Nueva prueba para Asia Bibi: amenazada en la cárcel

Más detenciones y violencia contra los cristianos por supuesta blasfemia

web-christians-praying-church-pakistan-woman-facebook-christians_in_pakistan

Asia Bibi, católica, madre de cinco hijos, languidece todavía en la cárcel de mujeres de la ciudad pakistaní de Multan. Arrestada el 19 de junio de 2009, fue condenada a pena de muerte en 2010 después de ser acusada de blasfemia contra el profeta Mahoma por musulmanas de su pueblo con las que había tenido una disputa.

Su apelación fue inicialmente rechazada por el Tribunal Superior de Lahore, pero el recurso presentado por sus abogados fue aceptado in extremis por el tribunal supremo pakistaní el pasado mes de julio, lo cual suspendió sine diesu ejecución.

Un asunto interior e internacional

La justicia pakistaní pisa terreno sensible. El caso de Asia Bibi es un asunto interno. Los islamistas reclaman a gritos la horca de la desafortunada. Pero también se ha convertido en un asunto internacional a causa de la indignación que suscita en el mundo la injusticia de su condena y su mantenimiento en la cárcel desde hace más de seis años.

Muchos dirigentes occidentales, así como el Papa Francisco, han intervenido a su favor. El pasado mes de abril, el Pontífice declaró que rezaba por la joven. Se encontró con su marido, con una de sus hijas y con su abogado al final de una audiencia general.

En el mes de junio, la conferencia episcopal francesa expresó su inquietud ante la degradación del estado de salud de Asia Bibi y reclamó que se le proporcionaran los cuidados médicos a los que todo ser humano tiene derecho. Los obispos franceses reafirmaron que esperan que Asia Bibi sea perdonada y recordaron que “la pena de muerte no se justifica, y menos por un supuesto delito de blasfemia”.

En aislamiento para su protección

En Pakistán, los islamistas no dejan de amenazarla, incluso en su cárcel. Ellos se exacerbaron a principios de este mes de octubre al conocer la confirmación del tribunal supremo pakistaní de la pena de muerte pronunciada contra el asesino del gobernador de Punjab, Salman Taseer, en 2011.

Él había intentado reformar la ley que condena la blasfemia en Pakistán, y que en realidad permite a cualquiera vengarse de alguien acusándolo de haber difamado al profeta o de haber desechado o quemado un Corán.

Este musulmán era uno de los defensores de Asia Bibi, así como el católico Shahbaz Bhatti, ministro federal católico de las minorías, asesinado en 2011 por haber defendido a Asia Bibi.

Su hermano, Paul Bhatti, exministro federal para la harmonía nacional y las minorías de Pakistán, hoy presidente de la All Pakistan Minorities Alliance (APMA), ha tomado heroicamente el relevo.

El pasado mes de julio, después de que el tribunal supremo aceptara examinar el recurso de Asia Bibi, él se mostró confiado: “En un futuro próximo, Asia Bibi será liberada. La comunidad internacional ha estado muy atenta a este caso, pero hay que felicitar a la justicia pakistaní por haber trabajado de manera transparente”.

Sin embargo, hoy Asia Bibi está nuevamente amenazada por los islamistas en su cárcel. “Funcionarios de prisión y defensores de los derechos humanos están preocupados por su salud y consideran que es blanco de “amenazas reales” por parte de sus compañeras de cárcel e incluso de sus guardias”, informó Radio Vaticano.

Por eso, las autoridades penitenciarias dicen haberla puesto en aislamiento para asegurar su seguridad. Esperemos que Asia Bibi no se vea privada por este hecho de las visitas de su familia.

Más detenciones por blasfemia

Mientras tanto, continúan las detenciones de cristianos acusados falsamente, en base a motivos diferentes, de blasfemia, entre ellos el joven cristiano Naveed John, de 24 años, acusado y arrestado en Sargodha, Punjab, informa la agencia Fides.

Según una práctica extendida entre los grupos cristianos pentecostales y carismáticos, el joven estaba orando en privado por otra persona, pidiendo a Dios que le liberase de los males físicos y espirituales. A su casa, a menudo iban seguidores de diferentes religiones, incluidos musulmanes, para pedirle que orase por ellos.

Uno de ellos, un oficial de policía vestido de paisano, llevó una espada en la que estaban grabados unos versos del Corán, y cuando el joven la puso debajo de sus piernas, lo denunció diciendo que Naveed había actuado intencionalmente para insultar al Corán. Según la Ong LEAD, la familia de la víctima también está amenazada.

En otro caso, un cristiano paquistaní y su familia se vieron obligados a abandonar su hogar para escapar de la ira de una multitud de musulmanes que los acusaba de blasfemia. El caso ocurrió en la zona de Wazirabad, en Punjab, donde Aftab Gill, de 40 años fue a sacar agua limpia de la fuente que pertenece a una mezquita, como muchos otros en la comunidad.

Un musulmán le dijo: “Los cristianos no tienen permitido utilizar esa agua, de lo contrario los infieles la contaminareis. Si la queréis, tenéis que convertiros al islam”. Gill y sus hijos se negaron, por lo que se desencadenó un altercado que la policía sofocó.

En muy poco tiempo unos 200 hombres se reunieron para atacar a Gill y a su familia, acusándolos de blasfemia. La policía tuvo que intervenir para salvar a la familia de ser linchados.

“La ley sobre la blasfemia en Pakistán está promoviendo un clima de intolerancia, generando la violación de una amplia gama de derechos humanos, incluyendo los derechos a la libertad de expresión y de religión”, señala a Fides el abogado cristiano Sardar Mushtaq Gill, responsable de LEAD.

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: