Malos Espíritus Transferidos a través de la Familia

Cómo liberar el Linaje de los Malos Espíritus Transferidos a través de la Familia

Las malas inclinaciones se transfieren entre generaciones como si fueran piezas genéticas

Las tendencias negativas que se trasmiten de generación en generación de un árbol genealógico es un tema discutido entre los cristianos, hay quienes dicen que, salvo elementos sociales en la crianza, la familia no trasmite ninguna otra cosa que rasgos genéticos.

En cambio otros dicen que hay tendencias, e incluso inclinación a pecados, y malos espíritus, que son trasmitidos por las generaciones anteriores, que afectan nuestras vidas, y que debemos liberarnos.

E incluso hay psiquiatras que han experimentado mejoría en sus pacientes tratando su árbol genealógico.

Es un tema para discernir pero también para experimentar.

Puedes consultar aquí:

 

LA HIPÓTESIS DE TRANSFERENCIA GENERACIONAL DE MALOS ESPÍRITUS

La hipótesis de que nacemos tabla rasa, sin ninguna influencia negativa más que la socialización, es fácil de comprender, pero más difícil es la hipótesis de que traemos una carga de inclinaciones heredadas, que no vemos, por eso hablaremos aquí de ello.

Cada familia y antepasados – a excepción de Jesús, María y José – tiene tendencias que fueron o son negativas y necesitan ser purgadas. Podría ser una inclinación de la familia al egoísmo, la división, o el orgullo. Podría ser el ocultismo. Podría ser una preocupación con el materialismo. Podría ser la práctica de la mentira.

Estas características deben ser echadas fuera como “espíritus”, porque son manchas de oscuridad, y si no se lo hace, ellas se repetirán como un disco rayado en nuestras vidas y en las vidas de aquellos que vendrán después de nosotros.

Familias amorosas sientan las bases para nuestro eterno progreso. Ellas nos ayudan a construir fortalezas, identificar y superar las debilidades, y traen sus propios desafíos a nosotros para vencerlos. Ellos nos influyen de manera significativa en nuestra misión terrenal y afectan la forma en que influenciamos a los demás en sus misiones.

Cada grupo familiar – con su cónyuge, hijos, padres, abuelos, nietos, suegros, tíos, primos, etcétera – pueden desempeñar un papel crucial enseñándonos a amar y a ser amados.

 

DE VARIAS GENERACIONES ATRÁS

Cuando el pecado es intenso, afirma el padre John Hampsch, que escribió un libro llamado Sanar el árbol de la familia, los efectos pueden ir más allá de tres o cuatro generaciones comúnmente. Cuanto mayor es el pecado, más oscuridad atraemos. También podemos provocar a los espíritus demoníacos de un nivel superior.

Como la Biblia nos dice, hay poderes y principados. Ellos imitan la jerarquía de los ángeles (serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y ángeles).

También hay familias de espíritus terrestres -aquellos que no se han ido. Estos son espíritus que se han unido a una persona, familia, cosas o lugares. Si alguien comete un asesinato, es una fuerza que atrae a los demonios. Si hay un espíritu que fue adicto al sexo, las drogas o el alcohol, pueden tratar de sacar o entrar a otra persona viva que sea indulgente en el exceso de alcohol o el sexo ilícito (con el fin de volver a experimentar).

Una participación en el ocultismo es una transgresión conocida que aumenta en gran medida la infestación espiritual.

Cuando una persona invoca a los espíritus de los muertos – o peor, se involucra con la magia negra, la brujería, el satanismo – las fuerzas oscuras se congregan.

El Padre Hampsch ha informado que

todos los “objetos que han sido utilizados para actividades ocultistas o espiritistas deben ser destruidos, porque tienden a atraer a los malos espíritus”, como amuletos y símbolos astrológicos.

Se nos dice en Levítico 19:31 que los recursos de los espíritus de los muertos o los magos nos “contaminan” a nosotros – y esto contamina nuestros linajes.

Dice el Padre Robert De Grandis,

“Cuando estamos alrededor de las cosas de lo oculto, ya se trata de libros, signos, símbolos, o incluso núcleo duro de la música rock, ello contamina el espíritu”.

“Por eso muchas veces los carismáticos no pueden escuchar rock duro. El Espíritu Santo y su espíritu se oponen a la intromisión de la contaminación”.

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Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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