La imagen que captó la fotógrafa israelí la dejó cautivada

Su proyecto: «Fotografiar la fe» 

La imagen que captó la fotógrafa israelí Gali Tibbon, no creyente, la dejó cautivada

«Cuando percibes la fuerza de lo espiritual, te golpea en todos los sentidos», explica.

Actualizado 31 octubre 2012

Mar Velasco / ReL

Empezó con la fotografía cuando tenía 14 años. Desde entonces, Gali Tibbon (Jerusalén, 1973) trabaja como fotógrafa independiente y, tras una década cubriendo como reportera gráfica las noticias diarias para France Press en la franja de Cisjordania, ha comenzado a interesarse por la religión y sus diversas representaciones

Sus últimos trabajos atrapan la esencia de las diversas peregrinaciones en Tierra Santa, los bautismos en el río Jordán, las antiguas prácticas de los Samaritanos o la vida en Lalibela, la ciudad santa de los ortodoxos etíopes. Sin embargo, su trabajo más conocido ha sido el de las peregrinaciones al Santo Sepulcro de Jerusalén, donde, en una colección de poderosas imágenes, llenas de sensibilidad artística, ha conseguido captar el rostro humano de la fe. Todas ellas se pueden contemplar en su página web.

“El hecho de provenir de una ciudad sagrada y espiritual como Jerusalén ha tenido una gran influencia en mi trabajo”, explica Gali a Religión en Libertad. “Me pareció algo muy natural intentar fotografiar la fe, porque mi mayor motivación es la ciudad santa en sí y toda su fuerza histórica. Jerusalén no es sólo el foco de la atención política internacional, sino también el centro de las tres grandes religiones monoteístas. Los textos antiguos y los mapas describen a Jerusalén como el centro del mundo, el punto de partida del mundo. A mitad de camino entre el este y el oeste, Jerusalén sigue siendo un mosaico en el que las culturas y las religiones nunca han conseguido fusionarse, cada una permanece claramente diferenciada de las demás. El hecho de que atraiga a miles de peregrinos cada año, de diversos países con distintos credos, ha hecho crecer en mí las ganas de explorar, de aprender, de entender y descubrir qué hay más allá…”, confiesa.

“Es muy difícil fotografiar una dimensión espiritual”

“Como fotógrafa siempre me rondaba la pregunta: ¿se puede realmente fotografiar la fe?”, explica Gali. “Es una cuestión difícil de responder, y para mí ha sido un gran desafío, del cual he aprendido mucho. Creo que la fe es difícil de fotografiar, es una dimensión espiritual del ser humano y es muy difícil traducirla a otra dimensión más realista, a una única imagen fija. Pero si, por ejemplo, veo a un peregrino de rodillas al pie de la Vía Dolorosa, puedo apreciar la fe que le impulsa a hacerlo, y si soy capaz de captar la expresión de su rostro y el sentimiento de devoción que refleja, entonces sí estoy fotografiando la fe. Es algo muy abstracto y complejo de fotografiar, pero cuando lo consigues, sabes que lo tienes. Es un momento inenarrable, mágico”, relata. «Pero también hay ocasiones en las que espero durante horas, disparo, pienso que lo tengo y, cuando vuelvo a casa, me siento al ordenador y me doy cuenta de que la foto no expresa nada de lo que sentí…”, confiesa. “En muchas ceremonias religiosas, la atmósfera es una mezcla de sentimientos y sensaciones que experimentan nuestros sentidos: la luz, el humo del incienso, los cantos… Yo intento traducir todo eso a imágenes, capturar todo ese ambiente único. Y solo a veces, después de cientos de disparos con la cámara, lo consigo”, explica Tibbon.

Aunque no profesa ninguna religión, Gali se considera una persona espiritual: “Es cierto, me gusta pensar en mí misma como una persona espiritual, y aunque no soy religiosa, me maravilla trabajar sobre el tema de la fe”, asegura. “He estado en muchas ceremonias religiosas y rituales, ¡creo que incluso mucho más que los que se consideran religiosos! No es frecuente sentir la energía espiritual que nos rodea, pero cuando uno la percibe, te golpea en todos los sentidos. Es impresionante cuando cientos de personas recitan los mismos versos o dicen las mismas palabras de una manera rítmica, hasta que todos se convierten en una sola voz. Hay algo que sí que he descubierto: que la religión se puede encontrar en muchos lugares, pero la auténtica espiritualidad es mucho más difícil de descubrir”, sostiene.

“Todavía puedo sentir la devoción de esa joven”

Como buena fotógrafa, Gali considera que la luz es una herramienta esencial en la fotografía, pero en su caso no solo como elemento físico, sino simbólico: “No es sólo un rayo de luz física lo que fotografía la fe. La luz es la creación de todas las cosas. A menudo, los creyentes interpretan un rayo de luz como una señal de DiosQue se haga la luz, dice el Génesis. En mi trabajo, luz y penumbra esculpen la foto, pero hay algo más”, asegura.

Por ejemplo, en la fotografía de la joven con el pañuelo rojo de la colección Ecos de los cristianos de Jerusalén, el rayo es el que ilumina a la joven, mientras que el resto de los fieles del templo quedan en penumbra. Cuando la hice, ella estaba llorando mientras rezaba, mirando al propio rayo de luz. Es una de mis fotografías favoritas, porque muestra muy bien lo que yo quería transmitir, que hay algo más allá de lo que ven los turistas que vienen a este lugar: el misticismo de los peregrinos. Aquel fue un momento muy especial, porque pude sentir la devoción de aquella mujer. Es más, todavía puedo sentirla cada vez que veo la fotografía…”, asegura a ReL

Cuando lo material decepciona, queda lo espiritual

La religión como refugio espiritual ante el materialismo es el nuevo proyecto fotográfico que acaricia Gali: “Tengo en mente algunas ideas que de alguna forma están relacionadas con la religión. Estoy tratando de encontrar cómo relacionar la religión con la actual crisis económica en todo el mundo, principalmente en Europa, en países como España o Grecia, donde se está sufriendo especialmente. Creo que a lo largo de la historia, cuando hay una crisis financiera de este calibre, ésta trae consigo algunas consecuencias: aumenta la xenofobia, la gente se siente más decepcionada por lo económico y se refugia en la religión. Es una contraposición al mundo materialista, una búsqueda de algo más espiritual, y es precisamente eso lo que me interesa”, concluye. 

Toda una demostración de que solo es necesario saber mirar para quedar cautivado por la Belleza y la Verdad que trasciende al ser humano.

‘Holywins’, la ‘alternativa’ de la Diócesis de Alcalá de Henares a Halloween.

‘Hollywins’, la ‘alternativa’ de la Diócesis de Alcalá de Henares a Halloween. Niños disfrazados de Santos y evangelización callejera para la noche del uno de noviembre.

«Invitamos a todos los niños a venir disfrazados de santos, como ya animó la Conferencia Episcopal Española en el año 2010. También pueden venir disfrazados de ángeles». Así nos llama la Diócesis de Alcalá Henares a participar en esta original iniciativa alternativa para la noche de todos los santos.

‘Holywins’ nació como iniciativa hace unos años en París, el curioso nombre juega con las palabras «holy» (santo) y ‘wins’ (vencer) para hacerlo parecido al de la fiesta pagana de origen anglosajón. Algo así como la santidad vence. Lleva celebrándose tres años en la diócesis de Alcalá de Henares con gran acogida.

Según anuncia la diócesis de Reig Pla: «El próximo miércoles, día 31 de octubre, tendrá lugar en la Catedral de Alcalá de Henares Holywins 2012, una buena ocasión para testimoniar nuestra fe y esperanza cristiana ante la muerte en la vigilia de la Fiesta de Todos los Santos. Una buena ocasión para anunciar el Amor de Dios por todos los hombres».

Por otro lado desde la diócesis señalan que «a partir de las 22:00 durante el tiempo de misión en la calle habrá un espacio para los niños: juegos, danzas, mimos y evangelización con los niños en la Plaza de la Catedral de Alcalá de Henares».

El horario será el siguiente:

20:30 Preparación a la misión (Alabanza, Adoración, rezo del Rosario, Exhortación y claves prácticas para evangelizar en la calle)

22:00 Misión en la calle

23:30 Procesión en la Plaza de los Santos Niños

00:00 Bendición final con el Santísimo

Halloween o Holy Wins

Por Jaime Velázquez

Resulta hasta gracioso ver a los niños, y otros no tan niños, disfrazarse en esta fecha e ir de puerta en puerta pidiendo“¿dulces o truco?”. Pues bien, nos hemos acostumbrado tanto a esta“celebración” que hay incluso quienes piensan que es un “Día de Muertos”   al estilo estadounidense. Pues no, no es así.

La palabra

Para comprender esta tradición que poco a poco se va arraigando en nuestra sociedad, es importante destacar el origen del Halloween. Empezaremos diciendo que la palabra “Halloween” tiene un origen católico, pues es una deformación lingüística de la frase «All Hallow’s   Eve» (Vigilia de todos los Santos) que conmemoraba la fiesta de Todos   los Santos, que desde el siglo IX se conmemora universalmente en la Iglesia   Católica en los días 1º de noviembre, por instrucción del Papa Gregorio IV.

Esta fiesta de víspera católica, a causa de las enfermedades, como la peste bubónica que mató casi a la mitad de la población   europea en el siglo XIV, se fue deformando en una sátira de la muerte misma,   de ahí que los franceses representaban figuras decorativas alusivas a nuestra propia mortalidad, ya sea mediante cuadro o caracterizaciones, dando lugar al hecho de que hoy los niños se disfrazan para salir a pedir dulces a las   calles. En aquellas épocas no se disfrazaban de momias o brujas, sino de   personajes famosos en cada sociedad.

¿Dulce o truco?

La costumbre de pedir dulces conlleva un origen aún   más perverso. Durante el siglo XVI, Inglaterra había adoptado el Anglicanismo   a causa de la lujuria del rey Enrique VIII, a quien el Papa Clemente VII le   negó una nulidad matrimonial con Catalina de Aragón, generando la ruptura de   la fidelidad religiosa.

A causa de esta ruptura y el surgimiento del anglicanismo, el pueblo católico   fue perseguido por casi 200 años, incluso estaba prohibida, bajo pena de   muerte, toda celebración religiosa católica. No sobra decir que durante esta   época, muchos católicos, sacerdotes, religiosos y laicos encontraron el   martirio.

Siendo el Rey de Inglaterra Jaime I, se descubrió un intento de asesinato en su contra por parte de católicos cansados de la opresión legal y religiosa. Para conmemorar este hecho, se fue haciendo costumbre en los primeros días del mes de noviembre, que jóvenes anglicanos, con máscaras, salieran a las   calles a exigir a los católicos que les entregaran cerveza y comida para celebrar el fallido intento de asesinato.

Estas costumbres emigraron y se arraigaron en las comunidades de colonos en América, pero no fue hasta el surgimiento del   mercantilismo que el Halloween tomó fuerza. Es a partir de la década de los   20’s del siglo pasado que se conmemoró por primera vez un desfile al estilo   Halloween en los Estados Unidos. Así que la fiesta, como la conocemos hoy,   tiene un origen reciente.

Satanismo

Comprendiendo el sentido anticatólico de la fiesta del Halloween, siendo una deformación de la víspera de la Fiesta de Todos los   Santos, aunado con el abuso de grupos religiosos contra los católicos, es que la Iglesia Católica siempre se ha pronunciado en contra de esta celebración,   no solo por su contenido histórico, sino por las corrientes de pensamiento   que en ella se ven involucradas.

La correspondencia entre el Halloween y el satanismo   no solo obedece al tipo de disfraces, sino a un verdadero sentido de   adoración satánica. El sumo sacerdote satanista Anton LaVey, quien además   escribió «La biblia satánica” decía que esa era la fiesta más importante   del satanismo. Como dato curioso, Anton Lavey murió en el hospital St. Mary   de Londres, un hospital católico, y su registro de fallecimiento es de fecha   31 de Octubre de 1997, aunque se especula con la veracidad de esta fecha.

Otras fiestas ocultistas y espiritistas tienen lugar   en todo el mundo en esta fecha, y ha sido adoptada como fecha principal en el   surgimiento de los cultos nuevos, como son la Wicca y la New Age. Y como ya   sabemos, eso solo es por simple superstición.

El culto a lo grotesco

La lógica nos lleva a pensar que entre más grotesco sea algo, menos atractivo debería ser para el ser humano, pues en este caso, resulta lo contrario. La sociedad actual se ve fuertemente atacada por el “culto a lo grotesco”. Entre más repulsivo sea, mejor.

Los efectos del mercantilismo, del consumismo y, por qué no decirlo, de la estupidez humana, nos llevan a dar un culto absurdo a lo grotesco. Y eso incluye muchos aspectos de nuestras vidas, no solo en el Halloween. Cada día nos vamos haciendo inmunes a lo repulsivo. Aspectos de la vida cotidiana como la sexualidad, la vestimenta, la cultura urbana, los   espectáculos, la música se van vaciando de la belleza, sustituyéndose por lo   grotesco, por la fealdad.

Y Halloween es el ejemplo perfecto de esta falsa   cultura. Pues entre más feo te veas, mejor; entre más repulsivo seas, mejor;   entre más violento luzcas, mejor. Celebramos a la maldad y la representamos   en nuestros propios hijos, como si de verdad quisiéramos que fueran zombies,   brujas, momias, asesinos o monstruos. Muchos dirán que es solo un disfraz y   solo piden dulces, sin embargo, les vamos inculcando una ideología de que lo   malo es permitido, es válido ser malo, aunque sea por un día. Eso es   relativismo puro, un relajamiento en la vida de la virtud, una nube en la   formación de la conciencia de nuestros hijos.

Padres de familia

Independientemente del origen y sentido de la fiesta del Halloween, deben considerar algo más próximo en riesgo. Deben tomar en cuenta que no es prudente que los niños anden por las calles tocando de casa en casa pidiendo dulces. Están al alcance de la mano de cualquiera que quiera   lastimarlos, o incluso introducirlos al mundo de las drogas. Aún si los acompaña un adulto, es una ocasión de riesgo que debe considerarse   seriamente.

Para los adolescentes y jóvenes resulta en una   atractiva ocasión para divertirse y no pocas veces, termina en excesos de   alcohol u otras sustancias, lo que puede ser otro factor de riesgo. La   recomendación es simple, no celebren Halloween, no tenemos motivo alguno para   hacerlo. Ni siquiera es fiesta nuestra, es importada de comunidades con un   pasado anticatólico y no ofrece un mensaje válido, es solo celebrar lo   grotesco.

Opción

En países como Chile y Francia, se pretende dar un   cambio radical a esta fiesta y darle un cauce más positivo, o mejor dicho, más cristiano: retomar el All Hallow’s Eve del siglo IX. En Chile, por ejemplo, se pretende celebrar “El día de la Primavera” y que los niños se   disfracen de ángeles, santos y princesas, dejando de la lado las caracterizaciones grotescas.

El Episcopado Francés ha lanzado desde hace varios años, una fuerte campaña de publicidad del verdadero y correcto sentido de la Víspera de la Fiesta de   Todos lo Santos Se pretende sustituir el Halloween por el Holy Wins (La Santidad Gana) de una forma creativa, dando auge a lo santo, a lo bueno, a lo limpio, a lo puro; y no a lo grotesco.

El Beato Juan Pablo II dijo con toda claridad:

«San Odilón deseó exhortar a sus monjes a rezar de modo especial por los difuntos.   A partir del Abad de Cluny comenzó a extenderse la costumbre de interceder   solemnemente por los difuntos, y llegó a convertirse en lo que San Odilón   llamó la Fiesta de los Muertos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia   universal».

«Al rezar por los muertos -dice el Santo Padre-, la Iglesia contempla sobre todo   el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la   salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres».

Vivir de manera correcta la celebración de la Víspera de la Fiesta de Todos los Santos solo nos puede traer como consecuencia una sola cosa, las Gracias Divinas por medio de la intercesión de Todos los Santos, a quienes rendimos honor y gloria por ceñir en ellos la corona de la victoria.

No celebres el Halloween, celebra el All Hallow’s Eve, como la iglesia lo ha venido haciendo desde hace 12 siglos. Vive y conoce tu fe.

El origen católico de Halloween

El origen católico de Halloween: la verdadera historia

Publicado por Jorge Enrique Mújica, LC

La editora de la versión castellana de la agencia católica de noticias ZENIT, Nieves San Martín, publica un interesante artículo a propósito del así llamado Halloween. Por su valor, reproduzco íntegro el contenido y después hago algunas anotaciones, además de ofrecer enlaces a más recursos para profundizar en este tema:

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La gran tradición que tiene la Fiesta de Todos los Santos se remonta a muchos siglos atrás. La celebración de la conmemoración de los difuntos, al día siguiente, es posterior. Las dos celebraciones cristianas, fundidas en una, acabaron por transformarse en un festejo donde hoy cabe todo y que ha olvidado sus orígenes: Halloween.

La fiesta de Todos los Santos que ya se celebraba en la Iglesia de Roma, fue transferida por el papa Gregorio III (731-741) al 1 de noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.

Aunque la costumbre de recordar y orar por las personas fallecidas es tan antigua como la Iglesia, y existía también en muchas culturas pre cristianas, la fiesta litúrgica por los difuntos se remonta al 2 de noviembre de 998, instituida por san Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el sur de Francia. En el siglo XIV, Roma adoptó esta práctica. La fiesta fue gradualmente extendiéndose por toda la Iglesia.

El nombre Halloween no es sino la deformación popular de la expresión usada en Irlanda: All Hallows’ Eve: Vigilia de Todos los Santos. Esta antiquísima fiesta llegó a Estados Unidos con los emigrantes irlandeses y allí arraigó para sufrir una radical transformación y emprender el camino de vuelta a este continente, por la influencia que tienen todas las tendencias del país norteamericano. La vieja Europa se puso una calabaza en la cabeza y se dedicó a animar una fiesta infantil, a medio camino entre los carnavales y la solicitud de aguinaldos de los niños de tradición latina. Cuando mis vecinitos vienen a casa a pedirme chucherías vestidos de brujas y diablos, les hago cantar un villancico primero.

En muchos países, el Día de todos los Santos y el día siguiente, fiesta de los fieles difuntos, indistintamente, como en España, son jornadas en las que la familia va a los cementerios y recuerda a sus seres queridos. Se suelen confeccionar dulces a propósito que los familiares se regalan, un mazapán relleno llamado “huesos de santo”, por ejemplo. A los niños se les regalan dulces y desde pequeños se familiarizan de modo natural con la idea de que la vida terrestre no es eterna, la otra sí.

En México, aunque la fiesta de los muertos parece ser de origen prehispánico, se celebraba en otras fechas mientras que hoy en día el festejo coincide con Todos los Santos y el Día de los Difuntos. Se celebra también en algunos países de América Central, Brasil, así como en muchas comunidades hispanas de Estados Unidos.

En México es más popular el Día de Difuntos. Mientras unos llevan flores a los cementerios, otros dedican la jornada a la memoria de los seres queridos difuntos, empezando de madrugada a montar el altar, algunos verdaderas obras de arte. La forma más sencilla es poner en la casa una mesa cubierta con un mantel y la fotografía de la persona o personas fallecidas, adornadas con flores y algunos recuerdos.

Los que ciertamente no es Halloween es una fiesta satanista, aunque algunos la quieran convertir en tal.

Nieves se centra en el aspecto histórico originario del Halloween evidenciando que en un primer momento se trató de una fiesta de origen cristianos que luego se paganizó convirtiéndose en lo que hoy es. He colocado dos imágenes en Facebook (véase la primera aquí y la segunda acá) con las que traté de hacer notar que lo que hoy se celebra y llamamos Halloween ya no es una celebración cristiana. Cierto, quizá no sea algo explícitamente satánico pero ¿puede haber algo menos diabólico que desacralizar una fiesta cristiana? Al ver algunos comentarios percibo que hay confusión en este campo y por eso quiero ofrecerles más enlaces para que puedan profundizar un poco más. 

Son artículos y videos de lo mejor que he encontrado en la web y seguramente ayudarán muchos. Gracias a Catholic.net, Aleteia.org y a el blog DeLapsis de InfoCatólica.

«HALLOWEEN, ¿Noche de Brujas?»

http://es.catholic.net/escritoresactuales/524/2514/articulo.php?id=14038

Halloween y el cristianismo
http://es.catholic.net/temacontrovertido/330/1749/articulo.php?id=5514

Halloween ¿Cristianismo o paganismo? ¿Lo debe celebrar un cristiano?http://es.catholic.net/celebraciones/879/3053/articulo.php?id=2271

¿Es malo celebrar Halloween?
http://www.aleteia.org/es/questions/entry/es-malo-celebrar-halloween

¿Es lícito que los niños festejen Halloween?

Video: El origen del Halloween http://youtu.be/B_GULKFB-Ik

Cuando Halloween era católico (I)
http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/0910260641-cuando-halloween-era-catolico

Halloween NO tiene origen pagano
http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/1010310300-cuando-halloween-era-catolico

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Jorge Enrique Mújica, LC, en Google+.

Satanismo creciente

Actualizado 27 octubre 2012

Cuando se prescinde de Dios en la vida personal, familiar y social, el Maligno, con su influencia destructiva, se apoderará del corazón de los seres humanos. 

Una noticia de agencia me ha impactado sobremanera. «EL esoterismo entre los jóvenes constituye un fenómeno de carácter mundial. El prestigioso “Times” informa sobre la proliferación de sitios satánicos en Internet. Sólo en Gran Bretaña operan más de mil sectas o cultos satánicos, espiritistas, etc”. 

Este fenómeno del satanismo, al que parece no se ha prestado la debida atención en España, se va extendiendo cada día más. Lo he podido comprobar en la red de redes, tomando parte en algún foro de religión –concretamente en Terra-, donde la invocación, culto y adoración a Satán, las blasfemias más atroces contra Dios, la Sma Virgen, el odio a la Iglesia católica, al Papa, el ataque a todo lo cristiano etc, tiene su ubicación natural y está a la orden del día, sin disimulo alguno, y sin apenas réplica ni oposición, como cualquier internauta lo puede comprobar. 

Si a este mundo incontrolable, añadimos, en el ámbito juvenil, el rock satánico, los antros de ciertas discotecas, la práctica de la nigromancia, de la magia negra, del vudú, la moda de los tatuajes, de las pintadas y camisetas serigrafiadas, los juegos exotéricos, los comics, los juegos animados japoneses, los videojuegos, y los juegos de rol, con crímenes incluidos etc, podemos entender la importancia del tema. 

Pronto serán noticia la celebración de misas negras, de aquelarres o de posesiones diabólicas. Y es que cuando se prescinde de Dios en la vida personal, familiar y social, el Maligno, con su influencia destructiva se apoderará del corazón de los humanos. 

Presiento que en España, dentro de poco, vamos a necesitar, más que la ayuda de psiquiatras, y de psicólogos, la colaboración de sacerdotes exorcistas entrenados en este campo. En algunos países europeos ya nos llevan la delantera. 

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

La cara desconocida del Papa

De confesar a un mendigo a la broma a un obispo… algunas anécdotas del beato Juan Pablo II

Actualizado 30 octubre 2012

Javier Lozano / ReL

Juan Pablo II era un hombre sencillo y así lo demostraba. Sus más allegados cuentan algunas anécdotas que reflejan cómo era el Papa en su día a día.

La vida de Juan Pablo II sigue fascinando a propios y a extraños, a creyentes y no creyentes. A nadie dejó indiferente el beato, el Papa de los jóvenes. Durante sus 27 años de Pontificado se produjeron miles de anécdotas y hechos que han puesto en evidencia la profunda y extraordinaria personalidad de aquel joven cardenal polaco que se sentó en la Cátedra de San Pedro.

Uno de los que mejor conoce esta multitud de detalles es Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. Tras años de trabajo descubrió el amor y el sentido del humor del Papa ahora beato hacia su grey.

Confesado por un mendigo

El sacramento de la reconciliación era primordial para él y todos los Viernes Santo acudía a la Basílica de San Pedro a confesar. Sin embargo, hay una anécdota que muestra muy a las claras cómo era: el Papa fue confesado por un mendigo.

Oder afirma que un monseñor de Estados Unidos que se encontraba por Roma se disponía a rezar en una parroquia de la capital italiana cuando al entrar en ella se encontró con un mendigo. Pasó de largo pero le iba dando vueltas a la cara de esa persona hasta que se dio cuenta de que le conocía, que hace años habían sido compañeros en el seminario y que se ordenaron el mismo día. Volvió hacía él, le saludó y le preguntó qué le había ocurrido.Éste le dijo que había perdido su vocación y la fe.

Al día siguiente este sacerdote estadounidense participaba en un encuentro privado con Juan Pablo II y cuando le tocó el turno para saludarle no pudo dejar de contarle lo que le había ocurrido en la víspera. El Papa se preocupó por la situación e invitó a este cura y al mendigo a cenar con él. 

“Una vez sacerdote, sacerdote siempre”

Tras proporcionarle ropa limpia y aseo ambos acudieron al encuentro con el Santo Padre hasta que en un momento tras la cena, el ahora beato pidió al sacerdote que les dejara solos. Entonces pidió al mendigo que escuchara su confesión. Éste se quedó estupefacto y le dijo que ya no era sacerdote. “Una vez sacerdote, sacerdote siempre”, le contestó el Papa. Sin embargo, éste insistió y le dijo que “estoy privado de mi derecho a ser sacerdote” pero igualmente Juan Pablo II le contestó que era “el Obispo de Roma y me puedo encargar de eso”.

Finalmente, el mendigo confesó al Papa y viceversa. El sacerdote sin fe lloró amargamente y el beato le dijo: “¿ves la grandeza del sacerdocio? No la desfigures”. Al salir de ese encuentro con su vocación sacerdotal renovada, el Santo Padre le envió a la parroquia en la que pedía limosna y le nombró asistente y encargado de la atención de los mendigos.

La boda del cerrajero y la mecanógrafa 

Como ésta, existen multitud de anécdotas de Juan Pablo II que apenas son conocidas. Lo que sí acreditan los más cercanos a él es que era una persona detallista y cercana, quebautizaba a los hijos de sus amigos o de sus más modestos colaboradores. Llegó a casar a una mecanógrafa con un cerrajero e incluso tras las cenas siempre se pasaba por la cocina para agradecer el trabajo de los cocineros.

¿Los defectos del Papa?

Por ello, muchos se han preguntado si tenía defectos. En una entrevista monseñor Oder comentaba lo siguiente: “Imagino que sí, como todos. Algunos dicen que era demasiado transparente. Recuerdo el problema que se creó cuando una periodista logró fotografiarlo mientras se lanzaba a la piscina de Castel Gandolfo. Cuando le informaron dijo: ¿de verdad? ¿y dónde lo podré ver publicado? Y es que le daba igual. Otros sostienen que podía parecer que daba signos de inquietarse, pero era evidente que tenía gran dominio de sí”.

A raíz de esto cuenta otra historia de cuando era cardenal de Cracovia. Le informaron de que un sacerdote de la Diócesis acumulaba numerosas multas por su conducción. “Le llamó, le regañó amablemente y le pidió que dejase allí su carnet de conducir. Pero en cuanto aquel pobre sacerdote abandonó arrepentido el despacho, Wojtyla reflexionó: ‘¿y cómo llegará este hombre a todas las parroquias que tiene que atender?’. Así que enseguida le llamaron y le entregó de nuevo su carnet”.

La humildad del beato

Otra persona que también puede contar algunas de estas anécdotas es Joaquín Navarro Valls, portavoz de la Santa Sede durante el Pontificado de Juan Pablo II. El español relata en una entrevista que “en cierta ocasión, le sugerí que no leyese un artículo bastante agrio en el que se le denigraba. Para mi sorpresa, me dijo que el periodista que lo había escrito estaba pasando por una muy difícil situación familiar y que, por lo tanto, requería nuestra especial comprensión”.

Navarro Valls cuenta también los esfuerzos del Papa para no caer en la autocomplacencia. “Entré en sus aposentos enarbolando un ejemplar de la revista Time, que le consagraba como ‘hombre del año’. Mientras conversábamos noté que daba la vuelta a la revista sin dejar de hablar. Yo, muy delicadamente, volví a mostrársela, y él, una vez más, la apartó de sí. ¿Qué ocurre Santidad, es que no le agrada?, le pregunté”. Él respondió esbozando una sonrisa: “Tal vez me agrade demasiado”.

Tras muchos años sirviendo al Papa confiesa que “su capacidad para sobreponerse, no ya sólo al dolor físico, sino a las preocupaciones de cada día, manteniendo el sentido del humor, implica un olvido voluntario, deliberado, de uno mismo”.

La broma al obispo

Sobre humor se puede escribir mucho del nuevo beato de la Iglesia. Este es sólo un pequeño detalle. Lo cuenta también Navarro Valls: “un día, recién llegado del hospital Gemelli, donde había sido intervenido a causa de una rotura de fémur, recibió a un obispo. Este se entretuvo en elogiar el buen aspecto que tenía: ¿sabe que le digo? El hospital le ha sentado muy bien. Está incluso mejor que antes de ingresar en el Gemelli. Él miró fijamente con pillería al contestarle: “entonces, ¿por qué no ingresa usted también allí?”. La cara del obispo ante esta respuesta tuvo que ser todo un poema.

 

Sobre el «nuevo cura de Ars» de Marsella

Actualizado 28 octubre 2012

Me pasó lo que a tantos miles de seguidores de ReL: cuando vi el título del artículo que Javier Lozano publicaba hace unos días en este portal “El nuevo cura de Ars de la Marsella agnóstica multiplica los fieles en un barrio islámico”, me zambullí de inmediato en su lectura, con una mezcla de curiosidad y de enorme interés. Visité Marsella hace dos veranos. El GPS de mi coche -ese aparato que tiene la cualidad de meterte por calles absolutamente desconocidas y, misteriosamente, hacerte llegar a tu destino- me hizo cruzar todo el decadente casco histórico de Marsella. Si me hubiesen dicho que me encontraba en una ciudad de Argelia, de Marruecos o, incluso, de la India, me lo habría creído. Pero no: estaba en el corazón de la ciudad que dio nombre, ni más ni menos, al himno de Francia.  Y allí, en medio de ese laberinto de calles que subían y bajaban, se encontraba la parroquia del padre Miche Marie Zanotti.

Me vinieron estos recuerdos a la cabeza al leer el artículo de Javier Lozano. Pero, les seré sincero: no encontré en él una fórmula “mágica” para revitalizar una parroquia o un método “infalible” de márketing eclesial que logre multiplicar el número de feligreses. Me topé, eso sí, con un sacerdote que auna una buena dosis de sentido común con un sólido sentido sobrenatural. Después de años, o quizás décadas, de experimentos eclesiales arriesgados que han llevado a la casi desaparición de miles de parroquias en todo el mundo, el padre Zanotti ha recuperado lo que los fieles más fieles llevaban tiempo pidiendo: iglesias abiertas más horas, sacramentos celebrados con cariño, atención personal a los feligreses y templos cuidados, limpios y bien mantenidos. Como ven, no estamos ante la fórmula de la Coca Cola. Curiosamente, hay cientos de parroquias en todo el mundo que siguen las mismas pautas del padre Zanotti y están obteniendo los mismos magníficos resultados que el sacerdote francés.

1-     Iglesias abiertas más tiempo

Hablando recientemente con el dependiente de una conocida franquicia de ropa, me decía que, desde que comenzó la crisis, su tienda decidió abrir todos los fines de semana y puentes. “El consumo ha caído, así que tenemos que trabajar todos los días del año para compensar”, me explicaba. En la Iglesia parece que actuamos justo al revés: hemos perdido miles de feligreses y, por eso, la parroquia abre menos horas. Al estar más tiempo cerrada, los fieles vienen menos y, como vienen menos, cerramos la iglesia más tiempo. El clásico círculo vicioso. Consecuencia: muchos fieles “huyen” a otros templos que sí están abiertos. Es curioso ver cómo hay parroquias en España, separadas por apenas un par de kilómetros de distancia, en la que una tiene una vitalidad inmensa, con grupos de jóvenes, catequesis y demás, mientras que la otra apenas mantiene las constantes vitales de la misa del domingo y poco más.

Es esperanzador ver cómo cada vez hay más párrocos adaptándose a los horarios de sus fieles, poniendo las horas de las misas en función de las necesidades de los feligreses. En el caso del padre Zanotti, a las ocho de la mañana ya ha abierto la iglesia, y nunca echa la llave antes de las once de la noche. Un joven sacerdote de Madrid me comentaba este verano que la parroquia a la que le habían destinado recientemente nunca había abierto antes de las diez de la mañana. “Decidí abrirla a las ocho. Las primeras semanas estaba yo solo ante el Santísimo. Luego, un día, escuché a una madre, que acompañaba a su hijo pequeño al colegio, decirle: “Mira, una iglesia abierta. Vamos a rezar un poquito”. Al día siguiente volvieron. Y así, hasta ahora. La gente, cuando va a trabajar y ve una iglesia abierta, se detiene y entra unos minutos. Cada vez viene más gente a rezar”, constataba el sacerdote.

2-     Una iglesia limpia

Como periodista, la Iglesia de la Cienciología me invitó hace unos años a la inauguración de su flamante sede situada frente al Congreso de los Diputados de Madrid. La secta se había hecho con un edificio de viviendas entero, de un siglo de antigüedad, con solera y distinción, y lo había reformado de arriba a abajo. Recuerdo mi visita por cada estancia: todo estaba reluciente; el suelo, pulido; la iluminación, impecable; todo en perfecto orden y decorado con un gusto exquisito.

Antes de que muchos de los lectores me interrumpan con la consabida objeción, lo haré yo: el dinero. La Cienciología es una secta que tiene mucho dinero y, nosotros, en nuestras parroquias, apenas tenemos para pagar la luz. Parece que, diciendo esto, ya tenemos bula para cruzarnos de brazos y pasar a otro asunto. Pero no: estoy seguro de que no se trata, exclusivamente, de un asunto económico. Más bien, se trata de una pandemia nacional que nos afecta a los españoles: somos bastante poco cuidadosos y muy, muy desastrados. Poseemos templos extraordinarios, pero no los sabemos mantener. Basta viajar un poco para darse cuenta de que esto es así. En Alemania, por ejemplo, hasta la ermita más pequeña de cualquier pueblo remoto está barrida, bien pintada y mantenida. En Marsella, lo primero que hizo el padre Zanotti fue remozar el templo. Lo explica Javier Lozano: “Nada más llegar y con la ayuda de un grupo de laicos renovó la parroquia, la limpió y la dejó resplandeciente. Para él, éste es otro motivo de por qué la gente opta por volver a la iglesia. “Cómo quiere que se crea que Cristo vive en un lugar si todo no está impecable, es imposible”, afirma el sacerdote”. Y la gente comenzó a venir. Se sentía a gusto en la iglesia. No ya por la presencia de Cristo en la eucaristía, o por la cercanía del nuevo párroco. Es que el templo resultaba acogedor.

Es muy desalentador ir a algunas iglesias que están mal iluminadas, con una decoración que valdría para el cásting de “Cuéntame”, con los carteles y avisos que se cuelgan en los tablones de la entrada puestos de cualquier modo, sin ningún orden ni concierto; donde, en la capilla lateral, te puedes encontrar, al lado de la estatua de San Judas Tadeo, la escoba, el cubo de la fregona y varias cajas con revistas de hace cinco años. He visto tubos fluorescentes, como los que se usan en la cocina, junto a retablos barrocos; lámparas del todo a cien para iluminar extraordinarias tallas góticas; parroquias ultramodernas donde han colgado visillos de ganchillo en las ventanas…

¡Hay excepciones!

En esto son ejemplares, por citar un caso, los del Opus Dei. Da gusto ir al santuario de Torreciudad, por ejemplo. Todo está primorosamente cuidado: los suelos y bancos, relucientes; la decoración, hecha con gusto y armonía; los jardines, bien mantenidos.

Una vez más, podemos caer en un círculo vicioso: como viene poca gente a la iglesia, llegan pocos donativos. Al haber pocos donativos, no tengo dinero para mantener bien el templo. Y así, la parroquia está cada vez más abandonada, fea y cutre. ¿Es sólo por el dinero? ¿No será más bien una cuestión de decisión personal, de empeño, de querer hacer bien las cosas? Yo estoy convencido de que sí. Por eso me ha alegrado leer a Juan Luis Rascón, un párroco de Madrid que, tras adecentar su parroquia, logró duplicar la colecta del domingo

3-     Y dejamos para el final lo más importante: la digna celebración de los sacramentos.

“Las misas están siempre repletas y en ellas hay procesiones solemnes, incienso, cánticos cuidados… Todo hecho al detalle. “Le doy un trato especial a la celebración de la Misa paramostrar el significado del sacrificio eucarístico y la realidad de la Presencia”. “La vida espiritual no se concibe sin la adoración del Santísimo Sacramento y sin un ardiente amor a María” por lo que introdujo la adoración y el rezo diario del Rosario dirigido por estudiantes y jóvenes”. No hace falta añadir nada. El padre Zanetti lo explica a la perfección.

En fin, no pretendo ser exhaustivo y agotar el tema en un solo artículo. Sólo diré que el éxito atrae. Y que los párrocos que, en España, siguen una línea similar a la del padre Zanetti, van viendo cómo, poco a poco, la gente acude a las iglesias.

Álex Navajas

 

Cuando Halloween era católico

Cuando Halloween era católico y Lutero no clavó nada

Por Juanjo Romero

Entrada de blog tipo empanadilla, con ingredientes de lo escrito otros años. El 31 de octubre tenemos dos «celebraciones» en las que los católicos no celebramos nada, pero que nos atañen.

La más conocida es Halloween. Una fiesta paganizada, que no de origen pagano. Tan paganizada como las celebraciones de Nochevieja. Creo que estamos a tiempo de recuperarla, dependerá de nosotros. Lo de quejarse está bien, pero es tarde. Cuando los niños tienen miedo a las tinieblas se les abre la puerta para que entre luz, no para que salga la oscuridad. A mi se me ocurren muchas cosas que hacer con mis hijos. Quizá el primer paso sea tomar conciencia de su origen, un origen católico sobre el que se ha echado estiércol, nada que ver con brujas, wiccas y gore, aunque ahorita parece ser lo único que hay.

En 2009 escribí mostrando cómo el 1 de noviembre, Todos los Santos, no es una fiesta «inventada contra» una celebración celta. En 2010, daba más detalles de por qué se trasladó la fiesta del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Y no está demás recordar que Todos los Santos es día de precepto y Halloween no más que la víspera de una fiesta grande.

La segunda fiesta, y más desconocida en España, es la del «Día de la Reforma», en la que curiosamente los protestantes conmemoran «una tradición».

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Un matrimonio católico salva la vida a 1400 niños chinos huérfanos

Nunca tienen para más de 3 meses 

Un matrimonio católico con seis hijos salva la vida a 1400 niños chinos huérfanos 

Se conocieron en China en 1990. Luego se convirtieron y se casaron, y fundaron en 1998 la organización China Little Flower.

Actualizado 28 octubre 2012

Aci / EWTN Noticias / ReL

La pareja de esposos católicos estadounidenses que forman Brent y Serena Johnson, que han vivido en China durante 15 años rescatando de la muerte a 1400 huérfanos, comentan que su labor la pueden realizar debido a su total confianza en Dios, especialmente en los tiempos difíciles.

En declaraciones a ACI Prensa, Brent Johnson, de la organización China Little Flower, señaló que “realmente tienes que tener una absoluta confianza en Dios de que el dinero aparecerá cuando lo necesites, y que vas a estar lejos de los problemas”.

Fundada en 1998, China Little Flower es la organización matriz del “hobby apostólico” del matrimonio católico, Little Flower Projects, una organización caritativa que busca llegar a la población más vulnerable de China, proveyendo cuidado médico a huérfanos abandonados y niños.

Brent y Serena se conocieron en China, en 1990, mientras él era estudiante y ella turista, y pronto regresaron a Estados Unidos, donde se convirtieron al catolicismo y se casaron.

Cuando regresaron a China como profesores, poco después del nacimiento de su hijo mayor, Thomas Becket, en 1995, el matrimonio Johnson se enfrentó con las “increíbles” condiciones de los huérfanos chinos.

“Fue una confrontación con el lado verdaderamente feo de la humanidad”, dijo Brent Johnson, por lo que decidieron que “tenemos que hacer algo”.
A pesar de que las condiciones en los orfanatos manejados por el gobierno han mejorado desde la década de 1990, Brent señaló que aún cerca de un tercio de las casi 700 instalaciones tienen una mortalidad infantil que oscila cerca del 100%.

Por ello, el matrimonio Johnson solicitó a los encargados del orfanato adoptar a uno de los niños en su propio hogar y se les dio permiso. “Nosotros éramos normales: jóvenes católicos viviendo nuestra fe, tratando de hacer lo correcto. Cuando comenzamos a hacer esto, no pensamos en nosotros como misioneros”, dijo Brent.

Desde entonces, el matrimonio Johnson convenció a amigos con familia en China de que hagan lo mismo. Eventualmente, comenzaron a pagar a las familias chinas para que también acogieran huérfanos. “No era un gran salto brillante, sólo era lo que los padres de Serena habían hecho”, dijo Brent, refiriéndose a que sus suegros habían adoptado a tres niños, tuvieron tres hijos biológicos, y sirvieron como padres sustitutos por muchos años”.

Desde entonces, la familia Johnson y quienes trabajan con ellos en los proyectos de Little Flower , han ayudado a rescatar 1.400 huérfanos que de otra forma podrían haber muerto.

En 2005, la organización también comenzó a arreglar grupos de hogares para niños con discapacidades físicas, dándoles un lugar donde puedan vivir y ser educados en lugares que asemejan las familias, hasta que llegaran a la adultez. “Sentimos una presión increíble por salvar tantos bebés como podamos”, afirman.

Brent Johnson trabaja como administrador de una pequeña empresa a tiempo completo, y tiene actualmente 6 hijos propios. Su organización caritativa tiene generalmente sólo entre 2 y 3 meses de dinero en el banco para financiarse: «No sé si es mala administración de mi parte”, dice, “o si es el plan de Dios”, pero «la verdad es que cada vez que obtenemos algo de dinero, comenzamos un nuevo proyecto. Pienso que si tengo un dinero ahora, puedo salvar 100 bebés este año con eso, que de otra forma no serían salvados”’. Mañana… Dios proveerá también.

«Apostasía»

«Apostasía», de Thomas S. Crown 

¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? 

Una especie de «catecismo práctico» en el que se suceden diálogos y acontecimientos en los que el lector encuentra respuesta a preguntas fundamentales.

Actualizado 25 octubre 2012

Gilberto Pérez/ReL

A principios del año en curso, en Manresa, se llevó a cabo el Primer Congreso de Nueva Evangelización con el fin de reflexionar y hacer frente a un preocupante problema que flagela, sobre todo, a la sociedad occidental contemporánea: la apostasía silenciosa, el abandono masivo y en muchos casos «como a escondidas» de la fe y la experiencia cristianas.

De la mano de la editorial De Buena Tinta acaba de hacer su aparición el libro Apostasía, en el que su autor, Thomas S. Crown alerta sobre la critica situación por la que atraviesa la sociedad, poniendo de manifiesto que más que una crisis económica de alcance mundial, que también, se trata de una crisis de valores e identidad del ser humano, más grave y origen de la anterior.

El título de portada no puede ser más sugerente e inquietante: «¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis?«, una pregunta que quedará para ser respondida por el lector al final de su aventura.

¿De qué va la obra?

Tras la muerte en trágicas circunstancias de su hijo Frank, Thomas Turner, psiquiatra de profesión, atraviesa por momentos difíciles. Abandonado por su esposa, que le culpa de su muerte, busca refugio en la bebida. Pierde su trabajo, reputación y amigos. Abandonado por todos se desea la muerte. Adolfo, un antiguo compañero de universidad, le ofrece trabajar en el hospital que dirige a las afueras de Madrid. Aunque éste no es la persona más recomendable, Thomas se ve obligado a aceptar sus condiciones. Allí conocerá a Santi, de quien pronto se hará amigo inseparable y se convertirá en su mejor consejero. Tras vivir una “experiencia del umbral de la muerte”, la licenciosa vida del protagonista es acrisolada con la fuerza de la fe y la razón, dando un vuelco trascendental, definitivo.

¿Una novela? Un «catecismo práctico»

A través de la tormentosa relación de amistad-odio surgida entre sus dos protagonistas, Apostasía advierte sobre los graves peligros que se ciernen sobre la Humanidad. El libro, vaya por delante, no es propiamente una novela, a pesar de que el autor se sirva de este género literario para abordar temas reales, acuciantes y, por qué no decirlo, controvertidos. 

A lo largo de la obra, más bien una especie de “catecismo práctico”, se suceden diálogos y acontecimientos en los que el protagonista busca y encuentra respuestas a cuestiones que a todos nos preocupan: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Está próximo un gobierno mundial? ¿Una religión universal? ¿Qué sucede tras la muerte? ¿Posee el hombre un alma inmortal? ¿Existe la reencarnación? ¿Son los ángeles una realidad o sólo una ficción? ¿Hay un Cielo al que irán los justos? ¿El diablo es pura invención? ¿Y el Infierno? ¿Cuál es el destino del hombre? ¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? ¿Qué dice este libro sobre la apostasía? ¿Qué sucede en Prado Nuevo de El Escorial?

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Título: Apostasía TiendaLibres
Autor: Thomas S. Crown
Editorial: De Buena Tinta
Páginas: 323 páginas
Precio 18 euros