Un “milagro” hizo que no muriera congelado en los Andes

Miguel Ángel Tobías, famoso por «Españoles en el mundo», relata en un libro cómo sobrevivió hace 13 años en un ascenso al Chachani, en Perú

Miguel Ángel Tobías es un todoterreno. Es productor y director de cine, aventurero, famoso por haber puesto en marcha el programa “Españoles en el mundo”; un hombre inquieto en pro de los derechos humanos que cada año saca a la palestra un producto audiovisual (documental, filme) con el que remover las conciencias de los países desarrollados para que reflexionemos y actuemos en relación con las desgracias que ocurren en el mundo: guerras, epidemias, hambrunas…

Una experiencia que debía ser contada

Mientras batallaba con éxito en sus proyectos profesionales, una espina interior le decía que le quedaba algo por hacer: le faltaba escribir un libro que relatara su insólita experiencia vivida 13 años atrás en Los Andes. Allí, en el intento de escalar el Chachani (6.057 metros de altura, a pocos kilómetros de la ciudad peruana  de Arequipa), estuvo a punto de morir y -quién sabe por qué- al final se salvó de una muerte que parecía inevitable.

Tobías es un torrente de ideas y de inquietudes. Este libro, “Renacer en los Andes” (publicado por Ediciones Luciérnaga y en venta en www.amazon.com) viene a ser un episodio más en su camino por formularse preguntas ante todo lo que ve a su alrededor. Según él, “no hay rompimiento” entre este relato y lo que ha hecho a lo largo de sus 49 años. Solo que esta vez, “alguien” lo colocó ante su propia vida y lo lanzó a vivir lo que él considera un regalo, “una segunda oportunidad”.

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Desde aquel suceso, Tobías orienta su vida a ayudar aún más a los demás, sobre todo desde su profesión en el sector audiovisual

El sentido de lo que Miguel Ángel Tobías vive desde entonces, cuando estuvo a punto de morir congelado mientras intentaba atacar la cima del Chachani, es una “misión”: la de dar amor en esta vida. “Sonará cursi, y quizás por eso tardé mucho en querer hablar sobre ello y más en escribirlo, pero es así. Sé que mi experiencia al borde de la muerte me ha servido para saber ahora para qué estoy vivo, y para tratar de que cada momento lo enfoque por ahí, por amar a las demás personas”.

En “Renacer en los Andes” cuenta el flamante escritor otras dos experiencias anteriores en las que su vida corrió peligro: las dos situadas en África, de viaje junto con dos amigos íntimos. En la primera estuvo a punto de perecer ahogado en el mar porque no calculó bien la distancia (ni la fuerza de las corrientes) para alcanzar una isla que parecía cercana. En la segunda, parece ser que sufrió un envenenamiento al contacto con alguna planta: el médico que le atendió tres días después no daba crédito a cómo había podido superar las 24 horas.

Sin embargo, así como de las experiencias africanas puede darse a sí mismo una explicación “algo lógica”, dice, acerca de cómo se recuperó, en el caso de los Andes, Miguel Ángel Tobías está convencido de que su salvación no tiene explicación humana. “Por eso me atrevo a hablar abiertamente de milagro”. Hay que leer el libro para seguir el proceso mental de un hombre que va viendo cómo quedan mermadas sus fuerzas y lucha, a pesar de que tiene la certeza de que va a morir. Sin sus amigos de expedición y sin el guía, a Tobías se le plantearon unas horas de sufrimiento: horas que le parecieron infinitas, un infierno.

No duda en llamarlo milagro

La muerte ante sus ojos; el tiempo que a veces se le echaba encima y otras se le hacía eterno, siempre jugando en su contra; la narración es la de un guerrero que incluso, una vez aceptada la muerte, decide que seguirá andando para que cuando lo encuentren sepan los hombres que murió plantando cara, moviéndose hasta el último aliento de vida. Sin embargo, “alguien” decidió que no era su momento y que Miguel Ángel debía probar esa situación para ser luego más intenso en comunicar amor a otros. “Que mi vida tenga una trascendencia, en definitiva”, dice.

No tiene reparo en hablar de “milagro” al calificar lo que le ocurrió a varios miles de metros de altura, en un paisaje de piedra y solo piedra, que por la noche alcanzaba grados bajo cero, con taquicardia, sin oxígeno y sin equipamiento adecuado ni oportunidad de mandar un mensaje.

En aquellas horas en que el Miguel Ángel Tobías turista y aventurero de 36 años, con madre y tres hermanas, con novia, se debatía entre la vida y la muerte, ese Miguel Ángel que ahora se sentía la nada en la inmensidad rezó a Dios “y desde entonces no he dejado de hacerlo”. A ese ser superior de quien aprendió las primeras nociones en una familia católica y con el que entró en diálogo para hacer varias peticiones. No le cabe duda de que recibió respuesta y de que esa respuesta no partió de sí mismo, por las razones que explica en el libro.

La familia: no podía desmoronarme por ellos

Un aspecto importante que subraya el autor es su familia, especialmente sus padres. “No me cabe duda de que ante una experiencia como la que yo pasé, cada uno nos enfrentamos a ella en función del bagaje que llevamos, de los valores. En mi caso, vengo de una familia de guerreros, de gente que ha luchado siempre: por ganarse el pan, por sacar adelante los hijos, por ser leal a los hermanos…”. Es un punto importante de los hechos, pese a que aquellas personas no estaban presentes en el momento del peligro: “No podía desmoronarme porque no podía darles ese disgusto, pensaba”. Y el libro así lo manifiesta porque, según sus palabras, “ha sido mi modo particular de honrar a mi familia”.

El prólogo no podía tener mejor firma: Nando Parrado, uno de los 16 supervivientes del accidente de avión en los Andes acaecido en 1972.

Miguel Ángel Tobías, en uno de sus rodajes por el mundo

Pero lejos de estar en promoción de su libro exclusivamente, sigue en marcha la vida de Miguel Ángel Tobías como productor y director. De vuelta de un encuentro sobre derechos humanos en la Feria del Libro de Guadalajara (México), dentro de pocos días viaja a África para rodar unas escenas del filme “Gennet Corcuera”, sobre la primera mujer sordociega que alcanzó título universitario en España. Al mismo tiempo, se estrena en todo el mundo “Rising Nepal”, que habla de la situación en esa área tras la catástrofe del terremoto de 2015.

Las primeras 7 apariciones podrían ser reconocidas

Investigador del Papa en Medjugorje

La aprobación seguiría los pasos de las conclusiones de la comisión de 2010, que separó el fenómeno en dos capítulos

El enviado especial del papa Francisco al santuario de Medjugorje, el arzobispo Henryk Hoser, afirmó que es “posible que las primeras siete apariciones de Medjugorje sean reconocidas”, según declaraciones recogidas en el sitio web Total Croatia News el 19 de agosto.

“Todo apunta a que las apariciones serán reconocidas, quizás este mismo año”, dijo el arzobispo Hoser.

El papa Francisco envió al arzobispo Hoser a Medjugorje para evaluar la situación pastoral de los miles de peregrinos que viajan a Bosnia-Herzegovina cada año. No ha desempeñado ninguna función en la investigación de la veracidad de las apariciones informadas.

El prelado polaco declaró que un reconocimiento del Vaticano cubriría solamente las primeras siete apariciones, “según ha sugerido la comisión del cardenal Camillo Ruini”.

La comisión fue establecida por Benedicto XVI en 2010 y el expediente resultante fue entregado al secretario de Estado del Vaticano para su estudio, explicó el enviado papal.

El 11 de febrero, el papa Francisco designó al arzobispo Hoser como enviado especial a la pequeña ciudad en Bosnia-Herzegovina, con la tarea de estudiar la situación pastoral del santuario.

La Oficina de prensa de la Santa Sede explicó por entonces que pronunciarse sobre el carácter sobrenatural de las apariciones no estaba dentro de los límites de la misión del obispo Hoser.

A su regreso de Fátima a comienzos de este año, el papa Francisco expresó sus propias dudas personales sobre la veracidad de las apariciones.

“El informe [de la comisión del cardenal Ruini] tiene sus dudas”. “Yo, personalmente, soy más malo”, dijo el papa a los periodistas que viajaban con él desde Fátima, Portugal. “Yo prefiero a la Virgen Madre, nuestra Madre y no la Virgen como jefa de la oficina telegráfica, que todos los días envía un mensaje a tal hora”.

Más tarde, uno de los miembros de la comisión del cardenal Ruini habló con la prensa sobre las dudas de Francisco. El padre Salvatore Maria Perrella, presidente de la Pontificia Facultad Teológica Marianum en Roma, explicó: “La Comisión ha dividido el caso [Medjugorje] en dos partes. La primera concierne a las siete apariciones iniciales —llamémosla núcleo fundacional—, que pareció creíble. La otra parte, es decir, la secuela que continuaría a las apariciones, ha dejado perpleja a la Comisión”.

“El Papa se muestra escéptico de que la llamada ‘Madonna de Medjugorje’ envíe un flujo continuo de mensajes, hable demasiado, se presente a horas fijas”, afirmó el padre Perrella.

Cuando el arzobispo Hoser dio la primera conferencia de prensa sobre su misión en Medjugorje, sugirió que el santuario está ayudando a los peregrinos a saciar su “sed por lo sagrado y por la oración”.

El mayor milagro de Medjugorje es la confesión”, añadió, antes de dar las gracias a “todos los sacerdotes que han venido aquí a escuchar en confesión”.

El culto oficial en Medjugorje está autorizado

Confirma el enviado del Papa Francisco

Entrevista al arzobispo Henryk Hoser, enviado especial del Papa a Medjugorje

“El culto en Medjugorje está permitido. No está prohibido y no debe hacerse en secreto. Mi misión es precisamente analizar la situación pastoral y sugerir mejoras”, afirma monseñor Henryk Hoser, arzobispo de Varsovia-Praga en Polonia, enviado especial del papa Francisco para la pastoral del santuario de Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina, lugar de las apariciones marianas que atrae a millones de personas desde 1981.

“Hoy, las diócesis y otras instituciones pueden organizar peregrinaciones oficiales. No hay ningún problema “, dijo el arzobispo en una entrevista con Aleteia en su residencia ubicada en un barrio de Varsovia.

“El papa Francisco ha pedido recientemente a un cardenal de Albania dar su bendición a los fieles presentes en Medjugorje”, explica.

“Estoy completamente admirado por el trabajo están haciendo allí los franciscanos. Cuentan con un equipo relativamente pequeño – son una docena- y hacen un enorme trabajo de acogida a los peregrinos. Todos los veranos organizan un festival juvenil. Este año hubo 50.000 jóvenes de todo el mundo, con más de 700 sacerdotes “.

“Las confesiones son masivas. Tienen alrededor de cincuenta confesionarios, y no son suficientes. Estas son confesiones muy profundas “.

“Este es un fenómeno. Y lo que confirma la autenticidad del lugar es la gran cantidad de instituciones de caridad que existen alrededor del santuario. Y, otra dimensión a tener en cuenta: el gran esfuerzo que se está haciendo a nivel de formación cristiana. Organizan cada año congresos de distinto nivel para diferentes públicos (sacerdotes, doctores, padres, jóvenes, parejas …) ”

“El decreto de la antigua conferencia episcopal de la ex Yugoslavia, que antes de la guerra de los Balcanes desaconsejaba las peregrinaciones organizadas por los obispos en Medjugorje, ya no es relevante”.

Hay otros casos de lugares de apariciones, como Kibeho, en Ruanda, donde el obispo diocesano primero dio culto, y luego continuó el análisis para el reconocimiento de las apariciones.

Hoy, el culto de Medjugorje se extiende a 80 países, su red es enorme.

El arzobispo reveló que la Comisión para el análisis de las apariciones de Medjugorje, que Benedicto XVI había confiado al cardenal Camillo Ruini, parece ser favorable.

“Lo que encuentro conmovedor es que todos los videntes han optado por la vida familiar. En el momento en que vivimos, la familia es de enorme importancia. Todos viven con la familia. Las que eran adolescentes en ese momento ya son abuelas. ¡Han pasado 37 años! ”

“Pero esta decisión tendrá que ser tomada por el Papa”. El archivo está ahora en la Secretaría de Estado. Creo que la decisión final se tomará, concluyó el obispo Hoser.