Un «Top Gun» real con conversión al catolicismo

Cuando Maverick (Tom Cruise) se sintió culpable de la muerte de Goose (Anthony Edwards) 

Marcus Allen, que aún no era católico, afrontaba un duro programa de entrenamiento como piloto de los Marines. Una noche iba a hablar de Dios con su binomio, pero… 

Actualizado 8 octubre 2012

Carmelo López-Arias / ReL

Los pilotos militares que hayan vivido una desgracia similar pueden comprender el dolor que invadió aMarcus Allen. Para los demás, basta evocar la escena de Top Gun en la que Maverick (Tom Cruise) agarra desesperadamente en el agua el cuerpo sin vida de Goose (Anthony Edwards), a la espera del rescate y de un milagro que no llegará. [Ver abajo la escena.]

Como en el clásico dirigido por Tony Scott en 1986, en esta historia real el superviviente también abrigaba razones para sentirse culpable.

Una falta de caridad con consecuencias insospechadas

«Acaba de anochecer y estoy volviendo a mi habitación después de cenar cuando paso por delante de una puerta abierta», evoca Marcus: «Dentro está mi binomio Tom, tumbado en la cama, con la Biblia en las manos. Me hace una señal para que entre. Ambos éramos jóvenes oficiales de los Marines empeñados en entrenar y aprender a volar el AV8 Harrier. Este caza de despegue vertical se estaba ganando rápidamente la ignominiosa reputación de fabricante de viudas, por el número de pilotos que habían muerto pilotándolo. Acerqué una silla y charlamos un rato de esto y de lo otro».

«Finalmente Tom me pregunta:

«-¿Te has enterado de los problemas que tuve?

«Tom había tenido dificultades de estabilidad aquel día al planear. No pudo mantener firme el avión y se había puesto nervioso a los mandos.

«-Sí. Esas cosas pasan. ¿Cuándo vuelves a volar? -le dije.

«-Mañana por la mañana.

«-No estaríamos aquí si no fuésemos los mejores, ¿no es cierto? -sólo se me ocurrió esa banalidad.

«-Eso me han dicho -dijo. Comprendí que escondía algo más.

«Tom era un graduado en Annapolis [la Academia Naval], recién casado y con un niño en camino. Tan lejos como puedo recordar, siempre me dijo que quería ir a la Academia Naval y convertirse en piloto de los Marines. Y aquí estaba, feliz de vivir su sueño. El único problema, me dijo, era su mujer. Ella odiaba los Harrier, temía por su vida y quería que abandonase el programa. Él no sabía qué hacer. Dejarlo acabaría con su carrera, pero la verdad es que el avión se las traía.

«-Te confesaré -continuó- que temo a la muerte.

«No recuerdo exactamente qué dije, seguramente ´no le des vueltas´, ´tú puedes hacerlo´, etc. Estoy seguro de no haber despreciado sus miedos, pero también de no haber conversado al respecto. Yo también tenía que volar por la mañana, así que ya le llamaría alguna noche para salir a tomar algo cuando hubiese vuelto a volar».

La muerte esperaba al eyectar al piloto
A la mañana siguiente, Marcus se encontraba en la cabina de su avión. Hizo el chequeo antes de volar, abrió comunicación y pidió permiso para despegar. Pero se la negaron.Había una emergencia en curso.

«Contrariado por tener que sentarme y esperar, miré y vi humo saliendo al otro lado del hangar. Sentí un mazazo en el estómago y pensé en Tom», continúa Marcus: «Pregunté de qué emergencia se trataba. Me dijeron que un Harrier se había estrellado en medio del campo. Como el mío era el segundo vuelo del día y el de Tom el primero, me vino a la memoria la conversación de la noche anterior. Salté frenéticamente del avión y corrí a esperar noticias».

Tom se había matado. El día era ventoso, y había cometido un error garrafal al no tenerlo en cuenta en una maniobra de transición tras el despegue vertical. El avión se hallaba a unos cien metros de altura cuando empezó a voltear.  Cuando Tom eyectó su asiento, el Harrier estaba en posición invertida, y el joven piloto se estrelló contra el suelo.

«He pensado a menudo en su última noche en la tierra, en lo que compartió conmigo, en su joven esposa envejeciendo sin él, en la vida de su hijo sin un padre, y he imaginado las cosas que debería haberle dicho. Cuando abandoné su habitación, ¿me inquietaba lo más mínimo? Cuando relajé mi cabeza sobre la almohada, ¿me preocupaba algo que no fuese yo mismo? ¿Era mi corazón tan frío que no podía impulsarme a consolar a Tom?», lamenta ahora Marcus: «Tom, por favor, perdóname. Recibí tus temores con una actitud insensible y arrogante. Tal vez querías hablar de Dios, pero hice oídos sordos. Tal vez querías rezar, pero yo estaba demasiado pagado de mí mismo. Si hubiese sido entonces un hombre de Cristo, podría haber hecho algo. Podría haber salvado tu vida«.

«Si hubiese sido entonces un hombre de Cristo…»

Marcus Allen dejó años después de ser un piloto de guerra y abandonó el Cuerpo de Marines. Hoy es directivo de empresa, se ha convertido al catolicismo y desde su blog comenta la actualidad y, entre otras cosas, ofrece el testimonio de la dramática experiencia vivida, así como el de su propia conversión.

Un itinerario de fe de corte principalmente intelectual, pues se trata de una búsqueda consciente de la verdad. Marcus se situaba ante las diversas religiones y se planteaba cómo «muchas personas no profundizaban en la teología de su fe», bastándoles con «un cierto nivel de satisfacción y con estar espiritual y socialmente vinculados a una comunidad». Para él, por el contrario, esa falta de interés suponía «una fácil transición hacia el ateísmo», habida cuenta sobre todo de «un simple hecho de lógica» ante la variedad de religiones: «Las religiones, y más específicamente las denominaciones cristianas, no pueden ser todas verdaderas, pues enseñan cosas distintas que en ocasiones están en conflicto unas con otras. Para mi forma de pensar, estos contrastes eran una fascinante invitación a investigar».

Y lo hizo mediante dos caminos: investigar quién fundó cada religión, y si sus enseñanzas se sostenían sobre el fundamento moral «que todos llevamos en nuestro interior»: «La ley natural, que yo veía como un cimiento de mi fe y refuerza la objetividad el bien y el mal contra todo relativismo«.

Considerando falso ese relativismo, patente en los debates «sobre el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la anticoncepción», y partiendo de la base de la existencia de la ley natural en el hombre, Marcus concluyó que su autor es Dios, en cuanto Creador. Y comprendió también que fue Dios, Jesucristo, quien había fundado la primera Iglesia.

Sólo una religión es divina

Otras religiones y filosofías creadas por «profetas, revolucionarios o visionarios» podrían ser «laudables, pero no era Dios su origen«, señala Marcus: «No me interesan los credos creados por hombres, sea cual sea el carismo del fundador o la buena articulación de sus creencias. No quiero jugarme mi alma con una invención humana»

Así que había que enfrentarse ahora a la pléyade de denominaciones cristianas: «Inicialmente fui escéptico en mi incursión en el catolicismo. Mis prejuicios, notablemente inexactos, provenían de fuentes laicistas y de cristianos poco caritativos. Consideraba las enseñanzas católicas inspiradas por el miedo».

Marcus no ofrece muchos detalles de cómo disipó esos recelos, aunque se deduce que fue el estudio de la historia de la Iglesia, al comprobar que «muchos de los cismas cristianos eran atribuibles al orgullo y no a la caridad, y por tanto las motivaciones  de los disidentes debían ser seriamente cuestionadas».

Como San Agustín

Él encontró un guía en San Agustín de Hipona (354-430): «Durante bastante tiempo, mi vida se pareció en muchos aspectos a la vida inicial de Agustín, lujuriosa y falta de modestia. Sus Confesiones, sobrecogedoramente similares a muchas de mis experiencias, me inspiraron misteriosamente a buscar la Verdad. Como Agustín, sucumbí por completo a los pecados del mundo y rechacé a Dios».

«Te amé demasiado tarde», le dice Marcus a Él siguiendo las palabras del santo: «Ahora lo comprendo. Aunque he desperdiciado una vida plena de promesas, ahora comprendo. Dios es mi tesoro. Me ama y me hizo una señal para que me acercase a Él«.

«Lo sé en la parte de mi alma que ha sido tocada por Él, allí donde las dudas no existen«, concluye: «Lo sé por la fe y por la aprehensión espiritual. Lo sé porque, aunque Dios está en todas partes, los latidos de mi corazón apuntan al cielo».

A ese cielo donde espera encontrarse un día con Tom, y donde ya no hace falta decir las cosas que quedaron sin decir aquella noche en que Marcus no era aún «un hombre de Cristo».

Top Gun: la escena de la muerte de Goose

¿Quiénes fueron Santa Hildegarda de Bingen y San Juan de Ávila?

Este domingo, doctores de la Iglesia 

Nos lo explican dos profesores de universidades romanas, Alfredo Simón, de la Universidad de San Anselmo, y Juan Esqueda, de la Universidad Urbaniana. 

Actualizado 6 octubre 2012 

Rome Reports / ReL

Este domingo el Papa declarará doctores de la Iglesia a Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) y a San Juan de Álvila (1500-1569), patrono de los sacerdotes españoles. Dos expertos españoles, profesores ambos en universidades pontificias, trazan un breve retrato de ambos personajes. (Pueden verse abajo los dos vídeos, 4.55 minutos en total).

Visionaria e influyente

Hildegarda de Bingen fue un gigante en su tiempo. Esta monja alemana cultivó prácticamente todas las artes: era música, escritora, herborista, lingüista y tuvo visiones místicas. 

“Estas visiones, no eran visiones materiales. Eran experiencias que ella tenía en el interior de su alma«, explica Alfredo Simón, del Pontificio Ateneo San Anselmo, la universidad de los benedictinos en Roma.

Cuando el entonces Papa Eugenio III leyó las transcripciones de las visiones de Hildegarda, le invitó a difundirlas para que todos las conocieran. 

Ella las describía como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores. Las visiones trataban sobre la Redención, sobre Dios, la humanidad, la Iglesia y la Creación. Representó una de ellas en este dibujo que recuerda a uno de Leonardo Da Vinci y que muestra la relación entre el hombre y el universo.

“Sitúa en su imagen, lo que ve, la creación del hombre en el centro del universo, de todo el mundo natural. Y es una imagen semejante a la de Leonardo da Vinci, pero muchos siglos antes, añade el padre Simón.

Un doctor de la Iglesia se caracteriza porque sus enseñanzas siguen siendo relevantes a pesar del paso del tiempo. Alfredo Simon dice que Santa Hildegarda reflejó el deseo natural de cada persona de acercarse a Dios. Una pasión que transmitió al mundo: “Ella predicó también por las ciudades, predicó al clero, predicó al pueblo y eso nunca se había oído en la Iglesia, para una mujer, ni para una monja, ni para una abadesa.”

En esos años, Santa Hildegarda de Bingen fue consejera espiritual de santos y reyes. Descubrió el poder curativo de algunas plantas, y cultivaba un pequeño jardín en el monasterio: “Santa Hildegarda escribió obras de filosofía y espiritualidad. También escribió obras de teatro, de música, e incluso obras de medicina y ciencias naturales

Murió a los 81 años, en 1179. Gracias a su proclamación como doctora de la Iglesia, sus enseñanzas seguirán siendo un punto de referencia para los católicos de todos los tiempos. 

Formador de sacerdotes: el espíritu de Trento

San Juan de Ávila colaboró en la aplicación del Concilio de Trento en España; al escucharle predicar, San Juan de Dios se convirtió al catolicismo; y es el patrón de los sacerdotes españoles. 

Nació en Ciudad Real, España, en el año 1500. Renunció a la herencia de sus padres y a los 26 años fue ordenado sacerdote. Quiso trabajar en la evangelización de Américapero el arzobispo de Sevilla le pidió que se quedara en el país. Allí comenzó a destacar porque era un gran predicador. Aunque por esto sufrió falsas acusaciones. 

“Como era un hombre que convertía a la gente, las conversiones producen a veces la ruina de algún negocio. Le acusaron falsamente a la Inquisición, estuvo procesado prácticamente dos años. Sobre todo, un año en la cárcel, con peligro de que le condenaran a muerte”, explica Juan Esqueda Bifet, catedrático emérito de la Pontificia Universidad Urbaniana, que forma parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. 

Se le recuerda como un buen director espiritual de gente de toda clase y condición. Muchos sacerdotes se reunían con él para mejorar su formación y pedirle consejo. También influyó en la vida de muchos santos de su época: «Tuvo relación con San Ignacio de Loyola. Por ejemplo, con San Juan de Ribera, que era su discípulo, o bien con Santa Teresa. Ella le envió su biografía. Nadie quería aprobarla y San Juan de Ávila la aprobó diciendo que era de Dios todo aquello que sentía”.

En España impulsó colegios y universidades. Vivió la apertura del Concilio de Trento en 1545 y dedicó muchos años a trabajar en la aplicación del Concilio: «Se dedicó mucho a formar sacerdotes, que es lo que pidió el Concilio de Trento, que hubiera seminarios. Él fundó algunos seminarios como el de Córdoba y la Universidad de Valencia que también era además de para laicos para clérigos”, añade Esqueda.

San Juan de Ávila murió en Córdoba en 1569, tras diez años de enfermedad que dedicó a seguir enseñando por medio de cartas. Más tarde, sus escritos influyeron en San Francisco de Sales, el Santo Cura de Ars San Alfonso María de Ligorio.Pío XII reconoció todo su trabajó nombrándolo en 1946 patrón de los sacerdotes españoles.

Santa Hildegarda de Binguen

 

San Juan de Ávila

 

La oración «estrella» del Año de la Fe

En el Ángelus, el Papa señaló por qué 

La oración «estrella» del Año de la Fe, junto con el Credo, será el Santo Rosario 

Actualizado 7 octubre 2012 

ReL 

Al final de la ceremonia de esta mañana, en la que proclamó doctores de la Iglesia a San Juan de Ávila Santa Hildegarda de Binguen, el Papa dirigió el rezo del Ángelus, invitando a todos a orar por los trabajos del recién inaugurado Sínodo de los Obispos.

Y no sólo con el Credo, a cuya recitación durante el próximo Año de la Fe estarán vinculadas diversas indulgencias plenarias, sino sobre todo con el Rosario.

«Queridos hermanos y hermanas,ahora nos dirigimos en oración a María Santísima, que hoy veneramos como Reina del Santo Rosario», dijo Benedicto XVI: «En este momento, en el Santuario de Pompeya, es elevada la tradicional Súplica, a la que se unen innumerables personas en el mundo entero. Mientras también nosotros nos asociamos espiritualmente a esa coral invocación, quisiera proponer a todos el valorizar la oración del Rosario en el próximo Ano de la Fe«.

Con el Rosario, explicó, «nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de Cristo, y día a día somos ayudados a asimilar el Evangelio, de tal manera que pueda dar forma a toda nuestra vida. Por lo tanto, tras la huellas de mis predecesores, en particular del Beato Juan Pablo II quien hace diez años nos dio la Carta apostólicaRosarium Virginis Mariaeinvito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe».

164 sectas demoníacas en España

Algunas son más bien satánicas; y otras, brujeriles

En España actúan 164 sectas demoníacas: en Barcelona, Madrid, Canarias y el Mediterráneo 

Practican un estricto secretismo. Celebran ritos que imitan a la misa, a veces con sacrificios de animales, y en ocasiones puntuales, incluso de seres humanos.

Actualizado 8 octubre 2012

J. de Aldecoa / ReL

Muchos son los autores que afirman que el mayor logro del diablo es hacer pensar a la gente que no existe. Bajo esta estrategia parecen trabajar también las sectas satánicas en España, que practican el más absoluto secretismo. Es difícil catalogar cuántas hay y con cuantos miembros cuentan.

Manuel Guerra, sacerdote y autor del «Diccionario enciclopédico de las sectas» explica a ReL que a fecha de hoy, se han contabilizado en España, «164 sectas demoníacas. Pero estoy convenido de que bastantes de ellas ya no existen y no pocas han cambiado de nombre, aunque habrán brotado otras, tal vez en número no menor que las extinguidas», reconoce el padre Guerra.

A pesar de ser uno de los mayores expertos en sectas satánicas de España, debido a la estrategia que siguen estos grupos, tiene que hacer suyas las palabras de Vicente Jara, de la RIIAS, quien afirma que «los datos son precarios, insuficientes, deficientes, no fácilmente cotejables», pues «actúan entre tinieblas», son grupos secretos.

Las zonas que aglutinan mayor número de sectas son «sin duda, Barcelona y su entorno, la costa mediterránea, los archipiélagos balear y canario y Madrid”, explica.

Misas negras

Estas «organizaciones demoníacas destructivas» realizan ritos, como la llamada «misa negra». «Es la misma Misa del misal católico (canon romano) pero con ligeros cambios: uso de Satanás en lugar de Dios, padre nuestro que estás en el infierno, etc», explica Guerra.

Las misas negras satánicas «pueden tener tres intenciones»:

– Sexual, para que alguien acceda a los deseos sexuales de quien la encarga.
– «Compasiva», para ayudar a alguien en su salud, bienes materiales, etc.
– Dañina, para perjudicar a alguien, incluso mediante su muerte violenta.

Asesinatos rituales

Hay varias sectas que celebran misas negras en España, pero «casi nunca» llegan al asesinato ritual de una víctima inocente (cuando se da, es un niño/a o adolescente). Por otro lado, «ahora es casi imposible descubrirlo a no ser que se les sorprenda en la celebración misma del rito, pues se incineran los restos humanos (corazón y otras vísceras) no ´comulgados´ junto con la Hostia consagrada y las cenizas desaparecen por el desaguadero».

«La película El día de la bestia, de Alex de la Iglesia, describe con realismo fílmico -asegura Manuel Guerra- una misa negra con Hostia consagrada y sangre de mujer virgen, pero sin asesinato ritual».

Sectas brujeriles

Hay otro tipo de sectas más activas actualmente en España que son la sectas brujeriles. Realizan distintos sacrificios animales y humanos. «Las sectas brujeriles, en sus reuniones, sacrifican animales (perros, gatos, etc) y si la fiesta es muy importante, como la de Halloween, seres humanos, preferentemente niños, porque no han pecado y son los preferidos de Dios», explica el padre Guerra.

El experto en sectas señala que Halloween es el «aquelarre más solemne e importante de las brujas, celebrado en la noche del 31 de octubre. Lo es por señalar el comienzo del Año Nuevo satánico». Por eso, Cristina Kneer, una antigua sacerdotisa bruja que después se convirtió al catolicismo, aconseja encarecidamente no celebrar dicha fiesta.

Las armas del Demonio

Según afirma Guerra, el Demonio suele valerse de la curiosidad. También utiliza la necesidad que sienten las personas de apoyarse en algo sensible y seguro ante circunstancias de inseguridad psicológica o social, como la adolescencia, juventud, inmigración, crisis socioeconómica, etc.

Muchas personas acuden a la consulta presencial, telefónica o televisiva de videntes o mediums o empiezan a practicar la uiyá (ouija) jugando o bromeando. Con el tiempo no pocos comprueban que tiene consecuencias no gratas, entre las que se encuentra el miedo, la obsesión, la dependencia y hasta la posesión diabólica.

Aunque sorprenda -continúa explicando-, la experiencia enseña que quienes consultan a astrólogos, mediums, videntes, uiyá (ouija), etc, al menos los que lo hacen con cierta asiduidad, corren el riesgo de adentrarse por los vericuetos que desembocan en las redes del demonismo en cualquiera de sus manifestaciones (maleficio, infestación, pacto, posesión satánica, etc).

¿Las prácticas esotéricas son peligrosas?

«Las creencias y prácticas esotéricas hacen perder el verdadero sentido religioso, así como la práctica y vida de oración. Son incompatibles con la fe en la providencia divina; en la paternidad de Dios, lleno de misericordia incluso con los hijos pródigos, y hasta con la libertad humana. Dejan al hombre sometido a la fatalidad».

En la actualidad se practican más de cuarenta variedades de ´mancias´, es decir, tipos de adivinación: cartomancia (cartas, tarot), cristalomancia (cristales), quiromancia (rayas en la palma de las manos), nigromancia (consultar a los muertos), etc. Otra forma de esoterismo es la magia o creencia en una energía personal, difusa en el universo, aunque concentrada en algunos lugares, objetos y personas (magos, brujas/os, etc).

“A partir de la Ilustración se creyó que el progreso iba a desterrar definitivamente el oscurantismo de las supersticiones, producto de la credulidad religiosa, e incluso a la religión misma. Pero, a pesar de los avances científico-técnicos actuales, nunca como ahora las supersticiones han florecido con tanta frondosidad”. Hoy “se puede tocar madera al subir a un avión supersónico en el que falta el asiento nº 13, el de la buena suerte entre las brujas y, tal vez por ello, el de la mala suerte fuera del ámbito brujeril”.

Para luchar contra el demonio

El padre Manuel Guerra quiere recordar que para luchar contra el Demonio y las sectas demoníacas los cristianos pueden:

1) Vivir en gracia. El Demonio quiere poseer las almas mediante el pecado, mucho más que los cuerpos. De ahí que un medio eficaz consista en procurar vivir en gracia, huir de las ocasiones de pecado, especialmente de la soberbia (en su triple manifestación: orgullo, vanidad, timidez) y de la lujuria.

2) Practicar la caridad. El Demonio es “el Espíritu que ha fijado en la negación” (Goethe), o sea, el NO al Amor, a la Verdad y a la Vida, que es Dios, Jesucristo, es decir, el odio, la mentira y la muerte, tan fomentadas y florecientes en nuestros días cuando tanto prolifera lo demoníaco, organizado y sin organizar. Un medio eficaz de luchar contra el Demonio será practicar de veras la caridad (sobrenatural), la veracidad/ sinceridad/transparencia y la defensa de la vida.

3) Hacer oración. La oración, la vibración interior; que facilita el encuentro contemplativo y amoroso con Jesucristo, «el único real y completo vencedor del Demonio».

4) Estar informado. Tener información adecuada. La información es una buena prevención a no ser en periodos de inmadurez cuando puede convertirse en tentación incitadora y hasta en atracción irresistible. Tanto oír hablar de demonios, Satanás, espíritus, uiyá (ouija), etc., los adolescentes quieren experimentarlo.

5) Tener una buena formación doctrinal cristiana. Por falta de ella el 28% de los jóvenes (entre 13 y 24 años) españoles creen en la reencarnación de las almas (encuesta Fundación Santamaría, 2004).

6) El dinamismo apostólico, ser apóstol y hacer apostolado.

7) Maduración del sentido crítico. Acostumbrarse y enseñar a pensar ´críticamente´, a leer, a oír la radio, ver televisión o cine, navegar en Internet, etc., ´críticamente´, o sea, de acuerdo con un ´criterio´, que, para un cristiano, en cuestiones ético-religiosas, debe ser la Revelación divina y –si es católico- interpretada al trasluz del Magisterio de la Iglesia.