El sublime apostolado de San Damián en Hawai

Redacción (Jueves, 12-07-2012, Gaudium Press) El pequeño archipiélago de Hawai -hoy de los Estados Unidos- no pasará a ser parte del patrimonio de la memoria histórica de la humanidad por sus famosas olas para practicar el endiablado Surf, sus volcanes activos, su turismo exasperante o incluso el bombardeo sobre Pearl Harbor. Eso ha podido suceder fácilmente en cualquier cuadrante del planeta.

Lo que hará de él un sitio inolvidable será la breve historia de un sencillo misionero belga que sepultó los mejores años de su vida en una isla-leprosario de allá, velando por la salvación de las almas de aquellos infelices cargados de resentimiento incurable y diarios malestares físicos, apartados del convivio humano: Josef de Veuster, conocido hoy en su congregación religiosa y el mundo entero como el padre San Damián de Molokai, fallecido a los 49 años de edad, aquejado de esa terrible enfermedad en el mismo lugar al que llegó completamente sano recién había cumplidos sus 33 años de edad en 1873.

Hay una foto conocidísima suya donde aparece con su hábito y sombrero de misionero católico, sentado mansamente, mirando la lente de la cámara y ya con los signos visibles de la lepra en la cara y en las manos. Es casi un Eccehomo deformado pero sereno, sin triza de autocompasión y resuelto a seguir a delante con el apostolado que le quitó la vida.

Había nacido en Bélgica, en una pequeña granja de familia campesina católica medianamente acomodada. Se hizo sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones (SS.CC.) siguiendo el ejemplo de su hermano mayor que era el destinado por su orden para misionar en Hawai. Pero Dios escribe la historia como a Él le parece y su voluntad es mandato irrevocable para un religioso con el sagrado voto de la obediencia.

Hawai era una pequeña monarquía nativa unificada violentamente por un reyezuelo animista con el apoyo de ingleses y norteamericanos que terminarían apropiándosela. Los archivos históricos registran que no fue precisamente James Cook quien la descubrió en 1778 sino que ya desde el siglo XVI aparece en un mapa español visitada por una expedición al mando del hidalgo Ruy López de Villalobos, el mismo que descubrió y dio el nombre a Filipinas habiendo salido a explorar el Pacífico desde el Virreinato de Nueva España, hoy México. En los mapas de Villalobos una de las islas del archipiélago hawaiano -probablemente la Molokai, el futuro leprosario- es denominada misteriosamente como la «Desgraciada». Al parecer nada estimuló el espíritu conquistador de la expedición española o algo inesperado en sus nativos la hizo desistir de explorar las islas. Y esto sucedió dos siglos antes de que las visitara el inglés Cook, quien terminaría sus días allí devorado con muchos de su expedición por los propios aborígenes de Hawai.

Ni Villalobos, ni Cook, ni Pearl Harbor por separado o juntos será la referencia de este archipiélago del enigmático Océano Pacífico cuando se haga teología de la historia y quiera evocarse la epopeya de la inmolación cristiana.

Tampoco lograron perenne memoria los pragmáticos misioneros anglicanos a cuya iniciativa se debe el leprosario que después abandonaron completamente. San Damián de Molokai bien podrá ser el nombre del lugar donde sus nativos están reducidos a menos del 6% de la población actual, y tal vez no lo estarían si la preocupación de los posteriores colonizadores hubiese sido más velar caritativamente por las gentes antes que explotar a todo costo sus recursos naturales.

Por Antonio Borda

Asesinaron a su hijo pero Cristo crucificado se les mostró

Aprendieron a perdonar y a volcarse en los niños pobres

Asesinaron a su hijo pero, cuando se iban a suicidar por el dolor, Cristo crucificado se les mostró 

Cuando Michael McGoldrick pudo decirle a su hijo, ante el ataúd, que se verían en el Cielo, sintió una fuerza que recorrió su cuerpo y lo cambió para siempre. Con su esposa se volcó en ayudar a huérfanos en Moldavia. 

Actualizado 15 julio 2012 

Pablo J. Ginés/ReL

Michael McGoldrick murió en abril de 2006, mientras visitaba un orfanato en Moldavia. Diez años antes había llenado portadas en los diarios ingleses, cuando en 1996 perdonó públicamente a los asesinos de su hijo Michael, asesinado por paramilitares unionistas en Irlanda del Norte. 

Su testimonio de perdón, necesario en un mundo de violencia y venganzas, aparece en el libro Adventures in Reconciliation, de Eugene Boyle y Paddy Monaghan, y recogido también en la revista inglesa GoodNews, con una versión en español en ForumLibertas 

«Han matado a un joven»

 «Mi mujer Bridie y yo estábamos en nuestras vacaciones anuales en Warrenpoint donde tenemos una caravana. Disfrutábamos del descanso cuando el lunes 8 de julio de 1996 oí que habían matado a un taxista de Lurgan. Bridie y yo nos miramos. Nuestro hijo Michael había cogido un trabajo a tiempo parcial como taxista en Lurgan, mientras estudiaba en la universidad», escribió McGoldrick en su testimonio años después.

Más tarde esa mañana llegaron más noticias. «Unos treinta años, casado con un niño, la mujer esperando otro, recién graduado en la Universidad de Queen», decía la radio. «Era Michael. No podía ser nadie más. Nuestro hijo, nuestro único hijo. Estábamos tan impactados que empezamos a gritar y llorar. Salí corriendo de la caravana, y caí de rodillas. Golpeé el suelo con mis puños»

Furioso con Dios

McGoldrick miró al Cielo y le gritó a Dios. «Lo de colgar en la Cruz no fue nada comparado con lo que estoy pasando», le dijo. 

«Sentí que nunca volveríamos a reir o a sonreir. Yo quería tanto a mi hijo, ¡y ahora nos lo habían quitado! La idea de no volver a verlo era más de lo que podía soportar».

«Al día siguiente, Bridie y yo decidimos suicidarnos, porque Michael era todo lo que teníamos».

«Bridie sufre de artritis, así que tiene mucha pastillas. Pero al ir a la cocina, de repente una imagen de Cristo crucificado apareció en mi mente. Me golpeó una idea: el Hijo de Dios también había sido asesinado… murió por nosotros».

«Supe que lo que planeábamos hacer estaba mal. Aún me asombra que Dios interviniese de una forma tan milagrosa para hacernos cambiar de idea».

Pensar en el Cielo da poder

«En el velatorio, y antes de tapar el ataúd, me acerqué al cuerpo de Michael, y poniendo mis manos sobre las suyas le dije: «adiós, hijo, te veré en el Cielo».

«Al decir esto, sentí como si un gran poder fluyese a través de mí. No tenía ni idea de lo que podía ser. No era algo terrenal, eso seguro. Es como si me llenase de una gran sensación de gozo y confianza en Dios. Me sentía capaz de enfrentarme al mismísimo Goliath, nunca me había sentido tan fuerte en toda mi vida».

«Desde ese momento, mi vida entera cambió. Me di cuenta de cuánta maldad había en Irlanda del Norte y quise dedicar mi vida a algo bueno y positivo»

Vivencia de perdón

«Después del funeral vi un equipo de televisión filmando. Había mucha actividad debido a la marcha por el barrio de Drumcree. Supe que tenía que acercarme a ellos. Esa mañana yo había escrito en un sobre unas palabras que habían venido a mí con calma y claridad: «entierra tu orgullo con tu hijo». Al final escribí: «perdónales». Sentí que a pesar del dolor que sufríamos, Dios me había dado un mensaje de paz, perdón y reconciliación»

«Yo no quería que la gente que había asesinado a Michael devastase otra familia. Bridie y yo recibimos la gracia y el poder de perdonar públicamente a los asesinos de Michael. Supe que era el Espíritu Santo quien nos hablaba a través de las palabras de Jesús: «Perdónalos, porque no saben lo que hacen». Las palabras del Padrenuestro también resonaban en mis oídos: «perdona nuestras ofensas como perdonamos a los que nos ofenden».

Dije a los reporteros de la TV que perdonaba a quien hubiese quitado la vida a Michael.

El poder de perdonar

«Cada mañana pido a Dios que continue dándome la gracia de perdonar a los que asesinaron a mi hijo. El poder y la gracia que experimenté al perdonar desde el corazón fue de una gran libertad, de liberación. Sé que el resentimiento y la amargura me habrían matado».

«Después de la muerte de mi hijo, Dios me dio una visión clara de lo horrible del pecado, y recuerdo decirle a Dios: «estas manos nunca volverán a hacer ningún mal».Me di cuenta que de la misma forma en que yo perdoné a los que mataron a mi hijo, así Dios había perdonado mi pecado».

Que Dios cargue tu fardo

«A veces es imposible para nosotros llevar solos el fardo del pesar. Tenemos que rendirnos, entregarlo, y he descubierto que la mejor persona para entregarlo es Dios. Él lo quita completamente de tus hombros y te encamina en una nueva dirección».

«Desde la muerte de Michael, soy un hombre cambiado. Con Bridie hemos empezado un servicio de ayuda a huérfanos de Rumanía. Siento como si Cristo hubiese tomado mi vida y ahora quiero dar mi vida amando a Dios y sirviendo a la gente. En este proceso de trabajo y caridad se han construido amistades duraderas, a través de las barreras de distintas denominaciones religiosas».

Cientos de hijos nuevos

Muerto Michael padre en 2006, su esposa Bridie explicó en la prensa inglesa:

«Dios y su gracia nos aman a cada uno de nosotros. Rezo cada día por Clifford McKeown [el asesino de su hijo] y sé que Jesús cogía la mano de Michael cuando lo mataron. Sé también que Dios cogió la mano de Clifford y le pidió no hacerlo, porque también él es un hijo de Dios. Perdimos a nuestro hijo único, pero mi esposo Michael decía que ahora tenemos miles de niños más y con la gracia de Dios y la ayuda de la gente les alimentaremos».

Bridie ha seguido el trabajo de su esposo en Moldavia, el país más pobre de Europa: «apadrinamos más de 500 familias, dos orfanatos y alimentamos a 60 niños de la calle cada día; Michael iba allí cada dos meses a entregar personalmente el dinero a cada familia, dándoles un abrazo y mostrándoles el amor de Cristo».

Testigo de excepción de Medjugorje

Actualizado 14 julio 2012

El P. Jozo, testigo de excepción de Medjugorje

¿Quién es el Padre Jozo?

A la edad de 39 años, 13 como ministro de Jesucristo, el Padre Jozo llegaba a Medjugorje un 11 de noviembre de 1980, proveniente de la parroquia de Posusje, al noreste de Herzegovina. De espiritualidad carismática y con la ilusión de llevar El Espíritu santo a aquellas gentes,  se encontró con un pueblo de ferviente tradicionalismo que no veía la necesidad de introducir cambios.

Del 17 al 24 de junio de 1981 se encontraba dirigiendo un retiro para las religiosas de Klostar Ivanic, en el norte de Croacia. Después debía acudir a Zagreb, a un encuentro de la Renovación Carismática, para hacer posteriormente un alto en su antigua parroquia de Posusje, de la cual sentía profunda nostalgia. Estando allí se enteró de que una tormenta eléctrica  provocó un incendio que quemó las instalaciones del edificio de servicios públicos, por lo que sus intentos por comunicarse vía teléfono con la parroquia de Santiago Apóstol resultaron inútiles.

        A su regreso a Medjugorje, pasado el 25 de junio se encontró con una aglomeración de personas y coches que invadían el pueblo y que le confirmaba lo que acababa de oír a su paso por Mostar (a unos 30km. de Medjugorje), en su viaje de regreso: «Seis niños dicen que Nuestra Señora se les está apareciendo».

       Debido al poco tiempo que llevaba como rector de la parroquia de Medjugorje, no llegaba a ocho meses, el Padre Jozo apenas conocía a unos pocos fieles, y no conocía, más que de vista, a los videntes.
Los que conocían al Padre Jozo sabían bien que se trataba de una persona analítica que desconfiaba de sucesos sobrenaturales irracionales y un sacerdote enraizado en lo esencial: La Santa Misa y Los Sacramentos.

       Fue así pues, que durante varios días, ayudado por su asistente, el Padre Zrinko, interrogó a los videntes, juntos y por separado, intentando encontrar una respuesta que demostrase que todo aquello pudiese ser, o bien una estrategia de las autoridades comunistas para desacreditar a la Iglesia Católica, o bien una manipulación del mismo Satanás.

Sin embargo los dos primeros días del mes de julio, dos experiencias consecutivas supondrían un giro espectacular a su posición inicial frente a los nuevos acontecimientos. El día 1 de julio, el Padre Jozo estaba orando solo en la parroquia, pues todo el pueblo se encontraba en el Podbrdo empujados por la curiosidad. Preocupado por la situación, pedía luz a Dios sobre lo que debía hacer. Fue en aquel momento que pudo oír claramente una voz interior que le dijo: «Sal y protege a los niños!»

      Inmediatamente, se incorporó y se dirigió a la puerta central de la iglesia. apenas abría la puerta, entraron los seis videntes diciendo: «La policía nos persigue, escóndanos!». Sin dudarlo, escondió a los niños en un cuarto en desuso dentro de la rectoría y el se sentó fuera de la iglesia, bajo un ciprés. Al poco llegaron tres hombres de la milicia que le preguntaron «Has visto a los niños?»; a lo que él contestó «Si los he visto»; los milicianos, entendiendo que los había visto pasar continuaron pues su carrera rumbo a Bijacovici, pueblo contiguo a Medjugorje. 

El Padre Jozo y Juan Pablo II

Un evento inesperado para el Padre Jozo se difundió en los medios croatas! Queremos compartir con Uds. lo que fue reportado el pasado sábado 24 de agosto de 2002, en la edición vespertina del diario de Zagreb, Vercernji List. El encabezado señala: «Un gesto sorprendente del Vaticano. El Papa da las gracias al Padre Jozo por Medjugorje!» La fotografía de la portada fue tomada cuando el Santo Padre saludó al Padre Jozo en 1992, en medio de la guerra de Bosnia. En esa ocasión, el Papa le dijo: «Yo estoy con ustedes, protejan Medjugorje! Protejan los mensajes de Nuestra Señora!»

     El artículo del periódico muestra también al Padre Jozo en su escritorio, leyendo la carta del Papa, con un pie a la izquierda de la foto: «El Papa firmó una nota de agradecimiento al Padre Jozo Zovko.» La traducción del artículo dice lo siguiente: Siroki Brijeg – El mundialmente conocido Franciscano, Fr. Jozo Zovko, quedó más que sorprendido cuando llegaron unos peregrinos polacos para agradecerle los veintiún años de dar testimonio de las apariciones de Medjugorje, especialmente cuando le entregaron una nota de agradecimiento firmada personalmente por la mano temblorosa de su compatriota más conocido, Juan Pablo II.

    De hecho, luego de retornar de Polonia, el Papa la escribió desde el Vaticano para agradecerle personalmente y enviarle su bendición apostólica al Padre Jozo Zovko. Nuestra Polonia está agradecida por cada una de sus palabras, por todo lo que Ud. ha hecho por nosotros, dijo la colaboradora del Papa, Krystyna Gregorezyk, quien personalmente le entregó la nota de agradecimiento al Padre Jozo en la iglesia de Siroki Brijeg.

   Hasta ahora he recibido cientos de regalos y notas de agradecimiento, pero ninguna puede compararse con ésta. Estoy gratamente sorprendido, dijo  visiblemente conmovido el Padre Jozo a nuestro periódico. «El Padre Jozo Zovko es miembro de la Provincia Franciscana de Herzegovina. Como testigo de las apariciones de Medjugorje, él se ha convertido en uno de los sacerdotes más conocidos en el mundo. Muchas tribus lo han hecho su jefe y está igualmente relacionado con muchas curaciones milagrosas. De acuerdo a una encuesta conducida por «The Daily Catholic», el Padre Jozo ha sido elegido como uno de los veintinueve Católicos del siglo.» (J.P.)

   A un lado del artículo aparece la dirección internet del periódico:http://www.vecernji-list.hr.  En el texto original en italiano de la carta del Santo Padre  se lee:

Benedizione Apostólica a Padre Yozo Zovko, o.f.m. ed invoco nuova effusione di grazie e favori celesti e la continua protezione della Beata Vergine María» Joannes Paulus II.  Traducción al español: «Imparto de corazón una Bendición Apostólica particular al Padre Jozo Zovko, o.f.m. e invoco una nueva efusión de gracias y favores celestiales y la continua protección de la Bienaventurada Virgen María»

   Después, su firma manuscrita: Joannes Paulus II. Ahora bien, de acuerdo a lo que reportó Krystyna Gregorezyk cuando presentó el mensaje, la carta fue escrita en Roma justo después del regreso del Papa de Polonia. Krystyna, quien trabajaba como colaboradora del Santo Padre en el Vaticano, desayunó con él y con varios otros polacos antes de viajar a Medjugorje. El Papa firmó la carta frente a la Sra. Gregorezyk. Por tanto, las palabras reportadas en el periódico Vercernji List son reales.

     En un mensaje verbal al Padre Jozo, transmitido por Krystyna, el Papa dijo también que está agradecido con él por su apostolado en favor de Medjugorje, por lo que el Padre Jozo está haciendo y ha hecho hasta ahora. El Papa dijo que estaba feliz de darle un signo de apoyo. ¿Qué ha hecho el Padre Jozo por el pueblo polaco sino transmitirle los mensajes de Medjugorje? Krystyna dijo que el Papa estuvo muy contento durante ese desayuno y que hizo muchas preguntas sobre Medjugorje. También se puso feliz al oír los testimonios acerca de Medjugorje que los peregrinos polacos le reportaron.

    Por supuesto, habría que hacer mayores investigaciones sobre este suceso increíble. Sin embargo, hoy parece que ésta es la primera palabra de aliento personal escrita por un  Papa de la categoría de Juan Pablo II, y hecha pública por los medios, a un testigo de Medjugorje. Esta sencilla carta es un documento tangible y visible del apoyo del Santo Padre y su agradecimiento de corazón y aliento que envió al Padre Jozo por medio de Krystyna. El Santo Padre envió una bendición cordial a este campeón de Medjugorje y de las apariciones de Nuestra Señora!

Juan García Inza
De mi libro «Medjugorje. Historia y testimonios de encuentros con la Reina de la Paz»
juan.garciainza@gmail.com

Se convirtió al catolicismo y se consagró a predicar la castidad

También en esto los santos son ejemplo

Sólo pudo enfrentarse a su pasado de abusos al conocer el caso de la niña beata Laura Vicuña 

Dawn Eden se convirtió al catolicismo y se consagró a predicar la castidad. Pero había algo en su vida que no había revelado. 

Actualizado 13 julio 2012 

C.L. / ReL 

Como contó en su día ReL, Dawn Eden, neoyorquina, de origen judío, periodista especializada en música rock, y defensora y ejercitante de la libertad sexual más absoluta, se convirtió al catolicismo en 2006 y se convirtió en un apóstol de la virtud contrapuesta, consiguiendo un gran éxito con su libro de 2008 La aventura de la castidad

Entonces contó buena parte de lo que había sido su vida anterior (abrazó la fe a los 31 años): «Me atreví entonces a contarle a la gente cómo el amor de Cristo me había salvado de una depresión suicida y me había dado fuerzas para romper con un estilo de vida sexualmente degradante«, dice hoy, cuando se acerca ya a los cuarenta.

El dolor secreto

Pero hubo algo que no contó porque no estaba preparada, y sí ha dado a conocer ahora, al publicar una nueva obra, Mi paz os doy, que lleva elimprimatur del cardenal Donald W. Wuerl, arzobispo de Washington, y ofrece una espiritualidad católica para las personas heridas por el abuso sexual infantil: «En este libro comparto también mi historia como víctima de abusos sanada a través de Cristo y su Iglesia», confiesa.

En el texto recuerda que hubo santos que también padecieron algún tipo de abuso o trauma infantil -no necesariamente sexual-, desde doctores de la Iglesia como Santo Tomás de Aquino San Bernardo, a otros menos conocidos como Santa Margherita Castello (1287-1320) o Santa Josefina Bakhita (1869-1947). Aunque no fue ninguno de ellos quien sobre todo la rescató, sino la historia de la niña Beata Laura Vicuña (1891-1904), nacida en Chile y muerta en Argentina, y cuya vida se recoge, entre otros, en el libroSantos de pantalón corto de Javier Paredes (HomoLegens).

«Aunque, cuando me convertí, muchos alabaron mi honestidad sobre mi pasado, evité cuidadosamente revelar el dolor escondido que me impedía experimentar completamente la alegría cristiana. Si hubiese sido totalmente abierta, habría tenido que revelar que siendo niña sufrí abusos sexuales«, explica Dawn: «Los abusos me dejaron un trastorno por estrés postraumático, que se manifestaba en forma de ansiedad, fobias sociales yflashbacks, además de crisis emocionales en las que me culpaba y acusaba a mí misma de mi propia condición de víctima».

Laura Vicuña, en una foto identificada en 2010 por una investigación policial.

«Llevar mis problemas al Señor me ayudaba», continúa en su blog en Patheos, «especialmente cuando descubrí una antigua oración llamada Anima Christi [la ignaciana Alma de Cristo] que pide ´Dentro de tus llagas escóndeme´. Me daba esperanzas saber que en el traspasado Corazón de Jesús había un lugar para mi corazón herido«.

La ayuda que le faltaba

Con todo, el alivio de Eden no era completo. Hasta que un día de diciembre de 2010, hojeando el libro de un amigo, se encontró con «la historia de una niña sudamericana que hizo pedazos mis prejuicios sobre la santidad».

Entre los nueve y los trece años, Laura Vicuña fueasaltada, sin éxito, por el violento amante de su madre, quien se negaba a dejarle a pesar de que conocía las luchas de Laura por escapar de Manuel y los castigos a los que éste las sometía a ambas como venganza. En una ocasión, la madre quiso obligarla a que bailara con él para evitar las consecuencias.

Dawn dice que quedó «chocada» al ver que era muy similar al suyo: «El amante de mi madre abusó de mí. De hecho, es una situación habitual entre las víctimas: una niña que vive con su madre sola y con pareja tiene una probabilidad veinte veces mayor de sufrir abusos que una que vive con ambos padres biológicos».

Imagen pictórica para veneración de los fieles que se tenía de Laura Vicuña hasta 2010, cuando se encontró una imagen fotográfica auténtica.

«Me impresionó profundamente saber que la Iglesia había reconocido la santidad de una niña cuyos sufrimientos eran como los míos. También podía identificarme con Laura en su respuesta a los abusos: ella buscaba la presencia de Cristo en la Eucaristía. No hay que tener mucha imaginación para suponer que, al elevar su mirada del sagrario al crucifijo, también se sentiría acogida en las heridas de Jesús».

El perdón heroico de Laura

Poco antes de morir, tras recibir la comunión, Laura Vicuña quiso hablar con su madre y le reveló que la perdonaba y que había ofrecido su vida a Dios por su conversión. «El testimonio de valentía de Laura me dio el coraje que necestiaba para ofrecer el mío en Mi paz os doy«, un testimonio que ella brinda también para ayudar a quienes han sido víctimas de abuso por parte de algunos sacerdotes o religiosos.

«Muchas víctimas precisan ayuda psicológica, pero sus heridas principales son espirituales y requieren curación espiritual. Todo el que ha sufrido un trauma cualquiera sabe que incluso las heridas que están por sanar son santificadoras si se las lleva a la luz del Cristo herido y resucitado. Los santos», concluye, «nos muestran el camino».