5 antídotos contra el sectarismo

Parecen majos y cristianos, pero ¿cumplen los 4 criterios para ver si son un grupo sectario?

Dwight Longenecker lleva 50 años de vida pastoral, primero como protestante, después como cura católico, a ambos lados del Atlántico. Y ha comprobado que hay que detectar y prevenir los comportamientos sectarios, que parasitan la verdadera vida religiosa.

Actualizado 18 abril 2013

P. J. G. /ReL

El padre Dwight Longenecker ha sido pastor fundamentalista protestante, evangélico de tipo carismático, episcopaliano, 13326__demasiado_perfecto__es_motivo_de_sospechaclérigo anglicano y desde hace bastantes años es cura católico, capellán en una universidad católica y un defensor firme del magisterio católico. En 50 años de apostolado cristiano, ha tenido cargos pastorales en EEUU y en Inglaterra y ha conocido muchas comunidades, católicas, anglicanas y protestantes. 

Y aquí y allá, en parroquias, colegios, grupos de oración y apostolados varios, en ambientes de lo más diverso, se ha encontrado grupos sectarios, que además, a primera vista, parecían «muy similares a auténticas comunidades cristianas llenas de Espíritu», que parecían «comunidades cristianas buenas, auténticas y dinámicas»… pero no lo eran.

Por eso, el padre Longenecker propone prestar atención a 4 criterios que delatan a los grupos sectarios:

1. Todo es maravilloso… y todos dicen qué maravilloso es
«Esta es la primera señal de lo sectario: todo es demasiado maravilloso y todo el mundo está dispuesto a contarte lo maravilloso que es todo», señala Longenecker. En el mundo real, las cosas buenas y malas van juntas. En las sectas, las cosas feas, incómodas, molestas, se ocultan y se ofrece sólo una fachada maravillosa. 

2. Los líderes también son maravillosos… pero no hay ninguna transparencia
En un grupo sectario, el líder es triunfante, magnífico, estupendo. Y concentra todo el liderazgo de forma absoluta y nada transparente. Nadie puede acceder al círculo de toma de decisiones, no rinde cuentan reales a nadie (aunque diga ser fiel a la jerarquía, magisterio, etc…). A veces no es un líder personal, sino un grupo de directores. Puede ser que tengan un voto de secreto (lo llamarán «confidencialidad» o «discreción»). «Si encuentras un liderazgo no transparente de este tipo, no te asombres, y sospecha», dice Longenecker.

3. La crítica y el disentir no están permitidos
En un grupo sectario se exige lealtad absoluta y acrítica, y quien haga preguntas críticas, exprese un «leal alternativa» o señale problemas, será aislado y etiquetado como «un problemático». Como en el grupo se supone que todo es maravilloso, quien no es capaz de disfrutar y ve problemas es doblemente incómodo. Al disidente le dirán que no es «suficientemente espiritual», o no es «de la élite», y muchas veces puede ser señalado como el culpable de que algo no funcione. 

4. Sólo el grupo es «realmente» bueno… y todos los demás «nos persiguen»
Cuando un grupo es sectario, considera que los de «fuera» son tibios, o están corrompidos, o son directamente el enemigo. En el pensamiento sectario, no vale la pena tender puentes con los demás, pensar que se puede aprender algo de ellos, que es bueno tratar con ellos y hacer cosas juntos… ¡aunque sean cristianos de convicciones similares! 

Hay que mantener a «los de fuera» a distancia de los nuestros, para que no «nos debiliten», o contaminen, o «distraigan a nuestra gente». Además, si los demás nos critican es porque nuestro grupo es el único verdaderamente bueno. Los de «fuera» nos envidian, o les molesta nuestra excelencia… o Dios quiere que suframos su incomprensión, como prueba de que hemos sido elegidos. 

Así surge un grupo sectario
Longenecker señala que a menudo los grupos con comportamiento sectario no nacen como tales, no tienen un iniciador que buscaba crear una secta. «De forma inconsciente, ciertos individuos empiezan a comportarse de manera sectaria y se apoyan unos a otros. 

El líder empieza a crear una atmósfera religiosa tan maravillosa que de hecho no es real, y personas con esa necesidad llegarán al grupo y alimentarán estas llamas», señala el padre Longenecker. Los que sospechan lo que está pasando y tratan de reaccionar serán excluidos o marginalizados. 

Los 5 antídotos contra el sectarismo

1. El sistema parroquial católico: ve a la parroquia que te toca

Para Longenecker, que ha conocido varias realidades protestantes, el sistema católico de parroquias tiene al menos la ventaja de dificultar el fenómeno sectario porque se espera que el fiel acuda a la parroquia que le toca geográficamente, donde se encontrará con feligreses, catequistas y pastores de lo más variado, y casi nunca «maravillosos». 

Es gente reunida porque «les toca», porque viven en esa demarcación. Así es más difícil que un líder intente crear un grupo de perfectos, maravillosos y escogidos… porque está obligado a trabajar con lo que hay allí.

2. El sentido común

«El sentido común baja las cosas a tierra y pincha el globo de la pomposidad», asegura Longenecker. 

3. La libertad para criticar y disentir

«Un verdadero líder servidor y un verdadero grupo basado en el servicio valorará a todos los miembros y será fuerte para escuchar a las voces críticas. Tratarán la crítica como algo positivo y estarán abiertos a ella, y a los de fuera», resume Longenecker.

4. Confesión y admisión de errores

En los ambientes católicos, la confesión sacramental es una herramienta eficaz para dificultar varios tipos de dinámicas sectarias. Es más difícil creerse un «elegido perfecto y especial» cuando cada semana o cada mes reconoces tus pecados ante un confesor. El sectario, dice este sacerdote, «nunca será capaz de hacer una verdadera confesión, auténtica, honesta, ni pedirá disculpas». «Si tu líder o tus compañeros son incapaces de decir perdón, lo siento, es que tienes problemas».

5. La humildad: sin ella, la religión no es verdadera

«Humildad» viene de «humus», tierra. La auténtica religión toca de pies a tierra, es humilde, y también está abierta al «humor», a la risa. Un grupo capaz de reírse de sí mismo, de sus defectos y manías, es más difícil que caiga en lo sectario. 

 

 

 

«Cada vida es creada a imagen de Dios»

Rachel Hendrix, actriz de «October Baby»: «El gran mensaje de la película es el poder del perdón» 

Nació en Alabama, pero vive en Suiza con su marido. Fotógrafa de profesión, su lanzamiento en el cine ha sido espectacular con esta película provida. 

Actualizado 17 abril 2013

C.L. / ReL

13321_rachel_hendrix_Giana Jessen sobrevivió en 1977 a un aborto salino y su testimonio se convirtió cuando lo hizo público en un impactante alegato provida que ha servido de inspiración a la película October babyen exhibición en España desde la semana pasada. En Madrid, en los cines Palafox (Luchana, 15), Paz ( Fuencarral, 125), Dreams Palacio de Hielo (Silvano, 77), Alcalá ArteSiete (Alcalá, 414) y Heron City Las Rozas.

Rachel Hendrix es la sorprendente protagonista de la película. Sorprendente porque no es una actriz experta (sólo tiene un trabajo anterior, el cortoLetting Go de Kris Kimlin), sino una fotógrafa nacida en Alabama que reside en Suiza junto con su marido. Que había hecho sus pinitos en el teatro, eso sí, en sus años de estudiante, que ya auguraban un talento especial. Y que había intervenido además en varios vídeos musicales. No había proyectado su carrera en Hollywood. Pero sorprendente sobre todo porque su papel en October baby y la «frescura y honestidad» que transmite su rostro ha fascinado a la crítica (tanto, que algunos critican incluso que es demasiado «adorable» y «perfecta»), y de hecho ya está trabajando en una nueva película, The Perfect Wave, donde tendrá como contraparte a Scott Eastwood, hijo del gran Clint.

Además, Rachel está absolutamente identificada con el mensaje que transmite la película desde que Jon Erwin, uno de los directores del film junto con su hermano Andrew, le pasó el guión en enero de 2010 y la «poderosa historia» la convenció: «Me conmovió profundamente, así que me comprometí desde el principio a interpretar el personaje»,explicó en una entrevista a Kath.net.

«El gran mensaje de la película es el poder del perdón», afirma. Creo que Jon y Andy han tratado este tema delicadamente y al mismo tiempo mostrando qué complejo y difícil es perdonar verdaderamente«.

La película narra el descubrimiento de Hannah (el papel de Rachel, trasunto de la Giana Jessen real) sobre sus verdaderos orígenes -es una hija adoptada- y su lucha por conocer a la madre que quiso infructuosamente acabar con su vida.

«Estoy por la vida», afirma, aunque cree que «no es un asunto de blanco y negro» y que «las mujeres indecisas necesitan mucha compasión»: «Cada vez que veo una mujer soltera llevando a su hijo, mi primera reacción es de respeto, porque pudo optar por la vía rápida sin que nadie lo supiera, y sin embargo eligió que un niño inocente viviese«.

«Toda vida humana», concluye, «ha sido creada a imagen de Dios, es única y debemos luchar por ella«.

Contribución de Rachel Hendrix a la campaña Cada Vida es Hermosa