Este abrazo conmueve a todo EE.UU.

Masacre de Charleston: este abrazo conmueve a todo EE.UU.

«Abrazos gratis» y «Charleston fuerte”

JAVIER ORDOVÁS (108)
La foto de un niño blanco abrazando a una mujer negra en las calles de Charleston, en Carolina del Sur, EEUU; no es una imagen más ni algo que pueda pasar inadvertido. Sucede apenas unos días después de la matanza racista que propinó un joven blanco y en la que fallecieron nueve personas negras.

Los protagonistas de la foto son Parker, un niño blanco de tres años; y Taylor Willis, una mujer negra de Carolina del Sur. La imagen fue tomada por el padre del niño, John Nettles, quien la publicó en Facebook y la convirtió en un fenómeno viral.

«Esta imagen fue difícil de tomar y difícil de editar porque Parker no entiende lo poderoso de su abrazo. Para él es simplemente un abrazo. No entiende que está abrazando a una mujer negra y que él es un chico blanco. No entiende que la pasada semana había otro chico blanco que decidió asesinar a mucha gente negra simplemente porque eran negros. Para él es sólo un abrazo con otra persona. Es probablemente el abrazo más bonito que he presenciado», escribió Nettles como epígrafe de la foto en su perfil.

En diálogo con The Huffington Post, Nettles contó que tomó la fotografía este domingo, cuando caminaba con su familia por las calles de Charleston. En un momento dado, cuando se preparaban para cruzar una avenida, se encontraron con Taylor y su amiga Beth, que llevaban carteles con los lemas «Abrazos gratis» y «Charleston fuerte».

Nettles preguntó a la mujer si podía fotografiarla y, cuando preparó su cámara, vio cómo su hijo corría a abrazarla. Entonces disparó y captó la escena.

También narró que, tras la matanza racista, su mujer y él quisieron exponer a su hijo a momentos positivos de apoyo y solidaridad con los demás. «Sólo tiene tres años y todavía no comprende la muerte ni el asesinato, pero sí sabe lo que es hacer las cosas con odio o crueldad. Tiene un gran corazón y, hasta ahora, transmite amor y cariño con naturalidad».

Con todas nuestras fuerzas

Una película sobre superación y familia

El hijo del famoso cineasta Bertrand Tavernier, el consagrado documentalista Nils Tavernier, dirige esta película concebida por él mismo y que busca conmover a un público amplio. Julien (Fabien Héraud) es un adolescente tetrapléjico que vive con su familia en los Alpes franceses.

Su madre (Alexandra Lamy) es peluquera y tiende a sobreprotegerle; su padre, Paul (Jacques Gamblin), está en paro y sobrevive haciendo trabajos de bombero local. Las cosas marchan más o menos hasta que Julien se empeña en realizar un sueño casi imposible: participar en la prueba de triatlón conocida como “Ironman”, que se celebra anualmente en Niza, una de las más duras del mundo.

Aunque no es demasiado original como historia de superación, están tan bien trazados los personajes y tan bien resueltas las escenas deportivas, que consigue transmitir la emoción que pretende. Como es fácil imaginar, la trama deportiva no es más que el catalizador de la relación paternofilial, verdadero núcleo dramático del film.

En la película no sólo se propone la reconstrucción de un vínculo deteriorado por el dolor y el miedo, sino que se plantea la relación educativa como un “hacer con”, una implicación total del adulto en el camino el adolescente. La minusvalía del protagonista permite subrayar esa necesidad del “otro” y a la vez la afirmación de la propia identidad personal.

Como cine, Con todas nuestras fuerzas no abandona los límites del cine convencional, pero tiene el gran mérito de no caer en el terrorismo emocional, ni en el sentimentalismo superficial, sino que dosifica equilibradamente el drama, poniendo el acento siempre en lo más importante, que es un conflicto absolutamente realista y cercano: el pánico inmovilizador de un padre a la enfermedad incurable de su hijo, y el horizonte que se abre cuando uno sale de sí mismo y coge el toro de la realidad por los cuernos.