«La vida es cortísima y lo único que importa en ella es salvar nuestra alma»

«Podremos estar en el cielo, para siempre, junto a Dios»

María Vallejo-Nágera

Actualizado 24 diciembre 2014

Francisco Javier Domínguez / Adelante la Fe 

La escritora María Vallejo-Nágera acaba de publicar la última de sus hasta ahora once obras, De María a María (Palabra), donde cuenta con detalle la historia de su conversión.

El padre Francisco Javier Domínguez la ha entrevistado para el portal católico Adelante la Fe, donde comienza preguntándole sobre el estado actual de su alma. «Mi alma ha estado pasando por varias etapas (yo diría que muchas), desde ese 9 de mayo de 2000, día que escogió el Señor para irrumpir en mi vida de una forma tan fuerte», recuerda María: «Durante años mi corazón era puro fuego de amor hacia Él… Pero las cruces inmensas que a veces acompañan a un converso, los palos, los tropiezos, me han llevado a veces a sentir que el Señor se había alejado de mí… Son altos y bajos en el camino».

«Pero gracias a su amor y al imponente impacto que recibo en cada Adoración», añade, «la fe vuelve, me revuelca de nuevo… Y comienza de nuevo el camino. Seguir a Cristo no es fácil, pero si se intenta con mucha humildad, se nota una pronta respuesta por su parte«.

La Madre, con mayúsculas
Una respuesta que viene a través de la Madre de Dios, a quien consagra su libro: «Ella es quien me ha venido a rescatar de los momentos fríos, de dudas, de miedo… Ella es, a día de hoy, mi Madre . En todos los sentidos, en mi alma y en mi corazón, así la siento. Es mi Madre con mayúsculas. Lo es».

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Vallejo-Nágera explica que es una madre de familia y una esposa «normal, como todo el mundo», pero que tiene «un don, que es el de escribir»: «Me gusta plasmar en papel todo lo que siento, lo que vivo, lo que experimento… Y resulta que el tema que más me tiene fascinada, el que más amo, el que más me enternece, es Jesús el Nazareno. Me parece que estoy un poco enamorada de nuestro Dios… Así que escribo sobre Él. Pero nunca olvido que quien me llevó hasta Él fue su Madre. La palpo, la siento en la oración del Rosario«… 

Cuando el padre Domínguez le pregunta cuál de sus libros es su preferido, la autora de De María a María lo tiene claro: «Sin duda éste último es el que más me ha rodeado de paz, de amor… Ha sido durísimo escribirlo (dudas, enfermedades en el proceso, miedos, burlas…), pero es que no podía dejar de escribir… La presencia de mi Madre María Santísima estaba muy palpable en el proceso. Oraba antes de escribir cada capítulo, y simplemente… salían bajo la presión de mi tintero. Yo no me preparo nunca un guión, unesqueleto a la hora de escribir un libro. Simplemente oro… Entonces las cosas salen».

«Llevaba un amor tan grande hacia nuestra Madre del cielo dentro, que por algún lugar tenía que explotar. Y esa explosión comenzó hace justo un año y medio. Me puse delante del ordenador, recé… Y entonces mil ideas, mil anécdotas, mil recuerdos, me invadieron de golpe… Aquello era un huracán de sentimientos… Y los plasmé en un nuevo libro que hoy ya es realidad», añade.

Tres consejos para la vida espiritual

Sobre el Rosario, María Vallejo-Nágera tiene un consejo para todos: «Que confíen en Ella. La Madre de Dios ama esa oración. Si una madre a la que amamos con toda el alma nos pide que le hagamos un recado (por ejemplo hacer una tarea), ¿acaso no debemos hacerlo si sabemos que eso le agrada mucho? Yo comencé rezando el rosario con gran tedio. No lo entendía, me aburría… Pero perseveré. Entonces, cuando llegaron los problemas a mi vida (que han sido inmensos en muchas ocasiones), me di cuenta que era precisamente la oración diaria del Santo Rosario lo que calmaba mi corazón… El poder del Rosario es sobrenatural… No hay palabras humanas capaces de explicarlo».

El descubrimiento de su fe en todos estos años le ha servido para descubrir otras muchas cosas, entre las cuales «que lo único que importa en esta vida es salvar nuestra alma… la vida es cortísima y que sólo debemos pensar en que algún día podremos estar en el cielo, para siempre, junto a Dios, un Dios que nos creó precisamente para vivir llenos de amor junto a Él».

Por eso ella reza el Rosario con una petición constante: sacar almas del purgatorio. E insta a hacer lo mismo: «Ellas agradecen infinitamente cada oración por ellas, ya que ellas, por sí mismas, no puede liberarse. Por eso es tan importante que recéis por ellas”.

Y también aconseja tener un director espiritual: «Hay que orar mucho para encontrar al director espiritual adecuado. No todos los sacerdotes son capaces de entender a cada alma. Somos cada uno un mundo, y en muchos casos encontrar a un buen director es una verdadera dificultad. Pero hay que luchar por encontrarlo«.

Ante el Santísimo

«¿Qué es para ti la adoración al Santísimo y qué ha supuesto en tu vida?», le pregunta el padre Javier: «Todo. La Adoración para mí es simplemente todo. Es estar cara a cara con Jesucristo. No le puedo ver (sólo tengo delante de los ojos materiales un trozo de pan), pero mi alma sabe, misteriosamente, que ese trozo de pan es todo un Dios. Así que frente a una custodia, yo sé que estoy, cara a cara, con Cristo. Es rozar el cielo. Es saber que me mira, me observa, me ama… Es mi trozo de cielo en la tierra».

«La vida es preciosa, pero es dura… Pincha y muchas veces hiere… Pero hay un final: y ese final debe ser la eternidad junto a Dios», concluye María: «Vivir puede llegar a ser tarea muy ardua, pero si se vive con Cristo, la montaña se hace colina. Sólo hay que tener los ojos fijos en Él y todo se hace llevadero. Y al final… Bueno, al final, sólo estará Él».

 

Muere Ángel García Dorronsoro

«el cura de la tele» de los años 60 con «Tiempo de creer» en TVE

Actualizado 24 diciembre 2014 

Efe

20306_angel_garcia_dorronsoro_El sacerdote Ángel García Dorronsoro, pionero de la información religiosa en televisión con el espacio Tiempo de creer de TVE, ha fallecido este martes en Madrid a los 90 años de edad.

García Dorronsoro, con gran capacidad de comunicación y cercanía, se hizo popular en los hogares españoles gracias a su etapa como presentador del espacio Tiempo de creer, que TVE emitió en La 2 a finales de los años 60 y que otorgó gran popularidad a este sacerdote bilbaíno.

Tras estudiar Filosofía y Letras en Madrid, Valencia y Zaragoza, solicitó su admisión en el Opus Dei en 1944 y fue ordenado sacerdote en 1952. Con una amplia labor pastoral entre estudiantes, fue capellán de la Universidad de Navarra y profesor de su Escuela de Periodismo, germen de la posterior Facultad de Comunicación.

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También fue capellán del Colegio Mayor Moncloa, en Madrid, ciudad donde atendió pastoralmente a miles de personas y colaboró con varios medios de comunicación. Su atrayente manera de predicar le catapultó a la televisión, y pasó a ser conocido como «el cura de la tele».

De aquel programa salieron muchos de sus libros y artículos, como Observaciones en un tiempo de crisis, Apuntes de esperanza, Charlas en la Televisión y Dios y la gente.

No abortó y el médico que lo propuso lloró

Concebido en violencia, el bebé es un regalo de Dios, dice

Violada, descubrió por sorpresa su embarazo; no abortó y el médico que lo propuso lloró

Actualizado 21 diciembre 2014

Portaluz/SaveThe1.com

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Jennifer Christie (no es su nombre real), esposa y madre de cinco hijos, residente en Carolina del Norte (EEUU), fue violada en un viaje de negocios. Descubrió por sorpresa que estaba embarazada.

Muchas personas en su entorno, y médicos, le proponían abortar, e incluso daban por supuesto que era lo único que podía hacer. Pero ella enfrentó todo de otra manera más esperanzada. Este es su testimonio en primera persona. 

***

El pasado mes de enero yo estaba de viaje por negocios y me hospedé en el pequeño hotel de una ciudad universitaria [la protagonista decidió reserva de ciertos nombres por decisión de su familia; ndr].

Por lo general suelo estar atenta a lo que sucede en mi derredor, pero el lugar estaba tan cubierto de nieve y con viento que no habría escuchado sus pasos incluso si él hubiera pisado fuerte. ¡Sucedió tan rápido! Abrí la puerta, me giré para cerrarla, y allí estaba él, un hombre enorme. Mi primer instinto no fue de miedo, sino sólo confusión. De inmediato él me dio un puñetazo en la cara. Yo no recuerdo que me haya sacado de la habitación, pero al recuperar la conciencia me encontré en la escalera… no sé cómo, tal vez yo intentaba ir en busca de ayuda…

Los exámenes del protocolo de violación arrojaron resultados negativos para el VIH, la gonorrea, la clamidia, sífilis, herpes, y docenas de otras cosas de las que nunca había oído hablar. «Dios es misericordioso», pensé.

Para el mes siguiente, tenía programado trabajar en un crucero. El segundo día después de embarcarme fui golpeada por una repentina disentería que no superé con los antibióticos. En cuanto atracamos en Cartagena (Colombia) me llevaron al hospital para ver qué sucedía conmigo. Preocupados por mis problemas intestinales, me llevaron a realizar un ultrasonido… y entonces vimos el pequeño ‘guisante’, mi hijo.

De regreso en el barco, les compartí a los médicos una versión abreviada de mi historia. ¡Ellos me pusieron en cuarentena! ¿Evitar suicidio? ¿Temían que por algún brote psicótico yo saliera corriendo desnuda por el barco? Quién sabe. 

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Lo real es que la semana siguiente la pasé escuchando al equipo de médicos y enfermeras que con sus buenas intenciones buscaban consolarme y para ello me decían lo “fácil” que sería “hacerse cargo de eso” -matar al niño- para que yo pudiera volver a empezar… 

¿¡Fácil!?

Hubo un montón de incómodas cuestiones que discutí llorando en cada llamada telefónica que hice a casa esa semana, pero nunca consideré ni salió de mis labios el «hacerse cargo de eso» (abortar-matar al bebé).

Tampoco mi marido.

Cuando le dije que estaba embarazada, me dijo con voz tranquila y firme: 

– Está bien. Está bien… Bien… Todo está bien. 

Yo le pregunté: 

– ¿Qué quieres decir con que todo está bien?.

-Quiero decir que podemos hacer esto. Vamos a salir adelante. Todo irá bien. Y que… ¡me encantan los bebés! Esto es un regalo. Esto es algo hermoso que viene tras algo terrible. Podemos hacer esto. 

Y en ese mismo momento empecé a sentir los alegres movimientos de la nueva vida en mi vientre, floreciendo en mi corazón. Este nuevo amor que crecería con tal fuerza que doblegaría cualquier inquietud o angustia. Y mi marido estaba en lo cierto. Podríamos hacerlo.

En mi última mañana a bordo de la nave, le dije al equipo que me cuidaba: 

-Si alguna vez se acuerdan de esto, si alguna vez se preguntan lo que me pasó, sólo piensen en que habré tenido un hermoso bebé en octubre de 2014.

Recuerdo bien su reacción, la expresión de sus rostros y las lágrimas en los ojos del médico que había insistido con más vehemencia en el aborto. 

Por primera vez, pensé en ese momento cómo Dios puede usar esto, esta pesadilla que había tenido que soportar. ¡Úsame, Señor Jesús!

Durante mi embarazo estuve ingresando y saliendo del hospital por un par de meses, más dentro que fuera. Tenía preeclampsia, hipertensión arterial, y convulsiones no controladas.

Fue aterrador cuando me ingresaron en la semana 26 y dijeron que podría tener a mi bebé esa noche… Estaba desesperada. ¡Yo quería que mi hijo viviera! Superamos ese momento, pasaron las semanas hasta que él llegó aquí, a salvo, a mis brazos.

Nuestro hijo pequeño fue concebido en la violencia, pero él es un regalo de Dios que hizo completa a nuestra familia. ¡Estoy tan agradecida de haber podido establecer vínculos con otras madres que también quedaron embarazadas por violación!Somos sobrevivientes, no las víctimas. Mi hijo me ha sanado.

Lea también: 8 razones y 4 testimonios por los que una violación no justifica que se aborte al bebé

¿El Belén más alto del mundo?

El Teide tiene 3.700 metros… pero hay parroquias a 4.300

Unos canarios suben un belén de chocolate bendecido por el Papa al Teide: ¿el más alto del mundo?

Los montañistas dejaron este belén de chocolate y biodegrabable, bendecido por el Papa Francisco en el Teide, a 3.718 metros de altura
Los montañistas dejaron este belén de chocolate y biodegrabable, bendecido por el Papa Francisco en el Teide, a 3.718 metros de altura

P.J.G/ReL 

Este pasado fin de semana, un grupo de escaladores de las Islas Canarias coronó la cima del Teide, en la isla de Tenerife y dejaron allí un belén de chocolate italiano bendecido por el mismísimo Papa Francisco. Su objetivo era presentarlo como «el belén más elevado de Europa», y quizá incluso «del mundo», ya que el Teide tiene 3.718 metros de altura. Sin embargo, esto parece improbable ya que hay parroquias e incluso catedrales a 4.000 metros de alturay sin duda no faltarán en ellas belenes, aunque no sean de chocolate.

La expedición, organizada por el Club Universitario Tigaday,llegó a la cima este domingo: 20 de sus expedicionarios coronaron el Teide, la montaña más alta de España y de las tierras emergidas del Atlántico.

«Nuestra intención era combinar una tradición navideña, como es el Belén, con un marco incomparable, como es el Teide, uno de los lugares más bellos del mundo», comentó Francisco Ascanio, uno de los organizadores de la iniciativa.

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Los escaladores canarios rodean el pequeño belén (en el centro inferior de la foto) en la cima del Teide

Las piezas de chocolate que han quedado en la cima del Teide, probablemente congelándose, fueron transportadas a Roma por el sacerdote italiano residente en Canarias Francesco Calzone. En el Vaticano, el sacerdote estuvo en la plaza de San Pedro el pasado domingo 7 de diciembre, después del Angelus, para que las figuras fueran bendecidas por el Papa Francisco. El belén, al estar hecho de chocolate, es biodegradable  y queda en el pico del Teide como testimonio del paso de la expedición.

«Ver amanecer desde allí y poder contemplar cómo la oscuridad que cubre el cielo se abre y deja paso a la luz del día es asistir a un espectáculo de belleza incomparable, que nos puede recordar la presencia de la Divinidad en la Tierra. Hay momentos duros soportando temperaturas por debajo de los cero grados, pero vale mucho la pena», añadió Ascanio.

Los expedicionarios contactaron con el Libro Guinness de los Records para registrar la iniciativa, como el Belén más alto de Europa, pero se asombraron al ver que no había más belenes registrados en las alturas, así que tramitan que se considere como el belén más elevado del mundo.

A la organización se le ocurrió además la iniciativa de fomentar el proyecto «Pon un Belén en las cumbres» en toda España.

«Queremos que en cada comunidad autónoma un grupo de alpinistas coloque un Belén biodegradable en su punto más alto», explica José Carlos García, otro de los organizadores. La idea, sin duda, es noticiosa, y gustará a la prensa local en cada región de España.

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Parroquia de San Juan Bautista de Macusani, a 4.315 metros de altura, casi 600 metros más alta que el Teide.

¿El belén más alto? Probablemente en Ayaviri, Perú
Los 3.700 metros de altura del Teide no impresionan mucho en la altísima diócesis peruana de Ayaviri (conózcala en Prelaturaayaviri.org). En esta diócesis, las 8 parroquias de la provincia de Melgar superan los 3.800 metros de altura (4 de ellas superan los 3.900) con la de San Pedro Apóstol de Nuñoa, de trece mil habitantes, a 4.016 metros. 

En la provincia de Carabaya, en la misma diócesis, la parroquia de Nuestra Señora del Rosario (8.000 hab.) se encuentra a 4.124 metros, la de San Juan Bautista de Ajoyani a 4.250 y la de San Juan Bautista de Macusani (once mil habitantes) a 4.315 metros del altura. Teniendo en cuenta que la única parroquia católica del Tíbet está en el valle de Yanjing, que no es especialmente alto, parece probable que los parroquianos de Macusani sí sean los que tienen los belenes más altos del mundo.

Has valido la pena

Carta a mi bebé que se fue al cielo: has valido la pena

Impactante testimonio de una mamá cuyo bebé, enfermo, murió al poco de nacer

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Muchas mujeres embarazadas reciben la terrible noticia de que su hijo viene con alguna malformación o problema de salud. ¿Qué hacer? ¿La salida es el aborto? ¿Es una «injusticia» seguir adelante con el embarazo, como dicen muchos profesionales sanitarios? 

Cuando les dijeron a Alfonso y Susi, un matrimonio español que su pequeño Ismael venía con cardiopatía grave y que no iba a vivir, el golpe fue tremendo. Pero aceptaron esto como voluntad de Dios, y siguieron adelante con el embarazo, a pesar de las fuertes presiones para que abortaran. Finalmente, Ismael vino al mundo, el 8 de diciembre, fue bautizado y, después de dos días, murió tranquilito junto al corazón de su mamá.  

Ella le ha escrito esta carta: 

Mi pequeño gran Angel, Ismael.

Tu paso por nuestras vidas ha sido un brisa suave. He sido afortunada de llevarte estos 7 meses en mis entrañas, sufrir contigo y por ti, rezar a Dios por no tener que despedirme nunca de ti. Amarte sin importarme como serias, acompañarte sabiendo lo que me iba doler tu pérdida.

Naciste el día de la inmaculada y te fuiste con la virgen de Loreto. Ahora que ya no te siento dentro de mi, ni puedo volver a tomarte en mis brazos, volver a besarte….el dolor y el vacío de mi corazón es inmenso. Pero volvería a pasar de nuevo por todo esto, el conocerte, el amarte, el esperar sin esperanza…… el acunarte en mis brazos y bañar tu pequeño rostro de lágrimas.

Has sido una bendición para nosotros, nos has dado una lección de amor de sencillez de humildad, de lucha por la vida y de entrega impresionante. Cuando al cogerte en mis brazos , abriste tus pequeños ojos para mirarme, me demostraste que todo ha valido la pena. Dayenu. El dolor que siento ahora es muy fuerte pero el amor que te tengo es mayor. Me siento la madre mas afortunada del mundo por haber tenido un hijo como tú.

¡Que grande has sido y que pequeño a la vez! Siempre estarás en nuestro corazón. Mi mayor consuelo es saber que algún día volveré a estar contigo y que esta vez para siempre. Te quiero hijo de mi alma. ¡Cuanto fruto ha dado tu corta vida, mi amor!. Doy gracias ha Dios por pensar en mi para llevar a este Angel en mi seno. Reza por nosotros hijo para que nunca nadie me quite de mi corazón este sello que tu me has dejado.

 

San Juan de Kety

Hizo, mendigando, el camino hasta Jerusalén para venerar el sepulcro de Cristo

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Juan Wacienga (San Juan de Kety, Kanty, Cancio o Kenty), presbítero y filósofo polaco, el cual, siendo sacerdote, se dedicó a la enseñanza durante muchos años en la Academia de Cracovia, después recibió el encargo pastoral de la parroquia de Olkusia, en donde, añadiendo a la recta fe un cúmulo de virtudes, se convirtió para los cooperadores y discípulos en ejemplo de piedad y caridad hacia el prójimo, y después emigró a los gozos celestiales en Cracovia, ciudad de Polonia.
 
Juan Wacienga nació en Kety, cerca de Cracovia, en 1390. En 1413, se inscribió en la universidad de esta última ciudad, fundada poco antes, pero ya famosa. Allí discurría su vida entera. Después de ser estudiante, pasó a actuar como profesor de letras decano de la facultad de filosofía (1432) y, más tarde, profesor de teología (1443). Entre tanto, fue párroco de Olkus, parroquia próxima a Cracovia, que dependía del capítulo colegial de San Florián, al que se había asociado Juan. Como profesor, resplandeció por su saber, pero más aún por su amor hacia los pobres y por su espíritu de penitencia.

Eran tiempos difíciles, por la guerra hussita que asolaba Polonia. Juan supo compadecerse en todo momento de la miseria y defender la fe respetando al contrario. Consciente del valor redentor que poseen las peregrinaciones, hizo mendigando el camino hasta Jerusalén para venerar el sepulcro de Cristo, y acudió por cuatro veces a Roma a las tumbas de Pedro y Pablo. Murió a los sesenta y tres años, la víspera de Navidad de 1473.

 

El sacerdote que logró salvar el Santísimo pero no a sí mismo

Crónicas del Alzamiento de Varsovia: El padre Tadeusz Jachimowski, víctima de los nazis en Polonia

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En el día del estallido de la insurrección, el primero de agosto de 1944, antes del mediodía, el sacerdote y capellán militar en rango de coronel Tadeusz Jachimowski se encuentra con el sacerdote y también capellán militar Antonio (Zbigniew Kaminski), Canciller de la Curia de Campaña del AK.

Le comenta sobre la designación de la hora «W» y le da las últimas indicaciones. Al salir, le deja su asignación de azúcar, que recibió de alguien, entonces se da prisa para llegar a la sesión informativa. Está convencido de que los combates en Varsovia serán largos y sangrientos, y sabe que a los sacerdotes capellanes les esperan días pesados e intensos.

Al inicio de los combates, el Cuartel General del AK estaba dividido en tres puestos de observación, cada uno de los cuales estaba ubicado en una zona diferente.

El primero –en el que estaban apostados el general Bor-Komorowski, el Comandante Principal del AK, el general Gregorio (Tadeusz Pełczyński), el Jefe del Estado Mayor coronel Felipe (Józef Szostak) y el coronel Kuczaby (Kazimierz Pluta-Czachowski)- se encontraba en la fábrica de muebles J. Kamler en la calle Dzielna del distrito de Wola.

El segundo puesto del Cuartel General del AK, en el que se encontraba el capellán militar en rango de coronel Jachimowski, estaba situado en la zona de los Tribunales en la calle Leszno.

El capellán Jachimowski residía en una casa en la esquina de las calles Elektoralna 47 y Plaza Mirowski 18. La comunicación con el Cuartel General del AK y con el capellán militar en rango de mayor Biblia que se encontraba en el centro de la ciudad, se mantenía a través de los mensajeros y la red telefónica urbana.

En el cuarto día de combates el capellán Jachimowski se encuentra aislado del Cuartel General del AK y pierde la comunicación con el capellán Biblia. En las cercanías se está desarrollando una lucha feroz.

Los alemanes tratan de perforar el camino hacia Varsovia (a lo largo de las calles Wolska, Chlodna y Krakowski Przedmiescia) y liberar al general Rainer Stahel, comandante de la Festung Warschau, aislado en el palacio Brühl por los insurgentes.

Después de quemar las casas a lo largo de las calles Wolska y Chlodna y destruyendo todas las barricadas de los insurgentes, el 7 de agosto ocupan una casa tras otra en la calle Elektoralna.

Cerca de las 10 de la mañana, a la casa de la calle Elektoralna llega corriendo un enlace del Servicio Militar Femenino con un informe de que la casa se encuentra seriamente amenazada por el enemigo. Todo el mundo debería dejar las casas de la vecindad y reubicarse en el edificio de los Tribunales en la calle Leszno, donde se encuentran los destacamentos insurgentes.

Inmediatamente es informado sobre esto el padre Jachimowski que desde hace algunas horas está confesando en la capilla, acondicionada en el sótano de la casa. No le concede ninguna importancia a la información. Considera que si la situación era tan grave, sin duda recibiría del Cuartel General del AK alguna orden… Nuevamente se coloca la estola y retoma las confesiones.

Aún no había transcurrido una hora cuando en el patio de la casa sita en el número 47 de la calle Elektoralna se escuchan disparos y gritos violentos… ¡los hombres de las SS ya están aquí!Disparando, maldiciendo y a golpes arrojan a todos a la calle.

En el último momento el padre Jachimowski retira del altar de la capilla el Santísimo Sacramento y lo oculta en el pecho debajo de la sotana. Entre las casas en llamas, los SS agrupan precipitadamente a los residentes.

El padre Jachimowski alto, delgado, camina destacándose por encima de todos, imparte la absolución in articulo mortis y consuela a la gente. Está tranquilo y calmado.

La columna de los residentes se detiene en la iglesia de San Andrés en la calle Chlodna. En las altas escaleras delante de la entrada principal descansan los hombres de las SS, armados hasta los dientes, y no permiten a nadie el ingreso a la iglesia.

El padre Jachimowski y varios hombres son llevados para desmantelar las barricadas cercanas. El sacerdote lleva consigo el Santísimo Sacramento. Después de desmantelar las barricadas logra entrar a la iglesia, deja en el altar el Santísimo Sacramento y luego regresa al grupo.

Sin embargo él pudo haberse ocultado en algún lugar en lo más recóndito del templo y luego en el momento del crepúsculo, aprovechando el momento oportuno, en medio de las casas quemadas o abandonadas, dirigirse al casco antiguo de la ciudad donde se encuentran los insurgentes.

Pero en un momento tan trágico, ¿puede el sacerdote abandonar a sus fieles, a aquellos que buscan en su persona el consuelo, la ayuda, la salvación?

Pronto la columna escoltada por los hombres de las SS se mueve, caminan por las calles cubiertas de trozos de vidrio, escombros y cadáveres, junto a vehículos destruidos y los restos de las barricadas. Cerca del Hospital de Enfermedades Infecciosas San Estanislao en la calle Wolska se detiene la columna.

Conducen al padre Jachimowski y a varios hombres al patio de una casa incendiada, desde donde después de un momento se oyeron una serie de disparos. Cuando los verdugos con metralletas salieron por la puerta de la casa, desde el patio comenzaron a surgir nubes de humo negro. Los cuerpos de los asesinados fueron rociados con gasolina y le prendieron fuego.

Una medalla misteriosa…


Los españoles, como borregos, yendo lejos para venerar a santos de Dios, cuando tenemos la misma devoción en Valladolid. ¿A qué espera? Vaya y vea lo que tiene preparado Jesús en ese imponente santuario y deje los viajes lejanos para otro momento. Recibirá bendiciones y gracias a porrillo

Actualizado 6 diciembre 2014

maria_vallejo_nagera_2_300x130Las cosas que me pasan en las conferencias son un misterio inmenso para mí, querido lector… Una de las más curiosas me sucedió hace ocho años, de la forma más inesperada. Acababa de impartir una conferencia en Sevilla cuando, entre los numerosos asistentes, se me acercó una mujer desconocida. “Tome”, dijo, entregándome algo. Descubrí que era una preciosa medalla. ¡Pero cuando levanté la mirada se había escabullido entre la masa de gente! “¡Espere!”, grité. Pero mi voz se perdió entre el barullo…

Cuando luego, en el hotel, tuve la oportunidad de observar con más esmero mi regalo, caí en la cuenta de que se trataba de una medalla peculiar muy hermosa. En una cara se veía al Sagrado Corazón de Jesús, en cuyo borde leí: “Reinaré en España con más veneración que en otras partes”. En el reverso había una representación singular: una Sagrada Forma rodeada de querubines y personajes extravagantes que oraban. Los había con plumaje de indios, con gorros chinos y hasta con pañuelos. Bajo esa imagen, nuevamente unas palabras: “Quiero ser adorado por todos los hombres”. Enseguida me la colgué del cuello.

Pasaron los meses y los sacerdotes que me la veían se quedaban ensimismados. “Es tan bonita”, decían. Pero ninguno era capaz de decirme cuál era su procedencia. Los jesuitas insistían en que venía de las Américas por influencia de san Ignacio; los franciscanos insistían en que procedían de algún convento de san Francisco de Asís. Las hermanas dominicas se reían…: “¡Pero si está claro que esta devoción proviene de santo Domingo!”, decían.

No había manera de que nos pusiéramos de acuerdo… Entonces, el Señor intervino para sacarnos a todos de nuestra ignorancia, y lo hizo, nuevamente, a través de esa mujercilla misteriosa. Sucedió años después, cuando fui otra vez invitada a Sevilla para presentar uno de mis libros, y la vi entre el público. ¡Menuda alegría me llevé! Me acerqué a ella con paso seguro y dije: “¡Gracias!”.

Entonces me contó todo sobre la medalla…: “La encontré tirada en el suelo de la iglesia de mi barrio”, dijo. “Y me pareció tan preciosa que pedí que se acuñaran unas cuantas más. Las regalo a quienes creo que necesitan protección a causa de su labor evangelizadora… Y usted es una de ellas”. Sus palabras me conmovieron y le mostré mi agradecimiento sincero. Antes de separar nuestros caminos, le pregunté por el origen de la medalla. ¡Y obtuve la respuesta correcta! “Se trata de la medalla que representa la visión que tuvo el beato Bernardo de Hoyos. Supongo que sabe usted quién es…”. Qué vergüenza pasé cuando tuve que reconocerle que no… Entonces me relató que ese gran sacerdote español (1711-1735), hoy beato, experimentó una aparición mística de Jesús en Valladolid. El Señor se le apareció con forma imponente, resucitado y señalando hacia su Sagrado Corazón. “Debes extender por toda España el culto y la devoción a mi Sagrado Corazón”, le dijo.

Me faltó tiempo para ir, querido lector… Y en el Santuario de la Gran Promesa de Valladolid vi la inmensa y poderosa estatua que representa aquello que el beato relató: un Cristo con el Corazón roto de amor por los hombres, con espinas, herido a causa de la ingratitud, pero colmado de misericordia y deseoso de ser amado.

“¿Pero no provenía esta devoción de santa Margarita María de Alacoque?”, pregunté asombrada. Mi amiga se encogió de hombros: “Claro que sí. Pero también la tenemos en España. En ese santuario suceden miles de milagros; la presencia de Jesús es real y poderosa como sucede en Paray-le-Monial (Francia), lugar desde donde santa Margarita María difundió esta devoción”.

Lo de siempre, querido lector: los españoles, como borregos, yendo lejos para venerar a santos de Dios, cuando tenemos la misma devoción en Valladolid. ¿A qué espera? Vaya y vea lo que tiene preparado Jesús en ese imponente santuario y deje los viajes lejanos para otro momento. Recibirá bendiciones y gracias a porrillo…

© Revista Misión

¿Qué es el tablero “ouija”?

Descubre todo sobre el famoso tablero que supuestamente conecta con el mundo de los espíritus…

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El tablero “ouija” es un fraude y un engaño en la casi totalidad de las veces que se usa para contactar con alguna entidad espiritual. En muy rarísimas ocasiones, y fuera de las causas naturales, se puede suponer como medio de contactar y tratar con los demonios, nunca con los fallecidos. Si Dios no lo desea, no es posible comunicación alguna de los vivos con los muertos porque sólo Dios es el Señor de los vivos y de los muertos. Practicar la “ouija” es un pecado y está totalmente desaconsejado por la Iglesia.
 
1. Las razones de la aparición de la «ouija» y otros métodos de contacto con los muertos

En los países occidentales, durante el final del siglo XIX, se produjo un gran desarrollo de la ciencia y la tecnología industrial, surgiendo así dos corrientes antagónicas:

– Por un lado, un cientifismo materialista y orgulloso de sus logros, considerando oscuro y mitológico todo pensamiento religioso, así como ingenuo e inculto. Consideraba al hombre como único dios de la creación, que él mismo empezaba a dominar y modelar. Dios era realmente el mismo hombre, y ahora empezaba a saberlo y a saborear su propio poder.

– Y por otro lado, las corrientes contrapuestas, que no claudicaban ante los desaires y la reclusión que querían imponerles los primeros, y que intentaban satisfacer los anhelos de trascendencia y ordenar sus creencias ante las nuevas ideas y avances. Avances que a veces se negaron, se rehuyeron o se condenaron, viendo en la primera corriente una nueva construcción de la torre de Babel, y con un final similar que profetizaban.

Sin caer en demasiadas simplificaciones y existiendo una mayor mezcla de ideas, a veces en la misma sociedad y las personas, son estas décadas momento, y por las mismas razones, de gran actividad en la búsqueda de ideas nuevas en religiones nuevas, ideas no cristianas, religión ésta desprestigiada también por las ideologías masónicas, fuertes e influyentes en estos años. Se trata de buscar un nuevo repertorio ideológico en religiones de Oriente. Son los tiempos de gurús asiáticos viajando por Europa y América y llenando auditorios, de viajes de occidentales a países remotos, como la India, buscando ideas nuevas esotéricas y escondidas, sabiduría perdida, esperando satisfacer la necesidad de un algo más allá de lo puramente material e inmediato.

Es el tiempo de las corrientes espiritualistas, las mezclas y sincretismos, el redescubrimiento de los cristianismos gnósticos, la dispersión y proliferación de formas nacidas del protestantismo clásico, especialmente en la nueva tierra americana, el nacimiento de los adventismos, el mormonismo, la Teosofía, la Ciencia Cristiana, y con ellos multitud de grupos y grupúsculos de cariz taumatúrgico, utópico, reformista, profético, milenarista, fundamentalista y literalista escriturístico,… toda una suerte de deseos de un más allá que la ciencia cientifista y materialista, cada vez más apabullante, negaba y ridiculizaba.

Su suele considerar que el espiritismo empieza a desarrollarse entre el año 1843 y1844 en América bajo el médium Andrew Jackson David, si bien en Alemania existió una fuerte expectación entre el 1829 y el 1846, donde tenemos a Frederika Hauffe, la famosa vidente donde el sonambulismo, el mesmerismo y la posesión y canalización con espíritus de difuntos era habitual.

Sin embargo, el punto álgido de extensión y dispersión por toda la sociedad del espiritismo es el año 1848, con epicentro en Nueva York a través de las hermanas Fox, Kate y Margaret. Y a partir de ahí no podemos dejar de nombrar a Allan Kardec, escritor y divulgador del espiritismo, y que en el 1857 publicó «El libro de los espíritus», un auténtico “best-seller” de la época.

Todos ellos alentados por figuras como Emanuel Swedenborg, que hablaba de contactos durante el sueño y la vigila, así como relator de visiones con el mundo de los espíritus, ya en el siglo XVIII, o el mismo Franz Anton Mesmer, que en el siglo XVIII y XIX desarrolló la pseudo-ciencia del magnetismo, los fluidos corporales magnéticos, y que su seguidor James Braid extendería para desarrollar la hipnosis en el 1842, el juego de moda de occidente a partir de entonces en los salones de época y los teatros.

Es en este ámbito donde tenemos la proliferación de sesiones de espiritismo de salón de burguesía culta y descreída, que renegando de los postulados del cristianismo oficial, aunque a veces alentada por estas mismas creencias trascendentes, esperaba a través de los médiums, la canalización y los métodos de contacto con los muertos, encontrar demostraciones al mismo tiempo científicas para oponerse a la ciencia que afirmaba que nada había tras la muerte.
 
2. El tablero «ouija»

Nos encontramos por lo tanto en un momento privilegiado para que estos métodos de contactismo y mediumnidad en toda su extensión y variedad se difundan entre un público extenso en ideologías, creencias, y deseoso de conocimientos de todo tipo, crédulos algunos e incrédulos otros.

«Ouija» es una sustantivo formado por alargamiento o fusión de dos palabras, de igual significado y de distinta lengua, «oui» (“si”, en fránces), y «ja» (“si”, en alemán). Su aparición no es clara, aunque se ha venido atribuyendo a Elijah Jefferson Bond, por ser quien la llegó a patentar, quedando claro así el aspecto que tenía de ventas multitudinarias y de elemento científico-técnico, como antes decíamos. El año de la patente es el 1890.

Bond, junto con dos socios, William H. A. Maupin y Charles W. Kennard, crearon una empresa para vender los tableros, los cuales denominaron con el nombre actual, “ouija”, y remontaban hasta los egipcios, que en estos años, donde décadas antes Jean-François Champollion puso aún más de moda aquella civilización con sus descubrimientos lingüísticos, y que llegaba a trozos a Europa y América por mano de mercaderes de tesoros que vendían multitud de objetos expoliados, era el paradigma del conocimiento secreto y hermético.

El tablero “ouija” apenas ha variado, también debido a los derechos de la patente, que desde el 1966 posee la empresa de juguetes “Parker Brothers”, generadora de juegos tan famosos como el Monopoly, el Trivial Pursuit, el Risk o el Cluedo.

El tablero original de la “ouija” consta de las 26 letras del alfabeto inglés (desde la A hasta la Z) y los 10 dígitos numéricos (desde 0 al 9). Además tiene la expresión «Good bye» («Adios»), y las opciones «YES» («SI») y «NO» («NO»). Símbolos de dos estrellas y un sol junto con una luna creciente junto a otra estrella enmarcan los cuatro ángulos del tablero de madera.

Las posteriores versiones son similares en casi todo. Algunas añaden la expresión «Hola», o la expresión «Repite la pregunta. No la entendemos bien», la expresión «¿?», o los signos «+» y «-«, o incluso simbología mágica o satánica, como pentáculos, el 666, caras de monstruos y demonios, etc. Además, el sistema dispone de un anillo o corona circular que permite moverse por las diferentes letras y dígitos, palabras y expresiones, para comunicarse con los difuntos, espíritus diversos o entidades trans-materiales.

Con el tiempo han ido surgiendo una serie de leyendas de buen comportamiento en su utilización, como ser educado con los muertos, no hacerles perder el tiempo con preguntas absurdas, no insultarles, saludarles diciéndoles “hola” al empezar la sesión y “adiós” al salir, cerrar la sesión para que no quede abierta esa posible puerta con el más allá, pudiendo entrar cualquier espíritu o entidad a este mundo, etc. Además, se han ido generando otras reglas como el no jugar sobre una tumba de un fallecido reciente, o en un cementerio, o no jugar solo, sino siempre acompañado.

3. Algunas preguntas a la misma “ouija”. Experimentos sencillos

Analicemos a continuación el método de funcionamiento y lo que pretende lograr, y presentemos algunos experimentos.
Lo primero que vemos es que el movimiento se debe a una fuerza mecánica que actúa a través de los brazos de los participantes, que de manera conjunta se apoyan en el anillo o corona circular, en la variante más simple del sistema “ouija” antes expuesto, aunque a veces es un vaso.

El desplazamiento del anillo se debe al movimiento de los brazos de los participantes, donde reside el origen de la fuerza inicial. Los participantes son objetos instrumentales del movimiento, de tal forma que alguna entidad espiritual será quien mueva el anillo por medio de sus manos.

Algunas preguntas son: ¿es posible dejar el anillo suelo y sin tocarlo? Los experimentos muestran que no es posible, porque son los participantes quienes lo mueven a través de sus brazos y mano. No obstante, es otra entidad ajena a ellos quienes entonces obra por su brazo. Al final, lo que tenemos es un mecanismo de palanca que es susceptible de estudio, para ver dónde se ejerce la fuerza origen. La causa debe ser que un espíritu o entidad usa del cuerpo de los participantes y les mueve. ¿Podría entonces moverles a ellos al completo? ¿Quizás los pies? ¿La cabeza? ¿Todo el cuerpo en movimientos de torsión o desplazamiento? Por la misma razón podría hacerlo. No vemos por qué no.

Por lo tanto, ¿funcionaría igualmente si el sistema motor del anillo se debiera al efecto instrumental de los pies y los participantes no vieran qué signo señalan, sino que una cámara grabara lo que ocurre, el tablero, y los entes convocados movieran los pies de los participantes? Debería no haber cambios y obtenerse frases coherentes. ¿O acaso hay cambios y ya no salen respuestas con sentido?

Sería interesante también saber si el material del anillo cambia los resultados, o si cambiamos de objeto, sea un anillo, un vaso, un teléfono móvil, o cualquier otra cosa. Ver incluso cuánto peso de ese objeto, sea cual sea, puede mover la entidad convocada. Y calcularlo. Y ver cuánto pueden mover los participantes fuera de la sesión “ouija”, y comparar los resultados.

Otro experimento interesante sería ver si personas totalmente analfabetas y desconocedoras de los signos de letras y números posibilitaran comunicaciones coherentes. Ya que así sabríamos si el hecho de desconocer el alfabeto por parte de los participantes, simples canales o médiums, y por lo tanto no necesariamente conocedores de los signos de la tabla “ouija”, lleva a que se produzca un mensaje con sentido. Lo cual sería lo esperado, ya que son los propios espíritus o entidades quienes usan a los participantes de manera instrumental.

Por otro lado, como los espíritus de los muertos suponemos son tan inteligentes, al menos, como lo fueron de vivos, sería interesante darle la vuelta al tablero, y además de forma desordenada colocar los signos, un tablero desconocido en su ubicación de los signos por los participantes, y ello en una mesa de cristal transparente donde una cámara e investigadores vieran qué ocurre realmente, apuntando los lugares señalados por los participantes, que irían con los ojos vendados, y participarían en la sesión espiritista. ¿Saldrán frases y palabras con sentido? ¿El anillo apuntará a lugares donde hay signos o aparecerá en sitios del tablero incluso donde no hay signo alguno? ¿Acaso el espíritu no puede colocarse bajo la mesa y mover a los participantes de la sesión “ouija” ahora?

Y además, ¿cómo sabe el espíritu en qué lugar está cada letra? Entendemos que ver algo es usar de la luz visible, que incide tras reflejarse en un objeto, en el nervio óptico de un ser con capacidad visual. ¿Dónde reside el nervio óptico de dichos espíritus? Alguien podría decir que es el de los participantes, y que precisarían de ver las letras. ¿Es así? Si ese es el caso, los espíritus usarían los ojos, además de los brazos para contactar y hablar. Y los participantes, como instrumentos, no precisarían entender los signos de la tabla.

Este aspecto nos llevaría a usar a participantes que, por ejemplo, no entiendan el hebreo, y usar el alefato hebreo como signos en la tabla “ouija” para comunicarse con los espíritus, sin duda convocando a un espíritu que conozca el hebreo, pongamos el rey David, o cualquier judío que haya muerto, y a partir de ahí ver si el sentido de los textos son coherentes, tomando por ejemplo personas de un poblado del Amazonas o de una tribu africana de la seleccionemos personas sin conocimiento del hebreo, o simplemente personas cercanas de las que nos cercioráramos previamente de su desconocimiento de los signos de esta lengua semita. ¿Funcionará? ¿Habrá sentido en las respuestas de los espíritus?

Si los muertos usan a los participantes como instrumentos de comunicación, ¿funcionaría con animales? ¿No pueden los espíritus usar instrumentalmente a un animal? ¿Un mono? ¿Quizás una cucaracha que se paseara por el tablero desde un signo a otro? ¿No tienen poder los espíritus para hacer esto?

¿Podríamos en dos lugares alejados convocar al mismo espíritu en dos sesiones y esperar las mismas respuestas a similares preguntas en dos grupos de médiums diferentes y sin comunicación entre los participantes de cada grupo durante las sesiones? ¿Habrá coherencia e igualdad de respuestas? ¿O no?

En definitiva, y por no extendernos en lo que sería una batería amplia de experimentos y preguntas que hacemos no a los espíritus de los muertos, sino a la misma “ouija”, es claro que hay formas de estudiar con mucha simplicidad cuánto de cierto hay en este método para hablar con personas fallecidas, personas condenadas, o para contactar con ángeles, demonios o cualquier otra entidad. Y los experimentos que se han hecho siempre han dado la misma respuesta: cuando los participantes no pueden ver los signos que para ellos sean conocidos, no hay respuestas coherentes.  

En mis análisis y pruebas como especialista en magia, nigromancia y satanismo, realizadas hace años con el tablero “ouija”, jamás he logrado conseguir un resultado positivo cuando he sometido las sesiones a pruebas simples como las expuestas, no consiguiendo nunca respuesta por parte de fuerzas externas de tipo alguno, al menos, y como digo, en todos los experimentos realizados por mí. Incluso a personas que decían que ellas sí lograban contactar con espíritus.
 
4. Entonces, ¿no hay nada de cierto en la posibilidad de usar el tablero “ouija” para contactar con fallecidos, espíritus o entidades del más allá? 

La casi totalidad de las sesiones «ouija» son una pérdida de tiempo, y a veces dinero, en tanto que son un fraude y un engaño. Es fácil además creer que el anillo o el vaso se mueve solo, siendo un simple efecto de suma de fuerzas de cada uno de los participantes, que lleva a que cuantas más personas sean, más plausible sea la sensación en cada participante de que «yo no lo he movido, se ha movido solo». Es la llamada “respuesta ideomotora”.

Tampoco es posible, si Dios no lo desea, contactar con los fallecidos. Es asunto sólo de Dios, el Señor de la vida y de la muerte, lo que nos atañe y compete tras nuestro fallecimiento. La esperanza y la fe como virtudes teologales han de ser nuestro amparo, confiando en Dios y rezando por todos los fallecidos.

Sin embargo, en muy raras ocasiones, muy raras, como  dice Santo Tomás de Aquino, O.P., puede ocurrir que sean los demonios quienes se hagan pasar por espíritus de fallecidos, por medio de sugestiones y haciendo apariciones falsas de personas que han muerto. Así, podría darse que a través de la malsana curiosidad de los participantes en conocer el ámbito de los fallecidos o de los seres espirituales, a veces convocando a personajes sádicos, asesinos, e incluso demonios, que esperan poner a su servicio, estén permitiendo, y ello al margen del método del tablero “ouija”, mecanismo ingenuo para los ángeles malvados, con un acto de su voluntad, un deseo de presencia y convocación de demonios, los cuales nunca se verán sometidos ni por tableros “ouija” ni por conjuros o círculos protectores, talismanes o pentáculos, sino que a su libre arbitrio y voluntad manifestarán parte de su poder y maldad sobre los participantes de la sesión “ouija” que tanto deseaban que se manifestaran.

Por otro lado la Iglesia siempre se ha opuesto a este tipo de prácticas.

Así, el Santo Oficio (24 de abril de 1917) dijo que no era lícito «por el que llaman médium, o sin el médium, empleando o no el hipnotismo, asistir a cualesquiera alocuciones o manifestaciones espiritistas, siquiera a las que presentan apariencia de honestidad o de piedad, ora interrogando a las almas o espíritus, ora oyendo sus respuestas, ora sólo mirando, aun con protesta tácita o expresa de no querer tener parte alguna con los espíritus malignos”.

Por otro lado, el documento de la Conferencia Episcopal de la Toscana, del año 1994, llamado “Magia y demonología”, dice que “en las sesiones de espiritismo los participantes y el médium (forma moderna de los antiguos nigromantes) se prodigan en la invocación de las almas de los difuntos (por ejemplo, presuntas grabaciones de voces de ultratumba); en realidad, introducen una forma de alienación del presente y realizan una mistificación de la fe en el más allá, generalmente con trucos, actuando de hecho como instrumentos de fuerzas del mal que los usan a veces para fines destructivos, orientados a confundir al hombre y a alejarlo de Dios.”
 
Referencias: 

+ Vicente Jara, O.P.,»¿Es posible comunicarse con los muertos?», Aleteia, http://www.aleteia.org/es/arte-y-espectaculos/q&a/es-posible-comunicarse-con-los-muertos-292002
+ Vicente Jara, O.P., Programa «Conoce las sectas» de radio María sobre el espiritismo (23-febrero-2013), Radio María España,http://info-ries.blogspot.com.es/2013/02/conoce-las-sectas-6×10.html
+ Vicente Jara, O.P., «El YouCat y sus contenidos sobre sectas, magia y esoterismo», http://info-ries.blogspot.com.es/2011/08/el-youcat-y-sus-contenidos-sobre-sectas.html

Cuando la Virgen María se aparece a sus hijos

Conozca un poco más la historia de las apariciones de Nuestra Señora en Francia

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De las quince apariciones de la Virgen María oficialmente confirmadas por la Santa Sede en todo el mundo, un tercio sucede en Francia.

La historia de las apariciones marianas en Francia comienza en 1208. Hasta la última aparición, en 1871, María se apareció a un fraile español en el sur del territorio francés, a una pastorcita adolescente en los Alpes, a dos monjas de clausura en París, a dos jóvenes pastores también en los Alpes, a una humilde muchacha al pie de los Pirineos y a un grupo de campesinos en la ruta del ejército prusiano.

1209: La aparición del rosario

Nuestra Señora se le apareció por primera vez en Francia al fundador de los religiosos dominicos, santo Domingo de Guzmán, en el año 1208. Fue en la iglesia de Prulla, en Languedoc, lugar considerado la “cuna de los dominicos”.

Cuenta la leyenda que santo Domingo recibió en este lugar el rosario, que se volvió la “herramienta” de los dominicos en la lucha contra la herejía albigense en la región.

1664: Las visiones de una pastorcita adolescente

María sólo volvió a aparecer, de manera reconocida por la Iglesia, 450 años después. Fue en la pequeña ciudad alpina de Laus, en mayo de 1664.

Mientras cuidaba a las ovejas y rezaba el tercio, la joven pastora Benoîte Rencurel, de 17 años, vio a una señora vestida de un blanco deslumbrante, con un niño en brazos. Cuando Benoîte le ofreció humildemente un pedazo duro de pan, la Señora “sonrió silenciosamente y desapareció en una cueva”.

Durante los meses siguientes, la Señora se le apareció a Benoîte todos los días. Su mensaje era el de “orar continuamente por los pecadores”.

Ella dijo que se llamaba “María, reconciliadora y refugio de los pecadores” y envió a Benoîte a ir hasta la antigua capilla de Notre Dame du Bon Rencontre (Nuestra Señora del Buen Encuentro), donde un suave perfume emanaría del aceite de la lámpara del santuario. Este aceite, dijo la Señora, haría milagros a las personas que fueran ungidas con fe.

En 1665, la diócesis en donde Benoîte vivía reconoció las apariciones. Se inició la construcción de una pequeña capilla para la adoración eucarística y para recibir a los penitentes.

Cuatro años después, Benoîte comenzó a recibir las apariciones del Cristo Sufriente: durante diez años, estas apariciones le dijeron que ella se volvería una alma víctima, participando de la Pasión de Cristo. A lo largo de las dos décadas siguientes, ella sufrió varias enfermedades y murió a los 71 años, visitada continuamente por Nuestra Señora.

En mayo de 2008, la Santa Sede anunció el reconocimiento oficial de esas apariciones. El santuario de Laus está hoy bajo los cuidados de la Comunidad de San Juan, que se dedica especialmente al sacramento de la Reconciliación. Fue también abierto el proceso de canonización de Benoîte.

1830: La medalla milagrosa y París en llamas

Alrededor de 120 años después, Nuestra Señora se apareció a una joven novicia, Catherine Labouré, en la capilla de las Hijas de la Caridad, en la Rue du Bac, en París. El año de 1830 fue peligroso para Francia. París estaba en crisis.

La Revolución de Julio había destituido al monarca y dejado a la deriva a los trabajadores desempleados y furiosos, que organizaron más de 4.000 barricadas por la ciudad.

Las tres apariciones testimoniadas por Catherine originaron la devoción popular por la medalla milagrosa. En la segunda de estas apariciones, María se reveló sobre un mundo con rayos de luz que irradiaban de sus manos. Alrededor de María, en forma de óvalo, aparecieron las palabras “¡Oh María! concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti”.

En la visión de Catherine, el dorso de esa imagen mostraba la letra “M”, con una cruz encima y, abajo, dos corazones. El Sagrado Corazón de Jesús estaba coronado por espinas; el Inmaculado Corazón de María estaba rodeado de rosas y traspasado por una espada.

Catherine contó que Nuestra Señora la había dicho que mandara hacer una medalla basada en esa visión, prometiendo abundantes gracias para todos los que la usaran con confianza. Dos años después, una avasalladora epidemia de cólera se cobró la vida de más de 20.000 parisinos. Las hermanas distribuyeron la medalla milagrosa y luego comenzaron a ser revelados varios casos de curaciones, así como de protección contra la enfermedad.

La medalla de María también desató algunos eventos sorprendentes. Ocho años después de la epidemia, la capilla de la Rue du Bac volvió a recibir apariciones. La Madre de Dios se apareció esta vez a la hermana Justine Busqueyburu, confiándole el Escapulario Verde de su Corazón Inmaculado para la conversión de los pecadores, en particular la de los que no tienen fe.

Dos años después, el banquero francés Alphonse Ratisbonne, ateo, miembro de una destacada familia judía, se convirtió al catolicismo. Ratisbonne había visitado Roma y usaba como juego la medalla milagrosa. Al visitar la famosa iglesia barroca de Sant’Andrea delle Fratte, el 20 de enero de 1842, tuvo él mismo una aparición de María. Ratisbonne se convirtió ahí mismo.

“Él no lograba explicar cómo había pasado del lado derecho de la iglesia al altar lateral opuesto… Todo lo que él sabía era que, de repente, estaba de rodilla cerca del aquel altar. Al principio, logré ver claramente a la Reina del Cielo con todo el esplendor de su belleza inmaculada, pero no pude continuar viendo el brillo de aquella luz. Intentó tres veces ver nuevamente a la Madre de la Misericordia; y tres veces fue incapaz de levantar los ojos pues de las manos bendecidas de María fluían, a través de rayos luminosos, un torrente de gracias”.

Alphonse Ratisbonne se volvió sacerdote jesuita y fundó más tarde la congregación religiosa de los Padres y Hermanas de Sión en Jerusalén.

Catherine Labouré murió más de treinta años después, todavía como monja de clausura en el convento de París. Sus restos mortales fueron encontrados incorruptos en 1933. Fue canonizada en 1947 por el Papa Pío XII.

1846: Nuestra Señora de La Salette

Nuestra Señora se le apareció en el sur de Francia a dos jóvenes y humildes cuidadores de vacas: Melanie Mathieu, de 15 años y Maximin Giraud, de 11. Ninguno de ellos sabía leer ni escribir, ni tenían ninguna educación religiosa.
Durante la década de 1840, Francia estaba sumida en turbulencias políticas. La práctica religiosa había disminuido; los conflictos, la enfermedad y el hambre provocaron la emigración.

En el campo, cerca del pueblo de La Salette, los dos jóvenes visionarios contaron que habían visto un globo brillante de luz, que se abrió para revelar a una bella Señora que lloraba, sentada sobre una roca. Ella llevaba una corona de oro, un vestido de luz, sandalias adornadas con rosas y un crucifijo de oro que pendía de una correa en el cuello, con un par de pinzas de un lado y un martillo del otro.

Ella habló con ellos en francés y después en su dialecto occitano. Con gran tristeza, Nuestra Señora habló de la descreencia de las personas y, específicamente, de la ofensa de trabajar los domingos y usar un lenguaje blasfemo.

También avisó sobre la venida inminente de cosechas raquíticas y una gran hambre, si acaso su mensaje no fuera escuchado.

A cada uno de los niños, le transmitió un secreto que el otro no oyó, les pidió hacer sus oraciones y los mandó divulgar su mensaje a las personas. La Señora de la Luz desapareció lentamente y el globo de luz fue quedándose cada vez más pequeño, elevándose en el aire hasta dejar de verse.

Durante los días siguientes a la aparición, los niños tuvieron que contar la historia varias veces, bajo rigurosos interrogatorios, además de ser llevados al lugar de la visión innumerables veces. En una de las idas, los interrogadores rompieron un pedazo de roca sobre la cual Nuestra Señora se había sentado. Irrumpió de ella una fuente, cuyas aguas fueron atribuidas, después, a muchas curaciones milagrosas.

Comenzaron las peregrinaciones al lugar, pese a la fuerte oposición de las autoridades. En medio de cuestionamientos y amenazas, los dos visionarios mantuvieron la coherencia de sus relatos. En 1846, hubo una reducción en los cultivos, seguido en 1847 por una gran hambre en toda Europa. Hubieron miles de muertes en el continente. Sólo en Francia, hubieron 100 mil muertos.

Después de cuatro años y dos investigaciones, el obispo de Grenoble aprobó la devoción a Nuestra Señora de La Salette.

En 1851, el Papa Pío IX la confirmó oficialmente.

Por el resto de sus vidas, las controversias acompañaron a los visionarios. Sus secretos también fueron publicados. El de Maximin trataba de la pérdida de la fe en Francia, de la Iglesia que se movía en la oscuridad y la ascensión del anticristo. El de Melanie hablaba de la pérdida de la fe en Roma y de una inminente persecución contra el Papa, los sacerdotes y los religiosos.

El mensaje universal de Nuestra Señora regresaba a la conversión, la penitencia y la oración. Su título en La Salette es “Reconciliadora de los pecadores”.

1858: Lourdes

Al pie de los Pirineos, “una pequeña muchacha” se apareció a una adolescente llamada Bernadette Soubirous, de 14 años, en una serie de visiones que duraron cinco meses, entre febrero y julio de 1858. Presentándose como la “Inmaculada Concepción”, la “Señora” invitó a la penitencia y a la conversión de los pecadores y pidió que fuera construido un santuario sobre el depósito de basura donde ocurrían las apariciones.

Bernadette, la niña asmática de la familia más pobre de la ciudad, fue objeto inmediato de descrédito. Perseverante a pesar del escarnio y la sospecha, Bernadette aprendió la obediencia en aquella que el Papa Pío XII llamaría la “Escuela de María”. Gracias a su sumisión a las indicaciones de la Señora, brotó en el lugar una fuente cuyas aguas dotadas de poderes de curación realizaron varios milagros ya confirmados.

La chica retransmitió al párroco el pedido de la Señora para que fuera construida una capilla sobre la gruta. Él inicialmente rechazó el pedido, pero después de algún tiempo, la escasa educación de Bernadette acabó sirviendo para confirmar la autenticidad de esos eventos sobrenaturales y los complejos conceptos implicados en ellos.

“Yo soy la Inmaculada Concepción”, dijo la Señora, de acuerdo con Bernadette. ¿Cómo podría aquella pobre  niña saber que, cuatro años antes, había sido promulgado por el Papa Pío IX el dogma de la Inmaculada Concepción? Ella ni siquiera sabía lo que la palabra “concepción” significaba.

Las autoridades locales querían impedir a la multitud visitar el lugar. Intentaban forzar una condena por parte del obispo, que creó una comisión de investigación. Cuatro años más tarde, las apariciones fueron declaradas auténticas y, en 1876, la basílica sobre la gruta fue consagrada.

Gracias a las apariciones en Lourdes, el dogma de la Inmaculada Concepción se volvió un asunto de discusión común y ayudó a propagar una comprensión de la lógica divina al preservar a María de la mancha del pecado.

Bernadette murió en un convento, escondida del mundo, veintiún años después de la última aparición. Su cuerpo permaneció incorrupto por dentro, aunque tenía defectos exteriores; durante la tercera exhumación, en 1925, le colocaron revestimientos de cera en su cara y sus manos antes que el cuerpo fuera transferido a un relicario de cristal, ese mismo año. Para los católicos, los santos incorruptos ayudan a contemplar cuanto la iluminación divina logra elevar a un ser humano a un estado tal de santidad que las propias células destinadas al polvo permanecen preservadas.

1871: Pontmain, un poblado en la ruta del ejército prusiano

En 1871, Francia estaba devastada por la Guerra Franco-Prusiana. Tres cuartos del país estaban bajo la ocupación de Prusia.

En la noche estrellada del 17 de enero, en el pequeño pueblo de Pontmain, en Bretaña, Cesar Barbadette y sus dos hijos, Joseph y Eugène, de 10 y 12 años, estaban terminando sus tareas en el granero. Eugène miró por la ventana y vio una parte sin estrellas sobre la casa del vecino. De repente, vio a Nuestra Señora sonriéndole. Joseph también vio a Nuestra Señora; más tarde, ya como sacerdote, él mismo contó lo que había visto:

“Ella era joven y alta, vestida con un manto azul oscuro…Su vestido estaba cubierto de estrellas doradas brillantes. Las mangas eran amplias y largas. Usaba sandalias del mismo azul que el vestido, ornamentadas con arcos de oro. En la cabeza tenía un velo negro que le cubría la mitad de la cabeza, escondiendo sus cabellos y orejas y caía sobre sus hombros. Encima de él, una corona semejante a una diadema, más grande en la frente y que se extendía en los lados.

Una línea roja rodeaba la corona en medio. Sus manos eran pequeñas y se extendían en nuestra dirección, como en la medalla milagrosa. Su rostro tenía la más suave delicadeza y una sonrisa de una dulzura inefable. Los ojos, de una ternura indecible, estaban fijos en nosotros. Como una verdadera madre, parecía estar más feliz viéndonos que nosotros contemplándola”.

Aunque sus padres vieran sólo tres estrellas en un triángulo, las religiosas de la escuela parroquial y el párroco fueron llamados. Dos chicas, Françoise Richer y Jeanne-Marie Lebosse, de 9 y 11 años, también habían visto a la Señora.

Los residentes del lugar, que eran alrededor de sesenta entre adultos y niños, comenzaron a rezar el rosario. Mientras oraban, los visionarios contaban que la visión había cambiado. En primer lugar, las estrellas en su vestimenta se habían multiplicado hasta que el vestido azul quedó completamente de oro. En cada oración siguiente, aparecían letras que esclarecían los mensajes en una franja desplegada a sus pies: “Por favor, oren, hijos míos”, “Dios en breve oirá sus oraciones” y “Mi Hijo los espera”.

Cuando ellos cantaron “Madre de Esperanza”, uno de los himnos regionales favoritos, Nuestra Señora sonrió y los acompañó. Durante el canto “Mi Dulce Jesús”, una cruz roja con un cuerpo apareció en el regazo de María, cuya sonrisa desapareció y dio lugar al pesar. Cuando los moradores cantaron “Ave Maris Stella”, sin embargo, el crucifijo desapareció, la sonrisa de la Señora volvió y un velo blanco la cubrió, encerrando la aparición a las 9 de la noche. La aparición había durado más de tres horas.

Aquella noche, las tropas prusianas próximas a Laval habían parado a las 5.30 de la tarde, a la misma hora en que la aparición había surgido por primera vez en Pontmain, a pocos kilómetros de distancia. El general Von Schmidt, listo a avanzar en dirección a Pontmain, había recibido órdenes del comandante de no tomar esas ciudad.

Existe un registro de que Schmidt dijo, en la mañana del día 18: “No podemos avanzar. Más adelante, en dirección a Bretaña, hay una Señora invisible barrando el camino”.

La pequeña ciudad de Pontmain es una prueba de que las oraciones fervorosas, aún elevadas por la menor de las parroquias, son capaces de cambiar la historia. Un año después, en la Fiesta de la Purificación, el 2 de febrero, la aparición en Pontmain fue aprobada como auténtica y confirmada por el Papa Pío XI con una misa. En 1932, el Papa Pío XII concedió que la Madre de la Esperanza, título dado a esta aparición, fuera solemnemente homenajeada con una corona de oro. Hoy, los peregrinos visitan la Basílica de Pontmain como señal de esperanza en medio de la guerra.

A lo largo de sus veinte siglos de cristianismo, Francia ha honrado a la Madre de Dios con gloriosas catedrales y con cánticos sublimes. También es verdad que, a lo largo de los 800 años transcurridos desde que los dominicos combatieron contra la herejía de los albigenses, Francia ha sido un campo de batalla para la fe.

Al parecer para los jóvenes, para los humildes y para los pobres durante los últimos ocho siglos, Nuestra Señora agració a Francia de manera muy especial. Sus apariciones, amonestaciones e intercesiones han dado al mundo devociones por medio de las cuales hombres y mujeres comunes pueden alcanzar la santidad, llegando a Jesús por medio de María.