Calificaba de «monstruos» a los bebés con malformaciones.

Es agnóstico y tiene un hijo con una discapacidad 

Andrés Aberasturi responde a Rosa Regás en una carta titulada «La monstruosidad de Rosa Regás» 

El pasado 30 de julio la escritora publicaba en su blog del diario El Mundo, un artículo en el que calificaba de «monstruos» a los bebés con malformaciones. 

Actualizado 7 agosto 2012 

OTR/PRESS/ ReL

Reproducimos aquí la respuesta del periodista Andrés Aberasturi al artículo de Rosa Regás en la que abogaba por la eliminación de los niños que van a nacer con malformaciones, calificados como «monstruos».

Rosa Regás publicó un artícul pastiche en su blog «ellas» de Elmundo.es en el que, para defender su posición a favor del aborto y en contra de lo anunciado por el ministro Ruiz Gallardón, mezcla en una pocas líneas la Inquisición, el capitalismo, la derecha política, los último vente siglos y no sé cuántas cosas más. Está en su derecho y es muy libre de ofrecer como verdades absolutas e irrefutables opiniones que sólo son suyas y estadísticas que se saca de la manga. Nada que decir. Como tampoco se trata de entrar en el debate sobre si el aborto es un derecho o no de la madre o cuando el nascituros adquiere la condición de persona.

Pero Rosa Regás se equivoca muy gravemente tres veces, tan gravemente que debería al menos rectificar una afirmación y retirar inmediatamente otra que repite en dos ocasiones de una forma descarnada, con una rotundidad insultante, dolorosa, injusta y excesivamente cercana a la ideología nazi. La que debería rectificar es cuando asegura que «las (mujeres) europeas ya tienen ese problema solucionado de no querer dar vida a quien no podrá disfrutarla.» ¿Qué sabe Rosa Regás de eso? ¿Qué sabe Rosa Regás de la risa abierta de mi hijo, de su paz cuando duerme, de su mirada llena de luz cada mañana, de lo que le hemos podido dar y de todo lo que él no ha dado? ¿Cómo se atreve Rosa Regás a generalizar y afirmar que mi hijo -y tantos hijos- no pueden disfrutar de la vida? ¿Con que derecho dice tales cosas? ¿Con qué base científica? ¿Con qué permiso?

Pero siendo esto ya una temeridad por parte de la escritora, no es lo peor. Insisto que, al margen de su postura a favor del aborto, que puede o no ser compartida por mas gente, doña Rosa Regás comienza su artículo/pastiche con un gravísimo desprecio hacia todos los discapacitados, incluso a los que llegaron a esa situación de una forma sobrevenida y no en el parto o la gestación porque la Regás no hace distinciones y se lamenta de «que sea el señor Ruiz Gallardón el que tenga que decidir si una mujer ha dedar a luz un monstruo».

Un monstruo, ha leído bien. De forma que si los diagnosticados por una malformación son para doña Rosa unos monstruos en caso de que nazcan, lo son también los ya nacidos: mi hijo es para la escritora un monstruo. Y por si alguien piensa que utilizar esa palabra fue un desliz, termina su articulo/pastiche con una afirmación que da escalofríos y nos recuerda -lo siento- el tiempo mas infame del Siglo XX.

Concluye Rosa Regás: «Señor Ministro, ¿no le parece que antes de dar vida a los monstruos debería ocuparse de que no se resquebrajara la dignidad de los vivos, y defender para ellos trabajo, vivienda, educación y sanidad?» Si esta no es una demanda nazi, que alguien me lo explique.

Lo rescribo entre el asombro, la perplejidad y el asco: «antes de dar vida a los monstruos» Naturalmente me faltan palabras para expresar lo que sentí al leer semejante panfleto desde mi agnosticismo y sólo entrando en el calificativo que Regás dedica a los discapacitados. No puedo creerlo. He leído en las redes sociales algunas respuestas de gente directamente afectada por esta barbaridad y a punto he estado de dejar pasar el tema. Peroporque mi hijo no tiene voz y porque muchas madres y muchos padres no tienen medios, vuelvo al lenguaje.

Porque el problema no es -lo digo por tercera vez- que defiendas el aborto en casos de malformación que puede ser algo discutible; el problema, Rosa Regás es que califiques de «monstruos» a tantos seres inocentes que, en contra de lo crees, disfrutan en la mayoría de los casos -no siempre- de la vida y del amor de quienes les rodean.

Te has equivocado Rosa y ni siquiera en esa última petición monstruosa que le haces al ministro exigiendo que «antes de dar vida a los monstruos» se preocupe del trabajo de los vivos, la vivienda, la educación etc. has tenido el mínimo detalle de exigirle también el respeto a la dignidad y las ayudas necesarias para los que según tu teoría, serían monstruos vivientes. Quiero pensar que al menos crees que también tienen derechos. No sé si me equivoco.

Puede leer aquí el post de Rosa Regás
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2012/07/30/siniestra-ley-del-aborto.html

«Si tu bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?»

Presiones médicas para abortar 

«Si tu bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?», fue la frase del ginecólogo a una madre asustada 

El médico estaba empeñado en que Ana Luz abortara porque, además de síndrome de Down, el bebé, si nacía, tendría problemas cardiacos y renales. Victoria tiene síndrome de down pero por lo demás está sana. 

Actualizado 7 agosto 2012 

Isis Barajas/ Revista Misión

Alba Luz llegó a RedMadre con los ojos hinchados de tanto llorar. El padre de su hija le había abandonado, se quedó sin trabajo por estar embarazada y los médicos no hacían más que presionarle para que abortara. Le dijeron que su hija tenía Síndrome de Down, que tendría alguna cardiopatía, que probablemente sus riñones estarían dañados y que lo más seguro es que muriera antes de nacer.
 
El episodio más doloroso lo afrontó después de que le practicaran una biopsia corial. Alba Luz empezó a sangrar y escuchó cómo un médico le decía a otro: “¿Qué hacemos, le calmamos el sangrado?”. “No, déjalo, así expulsa lo que lleva dentro”, respondió el otro. 

Ella, atónita ante estas palabras, le preguntó cómo había podido decir eso, a lo que el facultativo contestó: “Pero si tú bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?”. “En ese momento me puse a rezar y a decirle al Señor que yo amaba lo que él me había dado, que solo él me lo podía quitar y que, por favor, me ayudara”, explica emocionada. 

Una ayuda desinteresada

Todas las puertas se le cerraron hasta que encontró el aliento de Carmina y Esperanza en RedMadre. «Me abrazaron y me dijeron que ya no me preocupara más, que ellas iban a estar conmigo», explica agradecida.
 
Le llevaron a un médico de confianza que le confirmó que el corazón de su bebé estaba sano y que no tenía todas las complicaciones que en un principio le habían diagnosticado. 

Alba Luz ha llamado a su hija Victoria porque su vida ha sido un auténtico triunfo ante todos los obstáculos que ha tenido que superar durante su gestación. La pequeña tiene Síndrome de Down, pero su vida no sufre ningún peligro. Su madre sabe ahora que «por muchas enfermedades que tengamos, nadie es imperfecto para Dios, les incapacitamos los seres humanos porque así les hacemos sentir».