La frase más dramática sobre los tiempos que esperan a la Iglesia

Se dudó de su autenticidad, pero él la confirmó

Murió el cardenal George, autor de la frase más dramática sobre los tiempos que esperan a la Iglesia 

Actualizado 18 abril 2015

C.L. / ReL

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El cardenal George fue arzobispo de Chicago y presidente de la conferencia episcopal estadounidense.

 

La frase se le atribuía, pero ni la había escrito ni constaba en ninguna grabación oficial. El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago entre 1997 y 2014 y presidente de la conferencia episcopal estadounidense entre 2007 y 2010, la había pronunciado en un encuentro privado, donde había sido recogida con el grabador de un teléfono móvil y difundida luego, convirtiéndose en viral por su tenor profético: «Soy el último obispo de Chicago que morirá en la cama. Mi sucesor morirá en prisión y su sucesor será martirizado en la plaza pública».

La confirmación
Pero había quien dudaba de su autenticidad, así que él mismoquiso confirmarla en una carta pastoral a finales de 2012: «Hablando hace algunos años a un grupo de sacerdotes, totalmente fuera del debate político del momento, yo intentaba expresar de forma dramática lo que podría traer la secularización completa de nuestra sociedad. Estaba respondiendo a una pregunta y nunca escribí lo que había dicho, pero alguien captó las palabras con su smartphone y ahora son virales en Wikipedia y en todas partes el mundo digital. Se me cita (correctamente) diciendo que yo espero morir en la cama, que mi sucesor morirá en prisión y que su sucesor morirá mártir en la plaza pública«.

Lo que se omite de lo que dije es una frase final que añadí sobre el obispo que vendría después de un posible obispo pártir: ´Su sucesor recogerá los pedazos de una sociedad en ruinas y lentamente ayudará a reconstruir la civilización, como ha hecho la Iglesia tan a menudo en la historia´. Lo que yo dije no fue ´profético´, sino una forma de obligar a la gente a pensar fuera de las categorías habituales que limitan y en ocasiones envenenan tanto el discurso privado como el público».

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Este viernes 17, a los 78 años, el cardenal George falleció a consecuencia de un cáncer que le fue detactado en 2006 en la vejiga y se extendió en 2012 a riñón e hígado. En enero de 2015 abandonó un tratamiento experimental que estaba siguiendo en la Universidad de Chicago y el Loyola Universitary Hospital, al comprobar que no daba resultado.

«Ser más valientes»
Al conocer la noticia de su fallecimiento, su sucesor, Blase J. Cupich, destacó que «fue un hombre de una gran valentía que superó muchos obstáculos para llegar a ser sacerdote: cuando se unió al sacerdocio no buscó una posición cómoda; en lugar de esto se enroló en una orden misionera, los Oblatos de María Inmaculada, y sirvió al pueblo de Dios en circunstancias difíciles: en África, Asia y alrededor del mundo”.

Los obstáculos a los que se refiere monseñor Cupich son la polio que padeció en su adolescencia. Como explicó él mismo en la Jornada Mundial de la Juventud de Düsseldofr (Alemania) en 2005, se encontró a los 13 años «cautivo» en su propio cuerpo: «Pronto aprendí que la autocompasión no iba a ninguna parte. La fe era la salida, porque en la fe no estaba solo, y de lo que entonces parecía ser un mal podía venir un bien».

Monseñor Cupich destaca en su comunicado que «cuando la Iglesia tuvo que enfrentarse al grave pecado del abuso sexual clerical, él se mantuvo fuerte entre sus compañeros obispos e insistió en que la tolerancia cero era la única vía consistente con nuestras creencias”. Y pide que los católicos sigan su ejemplo para que «seamos un poco más valientes, un poco más firmes y mucho más amorosos. Esta es la forma más segura de honrar su vida y celebrar su regreso a la presencia de Dios”.

El lado correcto de la Historia
En los párrafos finales en los que el cardenal George reconoció la autoría de su célebre frase, el entonces arzobispo de Chicago brindó a los fieles unos criterios seguros para afrontar los momentos sobre cuya dificultad acababa de advertir.

«Dios sostiene el mundo, en los buenos y en los malos tiempos», decía: «Los católicos, junto con muchos otros, creen que sólo una persona ha vencido y rescatado la historia, Jesucristo, el Hijo de Dios y el hijo de la Virgen María, salvador del mundo y cabeza de su cuerpo, la Iglesia. Quienes se reúnen junto a su cruz y su tumba vacía, no importa cuál sea su nacionalidad, están en el lado correcto de la historia. Quienes mienten sobre Él y persiguen o atormentan a su seguidores en cualquier época pueden creer que están trayendo algo nuevo a la historia, pero inevitablemente acaban reduciendo los cambios a la vieja historia humana del pecado y la opresión. No hay nada ´progresista´ en el pecado, ni siquiera cuando se lo promueve como algo ´liberador´«.

Y concluía: «El mundo, divorciado del Dios que lo creó y lo redimió, camina inevitablemente hacia un mal fin. Está en el lado equivocado de la única historia que realmente importa».

El célebre discurso del obispo de Peoria, Daniel Yenki, en 2012, en línea similar a la frase del cardenal George

Consultorio familiar

Aleteia pone en marcha un consultorio familiar

Una iniciativa de ayuda concreta a la familia, ante las muchas consultas que llegan de los lectores

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La edición española de Aleteia inaugura hoy un consultorio familiar, que estará alojado en la página especial del Sínodo sobre la Familia.

Inma Álvarez, responsable de la edición española de Aleteia, explica que la iniciativa surgió “ante las muchas consultas que nuestros lectores nos envían a diario a través de las redes sociales, pidiendo consejo, exponiendo problemas o solicitando ayuda. Se trata de ayudar a las familias de una forma concreta”.

“El objetivo del consultorio es, en primer lugar, ofrecer una atención de calidad a nuestros lectores. En segundo lugar, constatamos que en el mundo católico existen recursos de ayuda a las familias (psicólogos, médicos, mediadores) a los que no se acude por falta de información o de medios”.

Aleteia ofrece un servicio gratuito a sus lectores de dos primeras consultas vía e-mail. Una vez cumplido con el compromiso gratuito que Aleteia ofrece a sus lectores, las personas que soliciten continuar con la consulta o bien requieran atención especializada en otras disciplinas, podrán derivarse a profesionales cualificados, que cooperan con Aleteia en este servicio, continuando las consultas por acuerdo particular.

El Consultorio Familiar está coordinado por Orfa Astorga de Lira, orientadora familiar y máster en matrimonio y familia, acreditada en Santiago de Querétaro (México) y cofundadora de la revista familiar Ser Persona. La idea del consultorio parte de un proyecto ya existente en el ámbito de la diócesis de Querétaro.

Los profesionales que participan en el proyecto acreditan su fidelidad al Magisterio de la Iglesia católica, su formación académica competente y su ánimo de ayudar a las familias, especialmente a las que tienen pocos recursos.

Orfa explica que a menudo muchas familias se rompen o se hunden por falta de orientación adecuada: “Hay matrimonios que podrían salvarse y situaciones que podrían reconducirse, por ejemplo, con terapia o con una separación temporal. Mucha gente no lo sabe, y acaba tomando decisiones que a la larga producen un gran sufrimiento y males que podrían haberse evitado con una ayuda a tiempo”

Para acceder al consultorio pinchar aquí

sources: ALETEIA

Santa Catalina Tekakwitha

La América Norteamericana también tiene su santa india

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Kateri Tekakwitha (1656-1680), laica, india de América del Norte (Estados Unidos y Canadá), llamada también “lirio de los Mohawks”, muerta tres años después de su bautismo.
 
La América norteamericana ya tiene su santa india. Una figura extraordinaria llena de encanto, testigo de lo que la gracia divina hace en quien, con toda la inocencia de una juventud incontaminada, se deja llevar por su impulso. Kateri Tekakwitha vivió mucho en pocos años. Murió consagrada a Dios a los 24 años.
 
En el inmenso territorio descubierto en el siglo XVI, se establecieron poco a poco colonias de todas las procedencias, ambicionando establecerse en aquellas grandes praderas. En medio de la presencia holandesa y luego inglesa, vivió una joven india mohawk.
 
La santa ha realizado muchos milagros privados. La conocida como “el lirio de los mohawks” tiene su santuario nacional en Fonda, Nueva York. Fue fundado en honor de Kateri, en el lugar donde fue bautizada el domingo de Pascua, 5 de abril de 1676, y aquí vivió sus años de adolescencia.
 
Kateri nació en 1656 de una madre algonquina cristiana –raptada por los iroqueses y casada con un jefe mohawk–, en la aldea fortificada de Mohawk Canaouaga u Ossernenon (moderna Auriesville), en el actual estado de Nueva York.
 
Cuando sólo tenía cuatro años, quedó huérfana, debido a una epidemia de viruela. Kateri sobrevivió epro quedó marcada de cicatrices y con una visión reducida. Kateri fue apodada «tekakwitha», que significa «la que choca contra las cosas». Fue acogida por su tío, que se oponía duramente a la evangelización.
 
Cuando Kateri tenía diez años, en 1666, una partida de guerra compuesta de soldados franceses e indios hostle de Canadá destruyó las fortalezas mohawk en la orilla sur del río Mohawk. Los mohawks supervivientes se trasladaron a la parte norte del río. Kateri vivió en Caughnawaga, sede del actual santuario, los siguientes diez años.
 
Cuando tenía 18 años, inició la catequesis en secreto y finalmente su tío dio su consentimiento para que se convirtiera al cristianismo, a condición de saliera del pueblo indio. Tras caminar unos 320 kilómetros por el bosque hasta llegar a Sault Ste. Marie, un pueblo cristiano cerca deMontreal, en 1677. El asentamiento indio era conocido como Kahnawake, al otro lado del río San Lorenzo, fue denominado «El pueblo de los indios que rezan».
 
El día de Navidad de 1677, Kateri hizo la primera comunión y, en la Fiesta de la Anunciación de 1679, hizo voto de virginidad perpetua. Se ofreció a la Santísima Virgen María para que la aceptara como hija. En los últimos años de su vida, soportó un gran sufrimiento por una enfermedad grave. Murió el 17 de abril de 1680, poco antes de cumplir 24 años, y fue enterrada en Kahnawake, Quebec, Canadá. Sus palabras finales fueron: «Jesús, María, os amo». Para saber más, la página de la beata está en inglés: http://www.katerishrine.com/.

Oremos

Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes a los que diste a Catalina Tekakwitha, para que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra fe y con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
 
Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org

¿Qué hay detrás de la canonización del beato Fray Junípero Serra?

Lo que ha sido recibido como una gran noticia para la comunidad hispana en EE.UU., para otros resulta una afrenta

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Lo que ha sido recibido como una gran noticia para la comunidad hispana en Estados Unidos, encabezada por la inmensa población hispana de California, la canonización del beato Fray Junípero Serra, «Apóstol de las altas Californias y de la Sierra Gorda de Querétaro», para algunas asociaciones de nativos norteamericanos resulta una afrenta.
 
Desde que el Papa Francisco anunció la canonización del beato Serra en Washington, el próximo 23 de septiembre, las voces de discordia se han elevado diciendo que este misionero, nacido en Petra, Mallorca (España) en 1713, contribuyó, al cristianizarlos, a eliminar la población nativa y a esclavizarlos al dominio español (y, es de suponerse que desde 1776, al dominio de la nación que obtenía su Independencia)
 
Estas asociaciones han organizado protestas en California y han puesto en marcha un movimiento para retirar la estatua del Capitolio de los Estados Unidos, cosa que no habían hecho antes de que se anunciara que iba a ser canonizado por el Papa Francisco.
 
Como tampoco lo hicieron cuando el 25 de septiembre de 1988, 204 años después de su santa muerte en la Misión del Carmelo, en California (28 de agosto de 1784), lo beatificó San Juan Pablo II.
 
Para desentrañar estos movimientos, vale la pena recordar las palabras del Papa Juan Pablo II durante la ceremonia de beatificación de un evangelizador de tiempo completo, que en la Sierra Gorda de Querétaro (México) dejó una huella indeleble entre los indígenas pames y jonaces y a quienes les dijo, antes de partir a California: «Vine sin nada y me voy sin nada; pero les dejo un gran tesoro: la fe»:
 
· «La providencia divina le llamó a ser apóstol de California y a ejercer una influencia permanente sobre el patrimonio espiritual de esta tierra y de su pueblo, con independencia de su religión».
 
· «El padre Serra era un hombre convencido de la misión de la Iglesia, conferida por Cristo mismo, de evangelizar el mundo».
 
· «El no solamente trajo el Evangelio a los indígenas americanos, sino que se convirtió, también, en su defensor. A la edad de sesenta años viajó de Carmel a México para interceder a favor de ellos ante el Virrey -un viaje que en dos ocasiones lo puso en peligro de muerte-y presentó su Representación, hoy famosa, con su ‘Declaración de los derechos’, que aspiraba al mejoramiento de toda la actividad misionera en California, particularmente al bienestar físico y espiritual de los nativos americanos».
 
Por otra parte el 14 de septiembre de 1987, el mismo Papa Juan Pablo II tuvo un encuentro con los indios de Fénix, en Arizona, durante el cual alabó los esfuerzos de Serra para proteger a los indios de la explotación Tres días más tarde, vistió la tumba del fraile en la Misión de San Carlos Borroneo y recordó in situ la «Representación» del beato Serra en 1773 en favor de los indígenas californianos.
 
Juan Pablo dijo que Fray Junípero y sus misioneros compartían la creencia de que «el Evangelio es un asunto de vida y de salvación. Ellos estimaban que al ofrecer a Jesucristo a la gente, estaban haciendo algo de un valor, importancia y dignidad inmenso» y que esta convicción los sostenía «frente a cualquier vicisitud, desazón y oposición.»
 
A favor de Fray Junípero se han expresado ya varias voces en El Vaticano (en Roma se celebrará, el 2 de mayo, una memoria de su vida y su obra misionera, con la presencia del Papa en el Colegio Americano) contra la idea de que «contribuyó» a la esclavización de los indígenas.
 
El sacerdote franciscano Vincenzo Criscuolo destacó que era importante tener en cuenta a fray Junípero Serra como «un hombre de su tiempo» que, como muchos otros, entendía el castigo corporal como una herramienta educativa.
 
Por su parte, Guzmán Carriquiry, número dos de la Comisión Pontifica para América Latina, denunció los planes para quitar la estatua de Serra del Salón de las Estatuas del Congreso de Estados Unidos, señalando que es la única persona de ascendencia española distinguida con tal honor.
 
«Quieren sacarlo del Capitolio, precisamente cuando el primer Papa hispano está planeando canonizarle. Digamos que no sería una extraordinaria acogida por parte de un país que pretende ser un ejemplo de multiculturalidad», declaró Carriquiry.
 
El Papa Francisco tiene la intención de canonizar a Fray Junípero Serra el próximo 23 de septiembre en el Santuario Nacional en Washington, en el inicio de su viaje a Estados Unidos en el que estará, por vez primera para un Pontífice, en el Congreso de la nación que el padre Serra ayudó a construir.

Amar es saber decir que no

abril 22, 2015 por beckyreynaud

Si quieres saber a quién verdaderamente amas,

sólo piensa para quien siempre tienes tiempo,

a quien le das lo mejor de ti.

Allí habrás encontrado la respuesta.

Anónimo.

castidad-conyugalOctavio Paz dice que “la castidad cumple la misma función en Oriente que en Occidente: es una prueba, un ejercicio que nos fortifica espiritualmente y nos permite dar el gran salto de la naturaleza humana a la sobrenatural” (La llama doble, p. 22.).

Con el alma clara, limpia, se entiende más la grandeza del amor. A veces los jóvenes dicen que no se pueden controlar. Hay que decirles: “Si lo (la) quieres, contrólate. No se hagan daño mutuamente”.

— Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.

— Si te casas conmigo no te doy una prueba, sino muchas. Si me amas, sabrás esperar a que estemos preparados para casarnos.

— Es que quiero saber si nos acoplamos, responde el joven.

— ¡Ni que fuéramos cápsulas espaciales! Si hay compatibilidad de caracteres y respeto mutuo, la habrá en lo demás.

Sólo la condicionabilidad de la entrega puede hacer que esa entrega sea entrega. La entrega está condicionada por el compromiso formal. El libertinaje representa odio al cuerpo, al hombre y al mundo. El libertinaje tiene su fundamento e que el cuerpo se torna organismo, mera cosa. Su expulsión del reino de lo moral es, al mismo tiempo, expulsión de lo humano. Se convierte en mero objeto, en cosa, y con él también se hace la vida del hombre vulgar y ramplona. Cuando el hombre se burla de su cuerpo, se burla de sí mismo.

Remedios Falaguera afirma que las mujeres deberían de ser conscientes de que la belleza no es convertir el cuerpo en deseo, ni en mercancía disponible al mejor postor, puesto que “la belleza del cuerpo es un viajero que pasa; pero la del alma es un amigo que se queda”. Si el hombre se relaciona con la mujer sólo como un objeto del que apropiarse y no como don, se condena a sí mismo a hacerse también él, para ella, solamente objeto de placer y no don.

“La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces”, escribía Octavio Paz; es decir, la libertad necesita constancia, fidelidad, amor a la propia historia.

Es propio del corazón humano aceptar exigencias, incluso difíciles, en nombre del amor hacia una persona. El novio que ama a su novia, sabe esperar, y no pide unaprueba de amor, cuando él no puede ofrecerle un matrimonio con la misma prisa con la que él pide la prueba de amor. Y a veces, esa prueba de amor termina en odio a quien se le entrega, porque siente que esa persona, en vez de elevarlo, lo rebaja; otras veces, termina pidiendo más y mas. Un joven equilibrado entiende que, la mejor opción, es la abstención sexual antes del matrimonio, y entiende que haya quienes elijan la virginidad para vivir su adolescencia o para toda la vida.

La elección de la virginidad o de celibato para toda la vida es una respuesta al amor de Dios y, por tanto, tiene el significado de un acto de amor esponsal; es decir, de una donación esponsal de sí mismo. Es una donación hecha como renuncia, pero hecha sobre todo, por amor.

¿Somos las mujeres las primeras responsables de la degradación de nuestra sexualidad explotándola como elemento seductor? ¿Por qué las mujeres, utilizamos nuestro cuerpo para seducir a los hombres, para manipular sus sentimientos, para manejar sus actuaciones, hasta conseguir los objetivos que nos hemos propuesto? Quizás porque tenemos mentalidad de “mercancía”, de conveniencia, no de buscar la unión por un amor verdadero, que respete el matrimonio de otros y el propio.

La pureza es para muchos un concepto inconcebible y arcaico, cuando para Dios es una de las virtudes más preciadas. Miguel de Cervantes escribía:

“es de vidrio la mujer,

pero no se ha de probar

si se puede o no quebrar,

porque todo podría ser”

San José de Anchieta

San José de Anchieta

Después de conocer hace unos pocos días la nómina completa de los santos jesuitas o de los jesuitas santos, como prefieran Vds. (pinche aquí si desea rememorarla) , la fecha que hoy celebramos y que da título al presente artículo se presenta como el momento idóneo para conocer mejor al último jesuita que ha venido a engrosar tan nutrida como selecta nómina: San José de Anchieta, fundador de una de las ciudades más importantes del mundo, Sao Paulo, San Pablo, como con muy buen criterio, la llaman de hecho en Argentina.
 
            A pesar de su apellido de indudables resonancias vascuences, o precisamente por ello, en una nueva prueba de lo antiguos que son los lazos que unen a los habitantes de esa vieja nación que se llama España, José de Anchieta nace en San Cristóbal de La Laguna (Islas Canarias) el 19 de marzo de 1534. Uno de los doce hijos de Juan de Anchieta, de origen vasco, que había luchado en la revuelta de los comuneros contra el Emperador Carlos V, y de Mencía Díaz de Clavijo, perteneciente a la nobleza canaria, con apenas 13 años de edad es enviado junto con su hermano Baltasar a la Universidad de Coímbra.
 
            Gran amante de la poesía y de la escritura, un buen día, se mete en una iglesia, y ante una imagen de la Virgen decide que quiere ser misionero. Ingresa en la Compañía de Jesús que decide enviarlo a Brasil, si bien un golpe en la columna vertebral que le produce una grave enfermedad suspende el proyecto. Tras superar con gran coraje la enfermedad, y con apenas tiene 19 años de edad, se embarca finalmente junto con cinco jesuitas más. Arriba en Salvador de la Bahía de todos los Santos, y desde allí se dirige la pequeña población de Piratininga, en la que empieza a aprender la lengua tupí que hablan los indios del lugar, lengua en la que escribirá numerosos versos y obras de teatro, y que le debe su normalización, su gramática, la cual publica bajo el título de “Arte da Gramática da Língua Mais Falada na Costa do Brasil”, y las primeras obras escritas en dicha lengua. El resto de sus escritos se publican bajo el título “Cartas, Informações, Fragmentos Históricos e Sermões”. Anchieta emplea sus versos y canciones en lenguas autóctonas en su labor evangelizadora
 
            Muy pronto se manifiestan en él dos especialísimas características: la taumaturgia, con prodigios tales cómo levitar cuando rezaba o dialogar con las imágenes de la choza en la que se encontraba; y unas excepcionales cualidades diplomáticas. En una ocasión, adentrándose en la selva amazónica se encuentra a unos indios que están torturando a un prisionero, convenciéndoles de que lo suelten y evangelizándolos. En otra ocasión, embarcado en una piragua junto con el Padre Nóbrega y con un joven indio evangelizado, son atacados por los indios tamoyos, y aunque éstos matan al indio que los acompaña, José consigue hacerse llevar ante el jefe de la tribu, ganándose su favor.Anchieta ejerce como respetado árbitro entre los portugueses y las tribus amazónicas.
 
            Junto a todo ello, Anchieta despliega otra importante actividad en su vida: la fundación de ciudades que, además, acabarán constituyéndose en las grandes ciudades brasileñas. En 1554 junto con el Padre Manuel de Nóbrega y otros diez jesuítas, funda Sâo Paulo (San Pablo, como de hecho la llaman en Argentina), a la que dan ese nombre por fundarla precisamente en la festividad de la conversión de San Pablo el 25 de enero. En1565 participa también en la de San Sebastián de Rio de Janeiro (Sebastían por el rey portugués del momento, rio de janeiro como río de enero, que tal es lo que significa), ciudad en cuya catedral, por cierto, ejercerá como sacerdote y en la que regentará el primer hospital de la ciudad llamado la Casa de la Misericordia.
 
            Poco después fallece su compañero Nóbrega por una enfermedad contraída en la selva, mientras Anchieta intenta curarle mediante medicamentos que había conocido gracias a los indios y que le sirven a Anchieta para escribir un libro de medicina, fauna y flora de Brasil.
 
            Tras dirigir unos años el colegio de San Vicente y ser nombrado provincial de la orden jesuita en América, realiza un breve retorno a sus islas Canarias que termina siendo una despedida, para volver a Brasil con 49 años y con fama de santidad.
 
            El 9 de junio de 1597, a la temprana edad de los sesenta y tres años, muere en la aldea de Reritiba. Parece que fue capaz de predecir el día y la hora de su muerte. Su recuerdo permanece muy presente en Brasil. La aldea en la que murió pasará a llamarse “Anchieta” en su honor, será proclamado “apóstol de Brasil” y es popularmente considerado como patrono del país. En 1980 es beatificado por Juan Pablo II.Benedicto XVI por su parte, lo nombra entre los trece intercesores de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Rio de Janeiro. En cuanto a España, en 1960 se coloca en su ciudad natal, San Cristóbal de La Laguna, una estatua en su honor creada por el artista brasileño Bruno Giorgi. Existe también otra importante estatua suya en la Catedral Metropolitana de São Paulo en Brasil.
 
            Aunque tardara mucho en dar sus primeros pasos de importancia, el ascenso a los altares del Padre Anchieta adquiere después un ritmo acelerado, pues si bien no es beatificado hasta el 22 de junio de 1980 en que lo hace Juan Pablo II, el pasado 2 de abril es definitivamente canonizado por el Papa Francisco.

            Que hagan mucho bien y que no reciban menos.