Adoración al Santísimo del Festival de la Juventud de Medjugorje

Ochenta mil personas

Actualizado 10 agosto 2015

Cari Filii

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Del 31 de julio al 6 de agosto tuvo lugar en Medjugorje el XXVIº Festival de la Juventuddurante el cual tuvo lugar el habitual mensaje del día 2 de cada mes a Mirjana, una de las videntes. El punto culminante del encuentro tuvo lugar en la adoración al Santísimo del último día, ante más de ochenta mil asistentes, de ellos medio millar de sacerdotes.

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Para el inicio del Festival, el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, había enviado el siguiente mensaje:

«¡Queridos jóvenes que han regresado nuevamente a Medjugorje en gran número! En estos días estoy con ustedes con el corazón y en la oración intensa. Hoy [31 de julio] se celebra la memoria de San Ignacio de Loyola. Él sólo tenía un deseo: colocarse totalmente a disposición de Dios, para la difusión de su Reino. Esta disponibilidad ha dado frutos muy grande, el más reciente de los cuales, en orden a los tiempos, es nuestro querido Papa Francisco, el primer Papa llegado de la Orden de los Jesuitas. ¡Encomendémosle a él a la Virgen y su ministerio! Jesús nos dice que digamos lo que Ignacio ha puesto efectivamente en práctica, a saber: ´¡Aquí estoy! ¡Quiero recorrer el camino de mi vida en comunión contigo, junto a ti!´ ¡Que el Señor los bendiga a ustedes y los días que están transcurriendo en Medjugorje con Él y Su Madre! Oren también por el Sínodo de la Familia».

Además de momentos de oración, charlas de espiritualidad, testimonios de conversión y la misa vespertina, tuvieron lugar numerosos actos musicales y escénicos, como la interpretación por parte del padre franciscano Marin Karaci, recién ordenado, de las canciones de su primer álbum, o el espectáculo musical Creo en la Misericordia, a cargo de la Comunidad del Cenáculo.

El mundo de Lucy

anna_gianlucaEl día 3 de agosto destacó el testimonio del matrimonio formado por Gianluca Anselmi y Anna Benedetti, de Verona (Italia), ambos músicos profesionales. Anna contó que tras diez años de matrimonio descubrió que estaba embarazada de una niña a la que decidieron llamar Lucy. Durante el embarazo los médicos descubrieron que nacería con síndrome de Dandy Walker (una malformación cerebral) y además con síndrome de Down.

«Recuerdo perfectamente», explicó Anna, «cómo nos decía el médico que hay una ley que nos permite abortar a este tipo de niños, pero yo me preguntaba qué tipo de ley me permite hacer lo que se supone que voy a decidir… Matar una vida… a Lucy, a una niña. No paraba de repetírmelo a mí misma… Me hice más pruebas por si me daban otro diagnóstico. Nos imaginábamos continuamente a Lucy inmóvil, sin caminar, sin hablar… Pensamos en nuestras vidas, destrozadas, pero mi cuerpo seguía rechazando la idea del aborto. Una noche sucedió algo extraordinario: No podía dormir intentando encontrar una solución para esta situación y, de repente, empecé a rezar. Tan solo sentí vacío, silencio y abandono. De repente, me llegó una señal: pude ver una luz, ¡era una luz que quería venir a este mundo! Inmediatamente sentí un calor que me envolvía como un fuerte abrazo, lo sentí perfectamente en mi piel. Entonces, escuché a Lucy gritándome: ´¡Sí, lo haremos juntas!´ Estaba tan convencida de lo que acababa de experimentar, que desperté a Gianluca y le conté todo, le dije que nuestras vidas cambiarían. Sentíamos que Lucy nos iba a cambiar el mundo. Ella nos iría guiando paso a paso. Gianluca percibió mi serenidad y me dijo que estaría siempre a mi lado. Lucy, preciosa criatura, que brillas, serás la luz que disipe las nubes, traerás esperanza al mundo con nuestra vida, con nuestra música. Esa era nuestra misión, nuestra vocación. Pasado un tiempo, decidimos compartir nuestra historia a través de una página web para que todo el mundo pudiese tener acceso a ese portal de luz y esperanza. Jamás pedimos por la curación de Lucy. Estábamos convencidos de que si esa era la voluntad de Dios, venía a este mundo a cumplir una misión: ser luz… Lucy nació en el 2009 y ha sobrevivido a muchas operaciones. Hoy, es una niña feliz. Es nuestro milagro. Necesitaba nacer por alguien o por algo. Puede andar, hablar, saltar, bailar… Llevamos 5 años dando testimonio mediante la difusión de un vídeo concierto titulado El mundo de Lucy. Viajamos muchísimo porque queremos inundar el mundo de esperanza».

El pudor perdido

mujeres-red_and_blue_dress_modern_lady_oilSi desnudarse fuera lo normal, la vergüenza sería antinatural, pero la vergüenza es un instinto de preservación de la intimidad, no un prejuicio adquirido.

La sociedad entera, antes tenía la percepción de que existía un límite. Ahora, la moda impone la falta de pudor. La novedad de nuestro actual contexto cultural es que nadie de avergüenza de llevar parte del cuerpo descubierto. La trasgresión ya no se considera la ruptura de un orden profundo, indispensable a nivel personal y social para conservar la propia fisonomía humana y evitar precipitarse en la animalidad. Al contrario, ahora se le ve como signo de intrepidez y rebeldía. Por otra parte, quien vive el pudor, es objeto de crítica e ironías.

Hay una secreta relación entre pudor y sexualidad ya que el pudor protege la intimidad del cuerpo. Hay que preguntarse si el pudor puede en verdad ser aniquilado.

“Una manifestación exagerada e indiscreta puede ocultar lo esencial. Lo advertimos cuando en determinadas circunstancias, un exceso de visibilidad acaba por hacer opaca a una persona o una situación” (Giuseppe Savagnone).

¿No sucede lo mismo con los sentimientos íntimos? Si se guardan en secreto o se confían a unos pocos, mantienen su significado. En cambio, revelados indiscretamente a cualquiera, se convierten en un objeto anónimo de curiosidad y de cotilleo.

Hay modos de exhibir la realidad humana que, en vez de revelar su sentido, acaban por banalizarla, y en consecuencia, por ocultar su verdad profunda. Sin misterio no hay revelación.

Justamente de esto nos defiende el pudor, porque es el temor a que, reducido a espectáculo, lo que hay de más íntimo y sagrado en nosotros se vuelva dramáticamente opaco, sea a los ojos de los demás o a los propios. En el pudor emerge la exigencia del ser humano de custodiar el misterio personal, contra las fuerzas que por todos lados tienden a vaciarlo.

El ser humano puede quedar desprotegido, a base de desproteger el pudor, en tres campos: el lenguaje, el vestido y la casa. A través de la palabra podemos dar a conocer nuestra intimidad al mejor amigo; a través del vestido cubrimos nuestra intimidad corporal de los ojos extraños. Cuando invitamos a una persona a nuestra casa, la invitamos de algún modo a nuestra intimidad.

Sólo esta capacidad de custodiarse hace posible el don de sí mismo. La pérdida del pudor lleva a ver a la persona como objeto.

Se ha hecho normal exhibir en la televisión vicisitudes personales, tragedias familiares o particularidades íntimas. No hay perversión, retorcimiento o vicio que no sea expuesto al público.

Cuando la moda desviste en vez de vestir, no es el cuerpo solamente un conjunto de células y tejidos orgánicos. En cada una de sus células y fibras, el cuerpo está empapado por el principio que lo hace humano.

La desnudez no es natural; en realidad, sólo los animales prescinden de vestidura, mientras que posiblemente no exista pueblo conocido, incluso en climas tropicales, que deje de cubrirse de algún modo. El cuerpo del varón y de la mujer es un misterio que pide ser custodiado y respetado. No hay mayor denigración de la mujer que reducirla a cuerpo.

El “impudor” se exhibe en la televisión, también en la morbosa presentación de escenas de violencia y sexo. Es el gran escaparate de la corporeidad desnudada y envilecida. Lo más terrible no es el intento que se ha llevado a cabo con varios programas, sino la reacción del público que se ha acostumbrado a ello. La imagen humana ha perdido toda referencia a su modelo; es decir, ya no parece imagen de Dios.

Esta imagen divina es la que, en definitiva, el pudor tiene como fin custodiar. Lejos de ser el último tabú de una mentalidad superada, el pudor es el signo indeleble de la altura, la amplitud y la profundidad que todo ser humano lleva consigo.

Una anécdota bella

Relatada por un taxista de Aguascalientes

Me sucedió hoy. Me subí al taxi y en cuanto me subí, él encendió en radio en una estación muy taxi-agsagradable. Pensé: “No quiere hablar conmigo”. A medio viaje le pregunté si era católico. Dijo que sí. Le pregunté que si rezaba el Rosario. Me dijo que sí, que diariamente. Y me comentó: Ay seño, si yo te contara… Tengo un hijo pequeño que enfermó. Lo llevé al hospital pues tengo el seguro popular. En el hospital me dijeron que ya estaba bien, que era mejor seguir la recuperación en casa pues los hospitales están muy infectados, pero que debía comprar sus medicinas y un nebulizador. Pregunté cuánto costaba un nebulizados y me dijeron que $1500. ¡No tenía el dinero! Le pedí mucho a Dios que pudiera conseguirlo y Él me lo dio en la mano. Fue de la manera siguiente: se subió un pasajero y le comenté mi situación. Él se sacó un Rosario de plata del cuello y me lo puso en mi cuello, luego se sacó una imagen de la Santa Muerte. Yo me quedé frío pues no la quería pero no le dije nada. Trató de ponérmela y tras tres intentos no pudo; entonces dijo: “Esto no es para ti”. Luego me dijo:¿Qué harías si intento matarte? ¿Tienes un arma con qué defenderte? Yo le enseñé el Rosario que me acababa de poner en el cuello y se asombró de mi gesto espontáneo. Luego sacó $1500 y me los dio. Le dije: “¡Pero son suyos!”. Contestó: “Yo no sé por qué hago esto, pues nunca lo hago, pero tómalos para comprar el nebulizador, y cuando ya no lo ocupes, dalo a otra persona que lo necesite; pero te pido que reces el Rosario a diario por mí”. Y desde entonces rezo a diario el Santo Rosario pidiendo por él, y si mi suegra me invitar a rezarlo, lo hago con gusto, además de que rezo el otro Rosario por mi benefactor. Vi que Dios me dio en mi mano lo que yo le pedía, se valió de esa persona para hacerlo. Yo pienso que ese hombre era un sicario, porque era aficionado a la Santa Muerte y porque me dijo que él tenía mucho dinero en su casa, y no le quitaba nada con darme eso. Ese taxista me hizo ver que con esa experiencia él entendió y vio que Dios se podía valer de cualquier persona para ayudarnos, cuando así se lo pedíamos y cuando confiábamos en Él. Ahora trabaja todos los días con alegría porque percibe que Jesús va con él junto a su asiento y se siente muy acompañado y amado por Dios.

Cinco grandes santos que lucharon cara a cara contra Satanás

Padre Pío, Santa Teresa, el cura de Ars…

Las increíbles historias de cinco grandes santos que lucharon cara a cara contra Satanás

Píldoras de fe 11 agosto 2015

Los santos, apoyados en Dios, vencieron al demonio

El mundo espiritual es real y hay una batalla, aunque Satanás y sus demonios rara vez se revelan a la gente común, si atacaron a los Santos. El mundo espiritual es real y hay una batalla.

Aunque Satanás y sus demonios rara vez se revelan a la gente común, cuando se trata de aquellos que son fuertes en el Señor como los santos, los demonios a veces aparecen y hacen ataques abiertos. Por supuesto, Jesús ya ha vencido a Satanás y todas las fuerzas del mal de este mundo. Aunque Satanás continúa buscando almas para llevar al infierno, toda persona que permanece en Jesús no puede ser separada de Dios.

Así que no dejes que estas historias te asusten. Más bien, deja que estas historias sean recordatorios de que Satanás y sus tentaciones de pecado son reales, incluso si no lo ves, como estos santos lo hicieron.

  1. San Antonio el Grande: «El león rugía, con el deseo de atacar»

Fue un monje del desierto que vivió entre los siglos III y IV. Sabemos de San Antonio a partir de una biografía escrita por San Atanasio llamada “Vida de San Antonio”. Ésta dice que cuando la gente visitaba a San Antonio en su casa en el desierto, «oían tumultos, muchas voces, y sonidos que parecían del choque de las armas. Por la noche en la montaña aparecían bestias salvajes y el santo combatía contra ellas mediante la oración”.

En una ocasión, San Antonio decidió pasar una noche solo en una gran tumba. Un enorme grupo de demonios descendió sobre él y le atacó el cuerpo. “El diablo lo arañó y el dolor causado fue tan terrible, que le impidió levantarse del suelo y lo dejó sin habla. Afirmó que la tortura había sido tan excesiva, que no hay golpes infligidos por el hombre, que podrían alguna vez causar semejante tormento”.

Al día siguiente, un amigo que le llevaba suministros lo encontró y lo trajo a la aldea más cercana. Pero esa noche, él recuperó la conciencia y le pidió al amigo que lo llevara de nuevo a la tumba. Después de que su amigo lo encerró de nuevo en la tumba, San Antonio gritó: «Aquí estoy yo, Antonio; yo no huyo de tus latigazos, ya que incluso si tú me infliges más dolor, nada me separará del amor de Cristo”.

Los demonios regresaron, y así es como San Atanasio describe lo que sucedió después:

En la noche hicieron un estruendo tal, que la totalidad de ese lugar parecía ser sacudido por un terremoto y como si se rompieran las cuatro paredes de la vivienda, parecía que los demonios entraban a través de ellas, hechos semejantes a bestias y reptiles.

Y el lugar estuvo de repente lleno de formas de leones, osos, leopardos, toros, serpientes, víboras, escorpiones y lobos, y cada uno de ellos se movía de acuerdo a su naturaleza. El león estaba rugiendo, con el deseo de atacar, el toro parecía embestir con sus cuernos, la serpiente se arrastraba buscando un punto de ataque y el lobo gruñía rodeándolo por completo; los ruidos de las apariciones, fueron horribles.

A pesar de que estaba en un terrible dolor, él respondió con valentía a los demonios:

Si ustedes tuviesen algún poder, habría bastado que solo uno de ustedes viniera, pero como Dios los hizo débiles, ustedes quieren aterrorizarme con su gran número y una prueba de su debilidad es que tomen la forma de bestias brutas.

Si son capaces y han recibido, un poder contra mí, ¿por qué retrasan el ataque?; pero si no pueden, ¿por qué molestarme en vano? Por la fe en nuestro Señor que es un sello y un muro de seguridad para nosotros.

De repente, el techo se abrió y una luz brillante llenó la tumba. Los demonios desaparecieron y su dolor cesó. Al darse cuenta de que Dios lo había salvado, él oró:

¿Dónde estabas? ¿Por qué no te apareciste desde el principio para cesar mis dolores?

Y Dios le respondió:

Antonio, yo estaba aquí, pero esperé a ver tu lucha; ya que has perdurado en la fe y no has sido vencido, siempre estaré dispuesto a socorrerte y haré famoso tu nombre en todas partes.

San Atanasio escribe que habiendo oído esto, “Antonio se levantó, rezó, y recibió tal fuerza que él percibía que tenía más poder en su cuerpo que antes. Y era entonces de unos treinta y cinco años”.

2) San Padre Pío: «Estos demonios no dejan de golpearme»

San Padre Pío nacido a finales del siglo XIX, vivió y murió en Italia. Cuando murió en 1968 ya era conocido y venerado en todo el mundo. Un sacerdote santo, hacedor de milagros, y estigmatizado, San Padre Pío también fue atacado regularmente por demonios.

Según el P. Gabriele Amorth, un exorcista líder del Vaticano, «los verdaderos enemigos del Padre Pío eran los demonios que lo asediaban”.

La grande y constante lucha del Padre Pío, durante su vida era en contra de estos enemigos de Dios y de las almas humanas, los demonios que trataban de capturar su alma. Incluso en su juventud, San Padre Pío disfrutaba de increíbles visiones celestiales, pero también sufría ataques demoníacos. Padre Amorth explica:

El diablo se le aparecía como un gato negro feo, o en la forma de un animal verdaderamente repugnante, la intención obvia era llenarlo de terror. Otras veces los demonios vinieron como jóvenes mujeres, desnudas y provocativas, realizando bailes obscenos, para poner a prueba la castidad del joven sacerdote. Pero el Padre Pío sintió su mayor peligro cuando el diablo trató de engañarlo, tomando la forma de uno de sus superiores (su superior provincial o su director espiritual) o en una forma sagrada (el Señor, la Virgen o San Francisco).

Esta última táctica del diablo, en la que aparece como alguien bueno y santo, era un problema particular. Así es como San Padre Pío hacía para discernir una visión:

Se daba cuenta primero de una cierta timidez cuando la Virgen o el Señor se le aparecían, seguido de una sensación de paz cuando la visión terminaba. Por otro lado, cuando era un demonio tomando una forma sagrada provocaba en él una inmediata sensación de alegría y atracción, sustituido después por el remordimiento y la tristeza.

Satanás incluso a veces atacaba a San Padre Pío físicamente. Él describe esto en una carta que escribió a su sacerdote confesor:

Estos demonios no se detienen, incluso me golpean y me hacen caer de la cama, arrancan mi camisa. Pero ahora no me asustan más. Jesús me ama, a menudo me levanta y me pone de nuevo en la cama. De hecho, si estamos cerca del Señor, no debemos tener ningún miedo de los demonios.

  1. Santa Gema Galgani: «Sus brutales garras»

Santa Gema Galgani era una mística italiana del siglo XIX, que tenía experiencias espirituales increíbles. En una carta a un sacerdote, ella escribió:

Durante los últimos dos días, Jesús me ha estado diciendo después de la Santa Comunión: “Hija mía, muy pronto el diablo desatará una guerra contra ti.” Estas palabras se oyen en mi corazón continuamente. Por favor rece por mi…

Rápidamente se dio cuenta de que la oración era la mejor defensa. En respuesta para ella, Satanás le dio dolores de cabeza violentos con el fin de dificultar el sueño. Su fatiga hizo que orar fuera más difícil, pero ella perseveró:

Cuántos esfuerzos no hace este miserable para que sea imposible que yo ore. Ayer por la tarde trató de matarme y habría tenido éxito si Jesús no viene rápidamente en mi ayuda. Estaba aterrorizada y mantuve la imagen de Jesús en mi mente…

En un momento, mientras ella estaba escribiendo una carta, el diablo «le arrebató la pluma de su mano y rompió el papel y luego la arrastró, agarrándola por el pelo con sus brutales garras, con tal violencia que la tumbó de la mesa.» Ella describe otro ataque en uno de sus escritos:

El demonio se presentó ante mí como un gigante de gran altura y seguía diciéndome «Para ti ya no hay más esperanza de la salvación. Tú estás en mis manos». Le respondí que Dios es misericordioso y por lo tanto no temo nada. Entonces, me dio un duro golpe en la cabeza en un ataque de cólera y dijo «¡maldita seas tú!» Y luego desapareció.

Luego me fui a mi habitación a descansar y lo encontré; comenzó de nuevo a golpearme con una cuerda anudada y quería que yo lo escuchara, le dije que no y él me golpeó aún más fuerte, golpeando mi cabeza violentamente contra el suelo. En un momento determinado, vino a mi mente invocar al Padre de Jesús «Padre Eterno, por medio de la preciosísima sangre de Jesús, líbrame”.

Entonces no sé muy bien lo que pasó. Esa bestia despreciable me arrastró de la cama y me tiró, golpeando mi cabeza contra el suelo con tanta fuerza que me duele todavía. Me quedé sin sentido y permanecí acostada allí hasta que volví en mí, mucho tiempo después. Gracias a Jesús.

Pero ella mantuvo su fe en Jesús, incluso utilizaba el humor contra el diablo. Ella escribió esto a un sacerdote:

Si usted lo hubiera visto, cuando huyó haciendo caras, habría echado a reír, ¡Él es tan feo! …. Pero Jesús me dijo que no tuviera miedo de él.

  1. San Juan María Vianney: «Es porque puedo convertir almas al Dios bueno»

San Juan Vianney vivió en Francia en el siglo XIX. Es respetado por su santa obra como sacerdote, es el santo patrón de los sacerdotes. Y también combatió contra el maligno en varias ocasiones.

Una vez, su hermana pasó la noche en su casa adjunta a su iglesia parroquial. Ella se despertó porque escuchaba por sonidos extraños como golpecitos en su pared y mesa, fue a donde San Juan María Vianney, que estaba oyendo confesiones hasta tarde en la noche y él le explicó:

Oh, hija mía, no deberías haber tenido miedo: Es el “Garfio” (su apodo para Satanás). Él no te puede hacer daño. En cuanto a mí, me atormenta en formas diversas. A veces me agarra por los pies y me arrastra por la habitación. Es porque puedo convertir almas para el buen Dios.

En otro ejemplo, San Juan Vianney estaba oyendo confesiones en la iglesia parroquial cuando alguien le informó de que su dormitorio estaba en llamas. ¿Su respuesta?

El “Garfio” está muy enojado. No ha podido atrapar el ave, por lo que ha quemado la jaula, es una buena señal. Tendremos muchos pecadores este día.

  1. Santa Teresa de Ávila: «Sus cuernos estaban alrededor del cuello del sacerdote mientras celebraba la misa»

Santa Teresa de Ávila era una mística española del siglo XVI y es honrada hoy como Doctora de la Iglesia, por su increíble visión de la vida espiritual. Y en sus oraciones y meditaciones, tuvo regularmente contacto con el diablo.

Ella describe: «Tiene una forma abominable, su boca era horrible. Su cuerpo parecía provenir de una gran llama” En una ocasión “vio con los ojos del alma dos demonios de aspecto horrible que parecían tener sus cuernos alrededor del cuello de un sacerdote mientras celebraba la misa.”

Sin embargo, incluso para ella, estas manifestaciones visuales eran raras. Ella escribe: «Yo casi nunca lo he visto en forma corporal. A menudo lo he visto sin ninguna forma, como en el tipo de visión que he descrito, en el que no se observa la forma, pero sé que está allí”

¿Sus armas contra estas fuerzas del mal? La oración, la humildad y curiosamente agua bendita, que ella decía por experiencia fue un arma particularmente eficaz.