John Curry vio a la Virgen cuando tenía 5 años, y la Iglesia aprobó su testimonio: ésta es su historia

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John Curry vio a la Virgen cuando tenía 5 años. Y a San José. Y a San Juan Evangelista. Los vieron él y otros 14 paisanos. Fue en su pueblo, en Knock, Irlanda.

Después, a los 25 años emigró, trabajó en Estados Unidos de obrero ferroviario. Luego, ya con más de 60 años, estaba acogido en una casa de las Hermanitas de los Pobres, y ayudaba en misa. También era el encargado de recoger el comedor cada día.

-Vaya, veo que usted se llama John Curry y es irlandés… ¿No conocerá Knock, donde la Virgen se apareció? ¿No conocerá al John Curry que se le apareció la Virgen? –le preguntó una Hermanita, que estaba leyendo sobre la aparición.

-Ese John Curry es el que ayuda en misa, con usted, cada mañana en esta casa – respondió Curry, que luego lo escribió en una carta, divertido.

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John Curry, ya mayor en Nueva York

El último vidente de los quince

John Curry, el niño que vio a la Virgen, murió en 1943, con 68 años. Era el último de los videntes de Knock. Nació pobre, vivió pobre y murió pobre. Lo enterraron en una fosa sin lápida, en un cementerio comunal propiedad de las Hermanitas de los Pobres en Long Island.

Hace un par de años, en 2015, el cardenal de Nueva York,  Timothy Dolan, visitó en Irlanda el santuario de Knock (www.knockshrine.ie), que recibe peregrinos cada día. El rector, Richard Gibbons, le explicó que en su diócesis, en Nueva York, estaba oculta y sin marcar, la tumba del último de los videntes, el más pequeño.

Entonces el cardenal Dolan, de vuelta a Nueva York, hizo localizar el lugar, desenterrar al vidente y enterrarlo con honores este 13 de mayo de 2017, mientras el Papa Francisco canonizaba a otros dos niños videntes, Francisco y Jacinta Marto, los videntes de Fátima.

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El re-entierro de John Curry contó con el cardenal, otros dos obispos, una veintena de sacerdotes, asociaciones de católicos irlandeses como la Antigua Orden de Hibernios (www.aoh.com), peregrinos llegados de Irlanda y de Knock… Ahora descansa en la Basílica de Saint Patrick (Antigua Catedral), con una lápida que lo señala en granito negro y azul como “Testigo de la aparición de Knock”.

John Curry no hablaba casi nunca de aquel día único, increíble, inolvidable y lluvioso, el 21 de agosto de 1879. A menos que le preguntasen: entonces respondía a las preguntas. Un primo que lo visitó ya mayor lo describió como “un hombrecito bueno, respetable”, que disfrutaba hablando de su juventud e infancia en Irlanda. Una de las Hermanitas que vivían con él lo describió como “muy cándido”, “si hacía algo mal, era el primero en decírtelo”.

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Declaró con 5 años… y con 62

A los pocos días de la visión en Knock, en 1879, la Iglesia investigó el caso. Quince parroquianos decían haber visto en la pared externa de la parroquia, bajo la lluvia, una luz, y en ella la Virgen, que miraba hacia el Cielo y, a su lado, San José y San Juan Evangelista. La testigo de mayor edad era una señora de 74 años. John, de cinco, era el más joven. Su primo, de 11 años, lo había levantado sobre una valla para que pudiera verlo. La aparición duró dos horas.

En la comisión investigadora inicial entrevistaron al pequeño y tomaron nota: “El niño dice que vio imágenes, imágenes bonitas, la Santa Virgen y San José. No podía afirmar más que vio las imágenes bonitas y la luz, y escuchó que la gente hablaba de ellas, y subió sobre el muro para ver las cosas bonitas y la luz”.

Su testimonio y el de los otros testigos convenció a la comisión y a la Iglesia: Knock se convirtió en lugar de peregrinación aprobado.

Pero casi seis décadas después, en julio de 1937, al otro lado del Atlántico, John recibió en la casa de las Hermanitas una citación de un tribunal eclesiástico neoyorquino, para ir a dar testimonio sobre el caso otra vez.

– ¿Es usted el John Curry que se menciona por haber sido testigo presencial de la supuesta aparición de la Virgen María en la iglesia de Knock ese día? – preguntó el tribunal.

– Sí, señor, yo soy ese mismo John Curry.

Y explicó su testimonio, con más detalles. En la visión vio un altar, y un cordero, aunque no recordaba si el cordero estaba en el altar o en brazos de San José. San José tenía bigotes, y San Juan tenía un libro.

“Como si fuera anoche”

Dijo que lo recordaba “como si fuera anoche”. Que sí había leído el testimonio de otros testigos, pero que él hablaba “de lo que tengo en la cabeza”. “Me pareció que las imágenes estaban vivas, pero no hablaban. Una de las mujeres allí, Bridget Trench, besó los pies de la Santa Virgen y trató de abrazarlos, pero no había nada allí, solo la imagen. Yo la vi hacer eso. Las figuras eran de tamaño real y las recordaré hasta la tumba”, declaró.

También declaró: “Tengo una gran memoria, la hermana se lo puede decir. Y nunca he estado enfermo en mi vida, la única vez que pagué a un doctor fue para que me quitaran un diente”. Sin embargo, el hecho de vivir con las Hermanitas de los Pobres indica que a los 62 años ya no estaba muy bien de salud. De hecho, moriría 6 años después.

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El lugar de las aparición, en la pared de la parroquia de Knock, en 1880,
al año siguiente de producirse el hecho

Una aparición sin palabras, pero ¿sin mensaje?

Knock es una aparición peculiar: muchos testigos y ningún mensaje. La Virgen va acompañada, de su esposo y de su hijo-tutor, Juan, el nuevo hombre de la casa, entregado por Jesús al pie de la Cruz:  “hijo, ahí tienes a tu Madre; Madre, ahí tienes a tu hijo”, le dijo. Durante dos horas, bajo la lluvia, ellos estuvieron allí.

Sin hablar. ¿Sin mensaje?

En el santuario de Knock explican que el mensaje no son palabras, el mensaje es la presencia. Con su presencia dicen “estamos aquí, estamos con vosotros”. Una familia peculiarísima: José, Juan, María… que dio consuelo con su presencia a los campesinos irlandeses pobres de 1879 y puede dar consuelo a las extrañas familias recompuestas o desmanteladas de este siglo XXI. Estando ahí, bajo la lluvia, sin palabras. Para quien los contemple.

La tragedia del tren de cercanías de Portland que sacude a Estados Unidos

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Fueron asesinados por defender a una adolescente musulmana y su amiga

El pasado 26 de mayo, en un abarrotado tren de cercanías de Portland, Oregón (Estados Unidos), dos pasajeros perdieron la vida y uno más salió malherido tras defender a una adolescente musulmana y su amiga, hostigadas por un racista de 35 años de edad, llamado Jeremy Christian.

El primero en defender a las mujeres del discurso de odio contra los musulmanes y otros grupos extranjeros que viven en la Unión Americana, fue Rick Best, un padre de familia católico de 53 años, miembro de la parroquia de Cristo Rey en Milwaukie, Oregón. También fue el primero en morir. En menos de un minuto, Best y otro defensor fueron asesinados con un cuchillo con los que Christian les cortó el cuello frente a los horrorizados espectadores. Un tercer defensor sobrevivió.

Jeremy Christian tiene un largo historial de racismo y radical extremismo. Desde hace, lo menos, 15 años ha tenido líos con la policía y en su perfil de Facebook aparece haciendo el saludo nazi. Desde hace tiempo se había declarado como un “supremacista blanco”.

El día anterior al asesinato, Christian había lanzado una botella de vidrio en contra de una mujer afroamericana en una estación del mismo tren de cercanías. Y el día del asesinato “escogió” a la adolescente musulmana –quien portaba una hijab– y a su amiga afroamericana, para insultarlas.

Cuando el tren de cercanías donde ocurrió el asesinato se detuvo en la siguiente estación, Christian escapó, pero la policía lo capturo muy pronto. Permanece en custodia en la cárcel del Condado de Multnomah, acusado de haber cometido dos asesinatos, un intento de asesinato, intimidación y posesión de armas restringidas.

Rick Best murió en la escena del crimen mientras que Taliesin Myrddin Namkai Meche, de 23 años y graduado del Reed College de Portland, murió más tarde, en el hospital. El otro muchacho herido en el ataque, Micah David-Cole Fletcher, de 21 años de edad, estudiante de Portland State University, se recupera satisfactoriamente.

Best deja a su esposa, Myhanh Duong Best (de origen vietnamita), y a tres varones de 19, 17 y 14 años de edad, así como a una hija de 12 años. Era un veterano de guerra que había servido a su país combatiendo en Iraq y Afganistán. Desde 2015 trabajaba como técnico en la Oficina de de Servicios para el Desarrollo de la ciudad de Portland.

El funeral de Best será el próximo 5 de junio en su parroquia de Cristo Rey. El arzobispo de Portland, Alexander K. Sample, pidió a los fieles católicos y a todas las personas a unirse para “llevar a cabo acciones espirituales y acciones prácticas en miras a trabajar por la paz y el respeto por todos aquellos que han construido esta maravillosa y diversa comunidad”.

Lo más triste es que –lejos de disminuir—el supremacismo blanco ha cobrado un auge inusitado en Estados Unidos. Rick Best y Taliesin Myrddin Namkai Meche lo atestiguan con su muerte. Finalmente, son como cristos: dieron su vida por la dignidad y la defensa de su hermano.

¿Qué es el TDAH y cómo detectarlo?

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Un trastorno neurológico sobre el que muchos profesionales no se ponen de acuerdo

Es un niño demasiado activo, no para quieto, es imposible que se concentre en lo que está haciendo. Es impulsivo, no mide sus palabras e incluso tiene comportamientos arriesgados. ¿Es simplemente un niño “inquieto” o hay algo más?

Para algunos, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es la “enfermedad de moda” inventada cuando no se quiere afrontar un problema educativo. Para otros, se trata de una manera de “catalogar” a los niños que “se salen del canon” que la sociedad impone, y de tratar como “enfermedad” lo que no es más que un problema de carácter o comportamiento. Para quienes viven con el trastorno – incluso sin diagnosticar – puede ser una fuente de rechazo, frustraciones e incluso depresión y fracaso personal y social.

¿Qué dicen los expertos? Pues a pesar de que hay voces discordantes que interpretan que no se trata de un trastorno médico sino de una construcción social, gran parte de la comunidad científica coincide en que sí existe una base biológica y psicológica para hablar de TDAH.

Según varios estudios, se ha detectado que dos sustancias químicas que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí, dopamina y noradrenalina, están alteradas en los niños con TDAH, pero no en sujetos sanos. Así, mientras tales compuestos abundan en los ganglios basales y en el lóbulo frontal de personas normales, no están disponibles en suficiente cantidad en las personas hiperactivas.

¿Qué es – y qué no es – el TDAH?

Tal y como lo define la literatura médica, el TDAH es un trastorno que se caracteriza por la dificultad en concentrarse, la impulsividad e hiperactividad motoria, de tal manera que dificulta e impidiendo a veces el desarrollo normal, la integración y la adaptación social de los niños y adolescentes e incluso, pasando los años, de los adultos que lo padecen.

Además, el TDAH, sobre todo cuando no es tratado convenientemente, puede ser la base de otro tipo de trastornos como consecuencia de la mala integración personal y social de esta persona: depresiones, inadaptación social, fracaso personal, baja autoestima, etc.

¿Cuál es el problema a la hora de detectar el TDAH? Pues que hace falta una formación específica y, sobre todo, mucha experiencia clínica para poder diagnosticar el trastorno, sin confundirlo con un problema de comportamiento o con el carácter o con un retraso madurativo del niño.

Por ejemplo, un niño que esté “distraído” en clase, o que muestre problemas de comportamiento no es necesariamente un TDAH. Podría ser un niño con altas capacidades intelectuales que simplemente se aburre, o enmascarar otros problemas como malos tratos o separación de sus padres.

Otro enfoque importante: el TDAH tiene un componente hereditario en un 80%. Son varios los estudios que muestran que la forma de educar no es la causante del trastorno.

Algunas de las manifestaciones del TDAH son, según los manuales de psiquiatría:

  • Dificultades para organizarse con la sensacion de no alcanzar los objetivos.
  • Realización simultánea de diversas tareas, sin haber finalizado las anteriores.
  • Tendencia a decir lo primero que pasa por la cabeza sin reflexionar.
  • Una búsqueda habitual de estímulos nuevos con facilidad para distraerse.
  • A menudo es una persona creativa, con gran iniciativa y muestras de impaciencia.
  • Problemas para desenvolverse a través de los cauces establecidos, siguiendo el procedimiento “adecuado”.
  • Impulsividad verbal o en acción y sensacion de inseguridad.
  • Tendencia a preocuparse innecesariamente de forma interminable.
  • Cambios en el estado de ánimo y en las actitudes con manifestaciones de inquietud.
  • Problemas crónicos de autoestima, relacionados con el rechazo del entorno.
  • Historial familiar de TDAH, enfermedad maníacodepresiva, depresión, abuso de sustancias u otros trastornos de control de los impulsos o del estado de ánimo.
  • Insomnio

Para poder diagnosticar correctamente el TDAH (y no llamar hiperactividad a lo que no es), es fundamental que haya una colaboración e integración entre pediatras, educadores, psicólogos y psiquiatras, y sobre todo con los padres de familia.

Precisamente porque los síntomas del TDAH pueden confundirse con etapas madurativas normales de la infancia, es muy importante hacer un seguimiento multidisciplinar, para comprobar que esos comportamientos adquieren una cierta gravedad e incontrolabilidad, y que las terapias conductuales y las pautas educativas no funcionan, porque hay “algo más”.

Artículo realizado en colaboración con Javier Fiz Pérez, Psicologo, Profesor de Psicología en la Universidad Europea de Roma, delegado para el Desarrollo Cientifico Internacional y responsable del Área de Desarrollo Científico del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP).