Se pierde la canonización por asma

Sucedió en un quirófano de Filipinas en 2003 

Está muerta dos horas, el milagro del santo la resucita… y se pierde la canonización por asma

Pedro Calungsod murió mártir con el español Diego de San Vítores en la Micronesia española en 1672, pero un milagro asombroso le ha llevado antes a la canonización. 

Actualizado 23 octubre 2012 

Pablo Ginés/ReL

El pasado domingo 21 de octubre, durante la canonización de siete nuevos santos en la plaza de San Pedro del Vaticano, muchos pudieron localizar a algunos de los «milagrados», las personadas beneficiadas de un milagro por intercesión de los canonizados. Así, se podía ver a Jake Finkbonner, el niño de ascendencia amerindia curado por Santa Kateri Tekakwitha, o a Maria Isabel Gomes de Melo, la niña brasileña curada por intercesión de la española Santa Carmen Sallés. 

La señora que estuvo muerta

Pero los filipinos, que aportaron más de 20.000 peregrinos al público de la plaza, buscaban infructuosamente a la señora que estuvo clínicamente muerta y se curó por un milagro de San Pedro Calungsod. Hace un año, aún esperaba acudir a la ceremonia. Pero no pudo ser: la mujer, que tiene hoy 58 años, sufre de asma severa y problemas del corazón, y los médicos le desaconsejaron las 20 horas de vuelo que cuesta ir a Roma, además de las caminatas que lleva aparejado un viaje así.

La identidad de la milagrada y del doctor que rezó por ella en el quirófano de la ciudad filipina de Cebú en 2003 siguen siendo un secreto, para evitar el sensacionalismo, según el vicepostulador de la causa, Ildebrando Leyson. Se esperaba que los nombres de estos protagonistas del milagro se revelaran con motivo de la canonización, igual que son públicos los implicados en la mayoría de los milagros de los otros santos del pasado fin de semana.

El cirujano rezó y ella se recuperó

El milagro es contundente y se dio bajo control médico. La mujer, una empresaria que tenía entonces 49 años y nunca había oído hablar de Pedro Calungsod, llevaba dos horas «clínicamente muerta» a causa de un infarto de corazón, cuando el cirujano cardíaco rezó por ella pidiendo la intercesión del Beato Pedro. Otros afirman que sufría «muerte cerebral».

El vicepostulador de la causa, Ildebrando Leyson, detalla que sufría un «coma de grado 3 en la escala Glasgow». El grado tres es el peor, el más bajo (no hay Glasgow 2 ni 1 ni 0): es el que se da cuando, tras un traumatismo cerebral, no se responde ni a estímulos auditivos, ni al dolor, ni a la luz en los ojos. Los médicos locales, como los de la comisión médica vaticana, no atribuyen su recuperación a la medicina ni a una causa conocida.

Sin reliquias: no tenemos el cuerpo del santo

Los testimonios aseguran que la señora está alegre y trabaja en la ciudad de Leyte. Pensaba acudir a la canonización, según adelantó en el Cebu Daily News el cardenal y arzobispo emérito Ricardo Vidal, gran promotor del beato. Se esperaba que ella o el médico implicado llevasen al altar recipientes con reliquias del santo, como es común, aunque en este caso no podían ser reliquias corporales, de «primera clase», porque el joven mártir fue arrojado al mar después de su asesinato. En su lugar, se entregaron al Papa piedras y guijarros de la playa de Tomhom en Guam, donde fue asesinado por los nativos chamorro.

Seguimiento en Filipinas y las Marianas

La ceremonia fue seguida con atención por millones de filipinos, no solo en su país, sino en todo el mundo, porque la Iglesia ha presentado al joven Calungsod como un filipino emigrante más, que murió en tierras lejanas.

En Guam y las islas Marianas, donde hoy son católicos 130.000 de sus 150.000 habitantes, muchos siguieron la ceremonia en el Santuario de Diego de San Vítores, el maestro jesuita español del joven filipino, que murió mártir con él. Pueden verse fotos de la ceremonia micronesia AQUÍ.

Pedro Calungsod y Diego de San Vítores

El padre Diego fue quien dio el nombre de Marianas a las islas, porque Magallanes les había llamado «Islas de los Ladrones», debido al mal recibimiento que le dispensaron los indígenas. El jesuita era de familia noble, y renunció a la carrera militar para dedicarse a la evangelización. Camino de Manila pasó por Guam en 1662 y se prometió que volvería para cristianizar las islas.

Con apoyo moral de Felipe IV y de la Reina María Ana, pero sin apenas recursos, desembarcó en 1668, acompañado por el joven Pedro, intentando imitar a su modelo, San Francisco Javier, misionero sin soldados. El jefe Kepuha le recibió bien, pudo bautizar y empezar a catequizar bastantes isleños, y en la tierra que le dio hoy está la catedral de Dulce Nombre de María.

Por desgracia, apenas un año después moría el acogedor jefe Kepuha y empezó una fuerte oposición a los misioneros. Como buen jesuita, en 1669 ya había creado una escuela para niños y después una para niñas, además que abrir 4 parroquias en diversos pueblos con la ayuda de Pedro.

Calaveras, brujas y prostitución institucionalizada

Sin embargo, había costumbres nativas que chocaban con el Evangelio. Los isleños guardaban en sus casas los craneos de los antepasados y hablaban con ellos, les trataban con respeto, y parecía ser una forma de brujería.

Además, era una sociedad de castas muy estrictas, con una nobleza que veía muy mal la idea cristiana de que el bautismo hacía a todos los hombres iguales.

El jesuita español predicaba a menudo contra los sacerdotes paganos (makahnas) y más aún contra las sacerdotisas (kakahnas), y éstas veían peligrar su estatus ante una religión que parecía menos femenina… pero también más igualitarista.

Además, durante la pubertad los jóvenes varones se juntaban para vivir en Guma´Uritao («Casas de Hombres»), donde hombres mayores les enseñaban cosas adultas como pescar, navegar… y sexo, con la ayuda de mujeres que se dedicaban a eso, a entrenar sexualmente jovencitos. Para el jesuita, era mera prostitución institucionalizada y corrupción de adolescentes.

Por último, con los europeos llegaron enfermedades. Eso fue aprovechado por un chino casado con una isleña, llamado Choco, que difundió el rumor de que el agua del bautismo y los óleos bautismales eran lo que envenenaba y enfermaba a la gente.

Mártires por bautizar una niña

El 2 de abril de 1672, cuando apenas llevaban 3 años de trabajo misionero, llegó el martirio. El jefe Mata´pang era un acérrimo opositor a los cristianos, pero su esposa era conversa. Ella pidió a los misioneros que bautizasen a su niña recién nacida, y así lo hicieron. Cuando se enteró Mata´pang, envió a su guerrero Hirao, acompañado de algunos hombres, a matar a los misioneros.

En el lugar del martirio hoy hay un monumento que recuerda cómo la lanza y la katana acabaron con el español y el joven filipino, que entonces tendría unos 20 o 21 años.

La santa catalana a la que rezan los niños madrileños

No logró fundar ningún colegio en Cataluña 

Carmen Sallés y Barangueras, la santa catalana a la que rezan los niños madrileños 

Muchos no entendieron su visión del protagonismo de la mujer en la enseñanza y la capacidad de cambiar el mundo a través de la juventud. Descansa en Madrid y con su segundo milagro crece la devoción por ella. 

Actualizado 23 octubre 2012 

J. Aldecoa / P. J. Ginés / ReL 

Este domingo, Benedicto XVI proclamó la santidad de María del Carmen Sallés y Barangueras, catalana de Vic, que descansa en Madrid, en el colegio de las Concepcionistas de la Enseñanza de la calle Princesa. 

La Razón tituló que era una nueva «santa española» y TV3, que no suele prestar mucha atención las canonizaciones, no dejó de comentar la ceremonia en sus telediarios hablando de la nueva «santa catalana».

No fue profeta en su tierra
El caso es que Carmen Sallés, en vida, no tuvo éxito ninguno en Cataluña. No se la entendió ni se la acogió. Aunque entró en vida religiosa en 1871, con 23 años (y la oposición de su padre) tuvo que ir a Burgos para fundar en 1892 sus Religiosas Concepcionistas de la Enseñanza. Murió en 1911 dejando doce colegios en España, pero ninguno de ellos en Cataluña.

Hoy la congregación está presente en 14 países y cuenta con 67 comunidades y miles de alumnos. 

Reconocimiento póstumo
Carmen Sallés alcanzó cierto reconocimiento póstumo en su tierra: Vic la declaró hija predilecta hace años, y su alcalde, Josep Arimany i Manso, así como el director de asuntos religiosos de la Generalitat, Puigdollers Noblom, estuvieron en la ceremonia, junto con los cardenales Rouco y Sistach (de Madrid y Barcelona, repectivamente) y Amigo Vallejo (cardenal emérito de Sevilla). 

En el cambio del s.XIX al XX, aún resultaba difícil a muchas autoridades aceptar que las mujeres podían tener un papel protagonista en la educación, incluso de las chicas más problemáticas. La postuladora de la santa, Asunción Valls, lo explica así: «Enseñó que la mujer, toda mujer, y la juventud, toda la juventud, no puede ser condenada por sus errores, sino amada en ellos, salvada de ellos. Y enseñó que prevenir es mejor que curar: “para alcanzar buenos fines, son menester buenos principios”. A mayor necesidad, mayores remedios: ¿ignorancia? ¡cultura más amplia!, ¿piedad superficial?, ¡formación religiosa bien sólida! La mujer debía ser capaz de recristianizar la familia y la sociedad. Y encontrar su lugar en la Iglesia. Algunos no acababan de entenderlo».

Los niños y la santa incorrupta
En el colegio de las concepcionistas de la calle Princesa es habitual para los niños madrileños y sus profesores visitar la capilla con el cuerpo incorrupto de la santa (bajo una mascarilla de cera en la cara), y con la canonización ha aumentado su popularidad en la ciudad. Tradicionalmente «eran sobre todo las hermanas y los alumnos de nuestros colegios quienes se hacían presentes en el oratorio», asegura la superiora general Madre, Mª Isabel Moraza. 

Daniel Cadarso, profesor de Educación Física en el colegio, observa cómo «los niños tienen muy presente la figura de Madre Carmen, conocen su vida y sus enseñanzas, así que hacerle una visita no les resulta tan extraño. Es verdad que, al verla, se quedan muy sorprendidos y surgen preguntas variopintas, algunas descabelladas, pero siempre, desde la inocencia de los niños».

Daniel Cadarso ha ido a Roma a la canonización, aunque acaba de tener su segundo hijo. «La niña come bien, duerme bien y no da más guerra de la normal. Mi mujer ha recuperado las fuerzas y se atreve a quedarse con los dos, asi que aprovecho para darle las gracias», explica. Porque ir a Roma tiene un sentido especial: «no hemos ido allí a recordar la vida de Madre Carmen sino a celebrar el poder de Dios en la vida de las personas«.

Una curación milagrosa en una niña
También estuvo presente en la canonización María Isabel Gomes de Melo, la niña brasileña cuya milagrosa curación se atribuyó a la intercesión de Madre Carmen. 

María Isabel, que es buena alumna y que el sábado cumplía 16 años, sufrió en el año 2000 una grave isquemia cerebral que le dejó la boca desfigurada y le provocó la pérdida total de fuerza en un brazo y una pierna. La niña se pasó diez días con neuronas muertas y con una zona del cerebro sin riego. Después de varias pruebas, los médicos le mandaron a casa, pues no había terapia alguna ni medicación para su caso

La madre de María Isabel, ex alumna del colegio María Inmaculada de las Concepcionistas, recibió, de parte de las religiosas, una reliquia de la fundadora, un trozo de tela que había pertenecido a la santa. Tanto en el colegio como en la familia iniciaron entonces una novena de oración. Al quinto día, la enfermedad desapareció sin dejar ninguna secuela.