Le cautivaba su «alma divina»

Pese a su fama de irreligioso

Mark Twain y Juana de Arco: le dedicó su mejor y más querido libro y le cautivaba su «alma divina»

Mark Twain creó personajes inolvidables como Tom Sawyer y Huckleberry Finn.
Mark Twain creó personajes inolvidables como Tom Sawyer y Huckleberry Finn.

Actualizado 30 mayo 2015

Pensar en Mark Twain (1830-1910) es pensar enLas aventuras de Tom Sawyer, El príncipe y el mendigo, Un yanqui en la corte del Rey Arturo oLas aventuras de Huckleberry Finn, pero no eran ni sus obras favoritas ni las que consideraba mejores. 

«Para sorpresa de casi todos», señala Stephen K. Ryan en Mystic Post, ese lugar lo reservaba él mismo para la obra que consagró a Juana de Arco (1412-1431). Escribió Personal Recollections of Joan of Ark [Recuerdos personales de Juana de Arco] en 1896 bajo el pseudónimo de Sieur Louis de Conte, cuyas iniciales SLC se corresponden con el nombre que da al protagonista del libro como si fuese el autor del mismo, Samuel Langhorne Clemens, en el texto un supuesto paje de la santa francesa. 

Doce años de preparación

«Juana de Arco es el que más me gusta de todos mis libros. Y es el mejor. Lo conozco perfectamente bien. Además», escribió Twain, «me proporcionó siete veces más satisfacción que cualquiera de los otros. Doce años de preparación y dos de escritura. Los otros no necesitaban preparación y no la tuvieron».

Para documentarse, viajó a Francia a visitar el Archivo Nacional y leyó las actas del juicio que concluyó con la muerte de la joven, así como del juicio que, al cabo de veinticinco años, lavó su nombre de toda infamia y preparó su beatificación (1909) y canonización (1920) cinco siglos después. 

Elogios superlativos

En un ensayo de 1904 la calificó como «la Maravilla de las Edades«, alguien «puro de mente y de corazón, en sus palabras, en su espíritu, en sus acciones»: «Teniendo en cuenta todas sus circunstancias -esto es, su origen, juventud, sexo, ignorancia y entorno, así como los obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse sus elevados dones, así como sus conquistas en el campo de batalla y sus luchas en los tribunales que querían quitarle la vida- estamos, con diferencia, ante la persona más extraordinaria que ha producido jamás la raza humana… Fue un personaje hermoso, sencillo, adorable».

A Twain le dejó estupefacto el don de profecía de Juana de Arco, porque, a diferencia de otros profetas, sus anuncios eran absolutamente precisos y se verificaron todos tal cual los había predicho: «Fue la única que se atrevió a dar nombres, a describir la naturaleza precisa de un hecho, el límite temporal preciso en el que ocurriría y el lugar exacto». Y cuando la imagina defenderse ante los tribunales, considera sus palabras arrolladoras y lanza este elogio: «Superar su conmovedora belleza y su fina gracia llevaría a la bancarrota el arte del lenguaje«.

¿Le habrá conducido Juana a las puertas del Paraíso?

La actitud de Mark Twain ante Dios y la religión es discutida por los expertos, que vacilan sobre si la indudable acidez y mordacidad de muchos comentarios del escritor sobre esas cuestiones se dirigen a Dios y la religión mismos, o bien a las personas que se aprovechan de tan altos principios en beneficio propio. Sea como fuere, no era ni devoto ni ortodoxo,de ahí que resalte tanto su amor a una santa católica.

De hecho, cuando en 1905 se le tributó una cena homenaje, en sus palabras de agradecimiento volvió a elogiar emocionadamente a Juana de Arco. El New York Times del 31 de diciembre de ese año recoge el silencio que se adueñó de los presentes al escucharle, no sabiendo si reír creyéndolo una chanza o llorar para compartir una reflexión que le había salido del corazón.

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Mark Twain, homenajeado en 1905, redirigió el homenaje a su amada Juana de Arco.

«He estudiado a esa chica, Juana de Arco, durante doce años», dijo solemnemente, «y no me parece que los artistas y escritores nos hayan ofrecido un retrato verdadero de ella. Nos han dibujado una campesina. Y sus vestidos eran los de una campesina, pero siempre se olvidan del rostro: de su alma divina, de su carácter puro. De la mujer suprema, de una muchacha maravillosa. Sólo tenía 18 años, pero poned en un pecho como el suyo un corazón como el suyo, y creo, señoras y caballeros, que tendríais una niña… como fue ella».

Fue en este momento cuando, conmovido y consciente de que sus oyentes lo estaban también, decidió rematar, antes de sentarse, con la broma que esperaban: «¡Y sin embargo nos la pintan con cara de jamón!».

Twain murió cinco años después, sin que haya quedado clara cuál fue su disposición espiritual última. «Ella tenía una fe infantil en el origen celestial de sus visiones», había escrito de Juana. Tal vez él no, pero quien sí fue celestial para él fue la santa que celebra la Iglesia cada 30 de mayo.

Conocer a C.S.Lewis

Más allá de las «Cartas del diablo a su sobrino»

7 libros de C.S.Lewis que hay que leer para conocer a este autor imprescindible (y en orden)

Actualizado 27 mayo 2015

P.J.G./ReL

Clive Staples Lewis es uno de los autores cristianos más influyentes y difundidos del siglo XX, y cada vez lo es más
Clive Staples Lewis es uno de los autores cristianos más influyentes y difundidos del siglo XX, y cada vez lo es más

C.S.Lewis es ya un autor poco menos que imprescindible para el cristiano de hoy. Las películas de Crónicas de Narnia han popularizado sus cuentos de fantasía (no sólo para niños) pero su obra como pensador cristiano a la vez agudo y comprensible se ha divulgado cada vez más.

Sin Dios, de los 15 a los 31 años
Lewis comprende al hombre de hoy, alejado de Dios y desencantado también de ideologías, porque él vivió ese mismo proceso. En 1913, cuando tenía 15 años, abandonó la tibia fe cristiana de su familia. Hasta 1929, con 31 años, no aceptó el teísmo. Su viaje detallado se puede leer en su autobiografía Cautivado por la Alegría, que resume así: «Me rendí, y admití que Dios era Dios, y me arrodillé y recé».

Dos años después, llegó el momento de admitir no sólo a Dios, sino a Jesucristo. Le preparó un largo paseo una tarde de Septiembre con J. R. R. Tolkien, que era católico, y su amigo común Hugo Dyson, protestante, hablando de cómo los mitos paganos expresan un deseo de vida y verdad que se cumple realmente en Cristo.

Al día siguiente de aquella charla, Lewis se convirtió a la fe cristiana. Salió con su hermano en motocicleta hacia el zoo. Al salir, escribe, no creía que Jesucristo fuese el Hijo de Dios, «y cuando llegamos al zoo sí lo creía».

A partir de ese momento, con 33 años, Lewis empieza a escribir sobre la fe, intentando hacerla comprensible al hombre de su tiempo… que es muy parecido al hombre de nuestro tiempo.

Una obra cada vez más influyente
Grandes líderes cristianos actuales llegaron a la fe, o se robustecieron en ella, gracias a libros de Lewis como Mero Cristianismo. Es el caso de Scott Hahn, famoso autor de Roma dulce hogarLa fe es razonable, o de Charles Colson, que sería fundador del extenso movimiento evangélico Prison Fellowship y premio Templeton.

Francis Collins, uno de los líderes del proyecto Genoma Humano, designado por Barack Obama para dirigir los Institutos Nacionales de Salud de Maryland, era un joven ateo hasta que, después de morir sus padres, se convirtió leyendo Mero Cristianismo, como explica en su libro «El lenguaje de Dios».

Los populares Cursos Alpha utilizan su «trilema», que más o menos se resume en esta idea: o Cristo era un loco, o era un estafador o, si dice la verdad, es quien dice ser: ¡el mismo Dios hecho hombre!

En pleno siglo XXI, Jennifer Fulwiler, famosa en la blogosfera, explicó en ConversionDiary cómo dejó el ateísmo leyendo a Lewis. Tres libros de Lewis aparecen en una lista de 50 libros del siglo XX influyentes para cristianos en Christianity Today.

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Le dedicaron una portada de Time en 1947; bajo su nombre, la frase «Su herejía: el cristianismo»

Conocer bien a Lewis en 7 libros
Pero, más allá de «Mero Cristianismo» o de las novelas fantásticas de Narnia, ¿cómo conocer bien a C.S.Lewis sin volcarse en todos sus libros?

David Mills, un especialista en Lewis (autor de The Pilgrim´s Guide: C.S.Lewis and the art of witness), propone un plan de «7 libros para empezar».

¿Cómo ha realizado su selección? «Seguí tres reglas al compilar la lista. Primero, debía incluir 7 libros. Siete son bastantes libros para leer de un autor cuando hay tantos otros buenos escritores por leer. Segundo, la lista se centra en libros que expresan el pensamiento del autor, su imaginación o cosmovisión, y tratan de temas culturales y religiosos. Tercero, el resultado de leer estos libros será conocer al hombre, no sólo sus escritos». 

Y da una selección de siete libros en el orden que recomienda su lectura para adultos.

1) Cartas del Diablo a su sobrino
Son las cartas de un demonio veterano que da consejos a un sobrino que es demonio novato. «Ofrece una visión impactante y convincente de la naturaleza del mal, no sólo en el hombre sino en la sociedad. A menudo es imitado, pero nunca bien». Otra alternativa para iniciarse podría ser el cuento largo «El gran divorcio», que es una peculiar visita al infierno.

2) Cartas a Malcolm, sobre la oración
El tal Malcolm nunca existió, pero sirve de artificio para que el Lewis más maduro, en uno de sus últimos libros, explique su visión sobre la vida de oración y devocional.

3) La abolición del hombre
Es un libro corto y profético sobre como el pensamiento moderno que empezó rechazando a Dios pasa enseguida a rechazar al hombre y a la razón. La alternativa que da Lewis es la cultura clásica y el pensamiento cristiano. David Mills considera que este ensayo se complementa con la tercera novela de su Trilogía del Espacio, titulada «Esa horrible fuerza«.

4) Dios en el banquillo
Son artículos cortos, ensayos y cartas, sobre teología aplicada, evangelización, apologética y pensamiento ético, siempre combinando un pensamiento riguroso con un estilo claro y divulgativo.

5) Los cuatro amores
Se trata de eros (el amor romántico), filia (la amistad), storge (el cariño o lazo empático) y ágape (el amor cristiano, de entrega, la caridad). San Juan Pablo II alabó este libro en su encuentro con el secretario de Lewis, Walter Hooper (un anglicano convertido al catolicismo). Es la respuesta a esas películas de «Por qué lo llaman amor cuando quieren decir…» y a la confusión sentimental de nuestra época.

6) Cautivado por la Alegría
Con cincuenta y pico años Lewis escribe esta autobiografía explicando la evolución de su pensamiento y sus creencias, sobre todo religiosas, desde su infancia hasta que acepta a Jesucristo como Señor de su vida. No da detalles de aspectos como su paso por las trincheras de la Primera Guerra Mundial, centrándose más en lecturas, ideas y personas que le influyeron. A veces dedica algunas páginas a ideologías o libros que en su época eran influyentes y hoy interesan a muy poca gente: es posible saltar esas páginas y seguir leyendo con agilidad.

7) Ensayos literarios seleccionados
Es un libro póstumo que recopila sus ensayos literarios, sobre Austen, Kipling, el psicoanálisis, la crítica literaria… no es específicamente religioso pero ayuda a deshacerse de muchos ídolos del pensamiento.

Fuera de la lista, David Mills recomienda al adulto que quiera conocer algo de Narnia sin leer los siete libros que se concentre en El sobrino del mago y en La última batalla, que narran «el alfa y la omega» de la gran narrativa narniana. Un libro que Lewis consideraba que era el que mejor había escrito, Mientras no tengamos rostro, una novela muy especial sobre redención e identidad, no lo incorporó en la lista principal porque «es un libro que unos fans de Lewis adoran y otros no lo soportan».

«Empezad a leed, no os podéis equivocar con C.S.Lewis», concluye David Mills.

En el vídeo, una dramatización sobre los paseos de C.S.Lewis con J.R.R.Tolkien y los argumentos que llevaron a su conversión