5 lecciones matrimoniales

Desde economía hasta ideas divertidas de citas, estas pequeñas sugerencias pueden hacer una gran diferencia en cualquier matrimonio

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Después de 42 años desde que se dedicaran su primer guiño cómplice en clase de Álgebra II, mis padres todavía actúan como risueños adolescentes enamorados. Pasean alegremente por la calle, se van de cine, hablan sin parar durante horas y ríen juntos hasta bien entrada la noche. Solo cuando me casé fui plenamente consciente del peso de las lecciones matrimoniales que había presenciado en mi padre y mi madre. De mi madre, he conseguido una inmensa sabiduría de la vida en general, y del único y privilegiado papel de ser esposa.

Del ejemplo profundo y expresivo de mi padre, que resuena en mí debido a nuestros rasgos de personalidad en común, he aprendido mucho sobre el matrimonio y la vida. Siempre he admirado y he tratado de emular la energía, el optimismo y la inteligencia interminables de mi padre. Es capaz de iluminar una conversación normal con su narrativa carismática y su pensamiento inventivo.

Cuando estamos juntos, no es extraño encontrarnos compartiendo unas risas o una conversación fascinante, jugando a algún juego o trabajando en un proyecto, sea lo que sea lo que hagamos, lo disfrutamos con alegría.

En mi banquete de bodas, mi padre y yo le dimos una vuelta de tuerca más al tradicional baile de padre e hija. Ideó una mezcla de nuestras canciones favoritas y saltamos y bailamos y lo pasamos en grande. Añadimos movimientos especiales con un significado especial. Así es la naturaleza de nuestra relación: toneladas de diversión con una profunda conexión y una capacidad para hablar sobre las cosas importantes de la vida.

Aunque mi matrimonio todavía es joven, me he descubierto usando muchas de las estrategias de mi padre para la vida y las relaciones:

1. Practicar reacciones positivas

Durante el transcurso de unos cuantos años —con una inversión total en el matrimonio y en una vida con cuatro hijos— mi padre sufrió una rotura de brazo, otra de espalda y más tarde de muñeca, lo cual terminó dejándole parcialmente paralizado de su brazo y mano izquierdos.

Pero en vez de quejarse, mi padre relata cómo sus enfermedades y lesiones propiciaron circunstancias positivas en su vida, como el hecho de que la discapacidad y el desempleo terminaron por llevarle hasta un trabajo profundamente satisfactorio. Mi padre mira más allá de los puntos negativos para ver los tremendos regalos que surgen de los desafíos vitales.

La Universidad de Pensilvania, lugar de nacimiento de la psicología positiva, descubrió que las parejas felices y prometedoras ponen énfasis en lo positivo de la vida. Cuando surge el estrés marital, por cosas como el desempleo o una enfermedad, a las parejas que responden con una fortaleza optimista les va mucho mejor.

Cuando falleció mi abuelo mientras mi marido y yo viajábamos por Asia, yo tuve dificultades con estar tan alejada durante un momento tan delicado y emocional. Mi padre me ayudó a ver los aspectos positivos de la situación, como que podíamos ofrecer una misa en honor de mi abuelo en un país tan lejano como Birmania, algo que a mi abuelo le habría parecido insólitamente chulo.

Aunque no estuve físicamente presente durante el funeral, mi marido y yo pudimos celebrar la vida de mi abuelo y mantener el contacto con la familia a través del teléfono, mensajes y abrazos a la vuelta a casa. Aprendimos con la perspectiva positiva y el ejemplo de mi padre sobre que una situación difícil puede tener un resultado hermoso si escogemos verlo de esa forma.

2. Mantener conversaciones financieras regulares

De pequeña escuchaba historias sobre cómo mi padre solo comió sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada durante años para reducir el gasto en casa y poder ahorrar para el futuro. También recuerdo a mis padres hablando frecuentemente sobre donaciones a la caridad, sobre alternativas de gasto y ahorros para la jubilación. Debatían sobre los gastos y los ahorros con antelación para evitar desacuerdos financieros.

El compromiso matrimonial y una comunicación saludable se conservan cuando las parejas han establecido unas directrices y unos límites para sus decisiones financieras”, resolvía un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Mis padres mantienen un plan financiero actualizado al mismo tiempo que fortalecen la comunicación entre ellos.

Gracias a que recuerdo estas conversaciones regulares entre mi madre y mi padre, mi marido y yo —para ser sincera, sobre todo mi marido— llevamos una plantilla con nuestro presupuesto. Tratamos de hablar de nuestras finanzas sin tener que recurrir al vino. Cuando lo dejamos todo claro y bien atado, nos damos cuenta de que las próximas semanas son más tranquilas y que el estrés no nos afecta tanto.

3. Apoyar a tu cónyuge en sus proyectos

El interés de mi marido por la enseñanza nos ha llevado a vivir en el extranjero. Hay días que nuestro futuro incierto puede desbarajustarme emocionalmente y dejarme como un chirriante tiovivo desvencijado.

Mientras mi madre nos educaba en casa, a mí y a mis tres hermanos, y también lograba sacar adelante todo el hogar, mi padre trabajaba en un empleo exigente a tiempo completo y con un largo trayecto de casa al trabajo. En medio de este periodo frenético, mi padre apoyaba a mi madre cuando la invitaban a algún circuito de conferencias. Él permanecía como su mayor fan y la animaba a lanzarse sobre cualquier oportunidad.

El pensar en el ejemplo de mi padre a la hora de apoyar las ambiciones de mi madre me ayuda a recuperar mi firmeza para respaldar a mi marido en sus sueños, aunque eso suponga vivir en un país diferente o no saber cuál será nuestro próximo paso.

El doctor Gary Chapman, autor de Los cinco lenguajes del amor, explica que “las acciones de apoyo a menudo marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso”. Anima a las parejas a estimular y respaldar los proyectos de sus cónyuges, sean grandes o pequeños.

4. Escoger la integridad, incluso cuando no es conveniente

El doctor James Craig, un terapeuta matrimonial de Indiana, opina que “la amenaza definitiva para los matrimonios de hoy en día no es el estrés de origen externo, sino lo que sucede en el interior [de la relación]”. Según continúa: “La gente se centra más en lograr ser felices ellas mismas que en hacer lo que es correcto”. A menudo he visto a mi padre priorizando el camino de la rectitud y la integridad.

Cuando la madre de mi madre estaba al borde de la muerte por un cáncer, mi padre trasladó a su joven familia para estar más cerca de ella. Aunque se sacrificaba con un trayecto a su trabajo de casi tres horas, dejó a un lado su conveniencia para poner primero a mi madre, a mi abuela y a los demás.

No he tardado mucho en darme cuenta de que poner primero a mi marido y hacer lo correcto en un matrimonio es más difícil de lo que parece.

Cuando mi marido y yo diferimos, hace falta poder mental y emocional para mostrar paciencia y entendimiento. Requiere poner un pie fuera de mis propios deseos y mi hilo de pensamiento para hacer lo que es correcto. Basándome en mi rendimiento hasta ahora, imagino que cualquier coach honrado me diría que necesito más práctica.

5. Organizar citas divertidas

A veces mi marido y yo nos estancamos en el trabajo y en la planificación de nuestro futuro y se nos olvida divertirnos.

Recuerdo que cuando éramos más pequeños, mi padre daba prioridad al tiempo con mi madre, porque sabía que si seguían organizando citas juntos mantendrían la llama del romance. A día de hoy, encuentra tiempo de la forma que pueda para salir de cita con mi madre y pasarlo bien juntos, ya sea en una cena, una película o un paseo por la ciudad.

Mi marido y yo nos hemos dado cuenta de que incluso después de una escapada sencilla, como un evento gratuito de la comunidad o un paseo en bici, nos sentimos refrescados y reconectados como pareja.

Siempre estaré agradecida por las formidables lecciones que aprendí del carácter y del ejemplo de mi padre, y continuaré luchando por tener un matrimonio sano y duradero como el de mis padres. Si empleamos los sencillos secretos que funcionaron en parejas que admiramos, podemos conseguir mucho a la hora de ayudar a fortalecer nuestros propios matrimonios.

¿Cómo no caer en la rutina en el matrimonio?

5 consejos para no dejar que tu matrimonio caiga en la rutina

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Quien busca construir un matrimonio feliz, probablemente ya ha entendido que el amor es la base de todo. Por su propia naturaleza, es fuerte, dinámico, creativo y, por eso, nos pone siempre en movimiento. Sin embargo, para mantener encendida la llama del amor entre la pareja, es necesario estar atentos a algunos aspectos importantes, y uno de ellos es huir de la rutina.

La relación pasa naturalmente por fases, por ejemplo, el enamoramiento es un tiempo lleno de descubrimientos, generalmente marcado por la jovialidad de la pareja con innumerables opciones de actividades, y donde sobra poquísimo tiempo hasta para pensar en la rutina. Después, viene el noviazgo con las realidades propias de esa fase, donde el conocimiento se profundiza y ya surgen las ideas para la construcción de la fiesta de bodas, etc., es también muy raro que la rutina alcance a la pareja en esta época.

Incluso en los primeros meses o años de casados el clima de descubrimientos y entusiasmos mantienen la relación en estilo “luna de miel”. Después, viene el embarazo, los hijos, y las ocupaciones cambian el foco. Ahí, si no estamos atentos, la rutina se instala y puede socavar las estructuras que el amor llevó tanto tiempo en consolidar.

Entonces, surge la pregunta: ¿cómo huir de la rutina en el matrimonio? Existen muchos pasos que pueden darse. Indico cinco, lo cuales considero que son los más importantes, y te animo a ponerlos en práctica para que tu matrimonio sea fecundo, feliz y renovado por el amor cada día.

1 – Compartir antes que nada

Cada persona es única y su manera de amar y demostrar amor también son exclusivos, por eso compartir es fundamental. ¿Quieres huir de la rutina? Empieza por una buena conversación con tu pareja respecto a la relación.

Ten valor de preguntar lo que el otro piensa, siente y le gustaría hacer para avivar la llama del amor que los ha unido. Muchas veces, tenemos ideas maravillosas cuando se trata de demostrar amor, pero ¿será que la persona amada está de acuerdo con nuestra manera de amar? Es muy importante compartir lo que se piensa y se siente para conocer más y crecer en el amor.

2 – Cuida bien lo que es tuyo

Desde niña, se me aconsejó cuidar bien lo que se me daba, incluso aunque fuera un juguete sencillo, un zapato, etc. Creo que eso también se aplica en las relaciones.

Pienso que cuidar el matrimonio es como cultivar una planta: la recibes linda y llena de vida, y si sigues cuidando de ella de manera adecuada, ciertamente vivirá bien y florecerá frente a tus ojos. Si no la cuidas, se marchitará gradualmente y morirá. Entonces, si quieres saber cómo salir de la rutina en el matrimonio, primero revisa tus actitudes. Piensa cómo cuidas a la persona que Dios te dio.

3 – Prioriza tu relación

A medida que los compromisos propios de una vida a dos se vuelven rutina, la tendencia es que el matrimonio entre en el paquete. Siempre hay una cuenta que pagar, una casa que arreglar, un trabajo extra que hacer; y cuando finalmente has terminado todo, lo que más deseas es dormir.

En estas situaciones, la tendencia es ir dejando para mañana el tiempo exclusivo que dedicarías a tu pareja. No obstante, al día siguiente, surgirán nuevas actividades y probablemente no tendrás tiempo libre. Entonces, el consejo es: sé realista y pon tu amor al principio de la lista de prioridades. Si fuera necesario, escríbelo en la agenda, para no dejar de lado un tiempo dedicado sólo a la pareja. Hablen, escuchen, mírense a los ojos y estén juntos sin compartir el tiempo con nadie, incluso con el celular, que además, ha robado un tiempo de calidad que el amor merece.

4 – Paseen juntos

¿Recuerdas el inicio de la relación cuando sólo de pensar en salir juntos era motivo de felicidad? Pues eso en el matrimonio puede y debe seguir pasando. Incluso cuando tengan hijos y el dinero sea poco, salir juntos, aunque sea para tomar un refresco en la esquina, es una de los mejores consejos de cómo salir de la rutina.

Para ello, prográmalo: vístete bien, usa un buen perfume y ve con buena disposición, de corazón abierto, pensando en la felicidad que es amar y ser amado. En el encuentro, evita hablar sobre los hijos y las tareas domésticas. Si es posible, recuerden la época que los unió. Si fue el amor por la lectura, por ejemplo, ¿qué tal visitar una librería? Si les gusta la playa, ¿qué tal caminar por la arena al lado del mar tomados de la mano? Al actuar así, mantendrán la atención en una actividad placentera y, además, saldrán de la rutina.

5 – Demuestra el amor con gestos

Don Bosco tiene una frase famosa que dice: “No basta que los jóvenes sepan que son amados, ellos necesitan sentir el amor”. Creo que en la relación también es así. Por más que el otro sepa que lo amas, es necesario manifestar el amor; en ese momento, los pequeños gestos hacen la diferencia.

Una llamada de teléfono espontánea sólo para decir “te amo”, una flor, una tarjeta de amor, un regalo fuera de fechas conemorativas, elogios espontáneos y muchas otras cosas sencillas que, ofrecidas con amor, hacen toda la diferencia. En realidad, la pareja no necesita grandes cosas para ser feliz, necesita dar y recibir atención, dedicarse a cuidar del otro, rompiendo con la rutina en la relación todos los días.

Todos estos consejos, además de ser importantes, no quitan la espontaneidad de la pareja. De vez en cuando, deja espacio para la improvisación y da libertad para que sucedan cosas naturalmente. Trazar la rutina de todos los fines de semana, por ejemplo, hace que parezca que todos son iguales y así sucesivamente. Por lo tanto, presta atención, prioriza realmente el amor en tu vida y verás que no es tan difícil huir de la rutina y tener un matrimonio feliz.

Niño que nació sin cerebro ahora puede hablar, contar e ir a la escuela

Demasiado para lo que los expertos decían

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Cuando nació Noah Wall, los médicos dijeron que probablemente no sobreviviría y que, de hacerlo, quedaría gravemente discapacitado físicamente y en su desarrollo. Nacido con únicamente el 2% de su cerebro en una familia de Cumbria, Inglaterra, no había esperanza para Noah, al menos según decían los médicos.

In utero, Noah había desarrollado una rara complicación de espina bífida por la que su cráneo se llenó de líquido, aplastando su cerebro hasta una “fina rodaja de tejido”, según recoge el diario británico Mirror. Se aconsejó a los padres, Shelly y Rob, que abortaran en cinco ocasiones. Se negaron. Tras el nacimiento de Noah, los médicos cerraron una herida abierta en su espalda e instalaron un shunt para drenar el fluido de su cerebro.

Shelly y Rob ya habían adquirido un ataúd para bebés para Noah, pero nunca dejaron de creer que el pequeño fuera menos que un magnífico regalo. Lo llevaron a casa, donde la familia al completo lo rodeó constantemente de amor, afecto y un cuidado atento las 24 horas del día. El cerebro de Noah empezó a crecer y a crecer. Y luego creció un poco más.

Cuando tenía 3 años, un escáner cerebral mostró que su cerebro “se había expandido hasta el 80% de un cerebro normal”. Ahora un documental del Canal 5 de Reino Unido, The Boy Who Grew A Brain [El niño al que le creció un cerebro] informa sobre lo lejos que ha llegado Noah.

La familia mantiene estimulado el cerebro de Noah para ayudar a su crecimiento neurológico. La neurocirujana de Noah, la doctora Claire Nicholson del hospital infantil Great North de Newcastle, en Inglaterra, lo califica como “un muchacho extraordinario con dos padres extraordinarios”.

Noah, que siempre sonríe y demuestra empatía y amor con sus palabras y acciones, está aprendiendo a leer y escribir, sabe contar y va a la escuela. Su cerebro sigue desarrollándose más allá de lo que podría haber imaginado o siquiera soñado nadie y, después de algunas cirugías en sus caderas, la familia de Noah cree que podrá caminar algún día. Por la forma en que se ha desarrollado esta historia hasta ahora, todas las apuestas favorecen a Noah.

Memoria de san Josemaría

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Autores: Javier Echevarría, Salvador Bernal Rialp. Madrid, 6ª edición (2016). 384 págs. 16€.

Se actualiza esta obra, publicada por primera vez en 2000 con el título Memoria del Beato Josemaría Escrivá. Contiene el testimonio sobre el fundador del Opus Dei por parte de una persona altamente cualificada: Mons. Javier Echevarría, un estrecho colaborador del futuro san Josemaría desde 1950 hasta 1975, luego Vicario general y, en fin, Prelado desde 1994 hasta su muerte a finales de 2016. En su momento, para organizar y distribuir sus recuerdos contó con la aportación de Salvador Bernal, que utilizó la técnica de la gran entrevista, típica del periodismo cultural moderno.

El libro consta de cuatro extensos capítulos. El primero, “Un sacerdote que amó al mundo”, arranca de la lucha ascética contra los defectos. Mons. Echevarría describe cómo se exigía san Josemaría, su actitud ante el cansancio y el trabajo, el dolor y la alegría, las oscuridades y los deslumbramientos. Todo un epígrafe se dedica a las enfermedades que padeció y consideraba “caricias de Dios”. Se exponen también las intensas contrariedades que sufrió, sobre todo, desde la fundación del Opus Dei.

El capítulo segundo, “Una personalidad atrayente”, reúne un conjunto de recuerdos sobre el modo de ser en lo humano. Se pasa revista, con anécdotas y comentarios, a su genio vivo, a su gran corazón, a su afán por sembrar paz y alegría, su amor por la justicia y su continua defensa de la dignidad y libertad de la persona, entre otros aspectos.

El tercer capítulo, titulado con un verso de San Juan de la Cruz, muy familiar al fundador del Opus Dei, “Le di a la caza alcance”, se ocupa específicamente del trato personal con Dios. El núcleo es el espíritu contemplativo en medio del mundo y dentro de las actividades cotidianas, con la Misa como centro y raíz de la vida interior. Mons. Echevarría, que le ayudó muchas veces en la celebración del sacrificio eucarístico, aporta múltiples detalles de cómo se preparaba antes de celebrar, de su acción de gracias o de su empeño por convertir todo el día en una Misa.

En el último capítulo, “Y como el Evangelio nueva”, aparecen textos que muestran la originalidad en el modo de vivir diversas virtudes dentro de la tradición cristiana, como la insistencia en la unidad de vida. Mons. Echevarría se detiene en el modo laical de vivir virtudes como la laboriosidad, la humildad, la pobreza, la prudencia, o la romanidad: forman parte del patrimonio de la Iglesia, pero en su día fueron motivo de contradicciones para el Fundador del Opus Dei.

En las páginas de este libro se describen rasgos decisivos de la vida y enseñanza de san Josemaría, que constituyeron la gran inspiración de la vida de Mons. Echevarría, especialmente en su oficio como Prelado a partir de 1994. Y conforman una imagen detallada del itinerario de santidad de un hombre del siglo XX.

Texas: el viento, petróleo verde

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Si hay algo que uno asocia a Texas es el petróleo. Un paisaje con plataformas perforadoras de pozos petrolíferos.  Una legislación favorable al fracking. Un estado tradicionalmente republicano, donde han ganado los votantes de Trump, que no cree que el cambio climático esté causado por las emisiones de carbono. Energías fósiles, energías sucias.

Y, sin embargo, hay vientos de cambio, que están haciendo de Texas un inesperado líder en la energía eólica, informa The Guardian. Según datos de la American Wind Energy Association, en Texas funcionan 11.600 turbinas, lo que le convierte en el primer estado del país por capacidad instalada en este tipo de energía. La eólica proporciona ya el 12,7% de la producción de energía eléctrica del estado (en el ámbito nacional, la energía eólica aporta el 4,7% de la electricidad en 2015).

Hoy en el paisaje tejano las vacas conviven con las turbinas eólicas. Y no es que los granjeros de Texas pretendan salvar el planeta; se conforman con salvar sus economías familiares, tantas veces a merced de sequías e inundaciones, y de los ciclos de alzas y bajas del precio del petróleo que repercuten en la economía del estado.

El alquiler del terreno para la instalación de turbinas les está proporcionando una renta regular –unos 10.000 dólares anuales por turbina instalada–, lo que les permite también aumentar su margen de beneficios y mantener sus explotaciones. La energía eólica está siendo lo que fue en Texas el petróleo y el gas hace un siglo.

También está siendo una fuente de empleos, que compensan los que se están perdiendo en el sector petrolífero. Con la caída de los precios del petróleo y los cambios tecnológicos, en Texas se han perdido 98.000 empleos petrolíferos desde 2014. Esto no quiere decir que la producción de petróleo esté de capa caída. Al contrario: tanto a nivel nacional como en Texas la producción aumenta, aunque los precios hayan caído.

Gracias a las nuevas tecnologías, a las explotaciones que hace tres años requerían para ser rentables un precio de 60 dólares por barril, ahora les basta que no baje de 35 dólares,  mientras que el precio actual es de 55 dólares. En cambio, necesitan mucha menos mano de obra. Tareas de perforación y explotación que antes estaban a cargo de trabajadores, ahora han sido automatizadas.  No pocos trabajadores del sector, que tradicionalmente estaban entre los mejor pagados de la industria, han perdido sus empleos. Y, a pesar de las promesas de Trump, no parece que vayan a recuperarlos. Parte de ellos se están reciclando en el sector de la energía eólica, cuyas inversiones en Texas se han disparado.

Texas tiene aún mucho por ganar en el capítulo de energías renovables. Mientras que la generación de electricidad por fuentes renovables es el 13% a nivel nacional, en Texas es el 10,6%. Pero el cambio que allí se está produciendo indica que el medio ambiente y la economía no tienen por qué estar reñidos.

«La Virgen ayuda especialmente a todo lo relacionado con la familia»

El rector de Torreciudad

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Pedro Díez-Antoñanzas explica la piedad popular que rodea a la Virgen de Torreciudad

Desde 2016, el sacerdote Pedro Díez-Antoñanzas es rector del santuario mariano de Torreciudad. Este sacerdote del Opus Dei es licenciado en Filosofía y Letras, Historia Medieval y doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra.

Ya como sacerdote ha sido profesor en varios colegios de Fomento en España y ha desarrollado su labor en Zaragoza, Praga y Madrid, casi siempre vinculado a tareas de formación de la juventud. Ahora, ser el rector de este importante santuario es un gran reto del que habla con Odisur, la publicación de los obispos del sur de España:

Don Pedro reconoce que cuando le nombraron rector del Santuario, se “asustó” un poco, porque nunca había estado al frente de una parroquia o templo. Pero asegura que la Virgen le dio paz: “En el momento en el que llegué a Torreciudad, la Virgen me dio paz, me dio tranquilidad. También descubrí que hace falta ser muy inútil para que eso se hunda, porque efectivamente Torreciudad es un sitio que más que rector tiene rectora, y la Virgen hace que ahí ocurran cosas, que eso funcione, que venga gente, las conversiones… que mucha gente descubra muchas cosas, descubra su vocación, que las familias se unan”.

“Mi misión es rezar por las cosas que me piden que rece”

El rector pide pone las intenciones de los visitantes a los pies de la Virgen: “Mi misión fundamental es rezar por las cosas que me piden que rece. Allí viene gente, te cuentan su historia, sus problemas… te piden que lo reces. A veces me escriben emails o a la página web del Santuario y me pasan esa intención. Y la verdad es que dedico cada mañana, un tiempillo, cada vez más largo, a sentarme delante de la Virgen antes de que se abra el Santuario y leerle todas las historias que me han pedido que rece, que cada vez son más.

Pedro Díez-Antoñanzas tiene claro cuál es su principal misión en el Santuario: “Me parece que ese es mi trabajo más importante, recibir y acoger a la gente, intentar acercarles más a la Virgen. A través de nuestra acogida y a través de nuestra Palabra, hacerles descubrir esa misericordia que Dios manifiesta a través de su Madre y en los lugares marianos de una manera especial”.

La devoción a Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad es anterior a la construcción del Santuario. El Somontano, esa zona del Pirineo, fue durante muchos decenios frontera entre los musulmanes y los cristianos, y la Virgen de Torreciudad “fue una de esas imágenes que fue escondida porque esa zona fue ocupada, luego se recuperó esa zona, para que nadie le hiciera nada, y en un momento dado, la encontraron”, explica el rector. “Hay documentos del año 1084 de que se está haciendo ya ahí o existe ya ahí una ermita”. Por eso, hace relativamente poco, en 1984, se celebraron los 900 años.

La devoción de San Josemaría a la Virgen de Torreciudad

San Josemaría Escrivá quiso dedicar el Santuario a la Virgen a Torreciudad en agradecimiento de su curación. Cuando tenía 2 años, estuvo a punto de morir por una epidemia y su madre le pidió a la Virgen de Torreciudad que se curara. Fue milagroso, ya que muchos niños de la zona murieron, también el hijo del médico que le atendió.

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Procesión de la Virgen en Torreciudad

Sus padres viajaron hasta la ermita para agradecerle a la Virgen esta curación y ofrecerle a san Josemaría. Para llegar hasta allí, recorrieron 15 kilómetros a caballo, ya que en esa época no había carreteras en aquella zona.

Pedro narra que en los años 60, san Josemaría tuvo esa emoción de hacer algo grande por la Virgen y a finales de los 50 empezó a pensar en eso. Buscó información, visitó la ermita, pensó que se podía hacer allí. Y más, a finales de los 60, que fue un momento convulso para la Iglesia después del Concilio, “quiso hacer algo grande y sonoro para la Virgen, porque en muchos sitios se estaba como enfriando la devoción a la Virgen, la piedad…”, detalla el sacerdote.

200.000 peregrinos en 2016

Según los datos de la página web del Santuario, 200.000 personas visitaron Torreciudad en el año 2016.

Además de los peregrinos procedentes de muchos países del mundo que visitan el Santuario, los vecinos y lugareños de la zona también tienen devoción a la Virgen de Torreciudad y muchos acostumbran a ir a la Misa dominical: “La gente de la zona que viene aquí a ofrecer a sus niños, la gente del pueblo de alrededor que habitualmente viene a Misa el domingo al santuario, y en muchas ocasiones, me ha sorprendido también que hay mucha gente de Lérida. Una tarde, un domingo… Mucha gente que acostumbra a venir a confesarse a Torreciudad”.

Pedro Díez-Antoñanzas piensa que los santuarios son un sitio clave para la Evangelización con todas las personas, en la línea de lo que el Papa Francisco enseña sobre la piedad popular: “Un santuario es un lugar donde cualquiera se puede encontrar con Cristo. No solo grandes intelectuales, o gente con una formación cristiana más elaborada, sino todos, toda persona, cualquiera”.

El rector asegura que “el amor a la Virgen no lo manifiestan solo los poetas, ni solo los teólogos, ni solo los grandes actos y grandes escritos, san Bernardo, tal… sino cualquiera, si hay un lugar, una imagen de la Virgen, que por voluntad divina se ha hecho especialmente popular como aquí en Granada, las Angustias, cualquiera tiene acceso a la Madre, y por tanto, también al Padre, y lo puede manifestar libremente según su capacidad y su sensibilidad”.

El Rector también señala la importancia del Santuario para rezar por las familias: “La Virgen de Torreciudad ayuda especialmente a las familias y todo lo que tiene que ver con la familia, la preparación al matrimonio, el matrimonio, los momentos buenos, los malos, la enfermedad, el dolor… Pienso que es un lugar precioso para ir y poner tus cosas, tu familia, tus amores a los pies de la Virgen”.