7 cosas que tal vez no sabías de los Santos Arcángeles

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Por Abel Camasca

REDACCIÓN CENTRAL, 28 Sep. 15 / 06:01 pm (ACI).- Cada 29 de septiembre laIglesia Católica celebra la fiesta de tres Santos Arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Aquí 7 cosas que tal vez no sabías de ellos.

1. Son los más cercanos a los humanos

Desde Pseudo-Dionisio, Padre de la Iglesia del siglo VI, se suele enumerar tres jerarquías de ángeles. En la primera están los Serafines, Querubines y Tronos. Les siguen las Dominaciones, Virtudes y Potestades. Mientras que en la tercera jerarquía se encuentran los Principados, Arcángeles y Ángeles. Estos últimos son los que están más cercanos a las necesidades de los seres humanos.

2. Son mensajeros de anuncios importantes

La palabra Arcángel proviene de las palabras griegas “Arc” que significa “principal” y “ángel” que es “mensajero de Dios”. Al respecto, señala San Gregorio Magno:

“Hay que saber que el nombre de ‘ángel’ designa la función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles”.

3. Hay 7 Arcángeles según la Biblia

En el libro de Tobías (12,15) San Rafael se presenta como “uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia”. Mientras que en el Apocalipsis (8,2) San Juan describe: “vi a los siete Ángeles que estaban delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas”. Por estas dos citas bíblicas se afirma que son 7 Arcángeles.

4. Sólo conocemos tres nombres

La Biblia solo da el nombre de tres Arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel. Los otros nombres (Uriel, Barachiel o Baraquiel, Jehudiel, Saeltiel) aparecen en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en literatura rabínica. Sin embargo, la Iglesia solamente reconoce los tres nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Los demás pueden servir como referencia, pero no son doctrina.

5.  Gabriel significa “la fuerza de Dios”

En el Antiguo Testamento, San Gabriel Arcángel aparece en el libro sagrado de Daniel explicándole al profeta una visión del carnero y el chivo (Dn. 8), así como instruyéndolo en las cosas futuras (Dn. 9,21-27).  En los Evangelios, San Lucas (1,11-20) lo menciona anunciando a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a María (Lc. 1,26-38) que concebiría y daría a luz a Jesús.

San Gabriel Arcángel es conocido como el “ángel mensajero”, se le representa con una vara de perfumada azucena y es patrono de las comunicaciones y de los comunicadores porque trajo al mundo la más bella noticia con la Anunciación.

6. Rafael en hebreo es “Dios te sana”

El único libro sagrado que menciona a San Rafael Arcángel es el de Tobías y figura en varios capítulos. Allí se lee que Dios envía a este Arcángel para que acompañe a Tobías en un viaje, en el que se casó con Sara.

De igual manera San Rafael le indicó a Tobías cómo devolverle la vista a su padre. Por esta razón es invocado para alejar enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes.

7. Miguel significa “¿Quién como Dios?”

El nombre del Arcángel Miguel viene del hebreo “Mija-El” que significa “¿Quién como Dios?” y que, según la tradición, fue el grito de guerra en defensa de los derechos de Dios cuando Lucifer se opuso a los planes salvíficos y de amor del Creador.

La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Se le suele representar con el traje de guerrero o soldado centurión poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo.

Paola puso freno al maltrato

Cada mes ofrecemos una experiencia de oración a los más pobres del barrio. Nos vamos con ellos a un pueblito, Cubas de la Sagra (Madrid), donde nos dejan una casa muy simpática con jardín y capilla. A una de estas experiencias vino Paola con sus dos hijos. No tenía muchas ganas, pero al final aceptó porque le insistimos mucho, ya que se la veía muy triste. Después de orar, comer bien, y descansar, tuvo una fuerte conversión. En aquel fin de semana decidió cambiar de vida. Vivía con su pareja, un hombre agresivo que la maltrataba y la humillaba delante de sus hijos de tres y nueve años. Aquel hombre embrutecido amenazaba con perseguirla si se escapaba de casa. Además, ella no tenía ingresos para mantenerse. Después de hacer oración decidió dejarlo y le ofrecimos venir a vivir con sus pequeños a la residencia familiar de la parroquia, de acogida a mujeres con problemas. Cuando aquel hombre se enteró, se presentó en la puerta amenazándola. Tuvimos que salir a tranquilizarlo. Al cabo de un rato se marchó y le dio una paliza a la hermana de Paola. Fue denunciado, pero no pusieron una orden de alejamiento y teníamos miedo de que volviera. Paola se refugió con nosotros y empezó a recuperar su dignidad. A los niños se los veía más contentos. Comían en el comedor –con más apetito que antes– y vivían tranquilos en la residencia. Aquel hombre no volvió más. Al cabo de dos meses, Paola encontró trabajo. Después de tres meses, pudieron pagar un alquiler y ahora viven felices en un pisito. Vienen a comer al comedor y participan en todo lo que pueden. Ella se ha dado cuenta de que vivía como esclava por el miedo, y ahora es libre y feliz. Por fin vemos a esos niños sonreír y estar tranquilos.

José Manuel Horcajo / Párroco de San Ramón Nonato

 

Santa Teresa me ayudó a dejar a mi novio

Colleen Carroll Campbell es una periodista americana con una ya larga carrera en medios como el New York Times, Washington Post, CNN o Fox news. Es también la autora de Mis hermanas las santas (editorial Rialp), donde cuenta su particular búsqueda de Dios, un camino de quince años en el que le ayudaron las vidas y obras de varias santas de la Iglesia católica

En la Universidad Colleen se consideraba «una católica mejor que la mayoría». Iba a Misa cada domingo, colaboraba con organizaciones benéficas, pero era «una chica buena los domingos por la mañana, y una chica mala los sábados por la noche». Sin embargo, «caí en la cuenta de que no entendía el abismo entre el ambiente fiestero que me cautivaba y el vacío aterrador que me consumía en los momentos más tranquilos», reconoce en Mis amigas las santas (Rialp).

Un día, después de una noche de fiesta salvaje, con el malestar de la resaca, viendo a sus amigas tiradas en el sofá, soñolientas y apáticas tras una larga noche de borrachera, cayó en la cuenta: «Ya no me llenaba vivir como mis compañeras». Y tampoco le llenaba su relación más bien superficial con un chico del campus más obsesionado por el fútbol americano que por construir con ella una relación estable y con futuro.

«Te necesito Señor. Quiero conocerte. Sé que la vida no es solamente esto. Tiene que haber algo más, pero tienes que mostrármelo. Por fin abro los ojos, pero tú te tienes que mostrar ante mí», dijo Colleen ante el sagrario en una capilla de su Facultad, reavivando los rescoldos de la fe que le quedaba de su infancia.

Las mismas tentaciones que Teresa

1443450066MisHermanasLasSantas_300Hasta que un día su padre le regaló por Navidad un libro acerca de santa Teresa de Jesús, que Colleen abrió «por puro aburrimiento navideño». Pero «una vez lo abrí, ya no tuve escapatoria». En aquel libro, Colleen descubrió algunos paralelismos entre el itinerario vital de aquella joven que vivió hace cinco siglos y ella: «el punzante anhelo de encontrarle sentido a las cosas, el hastío de los placeres y éxitos mundanos, una personalidad apasionada y a veces soberbia que podía servir para el mayor bien o para la mayor estupidez». En definitiva, «en Teresa vi a la clase de mujer en quien podrías convertirme si me tomaba a Dios en serio», y una intercesora «para cuando me hiciera falta un poco de ayuda para vencer la sensualidad y la superficialidad, tentaciones que Teresa conoció bien».

Después de su encuentro con la Santa de Ávila, Colleen decidió romper con su novio, «renunciar a la relación y apostar con Dios». Así, «el ejemplo de Teresa me convenció de que mi peregrinación para comprender quién era yo estaba íntimamente ligada a mi peregrinación hacia Dios. La transformación de Teresa, de chica fiestera a la busca del placer y del prestigio a santa que puso a disposición de Dios su energía me dio esperanza de que mi propia personalidad apasionada pudiera encontrar mejor expresión que las fiestas y el currículum. La juventud desperdiciada y sus tropiezos por el camino de la santidad me recordaban que no importa cuánto tiempo hubiera tardado en emprender mi camino interior: nunca es tarde para dar el primer paso».

Y en este camino de quince años en busca del Señor, Collen –hoy casada y con tres hijos– contó también con la ayuda de otras ciudadanas del cielo: Teresa de Lisieux, Faustina Kowalska, Edith Stein, Teresa de Calcuta y María de Nazaret. Ha contado su historia en Mis hermanas las santas (Rialp).