“La Iglesia está en deterioro”.

Así le dijo Jesucristo a Luisa Piccarreta

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Las presuntas visiones están al centro de la causa de beatificación de la mística italiana. Y anticipan, en diversos casos, las amonestaciones de Bergoglio a los sacerdotes

¿Recuerdas las vibrantes y continuas advertencias del papa Francisco al clero? Citamos algunas.

Por el ejemplo, la advertencia a los sacerdotes para que sean mediadores del amor de Dios, no intermediarios que piensan en su propio interés (Santa Marta, 9 diciembre de 2016). Y también: “Nuestro pueblo perdona a los curas muchos defectos, salvo el de estar apegados al dinero” (Jubileo de los Sacerdotes, 2 junio 2016). Y la insistencia en la “doble vida de los sacerdotes”, es una “enfermedad fea” (homilía de la misa en el Vaticano para la ordenación de 10 nuevos sacerdotes, domingo 7 mayo 2017).

Hace más de un siglo una mística italiana recogía en sus memorias advertencias aún más duras, fruto de visiones en que ella misma observaba junto a Jesús los vicios del clero romano.

Luisa Piccarreta hoy está camino de ser beatificada. El 20 de noviembre de 1994, la Santa Sede dio el “Nulla Osta” a la arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie, para la apertura oficial de la Causa de Canonización.

El 29 de noviembre de 2005, el arzobispo Giovan Battista Pichierri cerró la fase diocesana, dando inicio a la romana de la Causa de Beatificación (Bel tempo si speraTv 2000, 24 marzo 2017).

A 9 años ya rezaba durante horas

Luisa Piccarreta nació en Corato (Bari) el 23 de abril de 1865, y fue la cuarta de las cinco hijas de Vito Nicola Piccarreta y Rosa Tarantini. Vivió su infancia y adolescencia en una granja agrícola, cuyo padre era el granjero, situada en el centro del Murge, en la localidad Torre Disperata.

Recibió la Primera Comunión y Confirmación a los nueve años y desde ese momento aprendió a estar en oración durante horas enteras; a los once años se inscribió a la Asociación de las Hijas de María.

La primera visión de Jesús

A los trece años, mientras meditaba sobre la Pasión de Jesús, al sentir el corazón oprimido y la falta de respiración, salió al balcón de la casa y ahí tuvo una visión: la calle estaba llena de personas que empujaban a Jesús, sufriente y ensangrentado, mientras llevaba la pesada cruz sobre los hombros. Entonces, Cristo levantó los ojos, la miró como pidiéndole ayuda y Luisa tuvo compasión y se ofreció víctima expiatoria por los pecados que aplastaban al Redentor.

Desde ese momento en adelante, se encendió en ella un deseo insaciable de consolar a Jesús, tomando sobre sí sus sufrimientos para salvar las almas y reparar así las ofensas que recibía. Comenzaron para ella los sufrimientos físicos debidos a los estigmas invisibles y a las duras y continuas vejaciones de demonios.

La segunda visión de Jesús

A los dieciséis años, un día, después de ser vejada por el demonio, tuvo una segunda visión de Jesús que penaba y la Virgen de los Dolores que la invitaba a ofrecerse víctima por amor a su Hijo. Entonces pronunció su Fiat Voluntas tua a Dios, haciendo voto de víctima de expiación por los pecados. Enseguida, comenzó a manifestarse un misterioso estado de sufrimiento que la obligaba a estar inmóvil en la cama y a vomitar cualquier comida y bebida, nutriéndose sólo del Santísimo Sacramento, durante setenta años (santiebeati.it).

Rigidez cadavérica

Se trataba de una inexplicable rigidez cadavérica, aunque daba señales de vida y no existían curas que pudieran resolver esta pena indecible.

La familia se dirigió a la ciencia médica, considerando estos fenómenos una enfermedad, pero no tuvo éxito.

La liberación con la cruz

Y entonces llamaron a un sacerdote, el agustino Cosma Loiodice, el cual acercándose a la enferma, le hizo el signo de la cruz en el cuerpo inmóvil, que para maravilla de los presentes, hizo que la enferma adquiriera sus funciones normales. Habiéndose ido el sacerdote agustino, cada día se llamaba a cualquier sacerdote, que con el signo de la cruz la conducía a la normalidad.

La “divina voluntad”

Se volvió terciaria dominica con el nombre de Magdalena, pero Jesús le encomendó una misión particular y única: en la “pequeña prisión” de su cama, Jesús le hizo conocer su deseo de conducir a la humanidad al orden y al objetivo para el cual fue creada, es decir su “Divina Voluntad”, como vivió Adán antes del pecado original.

No fue comprendida por todos, es más los mismos sacerdotes la consideraban un muchacha exaltada, una neurótica que quería llamar la atención de los demás sobre sí. Una vez la dejaron en ese estado cadavérico por más de veinte días.

La orden del director espiritual

No tenía un director espiritual, porque Jesús le hablaba interiormente, corrigiéndola y conduciéndola hacia la cumbre más alta de la perfección cristiana. Pero el arzobispo de Trani, monseñor Giuseppe Bianche Dottula (1848-1892), abrió el caso de Luisa, delegando un confesor especial para Luisa Piccarreta, en la persona de don Michele de Benedictis, el cual con su prudencia y sabiduría, impuso a la chica del Corato, límites por los cuales no podía hacer nada sin su consentimiento; le ordenó comer al menos una vez al día, aunque enseguida vomitara lo que comiera.

El sacerdote Michele desde el 1º de enero de 1889 le dio el permiso de permanecer en cama, donde permaneció sentada durante 59 años, hasta su muerte, ininterrumpidamente.

Semi analfabeta y “escritora”

El 28 de febrero de 1899, el segundo confesor don Gennaro De Gennaro, le dijo que escribiera lo que sucedía entre Jesús y ella y las gracias que recibía continuamente. Así, desde el 28 de febrero de 1899 al 28 de diciembre de 1938, escribió importantes revelaciones en un manuscrito que contenía alrededor de 10 mil páginas, recogidas en treinta y seis volúmenes, sobre “santificación” en la Divina Voluntad.

El viaje con Jesús

En una visión, escribió Luisa:

…El bendito Jesús me ha transportado a una ciudad, donde las culpas que se cometían eran tantas que, salía como una neblina densísima, apestosa, que se elevaba al cielo. Del cielo bajaba otra neblina espesa y dentro estaban condensados tantos castigos, que parecía que fueran bastantes para exterminar a esta ciudad, y yo dije: “Señor, ¿en dónde estamos? ¿Qué lugar es este?”.

En un instante vi el desastre que se llevaba a cabo, y parecía que el Vaticano recibía parte de la sacudida. Ni siquiera estaban perdonados los sacerdotes. Por eso toda consternada dije: “Señor mío, perdona a tu ciudad predilecta, tantos ministros tuyos, el Papa. Oh, con cuánto gusto me ofrezco a ti para sufrir sus tormentos, para que se los perdones”. (Vol. 4°, 10-10-1900)

“Sacerdotes son tinieblas”

En otra visión habla de la degradación de los sacerdotes:

…En un cerrar de ojos he visto tantas miserias humanas, el abatimiento y el despojo de la Iglesia, el mismo degrado de los sacerdotes, que en lugar de ser luz para los pueblos, son tinieblas. Con gran amargura por esta visión dijo: “Santísimo Dios, dale la paz a la Iglesia, hazle restituir lo que le han quitado, no permitas que los malos se rían a espaldas de los buenos”. Y mientras decía eso las Divinas Personas dijeron: “Son misterios incomprensibles de Dios”. (Vol. 4°, 13-11-1900)

Los enemigos de la Iglesia

…Esta mañana mi adorable Jesús vino y me transportó fuera de mí misma. Me parecía que era Roma. Cuántos espectáculos se veían en todas las clases de personas. Hasta en el Vaticano se veían cosas que daban asco. ¿Qué decir de los enemigos de la Iglesia?

Cómo se enfurecen contra ella, cuántas calumnias maquinan, pero no pueden realizarlas porque Nuestro Señor los tiene atados. Pero lo que más me ha asustado es que veía a mi amor Jesús a punto de liberarlos.

Los castigos

¿Quién puede decir cuán consternada estaba? Entonces, viendo Jesús mi consternación me dijo: “Hija, son absolutamente necesarios los castigos. En todas las clases ha entrado la podredumbre y la gangrena, por lo tanto, es necesario el hierro y el fuego para hacer que no mueran todos; por eso esta es la última vez que te digo que te conformes con mi Voluntad, y te prometo que perdonaré una parte”. (Vol. 4°, 22-03-1901)».

México puede mucho

Por beckyreynaud

Dios nos ha elegido para transformar la historia, pero cuando no vivimos lo ordinario con heroísmo viene el desencanto. ¡Qué importante es vivir cada día como si fuera el último!

Es un hecho que México puede mucho, que es una fortaleza para el resto de la humanidad, pero los mexicanos hemos de luchar más contra el egoísmo, el sentimiento y el resentimiento. Con fortaleza y optimismo, hemos de descubrir y explotar las virtudes ocultas en nosotros mismos y en las personas que amamos. Hay que ayudarnos mutuamente a pulir el temperamento.

El carácter es una estructura virtuosa. Pero toda virtud implica autodominio. Y ¿cómo se nota que falta autodominio? Cuando “explotamos”, contestamos mal o rezongamos. ¿Qué es rezongar? El Diccionario de la Lengua Española dice que rezongar es gruñir, refunfuñar a lo que se manda, ejecutándolo de mala gana. Ya se sabe que nacemos con un temperamento, y que el carácter es ese mismo temperamento pero educado. Cuando nos enojamos sin gran motivo, nos falta carácter. Es una pena reconocer que nuestro tiempo ha perdido el señorío de sí mismo.

El carácter significa una armónica conjugación entre tres elementos: la inteligencia, la voluntad y el sentimiento. En México, debemos de luchar –sobre todo- por adquirir dos virtudes cardinales: fortaleza y templanza. Dentro de la fortaleza entra el tratar de ser menos susceptibles (menos soberbios) pero sin perder el “tener corazón”.

Tiene importancia el “dominio del enojo” por su cotidianidad, y por la gravedad de sus consecuencias. A veces una persona se presenta enojada, regañona, malhumorada, cortante, introvertida, triste, rezongona…, y eso influye en el ambiente. Y digamos de paso que el enfado y el mal humor es el principal mensaje de las telenovelas. Esa es la conducta que nos presentan como “modelo”.

Aristóteles considera la sabiduría como dominio; como la resistencia ante lo adverso o también que prevalezca lo racional frente a lo irracional. Y hoy, lo que más brilla por su ausencia es la educación de la voluntad. Es la voluntad la que se deja mover por el entendimiento, o bien se deja mover por los sentimientos, o por ambos. Este dominio no consiste en que desaparezcan los sentimientos, sino en que no prevalezcan.

Según el Doctor Carlos Llano —filósofo del siglo XXI—, dos rasgos son los que condicionan la posibilidad de tener un carácter sólido: la humildad y la castidad. Si se marginan estas cualidades, la persona será mediocre, insignificante. Y esto es así porque la humildad y la pureza son las bases –espiritual la una y corporal la otra- del carácter.

La simpatía natural no es un rasgo constitutivo del carácter, sino que, dependiendo de la actitud que tomemos ante ella, puede servirnos para apuntalar un aspecto de nuestro carácter –la generosidad- o de nuestra falta de carácter: el egoísmo.

Cuando el egoísmo toma posesión de una persona, se inactiva toda posibilidad de virtud. Al contrario, cuando hay generosidad, hay un ensanchamiento del alma. “El soberbio y el incontinente se encuentran centrados en sí mismos (…) El autodominio consiste en el abatimiento de la propia excelencia en que reside la esencia de la humildad. La voluntad de dominio, en cambio puede conducirnos a la precedencia sobre los demás, no por ser precedente sino por ser yo, en lo que residen la soberbia, la vanidad, la egolatría y el egoísmo (…): La ausencia de la humildad como la de la castidad apuntan a una desintegración del carácter” (Carlos Llano).

Con frecuencia los jóvenes olvidan que  no están hechos para el placer sino para el heroísmo. En resumen, se trata de adquirir virtudes y de usar bien de nuestra libertad, batalla que dura toda la vida, pues tan importante como la adquisición de una virtud es su mantenimiento. Se nos pide el avance progresivo de la virtud, conforme al adagio clásico: o se avanza o se retrocede. Millán Puelles dice: “somos libres, no estamos hechos del todo; pero somos, esto es, no lo tenemos todo por hacer”.

Algunos extranjeros que visitan México se impactan gratamente al ver la reserva de fe que hay en nuestro país, y es que, en general los mexicanos hemos entendido que la fe no se opone a la civilización. Cuanto más arraigada está en los hombres y en los pueblos, más se acrecienta en ellos la ciencia y el saber, porque Dios es la sabiduría infinita. Y donde no hay fe, desaparece la paz, y con ella la civilización y el progreso, introduciéndose en su lugar la confusión de ideas, la división de partidos, la lucha de clases y, en los individuos, la rebeldía de las pasiones contra el deber, y así el hombre pierde su dignidad, que es su verdadera nobleza.

Ojalá no olvidemos esas célebres palabras a México de Juan Pablo II: “¡Dios te bendiga, México!, que te esfuerzas en desterrar para siempre las luchas que dividieron a tus hijos mediante un diálogo fecundo y constructivo. Un diálogo en el que nadie quede excluido … Sólo el diálogo fraterno entre todos dará vigor a los proyectos de futuras reformas, auspiciadas por los ciudadanos de buena voluntad, pertenecientes a todos los credos religiosos y a los diversos sectores políticos y culturales”. (Juan Pablo II, Ceremonia de despedida, México, D .F., 26 de enero de 1999).

Una reconciliación prepara la Jornada de la familia en Torreciudad

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El santuario de Torreciudad se prepara para recibir este sábado 16 de septiembre a miles de familias que participarán en la Jornada mariana de la familia. El rector del santuario ha hecho pública recientemente esta historia de reconciliación de un matrimonio a punto de divorciarse, que decidió darle la Virgen una «última oportunidad»

Un joven matrimonio vino a Torreciudad como último recurso para evitar su divorcio. Esta fue su experiencia. A primera hora de la tarde vi a una joven pareja con cara de pocos amigos mirando la imagen de la Virgen de Torreciudad que tenemos en la explanada, junto al altar al aire libre.

Yo iba con algo de prisa, pero como estaban en mi camino, algo me empujó a preguntarles: «¿Qué tal?». Por el tono y la expresión, enseguida percibieron que no era una fórmula de simple cortesía. «Muy mal –respondió él–. Vamos a divorciarnos, y hemos venido aquí como último recurso, a ver si la Virgen arregla nuestro matrimonio. Porque esta es nuestra última oportunidad».

No era tema para hablar en público, desde luego, pero no quisieron aceptar una conversación en otro lugar. Así que sólo pude animarles a que asistieran al rezo del rosario y a la exposición y bendición solemne con el Santísimo que yo iba a celebrar al poco rato en el santuario. Él no sabía lo que era; ella recordó lo que le explicaron de pequeña en el colegio, un centro educativo atendido por monjas.

El caso es que dijeron que sí, que entraban. Durante el acto de culto les puse a los pies del Señor y de la Virgen, y al terminar salí al atrio para saludar a varias personas conocidas. En ese momento, los vi esperándome con los ojos humedecidos por las lágrimas. «¿Qué ha ocurrido?», pregunté.

«Esto se ha arreglado –dijo ella–, a mitad del rezo del rosario, nos hemos mirado a los ojos y nos hemos cogido de la mano. No han hecho falta palabras, en ese momento, los dos sabíamos que todo se había arreglado, que la Virgen lo había hecho, que nuestro matrimonio estaba salvado».

«Y una señora –apuntó él– nos ha dicho que mañana también hay rosario y bendición, así que hemos decidido quedarnos a hacer noche por aquí cerca para poder asistir también mañana».

Es difícil describir cómo era la expresión de nuestros tres rostros, aunque estoy convencido de que la mayor sonrisa en ese momento se encontraba en el Cielo.

Pedro Diez-Antoñanzas, Rector de Torreciudad


La Jornada Mariana de la Familia cumple este año su 27ª edición, ofreciendo a las familias de todas las latitudes una peregrinación festiva realizada bajo la protección de la Virgen María. Este año será presidida por el obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Pérez Pueyo.

El recinto y los confesionarios estarán abiertos desde las 9 horas. A las 11:45 horas tendrá lugar la oración y ofrendas de las familias, de niños de Primera Comunión, de parroquias, colegios y asociaciones. A las 12:30 horas se celebrará la Santa Misa. después habrá un tiempo para la comida y a las 14:30 horas comenzará el festival infantil. Después tendrá lugar el ofrecimiento de niños a la Virgen y la Jornada concluirá con el Rosario y Exposición Solemne, a las 16:30 horas.