¿Qué hay detrás de la canonización del beato Fray Junípero Serra?

Lo que ha sido recibido como una gran noticia para la comunidad hispana en EE.UU., para otros resulta una afrenta

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Lo que ha sido recibido como una gran noticia para la comunidad hispana en Estados Unidos, encabezada por la inmensa población hispana de California, la canonización del beato Fray Junípero Serra, «Apóstol de las altas Californias y de la Sierra Gorda de Querétaro», para algunas asociaciones de nativos norteamericanos resulta una afrenta.
 
Desde que el Papa Francisco anunció la canonización del beato Serra en Washington, el próximo 23 de septiembre, las voces de discordia se han elevado diciendo que este misionero, nacido en Petra, Mallorca (España) en 1713, contribuyó, al cristianizarlos, a eliminar la población nativa y a esclavizarlos al dominio español (y, es de suponerse que desde 1776, al dominio de la nación que obtenía su Independencia)
 
Estas asociaciones han organizado protestas en California y han puesto en marcha un movimiento para retirar la estatua del Capitolio de los Estados Unidos, cosa que no habían hecho antes de que se anunciara que iba a ser canonizado por el Papa Francisco.
 
Como tampoco lo hicieron cuando el 25 de septiembre de 1988, 204 años después de su santa muerte en la Misión del Carmelo, en California (28 de agosto de 1784), lo beatificó San Juan Pablo II.
 
Para desentrañar estos movimientos, vale la pena recordar las palabras del Papa Juan Pablo II durante la ceremonia de beatificación de un evangelizador de tiempo completo, que en la Sierra Gorda de Querétaro (México) dejó una huella indeleble entre los indígenas pames y jonaces y a quienes les dijo, antes de partir a California: «Vine sin nada y me voy sin nada; pero les dejo un gran tesoro: la fe»:
 
· «La providencia divina le llamó a ser apóstol de California y a ejercer una influencia permanente sobre el patrimonio espiritual de esta tierra y de su pueblo, con independencia de su religión».
 
· «El padre Serra era un hombre convencido de la misión de la Iglesia, conferida por Cristo mismo, de evangelizar el mundo».
 
· «El no solamente trajo el Evangelio a los indígenas americanos, sino que se convirtió, también, en su defensor. A la edad de sesenta años viajó de Carmel a México para interceder a favor de ellos ante el Virrey -un viaje que en dos ocasiones lo puso en peligro de muerte-y presentó su Representación, hoy famosa, con su ‘Declaración de los derechos’, que aspiraba al mejoramiento de toda la actividad misionera en California, particularmente al bienestar físico y espiritual de los nativos americanos».
 
Por otra parte el 14 de septiembre de 1987, el mismo Papa Juan Pablo II tuvo un encuentro con los indios de Fénix, en Arizona, durante el cual alabó los esfuerzos de Serra para proteger a los indios de la explotación Tres días más tarde, vistió la tumba del fraile en la Misión de San Carlos Borroneo y recordó in situ la «Representación» del beato Serra en 1773 en favor de los indígenas californianos.
 
Juan Pablo dijo que Fray Junípero y sus misioneros compartían la creencia de que «el Evangelio es un asunto de vida y de salvación. Ellos estimaban que al ofrecer a Jesucristo a la gente, estaban haciendo algo de un valor, importancia y dignidad inmenso» y que esta convicción los sostenía «frente a cualquier vicisitud, desazón y oposición.»
 
A favor de Fray Junípero se han expresado ya varias voces en El Vaticano (en Roma se celebrará, el 2 de mayo, una memoria de su vida y su obra misionera, con la presencia del Papa en el Colegio Americano) contra la idea de que «contribuyó» a la esclavización de los indígenas.
 
El sacerdote franciscano Vincenzo Criscuolo destacó que era importante tener en cuenta a fray Junípero Serra como «un hombre de su tiempo» que, como muchos otros, entendía el castigo corporal como una herramienta educativa.
 
Por su parte, Guzmán Carriquiry, número dos de la Comisión Pontifica para América Latina, denunció los planes para quitar la estatua de Serra del Salón de las Estatuas del Congreso de Estados Unidos, señalando que es la única persona de ascendencia española distinguida con tal honor.
 
«Quieren sacarlo del Capitolio, precisamente cuando el primer Papa hispano está planeando canonizarle. Digamos que no sería una extraordinaria acogida por parte de un país que pretende ser un ejemplo de multiculturalidad», declaró Carriquiry.
 
El Papa Francisco tiene la intención de canonizar a Fray Junípero Serra el próximo 23 de septiembre en el Santuario Nacional en Washington, en el inicio de su viaje a Estados Unidos en el que estará, por vez primera para un Pontífice, en el Congreso de la nación que el padre Serra ayudó a construir.

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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