
Hay cosas que los jóvenes valiosos rechazan en la mujer:
Que sea charlatana o gritona, que hable sin parar y no sepa escuchar. Quien no sabe escuchar no sabrá comprender.
- Que sea poco aseada, vista con descuido y ande con chanclas. Una mujer, aunque no sea muy bonita, luce bien si se presenta arreglada.
- Que sea pesimista y no vea el aspecto bueno de los acontecimientos; que se comporte como hombres, escupa o diga palabras groseras.
- Que se muestre desinhibida o aventada con todos los varones. A estas mujeres los hombres las usan para pasarla bien, pero no las toman en serio.
- Que sea una chica “fácil”, que le diga que sí a las peticiones de sus amigos –sea lo que sea- pues eso aburre a los varones.
- Que hable con albures y maldiciones al dirigirse a cualquier persona. La calidad del lenguaje muestra la calidad espiritual de una persona.
- Que carezca de fortaleza, que aguante poco los golpes de la vida, pues así no podrá ser sostén moral de la familia, que sea llorona, quejica y chille por todo.
- Que sea amante del alcohol pues un vicio conduce a otros; además de que vomitan fácilmente y dan espectáculos que producen lástima.
El alcohol desinhibe y tomado en cantidades excesivas – para cada persona el límite cuantitativo es distinto, y a veces muy pequeño- predispone a conductas violentas personales o grupales; euforias que pueden ser peligrosas en el uso de vehículos, y no cabe olvidar que los accidentes de motos y coches son la primera causa de muerte juvenil.
- Que trate de llamar la atención en donde quiera que vaya, a base de vestir con minifalda, tops, indumentarias extravagantes o actitudes externas, pues, como carece de una personalidad fuerte, quiere sustituir el carácter con el vestido.
- Que sea poco discreta: que cuente sus intimidades, por ejemplo, que “anda en sus días”; que todas sus amigas sepan lo que pasa entre ella y su novio; que cuente la vida privada de sus padres o de otras personas; que pida dinero para vestirse mejor.