueden encontrar el sentido de su fe”.
Mamá Salzano no tiene duda: “Carlo ha sido una semilla, o mejor ha botado una semilla con esta exposición sobre los milagros eucarísticos” para que el mundo crea.
Sucedió el 12 de octubre de 2010 en Brasil y tuvo a un niño como protagonista
Un día muy especial para América Latina y España. Pues cada 12 de octubre para muchos es sinónimo de hispanidad, descubrimiento, encuentro.
Pero en Brasil, «gigante sudamericano» con otros lazos históricos que lo diferencian del resto de los países de la región en cuanto a su vínculo con Portugal, ese día tiene la impronta de su patrona, Nuestra Señora de Aparecida.
En relación a esto, en 2010, también se dio un encuentro más que particular, pero de una índole completamente diferente. Por un lado, una reliquia de Carlo Acutis, un joven de familia italiana nacido en Londres (Inglaterra) el 3 de mayo de 1991 y fallecido con “fama de santidad” en Monza (Italia) también un 12 de octubre de 2006 a causa de una leucemia.
Por el otro, un niño en Brasil enfermo con páncreas anular, enfermedad congénita que hacía que vomitara todo el tiempo.
A continuación el impactante relato del padre Marcelo Tenorio, vicepostulador de la causa de canonización de Carlo, reproducido en diversos medios como Campo Grande News:
«El 12 de octubre de 2010, en la capilla de Nuestra Señora Aparecida, en nuestra parroquia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur), en el momento de la bendición con la reliquia, se acercó un niño acompañado por su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita que se estaba tratando. Esta enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba y lo abatía mucho, porque todo lo que comía lo devolvía, incluido el líquido. Ya llevaba una toalla, porque su situación era grave. Cada vez más débil, debilitado, encontraría una muerte segura. Durante la bendición, el niño le preguntó a su abuelo qué debía pedir y este le dijo que rezara, pidiendo «para dejar de vomitar», y así sucedió. Cuando llegó el turno del enfermo, tocó la reliquia de Carlo y dijo con voz firme: «dejar de vomitar» y, a partir de entonces, ya no vomitó más».
Cuando en febrero de 2011 se realizaron nuevas pruebas médicas se pudo comprobar que el niño estaba completamente curado.
En horas donde se realiza esta gran fiesta, vale la pena recordar una vez más el milagro por el cual será beatificado y que sin lugar a dudas también será seguido de cerca en Brasil y el resto de continente. Una vez más la palabra “encuentro” retumba.
Tumba abierta al público
El 1 de octubre, ante la cercanía de la beatificación de Acutis, su tumba, en el santuario de la Expoliación de Asís, fue abierta para que los fieles pudieran venerar sus restos mortales.
“Hoy Carlo vuelve de alguna manera visible, la belleza de su presencia entre los ángeles y los santos. Carlo nos ayuda a seguir sus pasos para convertirnos a Jesús (…) Carlo fue fiel al amor de Dios y eligió a Dios como el todo de su vida. Un propósito breve como un tuit, pero ardiente como un fuego. No yo, sino Dios”, dijo en ese momento el obispo de Asís, monseñor Domenico Sorrentino tal cual publicóAleteia junto a las imágenes difundidas ese día.
El amor de las madres logra prodigios. Es lo que ocurrió con Jacob Barnett, un niño estadounidense nacido en 1998 a quien el médico había diagnosticado autismo.
Aprendía de forma más lenta que el resto
En la escuela Jacob aprendía de forma más lenta que el resto de compañeros. Le resultaba difícil reaccionar a la misma velocidad que otros pequeños y se notaba que había algún problema serio en el aprendizaje. Por eso Kristine Barnett había acudido a la consulta del especialista con su hijo.La noticia del autismo llegó con palabras que auguraban un mal futuro para Jacob. El médico había sido que el pequeño solo podría retener cuestiones básicas tales como asearse o atarse los zapatos. Aquel día Kristine sufrió un duro golpe.
En la escuela especial, otro golpe
Los padres de Jacob decidieron llevarlo a una escuela especial. Sin embargo, el niño no se adaptó en absoluto: se frustró más y se aisló del resto del grupo de alumnos. Un día dejó de hablar.
El nuevo enfoque de la madre
En medio de esta situación, que resultaba penosa para toda la familia, Kristine descubrió que Jacob tenía una memoria prodigiosa.Esta madre decidió entonces dejar de mirar hacia aquello que su hijo no era capaz de hacer y enfocarse en lo que sí podía llevar a cabo.
Los resultados no tardaron en salir a la luz. En una semana, el pequeño aprendió cálculo, álgebra, geometría y trigonometría. En dos semanas más, ya había aprendido todas las Matemáticas de secundaria.
Jacob es más superdotado que Einstein
Un nuevo informe de los especialistas valoró de forma totalmente distinta a Jacob. Esta vez descubrieron que era un niño superdotado, con un coeficiente intelectual de 170, superior al de Einstein.
A la Universidad con 11 años
La Universidad de Indiana tuvo conocimiento de las aptitudes extraordinarias de Jacob y la institución acordó con sus padres que podía matricularse en la carrera de Física Cuántica. Jacob tenía 11 años y compartía aula con alumnos de 18 o más.
A los 14 años, comenzó el doctorado y fue contratado como profesor adjunto de esa Universidad. Aprendió 4 idiomas.
Jacob ha dado sesiones TED en las que invita a pensar más allá de aprender. Una de ellas es la siguiente que lleva subtítulos en español:
Jacob pasó a trabajar en la Pardue University (Indianapolis). En el curso 2013-2014 trabajó en el Instituto Perimeter de Canadá, destinado a la investigación en Física Teórica.
Algunos miembros de la comunidad científica piensan que Jacob podría ser ganador del premio Nobel por una teoría original de astrofísica que desarrolló cuando tenía 12 años.
Hay personas que invitan a los ángeles a hospedarse con ellos una semana. Un experto de la Iglesia Católica lo desaconseja. Muchos se dejan engañar por novedades. Eso es cosa de la Nueva Era
Una cadena que invita a realizar un rito para “acoger” a los ángeles siete días en las casas circula en las redes sociales, sin embargo, el presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá (Colombia), Mons. Pedro Mercado Cepeda, advirtió que se trata de una práctica no católica que podría tener efectos perjudiciales en quien las practica.
En sus redes sociales, Mons. Mercado alertó sobre el rito “Proyecto: Hospedando en tu casa ángeles y arcángeles”.
“Se ha puesto de moda en estos días de cuarentena realizar un extraño rito de hospedaje a los ángeles. Recomiendo ser prudentes con esta práctica que no es católica y podría tener efectos perjudiciales”, señaló.
Aclaración. Se ha puesto de moda en estos días de cuarentena realizar un extraño rito de hospedaje a los ángeles. Recomiendo ser prudentes con esta práctica que no es católica y podría tener efectos perjudiciales. Dios los bendiga!
Este nuevo rito que circula en redes señala que las personas deben realizar ciertas oraciones para recibir a los arcángeles y ángeles en su hogar el lunes siguiente a las 10:10 p.m.
El texto, que detalla los pasos a seguir, resalta que el “proyecto” se originó en Alemania, donde la autora anónima vio la película “Cadena de Favores”.
“Este proyecto comenzó en Alemania… ‘Con quien luego de ver la película ‘Cadena de Favores’… donde un niño decide ayudar a Tres Personas: ‘Con algo que no podían solucionar solas’… a cambio de que estas tres personas luego mostraran su gratitud, ayudando cada uno a tres personas más… Se inspiró para crear el proyecto: ‘Hospedaje de Ángeles y Arcángeles»’, indica.
La creadora afirma que luego de seguir los pasos, que incluyen el uso de velas y oraciones especiales, los ángeles se alojarán por siete días en la vivienda del anfitrión y le concederán tres peticiones específicas, que la persona deberá escribir en un papel.
Al finalizar este periodo, el anfitrión deberá quemar el papel y elegir a otras tres personas a las que enviar a los “ángeles”, al detallar el nombre completo y dirección de los escogidos.
Mons. Mercado indicó a ACI Prensa que los ángeles pueden “intervenir en la vida de los fieles particularmente como protectores”, como es el caso del ángel de la guarda. Sin embargo, alertó que es importante tener prudencia sobre estas nuevas corrientes espirituales que desvirtúan la intervención de los ángeles y los transforman en una forma de idolatría.
“En ciertas corrientes espirituales, especialmente en la Nueva Era, se tiende a desvirtuar esa sana devoción para transformarla en una forma de ‘idolatría’ en la que los ángeles suplantan el lugar central de Dios y de Jesucristo. Se les atribuyen funciones y poderes que ellos no tienen”, advirtió.
Mons. Mercado afirmó que este rito de hospedaje a los ángeles no tiene base católica, al no mencionar a Dios o a Jesucristo y mostrar a los ángeles como “criaturas autónomas sin referencia alguna respecto al Creador”.
“Se habla de energías cósmicas y no se cita nunca la Sagrada Escritura”, agregó.
El sacerdote señaló que este rito tiene más similitud a un acto mágico que a una auténtica actitud de devoción y fe.
“Quiero recordar que nuestra fe es cristológica y cristocéntrica. Nada ni nadie puede o debe reemplazar el lugar de Cristo en nuestra vida espiritual”, subrayó.
Mons. Mercado pidió a los fieles ser prudentes frente a estos rituales que se originan en la Nueva Era y recordó que el centro de la vida es siempre Dios.
“Es claramente desviada una devoción a los ángeles que no nos ayude a acentuar y avanzar en nuestro seguimiento a Jesucristo como discípulos misioneros de su Evangelio”, concluyó.
«Una buena noticia: un joven de nuestro tiempo ha sido ganado para Cristo»
Momento en el que se descubre la imagen del nuevo beato Carlos Acutis
Este sábado 10 de octubre pasará a la historia de la Iglesia como el día en que Carlos Acutis, un joven de apenas 15 años, fue beatificado y se convirtió en un modelo de santidad para los jóvenes y adolescentes del siglo XXI. La ceremonia de beatificación ha aunado en un solo corazón a los 3.000 asistentes venidos para la celebración más los miles que siguieron la retransmisión por Internet y las redes sociales, el mundo tecnológico que apasionaba a Carlos, del que era autodidacta y el que usó para hacer llegar el mensaje del Evangelio. La ceremonia de beatificación ha sido presidida por el Cardenal Agustino Vallini, Legado Pontificio para las Basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles.
Carlos Acutis falleció hace 14 años y su beatificación certifica que este joven italiano vivió de forma extraordinaria el seguimiento de Jesús. Ciertamente, su testimonio caló hondo entre sus amigos y su familia y progresivamente en la Iglesia al grado que, a los cinco años de su muerte, se iniciaron los primeros pasos del proceso diocesano de beatificación, el cual se ha visto cumplido este sábado.
El rito se inició con la solicitud por parte del obispo de Asis, monseñor Domenico Sorrentino, de la beatificación de Carlos. Seguidamente, el postulador de su causa de beatificación, Nicola Gori, presentó una semblanza del joven. Y la respuesta de Cardenal Agustino Vallini fue la lectura de la carta apostólica en la que el Papa Francisco inscribe al joven italiano en el Libro de los Beatos y establece su fiesta el día 12 de octubre, su ‘dies natali’, su nacimiento para el cielo.
Inmediatamente, mientras se escuchaba un canto de aclamación, se descubrió una gran imagen del nuevo beato, e inició una sencilla procesión en la que un diácono portaba un relicario hasta el altar, siendo acompañado por los padres de Carlos: Andrea y Antonia.
El Cardenal Vallini lee la carta apostólica del Papa
Un chico de apenas 15 años
El Cardenal Agustino Vallini comenzó su homilía preguntándose “¿qué tenía de especial este joven de apenas solo 15 años?”. A lo que él mismo respondió enumerando las siguientes características: “Era un chico normal, sencillo, simpático, jugaba al fútbol, amaba la naturaleza y a los animales, tenía muchos amigos de su edad”. “Se sentía atraído por los modernos medios de comunicación social, la informática -continua detallando el cardenal Vallini-, era autodidacta, construía programas que, como señaló el Papa Francisco, usaba para transmitir el Evangelio para comunicar valores y belleza”. Y, entre otros puntos que enumeró el cardenal, señaló “el don de atraer y ser considerado como un ejemplo”, pero si en alguno hizo especial énfasis fue “su amor por la Eucaristía en donde mantenía viva su relación con Dios y que el propio Carlos definía como ‘mi autopista para el Cielo’”.
“No quiero ir al Purgatorio, quiero ir al Cielo”
Los dos rasgos de la fe heroica de Carlos Acutis fueron, en palabras del prelado, “oración y misión” que le llevaron “a encomendarse al Señor, sobre todo, en los momentos más difíciles. Con este espíritu vivió con serenidad la enfermedad que le llevó a la muerte: Carlos se abandonó en manos de la Providencia y bajo la mirada maternal de María repetía: ‘Quiero ofrecer todos mis sufrimiento al Señor por el Papa y la Iglesia. No quiero ir al Purgatorio, quiero ir al Cielo’”.
Un ejemplo para jóvenes y adolescentes actuales
“Su vida es un modelo, sobre todo, para los jóvenes -explico el Cardenal- que encuentran satisfacción no en lo efímero, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es decir, poner a Dios en primer lugar en las grandes y pequeñas circunstancias de la vida y servir a los hermanos, especialmente a los últimos”.
“La beatificación de Carlos Acutis es una buena noticia. Es una buena noticia que un joven de nuestro tiempo, uno como muchos otros, ha sido conquistado por Cristo y se ha convertido en faro de luz para aquellos que desean conocerlo y seguir su ejemplo. La fe no nos aleja de la vida sino que nos sumerge más profundamente en ella mostrándonos la forma de vivir la alegría del Evangelio”.
La sencillez del testigo
Nicola Gori, postulador de la causa de beatificación ha descrito a Vatican News, la agencia de noticias de la Santa Sede, la vida del nuevo beato como corta, intensa y siempre llevada de la mano de Jesús. Se trata “de la sencillez del testigo de Cristo, quería a Cristo, a quien sentía siempre a su lado, como un amigo que siempre lo ayudaba. No se puede comprender a Carlos si no comprendemos que él se sentía amado por Cristo. Este es su secreto y esto le daba fuerza”.
Para Gori, un joven de 15 años que vive con su familia y va a la escuela, el tiempo es un elemento precioso, sin embargo, “Carlos era un genio de la informática y ayudaba a sus compañeros de clase” y también puso este don al servicio del Evangelio “transmitiendo el mensaje de salvación y de amor a Cristo”.
Acutis tenía una especial predilección por la Eucaristía, “por eso quería difundir el mensaje de amor del Señor”. El postulador, al profundizar sobre la vida interior del nuevo beato afirma que “la Eucaristía, y la Virgen María son los dos pilares que sostienen su vida interior”.
Una leucemia acabó con su vida de manera fulminante. Dio testimonio de calma, tranquilidad y serenidad en Cristo. El personal de salud que lo atendió afirmaba “que no es posible que un muchacho tan pequeño pueda haber logrado una gran madurez espiritual”, concluye Nicola Gori.
Homilía del Cardenal del Cardenal Vallini
A continuación, la homilía completa del Cardenal Vallini durante la celebración. Fue pronunciada en italiano y la traducción al español es de la agencia de noticias ACI Prensa.
“Quien permanece en mí y yo en él, da mucho fruto, porque sin mí no pueden hacer nada».
Con estas palabras que hemos escuchado del Evangelio de Juan, Jesús, en la última cena se dirige a sus discípulos y los exhorta a permanecer unidos a Él como las ramas a la vid.
La imagen de la vid y las ramas y es muy elocuente para expresar cuánto es necesario para el cristiano vivir en comunión con Dios. Su fuerza reside precisamente aquí: tener una relación personal con Jesús, íntima, profunda y hacer de la Eucaristía el momento más alto de su relación con Dios.
Queridos hermanos y hermanas, hoy nos sentimos especialmente admirados y atraídos por la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes. Es natural preguntarse: ¿qué tenía de especial este joven de 15 años?
Recorriendo su biografía, encontramos algunos puntos fijos que ya lo caracterizan humanamente.
Era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático (basta mirar su fotografía), amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta construyó programas, como ha dicho el Papa Francisco “para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza”. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo.
Desde pequeño -lo testimonia su familia- sintió la necesidad de la fe y tenía su mirada dirigida hacia Jesús. El amor a la Eucaristía fundó y mantuvo viva su relación con Dios. A menudo decía “La Eucaristía es mi autopista al cielo”.
Cada día participaba en la Santa Misa y permanecía durante mucho tiempo en adoración ante el Santísimo Sacramento. Carlo decía: «Se va directo al cielo si te acercas todos los días a la Eucaristía”.
Jesús era para él Amigo, Maestro, Salvador, era la fuerza de su vida y el objetivo de todo lo que hacía. Estaba convencido que para amar a las personas y hacer su bien, es necesario sacar energía del Señor.
Su ardiente deseo era también el de atraer al mayor número de personas a Jesús, haciéndose anunciador del Evangelio sobre todo con el ejemplo de vida. Fue precisamente el testimonio de su fe lo que le llevó a emprender con éxito una obra de asidua evangelización en los ambientes que frecuentaba, tocando el corazón de las personas que encontraba y despertando en ellas el deseo de cambiar de vida y acercarse a Dios. Y lo hacía con espontaneidad, mostrando con su modo de ser y de comportarse el amor y la bondad del Señor. De hecho, era extraordinaria su capacidad de testimoniar los valores en los que creía, incluso a costa de enfrentarse a malentendidos, obstáculos y, a veces, a pesar de que se rieran de él.
Carlo sentía una fuerte necesidad de ayudar a las personas y descubrir que Dios está cerca de nosotros y que es hermoso estar con Él para disfrutar de su amistad y de su gracia.
Para comunicar esta necesidad espiritual utilizó todos los medios, incluidos los modernos medios de comunicación social, que sabía utilizar muy bien, en particular Internet, que consideró un regalo de Dios y una herramienta importante para encontrar a las personas y difundir los valores cristianos.
Su modo de pensar le hizo decir que la red no es solo un medio de evasión, sino un espacio de diálogo, conocimiento, intercambio, de respeto recíproco, para ser usado con responsabilidad, sin convertirse en esclavos de ella y rechazando el bullismo digital, en el limitado mundo virtual que es necesario saber distinguir el bien del mal.
En esta perspectiva positiva, animó a utilizar los medios de comunicación como medios al servicio del Evangelio, para alcanzar el mayor número posible de personas y hacerles conocer la belleza de la amistad con el Señor.
Para ello se comprometió a organizar la exposición de los principales milagros eucarísticos ocurridos en el mundo, que también utilizó al impartir el catecismo a los niños.
Era muy devoto a la Virgen. Rezaba cada día el Rosario, se consagró varias veces a María para renovar su afecto por ella e implorar su protección.
Por lo tanto, oración y misión: estos son los dos rasgos distintivos de la fe heroica del beato Carlo Acutis, que en el transcurso de su vida breve lo llevó a encomendarse al Señor, en todas las circunstancias, especialmente en los momentos más difíciles.
Con este espíritu vivió la enfermedad que enfrentó con serenidad y lo condujo a la muerte.
Carlo se abandonó entre los brazos de la Providencia y bajo la mirada materna de María repetía: “Quiero ofrecer todos mis sufrimientos al Señor por el Papa y la Iglesia. No quiero ir al purgatorio, quiero ir directo al Cielo”.
Hablaba así, recordemos, un joven de 15 años, revelando una sorprendente madurez cristiana, que nos estimula y nos anima a tomarnos en serio la vida de fe.
Carlo despertaba además una gran admiración por el ardor con el que, en las conversaciones, defendió la santidad de la familia y la sacralidad de la vida contra el aborto y la eutanasia.
El nuevo Beato representa un modelo de fuerza, ajeno a cualquier compromiso, consciente de que para permanecer en el amor de Jesús es necesario vivir concretamente el Evangelio, incluso a costa de ir contracorriente.
Realmente hizo suyas las palabras de Jesús: «Este es mi mandamiento que se amen los unos a los otros como yo los he amado». Esta certeza en su vida lo llevó a tener una gran caridad con el prójimo. Sobretodo hacia los pobres, los ancianos, las personas solas y abandonadas, sin techo, los discapacitados y las personas marginadas. Carlo fue siempre acogedor con los necesitados y cuando iba a la escuela los encontraba en la calle y se detenía a hablar, escuchaba sus problemas y, en la medida de lo posible, los ayudaba.
Carlo nunca se centró en sí mismo, sino que fue capaz de comprender las necesidades y los requerimientos de las personas, en quienes veía el rostro de Cristo. En este sentido, por ejemplo, no dejó de ayudar a sus compañeros de clase, en particular los que estaban en problemas.
Una vida luminosa, por tanto, totalmente entregada a los demás, como el Pan Eucarístico.
Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia hoy se regocija. Porque en este joven beato se cumplen hoy las palabras del Señor: “Yo he elegido a ustedes y los he constituido para que vayan y lleven mucho fruto”. Y Carlo fue y llevó el fruto de la santidad, mostrándola como meta al alcance de todos y no como algo abstracto y reservado para unos pocos.
Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes, para no encontrar justificaciones no solo en los éxitos efímeros, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es decir, para poner a Dios en primer lugar en las grandes y pequeñas circunstancias de la vida, y para servir a los hermanos especialmente los últimos.
La beatificación de Carlo Acutis, hijo de la tierra lombarda y enamorado de la tierra de Asís, es una buena noticia, un anuncio fuerte que un joven de nuestro tiempo, uno como muchos,
ha sido conquistado por Cristo y se ha convertido en un faro luminoso para quienes quieren conocerlo y seguir su ejemplo.
Él testificó que la fe no nos aleja de la vida, sino que nos sumerge profundamente en ella, indicándonos el camino concreto para vivir la alegría del Evangelio. Depende de nosotros seguirlo, atraídos por la fascinante experiencia del Beato Carlo para que nuestra vida pueda brillar de luz y esperanza.