«Hay que tener sentido común pero un punto de desprecio por lo material»

María, madre de 9 hijos

María Menéndez es presidenta de la Asociación de Familias de Madrid

María Menéndez conoce muy bien el funcionamiento de la familia así como la bendición y responsabilidad que suponen los hijos. De hecho, es esposa y madre de nueve hijos, y también presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid.

En un momento en el que el invierno demográfico es una triste realidad y la institución familiar está siendo atacada desde todos los flancos, el testimonio directo, contracultural, sencillo e impregnado de fe de esta madre de familia numerosa resulta de lo más adecuado para poner cada cosa en su lugar. Y así lo hace María Menéndez en esta entrevista con Salvador Sostres en ABC:

-¿Qué es la Navidad?

-Es el nacimiento de Dios.

-Es una metáfora de todos los nacimientos.

-Sí, porque todos somos hijos de Dios.

-La familia es un ensayo del mundo.

-Es la sociedad doméstica.

-Están fallando.

-Están desestructuradas. Sus objetivos no se cumplen. Incluso las que están juntas sobreviven cada uno por su lado. Trabajan, ganan dinero, lo gastan cada cual en sus cosas. Bienes separados.

-A los hijos ni los ven y delegan su educación a la asistenta.

-No lo entiendo. Cuando firmas un contrato no le dices a tu jefe: «Bien, a partir de mañana vendrá un sustituto». ¿Por qué lo hacemos con nuestros hijos?

-El feminismo.

-Antes te decían que si no te casabas serías una desgraciada. Ahora te dicen que si cuidas de tu familia ni eres una mujer ni eres nada.

-Se pueden hacer las dos cosas.

-Claro, pero requiere más esfuerzo y no se quiere hacer.

-La comodidad.

-Lo fácil, lo inmediato. El matrimonio también requiere esfuerzo pero la sociedad da divorcios exprés y sin tener que justificar nada.

-La persona.

-No se valora. Te echan del trabajo también sin tener que justificar nada.

-Hemos perdido los vínculos.

-No es que los hayamos perdido, es que ya no existen. ¿Si tengo dos familias, con dos mujeres, hijos por aquí y por allá, qué asidero claro tendrán mis nietos? Todo está muy roto.

-Ya casi ni tenemos hijos.

-Y el factor económico no es vinculante. Las sociedades más ricas son las que menos hijos tienen. Las más pobres tienen muchos hijos. Es su única riqueza.

-Valores.

-Lo que pasa es que el mundo te está proponiendo que vivas en unas condiciones muy concretas.

-La calidad de vida.

-Es una propaganda que te obliga a viajar en verano, a esquiar en invierno, a ir a los colegios más caros. Si tienes muchos hijos, no puedes.

-Familia numerosa.

-Mi familia numerosa es mi vocación.

-Se sintió llamada.

-Es una inclinación, más que una llamada. Una querencia que no puedes reprimir y la resuelves. Lo llevo dentro.

-No es fácil.

-Lo he logrado y soy feliz para siempre. Es complicado. Como cuando sacas un 10, que hay que mantenerlo.

-Es egoísta pensar más en su vocación que en el bienestar de sus hijos.

-La vocación no es a tener hijos. Es al matrimonio. ¿Y qué es lo primero que te dan cuando te casas? Exactamente. Un libro de familia. Casarse es el marco. La familia es la casa y luego hay que amueblarla. Tener hijos sin casarse es poner los muebles en la calle.

-¿Pero qué seguridad tiene de qué podrá mantenerlos siendo tantos?

-No tengo la total seguridad. Tampoco la tengo en el trabajo. Lo tenemos que aprender: quizá no hay mañana.

-Quizá sí y con todas sus facturas.

-Hay que tener sentido común pero un punto de desprecio por lo material.

-Gays y lesbianas.

-El niño necesita padre y madre.

-Es mejor tener dos padres que un hospicio o como se llame ahora.

-Estas alternativas son falsas. Siempre hay un padre y madre que les pueden recibir: otra cosa es que se oculte. Hay montones de familias que esperan una acogida -o más duro- o una adopción.

-Casualidad.

-Seguro que es casualidad que se dé prioridad a las lesbianas. No es casual. La adopción gay es ingeniería social. Es experimentar con los niños. Todos necesitamos padre y madre, los dos roles.

-Cuando mi hija me preguntó qué era Dios se lo conté tan mal que si lo entendió es porque ya lo sabía.

-Cuando somos concebidos, Dios nos inspira el alma. Cuando haces el Camino de Santiago vas a Decathlon y lo compras la todo. Luego vacías la mochila porque te das cuenta de que no te hace falta nada: sólo llegar a Santiago. Esto es lo que le pasa a nuestra sociedad y éste es el sentido de nuestra vida.

-¿Le da miedo la muerte?

-Sí y no. Me asusta lo que no puedo controlar, pero soy creyente y confío en Dios.

-Cortar.

-Me da pena lo que voy a dejar pero hay que cortar la atadura, como en el nacimiento con el cordón umbilical, que todo te lo da. Para morir y alcanzar la vida eterna hay que volver a cortar.

-Cerrar los ojos.

-La valentía de cerrar los ojos y tirarnos es lo que hacemos cada día.

Organizarse, ajustar presupuesto… y «te cambia la vida a mejor»

Esther, madre de diez hijos

Los Muñoz Moya, al completo salvo el pequeño Matías, nacido el 29 de diciembre.

Según un informe de 2018 del Ministerio de Sanidad, en España hay más de 850 familias numerosas con ocho o más hijos, y una de ellas es la que forman en Cuenca los Muñoz Moya: Ángel, auxiliar de Farmacia, Esther (que tiene 43 años) y sus diez vástagos, a saber, Israel, Juan, Rebeca, Miguel, María, Pedro, Santiago, Isabel, Carmen y el pequeño Matías, que vino al mundo el 29 de diciembre. Entre el mayor y el menor hay 16 años de diferencia. Todos han venido por parto natural y «todos con un pan bajo el brazo», según declara Esther a Mariano Cebrián en ABC.

«La clave del éxito», explica, «es saber organizarse en función de las necesidades de cada día, como cualquier familia. Los niños se ponen malos, tenemos reuniones en el colegio y tenemos que atender a mil cuestiones, pero hay días que puedes con todo y otros que no puedes con nada». Y añade que su marido «hace honor a su nombre»: «Tengo la suerte de contar con un esposo maravilloso, que es muy organizado, y donde no llego yo, llega él». Eso sí, «cuando llega la noche, todos caemos rendidos en nuestras camas».

En cuanto a la economía doméstica, «si te sabes organizar, ajustando el presupuesto de las comidas, de la ropa o de otras cosas, se puede salir adelante«. Esther explica que «desde el primer hijo hasta el décimo siempre tienes miedos, por la salud, por quedarte en paro u otras circunstancias, pero a nosotros, afortunadamente, no nos ha faltado nunca nada».

Esther colabora con Adevida Cuenca, asociación que ofrece ayuda a madres ante un embarazo inesperado o en circunstancias difíciles que podría hacerles pensar en el aborto. «La experiencia que yo he podido aportarles», dice Esther, «ha servido para que muchos niños salgan adelante. Esto es algo de lo que estoy muy orgullosa porque ninguna de las chicas que han dado a luz se ha arrepentido; y creo que sus vidas han cambiado a mejor, ya que tener un hijo es un regalo. Al final, cuando tienes a tu bebé en brazos, todo se ve de otro color«.

Sobre las bajas cifras de natalidad en España, Esther rompe algunos mitos: «A veces se piensa que tener un hijo es lo peor que te puede pasar porque te roba mucho tiempo, ya sea para viajes u otras cosas, o porque, profesionalmente, tienes miedo a perder tu estatus. Desde mi experiencia, yo puedo decir que teniendo un hijo recibes más de lo que te quita; y te cambia la vida a mejor… Yo tuve dos hijos en plena crisis, cuando no estaba trabajando, e íbamos muy justos, pero para nosotros fue una alegría igualmente».