Un capellán militar podría recibir la máxima condecoración de EE.UU.

Emil Kapaun murió en la Guerra de Corea en 1951

Un capellán militar podría ser beato y recibir la máxima condecoración de EE.UU.

El Congreso estudia otorgarle la máxima condecoración de las Fuerzas Armadas: la Medalla de Honor. Entre los católicos, crece su fama de santidad.

Actualizado 26 abril 2012

Rome Reports

Hace 60 años falleció el sacerdote Emil Kapaun, capellán del ejército que murió durante la Guerra de Corea en 1951.

Actualmente, el Congreso de EE.UU. está estudiando si otorgarle la máxima condecoración de las Fuerzas Armadas: la Medalla de Honor. A la vez, entre los católicos, crece su fama de santidad. 

Ya están preparando un documental sobre su vida: “The Miracle of Father Kapaun” (“El Milagro del Padre Kapaun”). En él, muchos soldados que le conocieron hablan de cómo les influyó su ejemplo. Durante su última batalla se quedó con los heridos y fue capturado, y tras sufrir torturas, murió en prisión seis meses después. 

Escribió muchas veces a su familia desde el frente. En sus cartas cuenta cómo atendía a los enfermos y administraba sacramentos a los moribundos. En la última de ellas escribe que “a pesar de los males de la guerra, podemos sonreír un poco”.

Quizá por motivos parecidos mientras el Pentágono podría otorgarle la Medalla de Honor, también la Iglesia católica estudia declarar beato al sacerdote Emil Kapaun.

Un colegio católico con educación clásica

Aquinas American School 

Un colegio católico con educación clásica, inglés nativo y en el pulmón verde de Madrid 

La apuesta educativa del centro es radicalmente original en España y abarca desde enseñanza infantil al bachillerato. 

Actualizado 26 abril 2012 

ReL

Tiene ya abierto su plazo de matrícula para el curso que viene la Aquinas American School, una de las apuestas educativas más sugerentes para los padres y alumnos y pionera en España.

El colegio, que ofrece enseñanza de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato, está situado en pleno pulmón verde de Madrid, a escasos metros del Monte de Boadilla. La atmósfera es limpia, las posibilidades de actividades al aire libre se multiplican, y en el entorno no se oye más ruido que el griterío de los niños cuando salen al patio. Las calles de la Urbanización Monte Alina, donde está ubicado, son una garantía de seguridad y tranquilidad absolutas.

Aquinas se define como un centro católico, privado y mixto, acogido a la normativa española sobre centros extranjeros y constituido como colegio americano y dependiente de la legislación académica estadounidense. Esto quiere decir que la titulación obtenida en sus aulas faculta al alumno para el ingreso tanto en las universidades de Estados Unidos como en las de España.

La enseñanza, por tanto, es en inglés e impartida por profesorado nativo, en particular en los cursos más bajos, cuando la inmersión en el uso cotidiano del idioma adquiere una importancia decisiva para la formación del alumno. No es un colegio bilingüe, sino verdaderamente extranjero. Además, el colegio ofrece a los estudiantes de Middle y High School (de 1º de la ESO a 2º de Bachillerato) la posibilidad de cursar un año académico en Estados Unidos mediante acuerdos con colegios católicos seleccionados con el mayor rigor.

La gran innovación de Aquinas American School en España es la introducción de la llamada«classical education» o «Liberal Arts education», una corriente de educación clásica basada en el Trivium (gramática, dialéctica y retórica) y el Quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música) medievales, y redescubierta en Estados Unidos por un número creciente de colegios que la están aplicando con excelentes resultados académicos comparativos con otros centros.

Con los más pequeños insiste en cuatro áreas prioritarias: leer, escribir, hablar en público y el cálculo, bases para el resto de materias, afirman desde Aquinas, porque «la primacía de la atención a la palabra y al texto escrito ayuda a un aprendizaje de ritmo natural, a la vez que a configura el entendimiento en las estructuras lógicas del pensamiento y del lenguaje».

El colegio presta además un especial interés a las artes y al deporte. El teatro, el coro o la pintura, por ejemplo, no se consideran actividades extraescolares, sino que se integran en el horario lectivo. Y tiene firmado un convenio con el cercano Club Las Encinas de Boadilla para la práctica semanal, y en horario escolar, de deportes como el patinaje sobre hielo, el hockey sobre hielo, la natación o la equitación. Además, por supuesto, de las actividades deportivas más comunes, como el fútbol, el baloncesto o el atletismo, que se pueden practicar en cancha, polideportivo cubierto y campo de césped artificial.

En cuanto al área religiosa, el ideario de Aquinas American School es muy explícito: «Es prioritaria la formación católica, que mueve a una práctica real del misterio de la fe con una actitud generosa, responsable y de comunión con la Iglesia universal, los padres, los maestros y los compañeros, en medio de un ambiente alegre y confiado que ayuda a ser mejores y a procurar que los demás también lo sean».

Todo, sobre la base fundamental de un principio que figura a modo de divisa en el escudo del colegio: Omnes homines natura scire desiderant [todos los hombres desean naturalmente saber], frase con la que arranca la Metafísica de Aristóteles. Por algo lleva el nombre de Aquinas: «Nuestro colegio toma el nombre de Tomás de Aquino, santo y modelo de amor a la verdad para estudiantes y profesores que dedicó su vida a la oración, al estudio y la docencia. Puso de manifiesto que la fe no destruye la razón, sino que, al contrario, la eleva y perfecciona».

Y si es en inglés, la lengua más exigida para el futuro profesional del alumno, y en un entorno casi paradisiaco para la formación integral de la persona, se configura una oferta educativa potente y al nivel que exige la competitiva sociedad de nuestros días.

Pinche aquí para visitar la página web de Aquinas American School.

Soul Surfer

FERNANDO GIL-DELGADO 19.ABR.2012

Bethany Hamilton era medio sirena, decía su madre: nació para estar en el agua. Esa joven hawaiana iba a convertirse en campeona del mundo de surf, pero en 2003 un tiburón le arrancó un brazo. Estuvo a punto de morir, pero sobrevivió; estuvo a punto de deprimirse, pero su fe la ayudó a seguir luchando, y finalmente, con un solo brazo, a volver a la competición y llegar a ser surfista profesional.

El caso de Bethany Hamilton, una maravillosa historia de superación, ha sido escrito por ella misma, y fue llevado en 2007 a la pantalla en forma de documental. Ahora le toca el formato grande en el que el director Sean McNamara ha seguido con corrección pero sin brillantez, senderos mil veces transitados. No parece haberse esforzado en salir del cliché; y a veces parece que sigue rodando para la televisión; pero la historia original tiene tanta fuerza que llega y conmueve al público, sobre todo a los jóvenes.

Las competiciones de surf están muy bien rodadas. Además, la película es valiente y se atreve a hablar directamente de fe y de pensar en los demás; y trata con acierto los aspectos familiares. Anna Sophia Robb (la niña de Puente a Therabitia), Helen Hunt (a quien no habíamos visto desde hace tiempo en el cine) y Dennis Quaid forman una familia normal, creíble. En cambio, resulta un poco extraña la misionera Sarah, consejera espiritual de Bethany.

Los más exigentes comentarán –con razón– que la película podría ser mejor; pero es aceptable y positiva.

Visitar la web oficial (inglés)