Hablan los amigos de Toni Zweifel

La fase diocesana de la causa de beatificación de Toni Zweifel concluyó el 2 de julio de 2020. Con motivo de este evento, la oficina de información del Opus Dei en Suiza organizó una videoconferencia en italiano a través de Zoom. Estos son algunos testimonios de las personas que hablaron sobre su amistad con Toni.

Hacia la fe bailando el two-step

Courtney y Brian son texanos y hasta hace unos días vivían en España, uno de los destinos profesionales de él. Su historia de amor es como una película: nació en una cantina bailando el two-step. Desde entonces su vida juntos ha sido girar y girar. De Florida a California, del protestantismo al catolicismo. Dicen que Dios baila con los hombres.

Estados Unidos, Texas. La puerta de la cantina se abre y entra una chica. Mira a su alrededor con seguridad. Hay varios grupos de jóvenes bebiendo, y charlando. Luz en penumbra y música country. Algunas parejas bailan. Courtney, 21 años, saluda a los amigos y luego se dirige a la pista para bailar el two-step, como hace dos veces por semana. Del extremo contrario avanza un chico atractivo. Cruzan las miradas y ella le sonríe. Brian, 22 años, le pregunta si quiere bailar.

Brian y Courtney juntan sus manos. Dos pasos rápidos, dos lentos. No parece un gran bailarín pero a ella no le importa. Comienza a hablar con ese chico mientras giran por la pista. “Era un día de primavera del año 2002, lo recuerda bien. Cuando vas a un bar no piensas: voy a escoger a mi marido”. Pero así fue.

“Nací en el sur de Texas en un pueblo pequeño. Allí había gente católica pero mis padres son baptistas y yo crecí en esa fe”. Así comienza la historia de Courtney. Foto: Cristina Abad“Nací en el sur de Texas en un pueblo pequeño. Allí había gente católica pero mis padres son baptistas y yo crecí en esa fe”. Así comienza la historia de Courtney. Foto: Cristina Abad

A ese baile que dura toda la noche le sucede un partido de béisbol, luego otra cita, y otra. “En enero de 2003, él se fue a Florida para un entrenamiento militar y nos casamos al regresar”. Siempre juntos, un día y otro hasta diecisiete años después, dos hijas y un bebé en camino.

“Nací en el sur de Texas en un pueblo pequeño. Allí había gente católica pero mis padres son baptistas y yo crecí en esa fe”, explica Courtney en su casa de El Puerto de Santa María (Cádiz, España), mientras embala muebles y enseres. Brian está trabajando, como cada mañana, en la base naval de Rota y Carrie, de 11 años, y Joanna, de 5, ponen la banda sonora al hogar ya casi vacío.

A bailar

“Mi madre me había enseñado que los católicos adoran a la Virgen y a los santos y eso me hacía pensar que ni siquiera eran cristianos. Luego, cuando empecé la Secundaria, nos mudamos al centro del estado, donde había menos presencia católica”. Ella siguió practicando su fe protestante hasta que se matriculó en la Universidad para graduarse en Español. Y allí, en aquella cantina, conoció a Brian, que era católico y estudiaba Ingeniería.

El baile típico de Texas, two-step, hunde sus raíces en la polca, el vals y el jitterbug. “En EE.UU solemos decir que todos somos inmigrantes -explica Courtney. La familia de Brian, de apellido Schonefeld, tiene antepasados alemanes pero somos todos muy americanos”. Es un baile progresivo que avanza en sentido contrario a las agujas del reloj, donde –como en tantas danzas– hay un líder que marca la pauta y un seguidor.

Pero en el baile de Courtney y Brian se coló un Tercer Bailarín que empezó a impulsar los movimientos de aquellos dos jóvenes que habían sido atraídos al centro de la pista como por un imán desde direcciones opuestas. No solo físicamente, con traslados a Texas, California, Hawái, Mississippi, Guam, Florida, España, desde hace dos años, y próximamente Carolina del Norte. También mediante una evolución interior, del protestantismo al catolicismo.

El líder

“En la Universidad yo estaba un poco confundida. Había adquirido malas costumbres, pensaba que podía tomar todas las decisiones de mi vida sin contar con Dios -reconoce. Llegué a pensar que era agnóstica. Brian era católico pero me dijo que después de un viaje a Francia en segundo de carrera había dejado de practicar”.

 Los padres de Courtney aceptaron a Brian desde el principio. No les importó que fuera católico porque veían cómo la trataba y la quería. Foto: Cristina AbadLos padres de Courtney aceptaron a Brian desde el principio. No les importó que fuera católico porque veían cómo la trataba y la quería. Foto: Cristina Abad

A veces, en el baile y en la vida uno toma decisiones sorprendentes que encaminan sus pasos en direcciones insospechadas. “Quería tanto a aquel chico que yo misma pensé que tenía que ser mejor persona, y que la iglesia podía ser el mejor lugar para adquirir virtudes: “Quiero ir a la iglesia todos los domingos”, le dije a Brian. Y él me contestó: “vale pero yo solo voy a ir a la católica, no a la protestante”. Courtney reconoce que su novio volvió a practicar porque ella le insistió, pero le hacía preguntas polémicas y él no sabía contestar porque no conocía bien su religión. “Así que dejamos de hablar de nuestra fe. Fuimos a la iglesia muchos años pero ya no discutíamos”.

Los padres de Courtney aceptaron a Brian desde el principio. No les importó que fuera católico porque veían cómo la trataba y la quería. “Nos casamos en la iglesia católica con una dispensa. Y mis papás pagaron la boda sin problema. Brian es un hombre muy bueno y ellos están tranquilos. Lo quieren como a otro hijo”.

Girando

En California, su primer destino juntos, Courtney comenzó a hacer voluntariado en una parroquia. El sacerdote sabía que era baptista y un día dijo en la homilía: “Yo sé bien que los protestantes dicen que creen en la Biblia, pero no creen en el capítulo 6 del evangelio de Juan: ‘Yo soy el pan de vida’. Y es el Cuerpo de Cristo, no un símbolo”. “Me quedé de piedra, recuerda. Me fui corriendo al Nuevo Testamento y pensé: ‘Tiene razón sobre este asunto, pero en lo demás -la Virgen, el Papa-, no”.

Así que Courtney decidió ir a la iglesia metodista que tenía rito de comunión. “Pensaba que ahí estaba el Cuerpo de Dios pero no creía que los sacerdotes pudieran transformarlo. Iba a Misa con mi marido a la iglesia católica pero cuando quería comulgar iba a la metodista. Sabía que no era lo que los católicos llaman Eucaristía y que cualquier cristiano podía acudir”.

El baile de los Schonefeld continuó de Costa Oeste a Costa Este de EE.UU. En uno de los destinos, de vuelta a Texas, Brian comenzó a escuchar la radio católica. Cada día al llegar a casa le contaba a Courtney las cosas que iba aprendiendo. “Yo también empecé a buscar en Internet respuestas a mis preguntas, luego fui a estudios de la Biblia y conocí a mi mejor amiga, que es católica, y me dio muchos recursos. Estudié y recé y tuve el convencimiento de que ahí estaba la plenitud de la fe. Pero me costaba mucho convertirme porque sabía que iba a disgustar a mis padres, que pensaban que yo ahora creía que tenía que ‘ganarme’ la salvación”.Una de las lecturas que más impresionó a Courtney fue Roma, dulce hogar, de Scott y Kimberly Hahn. Foto: Cristina AbadUna de las lecturas que más impresionó a Courtney fue Roma, dulce hogar, de Scott y Kimberly Hahn. Foto: Cristina Abad

Una de las lecturas que más impresionó a Courtney fue Roma, dulce hogar, de Scott y Kimberly Hahn. “Al empezar a leer la parte en que ella narra su conversión pensé que nos parecíamos. Yo rezaba menos que ella, pero procuraba ser fiel a mi fe, daba el diez por ciento de mis ganancias a la iglesia, etc. Me impactó mucho que el motivo de su decisión de hacerse católica fuera entregarle a Dios su capacidad de generar vida. Pensé: yo le estoy diciendo a Dios que no en esto”.

Antes de casarse, Courtney le había contado a Brian que no tenían ningún interés en tener hijos. Pero él le dijo que así no se podían casar e hicieron un trato: tendrían sólo un hijo. “Al casarnos él me pidió que no tomara la pastilla anticonceptiva pero no le hice caso y no se lo dije, porque con mi mentalidad protestante aquello me parecía raro. Después de la primera hija quise hacerme la ligadura de trompas pero Brian me convenció para que esperara. Fue en ese momento cuando cayó en mis manos el libro de los Hahn”.

“Le dije a Brian: ahora que sé que voy a ser católica -continúa- tenemos que seguir la doctrina de la Iglesia. No podemos usar más los métodos anticonceptivos. Yo estaba muy nerviosa porque sabía que muchos católicos no entienden la planificación natural pero pasados unos días él me dijo: Tienes razón, vamos a aprender más”. Ese fue el hito decisivo para mi conversión. Poco a poco fui comprendiendo y aceptando lo demás.

Tapatía y Nelly

Tapatío, se llama al nacido en la ciudad de Guadalajara, en el Estado de Jalisco, México. Es una palabra de origen náhuatl derivada de la palabra tapatiotl, que significa “que vale por tres”. El tapatiotl eran tres pequeños costales que contenían 10 granos de cacao cada uno.

Al poco de nacer Carrie, los Schonefeld viajaban por la frontera de México cuando apareció un cachorro que decidieron adoptar con el nombre de los oriundos del lugar. Pero resultó ser hembra. Hoy Tapatía es una perra dócil y fiel, de la misma edad que su pequeña ama, que corretea por la casa vigilando el baño de las niñas mientras el gato Nelly duerme apaciblemente hasta que vienen a molestarlo. Con Carrie, Joanna y el pequeño que vendrá pronto, el sentido del término Tapatío resulta casi premonitorio.Courtney, embarazada de cuatro meses, dedica su tiempo al cuidado de su familia y a su empresa de estudios de español. Foto: Joni Bills-SmithCourtney, embarazada de cuatro meses, dedica su tiempo al cuidado de su familia y a su empresa de estudios de español. Foto: Joni Bills-Smith

Courtney, embarazada de cuatro meses, dedica su tiempo al cuidado de su familia y a su empresa de estudios de español. En EE.UU. es obligatorio obtener el certificado de maestra en cada uno de los estados. “A mí no me gusta enseñar a los niños y con los traslados que llevamos esto sería un problema. Pero me encanta ayudar a los adultos que están estudiando para ser maestros. Escribo libros digitales y hago cursos y tutoriales en inglés y español. Es un regalo de Dios que pueda hacer esto”.

Hasta hace poco, tomaba clases de gimnasia rítmica junto con Carrie, y todavía hace ejercicios de yoga. “Habrá que dejar el pino puente para después del parto”, bromea. Disfruta saliendo con sus amigas, leyendo, cocinando en familia”. Ellas -por sus hijos- son mis pasatiempos”.

El amor de Dios

Cuando hace dos años llegaron a vivir a España, Courtney ya era católica. Un día fue a confesar con el sacerdote americano de la base de Rota y le comentó que estaba un poco deprimida, y no sentía el amor de Dios. Él le dijo: “eso son sentimientos, no te preocupes. Pero si quieres vivir ese amor de Dios te recomiendo que vayas a Misa diaria”.

Courtney empezó a acudir a la iglesia. Allí solía encontrarse con otra señora. “Un día charlamos a la salida de Misa. Se llamaba Paloma, nos presentamos y me invitó a Maralto, un centro del Opus Dei en El Puerto de Santa María. Empecé a hablar con una numeraria que vivía allí, Juana, sobre mi fe, sobre cómo ser mejor en casa. Aquello me ayudaba mucho. Me encantó la idea de que podía santificarme con cosas pequeñas hechas con amor. Que no tenía que hacer cosas difíciles. Eso es lo que más me gustó de la Obra. Eso y el sentido de familia, que yo tenía muy vivo por mi pasado protestante”.Me encantó la idea de que podía santificarme con cosas pequeñas hechas con amor. Foto: Joni Bills-SmithMe encantó la idea de que podía santificarme con cosas pequeñas hechas con amor. Foto: Joni Bills-Smith

Poco antes de iniciar esta conversación, Susi, la directora de Maralto, le había llevado a Courtney unas cremas de verduras. Sabía que le encantan y había aprendido a hacerlas recientemente, aunque ahora, con el traslado, no tendría mucho tiempo para cocinar. Mientras habla, va dando pequeños sorbitos. También le regaló dos petos de primera postura para el bebé que nacerá, hechos a mano por algunas amigas de la Obra.

“Comencé a hacer oración, la Misa cada día me hacía sentir ese amor de Dios por mí. Un día que estábamos visitando a mis padres en Texas, mientras pensaba en cómo resolver la asistencia a la iglesia sin tener coche propio, tuve la percepción clara de que Dios me llamaba a la Obra. No sé explicarlo mejor. Simplemente lo tuve claro”.

Brian no es del Opus Dei pero Courtney tiene el convencimiento de que él la ha ayudado a encontrar la fe católica y su camino como supernumeraria. Y piensa que ella también le ha ayudado a él a redescubrir su fe.

“No te puedo decir si entiende mi vocación pero sí que me apoya. Él ve que el Opus Dei me ayuda a tener una relación más personal con Dios. A veces le leo alguna lectura que me ayuda, o rezamos el rosario juntos, otras es él el que me recuerda que debo rezar antes de dormir. Las niñas también se dan cuenta, aunque no les obligamos a nada. Son ellas las que a veces recuerdan pequeñas costumbres piadosas que tenemos.

Courtney ha tomado el testigo de su amiga Paloma. “Sé que el sentido de comunidad es muy vibrante en las iglesias protestantes. Por eso cuando veo a alguien nuevo procuro acercarme y presentarme, como ella hizo conmigo. Así conocí a una mujer joven. Quería ser católica y yo fui su sponsor. También doy clases de catequesis. Lo mío no es ser maestra de niños pero una vez a la semana es bonito y divertido”, dice mientras saca del microondas un plato con un poco de frijoles, pasta y calabacines para las dos y bendice la mesa al más puro estilo americano.

En unos días, Courtney, Brian, su familia y las mascotas habrán dejado España y se habrán instalado en su nuevo destino: Carolina del Norte. Pronto explorarán caminos naturales y harán remo en la costa, algunas de sus ilusiones. En cada rincón por el que pasan dejan muchos amigos y parte de su corazón. Ella lo sufre especialmente. Pero ahora sabe que todos esos pasos forman parte de un baile. Two step. Pasos rápidos y pasos lentos. Al ritmo que marca el líder.

De protestantes a católicos por la Teología del Cuerpo

Una familia en busca de reverencia y Verdad

Vicki Larson y su esposo Bruce fueron luteranos y protestantes devotos durante muchos años, pero las contradicciones entre las distintas teologías protestantes y profundizar en la Teología del Cuerpo católica les llevaron a entrar en la Iglesia Católica en 2005 tras un proceso intenso de 7 años en búsqueda activa de la verdad.

Luteranos de siempre

Vicki estudió en un pequeño instituto luterano de secundaria, y tanto ella como Bruce se titularon en una universidad luterana de Letras. Enseguida se casaron y tuvieron tres hijas. En 1984 Vicki empezó una época como educadora parroquial en una parroquia grande de la ELCA, una de las principales denominaciones luteranas. Bruce era profesor y entrenador en un instituto católico. En esa época, en una campaña de evangelización del famoso predicador itinerante Billy Graham, ambos entregaron su vida a Cristo, y creció su amor por la Palabra de Dios.

Caos doctrinal: ¿quién enseña la Verdad?

Pero al pasar los años, dos tipos de temas les fueron inquietando acerca de cómo servir a Dios en una iglesia.

Por un lado, la ELCA se fue haciendo cada vez más exagerada en su desobediencia a la Palabra de Dios. En temas de moral sexual y familiar, parecía defender cualquier cosa, y el mayor signo se dio cuando en verano de 2009 aceptó la ordenación de pastores homosexuales y lesbianas sexualmente activos, así como la bendición de uniones homosexuales. Esta congregación, que nació con 5,2 millones de miembros en 1988 al unificar tres denominaciones previas, en 2018, apenas 3 décadas después, tenía ya sólo 3,3 millones de miembros bautizados (no necesariamente practicantes): muchos se han ido a otras iglesias o han creado nuevas congregaciones luteranas conservadoras.

Por otro lado, incluso entre protestantes conservadores había graves desacuerdos doctrinales. La misma Vicki se daba cuenta de que ella enseñaba a los niños de su parroquia luterana el Pequeño Catecismo de Lutero, que permite el bautismo de niños pequeños, mientras que ella misma, leyendo la Biblia, llegaba a la conclusión de que sólo los creyentes (es decir, los de cierta edad) pueden recibir el bautismo. Y los temas de desencuentro podían ser más, pese a que los protestantes insisten en que la Biblia es clara para guiar al creyente. ¿»Una vez salvados, siempre salvados» o «la salvación puede perderse»? La comunión con el vino y el pan: ¿es «sólo un símbolo» o «hay consubstanciación», como dicen habitualmente los luteranos? (Los católicos hablan de «transubstanciación», mucho más radical y milagroso).

«Ambas cosas no podían ser verdad al mismo tiempo. Necesitábamos encontrar la verdad, pero ¿qué denominación la tenía?«, escribe Vicki en su testimonio en inglés en CHNetwork.org.

A partir del año 2000 acompañaban a su hija menor a sus campeonatos de voleibol por distintas ciudades cada fin de semana, y probaban cada domingo en todo tipo de iglesias protestantes: luteranas, baptistas, evangélicas libres… No buscaban simplemente un pastor con el que estar de acuerdo. ¿Qué pasa si el pastor se va de la comunidad o cambia de ideas? Buscaban una Iglesia que enseñara la Verdad.

El misterio asombroso de la Teología del Cuerpo

En cierto momento, Vicki dejó su trabajo en la parroquia luterana y pasó a trabajar como directora de educación en abstinencia sexual hasta el matrimonio en una clínica cristiana especializada en familia y maternidad.

Empezó a estudiar mucho sobre matrimonio, sexualidad, castidad… En sus largos viajes en coche para los campeonatos deportivos, escuchaba CDs sobre estas temáticas, que resultó que también le gustaban a su marido. Dios Trinidad es amor: uno que Ama, uno que es Amado, un Espíritu de Amor, y vive en los bautizados. Más aún, en cada matrimonio cristiano hay algo sagrado, una imagen de la Trinidad. «Empecé a llamar ‘sacramento’ al matrimonio, como hacían los católicos», recuerda.

Después, en la clínica le hablaron de la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II. Empezó a explorarla por su cuenta y reflexionar sobre algo que antes no había pensado: la anticoncepción no era algo aceptado por Dios. El matrimonio es entrega total, incluyendo entrega de la fertilidad, igual que Cristo se entregó a la Iglesia con gran fertilidad. Un día, escuchando un CD de Santa Edith Stein sobre el pecado, entendió que su época empleando anticoncepción había sido un «no» a Dios, al esterilizar sus uniones. «Nos dolió. Nos pusimos de rodillas ante Dios para confesar y arrepentirnos entre lágrimas«, recuerda. Entendieron que la cultura de la anticoncepción, admitida por los protestantes a partir de 1930, era una de las causas del caos sexual, el sexo egoísta y muchos males sociales y familiares.

Christopher West ha sido el gran popularizador de la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II

En otoño de 2002, Karin, su hija mayor, cansada de escuchar a su madre hablar de estos temas de forma fragmentaria, pidió los CDs de Teología del Cuerpo para escucharlos en el coche «y decidir por mí misma». Cuando los escuchó, admitió: «esto tiene mucho sentido». Y empezó en la joven un fuerte despertar espiritual. Ahora ella también buscaba una iglesia, y quería que fuera reverente en su culto. «Señor, ¿dónde quieres que vaya?«, rezaba también Karin.

La Misa explicada en una charla

Una noche, Bruce y Vicki, insaciables consumidores de CDs con charlas espirituales, escucharon la cinta «El padre Larry Richards explica la misa». Para unos protestantes, era una introducción detallada a todo un mundo. ¿Santigüarse con agua bendita? ¿Arrodillarse en ciertos momentos? ¿Por qué sólo un sacerdote o diácono pueden proclamar la lectura del Evangelio? ¿Y de verdad Cristo está con Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la comunión, y el pan y vino son sólo apariencia, especies? Vicki quedó asombrada al ver que también su marido se sentía atraído por todo esto. Querían comulgar eso, así, recibir así a Jesús.

Una convención de Teología del Cuerpo

En 2004 Vicki y su hija Karin acudieron a una convención sobre Teología del Cuerpo organizada en Pensilvania. De los 80 asistentes, casi todos eran católicos, sólo había 4 protestantes. Estaban mirando libros en la librería cuando entró el obispo Samuel Aquila, entonces obispo de Fargo, en Dakota (el único obispo que ha participado en dos abortos siendo un joven sanitario, como él mismo explica con pesar). Gran activista provida y profamilia, el librero le propuso bendecir a los asistentes. De repente, todos ellos se arrodillaron. Vicki y Karin también lo hicieron, aunque como protestantes no tenían costumbre. Lo hicieron por no destacar, pero hoy lo recuerda como su primera bendición episcopal y un punto de cambio.

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El obispo Aquila era obispo de Fargo, donde vivían Bruce y Vicki

«Cada mañana la jornada empezaba con misa. Había agua bendita en la entrada, pero no nos atrevíamos a poner los dedos en ella. Observábamos lo que pasaba. La gente iba a recibir la comunión, veíamos cuán increíblemente reverentes eran. Sus cuerpos hablaban un lenguaje que revelaba su espíritu», recuerda. Esa semana aprendieron mucho sobre los sacramentos, sobre la Virgen María, sobre la comunión de aquellos que son «uno» porque comen el mismo Pan que es verdadera Comida.

«Una señora encantadora me invitó a adoración. Yo no tenía ni idea de lo que era. Recé pidiendo sanación por mí y por Karin». Y la enseñanza sobre Teología del Cuerpo les impactó y transformó más. En su interior se sentían ya católicas.

Vuelta a casa y una fecha especial

De vuelta a casa, su marido Bruce, sin consultarlas, ese domingo las llevó a una misa católica. Vicki experimentaba cada signo de la misa con gran intensidad y reverencia. «¿Se daban cuenta esas personas de que el Señor de Cielo y Tierra estaba en cada uno de ellos?», pensaba. Era 15 de agosto, fiesta de la Virgen. Pío XII declaró el dogma de la Asunción ese día de 1950… el mismo año que Bruce y Vicki nacieron.

Tomaron la decisión de recibir la catequesis adecuada y hacerse católicos. «Era duro para nuestros padres, que habían crecido oyendo siempre cosas horribles de la Iglesia Católica, que les preocupaban. Y hacerse católicos cambiaría nuestras vacaciones, fiestas, funerales… Era duro, pero no podíamos hacer otra cosa».

En 2005 Vicki, Bruce y su hija Karin entraron plenamente en comunión con la Iglesia Católica.

Aún tuvieron tiempo de vivir los últimos 7 días de pontificado de Juan Pablo II, y la experiencia de su muerte y funeral. «Sin su Teología del Cuerpo, no habríamos visto la Verdad de la Iglesia. Gracias, Juan Pablo II», expresa.

La familia que reza unida permanece unida

La familia es de institución divina, es el nido de la humanidad. Madre Teresa de Calcuta dijo muchas veces “la familia que reza unida permanece unida”.

Dios nos quiere alegres a pesar de que haya Cruz. Los medios para ello son la Confesión, la oración y acudir con frecuencia al Sacramento del altar. Así se acaba el reino del odio. Rezar en familia es una decisión que deberíamos tomar necesariamente. La oración en familia es el remedio para curar al mundo hoy en día. Cuando rezamos en familia Jesús llega a nuestra casa. Cuando adoramos a Jesús nos unimos al mundo entero, se paralizan las guerras, es el fracaso del odio. La Virgen pide que recemos en familia todos los días, es una decisión que hemos de tomar, La Virgen ha dicho que es el remedio para curar al mundo hoy día. Cuando rezamos en familia Jesús llega a nuestra casa, como dice el Evangelio, cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estaré yo.

El objetivo de rezar juntos es hacer que Jesús entre en nuestra casa y haga un trabajo divino: A uno le da la paz, al otro el consuelo, a uno la curación, a otro la liberación, hará que crezca entre nosotros la unión de corazones. Así se hace un miembro de nuestra familia, y cuando venga Satanás a destruir nuestra familia, se dará cuenta de la presencia de Jesús y quedará aterrorizado.

“¡Ya nos podemos casar, ya tenemos casa y coche!”, dirán algunos… Si no tienen a Cristo en el Centro, no tienen nada. Satanás no tiene miedo de nuestra salud, casa o dinero, de lo único que tiene miedo es de Jesús. Una familia que ora construye una barrera de protección contra Satanás. Los que no rezan no tienen esa barrera. Hay pequeños que crecen y no ven a su familia rezar de rodillas, estamos fabricando pequeños ateos. En cambio, si los niños ven que en la mesa se habla de Jesús y se cuentan anécdotas de vidas de santos, habremos puesto las semillas de la fe en su corazón. Se darán cuenta que papá y mamá hablan de Dios con admiración.

La fe llega a los niños gracias al ejemplo de los padres. Además, podemos ayunar una vez a la semana. La Virgen ha hecho promesas extraordinarias a los que ayunen. Sólo mediante el ayuno y la oración se pueden parar las guerras o suspender las erupciones volcánicas, las avalanchas y los terremotos. ¿Qué es más fácil? Ayunar miércoles y viernes a pan y agua o reparar los destrozos de un terremoto, un tsunami o una guerra.

La Virgen nos invita a ayunar los miércoles y los viernes como ella lo hacía vivía en la tierra y lo mismo los primeros cristianos, como lo explica la Didajé (año 70 d.C.). Las familias judías, ortodoxos y los protestantes ayunan, y los únicos que no ayunamos somos los católicos, excepto el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Por eso tenemos tantos problemas en la Iglesia hoy en día.

Hay un pasaje del evangelio en que Jesús envía a sus discípulos de dos en dos a evangelizar y regresan contentos diciendo: “Incluso los demonios se nos someten”. Otra vez volvieron y no habían consiguieron expulsar un demonio de un niño. En privado le preguntan a Jesús porque no lo habían podido expulsar y Jesús contesta Porque esos demonios sólo se expulsan con ayuno y oración. Los demonios más poderosos y violentos se vencen así. Hoy Satanás trabaja de la manera más violenta. Hay que ayunar para impedirle que nos perjudique.

Otro punto importante es leer la Palabra de Dios. Podemos tener la Biblia abierta en nuestra casa y leer un pasaje cada día, meditarlo y ponerlo en práctica durante el día. ¿Por qué es tan importante la Palabra de Dios? porque si la conocemos, conocemos la Voluntad de Dios y el plan que Dios tiene para nosotros, y el plan que tiene es un plan de salvación. Jesús y la Virgen nos quieren y desean salvarnos.

Estamos bombardeados por mensajes que nos envían la televisión, internet y los medios, y la mayoría de ellos son venenosos, y luego no sabemos distinguir lo verdadero de lo falso. La Biblia es palabra verdadera y, además, viva. Si leemos la Palabra de Dios, el Espíritu Santo nos va a iluminar en un momento determinado para hacer la elección correcta, a lo mejor, años después.

Hay mucha gente joven que piensa que el aborto es una cosa buena y que, además, libera a la mujer. Si tengo 15 años y quedo embarazada, la gente va a decir “que aborte”, pero si leo la Palabra de Dios que dice: Yo he sido tejido en el seno materno…. Muchos pasajes de la Biblia dicen que Dios es el autor de la vida y la vida humana es preciosa a sus ojos. Cada uno somos una nueva creación hecha a imagen y semejanza de Dios. ¿Quién soy yo entonces para decidir sobre un ser pequeñito creado por Dios? En resumen, para vencer, hay que dejar el pecado. Dios sana y restaura a familias enteras.