Cuando Halloween era católico

Cuando Halloween era católico y Lutero no clavó nada

Por Juanjo Romero

Entrada de blog tipo empanadilla, con ingredientes de lo escrito otros años. El 31 de octubre tenemos dos «celebraciones» en las que los católicos no celebramos nada, pero que nos atañen.

La más conocida es Halloween. Una fiesta paganizada, que no de origen pagano. Tan paganizada como las celebraciones de Nochevieja. Creo que estamos a tiempo de recuperarla, dependerá de nosotros. Lo de quejarse está bien, pero es tarde. Cuando los niños tienen miedo a las tinieblas se les abre la puerta para que entre luz, no para que salga la oscuridad. A mi se me ocurren muchas cosas que hacer con mis hijos. Quizá el primer paso sea tomar conciencia de su origen, un origen católico sobre el que se ha echado estiércol, nada que ver con brujas, wiccas y gore, aunque ahorita parece ser lo único que hay.

En 2009 escribí mostrando cómo el 1 de noviembre, Todos los Santos, no es una fiesta «inventada contra» una celebración celta. En 2010, daba más detalles de por qué se trasladó la fiesta del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Y no está demás recordar que Todos los Santos es día de precepto y Halloween no más que la víspera de una fiesta grande.

La segunda fiesta, y más desconocida en España, es la del «Día de la Reforma», en la que curiosamente los protestantes conmemoran «una tradición».

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Un matrimonio católico salva la vida a 1400 niños chinos huérfanos

Nunca tienen para más de 3 meses 

Un matrimonio católico con seis hijos salva la vida a 1400 niños chinos huérfanos 

Se conocieron en China en 1990. Luego se convirtieron y se casaron, y fundaron en 1998 la organización China Little Flower.

Actualizado 28 octubre 2012

Aci / EWTN Noticias / ReL

La pareja de esposos católicos estadounidenses que forman Brent y Serena Johnson, que han vivido en China durante 15 años rescatando de la muerte a 1400 huérfanos, comentan que su labor la pueden realizar debido a su total confianza en Dios, especialmente en los tiempos difíciles.

En declaraciones a ACI Prensa, Brent Johnson, de la organización China Little Flower, señaló que “realmente tienes que tener una absoluta confianza en Dios de que el dinero aparecerá cuando lo necesites, y que vas a estar lejos de los problemas”.

Fundada en 1998, China Little Flower es la organización matriz del “hobby apostólico” del matrimonio católico, Little Flower Projects, una organización caritativa que busca llegar a la población más vulnerable de China, proveyendo cuidado médico a huérfanos abandonados y niños.

Brent y Serena se conocieron en China, en 1990, mientras él era estudiante y ella turista, y pronto regresaron a Estados Unidos, donde se convirtieron al catolicismo y se casaron.

Cuando regresaron a China como profesores, poco después del nacimiento de su hijo mayor, Thomas Becket, en 1995, el matrimonio Johnson se enfrentó con las “increíbles” condiciones de los huérfanos chinos.

“Fue una confrontación con el lado verdaderamente feo de la humanidad”, dijo Brent Johnson, por lo que decidieron que “tenemos que hacer algo”.
A pesar de que las condiciones en los orfanatos manejados por el gobierno han mejorado desde la década de 1990, Brent señaló que aún cerca de un tercio de las casi 700 instalaciones tienen una mortalidad infantil que oscila cerca del 100%.

Por ello, el matrimonio Johnson solicitó a los encargados del orfanato adoptar a uno de los niños en su propio hogar y se les dio permiso. “Nosotros éramos normales: jóvenes católicos viviendo nuestra fe, tratando de hacer lo correcto. Cuando comenzamos a hacer esto, no pensamos en nosotros como misioneros”, dijo Brent.

Desde entonces, el matrimonio Johnson convenció a amigos con familia en China de que hagan lo mismo. Eventualmente, comenzaron a pagar a las familias chinas para que también acogieran huérfanos. “No era un gran salto brillante, sólo era lo que los padres de Serena habían hecho”, dijo Brent, refiriéndose a que sus suegros habían adoptado a tres niños, tuvieron tres hijos biológicos, y sirvieron como padres sustitutos por muchos años”.

Desde entonces, la familia Johnson y quienes trabajan con ellos en los proyectos de Little Flower , han ayudado a rescatar 1.400 huérfanos que de otra forma podrían haber muerto.

En 2005, la organización también comenzó a arreglar grupos de hogares para niños con discapacidades físicas, dándoles un lugar donde puedan vivir y ser educados en lugares que asemejan las familias, hasta que llegaran a la adultez. “Sentimos una presión increíble por salvar tantos bebés como podamos”, afirman.

Brent Johnson trabaja como administrador de una pequeña empresa a tiempo completo, y tiene actualmente 6 hijos propios. Su organización caritativa tiene generalmente sólo entre 2 y 3 meses de dinero en el banco para financiarse: «No sé si es mala administración de mi parte”, dice, “o si es el plan de Dios”, pero «la verdad es que cada vez que obtenemos algo de dinero, comenzamos un nuevo proyecto. Pienso que si tengo un dinero ahora, puedo salvar 100 bebés este año con eso, que de otra forma no serían salvados”’. Mañana… Dios proveerá también.