Cómo ser virgen a los 30

La venezolana Vivian Sleiman

Una candidata a Miss Venezuela escribe cómo ser virgen a los 30, y se convierte en best-seller

Actualizado 7 enero 2012

Juan Antonio Ruiz LC/ReL

Vivian Sleiman es una joven venezolana de origen libanés, que ha convertido en bestseller el relato de su vida. Una historia que tiene como título un reto que, a primera vista, parecía llamado al fracaso: Virgen a los treinta. Y, sin embargo, sus libros son preferidos por las adolescentes de su país mucho más que al mismísimo Harry Potter. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

Ante todo, conviene subrayar que Vivian no es fea. Alta y espigada (mide 1,79 metros), de piel blanca y cabello negro, se presentó al concurso de Miss Venezuela en el 2001, teniendo como talla los famosos 90-60-90. Era favorita… pero no ganó. ¿La razón? Se retiró cuando uno de los sujetos del jurado quiso llevársela a la cama como condición para alzarse con la corona.

En un artículo aparecido en el diario español ABC -en donde también aparece la dramática historia de su familia- Vivian reveló que tardó sólo cuatro meses en escribir su libro: «Escribirlo fue para mí una catarsis». Y es que su sencillo relato lo presenta desde el palco de quien quiere «preservar la virginidad hasta encontrar el amor verdadero».

Y no es que Vivian no sienta nada. Para los suspicaces, aclara: «Si no me he entregado a ningún hombre, no es porque sea frígida, ni tampoco porque no sea capaz de sentir; no, soy una mujer apasionada, con la hormonas siempre a flor de piel, que siente con mucha intensidad (a veces creo que el doble) las cosas normales del día a día». 

Sólo que tomó la decisión de permanecer virgen, no por obligación, sino por convicción, hasta que llegue el momento: «Nunca me planteé llegar así a los treinta, pero son vicisitudes que suceden en la vida. Yo me he preguntado mucho si, en pleno siglo XXI, el mundo está equivocado o yo estoy equivocada. Como mujer me he sentido frustrada en muchas ocasiones. Hoy día me siento fortalecida, me siento bien, no me siento ni mejor ni peor que otras, simplemente soy yo, Vivian Sleiman».

Su testimonio es un oasis en medio de una Venezuela líder en embarazos prematuros, un país donde es frecuente que las niñas de doce y catorce años hayan perdido la virginidad, o donde las muchachas venden en internet su primera vez por miles de dólares. 

De hecho, Vivian está dispuesta a dar charlas en los colegios y escuelas para sensibilizar y educar a las adolescentes sobre su experiencia virginal.

Congreso sobre nuevos métodos de evangelización

Más de 500 personas

Ante la apostasía silenciosa, organizan un congreso sobre nuevos métodos de evangelización

Las diócesis catalanas de Vic y Solsona celebran un congreso conjunto sobre nuevos métodos para anunciar a Cristo.

Actualizado 8 enero 2012

Pablo Ginés/La Razón

A las nueve de la mañana una insólita fila de curas, monjas y monjes de todos los colores y laicos de distintas edades, con abundancia de jóvenes, hacían cola y pasaban frío frente al Teatre Conservatori de Manresa (Barcelona) esperando acreditarse en el Congreso de Nueva Evangelización que organizan conjuntamente los obispados de Vic y de Solsona. 

«Cuando lo convocamos, yo dije que cien personas ya sería un éxito y tenemos 500», explica a LA RAZÓN el obispo anfitrión, Romà Casanova. Al poco llega Xavier Novell, el obispo de Solsona, el más joven de España, y le da la mano uno por uno a cada congresista que hace cola en la calle. La organización se ha visto superada pero «hemos hecho un esfuerzo y no se le ha dicho no a nadie que quisiese venir», explica Novell. 

Anunciar a Jesús en la calle

Unos cien congresistas vienen de fuera de Cataluña: los hay de Valencia, de Murcia, de San Sebastián, de Toledo… Andrea Brugnoli, del movimiento italiano «Sentinelle del Mattino», predica en italiano. El obispo de Toulon, Dominique Rey, lo hace en francés. 

«Hay sed en España para aplicar la nueva evangelización, por lo que estoy viendo», comenta Brugnoli. ¿Por dónde empezar? Dominique Rey insiste en que la nueva evangelización no es una actividad más, sino la clave y el centro de una diócesis. En la descristianizada Francia, tiene un potente seminario con 80 seminaristas y un clero lleno de jóvenes, provenientes de más de 40 movimientos distintos. «A las comunidades y evangelizadores que llegan de Brasil, Argentina, de todo el mundo, hay que saber acogerlos, tratarlos, formarlos en la lengua y cultura francesas y el obispo Rey hace eso muy bien», explica José Ortuño, un cura español que trabaja con él en Toulon. 

«Podemos aprender de la experiencia de Toulon», afirma el obispo Casanova. «Todos los métodos que se explican aquí tienen en común el anuncio explícito de Jesucristo y el salir a la calle», añade. 

«Antes de cambiar las estructuras hemos de preparar a las personas», asegura el italiano Brugnoli, que después de una tarde de formación envía a los jóvenes de Solsona y Vic a evangelizar en parejas a las calles manresanas, mientras cantan una canción de Taizé. 

Tote Barrera, promotor de «Cursos Alpha» en España, explica que «los jóvenes han de evangelizar a los jóvenes; a mí en Alpha Londres me enseñaron que ya con 36 años no sirvo para evangelizar chicos de 15: hay que formar a los católicos de esa edad para que lo hagan ellos». Trabajo no les falta. María José Carrillo, de 15 años, y su hermana Belén, de 13, de padres mexicanos que llegaron hace 12 años a Cataluña, nos explican que estudian en un colegio de monjas de Vic y que ellas son las únicas creyentes de sus respectivas clases. 

Han venido al congreso por impulso de su madre, «que convirtió a mi padre de novios, porque él era ateo». Salen a las calles con una tarjeta que pone «Dios te ama, mi alma espera en el Señor», explica Andrea Brugnoli.

Nuevas fórmulas para nuevos retos

Los «Cursos Alpha» constan de 10 sesiones, cada una con una cena, una charla y un grupito de debate, y un fin de semana de oración. «¿Qué le preguntarías a Dios?» es su lema para atraer a alejados de la fe.

«Tornar a Creure» fue diseñado por Xavier Morlans, sacerdote de Barcelona. Empieza conel anuncio de Cristo resucitado a alejados, y sigue en un proceso de hasta 3 años para integrarlos en la Iglesia.

«Una luz en la noche», usado en Francia e Italia, consiste en enviar a parejas de jovenes invitando a la gente a ir a la parroquia esa noche. Allí encontrarán el Santísimo expuesto, música y confesiones.

La gran ocasión para el catolicismo norteamericano

«Demasiado» católico para unos, otros rezan por él

Rick Santorum: la gran ocasión para el catolicismo norteamericano de soltar el lastre Kennedy

El ex senador está a punto de convertirse en la gran alternativa realmente conservadora a Mitt Romney primero y Barack Obama después.

Actualizado 8 enero 2012

C.L./ReL

Durante los meses previos al arranque de las primarias republicanas el pasado martes, la lid entre los candidatos ha sido básicamente la misma: la pugna del electorado conservador por encontrar una referencia que evite elegir a Mitt Romney como contrincante de Barack Obama. 

Primero fue Michelle Bachmann, preferida del Tea Party; luego el provida Rick Perry; le siguió en las preferencias conservadoras (al menos en lo económico) Herman Cain, tumbado por escándalos sexuales; y cogió entonces fuerza Newt Gingrich, el artífice de la gran victoria conservadora de 1994 en las dos cámaras y cuya conversión al catolicismo en 2009 ha «curado» su hándicap principal ante el conservadurismo moral: tres matrimonios.

La (relativa) sorpresa

Hasta el 3 de enero era sólo cuestión de encuestas. Pero ese martes dio la gran sorpresa (aunque ya vaticinada por los sondeos) Rick Santorum, de 53 años, ex senador por Pennsylvania, que ha permanecido a la cola de las encuestas durante meses, pero que perdió esos caucus por sólo ocho votos. Eso sí, tras batallar ese estado más que ningún otro, sabedor de que sus aspiraciones pasaban por tal golpe de efecto.

Desde el fantástico arranque inicial de Pat Buchanan en las primarias republicanas de 1996 (que acabaria ganando Robert Dole para perder ante Bill Clinton), ningún católico había estado tan adelante en la carrera del GOP (Great Old Party) hacia la Casa Blanca. 

Pero Santorum tiene un defecto, según la comentarista conservadora Ann Coulter, una de las principales creadoras de opinión de la derecha estadounidense: es demasiado católico, ha sentenciado. Esto es, «es más un católico que un conservador, y si no fuera porque cree en Dios, sería Ted Kennedy». Y eso que la llamada derecha evangélica ha sido el principal soporte de Santorum para su victoria moral en Iowa.

Los Kennedy como lastre

Pero una cosa es que el apellido Kennedy sea -y lo será para siempre- un mito de la política norteamericana, y otra que ser católico en política tenga que identificarse con él, de forma que en el ámbito conservador pueda convertirse en dedo acusatorio. (También se ha intentado con Marco Rubio, de 40 años, otra figura emergente del Partido Republicano, también católico, también conservador.)

Lo cierto es que Santorum no tiene nada que ver con lo que la palabra Kennedy evoca en aquel país. A diferencia de Ted, es militantemente antiabortista y se ha convertido en labestia negra del lobby gay porque nadie es más rotundo contra el «matrimonio» de homosexuales (incluso quiere anular los ya contraídos en los estados que lo permiten). 

Pero, además, tampoco tiene el favor de los sectores católicos más pacifistas, que con el recuerdo todavía caliente de la oposición de Juan Pablo II a la guerra de Irak, le censuran que él la apoyara y sea partidario hoy de atacar Irán antes de que disponga de capacidad nuclear. 

Tampoco en política internacional forma parte, pues, de la línea contemporizadora con los dictadores de izquierdas o antioccidentales del último representante de la saga Kennedy.

Una familia normal

Además, en el terreno personal, Santorum está en las antípodas de las «alegrías» que se permitían Ted o los míticos JFK o Bobby. 

Lleva 21 años casado con su esposa Karen, y han tenido siete hijos. Uno de ellos murió a las dos horas de nacer a consecuencia de una infección intrauterina de su madre, quien escribió un libro dedicado al pequeño: Cartas a Gabriel. Además, la familia Santorum tieneotro hijo con una enfermedad genética, el síndrome de Edwards, sin que se plantearan nunca la posibilidad del aborto. En casa siempre han afrontado estos problemas con plena aceptación de la voluntad de Dios.

En 2002, Santorum acudió a Roma a un congreso en el centenario del nacimiento de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Declaró su admiración por el fundador del Opus Dei, aunque no es miembro de la Obra.

Coherencia pública

Pero el alejamiento de Santorum respecto al «modelo Kennedy» que le atribuye Ann Coulter va más allá de las conductas personales. Afecta también a los principios. El candidato republicano dijo en aquel congreso que la distinción entre conciencia privada y actitud pública que había consagrado John Fitzgerald Kennedy en un discurso de 1960 había hecho «mucho daño a América«.

«Todos hemos oído a alguien decir: ´Privadamente estoy contra el aborto, contra el matrimonio homosexual, contra la investigación con células madre embrionarias, contra la clonación. Pero ¿quién soy yo para decidir que todo eso no pueda ser bueno para otros?´. Suena bonito, pero… eso es la corrupción de la libertad de conciencia«, sentenció Santorum.

Misa solemne

Cada domingo, a las doce de la mañana, su familia y él acuden a la iglesia de Santa Catalina de Siena, en Great Falls (Virgina), donde a esa hora se celebra la misa solemne. Es una parroquia joven, nacida en 1979, pero muy rica en actividad, particularmente consagrada al cuidado del culto divino y a la acción social y compromiso personal de sus miembros, y donde tienen un papel tanto el Opus Dei como los Caballeros de Colón o los grupos de oración del Padre Pío.

Especulando… y rezando

Hoy por hoy, Santorum es la gran esperanza de los católicos norteamericanos. Se disputa el segundo lugar con Newt Gingrich, y aunque Romney ha sobrevivido a las diversas estrellas emergentes que amenazan su nominación, lo cierto es que no ha incrementado su porcentaje de voto. Las encuestas, y los caucus de Iowa, le sitúan en torno al 30% de los sufragios republicanos. 

¿Qué pasaría si los votos de Bachmann y los de Perry -que sigue en liza, aunque se le da por descartado- se concentran en Gingrich y Santorum? ¿Qué pasará si la juventud y la renovación que Rick significa frente a Newt acaban situándole por encima de éste? Romney lo tendría entonces muy difícil.

Las próximas primarias (New Hampshire, Carolina del Sur y Florida) no parecen propicias a Santorum, según las encuestas, pero habrá que ver qué efecto tiene en los votantes de esos estados su buen resultado en Iowa. Pero Rick tiene algo en su favor: varios blogueros católicos han lanzado una campaña de Rosarios para que sea el próximo presidente de los Estados Unidos. Tal vez eso sí que pueda poner en aprietos a Romney primero y a Obama después.

Sarkozy disputa el ícono político de santa Juana de Arco

De cara a las elecciones

Sarkozy disputa al Frente Nacional el ícono político de santa Juana de Arco

Comienzan el 6 de enero las celebraciones por el nacimiento de Jeanette en Francia. Y comienza también la competencia política para acaparar el ícono de la Doncella de Orléans, en vista de la carrera final para llegar al Eliseo.

Actualizado 7 enero 2012

Gianni Valente/Vatican Insider

El más rápido fue Nicolas Sarkòzy. Llegó antes incluso que los lepenistas del Frente Nacional, que desde siempre consideran suya a la santa patrona de Francia. 

El 6 de enero, el presidente francés irá a Lorena para visitar Donrèmy-la-Pucelle (la pequeña población del departamento de los Vosgos que alberga la ciudad natal de Juana de Arco), para después dirigirse con el ministro de la Cultura Fréderic Mitterrand y con el ministro de la Defensa Gérard Longuet a Vaucouleurs, la ciudad del Mosa en la que la santa que ardió viva comenzó su campaña para expulsar a los ingleses del territorio francés y para permitir que volviera el delfín Carlos VII de Valois al trono de Francia. 

Después de los choques con el primer ministro británico David Cameron sobre los planes para salvar al euro, los comentaristas de Inglaterra interpretaron la visita presidencial a los lugares de Juana de Arco como un guiño a los todos los susurros en contra de Albión, que nunca han abandonado del todo a una gran parte de la población francesa. 

Pero, a cuatro meses de las elecciones presidenciales, muchos en Francia –sobre todo entre los que apoyan al candidato socialista François Holland y que critican el “pantheon bricolè” reconstituido por Sarkozy usando símbolos de la memoria colectiva nacional– interpretan el viaje como un gesto para abrirse una brecha entre el electorado de la derecha, que pretendería quitarle votos a la candidata del Frente Nacional Marine Le Pen (a la que los últimos sondeos atribuyen el 15 % de aceptación). 

Justamente los militantes del Frente querrían reforzar el derecho de “propiedad” sobre la figura clave del imaginario de la identidad nacional: el 7 de enero, el viejo líder Jean Marie Le Pen y su hija estarán en París, en donde los frentistas convocaron a una manifestación ante la estatua de la heroína que se encuentra en la place des Pyramides. El mismo sitio en el que se encuentran cada año, el primero de mayo, para conmemorar a la Doncella. 

Hace casi un año, durante una Audiencia general, fue Benedicto XVI en persona quien propuso a Juana de Arco como «un hermoso ejemplo de santidad para los laicos comprometidos en la vida política, sobre todo en las situaciones más difíciles». Para ella, que impidió que Francia se redujera a una provincia sometida al rey de Inglaterra (reconoció en aquella ocasión el Papa), la liberación de su pueblo era «una obra de justicia humana», que llevó a cabo «en la caridad, por amor de Jesús»

Incluso en las escaramuzas actuales para enrolarla como testigo político de inmediata fruición, vuelve a surgir un razgo típico de los muchos tributos que han ofrecido a la santa sus admiradores devotos o interesados. Intelectuales, políticos, religiosos, mètres à penser de diferentes rubros han terminado por transformar, a menudo, a Juana de Arco en una especie de símbolo totémico (de vez en cuando del nacionalismo que busca revancha, del feminismo, del idealismo testarudo, de la libertad de consciencia, del integrismo católico). 

El esquema ha tenido matices lacerantes sobre todo al interior de la iglesia. A partir de las guerras culturales de la Action française hasta las marchas que los tradicionalistas y el movimiento político Civitas han organizado en los últimos años por París, la heroína de Orléans ha sido rehén de militantes nostálgicos que usan su agenda político-teológica como criterio de conformidad con la “sana doctrina”, a menudo en oposición con el resto de sus compañeros eclesiales. 

La Iglesia de Francia, por su parte, ya ha programado iniciativas “ad hoc” para lanzar en 2012 la imagen de Juana de Arco en la ordinariedad del trabajo pastoral. Empiezan el viernes, con una misa que será celebrada en su pueblo natal, y proseguirán con conferencias, iniciativas teatrales, celebraciones litúrgicas para conmemorar a la santa heroína francesa durante la cuaresma y durante la Pascua. El segundo domingo de mayo, en ocasión de la fiesta oficial, la misa en la basílica de Donrèmy que celebrará el cardenal arzobispo de París Andrè Vingt-Trois. Serán todas ellas ocasiones para barajear interpretaciones instrumentales y volver a proponer la historia de una Santa que puede sugerir indicios para reflexionar, sobre todo en la situación en la que se encuentra la iglesia en la actualidad. 

Más allá de las consideraciones historiográficas, las actas de los procesos canónicos relacionadas con Juana de Arco (el de la condena y el de la rehabilitación que condujo después a su beatificación como mártir) representan un testimonio incomparable en las dinámicas siempre particulares de la santidad cristiana. 

Como dijo el gran escritor francés Georges Bernanos, Juana es la «pequeña heroína; un día pasó con desenvoltura de la hoguera de la Inquisición al Paraíso, bajo las narices de cincuenta teólogos». Una campesina analfabeta, una pastora que experimentó el hecho de que para pedir y gozar de los dones de la gracia basta el bautismo («soy una buena cristiana y bautizada como se debe»). Quienes la hicieron arder en la plaza de Rouen eran carniceros de túnica y crucifijo al pecho. El martirio (condena a la hoguera por herejía) fue indicado por un tribunal de la Iglesia, por los que se sentían dueños de la institución eclesiástica. Profesores de la Universidad y obispos teólogos que mezclaban argumentos refinados de la doctrina con las instancias de un poder que se presentaba como el vencedor. 

Detentores de un súper primado doctrinal, depositarios de una ideología teológica que un abismo de soberbia separaba de la fe simple que atestiguó Juana.

Benedicto XVI, en su catequesis de enero de 2011 dedicada a la Santa francesa, repitió que su historia hace recordar «las palabras de Jesús, según las cuales los misterios de Dios son revelados a los que tienen el corazón de los pequeños, mientras permanecen ocultos a los doctos y sabios que no tienen humildad». 

Bernaos pensaba de la misma manera: «Desde que el querido Péguy se fue», escribió el autor del “Diario de un cura rural”, recordando con afecto al otro gran poeta francés enamorado de la Doncella, «quisieramos que Juana de Arco le pertenezca solo a los niños».