8.000 sectas satánicas y más de 600.000 adeptos

Denuncia de la revista oficial de la Policía

Alarma en Italia por sus 8.000 sectas satánicas y más de 600.000 adeptos

Solo en Sicilia hay 20 sacerdotes designados oficialmente como exorcistas para combatir al diablo.

Actualizado 10 abril 2012

ABC

En Italia se vive un auténtico «boom» de sectas, un fenómeno sin parangón con el resto de los países occidentales. Este país está considerado como uno de los más supersticiosos. Pero a menudo se da una «confusión entre fe y superstición, y se convierte en un punto débil para muchas personas, lo que es aprovechado por gurús, magos y charlatanes», según manifiesta a ABC el profesor Giovanni Panunzio, creador del Teléfono Antiplagio para luchar contra todo tipo de sectas y santones, que crecen en Italia como hongos.

Solamente las sectas satánicas llegan a 8.000, con más de 600.000 adeptos, cifras a las que hay que añadir «miles de nuevos cultos y formas de religiosidad ligadas a figuras carismáticas». La denuncia la hizo la revista oficial de la Policía italiana, «Poliziamoderna». «El fenómeno está cada vez más extendido», nos señala Giovanni Panunzio.

Lombardia y Piamonte, en el norte de Italia, Lazio en el centro, y Sicilia en el sur son las regiones donde el satanismo está más extendido, pero abunda en toda Italia. Solamente en la diócesis siciliana de Monreal se han robado hostias y objetos sagrados en cuatro iglesias en los últimos tres meses, que después son utilizados durante ceremonias y misas negras.

Sicilia, paraíso del diablo

Hay quien ha definido a Sicilia como el paraíso del diablo y la tierra de los exorcistas, teniendo en cuenta la extraordinaria concentración de curas exorcistas. La isla tiene, en efecto, el número más alto de sacerdotes oficialmente designados por los obispos para combatir el demonio: unos 100 exorcistas hay en toda Italia, 20 de ellos se encuentran en Sicilia.

El profesor Tullio Di Fiori, estudioso del fenómeno en Sicilia, comenta que las sectas del diablo aumentan y son más difíciles de controlarlas, porque son muy cerradas y, además, la tecnología ha complicado las cosas: «Los jefes de las sectas utilizan internet para organizar las ceremonias, creando blogs donde hablan mediante códigos con los adeptos y después los desactivan. Las sectas –añade- no son muy distintas de la Cosa Nostra, a la hora de la captación de miembros. Antes del rito de iniciación, el jefe se asegura que podrá fiarse de él. La mafia no tolera a los arrepentidos, y el mismo discurso vale para los gurús de las sectas». Según el criminólogo, Alfonso Terrana, «el joven que entra en una secta vive a menudo una situación familiar problemática. Para muchos, adorar al diablo es una forma de rebelarse contra el sistema».

El negocio de magos y santones

Al margen del fenómeno de las sectas, cada año unos 13 millones de italianos, es decir, unas 35.000 personas al día, acuden a magos, santones y curanderos. Se trata de un negocio que mueve más de 6.000 millones de euros. Según el profesor Giovanni Panunzio, que estudia desde hace muchos años el fenómeno de lo oculto, las motivaciones que empujan a los ciudadanos a acudir a esos operadores de lo oculto son las siguientes: Sentimentales (52%), económicas (24 %), de salud (13 %), judiciales (6%) y petición de protección (5%). Esos operadores suelen cometer una serie de delitos: Engaño, ejercicio abusivo de la profesión médica, extorsión y violación de la «privacidad».

Sobre las causas del aumento, en los últimos tiempos, de los adictos a las sectas, el profesor Panunzio manifiesta a ABC: «Hay una crisis de valores y de relaciones humanas, con aumento de la soledad. Con la crisis económica, los santones, gurús, jefes de sectas y todo tipo de charlatanes prometen a sus víctimas resolver sus problemas. Internet ha ayudado mucho a extender el fenómeno». La edad media de las víctimas, según el profesor Giovanni Panunzio, es de 42 años. Las mujeres son mayoría (51 %), hombres (38 %) y adolescentes (11%). El fundador del Teléfono Antiplagio, nos explica algunos de los peligros más habituales que corren las víctimas: «El lavado de cerebro de los magos y jefes de sectas tiende en general a lograr dos objetivos: subyugar a la mujer, sobre la que, con la excusa de ayudarle, se ejerce abuso sexual; y explotar económicamente a las víctimas. Algunas terminan completamente arruinadas».

Vida Monástica con las Dominicas de Lerma

Ni catequesis ni charlas, solo la Eucaristía y el testimonio 

Lista de espera para hacer las Jornadas de Vida Monástica con las Dominicas de Lerma 

«La Nueva Evangelización parte del encuentro personal con Cristo», afirma sor Leticia, Maestra de Novicias. 

Actualizado 11 abril 2012 

Jesús García/Alba

Un sábado cualquiera, un grupo indefinido de jóvenes se sienta ante uno definido de monjas de clausura. Ellos callan, escuchan y observan. Ellas cuentan cómo un día cambió su vida. No hablan tanto de su vocación, sino de haber conocido a Cristo en persona. Los chicos permanecen durante horas pegados a la silla. Al cabo de unas horas pasan a la capilla, en silencio. Ni catequesis ni charlas. Tan solo la Eucaristía expuesta en el altar. No saben cómo, pero se ha iniciado una nueva relación con Cristo. No con Cristo muerto, sino con Cristo resucitado.

“Todo se inició casi sin querer. Acondicionamos fuera del monasterio un albergue para recibir visitas y un fin de semana, un grupo de amigos decidió pasarlo aquí. Les ofrecimos un rato de compartir con ellos y la experiencia fue inolvidable. Marcó un antes y un después en sus vidas, y también en la nuestra”. Lo explica sor Leticia, Maestra de Novicias del monasterio de san Blas, de las Dominicas de Lerma, y lo hace con el entusiasmo de quien está viendo con sus propios ojos cómo muchos jóvenes reconocen a Cristo en la experiencia monástica. “Desde entonces, han sido pocos los fines de semana que no hayan venido a pasar con nosotras lo que hemos llamado Jornadas Monásticas”.

Así es como han llamado al simple hecho de pasar con ellas un fin de semana, viviendo en el albergue externo al monasterio, pero compartiendo con ellas la práctica totalidad del día. La dinámica de las Jornadas es muy sencilla, como explica sor Leticia. “Testimonios y oración. Ni catequesis ni charlas. Eso vendrá después, o no, en la medida de lo que suceda, pero para encontrarse con Cristo no son necesarias. Se trata de una evangelización vivencial, no teológica ni teórica, en la que cada una de nosotras damos testimonio de cómo hay Alguien que puede cambiar tu vida, si le dejas, igual que cambió la nuestra”. De este modo, si alguien se siente presionado ha de saber que “los jóvenes que vienen no tienen que hacer nada más que venir. El resto lo ponemos nosotras, porque la idea es compartir, anunciar el Kerigma de nuestra vida, que Cristo está vivo y se le podemos presentar.

“La primera reacción para muchos es que dicen: anda, sin estas tías son normales- explica sor Leticia-, porque les contamos cómo fue nuestro encuentro con el Señor, y ven que también somos pecadoras y que en nuestra vida hubo muchos dolores y sufrimientos”.

La monja burgalesa tiene claro que para poner en práctica la Nueva Evangelización “hay que partir de la misericordia, de la salvación que nos ha sido dada, no de la que nos tenemos que ganar, porque eso es imposible. Hay que anunciar a Cristo, que viene a sanar a los que están mal, no a los que están bien. El problema por el que muchos jóvenes se alejan de la Iglesia es porque se reconocen incapaces de cumplir con la moral, y se cansan. Pero cuando la gente se entera de que ya han sido salvados y de que lo único que tiene que hacer es aceptar esa salvación, se da el encuentro personal con Cristo, que es lo que cambia una vida de arriba abajo. Para la hermana que fuera en tiempos campeona de España de esgrima, “una cosa es vivir con el pecado y otra vivir del pecado. Todos tenemos pecados y todos somos pecadores. Por eso existe la confesión, porque nadie es puro y perfecto. Otra cosa es que hagas del pecado tu vida, pero hay que tener claro que para vivir ese encuentro con el Señor hay que ser un pecador, hay que venir aquí con tu dolor y tu miseria, porque es ahí, donde nadie te ama, donde te vas a sentir amado por Dios, donde le vas a necesitar. Te vas a reconocer necesitado de ese Alguien que no te rechaza a pesar de todo, sino que te acoge, y sin que tú no tengas que hacer nada, solo aceptarlo. Ese es el amor de Dios que tantos desconocen, porque se les ha presentado mal a Dios, pero Cristo está deseando encontrarse con ellos, como se encontró conmigo sin ser yo perfecta, ni de lejos”.

Las Jornadas Monástica están abiertas tanto a grupos de chicas como de chicos, o mixtos, y por el Monasterio ha pasado gente de todo tipo, “desde curiosos por ver cómo viven las monjas o personas que buscan el sentido de su vida, hasta gente profundamente rebotada, porque la Iglesia está llena de bautizados que le dieron una patada a la Iglesia en algún momento de su vida. Ellos no conocieron a Cristo, sino la moral. El amor te llevará a la moral, a la vocación, a la religiosidad, pero la moral no es el camino hacia el amor. La moral sin amor es insoportable. Hace falta conocer a Cristo para entender y asumir esa doctrina. La Nueva Evangelización pasa por un encuentro personal con Cristo, con todos tus pecados y toda tu historia. A veces es una historia insoportable, pero es que no la tienes que soportar, porque Cristo ya ha vencido a tu pecado. Cuando le conoces, todo fluye, todo va bien, todo cambia”.

Tras el tiempo de testimonios las monjas pasan a la oración, ante los ojos atónitos de aquellos por los que rezan. “Pedimos al padre por ellos, les imponemos las manos, como nos dijo Santiago: orad los unos por los otros. Luego les sentamos durante más de una hora delante del Señor, en silencio, ante la Eucaristía. Ahí no hay charla que valga ni catequesis. Son solos Dios y ellos, y es ahí donde se debe dar la primera conversación, que eso es la oración”. Siendo consciente de lo difícil que puede resultar para muchos el tema de la oración, sor Leticia explica que “orar no es pedir, sino hablar. No se trata de que pidas por tu padre a Dios, sino de que le hables de tu padre a Dios, o de tu hermana, o de tu amigo, o de ti. Cuando pides algo concreto, estás ya condicionado para ver la obra de Dios en tu vida, porque has creado una expectativa. Cuando hablas con Dios, cuando le expones una problemática, y le dejas hacer, Él te va a sorprender, porque Dios siempre escucha y siempre responde, nunca calla”.

Sor Leticia cuenta cómo han visto a jóvenes con historias complicadas, difíciles, llorar como niños al darse cuenta de que “son amados, porque Dios nos ama hasta morir. Lo que pasa es que cuantas veces nos ha parecido que Dios está en las nubes y nosotros por aquí dando vueltas. No, Cristo se hizo hombre como ellos, solo hace falta que se encuentren, eso es lo que cambia el chip, lo que rompe con una trayectoria vital”.

Las Jornadas Monásticas no buscan el suscitar vocaciones como pudiera parecer, sino el que se de ese encuentro personal con Cristo. “Detrás del encuentro viene lo demás, que será lo que sea, pero siempre será algo nuevo y mejor, una vida plena, con sus dificultades pero feliz”.

El éxito de las Jornadas es providencial, puesto que ha sido solo el “boca a boca” de los que han participado lo que las ha promovido. Además, cuentan con el valor de que “no cuestan nada, no pedimos ni por el albergue ni por la comida. Si alguien quiere dar un donativo nos lo da, y el que no, pues no. Todo se sustenta en la Providencia y nunca nos falta nada. Lo que sí pedimos es que participen con nostras de nuestro testimonio y de la oración. Nada más”.

Para hacer las jornadas de Vida Monástica, se puede llamar al Monasterio de San Blas (Dominicas), en Lerma: 947170231.