¡Reprender al diablo!

Los obispos de EEUU lanzan un libro con la enseñanza del Papa contra Satanás

El Papa Francisco predica con bastante frecuencia acerca del diablo y sus engaños y tentaciones

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha hablado mucho del demonio, tanto en las homilías en la Casa Santa Marta como en otras ocasiones. (Los lectores de ReligionEnLibertad lo pueden comprobar repasando aquí la sección Demonio/Satanás). También en la reciente entrevista televisiva con Valentina Alazraki en Televisa, el Papa Francisco ha reiterado que el demonio no ha sido ajeno al desastre de los abusos sexuales en entornos de Iglesia.

«Yo toqué el tema del diablo cuando toqué el tema de la pedofilia mundial. […] Vemos aquí el espíritu del mal, que incita todo esto. Y digo la verdad, yo no puedo explicarme el problema de la pedofilia, – pongamos ese – sin ver el espíritu del mal ahí. Soy creyente y Jesús nos enseñó que el diablo es así», insistió en Televisa.

Ahora, los obispos de Estados Unidos acaban de publicar un libro que recoge las enseñanzas del Papa Francisco «sobre la historia del diablo, sus promesas y obras vacías, y sobre cómo podemos nosotros combatirlo activamente». Francisco ha hablado mucho sobre el tema, por lo que el libro tiene algo más de 150 páginas en inglés.

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«Escrito para una amplia audiencia, Rebuking the Devil [Reprender al diablo] nos muestra cómo reconocer los trucos del enemigo, evitar sus trampas y derrotar sus esfuerzos a través del poder de Dios en Jesucristo», afirma la Conferencia Episcopal de EEUU en una nota de prensa.

El libro está disponible desde el 29 de mayo en la librería online de la Conferencia Episcopal, en este enlace en Usccb.org

La nota recuerda, sin embargo, que aunque la lucha contra el diablo forma parte de la vida cristiana, es más importante para un cristiano centrarse en «mantener fijos nuestros ojos en la soberanía de Jesús«.

“En este importante libro, el Papa Francisco nos dice cómo usar poderosas armas espirituales contra el diablo, incluyendo la Palabra de Dios, la adoración de Dios en el Santísimo Sacramento, la participación en los Sacramentos, ayuno, oración y la intercesión de María, Madre de Dios, mediante el Santísimo Rosario”, declara el obispo Michael F. Burbidge, de Arlington, Presidente del Comité de Comunicaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. “Debemos reconocer que hay un diablo que está vivo y activo, pero también que hay protección contra él a través del poder de Jesucristo”.

Algunos de los temas que trata el libro:

– ¿Existe el diablo?
– El diablo es real
– El diablo actúa en el mundo
– El infierno también es real
– Enemigo de Dios y del hombre
– El tentador
– Engañador, padre de mentiras
– Falsas apariencias
– Envidioso y orgulloso […]
– Sus promesas vacías
– Oportunista
– Dinero, prosperidad y corrupción
– Mundanidad
– Creador de divisiones
– Chismorreo y discurso […]
– Nuestra defensa contra el diablo
– La batalla entre Dios y el diablo
– Discernimiento
– Examen de conciencia
– Fe y confianza
– Vigilancia
– No dialogar con Satán […]
– Perdón y servicio
– Amistad, comunidad, solidaridad…
– Escritura y mandamientos
– Oración, liturgia, sacramentos
– Compromiso bautismal
– Oración a San Miguel Arcángel

«Yo estaba lejos de Dios y mi amiga me dice que tiene una posesión diabólica muy, muy fuerte»

Begoña Rosado había abortado, vivía una vida mundana… y todo cambió al reencontrar a su amiga

Begoña Rosado explica cómo la experiencia de una amiga poseída le abrió los ojos a la vida sobrenatural y de gracia

Begoña Rosado ha contado su testimonio de fe en HM Televisión, en el veterano programa Cambio de Agujas. Ella se convirtió cuando retomó el contacto con una amiga de la adolescencia después de veinte años sin tratarse. Su amiga le dijo algo asombroso: estaba poseída. Cuando Begoña consiguió visitarla, ya no lo pudo dudar. 

Una infancia con fe, y una amiga especial

«Nací en una familia católica por costumbre; mi padre era muy creyente, mi madre no tanto. Los domingos, obligados por el ambiente, practicábamos la fe, pero sin una base de fe firme. Mi educación en una escuela de las carmelitas fue una etapa muy bonita, pero luego en la adolescencia, al dejar el colegio, me alejé muchísimo de Dios».

Al empezar la adolescencia, de los 11 a 13 años, hizo una amiga especial en las carmelitas. Recuerda que conectaron bien en un campamento en Tarazona. Era una niña con problemas para hacer amistades, mientras que Begoña era muy social y extrovertida. Y congeniaron durante esos dos o tres años de relación.

Alejándose de Dios… y un aborto

Begoña era la séptima de ocho hermanos. Al ir creciendo, sus padres, ya mayores, no la vigilaban mucho. «Yo salía con las amigas y no me sentía feliz en ningún ambiente». Ya no se relacionaba con nada de la Iglesia, su vida era plenamente mundana.

A los 18 años conoció a quien sería su marido. A los 19 años, aún sin planes de casarse, quedó embarazada de él. «Tomé la decisión, yo sola, de abortar. Él lo sabía, pero no participó en la decisión».

Explica como fue el día del aborto, en el centro abortista: «No te dejan ver los monitores, no te dejan pensar… ni te permites ni te permiten pensar que estás haciendo algo malo. Pero es lo que es, estás quitando vidas». Aquello le dejó una herida profunda.

Al poco, yendo a recoger a un familiar en una iglesia, y sintiendo un dolor interior, emocional, paró a hablar con un sacerdote. Le habló de su reciente aborto… y el sacerdote le dio la absolución. Aún algo desconcertada, se dio cuenta de que era la primera vez que se confesaba desde su Primera Comunión.

Había recibido el perdón de Dios, pero aún así no se perdonaba a sí misma y, lejos de Dios, tardaría en hacerlo. Hoy, dice, habla «con libertad y mucha paz» de su vivencia dolorosa con el aborto, para ayudar a otras mujeres, animando a todas a reconocer los hechos, hacer la paz con el hijo muerto y confesarse.

Pero entonces no podía hacer nada de eso. Finalmente se casaron, «por la Iglesia, por nuestros padres, porque yo no me quería casar por la Iglesia».

Al principio, «vivía bien, una vida muy cómoda, encauzada«, pensaba. Creía que con su marido, su familia, los hijos que fueron llegando, encontraría un amor que la llenara. Y sin embargo, no parecía suficiente. «Hoy veo que buscaba un amor más grande», considera Begoña.

Y después llegó una época de problemas personales, familiares… «Todo se desvanecía, era duro y no veía salida».

«Y me confiesa que tiene una posesión diabólica»

En esa época triste, a través de Internet, reencontró a su antigua amiga de adolescencia, después de 20 años sin contacto. Le hizo mucha ilusión. Se contaban sus vidas por Internet y teléfono casi cada semana. Pero no conseguían quedar en persona. La amiga contó a Begoña que había tenido una vida muy caótica y desordenada, que le habían diagnosticado fibromialgia crónica, que tenía dolores muy fuertes, pasaba en su cama mucho tiempo.

Begoña vio que su amiga hablaba mucho de Dios. Pensó: «supongo que es normal, se aferra a lo que puede en su enfermedad».

Pero en 2012 su amiga le dijo algo asombroso. «Ella me confiesa que tiene una posesión diabólica de un grado muy, muy fuerte, y yo la verdad me quedé un poco asombrada. De hecho, mi reacción al principio fue de total incredulidad».

Ella era escéptica al respecto pero la curiosidad le movió. Se puso a leer sobre el tema, a interesarse. Y a hablar con ella.

Según explica Begoña, el origen de la acción diabólica en su amiga estaba en «un ‘trabajo’ que hicieron a su madre«, es decir, que su madre acudió a una bruja estando embarazada de ella. «Echando la vista atrás, hoy entiendo los problemas de esta chica en el colegio, su dificultad para socializar». Estudiaban en un colegio carmelita y ella rehuía todas las cosas religiosas. También estaba a menudo indispuesta.

En 2011, después de haber pasado por todo tipo de médicos y de especialistas psicológicos, la amiga se había dado cuenta de que sentía un rechazo peculiar por las cosas de Dios. Un día vio un vídeo de un exorcista en YouTube «y se puso fatal». Después se «puso en tratamiento», explica Begoña; es decir, contactó con un exorcista que la atendió.

Visitar a una amiga poseída

Begoña por fin logró ir a visitar a su amiga. Antes, precavida, y ya acercándose a las cosas de Dios, se confesó. Luego lo haría otras dos veces más «porque veinte años de pecado dan para mucho que contar».

Begoña quiso hacer una prueba («una trampa», dice ella). «Pedí a mi suegra que me comprase un colgante religioso bendecido. Lo llevé en una caja. Estando con ella en el sofá, le entregué el regalo, y ella, al tomarlo, sin saber lo que había dentro, tuvo una reacción de rechazo absoluto. Entonces me quedé paralizada: yo no podía moverme. Su madre me dijo, sonriendo: no pasa nada, es ‘él'». Volviendo con mi marido, en el coche, le dije: «¿has visto lo que yo he visto?; por favor, vámonos enseguida a una iglesia».

Desde entonces Begoña ha visto «cosas muy duras» en la experiencia de su amiga. Luego conocería a otras personas en una situación similar, explica. Toda su visión del mundo, cambió. Se dio cuenta que su vida había sido narcisista, mundana… y lloró recordando su pasado.

Creciendo en la vida cristiana

Varias cosas desde entonces han ayudado a Begoña en la vida cristiana, como leer la vida de los santos y tener dirección espiritual. Cuenta que después llegó «un encuentro con el Señor, maravilloso; ya le conocí, me enamoré de Él, me llenó la vida, plena, por completo. Me siento tan feliz… encontré ese amor lleno, que crece, del que hablaba al principio».

Hoy es muy devota del Padre Pío, y vive su espiritualidad en el movimiento internacional de Siervos del Sufrimiento, que en Madrid pastorea el padre Isaac Parra. «La película del padre Pío fue de las primeras que vi cuando me convertí», explica.

Anima a todos a vivir en gracia de Dios y a evitar los engaños de la Nueva Era, el reiki, la ouija... «Todo eso es un caramelo envenenado», avisa. Explica que su amiga y otras personas en situación similar ofrecen sus sufrimientos por el bien del mundo. De esa entrega, aprende también ella.