El drama de las esterilizaciones forzadas en Perú

Mujeres expresan dolor y vuelven a exigir respuestas ante el daño irreparable

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Peruvian andean women victims of forced sterilizations during the administration of Peru’s former President Alberto Fujimori, protest in Lima on February 13, 2014. AFP PHOTO/ERNESTO BENAVIDES / AFP PHOTO / ERNESTO BENAVIDES

“¿Si yo hubiera nacido? ¿Si me hubieran dejado nacer? ¿Sólo sería la hija de una campesina que no pudieron esterilizar?”.

Es lo que muchas jóvenes peruanas salieron a replicar en los últimos días en representación de muchas madres que no pueden dar más a luz.

“¡Somos las hijas de las campesinas que no pudiste esterilizar!”, coreaban las muchachas durante una masiva manifestación hacia la Plaza San Martín, en el centro histórico de Lima en Perú, semanas antes de las elecciones generales de 2016. Más allá de las utilizaciones políticas, subyace una gravísima violación de los derechos humanos contra los pueblos originarios, que es necesario sacar a la luz.

Según el primer reporte documentado del Comité de América Latina y el Caribe para la  Defensa de los Derechos Humanos de la Mujer (Cladem), esta misma situación se vivió en Latinoamérica entre la década de los ´90.

La verdad descarnada

Asediadas, confundidas, engañadas, así vivían las mujeres en los pueblos olvidados de los Andes peruanos.

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“Nos llevaban en camiones, varones y mujeres íbamos a la fuerza (…) ¡Cuando tengas otro hijo, ya no lo vamos a inscribir!, nos decían las enfermeras del centro de salud”.

“La verdad descarnada”, es lo que nos muestran estos testimonios, recogidos por la abogada Giulia Tamayo del Cladem. Ellas se animaron a narrar los hechos, motivadas por organizaciones locales de mujeres de cada poblado, como lo indica este documental producido en 1999, por la propia abogada Tamayo.

“Fingí gritos, entonces me resistí…Me dijeron: ¡Tu marido es borracho seguro ya estarás embarazada, primero te haremos abortar, luego te ligaremos las trompas!¡Nos obligaron y ahora nos abandonan!”contaban en el documental las mujeres entre lágrimas.

A raíz de esto esto algunas mujeres quedaron impedidas de trabajar en la chacra.

Preguntas sin respuestas

¿Cuándo saltaron a la vista las primeras irregularidades en la implementación del programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar en el Perú?

A setiembre de 1996 se habían ejecutado el 42% deAnticoncepciones Quirúrgicas Voluntarias (AQV) en el poblado de Huancabamba en Piura, denunció Tamayo, una de las principales defensoras de los derechos de la mujer en Perú.

Para la especialista, la causa de muchos de los abusos a las mujeres andinas en edad fértil eran las metas de AQV que se fijaban al año.

Para el primer semestre de 1997, por ejemplo, ya se tenía 64.831 esterilizaciones, para ese año la meta fijada era de 150.000 AQV.

¿Qué estaba pasando en el sector salud? ¿Se trataba de un patrón sistemático para erradicar la pobreza, o para exterminar a los pobres en el país?

Entre los años 1996 al 2000 las mujeres pobres estaban condenadas a ser infértiles. A vivir mutiladas. Su cosmovisión había sido afectada.

Luego de casi 20 años aún no se ha logrado determinar cuál es el grado de participación voluntaria que tienen las víctimas, cuántas mujeres dieron su consentimiento, cuántas no lo dieron, o cuántas lo dieron sin entender con claridad lo que firmaban.

Mujeres y hombres al borde de la muerte

“Decían que la ayuda había llegado para 300 mujeres dePampa Anta en Cuzco. No podía comer, al no encontrar comprensión en mi actual pareja he pensado hasta en suicidarme (…) Firmé por temor a la Policía, a mi esposo lo amenazaron con llevárselo, entonces quedé inválida”.

En Huaytará Huancavelica, Juana Rosa Ochoa no corrió la misma suerte.  Fue intervenida durante una campaña de salud. A ella le perforaron el intestino grueso cuando intentaban ligarla, como lo documenta el video denominado “Nada Personal” del Cladem. Las imágenes fueron recogidas por el propio centro de salud cuando intentaban registrar la alta calidad en la atención que ofrecía el nosocomio.

No sólo las mujeres estuvieron al borde de la muerte, sino también muchos varones. A fines de 1997 se registraron 11.434 vasectomías.

Según el Ministerio de Salud, las ligaduras también iban en aumento. La última cifra registrada en ese año fue de 14.542.

Piden reparación y aún no son escuchadas

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Luego de 15 años, 2 .074 mujeres figuran como agraviadas en la Fiscalía. El expediente ha sido reabierto en reiteradas oportunidades. En 2001 se mandó al archivo. En 2009 se cerró, hasta que en 2011 a pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos volvió a iniciarse el proceso.

Más de 272.000 mujeres fueron ligadas y alrededor de 22.000 vasectomías fueron realizadas en los varones.

Sin embargo, el exministro de Salud Alejandro Aguinaga, ministro del sector de 1999 al 2000, reconoce que sólo 34 mujeres fueron afectadas.

Hasta el momento sólo a los familiares de la fallecida María Mamérita Mestanza, a quien se le aplicó la AQV en Cajamarca, se le ha concedido la reparación que tantas otras exigen.

Bajo la lupa

A solo un mes de que los peruanos deban acudir a las urnas por segunda vez, temas como estos empiezan a colarse en la agenda mediática. Sin embargo, más allá de “clima electoral”, el daño ocasionado a las mujeres es irreversible.

La excongresista de la República Hilaria Supa reconoce que el método aplicado en las mujeres andinas no fue el más adecuado.

Condenadas a conseguir solo las promesas de los futuros gobernantes, estas mujeres exigen se resuelvan estos casos y piden el reconocimiento de crímenes de lesa humanidad, para que no queden impunes.

En 2014 el expediente fue llevado al archivo por quinta vez, luego de que en 2011 fuera reabierto pese a que no habría ninguna nueva prueba como lo dispone la ley.

A principios de este año, a través de un decreto, el Ministerio de Justicia dispuso la creación de un marco jurídico para implementar la asistencia legal y gratuita, el acompañamiento psicológico y la atención de la salud integral a las mujeres afectadas por las esterilizaciones forzadas.

La pornografía problema de salud pública

Utah, primer Estado de EE UU en declararlo

La proclama reconoce la importancia de la educación para prevenir y trata de concienciar sobre sus prejuicios

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El gobernador de Utah, el republicano Gary Herbert, de 68 años y padre de seis hijos, ha saltado hoy a los titulares de prensa al firmar la primera resolución en la que califica a la pornografía como un problema de salud pública con múltiples implicaciones en la sociedad y en las familias.

Herbert, quien pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mejor conocida como la Iglesia de los mormones, es gobernador de Utah desde 2009, fue educado en la Universidad de Brigham Young y antes de entrar en la política trabajó como agente inmobiliario en Salt Lake City, sede, justamente, de los mormones en Estados Unidos.

Utah pasa a ser el primer Estado que promueve una iniciativa de esta naturaleza. Lo hace, dijo Herbert, ante el problema de “crisis de salud” pública que está produciendo el consumo de pornografía en todo el país.

Cabe destacar que Estados Unidos es el principal productor y consumidor de videos pornográficos en el mundo.

“Somos conscientes de que esta es una afirmación audaz y que algunos no estarán de acuerdo con nosotros: pero reconozcamos que estamos aquí para decir con nuestra afirmación audaz que la pornografía es una crisis de salud”, dijo el gobernador de Utah ante representantes de la comunidad presentes en el acto de firma de la proclama.

Un signo contra la objetivación y la trata

Cabe señalar que se trata de eso, de una proclama que no tiene validez legal y carece de la posibilidad de prohibir la pornografía en el Estado de Utah, sin embargo –con ella—la entidad muestra claramente cuál es su posición ante esta “industria”.

Dos son los ejes de la proclama. El primero, el reconocimiento de la educación para prevenir, educar e investigar la exposición y los efectos de la pornografía, y el segundo, generar conciencia de los prejuicios que se causan sobre todo en la mujer usada como “objeto y materia prima” del espectador.

En la sesión del lanzamiento de esta proclama estuvieron presentes colectivos que protegen de la explotación a las mujeres en Estados Unidos.

También defensores de los derechos de los niños, pues según lo anotado por el gobernador Herbert, este “negocio” aumenta la trata de personas y el uso de niños como objetos sexuales.

Otro aspecto de la proclama es que los trabajadores de informática en el Estado están obligados a informar a las autoridades de toda comunicación que descubran que contenga pornografía infantil. En caso de no hacerlo podrían enfrentar cargos muy severos.

La verdadera Revolución Sexual

La Revolución Sexual ha fracasado, ¿quién guía ahora la revolución de la sexualidad?

            Si hacemos una visión retrospectiva desde la llamada revolución sexual de los años sesenta, hasta nuestros días, veremos que este hecho histórico que produjo tantos cambios trajo consigo más represión y manipulación que liberación de la sexualidad, ya que ésta se ha centrado más que nunca en la búsqueda del placer sexual genitalizado.

            En la actualidad, el sexo es manipulado por quienes lucran con la degradación del mismo, a través de la pornografía, el cine y la propaganda.

            Los medios de comunicación social saben que la mujer o el hombre genitalizados son más vulnerables para ser manipulados en favor de la producción industrial y el consumismo de bienes materiales. Lo anterior nos lleva a experimentar una sensación de insatisfacción y vacío interior provocada, porque lejos de que exista una verdadera liberación sexual, dicha revolución ha acentuado la genitalización del sexo, y hemos olvidado de dar paso a la creatividad, al amor y a la trascendencia, siendo éstas las mejores armas para  levar a cabo la verdadera revolución sexual.

Cuando el hombre y la mujer se aman en serio, se entregan el uno al otro para siempre, y eso es el matrimonio. Entonces tiene sentido la expresión corporal de esa entrega total, que es el acto matrimonial, que a veces designamos como “hacer el amor”.

En realidad, hacer el amor, de verdad de verdad, sólo es posible dentro del matrimonio, porque sólo cuando dos personas se han entregado ya totalmente, ese acto es verdadera expresión del amor total. Si no ha habido entrega de la propia vida mediante el matrimonio, no puede haber expresión auténtica de una entrega que todavía no existe. El acto sexual fuera del matrimonio es una mentira radical (cfr. Mikel Gotzon, Saber amar con el cuerpo, p. 18).

El matrimonio surge por el consentimiento de dos voluntades. Casarse es entregarse para siempre, es como tirarse sin paracaídas: una vez que he saltado, la cosa no tiene remedio. Casarse es la entrega mutua entre dos personas para siempre: Una con uno para toda la vida. Si todavía no nos hemos casado, no nos hemos comprometido. No es lo mismo acostarse cuando todavía no nos hemos casado que hacerlo después. Hacer el amor es verdad, y por lo tanto, bueno, sólo después de la boda, que consiste en ese acto de voluntad de comprometerse para toda la vida.

Como el amor es lo más grande que tenemos, y se ha de amar con el único cuerpo y la única mente que tenemos, corromper la integridad sexual del cuerpo con la impureza del egoísmo carnal, es corromper el vehículo e instrumento que tenemos para expresar y realizar el amor.

La corrupción e impureza del cuerpo luego se refleja en la voluntad y en el corazón de esa persona. Luego será corrupta en otros campos. El egoísmo se mete en el alma. El cerebro va acumulando un modo egoísta de vivir el sexo y un modo egoísta y animal de considerar al otro. No se le ve como persona a la que se ama, sino como objeto de placer.

Superar esta podredumbre es difícil, más con el paso del tiempo. Sólo siendo sinceros y reconociendo la maldad de las actuaciones anteriores, y con la ayuda de Dios, puede el ser humano arreglar ese desastre. Pero la limpieza exige un proceso inevitable de purificación, que es más duro que el desarrollo natural de la castidad. La impureza es utilizar el sexo para fines egoístas de placer corporal. La pureza es saber amar con el alma y el cuerpo, saber entregarse por entero, dentro del matrimonio.

En su momento, el entonces Cardenal Ratzinger escribió: “Dondequiera que se erige en derecho el exterminio de una vida inocente, se hace derecho de la injusticia. Dondequiera que el derecho deja de proteger la vida humana, está puesto en tela de juicio como tal derecho. Decir esto no equivale a imponer la moral especial cristiana; se trata aquí de la humanidad, de la condición humana del hombre, que no puede erigir el atropello de la creación en liberación propia sin engañarse profundamente a sí mismo” (El Dios de Jesucristo, p. 45. Ed. Sígueme, 1979).

La sociedad ha reprimido nuestra sexualidad y ha sido precisamente la Iglesia quien, al hablar de la verdad del cuerpo humano, defiende la sexualidad y su belleza. En el cuerpo tiene lugar la historia del amor y del gran trabajo de Dios. La primera manifestación del amor de Dios se encuentra ahí. Educar a los jóvenes para que crezcan en el amor es una gran tarea. Platón, filósofo griego, dice que todo comienza con el encuentro con la belleza del cuerpo, después se procede hasta llegar a Dios.

A la interpelación corriente sobre qué es el sexo, cabe dar una respuesta banal, en la vía de la “química”. Y cabe una respuesta rigurosa, fruto de muchas horas de estudio y reflexión.

Aviso o advertencia del cielo

Por beckyreynaud

cruz-en-el-cielo-20830790Hay una gracia que vendrá al mundo tan asombrosa como fue Pentecostés. Es importante saberlo para entender lo que pasa, pues los enemigos de Dios dirán que es un fenómeno natural cuando la realidad es que va a ser un don de Dios en orden a nuestra posible conversión. La mística Ana María Taigi, reverenciada por los papas por sus profecías, habla de una “iluminación de conciencia”. San Edmundo Campion habla “del día del cambio”, cuando Dios revele a los hombres su conciencia. Conchita, de Garabandal, lo llama “la advertencia”; el Padre Gobbi lo llama “el juicio en miniatura”; la sierva de Dios María Esperanza lo llama “el gran día de luz”, cuando la conciencia de todos será movida (cfr. markmallet.com Revelation Illumination, The Ilummination Fire). Santa Faustina proclamaba que la humanidad vivía un prolongado “tiempo de misericordia”. Escribe revelaciones donde habla Jesús: “Antes de venir como Juez Justo, vengo como Rey de Misericordia. Les será dado un signo en el cielo. Se apagará toda la luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la tierra. Entonces, en el cielo aparecerá el signo de la cruz y de los orificios donde fueron clavadas las manos y los pies del Salvador, saldrán grandes luces que durante algún tiempo iluminarán la tierra” (Diario n. 83).

El Aviso o Advertencia es un importante hecho de carácter global, físico y espiritual, anunciado por la Sagrada Escritura en el sexto sello del Apocalipsis (6,12-18) y recordado por la Virgen como algo próximo. El sexto sello describe una gran catástrofe natural de origen astronómico y simultáneamente un fenómeno personal universal. Ambos hechos afectan a todos (Apoc 6,15). Es el día de la ira del Señor (Sofonías 1,15). Dice el Apocalipsis: Cuando se abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto (…), la luna se puso como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte; y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos (Apoc 6, 12-14).

El Aviso será una iluminación de conciencia que Dios nos dará como regalo para que veamos nuestra alma como la ve Él. Todos sabrán lo que es bueno y lo que es malo. Si los hombres deciden ir por el bien, irán con gran claridad; si deciden ir por el mal camino, irán con gran maldad. Muchos verán que lo que han visto no les ha gustado, entonces, en vez de tomarlo como un regalo del Cielo dirán: “Es sólo una alteración del eje de la tierra”, o dirán “la alteración del magnetismo puede alterar las neuronas”, o bien, “el cerebro subió o bajó a otro nivel”.

La fecha del aviso nadie la sabe pero hay quien se aventura a darla, como Antonio Yagüe, al decir que hipotéticamente será el 11 ó 13 de noviembre del 2016; otros expertos dicen que estos eventos se darán en las próximas dos décadas pero no más tarde.

Por el Aviso no morirá nadie a menos de que se suiciden. Será de corta duración. Muchos rectificarán su vida, pero otros continuarán por su camino hacia la perdición porque se les ha endurecido el corazón.

El Evangelio habla de ese día en que “las potencias del cielo serán conmovidas” (Lc 21,26). El destello cósmico y otros fenómenos observados serán elementos accesorios. La esencia del Aviso es sobrenatural: Dios Padre se comunicará directamente con cada alma sobre la tierra. En ese momento cada uno sentirá dentro un calor que quemará y una voz interior. Será una revelación de nuestros pecados y veremos como nos ve Él, pero no seremos sentenciados por ningún veredicto pues es solamente una advertencia. En su misericordia Dios dará a cada alma la oportunidad de reflexionar sobre su estado espiritual, para que el resto de sus días sobre la tierra puedan ser empleados para purificar y prepararse para la Segunda Venida de Nuestro Señor.

El Aviso será un acto del amor que Dios ahora extiende al mundo desde su Corazón, porque a través de él muchos se convertirán y regresarán al redil. A través de esa luz liberadora, millones una vez más tendrán algo por lo cual vivir.

No se trata de asustarse -el miedo no es de Dios- sino de ajustarse. Se trata de tener el conocimiento de las cosas para saber interpretar correctamente cuando pasen y no ser engañados con teorías racionalistas y materialistas, cuando la intención del Cielo es ayudarnos a rectificar el rumbo.

Antonio Yagüe, Sexto sello del Apocalipsis https://youtu.be/5xAxizFzkT4?t=69

Abortista es visitado por un santo católico

y lo que sucede después es increíble

Conoce la historia de Stojan Adasevic, el médico de la antigua Yugoslavia que, después de realizar más de 50 mil abortos, descubrió la verdad sobre lo que hacía

mano-y-fetoEl serbio Stojan Adasevic jamás olvidará el día en que, aún como joven estudiante de medicina, estaba organizando algunos archivos en la sala de los médicos, y algunos ginecólogos entraron a la sala.

Sin prestar atención al estudiante agachado tras una pila de papeles en el rincón de la habitación, comenzaron a contar historias de su práctica médica.

El doctor Rado Ignatovic recordó a una paciente que lo había buscado para un aborto, y el procedimiento falló porque el médico no había sido capaz de alinear el cuello del útero.

Mientras los médicos continuaron discutiendo la historia de la mujer, Stojan, que estaba escuchando, repentinamente se tensionó.

Se dio cuenta que la mujer sobre la que estaban discutiendo, una antigua dentista que trabajaba en una clínica cercana, era nada menos que su madre.

“Ella ya murió –dijo uno de los médicos-, pero yo me pregunto qué sucedió con el hijo no deseado”.

Stojan no pudo resistir. “¡Yo soy ese niño!”, dijo él, levantándose. El silencio se apoderó de la sala. Segundos después, los médicos comenzaron a retirarse.

Durante muchos años, el doctor Adasevic se acordó varias veces de ese evento. Le quedaba perfectamente claro el hecho de que debía su vida a un aborto fallido. Él, por su parte, jamás cometería ese error. Muchas mujeres eran enviadas a él por la dificultad de alinear el cuello del útero.

Ese nunca fue un problema para Stojan. Él se volvió el mayor abortista de Belgrado y, en poco tiempo, superó a su maestro en la profesión, el Dr. Ignatovic, a cuya incompetencia le debía su vida.

“El secreto está en acostumbrar la mano a través de procedimientos frecuentes”, decía él, citando el proverbio alemán, Übung macht Meister, es decir, la práctica hace al maestro.

Fiel a esa máxima, él realizó de 20 a 30 abortos al día.Su récord fue 35 abortos en un solo día. A día de hoy, ha perdido la cuenta de la cantidad de abortos que realizó en sus 26 años de práctica.

Él calcula que entre 48 y 62 mil abortos.

Durante años estuvo convencido de que el aborto –como se enseñaba en las facultades y libros de medicina– era un procedimiento quirúrgico no muy distinto a la extirpación del apéndice.

La única diferencia estaba en el órgano a extirpar: un pedazo de intestino en un caso, un tejido embrionario en el otro.

Las dudas comenzaron a surgir sólo en los años 80, cuando la tecnología del ultrasonido llegó a los hospitales de la antigua Yugoslavia.

Fue entonces cuando Adasevic vio por primera vez en el monitor del ultrasonido lo que hasta ese momento era invisible para él: el interior del vientre de una mujer, un bebé vivo, chupándose el dedo, moviendo sus bracitos y piernitas.

Con relativa frecuencia, fragmentos de aquellos niños luego estarían sobre la mesa que quedaba a su lado.

Yo veía sin ver –recuerda hoy-, pero todo cambió cuando comenzaron los sueños”.

Los sueños de Adasevic

Los sueños, en realidad, eran versiones diferentes de una sola escena, que lo atormentaba cada noche, día tras día, semana tras semana, mes tras mes.

Él soñaba que estaba paseando en un campo soleado, con bellas flores creciendo alrededor, y con el ambiente lleno de mariposas coloridas. Aunque parecía todo muy agradable, una sensación de ansiedad lo oprimía.

Repentinamente, el campo se llenaba de niños riendo, corriendo y jugando a la pelota. La edad de ellos variaba entre los tres o cuatro hasta alrededor de los veinte años. Todos eran increíblemente bellos.

Un niño en particular, y dos niñas, le parecían extrañamente familiares, pero él no lograba recordar dónde los había visto.

Cuando intentaba hablar con ellos, salían corriendo aterrados, gritando. Todo el cuadro estaba presidido por un hombre vestido de hábito negro que asistía atentamente a todo, en silencio.

Todas las noches Adasevic despertaba aterrado y quedaba despierto hasta la mañana. Las pastillas y medicinas de hierbas medicinales eran inútiles.

Una noche, se quedó perturbado durante el sueño y comenzó a perseguir a los niños, que huían. Agarró a uno de ellos, pero el niño lloraba de miedo: “¡Socorro! ¡Asesino!¡Sálvenme del asesino!”.

En ese momento, el hombre vestido de negro se transformó en una águila, se acercó y le quitó al niño de sus manos.

El médico se despertó con el corazón latiendo como un martillo en sus costillas. El cuarto estaba frío, pero él estaba caliente y cubierto de sudor. A la mañana siguiente, decidió buscar a un psiquiatra. Como no había espacio disponible de inmediato, reservó una cita.

La noche de ese mismo día, sin embargo, decidió quepediría al hombre de sus sueños que se identificara. Fue lo que hizo. El extraño le dijo: “Aunque te lo dijera, mi nombre no significaría nada para ti”. Como el médico insistió, el hombre finalmente respondió: “Me llamo Tomás de Aquino”.

De hecho, el nombre no significaba nada para Adasevic. Era la primera vez que él lo oía. El hombre de negro continuó:

– ¿Por qué no preguntas quiénes son los niños? ¿No los reconoces?

Cuando el médico dijo que no, él respondió:

– Mentira. Tú los conoces muy bien. Estos son los niños que mataste mientras realizabas abortos.

¿Cómo es posible? –contestó él– Esos son niños grandes. Yo nunca maté niños ya nacidos. Yo nunca maté a un chico de veinte años.

Tomás contestó:

– Tú lo mataste hace veinte años –respondió el monje-, cuando él tenía tres meses de vida.

Fue entonces cuando Adasevic reconoció los rasgos del chico de veinte años y de las dos niñas.

Ellas se parecían a personas de su círculo cercano, personas a quienes les había realizado abortos a lo largo de los años. El chico se parecía a un amigo cercano de Adasevic. Stojan había realizado un aborto a su mujer hacía veinte años. En las dos niñas el médico reconoció a sus madres, una de las cuales resultó ser su sobrina.

Después de despertar, decidió nunca más practicar un aborto en su vida.

“Sujeté un corazón latiendo en mi mano”

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Esa mañana en el hospital lo estaba esperando un sobrino suyo, acompañado de su novia. Ellos habían agendado un aborto con él.

Embarazada de cuatro meses, la mujer estaba lista para deshacerse de su noveno hijo consecutivo.

Adasevic se rehusó, pero su sobrino lo presionó tanto que él cedió, pero aquella sería, de hecho, la última vez.

En el monitor del ultrasonido él veía claramente al niño chupándose su dedo. Al abrir el útero, él introdujo los fórceps, aseguró algo y jaló. En las garras del instrumento estaba un bracito.

Él lo colocó sobre la mesa, pero una de las terminaciones nerviosas del miembro tocó una gota del yodo que estaba derramado ahí. De repente, el brazo comenzó a contraerse. La enfermera que estaba de pie a su lado casi soltó un grito.

Adasevic se estremeció, pero continuó con el aborto. Nuevamente él introdujo los fórceps, agarró algo y jaló. Esta vez, era una pierna. Él pensó para sí, “Mejor no la pondré en esa gota de alcohol”.

Una enfermera que estaba detrás de él dejó caer una bandeja de instrumentos quirúrgicos. Asustado por el ruido, el médico soltó los fórceps y el pie cayó al lado del brazo, y también comenzó a moverse.

El equipo jamás había visto algo así: miembros humanos contorsionándose en la mesa. Adasevic decidió moler lo que aún estaba en el útero y sacar todo en una masa amorfa.Comenzó a moler, aplastar, triturar.

Después de retirar los fórceps, seguro de que había reducido todo a una pasta, sacó un corazón humano. El órgano aún estaba latiendo, cada vez más débil, hasta que paró completamente.

Entonces se dio cuenta de que había matado a un ser humano.

Todo se oscureció a su alrededor. No logra recordar cuánto tiempo estuvo así. De repente, sintió un tirón en su brazo. La voz atemorizada de una enfermera gritaba: “¡Dr. Adasevic! ¡Dr. Adasevic!”.

La paciente sangraba. Por primera vez en años, el médico empezó a rezar de verdad: “¡Señor, no me salves a mí, sino a esta mujer!”.

Normalmente, el médico tardaba más de diez minutos en limpiar todos los restos del embrión que quedaban en el interior del útero. Esta vez, dos inserciones del instrumento por la vagina fueron suficientes para completar el servicio.

Cuando Adasevic se sacó los guantes, él sabía que aquél había sido el último aborto de su vida.

Un balde, instrumento de aborto

Cuando Stojan le informó al jefe del hospital de su decisión, hubo un tumulto considerable. Nunca antes en un hospital de Belgrado un ginecólogo se había rehusado a realizar abortos.

Comenzó, entonces, la presión. Su salario fue reducido a la mitad. Su hija fue despedida de su empleo. Su hijo fue reprobado de la selectividad. Adasevic fue atacado por la prensa y la televisión.

El estado socialista –decían– había educado a Adasevic para que él realizara abortos, y ahora él saboteaba al estado.

Dos años de persecución lo llevaron al borde de un colapso nervioso. Él estuvo a punto de pedir al administrador que lo recolocara nuevamente a hacer abortos, cuando Tomás de Aquino se le volvió a aparecer en sueños, tocando su hombro le dijo: “Tú eres mi buen amigo. Sigue luchando”.

Adasevic, entonces, comenzó a participar en el movimiento provida, viajando por toda Yugoslavia dando conferencias y charlas sobre el aborto. Logró exhibir dos veces en la emisora estatal del país el video El grito silencioso, del Dr. Bernard Nathanson:

Al inicio de los años 90, en gran parte gracias al activismo de Adasevic, el parlamento yugoslavo aprobó un decreto protegiendo los derechos del feto.

El decreto fue presentado al entonces presidente Slobodan Milosevic, que se rehusó a firmarlo. Con los conflictos en la región de los Balcanes, el decreto cayó en el olvido.

En cuanto a la guerra, Adasevic estaba convencido de que el genocidio que aconteció en la región no se debía a otra cosa sino a la alienación de Dios y a la falta de respeto por la vida humana.

Para probar su punto de vista, Adasevic describió una práctica común en la Yugoslavia socialista.

Como sus leyes protegían la vida del bebé sólo a partir del momento de su primera respiración, es decir, cuando llora por primera vez, los abortos eran legales en el séptimo, octavo y hasta en el noveno mes de gestación.

Al lado de la silla de partos había siempre un balde de agua.Antes de que el niño tuviese la oportunidad de llorar, el médico le tapaba la boca y lo sumergía en el agua. Oficialmente eso era un aborto, y era todo perfectamente legal, ya que el niño nunca respiraba por primera vez.

A ese respecto, a Adasevic le gustaba citar a Madre Teresa de Calcuta: “¿Si una madre puede matar a su propio hijo, cómo les decimos a las personas que no maten a otras?”.

Actualmente, la mayor parte de los abortos se realiza en clínicas privadas, las cuales no divulgan estadísticas sobre el procedimiento.

Incluso así, Adasevic calcula que un número muy alto de abortos sucede en la región:

“Lo que complica un análisis en esa área es el uso de abortivos como el DIU y la píldora RU-486, oficialmente clasificados como anticonceptivos. Los ancianos del Monte Athos, con los cuales hablé, clasifican los anticonceptivos entre pecaminosos y satánicos. Los primeros son los que previenen la unión del espermatozoide y el óvulo. Los segundos son los que matan al niño ya concebido – precisamente lo que el DIU y la píldora del día después hacen. El dispositivo intrauterino actúa como una espada, que separa al pequeño ser humano de su fuente de alimento en el útero. Es una muerte terrible. Un ser humano muere de hambre en un lugar lleno de nutrientes”.

Ahora que, gracias a la intervención de santo Tomás de Aquino, Adasevic es capaz de mirar la humanidad del feto, él está convencido de que existe una “guerra real” que se lleva a cabo, “trabada por los que ya nacieron contra los que no han nacido”.

“En esa guerra, ya crucé la frontera varias veces: primero, como feto condenado a la muerte, después cuando me volví abortista, y ahora como apóstol provida”.


Fuente: Os Peregrinos de São Miguel | Traducción y adaptación al portugués: Equipe Christo Nihil Praeponere