El origen católico de Halloween

El origen católico de Halloween: la verdadera historia

Publicado por Jorge Enrique Mújica, LC

La editora de la versión castellana de la agencia católica de noticias ZENIT, Nieves San Martín, publica un interesante artículo a propósito del así llamado Halloween. Por su valor, reproduzco íntegro el contenido y después hago algunas anotaciones, además de ofrecer enlaces a más recursos para profundizar en este tema:

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La gran tradición que tiene la Fiesta de Todos los Santos se remonta a muchos siglos atrás. La celebración de la conmemoración de los difuntos, al día siguiente, es posterior. Las dos celebraciones cristianas, fundidas en una, acabaron por transformarse en un festejo donde hoy cabe todo y que ha olvidado sus orígenes: Halloween.

La fiesta de Todos los Santos que ya se celebraba en la Iglesia de Roma, fue transferida por el papa Gregorio III (731-741) al 1 de noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.

Aunque la costumbre de recordar y orar por las personas fallecidas es tan antigua como la Iglesia, y existía también en muchas culturas pre cristianas, la fiesta litúrgica por los difuntos se remonta al 2 de noviembre de 998, instituida por san Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el sur de Francia. En el siglo XIV, Roma adoptó esta práctica. La fiesta fue gradualmente extendiéndose por toda la Iglesia.

El nombre Halloween no es sino la deformación popular de la expresión usada en Irlanda: All Hallows’ Eve: Vigilia de Todos los Santos. Esta antiquísima fiesta llegó a Estados Unidos con los emigrantes irlandeses y allí arraigó para sufrir una radical transformación y emprender el camino de vuelta a este continente, por la influencia que tienen todas las tendencias del país norteamericano. La vieja Europa se puso una calabaza en la cabeza y se dedicó a animar una fiesta infantil, a medio camino entre los carnavales y la solicitud de aguinaldos de los niños de tradición latina. Cuando mis vecinitos vienen a casa a pedirme chucherías vestidos de brujas y diablos, les hago cantar un villancico primero.

En muchos países, el Día de todos los Santos y el día siguiente, fiesta de los fieles difuntos, indistintamente, como en España, son jornadas en las que la familia va a los cementerios y recuerda a sus seres queridos. Se suelen confeccionar dulces a propósito que los familiares se regalan, un mazapán relleno llamado “huesos de santo”, por ejemplo. A los niños se les regalan dulces y desde pequeños se familiarizan de modo natural con la idea de que la vida terrestre no es eterna, la otra sí.

En México, aunque la fiesta de los muertos parece ser de origen prehispánico, se celebraba en otras fechas mientras que hoy en día el festejo coincide con Todos los Santos y el Día de los Difuntos. Se celebra también en algunos países de América Central, Brasil, así como en muchas comunidades hispanas de Estados Unidos.

En México es más popular el Día de Difuntos. Mientras unos llevan flores a los cementerios, otros dedican la jornada a la memoria de los seres queridos difuntos, empezando de madrugada a montar el altar, algunos verdaderas obras de arte. La forma más sencilla es poner en la casa una mesa cubierta con un mantel y la fotografía de la persona o personas fallecidas, adornadas con flores y algunos recuerdos.

Los que ciertamente no es Halloween es una fiesta satanista, aunque algunos la quieran convertir en tal.

Nieves se centra en el aspecto histórico originario del Halloween evidenciando que en un primer momento se trató de una fiesta de origen cristianos que luego se paganizó convirtiéndose en lo que hoy es. He colocado dos imágenes en Facebook (véase la primera aquí y la segunda acá) con las que traté de hacer notar que lo que hoy se celebra y llamamos Halloween ya no es una celebración cristiana. Cierto, quizá no sea algo explícitamente satánico pero ¿puede haber algo menos diabólico que desacralizar una fiesta cristiana? Al ver algunos comentarios percibo que hay confusión en este campo y por eso quiero ofrecerles más enlaces para que puedan profundizar un poco más. 

Son artículos y videos de lo mejor que he encontrado en la web y seguramente ayudarán muchos. Gracias a Catholic.net, Aleteia.org y a el blog DeLapsis de InfoCatólica.

«HALLOWEEN, ¿Noche de Brujas?»

http://es.catholic.net/escritoresactuales/524/2514/articulo.php?id=14038

Halloween y el cristianismo
http://es.catholic.net/temacontrovertido/330/1749/articulo.php?id=5514

Halloween ¿Cristianismo o paganismo? ¿Lo debe celebrar un cristiano?http://es.catholic.net/celebraciones/879/3053/articulo.php?id=2271

¿Es malo celebrar Halloween?
http://www.aleteia.org/es/questions/entry/es-malo-celebrar-halloween

¿Es lícito que los niños festejen Halloween?

Video: El origen del Halloween http://youtu.be/B_GULKFB-Ik

Cuando Halloween era católico (I)
http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/0910260641-cuando-halloween-era-catolico

Halloween NO tiene origen pagano
http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/1010310300-cuando-halloween-era-catolico

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Jorge Enrique Mújica, LC, en Google+.

Satanismo creciente

Actualizado 27 octubre 2012

Cuando se prescinde de Dios en la vida personal, familiar y social, el Maligno, con su influencia destructiva, se apoderará del corazón de los seres humanos. 

Una noticia de agencia me ha impactado sobremanera. «EL esoterismo entre los jóvenes constituye un fenómeno de carácter mundial. El prestigioso “Times” informa sobre la proliferación de sitios satánicos en Internet. Sólo en Gran Bretaña operan más de mil sectas o cultos satánicos, espiritistas, etc”. 

Este fenómeno del satanismo, al que parece no se ha prestado la debida atención en España, se va extendiendo cada día más. Lo he podido comprobar en la red de redes, tomando parte en algún foro de religión –concretamente en Terra-, donde la invocación, culto y adoración a Satán, las blasfemias más atroces contra Dios, la Sma Virgen, el odio a la Iglesia católica, al Papa, el ataque a todo lo cristiano etc, tiene su ubicación natural y está a la orden del día, sin disimulo alguno, y sin apenas réplica ni oposición, como cualquier internauta lo puede comprobar. 

Si a este mundo incontrolable, añadimos, en el ámbito juvenil, el rock satánico, los antros de ciertas discotecas, la práctica de la nigromancia, de la magia negra, del vudú, la moda de los tatuajes, de las pintadas y camisetas serigrafiadas, los juegos exotéricos, los comics, los juegos animados japoneses, los videojuegos, y los juegos de rol, con crímenes incluidos etc, podemos entender la importancia del tema. 

Pronto serán noticia la celebración de misas negras, de aquelarres o de posesiones diabólicas. Y es que cuando se prescinde de Dios en la vida personal, familiar y social, el Maligno, con su influencia destructiva se apoderará del corazón de los humanos. 

Presiento que en España, dentro de poco, vamos a necesitar, más que la ayuda de psiquiatras, y de psicólogos, la colaboración de sacerdotes exorcistas entrenados en este campo. En algunos países europeos ya nos llevan la delantera. 

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

La cara desconocida del Papa

De confesar a un mendigo a la broma a un obispo… algunas anécdotas del beato Juan Pablo II

Actualizado 30 octubre 2012

Javier Lozano / ReL

Juan Pablo II era un hombre sencillo y así lo demostraba. Sus más allegados cuentan algunas anécdotas que reflejan cómo era el Papa en su día a día.

La vida de Juan Pablo II sigue fascinando a propios y a extraños, a creyentes y no creyentes. A nadie dejó indiferente el beato, el Papa de los jóvenes. Durante sus 27 años de Pontificado se produjeron miles de anécdotas y hechos que han puesto en evidencia la profunda y extraordinaria personalidad de aquel joven cardenal polaco que se sentó en la Cátedra de San Pedro.

Uno de los que mejor conoce esta multitud de detalles es Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. Tras años de trabajo descubrió el amor y el sentido del humor del Papa ahora beato hacia su grey.

Confesado por un mendigo

El sacramento de la reconciliación era primordial para él y todos los Viernes Santo acudía a la Basílica de San Pedro a confesar. Sin embargo, hay una anécdota que muestra muy a las claras cómo era: el Papa fue confesado por un mendigo.

Oder afirma que un monseñor de Estados Unidos que se encontraba por Roma se disponía a rezar en una parroquia de la capital italiana cuando al entrar en ella se encontró con un mendigo. Pasó de largo pero le iba dando vueltas a la cara de esa persona hasta que se dio cuenta de que le conocía, que hace años habían sido compañeros en el seminario y que se ordenaron el mismo día. Volvió hacía él, le saludó y le preguntó qué le había ocurrido.Éste le dijo que había perdido su vocación y la fe.

Al día siguiente este sacerdote estadounidense participaba en un encuentro privado con Juan Pablo II y cuando le tocó el turno para saludarle no pudo dejar de contarle lo que le había ocurrido en la víspera. El Papa se preocupó por la situación e invitó a este cura y al mendigo a cenar con él. 

“Una vez sacerdote, sacerdote siempre”

Tras proporcionarle ropa limpia y aseo ambos acudieron al encuentro con el Santo Padre hasta que en un momento tras la cena, el ahora beato pidió al sacerdote que les dejara solos. Entonces pidió al mendigo que escuchara su confesión. Éste se quedó estupefacto y le dijo que ya no era sacerdote. “Una vez sacerdote, sacerdote siempre”, le contestó el Papa. Sin embargo, éste insistió y le dijo que “estoy privado de mi derecho a ser sacerdote” pero igualmente Juan Pablo II le contestó que era “el Obispo de Roma y me puedo encargar de eso”.

Finalmente, el mendigo confesó al Papa y viceversa. El sacerdote sin fe lloró amargamente y el beato le dijo: “¿ves la grandeza del sacerdocio? No la desfigures”. Al salir de ese encuentro con su vocación sacerdotal renovada, el Santo Padre le envió a la parroquia en la que pedía limosna y le nombró asistente y encargado de la atención de los mendigos.

La boda del cerrajero y la mecanógrafa 

Como ésta, existen multitud de anécdotas de Juan Pablo II que apenas son conocidas. Lo que sí acreditan los más cercanos a él es que era una persona detallista y cercana, quebautizaba a los hijos de sus amigos o de sus más modestos colaboradores. Llegó a casar a una mecanógrafa con un cerrajero e incluso tras las cenas siempre se pasaba por la cocina para agradecer el trabajo de los cocineros.

¿Los defectos del Papa?

Por ello, muchos se han preguntado si tenía defectos. En una entrevista monseñor Oder comentaba lo siguiente: “Imagino que sí, como todos. Algunos dicen que era demasiado transparente. Recuerdo el problema que se creó cuando una periodista logró fotografiarlo mientras se lanzaba a la piscina de Castel Gandolfo. Cuando le informaron dijo: ¿de verdad? ¿y dónde lo podré ver publicado? Y es que le daba igual. Otros sostienen que podía parecer que daba signos de inquietarse, pero era evidente que tenía gran dominio de sí”.

A raíz de esto cuenta otra historia de cuando era cardenal de Cracovia. Le informaron de que un sacerdote de la Diócesis acumulaba numerosas multas por su conducción. “Le llamó, le regañó amablemente y le pidió que dejase allí su carnet de conducir. Pero en cuanto aquel pobre sacerdote abandonó arrepentido el despacho, Wojtyla reflexionó: ‘¿y cómo llegará este hombre a todas las parroquias que tiene que atender?’. Así que enseguida le llamaron y le entregó de nuevo su carnet”.

La humildad del beato

Otra persona que también puede contar algunas de estas anécdotas es Joaquín Navarro Valls, portavoz de la Santa Sede durante el Pontificado de Juan Pablo II. El español relata en una entrevista que “en cierta ocasión, le sugerí que no leyese un artículo bastante agrio en el que se le denigraba. Para mi sorpresa, me dijo que el periodista que lo había escrito estaba pasando por una muy difícil situación familiar y que, por lo tanto, requería nuestra especial comprensión”.

Navarro Valls cuenta también los esfuerzos del Papa para no caer en la autocomplacencia. “Entré en sus aposentos enarbolando un ejemplar de la revista Time, que le consagraba como ‘hombre del año’. Mientras conversábamos noté que daba la vuelta a la revista sin dejar de hablar. Yo, muy delicadamente, volví a mostrársela, y él, una vez más, la apartó de sí. ¿Qué ocurre Santidad, es que no le agrada?, le pregunté”. Él respondió esbozando una sonrisa: “Tal vez me agrade demasiado”.

Tras muchos años sirviendo al Papa confiesa que “su capacidad para sobreponerse, no ya sólo al dolor físico, sino a las preocupaciones de cada día, manteniendo el sentido del humor, implica un olvido voluntario, deliberado, de uno mismo”.

La broma al obispo

Sobre humor se puede escribir mucho del nuevo beato de la Iglesia. Este es sólo un pequeño detalle. Lo cuenta también Navarro Valls: “un día, recién llegado del hospital Gemelli, donde había sido intervenido a causa de una rotura de fémur, recibió a un obispo. Este se entretuvo en elogiar el buen aspecto que tenía: ¿sabe que le digo? El hospital le ha sentado muy bien. Está incluso mejor que antes de ingresar en el Gemelli. Él miró fijamente con pillería al contestarle: “entonces, ¿por qué no ingresa usted también allí?”. La cara del obispo ante esta respuesta tuvo que ser todo un poema.

 

Sobre el «nuevo cura de Ars» de Marsella

Actualizado 28 octubre 2012

Me pasó lo que a tantos miles de seguidores de ReL: cuando vi el título del artículo que Javier Lozano publicaba hace unos días en este portal “El nuevo cura de Ars de la Marsella agnóstica multiplica los fieles en un barrio islámico”, me zambullí de inmediato en su lectura, con una mezcla de curiosidad y de enorme interés. Visité Marsella hace dos veranos. El GPS de mi coche -ese aparato que tiene la cualidad de meterte por calles absolutamente desconocidas y, misteriosamente, hacerte llegar a tu destino- me hizo cruzar todo el decadente casco histórico de Marsella. Si me hubiesen dicho que me encontraba en una ciudad de Argelia, de Marruecos o, incluso, de la India, me lo habría creído. Pero no: estaba en el corazón de la ciudad que dio nombre, ni más ni menos, al himno de Francia.  Y allí, en medio de ese laberinto de calles que subían y bajaban, se encontraba la parroquia del padre Miche Marie Zanotti.

Me vinieron estos recuerdos a la cabeza al leer el artículo de Javier Lozano. Pero, les seré sincero: no encontré en él una fórmula “mágica” para revitalizar una parroquia o un método “infalible” de márketing eclesial que logre multiplicar el número de feligreses. Me topé, eso sí, con un sacerdote que auna una buena dosis de sentido común con un sólido sentido sobrenatural. Después de años, o quizás décadas, de experimentos eclesiales arriesgados que han llevado a la casi desaparición de miles de parroquias en todo el mundo, el padre Zanotti ha recuperado lo que los fieles más fieles llevaban tiempo pidiendo: iglesias abiertas más horas, sacramentos celebrados con cariño, atención personal a los feligreses y templos cuidados, limpios y bien mantenidos. Como ven, no estamos ante la fórmula de la Coca Cola. Curiosamente, hay cientos de parroquias en todo el mundo que siguen las mismas pautas del padre Zanotti y están obteniendo los mismos magníficos resultados que el sacerdote francés.

1-     Iglesias abiertas más tiempo

Hablando recientemente con el dependiente de una conocida franquicia de ropa, me decía que, desde que comenzó la crisis, su tienda decidió abrir todos los fines de semana y puentes. “El consumo ha caído, así que tenemos que trabajar todos los días del año para compensar”, me explicaba. En la Iglesia parece que actuamos justo al revés: hemos perdido miles de feligreses y, por eso, la parroquia abre menos horas. Al estar más tiempo cerrada, los fieles vienen menos y, como vienen menos, cerramos la iglesia más tiempo. El clásico círculo vicioso. Consecuencia: muchos fieles “huyen” a otros templos que sí están abiertos. Es curioso ver cómo hay parroquias en España, separadas por apenas un par de kilómetros de distancia, en la que una tiene una vitalidad inmensa, con grupos de jóvenes, catequesis y demás, mientras que la otra apenas mantiene las constantes vitales de la misa del domingo y poco más.

Es esperanzador ver cómo cada vez hay más párrocos adaptándose a los horarios de sus fieles, poniendo las horas de las misas en función de las necesidades de los feligreses. En el caso del padre Zanotti, a las ocho de la mañana ya ha abierto la iglesia, y nunca echa la llave antes de las once de la noche. Un joven sacerdote de Madrid me comentaba este verano que la parroquia a la que le habían destinado recientemente nunca había abierto antes de las diez de la mañana. “Decidí abrirla a las ocho. Las primeras semanas estaba yo solo ante el Santísimo. Luego, un día, escuché a una madre, que acompañaba a su hijo pequeño al colegio, decirle: “Mira, una iglesia abierta. Vamos a rezar un poquito”. Al día siguiente volvieron. Y así, hasta ahora. La gente, cuando va a trabajar y ve una iglesia abierta, se detiene y entra unos minutos. Cada vez viene más gente a rezar”, constataba el sacerdote.

2-     Una iglesia limpia

Como periodista, la Iglesia de la Cienciología me invitó hace unos años a la inauguración de su flamante sede situada frente al Congreso de los Diputados de Madrid. La secta se había hecho con un edificio de viviendas entero, de un siglo de antigüedad, con solera y distinción, y lo había reformado de arriba a abajo. Recuerdo mi visita por cada estancia: todo estaba reluciente; el suelo, pulido; la iluminación, impecable; todo en perfecto orden y decorado con un gusto exquisito.

Antes de que muchos de los lectores me interrumpan con la consabida objeción, lo haré yo: el dinero. La Cienciología es una secta que tiene mucho dinero y, nosotros, en nuestras parroquias, apenas tenemos para pagar la luz. Parece que, diciendo esto, ya tenemos bula para cruzarnos de brazos y pasar a otro asunto. Pero no: estoy seguro de que no se trata, exclusivamente, de un asunto económico. Más bien, se trata de una pandemia nacional que nos afecta a los españoles: somos bastante poco cuidadosos y muy, muy desastrados. Poseemos templos extraordinarios, pero no los sabemos mantener. Basta viajar un poco para darse cuenta de que esto es así. En Alemania, por ejemplo, hasta la ermita más pequeña de cualquier pueblo remoto está barrida, bien pintada y mantenida. En Marsella, lo primero que hizo el padre Zanotti fue remozar el templo. Lo explica Javier Lozano: “Nada más llegar y con la ayuda de un grupo de laicos renovó la parroquia, la limpió y la dejó resplandeciente. Para él, éste es otro motivo de por qué la gente opta por volver a la iglesia. “Cómo quiere que se crea que Cristo vive en un lugar si todo no está impecable, es imposible”, afirma el sacerdote”. Y la gente comenzó a venir. Se sentía a gusto en la iglesia. No ya por la presencia de Cristo en la eucaristía, o por la cercanía del nuevo párroco. Es que el templo resultaba acogedor.

Es muy desalentador ir a algunas iglesias que están mal iluminadas, con una decoración que valdría para el cásting de “Cuéntame”, con los carteles y avisos que se cuelgan en los tablones de la entrada puestos de cualquier modo, sin ningún orden ni concierto; donde, en la capilla lateral, te puedes encontrar, al lado de la estatua de San Judas Tadeo, la escoba, el cubo de la fregona y varias cajas con revistas de hace cinco años. He visto tubos fluorescentes, como los que se usan en la cocina, junto a retablos barrocos; lámparas del todo a cien para iluminar extraordinarias tallas góticas; parroquias ultramodernas donde han colgado visillos de ganchillo en las ventanas…

¡Hay excepciones!

En esto son ejemplares, por citar un caso, los del Opus Dei. Da gusto ir al santuario de Torreciudad, por ejemplo. Todo está primorosamente cuidado: los suelos y bancos, relucientes; la decoración, hecha con gusto y armonía; los jardines, bien mantenidos.

Una vez más, podemos caer en un círculo vicioso: como viene poca gente a la iglesia, llegan pocos donativos. Al haber pocos donativos, no tengo dinero para mantener bien el templo. Y así, la parroquia está cada vez más abandonada, fea y cutre. ¿Es sólo por el dinero? ¿No será más bien una cuestión de decisión personal, de empeño, de querer hacer bien las cosas? Yo estoy convencido de que sí. Por eso me ha alegrado leer a Juan Luis Rascón, un párroco de Madrid que, tras adecentar su parroquia, logró duplicar la colecta del domingo

3-     Y dejamos para el final lo más importante: la digna celebración de los sacramentos.

“Las misas están siempre repletas y en ellas hay procesiones solemnes, incienso, cánticos cuidados… Todo hecho al detalle. “Le doy un trato especial a la celebración de la Misa paramostrar el significado del sacrificio eucarístico y la realidad de la Presencia”. “La vida espiritual no se concibe sin la adoración del Santísimo Sacramento y sin un ardiente amor a María” por lo que introdujo la adoración y el rezo diario del Rosario dirigido por estudiantes y jóvenes”. No hace falta añadir nada. El padre Zanetti lo explica a la perfección.

En fin, no pretendo ser exhaustivo y agotar el tema en un solo artículo. Sólo diré que el éxito atrae. Y que los párrocos que, en España, siguen una línea similar a la del padre Zanetti, van viendo cómo, poco a poco, la gente acude a las iglesias.

Álex Navajas